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Sólo una Oportunidad por Kmmy Lee

[Reviews - 166]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del capitulo:

Hola, personitas bellas ^^

Kmmy reportándose a actualizar, súper feliz de al fin haber terminado el capi :’)

Les advierto que, a partir de aquí, puede que sufran un trauma y quieran matarme de la forma más cruel posible, pero les aseguro que desde un principio la trama estuvo pensada así y no hay más que hacer. De este capítulo en adelante la historia dará un giro radical, donde ahora sí que todo podrá pasar O.O Es un capi transitorio al verdadero drama (según yo) y de verdad espero lo disfruten ^-^

Mil gracias a las personitas lindas que se dan el tiempo de dejarme un review, en serio que me motivan muchísimo a continuar y me inspiran como no tienen una idea :33 Las aprecio un montón y de todo corazón espero este capi les guste ^.^ Creo que hablo por la mayoría de quienes escribimos fics cuando digo que los reviews son una motivación súper inspiradora a la hora de escribir n.n Muchas gracias ♥

 Y bueno, mucho blah blah e.e Vamos con lo que (creo) de verdad les importa ^w^

¡A leer!

Capítulo 16: Sentimientos y Transiciones.

Matt se puso de pie al instante, seguido por un muy frustrado e irritado Mello. Los ojos miel de Light se hallaban fijos en ambos, denotando sorpresa y rabia a una misma vez. Sin lugar a dudas lo último que esperaba ver al llegar a aquel lugar, era a su esposo abrazado a la persona que más daño le había hecho y que, según sabía, ya no significaba en su vida más que un mal recuerdo. Hacía todo lo posible por reprimir sus impulsos, pues estaba seguro que, si se dejaba llevar, terminaría por golpear hasta el cansancio al rubio imbécil que tenía delante, además de increparle a gritos a Mail el por qué de su actitud tan repentina e incomprensible.

A lo lejos, un par de metros más allá, Beyond y Emily observaban la escena sumidos en la más absoluta perplejidad, preguntándose cómo era posible que Yagami hubiese aparecido tan de improviso allí, si se suponía que Elle debía mantenerlo distraído el tiempo suficiente para que Mihael y Mail arreglasen sus diferencias y aclarasen los malentendidos de su pasado.

- ¿Qué haces aquí?- Fue lo único que pudo articular el pelirrojo, quien intentaba a duras penas procesar lo recién ocurrido entre Mello y él, demasiado shockeado ante la inesperada llegada del castaño y sin estar aún muy seguro de cómo reaccionar ante semejante situación.

- Arruino tus planes, por lo que veo.- Fue la escueta y mordaz respuesta que recibió, junto a una mirada fulminante y una pose que distaba mucho de ser gentil.

- Hey.- Lo detuvo Mihael, entornando los ojos con hastío y dando un par de pasos hacia el frente, dejando a Matt un tanto rezagado tras él.- Bájale las revoluciones a tu voz.

Light también se adelantó un par de pasos, quedando así ambos separados por una distancia ínfima. Azul y miel, sus miradas se enfrentaron en una lucha intensa y llena de desdén, un rictus de furia total trazado en los rostros de ambos. Las ansias casi irrefrenables de golpearse haciendo meya desde lo más hondo de su ser, el rencor brotando cual hiedra venenosa en cada una de sus acciones. Light no deseaba otra cosa más que borrar ese gesto retador de la expresión de Mihael, al tiempo que éste parecía estar a punto de descargar toda su frustración e ira contenida en aquél insufrible castaño que, aprovechándose de su ausencia, se había atrevido a usurpar su lugar para robarle todo.

Mail, por su parte, paseaba sus ojos esmeralda de uno al otro y viceversa, una inquietud abrasadora haciéndose con el control total de sus emociones. Su corazón latía acelerado, mientras un escalofrío para nada agradable recorría su espina dorsal como una corriente eléctrica, la respiración entrecortándosele al reparar en la proximidad en demasía perjudicial entre su esposo y su ex novio y un sentimiento alarmante removiendo dolorosamente algo muy en su interior. La tensión era tan palpable que podía cortarse con un cuchillo, la antipatía y el resentimiento con que esos dos se miraban lanzando chispas de odio en su estado más puro a su alrededor.

 - No te metas en lo que no te importa, Keehl.- Musitó el castaño, utilizando un tono de voz tan siseante y sombrío, que nadie jamás hubiese imaginado que tras sus orbes amelados se escondía una persona serena y dulce.

