Capítulo 10.- Descubriendo el amor.
La casa lucia de blanco, los invitados empezaban a llegar y Shuichi empezaba a colocarse bien la corbata roja que lucía junto a una camisa rosa y traje negro. Suspiraba dos veces por minuto, le parecía tan increíble la idea de estar casándose con la persona que hasta hace unos días odiaba con todas sus fuerzas, pero así era. Había una pregunta rodeando su mente, una simple pero gran pregunta ¿qué sentía por Yuki?, ni él lo sabía; lo único que sabía es que el sentimiento no era odio.
Shuichi escucho entrar a una persona y notó el aroma de Yuki, volteo y se encontró con el hermano de éste, sintió un poco de desilusión cuando lo vio. Sonrió y mirándole lo invito a seguir entrando en su habitación.
—¿Preparado para el matadero?
—¿Qué?
—Casarse con mi hermano es como ir directo al matadero, no sabes cuán difícil es su forma de ser, sólo lo has visto en el trabajo; en cosas de hogar es muy exigente— Tatsuha se sentó en la cama e hizo una seña para que Shuichi hiciera lo mismo.
—Lo sé, de lo contrario no hubiera aceptado ser su novio.
—Pero vamos que aún puedes decir que no.
—¿Por qué haría tal cosa? — Shuichi miró a Tatsuha con cierta curiosidad.
—Aún no has dicho “Sí”, puedes evitarte demasiados problemas en decir que no estas dispuesto, en verdad, Yuki es una persona que estará mejor sola.
—Espero que lo que estés diciendo en verdad sea porque me quieres, no sea porque algo me estas ocultando de Yuki.
—Claro que no, lo hago para sentirme seguro después de tu boda, tu amigo Ryuichi me ha aceptado la invitación y si estás seguro de casarte con Yuki, estaré seguro de tener a Ryuichi conmigo.
—Debes estar seguro por la boda, Yuki y yo estamos unidos por algo más que sentimientos— Shuichi se levanta de la cama — además no sé cómo harás para Ryuichi te haga caso, ya que si no sé quiso ir conmigo dudo que lo haga contigo.
—Entonces me quedaré aquí.
—Vaya…
—Bueno sigue poniendo hermoso, que mi hermano se está llevando una joya a la bolsa—. Tatsuha salió de la habitación y se dirigió a donde estaba Yuki mirando el paisaje desde la ventana.
Lucía un traje color crema junto un pequeño moño rojo, Tatsuha intento contener la risa al ver a su hermano vestido de tal manera, pero al final no pudo soportarlo sacando una risa brutal que se escuchó en toda la residencia. Yuki le miró pero en sus ojos no había enojo, sus pensamientos estaban ausentes, recordando la procedencia de aquella prenda.
**********Flash Back**********
Yuki se encontraba mirando los trajes que había traído para estar en aquel lugar, después de todo no había usado alguno pues la familia le dio ropa más ligera. Estaba a punto de elegir un gris metálico, el cual combinaría con una camisa rosa y una corbata blanca y los zapatos negros; quizá se vería muy formal pero haría lucir su rostro.
Empezó a acomodar el atuendo en la cama viendo que cada uno no tuviera alguna imperfección, miro a la vez la ventana. El lugar era bueno, si aún quisiera ser escritor por placer, podría vivir ahí. Escuchó el ruido de la puerta y vio entrar a la madre de Shuichi.
—Buenos días hijo— dijo la madre de Shuichi— disculpa por interrumpir, veo que has elegido un atuendo muy lindo.
—No sé si es lindo pero al menos me parece elegante, ¿A que debo tan hermosa visita?
—A que no vas a utilizar lo que has elegido— Yuki frunció el ceño— tengo algo para ti.
Nagy tomó una bolsa que se encontraba en el gran guardarropa; miró a Yuki y le entregó dicha bolsa. Yuki abrió la bolsa y encontró un traje color crema totalmente, una camisa de igual color, y un moño rojo, mirando después unos zapatos color carne. Era para su persona algo ridículo para vestirlo.
—Pero…
—No digas nada, sé que quizá no es el estilo que te gustaría usar y que obviamente lucirás como la “mujer” dentro de la relación. Pero esa ropa es del abuelo de Shuichi, le gustaba mucho vestir de esa manera, y en su época era un lujo tener ese tipo de vestuario. Shuichi quiso mucho a su abuelo, y le dijo que el día que se casará debería utilizar ese traje con la mujer que el decidiera. Tiempo después Shuichi llegó con la noticia de su homosexualidad, y su abuelo se enojó demasiado; tenía ideas conservadoras y fue muy severo. Por dos años le retiro el habla, y detestaba a Ryuichi. Poco después falleció y Shuichi aventó a la basura el traje ya que nunca se casaría con una mujer. Ayer le comente de todo, pero fue negativo dijo que para qué había alzado el traje, que no lo quería. Sé que es mucho pedirte pero sé que será feliz al ver que lo traes puesto.
