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Tattoos in blood por Morgana of Avallon

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Tattoos in blood

Second Day: Touch of Truth

2:57 PM
25 de Diciembre
10 grados al exterior

La boca pastosa, la cabeza entumecida, el pensamiento enturbiado, una cama que no es la suya. El chico de pelo negro y tez blanca se despierta en una habitación desconocida, con el sabor agrio del vómito en la boca y una resaca de las que hacen historia. Se levanta de la cama haciendo un enorme esfuerzo y llega a la puerta tambaleándose, bastante mareado y totalmente desubicado. Sale por la puerta hacia el comedor, donde le espera una mesa puesta, una comida ligera y un compañero aburrido de tanto mirar la televisión.
- (trata de enfocar los ojos) ¿Mitsui?
- (le mira de arriba abajo) Estás horrible tío.
- (descolocado) ¿Qué haces aquí?
- (seco) Es mi casa. Vivo aquí.
- …
- ¿No te acuerdas de nada, verdad?
- (se sienta en una silla) No… no mucho…
- (se levanta del sofá y hace levantarse a Rukawa de la silla) Pillaste una taja como un demonio (lo arrastra hasta el baño y le mete dentro de un empujón) Anda, lávate un poco. Das asco.
- …
El chico de ojos azules tarda una hora bien buena en conseguir asearse. Sale del baño con la misma ropa que llevaba antes, todavía sin camiseta, y con el pelo mojado. El otro chico lo mira de arriba abajo cuando éste se vuelve a sentar en la silla con cara de malas pulgas. Sirve un poco de ensalada en ambos platos y empieza a comer. Rukawa se dedica a pasear el tenedor por el plato, intentando llevarse algo a la boca. Pero cada vez que lo intenta le vuelven a dar arcadas. Finalmente, deja el tenedor en el plato. Se levanta y se tumba en el sofá, des de donde deja escapar un gemido por su horrible dolor de cabeza.
- (poniéndose una mano en la cabeza) Mierdaaaaaaaaaaaaaa… esto es horrible….
- (seco) ¿Qué te pasa? ¿Es la primera vez que te emborrachas o qué?
- (le mira por encima del sofá, con asco) Claro que no capullo.
- …
- …
- (se levanta de la mesa y se sienta en una mesita, delante del sofá) ¿No te acuerdas de nada?
- (hace una mueca con la boca) Psssss… poco… recuerdo haber salido de mi casa algo bebido… beber por la calle… te vi salir de una discoteca y te seguí… No recuerdo nada después.
- (resopla en una risita sarcástica) Ya es algo… ayer no recordabas ni dónde vivías.
- …
- ¿Quién te compró la bebida?
- (alzando una ceja) Pues yo, ¿quién sino?
- ¿Tú?
- Tengo un carné falso ¿vale? Y supongo que tú también…
- ¿Yo? ¿Por qué?
- Pues eso, o alguien te coló en la discoteca…
- Me colaron.
- Pues vale.
- Pues vale…
- …
- (le mira, incómodo) ¿Puedo hacerte una pregunta?
- (recuesta la cabeza en el respaldo del sofá) ¿Qué?
- (muy directo, sin vacilar) ¿Has tenido novia alguna vez?
- (le mira, intrigado) No. ¿Tú?
- (hace una mueca con la boca) Nah. No estaba por eso… Pero te gustan las tías ¿no?
- (le mira, con ira en los ojos) ¿Qué coño te pasa?
- (desvía la mirada) Nada…
- …
- oye… si tuvieras instintos, es decir… si pensaras cosas raras… ¿a quién se lo contarías?
- (se incorpora en el sofá, quedando sentado justo delante de Mitsui) ¿Qué hostias te dije ayer, eh?
- …
- Si te preocupas porque me haga daño o algo de eso deja de comerte el coco… sólo lo pienso cuando estoy borracho y me falta valor para hacerlo.
- (suspira) No es eso…
- (algo cabreado ya) Entonces ¿qué coño es?
- No sé si debería decírtelo… a lo mejor fue sólo una reacción de borracho…
- (se levanta y se pone delante de él) ¿Qué coño pasó? ¿Me diste por el culo y me gustó o qué?
- (se levanta y le coge la cara con una mano) Pasó que me besaste mamonazo (le empuja hacia atrás)
- (le pega un puñetazo) ¡Hijo de la gran zorra! ¡Dímelo otra vez si te atreves!