- Todo lo que tenga que ver con Matt y mi hijo me importa, Yagami.- Contraatacó el rubio, sonando todavía más lúgubre y amenazante, haciendo énfasis en las palabras “mi hijo” y sin siquiera inmutarse ante el latente odio que chispeaba en las pupilas del otro.

- ¿Tu hijo?- Inquirió burlón Yagami, esbozando en sus gráciles facciones una mueca despectiva y soltándose a reír con ironía mal disimulada.- ¡Por favor! Para Keith no eres más que un extraño…- Hizo una pausa, apagando sus carcajadas y mirándole con fingida compasión.- No, lo siento, ni siquiera para eso te alcanza.

Aquellas palabras fueron detonantes para Mello. Se lanzó sobre Light y estampó con dureza el puño contra su rostro, haciéndolo retroceder varios pasos debido a la fuerza empleada, mientras la ira y la frustración se repartían como pólvora por sus venas. Al catar el metálico sabor de la sangre en su paladar, Yagami explotó también y arremetió con igual furia contra Keehl, dándole un puñetazo de lleno en la nariz y casi arrojándolo al suelo. Así inició una batalla campal entre los dos, donde los golpes iban y venían de uno en otro y los insultos no se hacían esperar.

- ¡Maldito imbécil!- Gruñó el oji-azul, dándole un derechazo directo en la mejilla y sintiendo una rabia llameante e intensa en cada célula de su ser.- ¡Te guste o no, Keith lleva mi sangre y eso nunca podrás cambiarlo!

- ¿De qué te sirve la sangre, si eres menos que nada en su vida? ¡Métete en la cabeza que el único padre de Keith soy yo, infeliz!- Espetó iracundo el oji-miel, partiéndole el labio al responderle el golpe sin miramiento alguno.

Matt dejó escapar un gemido alterado, metiéndose en la pelea justo a tiempo para evitar que el puño cerrado de Light se estrellase una vez más contra el rostro ya amoratado de Mihael.

- ¡Basta!- Gritó, imponiéndose como pocas veces hacía y dirigiéndoles a ambos una mirada mortal.

 Y antes que ninguno pudiese o quisiese decir algo más, Beyond y Emily hicieron acto de presencia en la escena, el primero luciendo irritado, aunque tranquilo, y la segunda viéndose consternada.

- Actúan como un par de neandertales.- Les soltó la oji-azul,  cruzándose de brazos y escudriñándoles con notada decepción.- ¿Qué acaso no pueden dejar sus diferencias a un lado por un momento y centrarse en lo realmente importante?- Frunció el ceño al ver como Light rodaba los ojos con cansancio y Mello dejaba que a sus labios les rehuyese un suspiro de puro abatimiento.- El pequeño Keith luchando por despertar y ustedes comportándose como un par de críos.- Los fulminó con la mirada, sujetando con suavidad a su hermano por el brazo y empezando a caminar con él hacia el interior del gran hospital.- Vaya padres que son.

Una vez se hubieron perdido de vista, Light soltó un suspiro extenso, volviendo a encarar a Mihael.

- Ni creas que tú y yo hemos terminado de hablar.- Le advirtió en tono amenazante, fulminándolo con una mirada despectiva y apresurándose a ir tras Mail y Emily.

- Idiota.- Mascuyó el rubio, apretando los dientes y dejándose caer con pesadez sobre la banca de cemento donde hacía sólo unos instantes había estado con aquél hermoso pelirrojo, dueño absoluto de su corazón.

Beyond se sentó a su lado, suspirando entre aburrido y molesto.

- Aunque me cueste admitirlo, Emily tiene razón.- Admitió, extrayendo de uno de los bolsillos de su chaqueta un caramelo de fresa y echándoselo a la boca sin ninguna ceremonia.- De nada sirve que te agarres a golpes con el estúpido de Yagami ahora, cuando tu hijo está allá adentro y necesita más que nunca de ti.

- Lo sé.- Asintió el oji-azul, mirando ausente hacia un punto indistinguible entre los árboles.- Créeme que lo que más quiero es estar con él y recuperar el tiempo perdido.- Miró a su hermano con una pequeña sonrisa trazada en sus labios, un brillo especial refulgiendo en el par de zafiros que portaba por ojos.- Hablé al fin con Matt y creo que me perdonó, ¿sabes? Pude tenerlo entre mis brazos y siento como si los años no hubieran pasado. Sígo amándolo tanto e incluso más que antes, Beyond, y te juro que daré hasta mi propia vida para volver a estar con él.

