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ENCUENTRO ACCIDENTADO. por Whisperyuki

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Notas del capitulo:

Hola gente ¿Cómo les ha ido? Yo aqui zonseando y autocastigandome porque apenas me di cuenta que en el cap anterior me falto incluir la explicación de los platillos, bebidas y articulos que mencione,pero luego me dije "mi misma, así les gana la curiosidad (si son como yo) y lo buscan, asi descubre la maravillosa Bulgaria" ^^

Pues espero les guste el cap ¡No me vayan a matar!

¡Pasemos al fic!

 

-Buenas tardes a nuestros apreciables asistentes- se escuchó una aterciopelada voz masculina por los altavoces, alejando a Krum de sus planes mentales- Es un honor para nosotros invitarles a el concierto del maestro Dimitar Pirinkova, esperamos contar con su presencia. Gracias-

La sangre de Viktor se heló.

***************************************************

Tranquilo Viktor- se dijo a sí mismo para tranquilizarse- No puede tratarse del mismo Pirinkova ¡Eso es! Es una coincidencia ¿Cuántos Dimitar Pirinkova no existen en Bulgaria? Cientos claro, existen los homónimos. Sí, eso es, existen también muchos Viktor Krum.

 -¿Dimitar Pirinkova?- preguntó en voz alta Ron, haciendo que Viktor diera un bote por demás nervioso. Los azules ojos se iluminaron cuando la comprensión de aquel nombre llegó- ¡Válgame! ¡Hermione se morirá de la envidia!-

-¿Qué? ¿Por qué?-

-Es fanática de este hombre-El pelirrojo lucía realmente animado, para consternación total del búlgaro- Y debó decir que también me agrada. Tiene una manera  indescriptible de tocar el violonchelo-

-¿Eh?- Realmente Krum no le prestaba mucha atención a Ron, su cabeza bullía llena de caos.

-Oh vamos, ni que fuera tan difícil de creer que me gusta escuchar música clásica e instrumental, Viktor. No solo escucha a las Brujas de Macbeth ¿Sabes?-

-No es eso Ron. Sinceramente no te estaba escuchando, perdón-se disculpó Viktor          -Además que es la primera ver que escucho de él. No sabía ni de que me estabas hablando-

-Bueno, no es para tanto, tampoco soy un fanático en regla, solo lo he escuchado un par de ocasiones en la casa de Mione- el inglés se rascó la nuca, sintiéndose mal por haber pensado que su  pareja lo consideraba ignorante-Aunque es extraño que sea tu compatriota y no sepas quien es. Tenía entendido que los búlgaros son muy afectos a sus músicos-

-Pues no, no siempre uno los conoce- El moreno vio su reloj, supuestamente verificando la hora- Oye ¿Por qué no nos vamos de aquí? No tenemos que pasar todo el día en la feria. Podríamos ir a tu casa, o tal vez al cine- le tomó de la mano y lo miraba fijamente a los ojos.

-Pero quiero ver más de tu país- Ron se sorprendió por esa proposición ¿Qué acaso esa salida no había sido hecha para conocer mejor a Viktor? Al menos, eso había pensado, no lo habían hablado en sí, pero eso había entendido–Además, también quiero escuchar el concierto, sirve que conoces a Pirinkova-

-Pues, no tengo muchas ganas de escucharle -El moreno rodeó  el cuerpo de su novio colocándose tras suyo. Había llegado a una conclusión, era indispensable salir lo más rápidamente posible de allí.

Debía investigar, y confirmar que Dimitar Pirinkova no fuera precisamente ese, sino se volvería loco.

-Viktor…- Ron entorno los ojos con sospecha ¿Quién diablos lo entendía? Desde que le propuso ir a la dichosa feria no hubo día  en que no se lo recordara con un gran entusiasmo (que le contagió a él) ¿Y ahora quería irse? No habían pasado ni tres horas en las galerías -¿Qué  te pasa? ¿Te sientes enfermo?-

-Sabes, si quieres conocer mi país es mejor conocerlo en vivo y en directo, esto no se compara en nada. – El búlgaro envolvió con su brazo los hombros de Ron, comenzando  a caminar lentamente, llevándolo consigo –Iremos en tus vacaciones ¿Qué te parece?-puso su más arrolladora sonrisa, fingiendo una gran calma.

Ron amagó un codazo- Quiero escuchar el concierto-sentenció con la voz burbujeante de disgusto ante las evasivas palabras que le daba.

