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ENCUENTRO ACCIDENTADO. por Whisperyuki

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Notas del capitulo:

Hola gente, después de un buen tiempo sin actualizar,heme aqui con un nuevo capitulo.

Mi vida ha sido un rompecabezas (literal) en estos meses, sin embargo pues debo salir adelante con ello, pero pues como dice una parte de un lema Wicca "Debes aprender a vivir con luz como con oscuridad" asi que ¡Animo para mi! de a poco he ido solucionando las cosas (las que puedo solucionar yo,claro)

  Y ahora antas de juzgar a las escritoras que no actualizan rápido,me muerdo la lengua antes de juzgarlas =D.

 

Ya me fui por la tangente, en fin, esta es la segunda vez que describo una cita de este par, ojala les guste.

A leer.

 

El barullo de la gente yendo y viniendo por la galería que se acondicionara para la feria era ensordecedoramente alegre, el ruido inclusive se distinguía perfectamente aun afuera.

Viktor no podía esperar a entrar, su niño interno se encontraba deseoso de pasear  y redescubrir junto a Ron fragmentos de su patria. Ron por el contrario sentía en su estómago una extraña opresión, a la par que su pecho se estrujaba causándole una sensación entre expectación y duda. Su mano fue tomada, haciendo por un momento que esto se disipara, para volver a condensarse como gotas de vapor, pequeñas pero abundantes.

Caminó junto a su pareja, aunque algo separado y  se formaron en la cola de espera para entrar, intentando en el proceso no pisar algún chiquillo que correteaba entre sus piernas jugueteando, esquivando igualmente a los  padres que perseguían a sus retoños  reprimiéndolos  en un enrevesado y fluido búlgaro, amén de las personas que al parecer tenían que pasar precisamente por donde estaba.  Así que dejo sus cavilaciones para después y se sujetó con firmeza de la gran y fuerte mano de Viktor, dedicándose  a pasear su mirada por donde alcanzara esta.

-Vaya, pensé que la entrada estaría más cara- dijo al ver el precio del boleto para estudiante con credencial, mientras esperaban que la fila avanzara.

-Y los paisanos entran gratis- agregó Viktor, que sacaba su tarjeta de residente extranjero.

Ron abrió los ojos pasmado, sin poderse creer lo que acababa de escuchar y menos ver a Viktor, tarjeta en mano, dispuesto a valer  su estatus de búlgaro inmigrante.

-¿Qué?- preguntó Krum mientras avanzaban de puesto.

-Nada, es solo que nunca pensé  verte aprovechando una oferta como un simple mortal-

-Oye- le riñó juguetón mientras le revolvía el rojo cabello- El dinero que me estoy ahorrando lo voy a gastar en ti-

-Ho cállate-

-Buenas tardes señor – saludo una sonriente chica inglesa en el módulo de la entrada al momento de que les tocó el turno.

-Buenas tardes señorita, un estudiante y un búlgaro – contestó Viktor.

-Permítanme alguna credencial que los acredite por favor-

-Claro- Ron se adelantó y enseño su carnet de estudiante, para que después Viktor enseñara su tarjeta.

 La chica asintió comprobando la autenticidad de ambas credenciales, luego las registro en la computadora e imprimió dos series de números y los pegaba en las credenciales; algo curioso a visión del búlgaro.

-Disculpe señorita ¿Para qué hace eso?-Preguntó con mala espina el moreno mientras tomaba de vuelta su identificación de la mano de la dependiente. Se suponía que era una simple feria ¿Por qué llevaban un registro de los asistentes?

-¡Ho señor no se preocupe! Esto es para una rifa. Registra el nombre y se le asigna un número especial y con el puede participar en el sorteo –tranquilizó la chica-Se pega en sus credenciales para que no se pierda, se caerán en dos días las etiquetas-

-¿Y qué rifan?-La pregunta salió de los labios de Ron.

