Era de noche en la ciudad de Domino, y en un club de la zona rica en la que se vendían personas como mercancía se encontraba Seto Kaiba. Observando al escenario donde expondrían su mercancía.
-Señores y señoras hoy nos enorgullecemos de nuestras nuevas adquisiciones, de tipo variado para complacer sus distintos gustos. Comenzaremos con un joven pelinegro de ojos azules muy libidinoso e insaciable en la cama-las cortinas se abrieron mostrando a el joven descrito con las piernas abiertas mostrándose de manera que todos vieras sus atributos y con la respiración muy agitada-empezaremos por 3 millones
Así continuo la subasta en la cual Seto no encontraba a ningún sujeto que presentara lar características mínimas para comprarlo. Cuando llego la hora de sacar al último joven ya Seto había perdido la esperanza de encontrar a alguno bueno en esta subasta.
-Y ahora para finalizar y como es de costumbre, el ultimo y mas exclusivo. Mezcla de inocencia y rebeldía-las cortinas volvieron a abrirse y todos pusieron lo ojos en él-como pueden ver es un hermoso rubio de ojos miel, piel fina como el mármol y e aquí una cosa importante es virgen, con esta hermosura seguro se entretendrán durante muchísimo tiempo y pueden domesticarles por la rama sexual y mas les agrade. Comencemos por 10 millones.
La gente al ver al joven arrodillado con los ojos perdidos y sus labios ligeramente separados no pudieron pensar otra cosa que no fuera que se veía sumamente violable. Por ello las ofertas no tardaron en elevarse asta cifras impensables para esa subasta.
-20 millones-comenzó la subasta un hombre entrado en años de gafas que se le notaba excitado ante la sola imagen.
-30 millones-una joven de increíble belleza.
-50 millones
-70 millones
-75 millones
-80 millones-dijo por ultimo un hombre todo sudoroso por su gran exceso de grasa corporal.
Todo el mundi callo, viendo que pasaban su presupuesto. El hombre sudoroso se veía sumamente agitado y muchos sabían por que ya que estaban de igual manera. El presentador al ver que nadie ofrecía más, empezó a dar los tres golpes de confirmación de venta.
-8º millones a la 1…80 millones a las 2…
-100 MILLONES-Kaiba se levanto de su asiento al final del todo dirigiéndose al escenario.
El hombre sudoroso iba a aumentar la oferta de kaiba pero al notar su mirada fría y de advertencia comprendió que no debía contradecirle por que aunque fuera muchísimo mas joven que el era sumamente peligroso entrometerse en su camino si seguía queriendo mantener su buena posición económica y social. Porque no abría sido el primero que por contradecir sus mandatos acababan sus nada y como vagabundos por las peores calles o en peor caso si tenían algo de belleza, vendidos como ahora se encontraba el rubio.
-Vendido al señor Seto Kaiba por 100 millones-el golpe del pequeño martillo sonó en la mesa retumbando por toda la sala.
-ya eres mió cachorro-dijo en un suave susurro que nadie consiguió oír.
Los hombres que trabajaban en el exclusivo club se llevaron a Joey para darle unas muy ligeras ropas. Siendo entregado a Kaiba con un pantalón negro algo transparente y sumamente ajustado a su cuerpo y una camisa que le llegaba asta las rodillas dejándose ver sus finos hombros. Al encontrarse desmallado lo cogio en brazos para llevarlo a su glamorosa limusina y dirigirse a su casa.
----AL DIA SIGIENTE EN LA MANSION KIBA----
Joey se encontraba durmiendo en una amplia cama con la luz dándole en la cara y haciendo que sus cabellos brillaran como el mismísimo oro. Debido a esos traviesos rayos de sol, con pesadez se despertó. Desorientado y confuso se vio en una amplia habitación desconocida para él. Intento recordar a que se debía el encontrarse en ella, y lentamente fue recordando la humillante subasta en la que la gente veía su cuerpo como un objeto, y a un hombre gordo que avía ofrecido una gran suma de dinero por su cuerpo, por un minuto se creyó que estaba en casa de ese hombre, y empezó a temblar pero enseguida recordó una voz que también ofreció dinero por él y le había comprado pero por algún motivo aunque no recordaba bien quien había sido se relajo. Sentado en la cama espero a que alguien hiciera acto de presencia con algo de temor por quien le abría comprado. Después de un corto espacio de tiempo, observo el giro de la manilla de la puerta y se echo rápidamente en la cama para hacerse el dormido. Sintió pasos seguros dirigiéndose hacia él, y que alguien se sentaba en la cama para acariciarle la cabeza.
-Joey despierta
Joey se levanto despacio para encontrarse frente a frente con Seto Kaiba, al verle no cabía en su asombro, pero enseguida unió las piezas y recordó que él, Seto Kaiba le avía comprado, y tubo un poco de alegría en su interior porque al menos no avía sido comprado por algún pervertido (mimivily: ¬_¬ no se que decir a eso/seto: ^_^ no sabes lo que te espera cachorrito mió).
-Ka…Kaiba yo…
-¿Por qué demonios estabas en esa subasta?-se notaba un ligero enfado en su voz
-Mi…mi padre me vendió a esos hombres para pagar su deuda-se notaba que estaba avergonzado.
Pero en ese momento escucho una ligera risita de parte de Kaiba que le llamo la atención, y al verle a la cara se volvió a reír, Kaiba intentaba esconder su risa tapándose la boca con una mano, pero se notaba que no podía dejar de reír.
-Maldito bastando te causa gracia mi sufrimiento-una pequeña lagrima de ira se escapo de sus ojos.
-No, no es eso. Lo que me causa gracia es tu aspecto-quito la lagrima de su rostro con una caricia mientras le dedicaba la mas bella sonrisa que Joey avía visto en su vida.
-¿Mi…mi aspecto?-no cabía en su asombro, pero al ver un espejo en una parte de la habitación se levanto de la cama y fue a mirarse.
-…….UAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA, QUE DEMONIOS ES ESTO QUE TENGO EN LA CABEZAAAAAAAAAAAAAAAAAA-se miro al espejo sin conseguir decir nada mas por su asombro
-Tu fuiste el que me lo trajo a mi oficina ¿no es irónico?