Habían pasado dos horas desde que Tezuka y Fuji se habían conocido, en la base número dos de la mafia y esta se encuentra a la salida sur de la ciudad de Tokio.
Mientras tanto Sanada quien se encuentra en la base numero uno de la mafia, la cual se encuentra a la salida norte de la cuidad de Tokio. Se estaba volviendo loco por que cada minuto que pasaba, su impaciencia lo torturaba de manera bestial y esta tortura avanzaba a pasos agigantados.
La cual comenzó por culpa del alto parlante, en el cual dirían el nombre de este y al lugar que debe dirigirse para juntarse con la mano derecha del jefe de la mafia. Pero solamente se escucho el nombre Genichirou pero no se alcanzo a escuchar el lugar, a donde debía ir ya que se había echado a peder el alto parlante.
Después de escuchar su nombre, se quedo parado esperando oír el nombre de la parte a donde debería ir pero lamentablemente no escucho nada, el pobre espero veinte minutos y al pasar ese lapso de tiempo. El comenzó a peder la paciencia y a caminar en forma de círculos, como cuando un hombre va hacer papa por primera vez en su vida.
A cada paso que daba su impaciencia aumentaba, al punto de llegar a su límite y si esto llegaba a ese limite. Sanada explotaría como una bomba de tiempo y al hacerlo revelaría su identidad, la de Tezuka y todo su plan para atrapar a los dos jefes de la mafia se iría por la borda.
Si esto ocurría, la mafia no los dejaría tranquilos si no que los torturaría y después convertirlos en dos coladores humanos. Ya que los llenarían de balazos por todo el cuerpo, para luego quemarlos y para terminar tirarían sus cuerpos frente a la jefatura de policía.
El chico de la gorra comenzaba a sentir que las palabras que no debería decir ni de broma se estaban a acomodando en su garganta para salir en cualquier instante de su boca y echar a todo por lo que han pasado por la borda. Pero en ese minuto el inconciente de su cabeza le mando una clase de recuerdo a su cociente, para que no cometiera una tontería.
Al sentirlo Sanada se detuvo en seco, se sentó en el piso, cerro sus ojos y comenzó a recodar cuando algo muy parecido había pasado. En una misión que había tenido con su compañero o sea con Tezuka y esto paso hace de menos año.
Flash Back
Hace un año atrás a Tezuka y Sanada se les había dado la misión de ir a Chiba para capturar a un grupo de jóvenes ladrones, violadores, asesinos y narcotraficantes de drogas y armas.
Todo esto sucedió, en una noche de seis de mayo, era una noche primaveral y tranquila para todos los cuidadnos. Menos para dos policías quienes estaban escondidos fuera del refugio de los criminales para asi poder capturarlos y llevarlos a la cárcel.
Los dos policías, llevaban esperando más de tres horas a que los criminales salieran, pero los delincuentes no salían de su escondite y ni siquiera daban señales de querer salir de hay.
Mientras tanto los policías, uno de ellos estaba tranquilo esperando pacientemente para salir a la acción, sin embargo el otro no dejaba de moverse de un lado a otro.
