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El olor de tu sangre por Jurika-chan

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Notas del capitulo:

Para todas las chicas que me pidieron la continuacion aquie esta tachachan el capitulo dos de el olor de tu sangre aqui Jiroh cuenta como fue que se convietio en vampiro y Kaname habla de la familia Atobe y que tipo de vampiros son bye

Hanabusa caminaba sin poder sacarse de su mente y su boca aquel exquisito sabor de sangre llegaron a la academia, apenas entraron todos los miraron ya que no sabían a donde habían ido y no era usual que salieran por las noches a la calle.


 


¿Dónde estaban? – Pregunto Kaname con una mirada muy seria.


Kaname-sama disculpa yo fui el que necesitaba salir y Akatsuki solo me acompaño – Se disculpo con una poco de miedo Hanabusa.


Kaname debo contarte algo – Le dijo Akatsuki mientras caminaba a la habitación. Subieron y cuando entraron Kaname se paro frente a la ventana.


¿Qué ocurre? – Le pregunto mientras miraba el cielo. – ¿Viste el color de la luna? Estoy seguro que lo que me vas a contar tiene que ver con eso. – Le dijo mientras volteaba para comenzar la conversación.


¿Conoces a alguna familia llamada Atobe? – Le pregunto mientras miraba como la luna se iba tiñendo de un color rojo intenso, el cielo estaba despejado, y oscuro no había ni una sola estrella que brillara esa noche.


¿Atobe? – Se quedo en silencio por un momento – Si los conozco – Dijo mientras se acercaba a ellos - ¿Qué sabes tu de eso? – Le pregunto mientras se paraba a su lado.


Hoy conocimos a un tal Atobe no recuerdo su nombre pero es un vampiro, y estaba con otro chico que al parecer sabe muy bien lo que es – Le dijo mientras cruzaba los brazos y reposaba su pie en la pared, en ese momento entro en la habitación Ichijou.


Disculpen escuche lo que estaban hablando, ¿Atobe no es la familia sangre pura que según estaba desaparecida? – Pregunto Ichijou con curiosidad mientras se paraba junto a Kaname.


Nunca estuvieron desaparecidos ni muertos ni mucho menos – Dijo Kaname mientras se acostaba en su sillón – hace mas de 18 años esa familia tuvo un hijo que destruyo a muchos vampiros, y fue asesinado por el consejo de ancianos, años después, Reiko Atobe tuvo otro hijo y cuando nació el consejo fue tras la familia pero ella se encargo de todos los que perseguían a su hijo mientras Atobe Keimus se encontró con su Padre Atobe Kasius y terminaron con el resto del consejo – Kaname tomo las fichas de su ajedrez y comenzó a tomarlas con fuerza, mientras que Ichijou escuchaba atentamente cada palabra, y Akatsuki se sorprendía un poco con la historia. – El clan Atobe y el clan Kuran son de los mas antiguos que hay en el mundo nadie sabe exactamente quienes fueron los primeros vampiros; sin contar otros dos clanes que no tienen importancia; lo cierto es que la familia Atobe duro 3 años en Japón ya que se habían encargado del consejo de ancianos, hasta que se restauro y vieron que nuevamente comenzó la persecución, Atobe Keigo el hijo menor y tal vez único para el resto del mundo fue tomado por la familia de Ichijou y sus poderes fueron sellados, los Atobe se fueron del país para comenzar a hacer una vida como seres humanos, según habían escuchado a Japón hace años llego una familia llamada Atobe pero eran empresarios y tenían un hijo pequeño 12 o 13 años como mucho el nuevo consejo no estaba al tanto de saber si realmente eran ellos porque con sus poderes pudieron deshacerse de todo tipo de rastro que los condujera a la verdad – Termino de decir Kaname.


Eso quiere decir que ¿podría ser mas fuerte que tu? – Pregunto Ichijou con sorpresa.


No te equivoques – Le respondió Kaname al instante – Eso no es posible, lo que me sorprende es que ese tal Atobe sepa que es un vampiro – Dijo mientras fruncía el ceño.


