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Sacrificio por ukai_noriko

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Notas del capitulo:

Abajo (:

Tras dejar a su amante en el trabajo y en la seguridad que le ofrecía la compañía de su cuñado, vago sin rumbo por la ciudad, perdiéndose en la multitud y dejando que sus pulmones se llenaran del aire limpio y frío de la mañana. Pero nada era capaz de quitarle del cuerpo la sensación de que en cualquier momento lo poco que tenía se lo arrebatarían, dejándolo solo, sumido en la oscuridad, en la soledad y en el desamor.

Su luz, su vida, su todo…eso era Shuichi para él, en eso se había convertido cuando por fin había aceptado su pasado y había decidido dejarlo atrás. Pero como siempre la vida le jugaba una mala pasada, y la poca felicidad que creyó encontrar se la arrebataron sin siquiera dejarle despedirse de ella.  Y ahora volvía a la vieja rutina…

Yuki estacionó lo mas apartado de los otros autos  como siempre y bajó. Avanzo por el estacionamiento hasta el ascensor y subió a este aun tocándose  sus labios, recordando el exquisito beso que había tenido con Shuichi. Llego al quinto piso y saco del bolsillo de su chaqueta las llaves para abrir la puerta del departamento mas no las necesito ya que esta ya se encontraba abierta. Abrió, lo que restaba por abrir de la puerta sin hacer ruido y entro con paso lento revisando en el camino si es que faltaba algo. Llego a la sala y a su corazón se le olvido latir por unos segundos.

-¿Q-que haces aquí?-pregunto temeroso.

 El hombre que miraba por el gran ventanal de su sala, volteo hacia él mostrando unos ojos negros y fríos como la noche. Su cabello blanco y su piel casi traslucida, que sin embargo no le daba aspecto de enfermo, pareció brillar cuando el sol que hacia su aparición, golpeaba contra ella. Una sutil, y un tanto macabra, sonrisa se formo en sus delgados labios.

 

 -Hola Eiri

 

-…- no era capaz de decir nada… estaba aterrado.

 

- ¡Oh! ¡Tranquilo! Se que te dije que solo vendría a verte el día en que decidiera matar a Shindou Shuichi, pero digamos que hoy será una excepción.

 

-…-

 

-¿Que pasa? ¿El gato te comió la lengua?- se burló

 

- ¿Q-que quieres?

 

- Tú deberías saberlo mejor que nadie. Desobedeciste las reglas ¿no es así?

 

-Yo-

 

- No digas nada-le interrumpió el hombre mayor, aun con esa sonrisa suya, peor que la de Seguchi- ¿Sabes que no puedes tocar a Shuichi verdad?

 

-si, pero-

 

-Ni besarlo…

 

-P-pero…

 

- Ni ser amable con él y-

 

- ¡SI PERO YO…!

 

- ¡¡No me grites!!- su sonrisa se convirtió en una enfermiza- Hoy rompiste tres reglas. ¿Sabes también que es lo que eso significa?

 

-…- silencio absoluto de parte del escritor, sentía la garganta seca y que el aire no entraba a sus pulmones como era debido, todo le daba vueltas… quería despertar de aquella horrible pesadilla.

 

-Contesta- siseo en forma de orden.

 

- La muerte de Shindou Shuichi.

 

- ¡Exacto!- le felicito- eso seria en situaciones normales pero haremos una excepción reitero.

 

- ¿Cómo?- el cuerpo de Yuki temblaba sin control. Tenia miedo, mucho miedo, ese hombre era capaz de matar a su bolita rosada si el desobedecía las reglas solo una vez.

 

- Si… haremos una excepción.-el hombre, camino hasta el costoso sillón de cuero y sentó, invitando con un gesto que Yuki imitara su acción, mas el rubio no fue capaz de moverse.  –No tienes que tener miedo, no haré anda mal… por hoy. ¿Recuerdas el día en que te plantee jugar juntos?

 

- Como olvidarlo- le contesto sin poder evitar el dejo de ironía en su voz. 

 

-Ese concierto casi se convierte en una tragedia…- dijo- En ese entonces te dije que nos ayudaríamos mutuamente ¿verdad?

 

-Si

 

-Bueno, es tiempo de que hagas algo por mí….

 

-¿Aparte de tener que revolcarme con cuanta mujeres se te ocurra y que además Shuichi se entere de eso?

 

-No entiendo porque te quejas tanto, si hace menos de un año te revolcabas con cuanta mujer encontraras sin la obligación mía ni de nadie ah! Y eso aun estando de novio con Shuichi-le recordó el hombre mayor- Además no son “cualquier” mujer, son chicas realmente hermosas, pero vamos a lo que nos convoca. Quiero que le presentes a Shuichi a mi hijo.

 

- ¡¿Que?! –casi grito el rubio

 

- Si, quiere conocerlo… Siempre ha estado enamorado de él.

 

- ¡¡NO!!

