El cursor del documento parpadeaba intermitente desde ya hace un buen tiempo, marcando que estaba listo para ser usado, aún así era ignorado conscientemente por el hombre sentado frente a la pantalla, a claras muestras de no desear trabajar, aun cuando tenía documentación atrasada.
Echándole un vistazo al reloj de la pantalla verificó que efectivamente, eran las cinco más treinta y siete minutos, como hace escasos segundos cuando la miro antes, y antes, y la vez anterior a la de antes; faltaba bastante para las ocho de la noche, hora de su cita con Ron. Un suspiro lastimero e impaciente escapó de la boca de Viktor ¡Dios! ¡Por que el maldito tiempo era eterno! Estaba alicaído, desde que tuvo esa pelea (hace cuatro semanas y media y contando) con el pelirrojo y había soltado esas lindas palabras “Yo también te tengo que esperar cuando voy por ti Ron” había sido prácticamente restringido por éste. Ahora no podía ir a la universidad a recogerlo o aparecerse de improvisto, salvo cuando iba a arreglar asuntos con el rector, ahora debía esperar hasta las ocho de la noche para poder verlo y solo una escasa hora antes de que Ron entrara a trabajar. Tampoco le podía llamar como consuelo por dos simples razones, una: Ron solo llegaba a su departamento para necesidades básicas tales como bañarse, comer y dormir (atareado con los toques finales del proyecto para la beca), y por más mensajes que le dejaba en la contestadora ninguno de los dos ocupantes de la casa los revisaba hasta después de un buen tiempo, así que no tenía caso. Dos: no lo podía llamar a su celular porque este prácticamente no existía y todo por su culpa, pues lo destrozó resultado de sus celos en esa maldita noche cuando discutieron. Había sido perdonado (no sin una buena labor de convencimiento) pero al tocar el tema de reponer tan útil herramienta, Ron le envió una mirada turbia y se negó rotundamente, alegando que no era su querida para que lo estuviera manteniendo y cuando tuviera oportunidad lo compraría.
Y lo pudo ver, en el trasfondo de esa mirada revuelta como el mar en tormenta, vio la desconfianza y la distancia que delimitaba Ron mudamente, provocando que se dispararan sus alertas internas. Esa era la razón de su deprimente estado; tanto trabajo que le había costado ser aceptado por el minino para que en un abrir y cerrar de boca todo fuera tirado por la borda. Sabía que no solo era por la tonta pelea, por favor, todas las parejas las llegaban a tener tarde o temprano, algunas más intensas y pasionales que otras, pero esta había sido el detonante de un problema mucho más profundo: el recelo que el pelirrojo guardaba con respecto al hermetismo en el que guardaba su pasado.
Su pasado, como si este fuera conjurado por la definición gramática de su otrora vida, éste viajó en intermitentes flashes en su mente en forma de recuerdos: los juegos de rugby, su difunto abuelo, su casa en Sofía, las fiestas; todos esos bailaron en su cabeza junto a frases en desfase a las imágenes – “No pasa nada ¿O tienes miedo?”, “Tu confía en mí, serás grande ”,“Tu ya no existes para mí” “Es tu culpa, por ti acabe aquí” “Lárgate, no eres bienvenido” - hundiéndolo en una vorágine de confusión y amargura. Alborotó su cabello tratando de espantar las crudas palabras como si fueran polillas que iban tras la madera de su cordura.
La base de un vaso posándose sobre su cabeza fue el lazo que lo trajera devuelta a la realidad.
-Hey, tengo tiempo libre antes de que llegue el cliente, así que me dije “Veamos, puedo adelantar algo de trabajo o puedo ir a ver a Viktor y tener una agradable conversación con mi queridísimo amigo”- Bojan le entregó el vaso que estuviera en su cabeza, lleno de un líquido ambarino pálido.
-Si claro, solo son excusas para estar de vaga Bojan. Te conozco, tienes mejores formas de pasar tu tiempo que estar conmigo- le dio un largo trago a su bebida, frunció el ceño al percatarse que no era licor como pensaba, sino agua de frambuesa.
-¿Qué esperabas que fuera?-refiriéndose a la manera de traición con que lo miraba Viktor, reprochándole la falta de alcohol en su bebida -Es muy temprano para que estés bebiendo-
-No me jodas-
-Ese lenguaje Viktor ¿Así le hablas a tu minino?-Bojan se sentó en la silla frente a Viktor agitando despreocupadamente su vaso semivacío-No dudo que puede llegar a ser excitante algo de lenguaje sucio en la cama, pero estas en horario de trabajo, así que compórtate-
Ante la mención del pelirrojo el ánimo de Viktor, que había mejorado un poco al ver a su amigo, se desinfló cual globo, aparte de sumarle malhumor a su depresión. Que patético se había vuelto ¿No? Sentado en su oficina imposibilitado a trabajar por estar pensando sobre su vida amorosa ¡¿Qué demonios le pasaba?! Ahora si deseo tener un buen vaso de vodka o whisky, lo que fuera más fuerte que el agua de frambuesa.