-No lo vas a disfrutar, hay tanto ruido y tantos niños gritando- ya podía distinguir la puerta de la salida- ¡Ya sé! Cuando vayamos a Bulgaria iremos a un concierto apropiado de él . En un teatro, con su escenario, sus cómodas butacas y palcos, también es mejor disfrutarlo con la magnífica acústica  del recinto.- Claro, después de rectificar la identidad del tipo-acortando con cada paso su escape.

Tras ellos, un hombre vestido de civil seguía sus pasos,  llevaba un librillo aparentaba leer,  escuchando atento todo aquello que salía de ambas bocas.

-La Lamia secuestra a la lazarki-anunció el hombre aparentemente a la nada.

¡EEEEIIIIEEEEEEEEEAAAAAAAA!

Un repentino grito se impuso ante el ruido circundante, un repentino silencio se instaló alrededor para ser arrasado por las alegres notas un de un pandero que seguía el ritmo de una guitarra, una flauta, un violín y un tambor.

Un grupo de bailarinas vestidas a la usanza Rom salieron acompañadas de un grupo de músicos de los costados de la edificación en una algarabía de giros, cantos y jaleo multicolor. El tintineo de las pulseras y pañuelos de monedas de las danzarinas se entremezclaba con las notas de los instrumentos produciendo un estado de barullo y estupor que fue mutando a alegría pura.

Las laterales de los pasillos se llenaron de curiosos llamados por aquella bulla. Tantos se juntaron que era imposible moverse, so pena de ser empujado, golpeado o dejarse arrastrar por el mar de personas.

La pareja permanecía prudentemente al margen observado. Repentinamente las manos de Ron fueron tomados por una encantadora niña danzante, muy al desconcierto del pelirrojo y de Viktor, quien no tuvo tiempo de intervenir ni replicar nada pues sus manos también fueron apresadas, pero las suyas por una imponente mujer mayor; uniéndolos a un creciente grupo formado por los participantes y gitanos en medio del pasillo.

Engarzados  en una cadena humana,  al igual que muchos asistentes, fueron llevados de regreso al fondo del recinto, dando inciertos pasos de baile, más parecidos a pequeños saltos, y giros.

El búlgaro estaba mareándose, tanto giro repentino y velocidad lo desestabilizaban dándole nauseas, además de un sentimiento de aprensión absoluto. Deseaba soltarse, tomar la mano de Ron  y salir pitando de allí. 

En segundos, quizás milésimas, su mano fue liberada para ser tomada por una mano muy diferente a la de esa mujer que aun le sostenía, esta era grande, fuerte y muy blanca, la de su novio,  ya que la gitana lo había soltado para unirse con los músicos.

La música ya no acometía sus oídos y su temor fue borrado al escuchar la límpida y fuerte risa de Ron, quien reía feliz por algo tan espontáneo y llano como bailar desordenadamente tomados de la mano, dejándose llevar por la alegría de los demás, las risas y la música.

Toda  la angustia de Viktor se borró de la faz de la tierra.

La marejada fue encausada cerca al escenario montado en el pabellón. Los músicos se apoderaron del  entarimado y siguieron tocando mientras las bailarinas seguían su ritmo y les acomodaban en las butacas. La señora de antes reapareció, sentando al moreno sin prestarle mayor atención y se fue sin más; Ron por lo opuesto fue sentado por la niñita y fue obsequiado por un sonoro beso en su mejilla.

Los bailes enfrente de él eran hipnóticos, los minutos pasaron en un suave paso, tan lento que parecieron horas de dicha, todos risueños en  la súbita fiesta romaní. Viktor no podía sacar su vista de ellos, y les siguió viendo hasta cuando la última nota  murió y la quietud se posó en los cuerpos de las mujeres

Los aplausos no se hicieron esperar honrando a los gitanos, los cuales bajaron del escenario. Algunas personas empezaron a pararse e irse y otras permanecieron sentadas esperando a que se descongestionara un poco la salida e irse  con más tranquilidad.

-A nuestros apreciables asistentes, les pedimos paciencia. Dentro de cinco minutos el concierto del maestro Pirinkova dará inicio, gracias por su paciencia y comprensión- el anunciador otra vez habló.

Ron sonrió triunfante ¡Se había salido con la suya sin proponérselo! Se acomodó en la butaca y se dispuso a esperar, como muchos.

-Vámonos Ron- Viktor estaba a medio parar del asiento.

-O vamos Viktor, ya estamos aquí, no nos hace daño esperar.- Obviamente el pelirrojo no iba a dar su brazo a torcer.   