-¡Ah!-Exclamó la chica emocionada -¡Son varios premios! El principal de ellos es un auto ¡Un auto! ¡¿Pueden creerlo?! Claro, es uno sencillo, pero eso no lo desmerece, igual que los demás premios como pantallas de plasma o MP4’s-

-¡Hooo!- Ron se unió a la emoción de la chica, ojalá se pudiera sacar algo, aunque él era más salado que un bacalao en conserva, la ilusión no le hacía daño.

-Ok, pues gracias- Ambos agradecieron las atenciones de la empleada.

 -¡Suerte señores!- les despidió la chica para volver su atención a la siguiente persona en la fila.

 ****************************************************

-Señor – la joven asistente entró apresurada a la temporal oficina de su jefe, obviando las reglas de etiqueta que marcan que debe alguien de anunciarse antes de entrar a un cuarto cerrado.

 -¿Qué?- Preguntó  Blaise aburrido, viendo sin ver en realidad los monitores de seguridad, sentado desenfadado  en la silla.

 -La computadora acaba de arrojar dos nombres idénticos a los marcados-

 -¡¿Qué?! ¡¿Cómo rayos no los vi?!- Frenético, movió los mandos, pasando a  gran velocidad a través del local gracias a las cámaras de seguridad para encontrar sus objetivos caminando tranquilamente por el pasillo principal.

  -Son ellos- no pudo evitar azotar la consola con su puño cerrado –Quiero una marca sobre los dos todo el tiempo-

 -Sí señor- Presta, la joven salió a cumplir las órdenes.

 -Bien Krum, es hora de jugar-

****************************************************

 El pasillo principal estaba lleno de puestos  de empresas búlgaras que intentaban llamar la atención de posibles socios con música pegajosa y alta, también  con hermosos modelos tanto masculinos como femeninos. Viktor rodó los ojos exasperado, ya que una flamante modelo había atrapado a Ron que parecía anonadado con la chica, bueno, Ron no había quedado prendado de la chica, estaba más entretenido mirando a la empresa de bio-combustible, pero eso no quitaba que lo estuviera dejando de lado.

-Andando-  le tomo del antebrazo y camino presuroso para alejarlo de la modelo caza-socios-incautos y/o posibles ligues.

 -Hey, estaba viendo eso- El pelirrojo protestó ya cuando se alejaron bastante,  zafándose de Viktor mientras lo señalaba acusador con los panfletos que le alcanzó  a regalar la chica–Por favor, no empieces- pidió al ver el semblante serio del búlgaro.

 -No empiezo nada, solo que te iban a atrapar  por el resto de la tarde. Venimos aquí a divertirnos, no a pensar en negocios o salvar el planeta librándolo de las emisiones de carbono  ¿Me equivocó? –

 -No pero… solo me llamo la atención - Ron tuvo la decencia de parecer avergonzado. Había quedado en un acuerdo antes de llegar, sería  una cita como Dios mandaba, no como las apresuradas visitas y pláticas que sostenían a causa de las diversas ocupaciones de ambos.

 -Pero nada. Además en el calor del momento hubieras tomado una decisión precipitada-

 -Hey- Ron entrecerró sus ojos ¿Pues qué le conocía?

 -Ya, ya- El mayor levantó las manos pidiendo paz- Mejor ven, acabo de ver donde están los puestos comerciales - 

Con toda la resignación del mundo Ron se dejó llevar por un emocionado Viktor a la zona de artesanías en la ya clásica forma de ser halado de su mano, mientras este caminaba unos pasos más adelante. Aunque iban lento, el moreno apartaba suavemente  a la gente para que el pelirrojo no chocara con ningún obstáculo, como si Ron fuera una delicada damisela a la que deberían evitarle el toque brusco de la plebe. El pelirrojo suspiró resignado a ese trato,  después  de todo, Ronald ya no concebía otra forma de andar junto a Viktor, tanto así se había acostumbrado.