 El pelinegro asintió, sonriéndole con complicidad e instándole a entrar al hospital también.

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Llegaron a la sala de espera y se sentaron en las duras sillas que allí había, viendo como personas caminaban de aquí para allá a través de los largos pasillos. La tarde caía lentamente en brazos de una noche que estaba a sólo minutos de aparecer, en el cielo repartidas como por casualidad varias nubes grises que anunciaban la llegada de una pronta llovizna.

- ¿Cómo estás?- Sondeó Emily en tono nervioso, escrutando a su hermano con preocupación.

- Bien, mal… no sé.- Articuló con pesadumbre el aludido, entrecerrando cansino sus orbes esmeralda e intentando lucir lo más tranquilo posible al volver a hablar.- Tienes mucho que explicarme, Emy. Aún no entiendo cómo es que supiste exactamente donde estábamos.

- Te contaré todo con lujo de detalles, lo prometo.- Afirmó la rubia, tomando una de las manos del pelirrojo entre las suyas y dedicándole una mirada llena de afecto y añoranza.- En cuanto Keith despierte, responderé todas las preguntas que tengas para hacerme, ¿de acuerdo?- Sin contenerse, estrechó al menor en un fuerte abrazo, no pudiendo aguantar por más tiempo las lágrimas de emoción que pugnaban por salir de sus ojos.- No sabes cuánto te extrañé, hermanito.

Matt no pudo más que corresponder al gesto, admitiendo para sí mismo lo mucho que la había necesitado durante aquellos años viviendo en Japón. Cedió a la maternal calidez que desprendía Emily, soltando un suspiro fatigado y dejándose arrullar momentáneamente por las suaves caricias que ésta depositaba en sus sedosos y rojizos cabellos.

- También te extrañé, hermana.

Light los observaba a una distancia prudente, no sabiendo ya qué sentir o cómo actuar. Estaba aturdido y furioso a una misma vez, aún sin hallarle explicación alguna a la repentina aparición de tantos intrusos en su vida. Le hervía la sangre al recordar las palabras dichas por Mihael, al tiempo que un miedo abrumador de perder aquello por lo que tanto había luchado, crecía más y más conforme los segundos se le unían al tiempo. Sabía lo que había visto; el brillo en los ojos de Mail, la entrega reflejada en ese abrazo y lo poco que alcanzó a escuchar de su conversación con el rubio, eran pruebas fehacientes de que su peor pesadilla se hallaba a nada de hacerse realidad. Pero si Keehl creía que podría arrebatarle a su familia así de fácil y sencillo, estaba muy equivocado. Él lucharía con uñas y dientes por mantener consigo a las personas más importantes en su universo, sin importar en lo más mínimo lo que debiese hacer para lograrlo.

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Abrió sus ojitos, desorientado. Una sensación extraña recorría su pequeño cuerpo desde la cabeza a los pies, un fuerte aroma a antiséptico colándose en sus fosas nasales y haciéndole fruncir los labios en un adorable mohín. Sentía un dolor punzante en su frente, el cual abarcaba su cráneo hasta la nuca y le hacía difícil moverse a gusto. Su bracito escocía desagradablemente, mientras sus muñecas dolían mucho por culpa de las varias intravenosas que le habían inyectado.

Miró a su alrededor, asustándose al hallarse solo. Desde que podía recordar le tenía aversión a la soledad, por lo que estar en una habitación completamente blanca, acompañado nada más por ese extraño y molesto aparato que sonaba al ritmo de los latidos de su corazón, no hacía más que espantarle. Un gritito ahogado escapó de sus labios al tratar de incorporarse y ser asaltado por un horrible dolor en cada fibra de su ser, logrando que varias lagrimitas rebeldes abandonaran la prisión en sus hermosos ojitos azul zafiro y se deslizaran cual cascada por sus níveas mejillas.

- ¿Papi?- Susurró al vacío con voz llorosa, evocando a su mente la tranquilizadora imagen de un joven pelirrojo de ojos verde esmeralda y añorando más que nunca la calidez reconfortante de sus abrazos.- Papi Matt, ¿dónde estás?

Entonces se sobresaltó al oír como la puerta se abría desde fuera y a la habitación entraba un señor de bata blanca con un extraño objeto colgando en su cuello, quien lo miró sorprendido y le regaló una sonrisa que, más allá de tranquilizarle, le atemorizó aún más.

- Has despertado, pequeño.- Le dijo el hombre, acercándose hasta la blanca cama donde yacía recostado y poniendo una mano grande y cálida sobre su frente.- Dime, ¿cómo te sientes?