- (se seca un hilillo de sangre que le resbala por el labio) Te digo (se acerca a su cara y la agarra) Que me metiste un buen morreo ¡pedazo de maricón! (le devuelve el puñetazo en toda la cara)
- (se tambalea, chocando con el sofá detrás de él) ¡Te voy a partir la cara gilipollas!
Empiezan a pegarse en medio del comedor. La sangre mancha el sofá y parte del suelo de la estancia. Cuando llevan un buen rato dándose de hostias, a Rukawa le fallan las fuerzas y cae encima del sofá. Mitsui se le acerca a la cara y se echa a reír.
- (cínico) ¡Vaya, vaya! ¡El marica ya no puede más!
- (le escupe en la cara) ¡Marica tu padre hijo de perra! Tienes suerte de…
- ¡Cállate de una puta vez! (le empuja la cabeza hacia atrás. Entra en el cuarto y sale con la ropa del otro muchacho. Le levanta con fuerza del sofá y le echa la ropa encima) Y lárgate de mi casa.
- (sonríe cínicamente) Vaya un imbécil Mitsui… (se dirige a la puerta de salida, agarrado por el brazo por el otro chico moreno) Eres un gilipollas ¿sabes?
- (abre la puerta) Sí, claro, un gilipollas que te ahorró tener que dormir en la calle.
- (le mira con ira) Yo no te pedí nada.
- (le responde con la mirada) No hacía falta. Si te hubieras visto con mis ojos… dabas asco.
- (hace un gesto violento con el brazo, pero no consigue soltarse) ¡Déjame!
- (siguiendo con su discurso) Y vas y me metes la lengua en la garganta: ¡eres un desgraciado Rukawa!
- (se pone a un dedo de su cara, muy cabreado) ¡Cállate pervertido! Además, seguro que te gustó…
Y sin previo aviso, le agarra la cabeza con fuerza y pega sus labios a los del otro chico, apretándole las mejillas con la otra mano para que abra la boca, y le introduce la lengua hasta el fondo. Mitsui es incapaz de reaccionar y se queda clavado en el suelo.
- (se separa de él y le empuja hacia atrás) Esto ha sido un morreo. (sarcástico) Lo has disfrutado ¿a qué sí? (da un portazo, saliendo de la casa del otro chico)
Mitsui se queda al otro lado de la puerta un momento, sin hacer nada. Traga saliva y, de pronto, una arcada sacude su cuerpo. Corre hacia la cocina y se echa a vomitar en la pica. Las lágrimas resbalan por sus mejillas por el esfuerzo. Abre el grifo y hace gárgaras. Se friega la boca con un trapo. Se incorpora y arremete contra uno de los platos del escurridor, que estampa contra la pared haciéndolo añicos. Mitsui se agacha y recoge uno de los pedazos del plato blanco. Se levanta la manga de la camiseta y se hace un pequeño corte a través de su antebrazo. El pedazo de cerámica se tiñe de rojo y cae al suelo. El chico pone su mano en el corte y aprieta fuerte para parar el hilo de sangre que empieza a descender. Se apoya en la pared de la cocina, solo, otra vez, como siempre, como nunca, pero sintiendo aún el efecto aliviador del corte en su cuerpo.
En la calle, el viento sacude las ramas de los árboles, totalmente desnudos y demacrados. Un chico de pelo moreno y mirada azul como el océano se pone un jersey negro con un enrome dibujo de un grupo de heavy metal en el pecho. No para de tiritar de frío y la cara se le enrojece por la fricción del helado viento. Tapa su pelo aún mojado con la capucha del jersey y sigue andando hacia su casa. Llega al bloque al poco rato. ¿Quién hubiera dicho que Mitsui vivía tan cerca? Mitsui… hijo de… Intenta poner en claro sus ideas pero la resaca le puede. Abre la puerta de su casa. Coge una manta del armario de la entrada y se derrumba en el sofá. Se duerme al rato. No sueña.