Entonces ¿quieres que te informemos cualquier cosa? – Pregunto Akatsuki.


Quiero que cuando te lo pida me lleves al lugar donde lo vistes. – Respondió Kaname mientras colocaba su mano sobre su frente y cerraba los ojos.


Esta bien – Dijo Akatsuki mientras salía.


Que tengas dulces sueños Kaname – se despidió Ichijou con una sonrisa y moviendo la mano.


 


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         Jamás había estado así, Hanabusa se encontraba en su habitación sobre su cama llevándose los dedos a la boca, saboreando una o otra vez recordando el dulce sabor que había pasado por su garganta y recordando aquel chico medio despeinado y débil, lo deseaba, lo necesitaba, sabia que no podría estar tranquilo hasta saberlo suyo, debía beber todas esa sangre para satisfacer su sed de sangre, Akatsuki entro en la habitación pero no le presto la mas minima atención y siguió sumergido en sus pensamientos.


 


Es un borrego – Dijo Hanabusa entre susurros


Deja de pensar en ese chico o te las veras muy mal.


Debo tenerlo Akatsuki, jamás había probado sangre tan deliciosa como la de el – Le dijo Hanabusa mientras se ponía de pie para tomarlo por la camisa.


Te lo advierto ese chico no esta en buena compañía podrías pasarla muy mal si intentas hacerle algo – Concluyo para acostarse.


ES mi borrego Akatsuki… y seré yo el que lo ayude a perecer – Le dijo con una sonrisa, Akatsuki lo tomo por las manos y lo lanzo contra la pared quedando frente a frente.


TE lo vuelvo a decir basta con tu obsesión, si no quieres morir olvídate de el y de su sangre – Termino de decir para nuevamente ir a su cama.


 


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            Era un día como cualquiera yo estaba terminado de entrenar cuando entre a los vestidores, me había quedado dormido por eso Sakaki me había dejado hasta el final, no quedaba nadie Ryou y Gakuto que siempre me acompañan a casa se habían ido temprano extrañamente con sus parejas de dobles, para ese entonces yo no sabia que ellos tenían algo, una relación, cuando entre a los vestidores dispuesto a ducharme para ir a mi casa vi entre las sombras a Atobe, Atobe y yo habíamos comenzado a tener encuentros donde siempre me besaba y no sabia porque, en una oportunidad me había dicho que yo le gustaba pero no le escuche el resto porque me quede dormido… Seguía, Atobe estaba parado en las sombras esperándome, le sonreí un rato y el suspiro.


 


Jiroh ¿sabes que me encanta tu olor? – Me pregunto, estaba sudado y decía que le gustaba mi olor bueno el es extraño, me comencé a quitar la ropa y se acerco con mucha rapidez a mi lado.


Atobe tengo que bañarme… si quieres que huela rico tienes que dejar que me duche – Le dije mientras el comenzaba a tomarme de la cintura, lo sentía mas fuerte que la ultima vez que me habia abrazado, intente soltar el agarre pero era imposible.


TE duches o no siempre olerás igual para mi, te lo habia dicho antes tu olor es expectante para mi – Volvió a decir, si me lo habia dicho pero ahora estaba mas loco, pobre Atobe, mi mama conoce un buen psicólogo debería darle el numero.


Igual yo quiero… - No termine, los labios de Atobe se posaron en los míos fue un beso con pasión sentí que las fuerzas se me iban poco a poco y quedaba completamente a los pies de ese hombre frente a mi, Atobe era perfecto y yo sentía algo por el, algo que no podía negar, las manos de Atobe se pararon por mi espalda subiendo poco a poco hasta mi cuello, tomo mi cabello entre sus dedos y fue descendiendo de mi boca hasta mi cuello comenzó a besar extasiado cada centímetro de el y respiraba profundamente, comenzó a lamer mi cuello y mi piel se erizo mi cara se sonrojaba mis manos se aferraban cada vez mas a su espalda, me aleje un poco para poder desabotonar la camisa, quería que estuviéramos igual pero Atobe no me dejo me presiono mas contra su pecho y volvió a posar sus labios en mi cuello, volvió a lamerlo y después de eso sentí como mi piel era atravesada por agujas, mis ojos se abrieron de par en par, sentí algo resbalar por mi cuello, sentí las lagrimas caer por el dolor, pero sin emitir algún sonido, Atobe estaba frente a mi, mordiendo mi cuello, creí que me saldría algún morado, algún chupete pero cuando se detuvo y lo mire sus ojos estaban rojos brillantes, su boca llena de mi sangre, pase mi mano por mi cuello y pude sentir dos huecos como de colmillos, cuando abrió la boca para hablar se los pude ver Atobe tenia colmillos enormes.