Keith lo miró con sus preciosos zafiros llenos de inocente desconcierto, sin saber muy bien qué responder. El mayor le volvió a sonreír, aproximando hasta ellos una especie de mesita alta con ruedas y tomando de ella un objeto tan extraño como el que se hallaba pendiendo en su cuello.

- Te revisaré para asegurarme que estés bien, ¿de acuerdo?- Le habló en tono afable, apartando de su frente un par de mechoncitos rubios y observando con ojo crítico el pequeño vendaje que cubría su herida.- Pondré esto en tu pecho y en tu espalda para escuchar tu corazón y tu respiración, ¿bien?- Le explicó, aproximando hasta él el objeto que colgaba en su cuello y logrando que se estremeciera ante el frío del metal chocando contra su piel.- Ahora retén el aire y luego bótalo.- Le pidió, paseando el estetoscopio de un lado a otro entre sus costillas, mientras el niño acataba la orden y fruncía el entrecejo, pues poco le gustaba que alguien, a parte de su papi Matt o su papá Light, lo tocara.- Excelente, pequeño, ya casi terminamos.

El doctor lo sometió a varias pruebas más, entre las que estuvo una revisión minuciosa de su brazo fracturado y un cambio de vendaje para proteger la herida en su frente. Y cuando el niño se mostró ya lo suficientemente estresado con la revisión médica, determinó prudente suministrarle un calmante suave vía intravenosa y, acto seguido, salir en busca de sus jóvenes padres para informarles que había despertado ya.

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Le aceptó a Emily el vaso de cappuccino que le compró en la cafetería, perdiéndose unos segundos en la visión de Mello de pie sólo unos pasos más allá. La noche ya había cubierto con su manto la ciudad, retazos de una llovizna sutil deslizándose sobre la tierra y dándole al ambiente un tinte más frío de lo habitual. La sala de espera se hallaba semi vacía, sólo unas cuantas personas más a parte de ellos esperando recibir noticias de algún paciente en particular. Light acababa de ir a casa por las cosas que necesitaría Keith para pasar la noche en el hospital, asegurando que regresaría enseguida y lanzándole a Mihael una mirada de advertencia antes de desaparecer tras la puerta.

 Se dispuso a dar un sorvo a la caliente bebida, pero cuando el aroma dulzón que esta desprendía entró por su nariz, un vacío perturbador se instaló en la boca de su estómago y una horrible sensación de náuseas le subió por la garganta, forzándole a soltar de improviso el vaso que sostenía para cubrirse la boca con ambas manos, en su afán de reprimir la fuerte sucesión de arcadas que le atacaron sin aparente razón. Y al levantarse de la silla, ya con varios pares de ojos curiosos fijos en él, un mareo aturdidor hizo que el suelo bailara bajo sus pies, desestabilizándolo y haciéndole perder el equilibrio. Una oscuridad abrumadora le envolvió con su manto, nublándole la vista y haciéndolo caer, en cuestión de nada, en la más absoluta inconsciencia.

- ¡Matt!- Mello se precipitó hasta él, a tiempo para impedirle caer de cara al piso.- ¡¿Amor, qué tienes?!- Le dio golpecitos suaves en las mejillas, sumiéndose en la más abismal de las preocupaciones.- Reacciona, cachorro, por favor…

Emily, aterrada, corrió en busca de alguna enfermera, temiéndose lo peor al ver a su hermano así.

Más al abrir sus ojos, tras pasados sólo un par de segundos, Mail se dobló sobre sí mismo y devolvió todo cuanto tenía en el estómago, preocupando todavía más al rubio e instalando en su pecho un sentimiento para nada alentador. Trajeron una camilla y acostaron al pelirrojo en ella, llevándoselo de inmediato a emergencias para averiguar qué podía estarle sucediendo.

 - Matt…- Susurró Mihael, mientras la llovizna se hacía tormenta y un trueno se oía a lo lejos.- ¿Qué tienes?

Notas finales:

Chan chan chan *patético intento de musiquita de suspenso* Se está por desatar una tormenta D:

¿Quién descubrió ya qué le pasa a Matt o tiene una idea al menos de lo que pueda ser? Le doy una barra de chocolate a quienes acerten y me den sus teorías :’D

Se aceptan todo tipo de reviews (sugerencias, tomatazos, amenazas, opiniones, impresiones, etc), saben que yo les responderé más que encantada ^^

Les mando un beso gigante y un abrazo de pandita bebé *-*

Las quiero ♥


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