Ron se encontraba en cuclillas embalando la ultima caja con sus pertenencias para poderse mudar junta a Harry. Se levanto cargando la caja meditabundo, mentiría si dijera que no iba a extrañar el lugar que por un buen tiempo considero su hogar, sin embargo era necesario abandonarlo pues para su mala fortuna no encontró ningún trabajo que se pudiera acoplar a los otros dos que le quedaban y al comentarle la situación a su casero este muy amablemente le dijo que no podía hacer excepciones en el pago de la renta así que termino por irse con su mejor amigo.
Se paro en la puerta y le echo un último vistazo al departamento despidiéndose del lugar y se marcho a entregar las llaves al casero y retirarse al depa de Harry antes de que oscureciera para comenzar otra etapa de su vida.
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Dos meses, habían pasado dos meses desde la última vez que lo viera y Víktor estaba que arañaba las paredes de la desesperación de no ver a su adorado minino en persona. Además el saber que el italianucho no había hecho grandes movimientos para acercarse a Ron lo llenaban de inquietud ante la aparente tranquilidad.
No ayudaba para nada a sus nervios tener una colección completa de fotos de Ron en diferentes actividades del día y poseer la bufanda roja con la que dormía para poder conciliar el sueño. La culpa y los celos no lo dejaban dormir en paz y todo empeoro al enterarse por uno de los informes que Adrian le entregaba (nunca antes su investigador había tenido tanto trabajo) que su pelirrojo se había mudado con un amigo al no poder cubrir más la renta. Los celos no lo abandonaron hasta que comprobó que ellos eran amigos nada más, casi hermanos que se ayudaban en las buenas y las malas.
El plan con el que contaba poder ayudar a Ron no estaba saliendo del todo bien, pues ante la poca cooperación que prestaban los implicados en el mismo provocaban un sinnúmero de berrinches y excesos de cólera que trataba de guardar para la intimidad de su hogar; no quería que su actual estado de ánimo afectaran su relaciones públicas y a pesar de tener con sus clientes y personas que lo rodeaban su habitual actitud y aunque se comportara como todo un hombre de negocios sus empleados estaban atemorizados, ya que solo al verlo llegar se ocultaban tras las pantallas de sus computadoras y sus labores. No es que los hubiera maltratado, pero nadie quería ser la válvula de escape de la tensión de su jefe que cada día llegaba con una cara entre el enfado, desesperación y frustración que parecía más que un alma en pena una bestia errante y una peligrosa. Bojan estaba que lo golpeaba ya que lo tenía harto y con los nervios de punta con la misma cantaleta de cómo iba el dichoso plan.
Ahora, sentado en su oficina espera paciente de nuevo que tomen su llamada cuando su amigo entra hecho una tromba.
-¡Lo tengo! Al fin tuvimos una respuesta- grito Zec sentándose estrepitosamente en la silla.
Pone el altavoz entre esperanzado y aburrido de escuchar la musiquita de fondo en el auricular. -¿Qué tienes?- Dice masajeando el puente de la nariz
.-Pues el empresario Michael Curtis ha accedido a donar una considerable suma de libras junto a Courtney Klent para la beca en agradecimiento por la vez que les sacamos su pequeño problemita de encima. Sobre todo Courtney que manda decirte que no le importaría donar más si te aparecieras por su casa- Sonrió de lado ante la invitación a su amigo a una noche “de convivencia”.
-Paso, no me gustan sus “noches bohemias” y lo sabes- rodo los ojos con fastidio dándole un vistazo al teléfono que aun seguía en sonando con la melodía monótona de espera.
-¿Y a ti qué tal?- dijo Bojan recargando un codo en la mesa y apoyando su rostro en la mano.
-Pues nada aún. Parece que el rector no tiene tiempo de atenderme, entre sus vacaciones a Fiji hace un mes, atender a su amante y evitar que lo descubra su esposa le queda poco tiempo para atender la facultad- dijo irónico.
-Gracias por su espera señor- la voz de la asistente personal de rector hizo que guardaran silencio atentos a la respuesta- El rector dice que podrá recibirlo a la una de la tarde y le pido que sea puntual ¿Puedo confirmar su asistencia a la hora acordada?-
Viktor rechino los dientes molesto en muestra de desagrado-Por supuesto señorita, estaremos puntuales allí- y corto la comunicación.
-Maldición, quedan menos de cuarenta minutos para la hora -¿Acaso piensa que solo tengo tiempo para él?- se quejo levantándose dispuesto a retirarse.
-Pues por la insistencia que has tenido en las últimas semanas creo que así lo creyó- lo siguió Bojan.
-Millicent, cancela nuestras citas que tengas hasta las cinco- le dijo a su secretaria tomando el elevador dirigiéndose a tomar su auto.