16: 03 PM
17: 25 PM
18: 29 PM
19: 40 PM
20: 13 PM
Rukawa se despierta. Todavía le duele la cabeza, pero ahora es diferente. Ahora ya no tiene resaca. Tan solo frío en el cuerpo, hielo en el corazón y lágrimas en los ojos. Se levanta del sofá y va hacia la nevera. Nada para comer. Tres botellas de cerveza. Una de Absenta encima de la cocina. Se decide a coger una cerveza y sale. No se cambia. No se peina. Anda sin rumbo durante media hora, puede que más. Lleva los auriculares del walkman pero no escucha música, hace ya tiempo que dejó de hacerlo… el mismo tiempo que hace que se acostumbró a beber solo, todos los fines de semana. Se sienta en un pequeño banco de una plaza desierta y se pone a pensar en lo ocurrido. Intenta recordar pero no lo consigue. Solamente le vienen a la mente borrosos flashes de la noche anterior: saliendo de su casa con la botella en la mano, andando sin rumbo por la calle, el empujonazo que le metió Mitsui a aquella tía… Se ríe por dentro. Vaya un mamonazo, piensa. Seguro que la tía esa se cabreó como una loca. Suspira, levantándose del sitio: lo que no hayas recordado ya no te vendrá a la mente por mucho que lo intentes. Se da la vuelta para seguir andando otro rato más, a ser posible sin pensar en nada, pero se tropieza con alguien.
- (cínico) Voy a empezar a pensar que no tienes casa.
- (levanta la vista y le mira con ira) Y yo que me sigues.
- (seco) Fuiste tú quien me siguió anoche.
- (un flash: la noche anterior, coge un atajo y sigue los pasos de Mitsui hasta que se sienta en un banco) Te diste cuenta.
- (se sienta en el banco) No eres muy discreto…
- …
- (suspira) ¿Has recordado algo más?
- (airado, pero sin levantar la voz) ¿Quieres volver a recibir?
- (le mira con desprecio) ¿Y qué vas a hacer? ¿Morrearme otra vez mariconazo?
- (levanta el puño para pegarle) Pedazo de… (de repente, otro flash: Mitsui le quita la camiseta y él le da un beso. Parpadea incrédulo)
- (intrigado) ¿Qué te pasa? ¿No hay cojones?
- (se sienta en el banco a su lado, con un nudo en la garganta) No… es… eso…
- …
- …
- (suspira, se siente incómodo en un banco tan pequeño a su lado) Has recordado algo…
- (esconde la cara entre los brazos e intenta parar las lágrimas que no paran de resbalar por sus ojos) …
- (le pone una mano en la espalda con mucho cuidado, intentando parar sus movimientos convulsos por el llanto) Ru… Rukawa ¿qué te…?
- (se levanta con un gesto violento) ¡Mierda Mitsui mierda! ¿Es que no lo entiendes? (se pone una mano en la boca para parar una arcada) Me he acordado de… (otra arcada) de que ayer (traga saliva) ¡de que te besé! ¡Coño! ¡Ostia puta Mitsui!
Rukawa se vuelve hacia su izquierda. Se apoya en un árbol y vomita. Levanta el rostro y se seca la boca y las lágrimas con la manga del jersey. Mitsui se levanta y se queda a su lado, poniendo una mano en su hombro.
- (serio) No pasa nada… venga…
- (le mira con ira y lágrimas de rabia en los ojos) ¿Qué no pasa nada? (se desembaraza de su mano) ¿Pero cómo puedes estar tan tranquilo?
- Mira tío, lo que pasó, pasó… ya no se puede hacer nada… Ibas borracho y ya está.
- …
- No te pongas así… vamos… una mala reacción la tiene cualquiera…
- (suspira) Lo siento tío… yo no… ¡joder! No sabía lo que hacía, ni ahora sé lo que pensaba… pero yo no soy… yo no…
- (sonríe) Vale, vale, te creo.
- (entre dientes) Y un cuerno.
- (le ha oído) ¡Eh tío! Vamos, claro que te creo…
- …
- (suspira) Anda, vamos a mi casa a tomar un café y te calmas un poco…
No quiere ir. Por nada del mundo volvería a entrar allí. Pero su casa está helada, sobretodo por la noche, tiene poco sueño y ningunas ganas de volver. Accede al final. Al menos hay calefacción, piensa para reconfortarse. Al menos no estaré solo.
Andan en silencio el uno al lado del otro hasta llegar a casa de Mitsui. Suben las escaleras sin hablar. Entran en el piso sin mirarse. Mitsui va a la cocina a hacer un par de cafés y Rukawa se sienta en el sofá, todavía manchado de sangre. Recuerda la pelea, los gritos, los puñetazos… Mitsui se acerca con los cafés y se sienta a su lado. Le mira, sin atreverse del todo. Rukawa alza la vista y, al verle la cara, recuerda al instante la manera como se marchó de su casa, cómo volvió a besarle y cómo le gusto que se enfadase por ello. Su cara se empieza a contraer. Se lleva una mano a la frente y cierra los ojos. Los dientes le chirrían.