 

- ¿Disculpa?- le pregunto entrecerrando sus ojos de manera amenazadora

 

- Yo… lo siento- había hablado sin proponérselo, pero es que pensar que le presentaría al hijo de ese hombre  su amante le ponía los nervios de punta…- S-se lo presentare.

 

- Me alegro que así sea. Bueno Eiri, ya es tiempo de irme, soy un hombre ocupado, tu sabes- se levanto del sofá y camino hacia la puerta con aire satisfecho tras haber logrado lo que quería.- Adiós, Uesugui Eiri.

 

Pasó por su lado y se dirigió hacia la puerta pero antes de retirase se volteo y,

 

- Se me olvidaba devolverte esto- dijo dejando sobre la mesita del recibidor las llaves de shuichi.

 

Y se fue dejando a un Yuki aterrorizado.

 

 -♥-

 

La noche estaba helada y el viento soplaba muy fuerte, y aún estando dentro del complejo de apartamento no podía evitar sentir que el frío se apoderaba de su pequeño cuerpo. Lo más sensato sería entrar al departamento que compartía con el rubio y acostarse junto a él en la cama de la habitación y abrigarse a base de mimos y cariños.

¿Entonces porque estaba fuera, enfrente de la puerta, abrazándose a si mismo sin entrar? Simple, había perdido las llaves y tenía miedo de tocar el timbre y que su amante se enfadara con él, pero tampoco podía quedarse allí toda la noche, así que armándose de valor, respiro profundo y todo el timbre una sola vez.

La puerta se abrió al instante.

-¿Dónde estabas a estas horas de la noche?-pregunto el escritor, vestido con ropa de casa y mirándolo fríamente.

-E-en NG, K nos hizo trabajar horas extras, ya sabes como es é.

-…- No dijo nada y se hizo a un lado para que el mocoso entrara, tampoco es que pudiese decirle que estuvo todo el día temblando de miedo por su seguridad y añorando como nunca su calor.

Shuichi entro en silencio extrañado por la actitud del rubio y se dispuso a preparar algo para cenar.

-¿Quieres algo para cenar Yuki? 

 

“Lo mataré”

 

-No…

 

“Si lo tocas, o lo haces feliz lo mato”

 

-¿Yuki-san?

 

“Juntos jugaremos este juego”

 

-…-

 

“Juntos destruiremos su vida”

 

-¿Esta todo bien Yuki?- pregunto tomando su mano con cariño

 

-¡¡NO!!- grito el mayor apartando de un golpe a Shuichi cayendo sobre el sillón. Llevo sus manos a la cabeza sosteniendo fuertemente sus cabellos dorados intentando vanamente alejar esa voz de su cabeza que le repetía una y otra vez esas palabras como si de un cuento cruel se tratara…

 

“Lo mataré”

 

“Si lo tocas, o lo haces feliz lo mato”

 

-¡¡NO!!- volvió a gritar temblando con fuerza, prueba de una crisis nerviosa- ¡¡No quiero!! ¡¡No quiero!!

 

-¿Yuki?- lo llamo el pelirosa e intento acercarse a el mas este retrocedió negando frenéticamente con la cabeza.

 

-No, no te me acerques…

 

 -¿Que sucede Yuki? ¿Qué tienes…?- estaba comenzando a preocuparse en serio, es decir, no era extraño que el escritor sufriera crisis nerviosas pero si era extraño que llorara.

 

-No quiero… No quiero hacerlo- repetía una y otra vez. Cayó de rodillas y ocultando tras su cabello rubio sus ojos comenzó a llorar  en silencio. Al verlo así, a Shuichi se le hizo pedazos el corazón, no importaba lo frió o distante que fuera con el, que lo engañara y jugara con sus sentimientos, él lo amaba y siempre seria así. Eso jamás cambiaría. Con paso decidido, se le acerco y lo tomo por lo hombros sintiendo al instante  sus intentos de soltarse pero aun así no lo soltó y usando toda su fuerza lo abrazo de forma protectora. El temblor de Yuki cesó de inmediato y se dejo llevar por la repentina calidez que lo embargaba. Poco a poco se fue calmando y dejo de forcejear, rodeo con sus manos la estrecha cintura de su amante y  atrayéndolo mas hacia el acomodo su cabeza en el pecho del pequeño disfrutando sintiendo como la vida volvía a el. 

 

Había perdido el control… tenía tanto miedo de que le hicieran daño a Shuichi… a la única persona que realmente creía amar… ¡no! No creía amar… estaba seguro. Ese pequeño niño de cabello rosa y profundos ojos amatistas se había convertido en su único dueño. ¿Por que entonces no podía ser feliz? ¿Por qué no podían vivir una historia de amor como las de sus libros?   

Con cuidado, shuichi lo ayudo a levantarse y aun abrazándolo lo llevo a la habitación, lo sentó sobre la cama y se inclino frente a el.