—Ahh…
—Sé que será difícil para ti ponértelo pero en verdad, Shuichi está feliz contigo además nos alegra tanto que haya decidido dejar esa soltería que prometió desde que se fue, juro que si no era con Ryuichi jamás se casaría. Él es muy buena persona y tú igual; creo que ambos hacen una pareja tan hermosa. Me quedo tranquila al ver que a lado de mi hijo se encuentra una persona digna, elegante, fiel, honesta y lo más importante que está dispuesto a entrar a esta familia de locos.
—Ah…claro, me pondré el traje— Yuki volteó a ver a otro lado, miles de cuchillas le clavaban en el alma.
—Y ¿tus padres vendrán?
—No, parece que se les cruzo una boda a la que tienen que asistir.
—¿Más importante que la de su hijo?
—Es que no hay mucha comunicación.
—Que mal, bueno, te dejo que faltan unas horas para la boda— Nagy lucía hermosa y feliz, eso destruía a Yuki.
***********Fin de Flash Back****************
Yuki dejó correr las carcajadas de su hermano, no le importaba nada. Su corazón sufría y su mente lo torturaba. Miro a Tatsuha que poco a poco se calmaba, para después preguntar:
—¿Qué te dijo?
—¿Utilizarás eso?
—Sí, ahora dime qué te dijo, en serio Tatsuha hoy es el peor día de todo mi vida, así que más vale que me hables bien.
—Shuichi te ama, no dará un paso atrás. En serio, ese chico esta decidido a soportarte— Tatsuha se acercó a Yuki — piénsalo bien, aún puedes hacer algo.
—Lo he pensado, lo he planeado y ya está hecho; no daré paso atrás por más que lo deseara nunca podría ser alguien honorable para papá pero puedo intentar hacerlo.
—Falta una hora para la boda, hay gente, demasiada diría yo, piénsalo. Yo que tú, no lo haría…y buscaría otra solución.
El silencio de Yuki fue la respuesta para Tatsuha y para sí mismo, Los minutos debían avanzar y el la decisión ya la había tomado.
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Los invitados se encontraban en el gran granero, la decisión estaba lista para ambos jóvenes. Yuki y Shuichi no sabían bien quien entraría primero. Shuichi decidió resolverlo en un volado con Tatsuha, quien representaba a Yuki pues era “tradición” no verse hasta que fuera hora de la celebración.
—Águila.
—Yo en nombre de Yuki pido sol—.
—¡Que inteligente decisión Tatsuha! — se burlaba Ryuichi.
La moneda voló, al caer mostro águila, por lo cual a Shuichi le tocaba esperar en altar a Yuki. Lo cual para Shuichi fue genial, ya que no quería que su padre le entregara cuando no era una boda real.
La música empezó a sonar, todos los presentes se pusieron de pie, en la puerta Yuki respiraba y tomaba así un listón rojo con el cual uniría el destino de él y de Shuichi. Shuichi miro como venía entrando Yuki con una cara de tristeza, algo presentía pero en ese momento se percató del traje que usaba y su corazón giro, eso era algo que nadie esperaría de Yuki, pero él lo estaba haciendo, Shuichi se dijo a el que no lloraría, porque no era una boda real, no lo era pero su corazón decía otra cosa.
—Bien— Yuki llego y se colocó a lado de Shuichi y se tomaron de las manos, entonces el pastor continuo— Estamos aquí para celebrar la unión de dos alamas, de dos personas que de hoy en adelante serán una y que toda su familia celebra esta decisión. Ahora nada podrá separarlos.
Yuki hizo una seña para que el pastor se detuviera, lo cual Shuichi miró con desconfianza.
—¿Quieres decir algo?
—Así es.
—Adelante.
Yuki volteo y encontró a la familia de Shuichi sonriéndole, encontró a Ryuichi y a Tatsuha sentados juntos, miro a fuera de aquel pequeño granero y escuchaba como los meseros se preparaban para un banquete que no se celebraría.
—Hola, mi nombre Yuki— rieron todos después de esas palabras— hoy inicia mi vida como casado — la familia de Shuichi sonreía con más fuerza— pero siento que mi pareja no vaya a ser Shuichi— el granero se llenó de silencio, nadie sabía bien que era lo que pasaba.