 


Jiroh yo… yo… lo siento – decía Atobe intentado alejarse de mi, di un paso para atrás también, por instinto y el lo noto, intento acercarse nuevamente pero se detuvo y volvió para atrás esa vez fui yo quien camino para estar junto a el pero coloco la mano delante – No quiero hacerte daño Jiroh mejor aléjate de mi.


Atobe… tu no podrías lastimarme, eres quien mas quiero y por eso no me importa – Le habia contestado, mientras tomaba su manos y las pasaba por mi cintura, mi piel sintió escalofríos pero daba igual quería tenerlo cerca, nuevamente lo sentí su respiración agitada, su lengua pasando por mi cuello una y otra vez y sus colmillos dentro de mis venas la sangre resbalaba cada vez mas fuerte, note como mi vista se iba nublando, mi mente dejaba de pensar, mi cuerpo se debilitaba, sentí que todo era cada vez mas blanco, mas ligero Atobe me hablo pero no pude escuchar mis sentidos me estaban jugando una mala pasada, cerré los ojos en busca de alguna luz, en busca de sonido de algo pero era tarde, de la nada escuche aquel grito, era la voz de Atobe, de mi Atobe gritando “tu no puedes morir” abrí nuevamente los ojos y lo divise sus ojos estaba rojos pero no rojo que daba miedo, era un rojo opaco, de tristeza, sus mejillas estaba mojadas, alce mi mano, me encontraba en el suelo, no se en que momento habia llegado ahí pero toque las mejillas de Atobe y las limpie.


Atobe… tu no puedes llorar eres un vampiro – Le dije con mi mejor sonrisa, Atobe se creo una herida y me dio de su sangre, Tome muy poco pero me sentí mejor, yo no era un vampiro solo me habia faltado algo que solo Atobe me podía quitar.


 


        Los minutos después fueron desesperantes, sentí arder mi garganta, Atobe me miraba con sorpresa y corría de un lugar a otro con su celular en mano, podía ponerme en pie podía caminar, quería hacerlo pero sentí que mis ojos solo posaban su vista en aquellas venas en el cuello de Atobe, puse mi mano frente a mi no deseaba verlo, aunque quería seguir observando cuan desesperado estaba no podía mis ojos solo miraban aquellos hilos rojos casi entrelazados que eran su venas por donde circulaba cada gota de sangre, Atobe me tomo en brazos y salimos de aquel lugar, completamente, la luz del atardecer me dejo ciego por unos momento y luego me vi dentro de la limusina de Atobe, fuimos hasta su casa, yo estaba mas tranquilo pero no emitía palabra, cuando llegamos la mama de Atobe estaba muy cambiada, Su cabello no era tan corto como cuando la conocí y solo habian pasado 2 meses desde que Atobe me habia dicho que era su mama, su cabello le llagaba a la cintura y vestía de negro sus labios estaba rojos intensos el mismo color que salio de mi cuerpo cuando Atobe tomaba de mi, hablaron unos minutos pero no escuche, el padre de Atobe daba realmente Miedo su aura era casi rojo y sus ojos estaba del mismo color era tan pálido como Atobe incluso hasta un poco mas que el y su cabello también era un poco largo, le llegaba al cuello, tenia un sobretodo negro y unas botas con metal, yo estaba en la cama de Atobe y ellos hablando y caminando.


 


Jiroh pequeño, debes saber algo importante – Comenzó a decir Reiko quien no tenia aquella aura como la del padre de Atobe – Keigo y nosotros somos diferentes a ti o éramos diferentes – Me dijo mientras acariciaba mi cabeza – Nosotros somos vampiros… - No la deje terminar de hablar porque hable yo.