-Deja de darle vueltas al asunto Viktor, deberías contarle de una vez por todas – Habló Bojan con voz profunda y seria.
-No me atrevo, es demasiado complicado-
-Tú complicas las cosas. Es fácil- Zec puntualizó sus palabras dando ligeros golpecitos a la madera del escritorio con su dedo índice- Un día que Ronnie tenga libre lo llevas a un lugar privado e íntimo, le tomas de las manos y con una sedosa voz le dices: “Tengo que confesarte algo, escucha atentamente y no me juzgues hasta terminar de contarte”. Lo mejo sería que hablaran después de una comida, tu chico esta de mejor humor después de comer-
-Es tan fácil decirlo, tu solo lo miras por encima, es más complicado que eso ¿Y si termina conmigo?-
-Pues simplemente no era ni el tiempo ni la persona –el rubio le miro a los ojos.
-No podría soportarlo Bojan, no sé ni cómo ni el porqué, pero desde la primera vez que lo vi supe que no podría vivir sin él-
-Es tu decisión- se encogió de hombros-Solo recuerda que una relación no se puede sustentar en mentiras y secretos, al final esta se desmoronara como castillos de arena-
-Solo necesito tiempo…y valor-
-Tan cabezota como siempre- el socio se levanto dándole un doloroso zape.
-Oye…- no hizo ni el mínimo intento de apaciguar el dolor que le provocara el golpe.
-Tal vez si lo introdujeras poco a poco a tu antigua vida, así podría asimilarle de mejor manera- los ojos Zec se abrieron como si una epifanía le hubiera sido presentada, rápidamente se levantó y corrió a su oficina, regresando a los pocos segundos- Mira, tengo la solución perfecta- colocó un panfleto sobre el escritorio estrepitosamente, sentándose después muy ufano.
-¿De qué diablos hablas?- tomo el volante y leyó su contenido quedando realmente sorprendido. El papel anunciaba una exposición en un pabellón en el Soho* - ¿Una feria Búlgara? ¿Esta es tu brillante idea? -
-Daa, serás corto de mente. A ver Viktor, te explicare con bolitas y palitos. Esta es una excelente oportunidad, lo llevas a que mire acerca de tu país, sus costumbres, sus artesanías, su comida-rió por esto, de seguro a Ron le importaría más probar la gastronomía búlgara – esto es Bulgaria, tu país natal, parte de tu pasado ¿Captas?-
-Un poco- mentía, había días que Bojan se ponía denso y era imposible seguir la corriente de sus ideas que brotaban de formas estrepitosas y sin sentido para él.
-¡Serás idiota!- se irguió estrellando las palmas de sus manos en el escritorio, inclinándose amenazador hasta llegar a centímetros de su rostro- De esta manera puedes apaciguar a tu Ronnie con el tema, tratando vagamente tu pasado. Vas allí y le dices “a mira, uno de estos juguetes me regalo mi abuelo” o “este platillo era el favorito de madre” cosas así. De esta manera tendrás satisfecha su vena curiosa, ya después le podrás contar los detalles turbios-
Meditó las palabras, ahora si captándolas, no era tan mala idea realmente, no perdía nada intentándolo y podía evitar los detalles escabrosos con diplomacia y discreción, evitando las sospechas de Ron- Me convenciste, aunque tendré que persuadirlo que vayamos ¿Qué día es?- buscó la información, quedando sorprendido por la extraña coincidencia- es el fin de semana próximo, Ron descansa de sus dos trabajos precisamente-
-Lo ves, el destino te está ayudando, solo hay que zafarlo de las garras de Mione y podrás disfrutar de un día entero con Ronnie ro ro- Zec rió con ganas – Inclusive los búlgaros entran gratis llevando una identificación que lo acredite ¿Dime si no es maravilloso? -
-Sí- respondió con una leve sonrisa, su mente ya planeando como pasaría el día con su novio.
-Entonces date prisa, no debes perder tiempo aquí, mejor piérdelo tratando de convencerlo- le animó.
-Me voy primero entonces- se levantó tomando sus llaves, ya en el camino pensaría las palabras justa que usarla para persuadir al pelirrojo.
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Acomodó el asa de su mochila en su hombro muy contento ¡Habían terminado por fin! Solo faltaba darle a la papelería el formato correspondiente a las exigencias del concurso, algo que Hermione haría. Infló aliviado sus pulmones con aire fresco, levantando sus brazos al cielo y moviendo los dedos en un gesto de satisfacción y holganza al verse libre de trabajo académico. La verdad odiaba la forma tan obsesa de su castaña amiga de ponerlos a trabajar, pero sin ella y su valiosa ayuda estarían fritos, pues hubieran perdido mucho tiempo y estaba seguro que la fecha límite se les hubiera venido encima, como de seguro a muchos les pasaría.