—Yuki…—susurro Shuichi— ¿qué haces?
—La familia Shindou no necesita una escoria en su familia, por eso me alejo. Me casaré hoy, es cierto, será con una mujer de nombre Ayaka— las miradas contenían desilusión pero aún no comprendían — Yo hace unos días obligue a Shuichi a casarse conmigo, lo obligue porque quería seguir siendo soltero, quería defender mis noches de parranda, estar con diversas personas, estar con quien quisiera pero eso no se podría más si Shuichi no me ayudará por eso le obligue. Ahora cuando he pasado cosas desde las más vergonzosas hasta las más sentimentales me he dado cuenta que ustedes no merecen a alguien tan miserable como yo. No quiero lastimarlos pero todo esto es un teatro y Shuichi no tiene la culpa el sólo obedeció porque de no hacerle arruinaría su carrera de editor y escritor. Perdonen por usar la ropa que tenía tanto valor para ustedes pero es mi último gusto. Además sé que Shuichi tiene una persona especial en su corazón, y yo no quiero arruinar eso; porque Shuichi merece todo en esta vida— Yuki miro a Shuichi, bajo la mirada y continuo— Disculpen, pero yo tengo una boda que atender.
Yuki salió del lugar corriendo, todos estaban en silencio; unos miraban con tristeza y otros con enojo a Shuichi; mientras que Ryuichi se acercó un poco a Shuichi. Tatsuha se quedó sentado en ese lugar, Yuki había programado todo pero él también era un Uesugi y también sabía diseñar planes.
—Shuichi...
—No te preocupes Ryuichi, estoy bien.
—¡Cómo carajos te atreviste a aceptar tal trato! — El padre de Shuichi se acercó — todo fue una maldita falsa, lo acepto, lo sospechaba. Pero no quería ver que en realidad mi hijo tiene tan poca dignidad como para no hacerse valer ¡No tienes orgullo Shuichi!
—¡Basta! Deja de hablarle así a nuestro hijo— Nagy se acercó a Shuichi — ¿Por qué ocultar eso?
—Madre…yo no sé cómo explicar todo esto en verdad— Shuichi trataba de decir algo pero la acción de Yuki, ese sujeto no era su jefe frio y sin corazón, además él no sabía bien a dónde iba Yuki pero si algo estaba en su mente era que no quería que se casara con alguien más.
—Crees que es bonito— volvió a decir su padre — ahora tendremos que decirle a la gente que nos disculpen; que todo fue una puta obra por salvar tu trabajo de editor que ni siquiera te da para vivir de manera cómoda.
—Perdón por seguir mis sueños padre, pero no; yo lo hice por mí y tengo dignidad pero no tengo a un padre que me apoye; ni ayer, ni hoy; y parece que mañana tampoco.
—Basta—- interrumpió la abuela — ¿Qué es todo esto? La verdad es que no me simpatizaba mucho pero Yuki…
—Shuichi— Ryuichi jaló a Shuichi para un lado — Yuki se ha ido.
Shuichi subió rápidamente a la habitación y se dio cuenta que en efecto todas las cosas de él no estaban solo en una bolsa se encontraba el traje, el listón rojo; y a lado una carta para ¿él?
“Para Shuichi.
La habitación parece más grande de lo que realmente es, me siento un ser pequeño en un mundo tan grande. Quisiera en éste momento cobijarme en los brazos de alguien que en verdad me quiera y que me tenga paciencia. No sé qué me ha pasado pero en pocos minutos tendré que salir de esta habitación y enfrentar lo que será mi destino. No es qué culpe a mi pequeña hermana pero quizá si ella no estuviera así yo podría ser otro.
Recuerdo el día en que escuche a mi madre llorar y a mi padre pedirle perdón; no entendía algo de lo que decían así que regresé a mi habitación con la esperanza que la noche arreglara los problemas que tenían. Mi hermano venía saliendo de su habitación y con un gesto evite que se acercará más a la habitación. Pero al día siguiente mis padres no eran los mismos, ya no había cariño en esa casa; se sentía el aire de melancolía.
No me atreví a preguntar pero no tardaron en soltar la información, la gran noticia era que tendríamos una hermana y que está sería muy feliz si sus dos hermanos la cuidaban. La cara de extrañez fue de ambos, mi hermano y yo no entendíamos entonces porque el llanto de mi madre pero claro, siempre tengo que preguntar y la respuesta fue algo que nunca espere de mi madre; creo que como todo niño imagina que su padre es el mejor.