-Mira, una matriuska*- Viktor señalaba la muñeca  finamente pintada a mano que se encontraba en un mostrador- Mi abuelo guardaba una en su casa-Contaba mientras la sostenía con cuidado y la revisaba- Lo más impresionante de ella era que era un dulcero disfrazado-recordó con añoranza ¿Cuántas veces su abuelo lo había premiado sacando un dulce de aquella figura ante sus ojos?-Cuando pequeño, yo creía a pies juntillas que el abuelo podía hacer  “magia” ¿De qué otra manera podía serlo si cuando yo lo intentaba no salía ninguna golosina?-

Ronald no pudo evitar reír ante la inocente anécdota a la vez que miraba a Viktor con un dejo de incredulidad y comprensión. Al final, de aquel puesto no se llevaron nada, más que un par de historias sobre la matriuska mágica del antecesor del búlgaro.

Pasaron por puestos de cerámica y ambos se contaron historias de las desafortunadas piezas de ornamento de sus padres que pasaron a mejor vida al jugar dentro de casa. En un local donde vendían tapices, Ron recordó la vez que los gemelos soltaron a las gallinas del corral en una de sus bromas y estas se colaron por la cocina deshilachando la alfombra de la sala, dejando un revuelo de plumas y cacareos que su madre castigó a los responsables de manera impecable.

El aroma característico del cuero le llamó la atención al inglés, volteó  a la izquierda y vio un puesto lleno de artículos de este material. Sin saber el porqué de su acción invirtió los papeles, ahora era él quien arrastraba a Viktor tras sí a aquel lugar.

Era un puesto pequeño, pero bien surtido, y aunque había mercancía excesivamente cara también había algunos artículos accesibles. Tras una rápida ojeada una muñequera le llamó poderosamente la atención. La tomó rápidamente entre sus dedos y volteó dándole la espalda al moreno pera evitar que viera lo que le había intrigado (Algo innecesario ya que Krum revisaba una agenda forrada) Era de tamaño medianamente grueso, estaba teñida en negro lustroso y era sencilla, pero sobre todo era elegante y fuerte –Igual a Viktor- pensó. Podría comprársela y dársela de regalo, bueno, no celebraban nada, no era el cumpleaños del búlgaro ni nada de eso, pero era lo justo ¿No? Krum siempre tenía ese tipo de atenciones para  con él, lo justo era que él le diera algo-Aunque no sea la gran cosa-

Llamó la atención del dependiente que al parecer había captado las intenciones del pelirrojo ya que se acercó y lo atendió con sigilo, para luego entregarle una bolsita de papel con su compra.

-¿Nos vamos?-

-Eh, aah…sí claro- Apenas tuvo el tiempo justo para guardar dentro de su chaqueta el obsequio.

-¿No compraste nada?- Preguntó sin dobles intenciones el moreno.

-¿Yo? Para nada- Lo sabía, a pesar de sus intentos de ocultarlo Viktor se había dado cuenta, así que debía disimular. Se adelantó unos pasos para ganar tiempo y trazar una salida.

-¿Qué te pasa?- Viktor no tardó nada en darle alcance.

-Nada ¿Qué me va a pasar?-

-Estás nervioso-

-No es cierto-

-Ron…- El búlgaro le tomó del codo-Sí lo estás. Me evades la mirada…-

-Eso no es cierto- Negó lo obvio ya que en ese preciso momento sus ojos miraban a cualquier lado, menos el rostro del mayor.

-…Y tienes las orejas rojas-

-¡De acuerdo! ¡Tú ganas!- Enfadado por ser “descubierto”, Ronald sacó la bolsita que contenía la muñequera y casi la estampa en la cara de Viktor- ¡Para ti!-

La cara de Viktor se iluminó feliz al momento de sacar el pequeño detalle, nimio a comparación de los costosos regalos que él obsequiaba, pero tan significativo al ser hecho por Ron,  que prácticamente se abalanzó sobre su gatito. Lo sujetó con firmeza de la cintura con su brazo izquierdo y su mano derecha sostuvo  la barbilla de su novio,  plantándole un beso que nada tenía que envidiar a una película de comedia romántica hollywoodense.