- (le coge el brazo y le hace mirarle) ¡Rukawa! ¡Deja ya de torturarte!
- (fuera de sí) ¡¿Pero como coño lo hago?! ¡¿Cómo coño se sale de este infierno?! ¡¿Cómo coño lo haces tú?!
- (se sonroja y aparta la vista)…
- (le mira, intrigado) ¿Qué haces Mitsui? ¿Cómo huyes de tus miedos?
- (se levanta y se aparta de él)…
- (con ira) ¿Qué te pasa? ¿Te metes algo o qué?
- (cabreado) ¿Qué quieres que me meta eh? ¿Jugando a basket crees que me puedo meter algo? ¡No seas gilipollas!
- (se levanta y se dirige a su lado) ¿Entonces qué?
- …
- (se cabrea mucho) ¡Dímelo! ¡Malita sea Mitsui, dímelo! ¡Estoy harto de esta mierda! (estrella la taza de café en una pared y se tira del pelo gritando) ¡Dímelo de una puta vez!
- (le agarra del brazo y le vuelve violentamente hacia él) ¿Quieres saberlo? ¿Quieres saber como coño escapo de toda esta mierda? ¿Quieres saber cuán cobarde soy?
Sin esperar respuesta, Mitsui le arrastra hacia el baño. Abre la puerta con una patada llevando a Rukawa con él. Abre el botiquín y coge una cuchilla de afeitar vieja. Rukawa no entiende nada. Mitsui se levanta la manga de la camiseta, dejando ver el corte que se ha hecho por la mañana.
- (coge a Rukawa por el pelo y lo amorra al brazo) ¿Ves esto? ¡Esto es mi forma de huir!
- (no se lo cree, no se lo quiere creer) Pe… pero tú no tienes… nunca te he visto marcas…
- (desvía la mirada) Esto ha sido un error. Hay sitios que no se ven tanto…
- (le mira a los ojos) ¿Es por esto? ¿Por esto siempre te duchas solo ahora?
- (asiente, apartando la mirada) Ya no te parezco tan duro ¿verdad?
Rukawa alarga una mano y coge la cuchilla. Le tiembla todo. Hace que Mitsui le suelte. Se quita el jersey y la camiseta y acerca la cuchilla a su pecho. Sigue temblando. No se siente capaz, no tiene fuerzas suficientes. Se acerca a Mitsui y le alcanza la cuchilla.
- (en un susurro) Házmelo.
- (le mira con ira) ¿Qué?
- (los ojos negados, la voz vacilante, un nudo en la garganta) Por favor, házmelo tú.
Mitsui coge la cuchilla de la mano temblorosa del otro chico. A Rukawa le tiemblan las piernas, casi no se puede sostener en pie. Mitsui le pone una mano en el hombro y le empuja para que se arrodille. Se pone detrás suyo y le rodea con un brazo por el cuello. Los músculos de Rukawa se ponen en tensión. Mitsui acerca la cuchilla al cuerpo del chico y le hace un pequeño corte en el pecho. Rukawa nota la hoja hundirse en su piel, el dolor del corte y la sangre resbalar en su cuerpo. Y el alivio instantáneo de su alma entre los brazos de su compañero. El muchacho cierra los ojos y suspira. Un par de lágrimas resbalan por sus mejillas.
- (se relaja) Gracias, Mitsui.
- (susurrando) De… de nada.
El corazón de Mitsui late a toda velocidad, teniendo a Rukawa en sus brazos, a su completa merced, cortándole como tantas veces se ha hecho a sí mismo. Hasta ahora solamente había sentido alivio pero en este momento… se siente más excitado de lo que nunca ha estado. Mitsui limpia la cuchilla en su manga. Se levanta de detrás de Rukawa y se pone ante el espejo. Lo que siente le desconcierta a la vez que le repugna. Se desabrocha el pantalón y baja un poco sus boxers. Se apoya en la pica con fuerza mientras se hace un pequeño corte por debajo del ombligo. Arrodillado en el suelo, Rukawa le mira con desconcierto. Algo empieza a arderle por dentro y empieza a marearse. Mitsui se vuelve hacia él. El corte le ha aliviado, al menos en su mayor parte. Ve a Rukawa muy sonrojado, sudando, y con cara de mareado. Le levanta apoyándole en sus hombros y le lleva a su habitación. Le tumba en la cama muy despacio.