<<Será en realidad su media hermana, ya que su padre me ha engañado con su secretaria, así que ahora tendré que criar a una escuincla que no es mía>> esa fue la respuesta de mi madre, esa chica no era mi hermana en sí, pero no me explicaba, recuerdo que tenía unos quince años para ese entonces y mi hermano unos catorce. Mi padre no respondía y de pronto soltó lo que marco el futuro de mi vida <<Así somos los hombres, tenemos deslices pero lamentablemente murió la madre>> después de ese día nada fue igual.
La bebe llegó con una semana de nacida a la casa, cuando la vi sentí una gran repulsión hacía aquella criatura; en realidad mi madre no la quería y mi padre sólo decía que <<maldita la hora en que a esa bruja se le ocurrió morirse>>. Con esas palabras crecí y llegue a los veinte años rodeado de gritos de Akira hacía todos los rincones de la casa. Me molestaba, estábamos tan bien que me enojaba que una persona pudiera arruinar el bienestar de una familia; ese mismo día hice mis maletas y me aleje de aquel lugar. Mi padre me gritaba pero yo había decidido hacer algo por mi vida, hacerlo por mí y dejar a mi familia.
Cuando avanzaba en los asuntos escolares y a la vez trabajaba en la editorial iba sintiendo simpatía con mujeres y hombres; al principio me ilusionaba tener una pareja pero cada vez que recordaba lo que sucedió en casa me detenía. Fue entonces cuando lo juré, nunca me casaría ni tendría a una persona especial, todas serían de una noche o máximo de una semana pero no más. Me gustaba ese trato porque así no saldría lastimado y al fin de cuentas estar con una y otra era normal porque según la frase de mi padre <<así somos los hombres>>.
Después de unos años me invitaron al cumpleaños número seis de Akira, yo no quería ir pero la persona que estaba conmigo esa semana era una tortura que prefería salir huyendo a una fiesta familiar que soportar sus llamadas o sus constantes toques en mi puerta. Fue cuando la vi, venía tosiendo un poco pero no tenía vida en las mejillas por alguna razón me sentí mal y fui a pedir explicaciones con mi hermano menor, lo que me dijo fue lo más terrible. Akira empezaba a tener signos de Talesemia, una enfermedad que va destruyendo los glóbulos de la sangre y puede ocasionar la Leucemia, no creía que un ser tan pequeño pudiera tener algo tan feo.
Mi madre no la trataba mal, al contrario la trataba como una hija más; pero mi padre decía que no quería que esa niña viviera mucho tiempo con él que era mejor que la hospitalizaran hasta que se recuperara. No sabía cómo tomar eso, pero esa pequeña necesitaba mi ayuda. Después de ese día cada fin de semana la visitaba, jugábamos y a veces íbamos al hospital para donarle sangre. Por ello cuando mi padre amenazó con hacerle algo a mi pequeña hermana me sentí atado. Ella ya ha sufrido mucho como para ahora llevarla a un hospital.
Las cosas no suceden porque sí, suceden porque tienen un motivo y mi situación no es sencilla, quisiera decirte que pesé a mis intentos de ser una persona fría y que a nadie quería me di cuenta que te quiero de un modo especial y que por ese modo especial debo respetar a tu familia. Desde que he llegado no he visto ni una señal de amargura en ellos, he visto que aunque un poco de rencillas con tu padre; eres feliz con tu familia. Desearía poder iniciar nuevamente y poder tener la dicha de ser alguien importante para ti. Deseo que hagas lo que hagas no dejes de acudir a la editorial. Quiero que sigas tus sueños.
Mi fuerza de voluntad es tan fuerte que no quiero incluir más personas a la boda, a mis padres ya les he dado respuesta y ellos están ocupados en los preparativos de mi boda con Ayaka, sí, me caso mañana y no hay otra opción. Lo hago por ella, por mi pequeña hermana. Pero quiero que me disculpes, que todos me disculpen.
Shuichi, disculpa por decirte esto pero gracias por todo y por enseñarme que es el amor
Yuki Eiri.”
Shuichi no podía creer lo que leía, entonces era amor lo que ambos sentían. Entonces en unos segundos había descubierto el verdadero amor en una persona que acababa de irse y se casaría con otra persona.
—¿Y dejarás que se vaya?—Tatsuha miraba desde la puerta junto a Ryuichi — que ambos se aman, y que los dos hacen sacrificios por el otro pero hay otro camino. Shuichi ¿quieres ir a impedir esa boda?
Shuichi miro el paisaje, su casa era un templo para él; sabía que lo que había hecho en verdad era malo y que su padre en cierta parte tenía razón. Volteó a ver a Tatsuha y susurro.
—No…