- Ah, ¿cuanto más debemos esperar?- dice Sanada algo molesto, al vez que le pega con su pie derecho una botella de plástico
- Lo que sea necesario- dice Tezuka de manera tranquila, mientras no le quita los ojos a la puerta de ese lugar
- Yo, ya no puedo esperar mas, iré al ataque- dice el chico de la gorra con su paciencia ya en limite de irse a la vez que toma su arma y comienza a caminar hacia la puerta
- No, Sanada detente - dice el chico de lentes deteniendo a su compañero, tomándolo del antebrazo
- ¿Por qué me detienes Tezuka?- dice el pelinegro molesto a la vez que se tratar de safarse del agarre de su compañero
- Por que estas demasiado desesperado e impacientado y asi no podrás actuar con cordura - dice el rubio seriamente a la vez que aumenta la fuerza de su agarre
- Y ¿eso que importa?, déjame ir-pregunta y dice mas molesto que antes haciendo todo lo posible por intentar liberarse
- Si importa y no lo haré- dice Tezuka mas serio que antes, mirando con mas seriedad a su compañero
- ¿Por qué no?- pregunta el chico de la gorra molesto a la vez que mira a los ojos a su compañero
- Por que si te dejo ir asi cometerás una locura, de la cual te arrepentirás el resto de tu vida- dice Tezuka se una forma muy seria, la cual hace que su amigo se de cuenta de su error, se quede quieto y baje la cabeza
- ¿Estas más tranquilo?- pregunta el chico de lentes con clama a la vez que suelta el brazo de Sanada
- Si, lo siento - dice el pelinegro bajando su rostro aun mas para que no se le viese su sonrojo pero este sonrojo era por la vergüenza que sentía por a verse comportado como un niño pequeño
- Descuida pero debes mejorar tu paciencia a toda costa - dice el chico rubio poniendo una de sus manos sobre el hombro del otro chico en forma de apoyo
- ¿Cómo puedo hacer eso?- pregunta Sanada con intriga a la vez que levanta su rostro
- Primero que nada debes estar tranquilo, segundo contar mentalmente hasta cien, si no funciona con cien cuenta hasta mil y a si seguir para evitar que tu paciencia se valla- dice Tezuka en forma explicativa para que su compañero lo entendiese
- No creo poder hacerlo- dice el chico de la gorra sin mirar a su amigo
- Claro que puedes Sanada, tu nunca te rindes o ¿si?- dice el chico de lentes con una voz de valor y aliento
- No, nunca- dice el pelinegro subiendo mas el rostro y con una mirada de súper héroe
- Vez- dice el rubio con una alegría en sus ojos ya que sus palabras llegaron a su compañero
- Pero ¿Qué pasaría si no lo consigo?- dice Sanada con algo de miedo en su tono de voz
- Morirás- dice Tezuka de manera cortante, pero el chico de la gorra no dice nada solo mira el piso con miedo y a la vez con algo de tristeza
- Escúchame Sanada, yo no siempre voy a estar a tu lado para detenerte, suponte que nos lleven a una misión por separado hay yo no podré estar a tu lado para evitar que cometas una locura, tendrás que detenerte por ti mismo y si no logras mejorar tu paciencia, tu mismo te meterás en la boca del lobo y cuando eso ocurra, no solo se ira tu vida si no que harás sufrir a toda tu familia, acaso ¿quieres que eso suceda?- dice y pregunta el chico de lentes con seriedad y verdad en su palabras
- No, claro que no - dice el pelinegro con valor a la vez que sube su rostro y mira al cielo estrellado
- Entonces ¿Qué harás para evitarlo?- dice y pregunta el chico rubio mirando a los ojos a de su compañero de manera serio
- Me relajare e incluso contare hasta un millón si es necesario- dice Sanada seguro de mismo, a lo cual su amigo solo asiente con su cabeza
Fin de Flash Back
Después que Sanada recordó eso, comenzó a contar lentamente hasta un millón para poder volver a retomar su paciencia. Pero lamentablemente su cuenta tuvo que quedar en el número mil quintos treinta y seis, ya que un chico se había parado en frente suyo, el cual no le quitaba la vista de encima, esto hizo que el chico de la gorra se distrajera y perdiera la cuenta que estaba realizando.
El pelinegro se paro de donde se había sentado a la vez que abría sus ojos, solamente para encontrase con otro chico, el cual nunca había visto en su vida y ni siquiera en aquel lugar. Este joven tenía el pelo morado, usaba lentes pequeños, los cuales poseen una clase de vidrio que impide que se vea el color de sus ojos, tenía una cara seria y su tamaño no era ni alto ni bajo si no normal.
