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ENCUENTRO ACCIDENTADO. por Whisperyuki

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Notas del capitulo:

Hola.

El penúltimo cap. de la historia.

Para aquellos que deseen saber que pasa con la vida de los demás personajes.

Ron guardaba la libreta de sus notas en su mochila, listo para salir de la facultad e ir a tomar un rico y merecido descanso al cafecito de siempre.

Se levantó de su asiento en el aula y vio al frente, ladeó su cabeza mientras veía el cómo Harry hablaba en susurros con el temible profesor Snape. El oscuro hombre seguía viéndose intimidante, pero había notado una diferencia en su ser que no podía describir. Sus ojos se abrieron grandes al ver el suave sonrojo que cubría las mejillas de Harry, a la par de  la ladeada y discreta sonrisa de su profesor ¿Qué infiernos? Un estremecimiento le recorrió y mejor, antes de imaginarse cosas extrañas, salió del aula para reunirse Hermione.

 Hermione charlaba animadamente  en el pasillo por teléfono, de seguro hablaba con Neville. El castaño estaba ausente después de la semana de exámenes finales  y se comunicaba con ellos para estar al pendiente de la escuela  o solo para des estresarse de la carga que el pobre traía encima, pues, sorprendentemente, se iba a casar.  

Solo hace unos días, cuando llegó de Bulgaria, Bojan y Neville habían ido por Viktor y Ron al aeropuerto a recibirlos. Después de los parabienes por regresar a salvo, se fueron a comer y celebrar su retorno. En el restaurante Bojan, todo dramático y pomposo,  soltó la bomba: le había pedido a Neville que se casarán y su tímido amigo había aceptado. Fue impactante la noticia para ellos, sobre todo para Viktor que no pudo evitar preguntarle a Bojan el porqué de esa decisión repentina, si el juraba y perjuraba que iría a la tumba soltero y feliz.  La respuesta fue simple, el búlgaro amaba con locura a Neville y no podía ni quería vivir más alejado de él, además que en tono pícaro dijo que necesitaba comprobar si realmente no podía embarazar a Neville  y necesitaba múltiple pruebas de ello. ¿WTF? Sin comentarios. Ron no entendía que pasaba por la cabeza del hombre y prefería no averiguarlo.

En ese día pudo constatar el porqué de la entrañable amistad de los búlgaros, cuando Bojan, después de chocar copas de champaña pedidas para celebrar la ocasión, discretamente  le preguntara a  Viktor si todo estaba bien,  Viktor asintió y ambos se abrazaron cálida y confortablemente. El de ojos malva  volvió a su personalidad ruidosa zanjando el asunto después de ello, sin más explicaciones.  Ron así se sentía conectado con sus amigos, podía contar con ellos, no se juzgaban  y se entendían, la mayoría de las veces.

-Hey –Era Harry que rápidamente lo alcanzó y le dio un puñetazo de juego -¿Por qué no me esperaste?

-Ah, es que al parecer tenías asuntos pendientes con Snape y no quería interrumpirte.- Ron sonrió felicitándose por una respuesta neutral, cuando el grave sonrojo de Harry le hizo tragar duro.

-Oigan, que se tardan más que una chica en plena sesión de maquillaje.- Herm les riñó- Me puse a platicar con Nev y ustedes nada que salen y tengo hambre ¿Nos vamos?-Ambos chicos se cuadraron y asintieron ante el reproche, siguiendo a la chica que ya salía. Rápidamente la incomodidad se fue diluyendo y las actitudes se tornaron a las mismas de siempre.

En el café, después de ordenar, se empezaron a poner al corriente de sus vidas, ya que se había pospuesto por sus ocupaciones y exámenes. Hermione les relató que  Neville se hallaba en una encrucijada con los preparativos de su boda; que sí en Canadá u Holanda, que sí solo una ceremonia no oficial, que sí esto que el otro, que el tiempo es muy poco y que el otro novio era un desesperado; pero que aun así estaba feliz. Ron les relató de su hazaña en Bulgaria, guardándose los detalles más íntimos de la vida de Viktor. No que le avergonzara su novio y su vida, pero se trataba de la intimidad de Viktor y no estaba seguro de que pensaría su novio si la hacía del conocimiento de sus amigos, tomando en cuenta lo que le constó para contársela a él.

