El conserje se encontraba barriendo la entrada de los departamentos como todas las mañanas cuando algo llamo su atención dejándolo estupefacto: un punto brillante se acercaba a toda velocidad por la calle frenando enfrente de él. Cerró los ojos para protegerlos de la nube de polvo que se había levantado por la acción; al abrirlos vio que de un Honda gris se apeaba su pelirrojo inquilino.
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Ron se aferraba del asiento como si la vida se le fuera en ello (y en cierta forma así era) Las manos le temblaron en el momento que se deshacía del cinturón de seguridad –Nunca, pero nunca más volveré a pedirle que me traiga a casa ¿Dónde demonios conseguiría su permiso de conducir?- - Abrió la puerta del coche y se bajo tembloroso.
-Bien, gracias, supongo- agradeció a punto de cerrar la puerta.
Viktor se inclino sobre al asiento acercándose a la puerta del copiloto e hizo morritos.
-¿Qué te pasa?- Ron se extrañó.
-¿No me vas a dar un beso de despedida?- sugirió coqueto cuando la puerta le fue azotada en las narices.
-¡Ni hablar! ¡Maldito exhibicionista!- negó enérgico.
Viktor sonrió de lado –Muy bien entonces te llamaré- sugirió
-No, yo lo haré- Ron le dio la espalda dirigiéndose a la entrada del edificio
-¡Oye!- El grito de Viktor le hizo regresar al auto y se asomo por la ventanilla bajada -¿Qué pasa? –
Viktor estiro su brazo atrapando el rostro de Ron y le planto un beso mientras que su otra mano deslizaba una tarjeta de presentación en el bolsillo del abrigo –Para que de verdad me llames- le guiño un ojo. Ron se separó del auto avergonzado; Viktor se despidió y arrancó el auto perdiéndose por la calle.
Parado en la banqueta Ron toco sus labios con los dedos, su lengua saboreo el recuerdo del beso impregnado en su boca, abochornado sacudió su cabeza para salir de su estupor; al darse vuelta se dio cuenta que una persona lo veía un tanto extrañado. Corrió al edificio muerto de la vergüenza pues el intendente había visto todo el show.
El conserje lo vio pasar; no entendía muy bien todo aunque quien era él para meterse en la vida de los inquilinos. Se encogió de hombros y continúo barriendo.
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Ronald estaba parado frente a la puerta del departamento, llamo suavemente y espero. La puerta fue abierta violentamente.
-¡Ron! Me tenías preocupado- Harry lo abrazó suspirando aliviado de que su hermano apareciera a salvo.
Entraron y Ron fue directamente al sofá de la pequeña salita; Harry fue a la cocina y preparo dos cafés; al terminar alcanzo a Ron, le extendió su taza y le dio un sorbo a la suya.
-¿Dónde diablos estuviste toda la noche? – Harry se sentó en el extremo del sofá aguardando las explicaciones.
Ron se revolvió incomodo ¿Cómo le explicaría a Harry? –Pues, es una historia un tanto larga-
-No iré a clases, tengo demasiado sueño (inserte mirada molesta por parte del pelinegro) como para soportar las somníferas clases de Binns y no dormirme en el intento y Snape me dio el día libre (aun no se porque anda tan amable últimamente). Así que empieza a “cantar” si no quieres que te saque la información a tehuacanazos*-
-Pues veras…- Ron empezó a relatarle toda su odisea a Harry; se lo debía por tenerlo angustiado toda la noche;,las ojeras que adornaban sus lindos ojos verdes daban constancia de su preocupación.
La taza de café estaba abandonada en la mesita de centro olvidada por completo por su dueño que estaba anonadado por la historia.
-Me dices que después de que te dejamos el señor Zabini te invito a comer, en el restaurante tuvieron un accidente con la sopa así que te dejo solo; en eso se apareció el tipo ese causante de tus desgracias, te secuestró subiéndote a un helicóptero, fueron a un lugar que no conocías, te compro ropa, te llevo a comer y después a un parque a ver una película pero que no se quedaron mucho tiempo porque te dio miedo así que cuando ya regresabas fueron a un club en donde el dueño te coqueteo, bebiste unos “Hada Verde” que te noquearon así que él tipo ese te llevo a un hotel que según su versión fue para que “descansaras” en donde hiciste cosas que no recuerdas muy bien y que a la mañana siguiente aceptaste salir con él por “circunstancias especiales” – Harry resumió lo mejor que pudo el relato inverosímil de Ron.
-Ehh, pues más o menos- se encogió ante la mirada inquisidora de su amigo.
Harry se restregó la mano en la cara –Tsk, y yo aquí preocupado por ti toda la noche-Echó la cabeza para atrás y la dejo caer en el respaldo fastidiado.