Renuente y sin ninguna posibilidad de escapar Viktor se dejó caer sin ceremonia alguna ¿Qué caso tenía replicar? Estando instalado donde realmente no quería estar y conociendo la testarudez de Ron no lo convencería de irse con nada.

Disgustado y completamente derrotado, veía sin ver en realidad el trajín de los técnicos ultimando detalles y como se realizaban las pruebas de sonido. –Podría preguntarle a Ron- esa idea surcó en su mente ociosa, buscando una válvula de escape más práctica y servible que tamborilear sus dedos en el reposabrazos de la butaca.

-Dime Ron ¿Qué sabes de Pirinkova?-

-Pues no mucho-Al igual que Viktor Ron estaba entretenido en ver a los técnicos maniobrar- Solo sé que es búlgaro, igual que tú ¡Ah! Y que a pesar su enseñanza empezó o continuó, no lo recuerdo muy bien,  de manera tardía es todo un prodigio, un ser superdotado-

-Vaya-

Los últimos toques fueron dados exactamente a los cinco minutos del plazo prefijado. Todo estaba listo, el auditorio estaba lleno y deseoso de escuchar el recital. Un maestro de ceremonias salió, saludó a los presentes, dio el programa a seguir.

-Con ustedes apreciable público ¡El maestro Dimitar Pirinkova!-

Una modesta ovación para recibir al chelista fue dada por la mayoría, no así por Viktor que tenía la quijada desencajada y sus manos entumidas, al reconocer que Pirinkova sí era quien temía. 

El chelista de un cabello marrón oscuro, ondulado y corto, alto, cuerpo delgado y fibroso. Caminó por el escenario con un despliegue de majestuosidad. Su andar era soberbio, aun cuando el bastón donde se apoyaba y los pasos inestables que daba mermaban un poco su halo de fuerza, no así su dignidad.

Lentamente y con algo de dificultad se sentó en la silla en medio del entarimado, colocando el violonchelo entre sus piernas, sujetándolo con firmeza con las rodillas. Acomodó sus dedos en las cuerdas a la altura del mástil del instrumento y el arco reposaba expectante en las cuerdas encima de de las effes.

De la caja escapó una nota baja y tras pulsar las cuerdas con maestría las notas se mezclaron creando  música.

La pieza ondeó entre las butacas, revoloteando en el aire como una mariposa que giró y giró para terminar posada de nuevo en su origen, las cuerdas del chelo.

 La música del violonchelo volvió a emprender el vuelo cual mariposa, mutando en colores y tonos, rozando los sentidos, desplegando un abanico de emociones variopintas en los presentes. No así para Viktor, ya que en sí solo la angustia, la culpabilidad y la tristeza se albergaban en su alma.

El rostro apiñonado del chelista mostraba una gran serenidad y concentración, no mostraba nada más que una gran paz en su faz al tocar su instrumento ¿Era verdadera aquella expresión? ¿O solo era una excusa creada por la mente de Krum para disminuir la culpa?

No pudo soportarlo más, la música para el eran chirridos en su conciencia. Se levantó y salió de allí olvidándose por completo de su acompañante.

-Viktor…Viktor-Ron llamó a su pareja, extrañado por su reacción. Le dio rápido alcance, más que nada porque estaba recargado  en una pared, jalando aire como si hubiera corrido una maratón- Viktor ¿Te sientes mal?-

-Ron- Viktor le llamó, sorprendiéndolo  al abrazarlo  -Vámonos de aquí- la voz salió en un patético ruego, el cual no se pudo negar el inglés.

-Claro, vayamos a ver a un doctor también- Ron le sujetó de la cintura, pasó uno de esos musculosos brazos por sus hombros y camino a su lado bastante preocupado.  Le había pedido ir a su departamento y él se negó pensando que era una más de esas ideas egoístas del búlgaro ¿Y si Viktor estaba enfermo? La siempre lozana cara mostraba un blanco amarillento bastante perturbador, amén del sudor frio ¿Y sí se agravaba lo que fuera que tuviera por el tiempo transcurrido? Se lo había pedido hace un buen rato.

No se podía decir quien llevaba a quien, Ron se esforzaba por hacer el caminar menos pesado a Viktor, apoyándolo en su cuerpo, aunque el moreno podía caminar perfectamente; y Viktor se abrazaba de Ron con tanta fuerza que por la diferencia de estaturas parecía que era él quien le llevaba.