-¿Entonces conociste a Dimitar Pirinkova?- Hermione lo miraba boquiabierta y con un dejo de envidia nublando su ojos.

-Sí. Es un hombre muy amable, hasta me regaló unos discos autografiados. No puedo decir lo mismo de su manager, es bastante posesivo.- Ron frunció el ceño por el recuerdo. Hasta él, que era un despiste total, podía ver lo celoso que se comportaba Matei para con cualquiera que osaba siquiera mirar a Dimitar ¿Por qué simplemente no se le declaraba y ya?

-Oh, hombre. Esas palabras serían en sueño de cualquier reportero de revistas rosas- rió Harry.

-Es la verdad.

-Pues para que te hayas dado cuenta debe ser muuuy notorio-le picó su amiga.

-Hey…

-Oye Ron ¿Y los papás de Viktor?- Esa era una pregunta que Harry moría por hacer. Viktor era un buen tipo y le caía bien, pero no le perdonaría que escondiera la relación que llevaba con su amigo.

Ron se encogió de hombros – Viktor quería hablar con ellos, hasta fuimos a su casa, pero la señora nada más abrió la puerta, nos vio y nos cerró la puerta en las narices.

-Wow, que cruel.- chifló Harry.

-Baah, ellos se lo pierden.- El pelirrojo bufó. En serio ¿Qué padres eran esos? Negándose a recibir un hijo que regresaba a pedir perdón. Que se jodieran.

-Entonces, supongo que ahora que todo se arregló la relación con tu ¿Cómo decías?-Hermione fingía estar pensando, jugueteando con un dedo en su barbilla- Ah sí, mastodonte- risas- ¿va en serio?

-Sí,- Ron carraspeó- inclusive hemos hablado de ir a la Madriguera, para que má’ y pá’ lo conozcan.

-¡Oh Dios!-Hermione saltó de su asiento y abrazó a Ron- ¡Entonces va más que enserio!

-¡Hermione!- Gruño Weasley ¿En serio era difícil creer que él era maduro?

El intercambio de palabras juguetonas y mordaces de esos dos era seguida en silencio por Harry, quien bebía de su café en silencio ¿Se aventuraría a contarles?

-Harry ¿Te sientes bien?- la chica del grupo cuestionó, viendo el semblante serio del pelinegro.

-Sí. - Respondió Harry raudo- Solo pensaba acerca de la beca que perdimos.

-Bueno, no hay mucho que podamos hacer al respecto.- tranquilizó Ron.

-A mí no me engañas Potter, a ti te pasa otra cosa.-Espetó la chica.

Ante la mención de su apellido, Harry hizo una mueca de dolor- Mione, tu novio te está pasando sus malas costumbres.

-No trates de desviar el tema, Harry, habla.

-Pues…-nervioso, el de lentes frotaba su nuca, inseguro de cómo empezar - ¿Recuerdas la vez que nos dijiste que le gustaba a Snape?

-Ajá- los ojos de Hermione estaban estrechos, cuestionadoramente, hasta que una pequeña luz de entendimiento le llegó - ¿No me digas que es verdad?

Harry, abochornado, asintió levemente con la cabeza gacha.

Hermione casi baila sobre su silla de felicidad por tener la razón. Ron…a Ron casi le da una apoplejía.

¡Esa era la razón de la actitud de Harry de hace días!

Claro que la había notado, casi después de que llegó. Harry se mostraba meditabundo y callado. Ron había decidido no presionar a su amigo para que le contara, a su tiempo el pelinegro hablaría y él se enteraría. Pero cabe mencionar que nunca imaginó algo así. -¿Desde cuándo?- logró articular.

-¿Recuerdas el día que me llamaste para decirme como estabas?- musitó bajito Harry, encogiéndose en su silla.

El pelirrojo asintió. Ese día solo hablaron muy poco. Había pensado que la llamada se había cortado, pero ahora, ya lo dudaba.