Yuki parecía en trance… sus parpados caídos, los ojos sin brillo, su boca levemente abierta y sus brazos a cada lado del cuerpo sin fuerzas…

 

- ¿Yuki? ¿Estas bien?- le pregunto, pero este no contesto, ni siquiera levanto la mirada del piso. Shuichi lo miro un momento más para ver si le contestaba algo, pero como al parecer no lo haría, suspiro y con una hermosa sonrisa en su rostro lo ayudo a acomodarse sobre la cama. Lo cubrió y se sentó a su lado acariciando con cariño infinito sus hebras doradas.

 

- Todo esta bien- le susurro haciendo que este levantara sus ojos hasta chocar con los suyos- Tú  solo descansa… todo esta bien.

 

- No quiero… De verrdad que no  quiero, yo…

 

- Shh- le corto shuichi posando un dedo sobre sus labios- ¿No digas nada si?

 

- Canta para mi- le pidió de pronto en un susurro.

 

-¿Q-que?

 

- Quiero… que cantes para mí- volvió a decir mirándolo directamente  a los ojos- en mi oído.

 

-Pero yo… no soy muy buen cantante, ya sabes…

 

-Por favor… hácelo -lo pidió con tanta ansiedad que a Shuichi no le quedo mas opción que acceder. Tomo aire y comenzó a cantarle “Anti-nostalgic” en su oído rozando casualmente sus labios con este.

 

Lenta, suave, sensual llego la canción a el… cuanto extrañaba esos momentos románticos con shuichi, intento mantenerse despierto, disfrutando de la cercania lo mas que pudiera pero tras una ardua batalla el sueño lo venció.

 

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Toumei ga yozora somete
hitori aruku itsumo no kaerimichi

Kuchizusamu konna kimochi
nemuru kimi ni todoketai na OH... UM...

Nanika ni obieteru jibun ga chotto iya ni naru
tsugeru omoi torinokoshita hibi ni...
dokoka ni wasureteru kokoro ga chotto itakunaru
toki wo tsunagu hoshi no yoru ni kimi wo sagashiteru

Toozakaru kumo ni nosete
boku no kimochi tachidomaru kaerimichi

Kimi wa mou yume no tsuzuki
todoku hazu mo nai koto da to wakatteiru

 

La voz del joven cantante sonó suave, tranquila, llena de sentimiento… haciendo que todos en la sala se concentraran tanto en él que dejaron sus instrumentos de lado escuchando atentamente aquella melodía que hacía tanto tiempo no sonaba con esa fuerza y sentimiento.

Desde la puerta, y siendo ignorado por todos, el presidente de Ng observaba en silencio y sin su típica sonrisa en su rostro el espectáculo que se mostraba ante él.

 

Namida ga koboreteru egao ga chotto hoshikunaru
kimi no soba ni ireru dake de boku wa...
Dareka ga toikakeru rikutsu ga motto hoshikunaru
kieru kage ni mabus…

 

-¿Que sucede? ¿Shu?-pregunto Hiro a su amigo que se había detenido de pronto y miraba el vacío- ¿Shu? ¿Estas bien?- volvió a llamarlo

 

-N-no sucede nada…- susurro mientras ocultaba sus gemas amatistas- N-no pasa nada…. Nunca va a pasar nada-susurro nuevamente ya sin poder ocultar sus lágrimas, se dejo caer de rodillas y en seguida sintió el abrazo de su mejor amigo, en un intento de reconfortarlo.

 

-¿Que pasa Shuichi? ¿Que tienes?-decía mientras acariciaba su loca y llamativa cabellera rosada

 

-No se que pensar Hiro… yo, no entiendo… no entiendo lo que le pasa a Yuki. Anoche yo solo quería ayudar. Primero tiene una crisis, luego es una dulzura y por la mañana me ignora olímpicamente….

 

-Shindou-san- se escucho la voz de Tohma haciendo que todos despegaran la vista de Shu y se posaran en el- venga conmigo.

 

-¿Ahora?- pregunto molesto Hiro-¿Que acaso no ve que esta mal?

 

-¿Le recuerdo cual es su posición Hiroshi-Kun?

 

Hiro bajo la mirada enfadado… ¿Quién se creía que era ese rubio oxigenado? Abrazo más fuerte a shuichi, en un intento de calmar su propia desesperación que sentía en ese momento bullir en su interior.

 

-Shuichi ya escuchaste al jefe- dijo tranquilamente K ante la mirada furiosa del guitarrista.

 

-Pero que acaso n…

 

-Basta-le corto K- el deber es el deber

 

- Él tiene razón- dijo una tierna y triste vocecilla proveniente de sus brazos- tengo que cumplir con mi deber…

 

-Shuichi no…

 

El peli rosa se levanto con lentitud y esbozando una triste sonrisa siguió a Tohma hasta su oficina dejando a todos en el estudio preocupados por el.

Notas finales:

Lo subo de nuevo, tenia unos horribles errores gramaticales xDDD para que vean lo qe hace estar tarde escribiendo & con sueño jajaja

Ojalá les guste (: Saludos n.n


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