El beso era cálido como una mañana de verano, sedoso como el tacto de la tela sobre la piel. Fluía  con la calma de un río serpenteante por un bosque frondoso, para tornarse en una cascada de pasión, borboteando a través de sus cuerpos en deliciosas oleadas de placer.

-¡Kyaaa! ¡Kyaaaa!- los grititos de algunas adolescentes que habían visto aquella escena encantadas fue lo único que hizo que Ron reaccionara.

Abotagado por la falta de oxigeno tanto en sus pulmones como en su cerebro, sus manos sobre el pecho de Krum actuaron de forma mecánica, empujándolo con suavidad, aumentando la distancia entre ambos cuerpos, que se había acortado tanto que había podido sentir  la durmiente virilidad del búlgaro rozando contra si-¿Por qué fue eso?-preguntó sumamente abochornado mientras las personas a los costados dejaban de ser bultos y  transmutaban en  rostros risueños ¡Dios! Como deseaba que la tierra se lo comiera.

-Porque sí- respondió Viktor muy quitado de la pena, ignorando a sus recientes fanáticas que no los dejan de verlos con ojos en forma de corazón y poco más que adoración-¿Sabes? Me dio sed, vayamos a tomar algo, también deberíamos comer- propuso mientras le acariciaba la pecosa mejilla.

Ron asintió en conformidad y se fueron a ver qué lugar les apetecía para comer. Como no sabía cual proponer,  no replicó cuando Viktor, después  de analizarlos todos en una vuelta, entró juntó a él y  se sentaron  en la esquina de la barra de  un apartado local, que a pesar de donde estaba tenía una buena clientela. Tomó la carta y no pudo evitar poner  cara de total consternación, no solo porque el menú estaba escrito en alfabeto cirílico*, sino también porque los nombres escritos es alfabeto latino no le sonaban de nada.

-Bien, ahora conocerás algunos platillos de mi país-  Viktor estaba muy orondo al ver el menú, describía los platillos más representativos de su tierra.

-Pues…- Ron se rascó la nuca en desconcierto – Me tendrás que decir que son estos platillos, no me suenan de nada-

-¡Por supuesto!-

Gracias a los consejos de Viktor pidieron  Ayran* para beber, agradándole la bebida al pelirrojo, era refrescante. Su comida resulto ser excelente, consistía en ensalada griega con Sirene* para ambos, Musaca* para Ron y Banitsa* junto a Lukanka* para Viktor.

Las charlas de los demás comensales brotaban a borbotones, aunque ellos permanecieron callados después de tan deliciosa comida. Mientras degustaban una rebanada de Garash*, Viktor apoyó su codo sobre la barra y descansó la cabeza en la mano que sostenía el tenedor sin hundir en el postre, y se dedicó miraba a Ron. Pensó que solo le apetecía estar así, viéndolo por lo que restaba de la tarde, en aquel lugar. Su mano libre  se alojó  en la rodilla de Ron en un suave apretón, sorprendentemente éste no respingó, solo fingió no haberse dado cuenta de aquel gesto, aunque se puso colorado; sonrió con ternura y paz por aquel gesto. Rememoró la escena del beso  de hace nada, deseó  tanto que aquel beso hubiera continuado  para tornarse en otro tipo de escena, pero ya abría un tiempo para ello; esa misma noche tomaría el cuerpo de Ronald Weasley  entre las sábanas de su cama y le propondría algo.

-Buenas tardes a nuestros apreciables asistentes- se escuchó una aterciopelada voz masculina por los altavoces, alejando a Krum de sus planes mentales- Es un honor para nosotros invitarles a el concierto del maestro Dimitar Pirinkova, esperamos contar con su presencia. Gracias-

La sangre de Viktor se heló.

Notas finales:

¡Listo! ahora la prgunta del millón ¿Quién es Dimitar?¿Esto es obra de Blaise?

Bueno, les dejo con la duda.

¡AH! y para quienes siguen mis otros fics, los iré actualizando de a poco, gracias por su comprensión.

Nos vemos, besos.

 


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