-Pues ese día pasó.

//Días atrás//

Harry, de tanto en tanto, lanzaba miradas esperanzadas al teléfono de la oficina del profesor Snape, esperando con el alma en vilo noticas de su, perdido en acción, amigo. Estaba tan nervioso desde que Ron había llegado a casa y le contara de su plan y el favor que le pidió, que no había logrado comer o dormir como se debía, mucho menos estudiar o trabajar.  Por estos factores estaba fallando, causando que  Snape estuviera más que insufrible.

Tenía claro que no era el momento ni el lugar para estar divagando, pero estaba asustado por la ausencia de su amigo; después de todo, Ron había viajado con casi nada a un país con una lengua y costumbres  diferentes.

Un nuevo vistazo al teléfono añadiéndole uno al reloj y nada. Harry podía jurar que estaba a nada de colgarse de las paredes, pero eso de no serviría, solo le quedaba esperar. Tan ensimismado estaba Harry en sus pensamientos, que no notaba la presencia de Severus.

El profesor, quien fingía buscar un archivo entre los anaqueles, miraba con rabia el maldito aparato al que Harry prestaba tanta atención ¿A quién esperaba?  Pero sobre todo ¿Quién era el maldito bastardo al que Harry anhelaba tanto para olvidarse de sus obligaciones? No podía ser el tipejo ese de quien sospechaba antes, pues este tenía una relación con otro de sus alumnos; a menos que a Harry esto le importara tan poco que cayó en sus brazos. No, no era posible, Harry no era ese tipo de persona, entonces ¿Qué? ¿Quién? ¿Quién había traspasado la jaula que Severus había forjado en torno a Harry? Abrumado por sus pensamientos, Snape salió al pasillo para tranquilizarse, necesitaba aclararse o sino iba a estallar y sabrá Dios que cosas podía hacer. Dejó la puerta abierta, permaneciendo alerta.

El timbrar del teléfono nunca había sido tan dulce para Harry, que prácticamente voló para tomar el auricular. No pudo contener su alegría al escuchar a Ron del otro lado de la línea, suspirando de alivio al saberlo al menos a salvo.

El timbre se escuchó en el pasillo, Severus, con todo el sigilo del mundo, se plantó en el marco de la puerta, escuchando disimuladamente la conversación. Lentamente asomó parte de su rostro, viendo algo que deseó haber ignorado, la esplendorosa sonrisa del chico de ojos verdes.

El corazón de Snape se estrujó dolorosamente en su pecho, como si una mano invisible hubiera tomado el órgano y lo apretara  en un puño. El dolor se convirtió en ira y celos. Una furia ciega nubló todo raciocinio en el hombre, que entró azotando la puerta dando a conocer su presencia, haciendo que Harry diera un bote en su lugar asustado, pues había sido atrapado en flagrancia fuera de sus deberes. Snape en unos cuanto pasos llegó a donde el chico, tomó el aparato y de un solo tirón  arrancó la línea.

Tan inesperada fue la acción como la que siguió. Harry se encontraba atrapado entre el escritorio y el cuerpo maduro de su profesor, con sus brazos contenidos sobre su cabeza y sus labios siendo profanados en un beso. Intentó desasirse del agarre y escapar, pero sus defensas se estaban derritiendo de a poco por la pasión que le era transmitida a cada latido percibido sobre su cuerpo.

Las alarmas de Severus gritaban desaforadas ante su compartimiento. De nada sirvió su voz interior gritando contra la barbaridad que estaba efectuando, eran sus sentimientos  los que había tomado el control de su cuerpo. Ya no podía luchar más en la contención del profundo amor que sentía por Harry. Esto podía marcar el fin de la casi nula relación que mantenía con el chico de ojos verdes, pero al menos, tendría el recuerdo del delgado cuerpo bajo el suyo y el sabor de los dulces labios. Al fin, Severus reaccionó, separándose con renuencia y una mezcla encontrada de sentimientos. Su cuerpo se sentía vacío ante la falta del menor, pero su conciencia estaba horrorizada ante el acto de haber forzado al chico y todos los problemas que esta acción conllevaba, sobre todo el distanciamiento que el de lentes marcaría.