Y de pronto un problema se planteó para el de ojos azules ¿Cómo se irían de allí? Por obvias razones el búlgaro no podía conducir su auto en ese extraño estado, y Ron no sabía conducir muy bien, además los nervios por la salud de su novio no le permitirían conducir con prudencia.

Ron parpadeó un par de veces al distinguir la figura de un hombre demasiado conocido, alzó su mano y la agitó al aire para llamar su atención-¡Señor Zabini.- Seguramente iba a parecer un interesado al hablarle solo cuando se le presentaba un problema.

Viktor, oyendo quien era y sabiendo cuales eran las intenciones del empresario no pudo más que horrorizarse, sobre todo al ver quien le acompañaba, demasiadas coincidencias habían pasado en un solo día. Por desgracia, su mente fraguó una idea de lo que estaba pasando allí. 

El mencionado giró su rostro buscando quien le llamaba, sonriendo al ver quién era. A la distancia que los separaba, Ron no pudo ver distinguir que aquella sonrisa distaba mucho de ser de alegría o sorpresa. Blaise se acerco a la pareja acompañado de un hombre intimidante, de cabello negro y ojos azules, la piel tostada y de  un cuerpo musculoso que cualquier fisicoculturista amateur envidiaría.

 -Ron cuanto tiempo- le saludo cordial el de apellido italiano- ¿Paseando por aquí?- No espero la respuesta-Qué modales los míos, Te presento a Matei Bervatov, es representante de Dimitar Pirinkova-

Ron pestañeó entre confundido y deslumbrado-¡Ah! Un placer, soy Ronald Weasley- zarandeó levemente a Viktor para que se presentara, pero este se mantenía obstinadamente callado, lanzándole miradas de odio puro al señor Zabini, tal vez celos absurdos. Ligeramente bromeó para destensar  el ambiente – Y éste saco de aquí es mi…- dudó un poco, sabía de personas que eran intolerantes a los homosexuales, aunque ¿Qué importaba? Ni que fuera a volverlo a ver- … mi pareja, Viktor Krum- se removió incomodo al ver la mirada desdeñosa que le lazaba el representante – ¿Así que es el representante del maestro? Nosotros lo estábamos escuchando, solo que tuvimos que salir-

-Mira nada más ¿Escapando de nuevo Krum? Como toda una rata- Bervatov lucía como si en cualquier momento se le lanzaría a la yugular de Viktor.

-¿Disculpe?- Ronald se enfado ¿Qué le pasaba al tipo? ¿Por qué Viktor no reaccionaba?

- Matei, mi amigo, creo que te estás confundiendo- Blaise palmeó el brazo de su acompañante, tratando de tranquilizarlo.

-Claro que no- escupió con rabia el hombre – Pensé que mis ojos me engañaban, pero cuando nos acercamos no me cupo ninguna duda, es el maldito bastardo de Krum ¿Qué haces aquí? ¿Querías comprobar que Dimitar siguiera en donde lo dejaste, maldito imbécil? –

-No…yo…- Viktor habló, aunque sus palabras no eran muy coherentes -No sabía que era Dim el que…-

El agarre de Ron comenzó a aflojarse – Dijiste que no lo conocías- se separó del cuerpo de su novio.   

-¡Ah muchacho! Mejor aléjate de este tipo, sino terminaras mal- le aconsejó Matei, su voz irradiando rabia contenida –  ¿Oh ya se te olvido Krum? Al parecer sí, solo tu pudiste olvidar, pero nosotros no, yo no-

-¡Crees que lo hice! ¡No sabes las noches que me he pasado en vela pensando en ello!- gritó Viktor fuera de sí.

-¡De nada sirve lamentarse!- gritó Matei.

-¡Pues lo creas o no lo he hecho!-

-¿Ah, sí? –Preguntó irónico Bervatov -¿Qué lamentas? ¿No haberlo matado?-

-¡¿Qué mierda estás diciendo?!- replicó Viktor.

-¿Qué diablos está pasando?- Ron estaba desconcertado, se sentía en una dimensión paralela – Explícame Viktor- exigió, tomándolo del hombro.

-¡Aquí no Ronald!- Viktor se zafó bruscamente, lanzándole una mirada de enojo y fastidio a Ron.

-¡No me llames Ronald!- El pelirrojo se crispó, poniéndose rojo- ¡Y merezco una explicación! –

-¡Mierda Ronald! ¡Esto no te importa!- gritó Viktor.

