"Me sentía tan bien por fin había podido dormir placenteramente, podía sentir unos frágiles brazos rodear mi espalda... era un cuerpo tan cálido el que me daba esa tranquilidad. Abrí mis ojos y pude ver a Misaki, lucía tan tierno abrazándome mientras algunos mechones de castaño cabello caían sobre su dulce rostro. Me moví un poco para poder dejarlo dormir pero en cuanto me iba a levantar escuche algo que me dejó paralizado."
-Akihiko-san... Akihiko-san
"Misaki susurraba mi nombre, por un momento pensé que me llamaba para no dejarme ir de la cama pero después note que aun dormía... pase mi mano por su rostro acariciando sus suaves mejillas, me quede observando su belleza por un largo rato. No pude evitar pensar en lo que había pasado este lindo niño... perder a sus padres a tan temprana edad y cuando por fin había obtenido una nueva familia por desgracia la había perdido de nuevo, un nudo en la garganta acompañaba mi profunda tristeza... yo debía protegerlo de todo el mundo"
-Akihiko-san... Akihiko-san debemos levantarnos ya es muy tarde.
-mmm... Misaki "me volvi a quedar dormido"
-Akihiko-san tengo que hacer el desayuno.
-Está bien Misaki pero quería desayunar fuera.
-Enserio? Siendo asi también podemos pasar al centro comercial después.
-Me parece una gran idea entonces vete a bañar primero.
-Si Akihiko-san
Una cálida sonrisa era dedicada al joven escritor.
Partieron en el deportivo rojo del escritor y pararon a desayunar en un lujoso restaurant a las afueras de Tokio, la comida era estupenda lo que permitia una amena platica.
-¿Misaki a qué escuela vas?
-Al instituto Atsuhi
-Y cuando terminan tus vacaciones.
-Dentro de una semana más o menos.
-Estás seguro, no prefiririas tomarte mas tiempo para descansar.
-No Akihiko-san estoy bien, además es mejor distraerme ¿no lo crees?
-Tal vez
Como el mayor había prometido al terminar el desayuno fueron al centro comercial, cada cosa que veía con curiosidad era comprada al instante, cuando pasaron dentro de la juguetería Misaki fue arrastrado hasta ella.
-Misaki entremos
-Pero Akihiko-san... no soy un niño, tengo 15 años.
-Eso ya lo sé, pero quiero comprar algunas cosas para mí.
-¿Enserio?
-Si como viste me gusten los juguetes por eso mi cuarto está lleno de ellos.
Misaki fue guiado al interior de la enorme juguetería, el mayor compro un sin numero de trenes y peluches.
-Akihiko-san mira.
Misaki señalaba un enorme oso de peluche que llevaba un liston morado alrededor del cuello.
-Es perfecto, lo llamare Misaki.
-Jajaja gracias Akihiko-san pero lo mejor será que le busquemos otro nombre.
-Como quieras Misaki después de todo tu eres su madre.
-¿ma... madre?
-Si, sabes me sentí como una pareja que busca el nombre de su hijo.
Las blancas mejillas de Misaki se tiñeron de un hermoso color carmín.
-¿Misaki estas bien?
-Si perdón Akihiko-san
-Vamos a casa
-mmm... si
Las semana al lado de Misaki pasaban rápidamente sin ni siquiera notarlo los días se hicieron semanas, las semanas meses hasta que cuatro meses habían trascurrido desde el día que el menor entro en la vida del escritor.
Un hermoso y nuevo sentimiento había despertado en el corazón de Akihiko... amor.
Aunque al principio trataba de engañarse a si mismo repitiéndose que lo que sentía era un amor de padre pero hace tiempo tenía el impulso de besarle, recorrer su piel con sus dedos... adentrarse en el fondo de su ser.
Sólo una duda atormentaba a su corazón... ¿Qué sentía Misaki por él? ¿Algún día podría verle de esa manera?
-"Misaki... te amo"