- (intentando aclararse) Mi… Mitsui… estoy algo mareado…
- (intentando no hablar mucho) Ya lo sé…
- (vacilante) ¿Cuánto… cuánto tiempo….?
- (intuye la pregunta) Un par de meses… des de que tuve esa caída en el partido contra el Ryonan…
- ¿Des de que te desmayaste?
- (asiente con la cabeza. Le chirrían los dientes. El efecto del corte se le está pasando y empieza a sentir de nuevo esas sensaciones abominables) …
- (se ha recuperado un poco) ¿Qué te pasa?
- (se empieza a encontrar mal) Eres… eres un desgraciado…
- (se incorpora y le mira. Mitsui está sudando, aguantando las arcadas que le sacuden sin cesar) ¿Pero qué coño…?
- ¿Por qué? ¿Por qué tuviste que hacerlo? (le mira con ira) ¿Por qué has vuelto?
- (le agarra por los hombros y le sacude) ¿Pero que hostias dices? ¡Fuiste tú quien me invitó!
- (una lágrima le resbala por la mejilla. Las arcadas cesan por un momento) ¿Por qué me haces esto?
Rukawa quiere no pensar, no entender lo que pasa por la mente de su compañero… pero es demasiado obvio y lo entiende muy bien. A pesar de ello, de lo que significa, Rukawa no le suelta. Se quedan mirando el uno al otro. Mitsui se da por vencido, no puede resistirse más a sus instintos, no sin una cuchilla en la mano. Acerca la cara al pecho de Rukawa y posa sus labios en el corte que acaba de hacerle. Lo lame con la punta de la lengua, mientras un escalofrío recorre el cuerpo del chico de ojos azules, mezclando en dentro de sí sensaciones de deseo y de asco. Se enfada consigo mismo y con su compañero, a quien coge la cara con fuerza para detener sus caricias. …ste, arrodillado en el suelo al lado de la cama, sigue hacia delante el movimiento y le da un beso en la boca, introduciendo la lengua en la cavidad del otro quien, por alguna razón que en ese momento desconoce, se siente incapaz de pararle. Mitsui se levanta a duras penas y se mete en la misma cama donde se encuentra el otro muchacho. Le agarra la cara para que no se separe de él, coge aire y vuelve a besarle. Rukawa se rinde, no puede pensar más. Su cuerpo nunca se resistió, su mente deja de hacerlo. Sus manos despojan a Mitsui de su ropa y recorren su cuerpo con avidez, buscando el calor de su piel, el calor humano que tanto le ha faltado. Mitsui empieza a acariciarle también. Se pegan el uno al otro como si el mundo fuera a acabar en aquel instante, en aquella cama, en aquel beso. La mano de Rukawa acaricia el sexo de su compañero por encima de los pantalones. Sus labios se separan y Mitsui deja escapar un gemido de su boca mientras ruega al otro chico que no siga. Por favor, así no… no creo que pueda con ello. Rukawa hace subir sus manos por el cuerpo de su compañero y le abraza, haciéndole recostar la cabeza en su pecho desnudo, justo encima del corte ya cerrado. No hablan. Mejor no decir nada cuando no hay nada que decir. Al cabo se duermen, el chico pálido mucho después que su ¿compañero? ¿amigo? ¿AMANTE? Prefiere no pensar, no quiere, no va a hacerlo… al menos no en ese momento. Y se duerme. Ninguno sueña. Puede que, después de tanto dolor y tanta soledad, se les haya olvidado como hacerlo. Puede que nunca hayan sabido.

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Niniel: muchas gracias por tus reviews!!! Me alegro de que te guste aunque no sea tu pareja preferida XD A ver si este tbn te gusta aunque es un poco mas duro... Arigatô!!!

Deed Bluer: AAAAAAAAAAA!!! Me encanta que te encante mi pareja!!!!! Creo que eres la segunda persona a parte de mi (ya soy dificil!!!) En este fanfic me paso mucho con los personajes pero es que a veces, haciéndoles daño se consiguen cosas que no se esperan... Ya me lío!!! WEno dômo arigatô y aver si te gusta!!!!

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