El inglés abrió grandes sus ojos, sus puños se cerraron de la furia - ¡Perfecto!- se dio la media vuelta y se dirigió a la salida.

Krum apenas se dio cuenta de la manera de cómo le habló a su gatito - ¡Ron!- corrió a darle alcance- Espera…- alcanzó a tomarlo de la mano.

Ron manoteó – ¡Suéltame! Tú lo has dicho, no me importa. Después de todo yo solo soy a quien te follas por capricho ¿Lo olvidas? No soy digno de ti, ni de tu confianza-  y salió siendo un vendaval rojo.

El moreno se quedó de piedra al escuchar aquello, dejándolo ir.

-¡Ja! ¿Lo ves? Tu solo destruyes lo que tocas Krum- se mofó Bervatov.

Viktor se dio la vuelta, gruñéndole al hombre, soltando un grito iracundo al ver la sonrisa del italianucho que venía con su ex compañero.

-Gracias Krum- Blaise aplaudió- Soberbio, no pudo salir mejor mi plan, me facilitaste las cosas como no tienes ideas -hizo una zalamera reverencia- Y todo te lo debo a ti y a tu estupidez-

-¡Tú!- se le lanzó encima para destrozarlo, siendo contenido por los guardias de Zabini.

-Te lo dije-Blaise sonrió triunfante, palmeando la mejilla de Viktor- Te dije que te alejaras de Ron, él es mío- sonrió con desprecio a su rival.

-¡Bastardo!-forcejeó con todas sus fuerzas, pero los guardaespaldas lo sometieron.

Matei Bervatov dio dos sonoros pasos plantándose frente al reducido moreno, soltándole un puñetazo en el plexo solar, dejándolo sin aire –Tú destruiste nuestras vidas- escupió las palabras con ira- Es la ley del Talión, ojo por ojo, diente por diente-

-Llévenselo- ordenó Blaise, obedeciendo los hombres sin chistar, batallando con los esfuerzos por zafarse de Viktor.

-Que molesto- se quejó Zabini

Matei solo hizo una mueca de desdén.

-Bueno Matei, gracias por todo-

El representante extendió su mano, que fue estrechada por el empresario-Al contrario, gracias a ti. Por cierto, recuerda tu parte de nuestro trato, Dimitar no se debe de enterar de nada-

-Por mi está resuelto- se puso una mano sobre el corazón –Temo que debo dejarte, debo ir a consolar a un pelirrojo.-

Bervatov asintió, se despidieron ambos hombres y cada uno tomó su camino.

************************************************

Ron caminaba hecho una furia, apartándose  de aquel lugar. Se sentía estúpido, traicionado, usado. Se llamo mil veces tonto al haber confiado ¿Pero qué esperaba de un tipo qué lo manipulo con sexo para salir con él? -Estúpido, estúpido.-

Un auto de lujo se estacionó a su lado, pero Ron paso de largo.

-¡Ron!- Blaise se apeó del coche, llamándolo- ¡No sabes cómo te he buscado!-se paró frente a él- No te veías muy bien y me preocupe- le tomó los hombros, viéndolo con preocupación.

-Señor Zabini- El cuerpo de Ron temblaba, sus emociones trataban de exteriorizarse, pero él, testarudo y orgulloso, se negaba dejarlas salir-Lamento todo, yo…-

 -Shh, te he dicho que me llames Blaise- le abrazó- No es tu culpa.- separó aquel cálido cuerpo que desde hace mucho deseaba tener- Vamos, te llevaré a casa- le convido.

Ron asintió aceptando, no tenía ganas de  tomar el bus, además que el señor Zabini era una persona fiable, se lo había demostrado anteriormente.

Blaise abrió la portezuela para Ron subiera, lo que hizo agradeciéndole el gesto. Dio la vuelta para subir al lado del piloto y se permitió sonreír complacido.

Cuando el pelirrojo se quebrará por completo, él estaría allí para consolarlo.

Notas finales:

Creo que quedaron más incognitas que respuestas, juju, así que les dejo con la incognita.

Criticas, jalones de oreja, revw bomba y porque no, saluditos denle click en review ^^.

Por cierto ¿Alguien sabe porque a veces la pag, no te deja entrar en tu cuenta? Ya me habia pasado varias veces, pero se soluciona rápido, pero esta ultima vez de plano sufri y peor,ni siquiera me avisa si tengo comentarios y eso que la opción esta marcada,que extraño.

Bueno, mientras trato de dilucionar el misterio me despido, ciao ciao.


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