Te lo dije Atobe tus papas duermen en un Ataúd te lo dije cuando no me dejaste entrar a su habitación oscura – El padre de Atobe me miraba fijamente y con las facciones endurecidas, yo no le caía muy bien, tal vez porque nunca acepto que su hijo sentía algo por mi, pero no es mi culpa yo no habia hecho nada.


Jiroh te explico, Atobe te dio de su sangre ya que estabas a punto de morir – Miro a el lugar donde se encontraba Atobe en completo silencio, y nuevamente el ardor en mi garganta volvió, quería agua debía calmarlo.


Me traen agua por favor – Dije inconciente de la mirada del padre de Atobe.


Deja los rodeos dilo de una vez, mira niño de ahora en adelante tu también serás un vampiro y mas te vale que cumplas las reglas o te matare – Me dijo el padre de Atobe mientras caminaba hacia donde estaba yo acostado.


Si tocas a Jiroh seré yo quien acabe contigo – Le grito Atobe ¿Por qué?


¿Qué dijiste? – Pregunto el padre en forma de reto.


Que acabare con tu patética existencia si lo llegas a tocar, tu no eres nada, así que ni se te ocurra llegar a estar cerca de el por mas de 3 segundos – El ambiente se habia calentado, el agua estaba a mi lado, pero flotaba, espadas habian salido de algún lugar y apuntaba el cuerpo del padre de Atobe, no sabia si era un truco de televisión o algo pero ya no tenia sed ni nada solo quería saber donde estaba la bruja, estoy en casa de vampiros no de brujas.


Atobe deja de apuntar a tu padre y ven a encargarte de Jiroh yo hablare con el – Le dijo la madre, las espadas descendieron con lentitud pero los ánimos no se calmaron en absoluto, salieron de la habitación y yo me quede con Atobe.


Perdóname Jiroh no sabia que si tomabas de mi sangre también serias vampiro mis padre apenas me dijeron ayer que lo era y cuando me entere recordé el olor que desprende que tanto hace que quiera estar junto a ti, por eso hoy le dije a Sakaki que te dejara hasta el final, por eso hoy tome sin tu consentimiento de aquel aroma que ahora se ha vuelto sabor en mi boca – Decía Atobe, su mirada era triste.


Por eso eres tan lindo – Le dije sonriendo – Dicen que los vampiros tienen una belleza sobre humana – Le dije mientras tocaba su rostro – Atobe tengo una duda – me habia sonrojado, no era una pregunta que mereciera un sonrojo sin embargo lo habia hecho igual tonto Jiroh.


Dime y pregúntame lo que quieras. – Me respondió Atobe mientras se acercaba a mi pecho para reposar su rostro allí.


¿Tú duermes en ataúdes? Como si estuvieras muerto – Pregunte pero rápidamente se me vino otra idea a la cabeza y lo solté sin pensar – O te vistes como el conde (como tu papa) – Dije en susurros – Y te pones de cabeza y duermes con los pies en el techo – El imaginarme a Atobe hizo que me riera, fue una risa completa de burla y tal vez todos en la casa lograron escucharla pero mi imaginación voló un rato.


No Jiroh yo solo duermo en mi cama – Respondió Atobe mientras volvía a mirarme para luego besarme – Ahora estaremos unidos para siempre no podrás ser de nadie mas porque me perteneces por completo – Atobe sonrío y su mirada se poso en mi, me sonrojo, jamás habia imaginado que Atobe me quisiera para siempre y menos para la eternidad.


¿Atobe la eternidad es muy larga? – Le pregunte, podría dormir mucho pero igual la eternidad suena a algo que durara mas que cualquier otra cosa.


No te podría decir Jiroh, La eternidad es algo que durara mas allá de los limites de la imaginación humana – Respondió seriamente Atobe.


¿Y para la imaginación de un vampiro? – Pregunte.