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Se encontraban en la rectoría sentados en la minúscula sala de espera con una taza de café en la mano; ya era la una y treinta y seguían esperando que el tipo los atendiera ¿Para qué pedía puntualidad si al final los tenía esperando? Le dio un sorbo al café que la secretaria le había ofrecido, hizo una mueca de disgusto ante la bebida que estaba asquerosa- Si así como tratan a las personas enseñan están fritos- pensó.
-Creo que necesitan un decorador de interiores urgentemente- opino su amigo dándole un vistazo a la decoración austera del lugar.
-Y también lecciones de etiqueta tanto como preparar bebidas decentes- le contesto abandonando la taza en la mesita de centro.
-¿Crees que aceptarían nuestros servicios?- pregunto Bojan dejando su taza de café a un lado de la otra. No estaba dispuesto a beberse el café si Viktor quien se caracterizaba por comer y beber casi cualquier cosa comible despreciaba la bebida.
-Quien sabe…- cortó su respuesta al ver salir a una morena despampanante de la oficina despidiéndose alegremente del ocupante de la misma.
-El rector los espera- oyeron a la secretaria que estaba incomoda ante la situación tan comprometedora que encontraron.
Entraron a la oficina recibiéndolos el dichoso rector.
-Buenas tardes señores, soy Cornelius Fudge, rector de la carrera de Ingeniería – se presento.
- Estoy tratando con el señor Viktor Krum ¿Y..?- pregunto.
-Buenas tardes, mi acompañante es mi socio Bojan Zec y efectivamente soy Viktor Krum – respondió un tanto hosco.
-¿Y en que podría servirles señores?- Se sento ofreciéndoles asiento a sus invitados-¿Gustan algo de beber?-
-No, muchas gracias- Ni loco volvería a tomar algo preparado allí.
-¿A qué debo su visita?- volvió a la carga.
-Vera señor, estamos interesados en otorgar una beca a un alumno de su facultad- contesto Viktor.
-Lo lamento señor pero no podemos aceptar ayuda externa que no sean miembros del comité de la universidad o de otras universidades para otorgar becas a los estudiantes-
-Estoy seguro que podrían hacer una excepción- dijo serio.
-Reitero mi punto señor, no podemos hacer ese tipo de excepciones por muy buena causa que sea-
-Pues le aseguro que le interesara nuestra proposición- volvió a la carga.
-¿Ah, sí?- dijo el rector molesto.
-Por supuesto. Sé que encontraría la forma de entregar la beca así como nosotros encontraremos la manera de que su esposa no se entere de su amante quince años menor ni de su casa en Ibiza. Aunque si no se encuentra interesado nosotros nos retiramos- Se levantaron de su asiento e hicieron amago de irse.
Cornelius Fudge estaba blanco como la cera ¿Cómo habían encontrado esa información si ni siquiera los más allegados a él lo sabían?- Un momento señores – tosió nervioso- Ejem, se que podremos encontrar una solución satisfactoria para ambas partes-
-Ya lo creo- sonrio de lado y volvió a sentarse- ¿Qué propone?-
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Se despidieron del rector después de una larga charla quedando formalmente comprometidos a llamarse tan rápido como tuvieran una respuesta ambos lados.
-¿Qué quieres hacer?- pregunto su amigo girando su cuello para librarse de la atención.
-Pues quisiera darle una vuelta a las instalaciones y después ir a comer a Sanski*- caminando lentamente se alejo de la rectoría.
-Buena elección- apoyo siguiéndolo. Iban vagando por los pasillos de la Universidad, no estaba mal, se veía que tenían buen equipo, lo único que le ensombrecía era su personal administrativo (propiamente dicho el dichoso rector)
-Viste que cara puso cuando mencionaste a su esposa- se burlo Zec del tipo parándose en seco al ver que Viktor se quedaba en medio del pasillo observando atentamente a uno de los jardines, siguió la mirada para encontrarse el objeto del escrutinio de su amigo.
Allí se encontraba su rojo tormento charlando amenamente con un chico de cabello castaño de rostro dulce, un pelinegro con lentes y una chica con cabello rizado y cara de sabelotodo ajeno al mundo siendo abrazado en ese momento por el pelinegro que reía ignorante de las reacciones que provocaban su simple gesto.
Viktor frunció el ceño molesto-Es su amigo- se dijo-Están acostumbrados a esas demostraciones de afecto- se repitió- Afecto y un cuerno- apretó los puños en un claro signo de molestia.
No vio que se acercaba la última persona que quisiera ver cerca de su pelirrojo y que estaba a punto de desatar un pandemónium.
Continuará….
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Sanski es el nombre del restaurante favorito de Viktor, no es real.