-Pensé que te había pasado algo malo; estuve a punto de llamar a la policía -confesó- Al principio no me preocupe porque pensé que estabas con el señor Zabini (no estaba tan equivocado) y que después fuiste a trabajar. Pero cual va siendo mi sorpresa que va llegando el señor a la once de la noche con tu mochila diciendo que te desapareciste del restaurante en donde estaban comiendo. No parecía molesto, más bien preocupado y me dijo que cuando aparecieras le llamaras para saber que te encuentras bien. Hasta allí todo normal: pero cuando estoy a punto de ir a dormir me llaman de tu trabajo diciendo que no te apareciste; así que trato de localizarte por el celular y me doy cuenta que está en tu mochila así que me tienes toda la noche pensando que es lo que te pasaría para que me salgas que tuviste una cita con ese…ese Viktor dichoso- Harry se juro no volverse a preocupar por Ron nunca más.
Se levanto del sillón y se dirigió a su recamará –Me voy a dormir- bostezó- Por cierto, me dijeron de tu trabajo que te rebajaran el día porque no estabas enfermo y que sí vuelves a faltar sin justificación te despedirán-
-¡QUÉ!-
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Viktor Krum iba tras el volante extremadamente feliz, tarareaba una canción llegando a su trabajo repitiendo la rutina de todos los días. Llego saludando muy cordial a sus trabajadores que lo miraron con extrañeza; pasó de largo sin darle importancia cuando al llegar al escritorio de su secretaria esta le lanza una mirada de incredulidad
-Buenos días Millicent, hermoso día verdad-No espero respuesta de su secretaria y entro a su oficina. Un lapicero paso rozándole el rostro esquivándolo por poco. Consternado por el recibimiento le pregunto a quien estaba dentro-¿Ahora a ti que te pasa?- cuando ahora el pisapapeles le dio en el estómago.
-¡MINIMO MEREZCO UNA LLAMADA!- Bramo enfurecido su socio mientras buscaba que más arrojarle.
-No eres mi esposo Bojan así que calma tu histeria- se sobo su vientre y se dirigio a su lugar.
-Pero si tú amigo.-recriminó-Claro, como ya no me necesitabas te olvidas de mi sin siquiera avisar que estas bien. Bien me lo decía mi padre, no te juntes con ese troglodita que solo sabe dar problemas. Pero no, hay va el burro al trigo*; pero este me enseñara a no seguirte la corriente y dejarte solo- Bojan se sento sollozando de frustración cubriendo su rostro con ambas manos en las que sostenía un pañuelo.
-Ya, ya. lo siento. Se me olvido avisarte que todo fue bien, te prometo que no volverá a pasar- Viktor se acerco a su amigo y le dio unas palmaditas en la espalda consolándolo.
Este acto hizo que Bojan dejara de sollozar y mirara a su amigo escrutadoramente; alzo una ceja dudoso y con uno de sus dedos pico la mejilla de Viktor-¿Quién eres tú y que le has hecho a mi amigo?-
Una venita le salto a Viktor en la frente –Ese me pasa por tratarte bien- le dio un zape a su amigo y se fue a sentar.
Los ojos de Bojan lo miraron detenidamente, una sonrisita se dibujo en sus labios, apoyo el codo en la mesa y sostuvo su rostro en la palma de su mano-Jujuju, parece que pasaste una buena noche y que tu gatito ceno leche; de otra manera no me explico tu excesivo buen humor- al ver el rubor que cubrió levemente las mejillas de Viktor aplaudió- ¡En verdad dormiste con tu minino! Bueno…no precisamente dormir. Eso explica porque traes la misma ropa de ayer- se burlo.
Azorado Viktor agacho el rostro y se vio su atuendo ¡Mierda! Se le había pasado por completo irse a cambiar a su casa; ahora sabía el porqué de las miradas extrañadas de sus trabajadores.
-Me tengo que ir a cambiar- Estuvo a punto de levantarse cuando su amigo le detuvo.
-Tranquilo; por suerte siempre tengo un traje de repuesto para cualquiera de los dos en mi oficina, ahora te lo traigo- se estiro en el asiento estirando sus brazos- Pero primero quiero los detalles, especialmente los sucios-
-Ni hablar, no te contare nada maldito depravado-
-Vaya, si que vas enserio- sonrió comprensivo.
-¿o.O?-
-Cuando un hombre va en serio con su amante en turno se guarda los detalles para él*- Bojan se encamino a su oficina; aunque dejara de molestarlo con los detalles eso no quería decir que no le atosigaría.-Bueno, tu aparte de guardarte los pormenores también te guardas las esencias. Mira que ni siquiera bañarte y cambiarte de ropa; no sabía que tuvieras esos fetiches, aunque que podría esperar de un voyeur que tiene en su cajón cientos de fotos de su novio- y corrió a la puerta antes de ser alcanzado por cualquier proyectil que tuviera a la mano Viktor.
-¡Tarado, si me bañe!- No le alcanzo el tiempo para buscar que arrojarle a su amigo. Se recargo por completo en la silla y cerró los ojos cabreado. Una idea le cruzo por la mente, se llevo el brazo bajo su nariz y aspiro…mmm…nada. Abrió los ojos sorprendido de su acto ¡Maldito Bojan lo que le provocaba hacer!.