Jiroh olvídate de eso ¿quieres? – Me dijo Atobe con fastidio y luego se acostó a mi lado – Solo confórmate con saber que estarás junto al gran Ore-sama – Me dijo para tomar mi cintura en un abrazo y no dejarme ir.


 


         Después acepte con facilidad el hecho de ser un vampiro, no me molesto en absoluto porque estaría con Atobe, y nuca tome sangre de ninguna otra persona, solo de Atobe, y no tomaba mucho tal vez una vez cada 5 meses, hace un año soy un vampiro, y me siento como el mismo de antes solo e tenido que aprender a controlar la fuerza, esa fuerza que no me deja ser como el de antes, y el hecho que ya no me da casi sueño, también descubrí que los demás titulares son vampiros descendientes o por lo menos Oshitari y Ryou lo son, increíble que conociendo a Ryou desde la infancia nunca haya descubierto lo que era, Gakuto se habia convertido por accidente también, dos meses antes que yo y Ootori también es un vampiro desde la infancia ya que sus padres son nobles o algo así.


 


Creo que la sangre de Jiroh atrae a los vampiros porque no ha tomado de ningún humano o ser vivo – Decía Ryou mientras abrazaba a Ootori.


No lo se, la sangre cambia después de convertirte en vampiro eso me dijo mi padre – Siguió Oshitari mientras me miraban como una cosa extraña y ellos eran los vampiro – “yo también” pensé mientras Atobe llegaba y se paraba junto a mi.


Dejemos eso así, no quiero que hablen de Jiroh como si fuera un experimento, - Dijo Atobe mientras me daba un beso.


 


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        Akatsuki miraba como aun Hanabusa miraba por la ventada aquella luna desangrada, se puso de pie y se paro detrás de el tomo su muñecas y le dio la vuelta.


 


Me tienes enfermo con la pensadera en el borrego ese – Dijo Akatsuki mientras se baja un poco para quedar a la altura de Hanabusa.


¿Qué te pasa Akatsuki? suéltame – Dijo el mas bajo mientras movía sus manos intentando zafarse.


Te lo voy a decir de una buena vez y espero que te olvides de ese niño de una vez por todas. – Le dijo mientras lo pegaba con fuerza de la ventana.


Termina de hablar, lo que digas igual no hará que deje de buscar a ese niño para comérmelo – Le dijo Hanabusa mientras volteaba su rostro.


El tal Atobe es un vampiro sangre pura – Hanabusa abrió los ojos, su mirada se iba perdiendo – Es incluso mas peligroso que Kaname – Le dijo mientras iba aflojando el agarre.


Es ilógico, yo no he oído… - A su mente vinieron recuerdos de su tutora hablándole de las cuatro razas mas importantes de los sangre puras. “los Atobe fueron los primero vampiros en habitar este mundo junto a los Kuran en aquellos años nunca pudieron vivir en paz y se asesinaron entre ellos mismo, las Kuran y los Atobe, casi se extinguen de no ser por esos tres vampiros que quedaron del clan Kuran y los dos que quedaron del clan Atobe” – Tienes razón, el clan Atobe, yo habia oído hablar de ellos Akatsuki.


Entonces hazme caso y olvídate del borrego, si Atobe se entera que intentaste hacerle algo, te matara – Le dijo Akatsuki mientras terminaba de soltarlo.


No quiero que me mate Akatsuki, no quiero que eso pase – Le dijo mientras se aferraba a un abrazo con fuerza.


No pasara nada si te olvidas de el ¿esta bien? – Le dijo Akatsuki mientras intentaba caminar de regreso a su cama.


Esta bien pero déjame dormir contigo – Le dijo mientras agarraba la camisa del chico mas alto con fuerza.


Pero tú tienes tu cama – Le dijo Akatsuki con cara de molestia.


Pero tengo miedo que venga y me mate mientras duermo… Por favorrrrrrrrrrr!!!!!!!!!!!!!!! – Comenzó a gritar el chico rubio mientras ponía sus manos en la cabeza y caminaba de un lado al otro.


Esta bien ya basta ven – Se hizo a un lado y le dio espacio y sabana a Hanabusa para que se acostara.


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