- ¿Tú eres Genichirou?- pregunta el chico de pelo morado con algo de confusión
- Si soy yo - dice Sanada seriamente mirando al muchacho que lo había interrumpido de su cuenta numérica mental
- Es un gusto conocerte, mi nombre es Yagyuu Hiroshi - dice el joven de lentes haciendo una reverencia
- El gusto es mió- dice el chico de la gorra haciendo una reverencia pero aun serio y molesto
- Bueno he venido hasta ti para pedirte disculpas - dice Yagyuu haciendo otra reverencia pero esta era de disculpas
- ¿Por qué te disculpas conmigo?- pregunta el chico de la gorra confundido y a la vez que levanta una ceja
- Por que por mi culpa se echo perder el alto parlante- dice el joven de pelo morado mientras le corre una gotita en la cien
- No te preocupes - dice el pelinegro mientras da un pequeño suspiro de resignación para calmarse antes de bofetear a ese muchacho
- Gracias y Ahora serias tan amble de seguirme - dice el chico de lentes con una pequeña sonrisa
- De nada y ¿a dónde me llevaras?- pregunta Sanada extrañado y a la vez con algo de miedo en su mirada pero este ni se nota
- A donde se encuentra la mano derecha de Yukimura-san, ¿nos vamos?- dice Yagyuu con una sonrisa mas grande que la anterior
- De acuerdo- dice el chico de la gorra con desconfianza pero sigue al otro joven que ya había comenzado a caminar
Asi ambos chicos salen de unos de los cuatro de patios que tiene ese lugar hasta llegar una hermosa escalera blanca la cual tiene unos diez o quince escalones y lleva hasta una puerta de vidrio blanco. Al llegar a esta puerta el chico de pelo morado la abre, le hace a Sanada un gesto de entrar aquí, este lo cumple, el otro chico cierra la puerta y se va.
El chico de la gorra entra a una especie de sala de estar, esta tiene paredes celestes con una línea azul en su centro, su piso de cerámica azul, además una mesa redonda al blanca al centro, tiene dos sofás de tres piezas cada uno tiene el mismo color que las paredes y uno de ellos, se encontraba otro muchacho sentado en uno de los sillones. El cual se encontraba leyendo un libro de leyendas antiguas, el tiene el cabello castaño corto, la mirada cerrada y un rostro de ser alguien serio pero muy inteligente.
- Lo he estado esperando Genichirou-kun, me llamo Yanagi Renji por favor tome asiento - dice el chico que estaba sentado a la vez que cierra el libro
- Gracias - dice Sanada de manera seria a la que se sienta al frente del otro joven
- No tiene nada que agradecer - dice el chico de la mirada cerrada a la vez que mira atentamente al otro muchacho
- Ya lo hice - dice el pelinegro de manera moleta y orgullosa
- Bueno, antes de entregarle su titilación, déjeme decirle que usted es asombroso en cualquier punto de vista de la mafia, si seguí asi puede que llegues hacer el sucesor de Yukimura-san - dice Yanagi a la vez que abre sus ojos maravillado, mientras que ve al otro joven
- ¿Usted lo cree?- pregunta el chico de la gorra sorprendido y a la vez confundido
- Claro que si, no me cabe la menor duda - dice el muchacho de la mirada cerrada, cerrando sus ojos con una gran sonrisa sincera
- Si usted lo dice - dice Sanada mirando al chico con algo miedo mientras le corren varias gotitas en la cien
- Si, bueno aquí tienes tu titulo y tu paso como mafioso, ahora serias tan amble de acompañarme - dice el castaño entregándole las cosas a Sanada a la vez que se para del sofá
- ¿A dónde?- pregunta el chico de la gorra confundido y a la vez un poco asustado
- Donde Yukimura-san, el esta ansioso de conocerte- dice Yanagi con una sonrisa sincera
- Claro será un honor para mi -dice el pelinegro seriamente a la vez que separa del sofá
- Bien, sígueme por favor - dice el castaño comenzando a caminar hacia arriba
- Si - dice Sanada siguiéndole el paso al otro chico el cual caminaba a paso rápido
Los dos salieron de la sala y siguieron su camino por el norte hasta que llegaron a un gran pasillo, el cual era alfombrado de color azul, las paredes eran iguales a la de sala pero en estas cada pared tenia un cuadro de todas las sietes maravillas del mundo. Siguieron caminando por el largo pasillo hasta que llegaron a una puerta de oro con manillas de palta y al centro de esta la imagen de un ángel rezando.
Yanagi abrió las puertas dejando a entrar a Sanada, cerro las puertas y se fue dejando solo al chico recién titulado. Este entero en una clase de despacho el cual tenia unas paredes del mismo color que las anteriores, a lado derecho no había nada y al lado izquierdo uno hermoso ventanal. Al centro de esta una mesa cuadrada de madera de pino, la cual era rodeada por tres sillas de tercio pelo azul, detrás de la más elegante una gran librera con libros sobre todos los temas de la botánica y justo en la más bonita ese encontraba sentado el jefe de la mafia bebiendo una copa de wisky.