Faltaban escasos nueve días para la entrega del proyecto, otros veinte serían tomados para la revisión de todos los proyectos aspirantes, el anuncio de los ganadores se haría dos día después en la mañana y en la noche la premiación de gala- Treinta y un días en total, parecen mucho pero realmente no son nada- pensó esperanzado y ansioso.
Tenía grandes expectativas si resultaban ganadores de la beca; podría desahogarse un poco de sus gastos y no vivir a punto de la quiebra financiera, estirando al máximo su presupuesto a pesar de que sus egresos personales (comida, vivienda)bajaran al irse a vivir con Harry, más no así los gastos de la universidad.
Miro el reloj de pulsera verificando que eran siete menos quince- Llegare temprano a ver a Viktor- carraspeó incomodo mientras se sonrojaba veladamente al percatarse de su pensamiento. Puso un pie fuera del campus para ir a tomar el autobús cuando lo vio: el lamborguini plateado aparcado enfrente de la escuela, y el dueño recargado en el auto por la parte de la acera dándole la espalda.
Sus pies se dirigieron por si solos hasta llegar al otro lado de la calle- ¿Qué haces aquí?-preguntó, aunque la interrogante no se escuchó con el fingido enfado que él pretendía imprimirle a su voz.
-Te estaba esperando-Viktor dio un ligerísimo respingo pues Ron le había agarrado con las guardia baja.
-Habíamos quedado en que no me esperarías en la escuela-
-No te estoy esperando en la escuela, te estoy esperando afuera- respuesta idiota, él mismo tuvo ganas de patearse por ella.
Ron rodó los ojos, ni caso tenía discutir con Viktor acerca de las implicaciones de esperarlo allí.
-¿Nos vamos?-pregunto nervioso el búlgaro, aguatándose las ganas de ir como todo un caballero a abrirle la puerta.
-Ok- el pelirrojo se montó en el auto ajustando el cinturón de seguridad- Ahora me podrás decir que te ha hecho venir hasta acá rompiendo nuestro acuerdo-
-Quería verte- Encendió el auto y empezó a correr por la calle.
-Nos íbamos a ver donde siempre, inclusive iba a llegar más temprano-
No supo como refutar esa declaración, así que no la evadió- No podía esperar-
El pecho de Ron dio un brinquito-Ah, bueno, yo…- Un silencio incomodó cayó entre ellos. El pelirrojo miro por la ventana buscando una distracción ante aquella situación bochornosa, a pesar del tiempo transcurrido aun no se acostumbraba a esos ataques románticos de Viktor - Hey vayamos allí-distracción encontrada- yo invito- señalo un pub* recién abierto por los alrededores.
-¿Disculpa?- preguntó Viktor, no porque no lo escuchara, sino por ir conduciendo no le prestó mucha atención.
-He pues verás, tu siempre me invitas y pues también yo puedo hacerlo…se que no puedo pagar mucho pero al menos una cerveza y un plato de pescado y patatas* podemos compartir…claro si tu quieres – Ron se revolvió incomodo en su sitio, sintiéndose estúpido por proponerle a Viktor a ir a un simple pub.
-Me encantaría-aceptó encantado, además allí vio la oportunidad para poder invitarlo a la feria- Ah, yo también quería invitarte a una feria el domingo. Sabes es una feria búlgara-
-Eh, puuues yo… -
-Se que tienes aun deberes, pero sería solo por unas horas, si quieres yo hablo con Hermione para que les de un momento de descanso, tanto estar encerrados trabajando no es bueno, necesitas distraerte-
-No sé- Inseguro de aceptar o no Ron se tomó su tiempo, ya había terminado el proyecto, pero había tareas en casa que hacer, cosas que reparar, ropa que lavar. Estuvo a punto de dar una negativa cuando vio se percató el anhelo en los ojos oscuros de Viktor –Está bien-
EL búlgaro sonrió de manera triunfal-¡Excelente! Vayamos entonces por esa cerveza y esas papas y nos ponemos de acuerdo en el pub-
-Ok- Ron casi se quiso dar de topes en contra del tablero por caer tan rápido, pero cuando Viktor ponía esa cara muy a su pesar no podía negarle nada.
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-Señor, los panfletos fueron distribuidos tal como ordenó-
-Bien hecho, puedes retirarte-
-Gracias señor, me retiro por hoy -La joven mujer dejó a su jefe a solas.
-La moneda esta en el aire, ya veremos quien pierde Krum-