 Harry temblaba cuando se sentó en el escritorio, aun en shock. Su boca ligeramente abierta intentaba inhalar aire fresco ya que su garganta parecía haberse cerrado por completo. No entendía nada y el profesor permanecía en sepulcral silencio, haciendo la escena más inexplicable. Reaccionó de la única manera que podía, se levantó, tomo al vuelo su mochila y salió corriendo de allí.

Severus se quedó allí, de pie en medio de la oficina, viendo como una parte de su alma abandonaba su cuerpo y se iba con el chico. Era el castigo por haberse rendido su raciocinio a su corazón; no quedaba más que afrontarlo y tomar las medidas pertinentes. Miró con lástima el teléfono, el pobre objeto era tan inocente como Harry, lo levantó y le tiró al cesto de basura.

/////////////////////////////////

-Al día siguiente lo confronte,-explicó Harry- quería que me explicara que exactamente estaba pasando, porque no lo lograba comprender. Él se me confesó. Me dijo que me amaba desde el principio y que sus actitudes, pues, eran resultado de sus celos y posesividad. También me pidió perdón por la escena del día anterior y que no se volvería a repetir. Es más, que ya había hablado con el Director y que se iba a ir de la Universidad y no volvería a molestarme.-Harry sacudió su cabello con la mano, buscando tranquilidad. - Yo, yo, simplemente no podía permitir que se fuera. Le pedí una oportunidad, nada serio, pero si salir para conocernos. Una cosa llevó a otra y desde hace dos días estamos saliendo como pareja.

-Vaya.- Musitó Ron.

-Sí, vaya.- confirmó Harry, carraspeó y agregó-  Desde que Hermione dijo eso sobre  que Severus podría estar interesado en mí, no pude sacármelo de la cabeza y pues, pues, me di cuenta que no me era indiferente. No fue fácil la decisión, después de eso me pase toda la noche en vela, ya saben, dos hombres, más aún él es mucho mayor y peor, mi profesor.- el pelinegro suspiró- Pero tome mi decisión, y enfrentaremos las cosas como vayan llegando. Espero que la respeten y solo pido disculpas por no haberles contado antes.

-Comprendo que estuvieras temeroso Harry,- habló Hermione-  pero somos tus amigos y, al menos de mi parte, respetamos tu decisión.  

-Gracias Mione- Harry estiró su mano y tomó afectuosamente la pequeña mano de su amiga- ¿Ron?- en la voz de Harry se escuchaba el ruego por la aprobación de su amigo pelirrojo.

-Lo mismo amigo, solo espero que te trate bien.- Bueno, era una idea chocante. Harry y Snape, Dios, le tomaría un poco de tiempo acostumbrarse a la idea, ¿Pero quién era Ron para juzgar?

-Oye Harry- un brillo travieso se pintó en el rostro de la chica - ¿Qué tal es el profesor besando?

-¡Mione!- Ron estaba escandalizado- ¡Por favor, sin detalles escabrosos! Al menos déjame digerirlo.

Harry se rió por el comportamiento del pelirrojo, así era y así siempre sería.

-Aww- arrulló la castaña –Aguafiestas. Bueno, ya que no me dejas tener un poco de diversión entonces te contaré los planes para mis vacaciones en Francia con mi novio.

¡Hurra! Tus planes para con tu hurón y su familia, que divertido.- dijo Ron con sarcasmo- Igual de divertido que una extracción de muela.

Para variar, los dos empezaron a discutir. Mientras tanto, Harry mejor se entretenía en escribir un mensaje, aunque sonreía por el comportamiento infantil de esos dos.

Por sus adentros, Ron rió divertido. No cambiaría nada de su vida, pero volver a la rutina siempre era tranquilizador.

Bueno, mejor dicho, a su vida, con unas cuantas diferencias.

Dios, necesitaba unas aspirinas.

Notas finales:

Gracias por leer.

Un beso, ciao.


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