Sanada antes de verlo a los ojos lo miraba con odio, pero después que lo miro el pobre se quedo embobado al ver un chico tan lindo y con una cara angelical que no mataba ni una mosca. El joven de la gorra en ese minuto pensó que estaba viendo a un dios o al diablo pero muy bien disfrazado y maquillado.
- Te estaba esperando Genichirou-kun - dice el jefe de la mafia con una mirada angelical y a la vez demoníaca mirando al chico nuevo, el cual no respondió solo se quedo embobado al ver a un hombre tan lindo como el
- Por favor toma asiento - dice Yukimura de una manera amigable a la vez que sonríe dulcemente
- Se lo agradezco - dice Sanada saliendo de su trance de admiración por la belleza, a la vez que se sienta en una de las sillas
- Por nada, sabes eres muy diferente a quien imaginaba - dice el joven de pelo azul con una sonrisa traviesa
- No, lo sabia, ¿Cómo me imaginaba?- pregunta el chico de la gorra confundido, a la vez que levanta una ceja
- Ahora lo sabes, pues delgado, con mucha inteligencia y habilidad pero ahora que te veo bien eres musculoso, alto y con mucha destreza para poder a ver pasado los dos años en tan solo tres meses, en verdad que eres asombroso -dice el ojiazul con una sonrisa mas grande a la vez que mira de arriba abajo al muchacho nuevo
- Le agradezco los cumplidos - dice el pelinegro sonrojado a la vez que baja el rostro para que no se viese su sonrojo
- No tienes nada que agradecer, ahora veamos a que te vas dedicar, ¿Qué te gustaría?- dice y pregunta Yukimura el cual juega con su baso, al cual le que daba un poco wisky
- No lo se, decídalo usted- dice Sanada aun con su rostro, al cual ya comenzaba a irse el sonrojo
- Bueno serás mi mano izquierda, ¿estas de acuerdo? O ¿tienes alguna objeción?- dice y pregunta el joven de pelo azul con una mirada traviesa y a la vez divertida
- Si y no- dice el pelinegro en forma automática, sin ni siquiera pensarlo una vez
- Bien, ¿bebes algún licor?- pregunta el ojiazul con curiosidad a la vez que se para de la silla
- No - dice el chico de la gorra de manera cortante, aunque en verdad deseaba con todo su ser tomarse mas de una copa
- Ya veo, entonces ¿serias tan amble de acompañarme? - dice y pregunta Yukimura dulcemente
- ¿A dónde?- pregunta Sanada con algo de miedo tanto en su voz como en su mirada
- A tu habitación, hoy podrás descansar pero mañana no -dice el peliazul comenzando a caminar hacia la puerta de salida
- Comprendo - dice el pelinegro parándose también de la silla y ganándose a la lado de su nuevo jefe
- ¿Nos vamos?- pregunta el ojiazul con una mirada que dice si me dices que no te mato, a la vez que abre al puerta
- Si - dice Sanada con una mirada de miedo por a ver visto la mirada tan demoníaca del otro chico
Y asi los dos caminaron hasta el cuarto que le había tocado a Sanada, este cuarto era como el hijo de un rey. El chico de la gorra estaba tan asombrado al verlo que no se dio ni cuanta cunado Yukimura se despidió de el, pero al joven de pelo azul no le importo si no al contrario sonrió sádicamente y se fue tranquilamente, dejando solo al chico nuevo.
Luego que deja al chico nuevo en su habitación, el joven de pelo azul comienza a pensar en lo atractivo y guapo que es su nueva mano izquierda. Cuando pensó eso se sonrojo al más no poder ya que nunca había conocido a alguien que superar sus expectativas en todos los sentidos.
Paso como una hora cundo Genichirou se dio cuenta que estaba solo en aquella habitación, este se sentó en la cama y comenzó analizar todo lo que le había pasado el día de hoy. Cuando llego a la parte con cual estuvo con Yukimura se dio cuenta de lo tonto que había sido por a verse dejado engañar por una cara bonita ya que había aceptado un puesto que ni sus más grandes pesadillas habría aceptado.
Después de darse de cuenta de eso Sanada se bofeteo asi mismo por a verse dejado engañar como a un niño, pero ya era demasiado tarde para arrepentirse lo echo, echo estaba y ahora solo tenia que obedecer todos los mandatos de un chico lindo pero mafioso.
Continuara