Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

My All por Shiko

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:



Bueno, creo no haber recalcado algo:



Aquí Lilly y Severus duran más en su amistad, en 7mo rompen a razón de... ya sabrán.



Por cierto, por lo menos habrán dos personajes Originales que serán muy importantes en la historia, además de que, recalco, seguirá el flujo de acontecimientos del libro más se cambiaran algunas cosas en el transcurso de estos. Ya lo verán mas adelante.



Me encantaron sus comentarios, no me esperaba tener mucho y gracias por querer ayudarme a arreglar mis fallas en el fic -aunque no son muchas- pero no he podido pedir que arreglen ni aceptar la ayuda a razón de que recién me conecto hoy y es a publicar ya que no sé cuando me volveré a conectar a internet, es decir si me conecto y hubiera aceptado la ayuda orita estuvieran arreglando el capitulo y no lo publicaría hasta dentro de una o dos semanas mas...



Eso es todo, espero y disfruten... besos.



Shiko



Su molestia fue muy grande y más su vergüenza cuando los chicos se burlaban de él, ni Lilly pudo hacer mucho, ahora ella no le hablaba a los Merodeadores y según había escuchado Nicolas, quien le pasaba el chisme a su habitación, Potter le culpaba abiertamente a él de que Evans ni siquiera le dirigiera la palabra. Por su parte no había salido de su habitación y la primera noche después del acto cruel de Black lloró un poco –que conste que solo un poco-, mas de molestia e impotencia –no era de esos llantos descarados para demostrar cómo se sentía, más bien unas cuantas lagrimas de coraje-, luego rememoraba todo lo que había hecho desde su ingreso en Hogwarts y no recordaba haberles causado alguna molestia a ningún Griffindor como para que le cogieran ese odio desmedido que le tenían –impuesto desde luego por Potter-.






Y así pasó una semana donde se ausentó en clases, aunque no había ido se encargaba de entregar los deberes y de recibir los apuntes de Nicolas, eso le ayudaba y se le hacía ligera la carga tanto a él como a los profesores, mientras Lilly se comunicaba con él por medio de lechuzas ya que no podía ingresar a las mazmorras de Slytherin dado que era una Griffindor.






Sirius Black, por su parte, se golpeaba duramente contra cualquier objeto duro que encontrara y ni se diga que buscaba especialmente darse contra objetos que ponían en peligro su integridad –como las armaduras-, sus amigos ya le habían salvado varias veces de clavarse algo filoso, quien le conociera pensaría que estaba atentando contra su vida y así era o al menos eso quería pensar, hacia días , más exacto desde el altercado contra la integridad de Snape, no lo había visto y ya extrañaba el que esté presente en clases, así no lo molestara al menos sabía que estaba ahí y entendía que podía disponer de él en cualquier momento de aburrimiento para gastarle una broma. Es así en que un día tomó la decisión –muy arriesgada por cierto- de entregarle las notas el mismo y esa noche caminó hasta las mazmorras y esperó en la puerta hasta poder verle salir hacia el comedor ya que era momento de la cena, pero cuál fue su sorpresa al notar que el director salía de las habitaciones de los Slytherin y caminaba animadamente chupando una lollipop.






Así que ahí estaba, esperando el momento de ver a Snape quien en poco tiempo se dejó notar saliendo con un semblante parco de las mazmorras, sonrió contento de volver a verle por lo que tomando el pedazo de pergamino del bolsillo de su túnica y sacando el valor característico de un Griffindor decidió acercarse con paso firme y la mirada más seria que pudo –para demostrar que todo iba enserio- hacia Severus, aunque eso quedó truncado cuando notó como Tablor salía detrás de Snape y se colocaba a su lado conversando animadamente; arrugó fuertemente el papel mientras observaba esa escena de camaradería y eso para si no se podía llamar camarada, era más bien acoso y mas por la forma en que el castaño se pegaba a Snape, prácticamente parecía siameses, que espacio personal ni que nada, maldita serpiente rastrera.





-… ¿Qué sucede Black?...-preguntó Nicolas al darse cuenta de la presencia del chico-… ¿acaso te molesta que mi presencia te haya arruinado la oportunidad de gastarle una broma a Severus?...-dijo molesto.





-…tu, maldita serpiente…-le señaló acusándolo, pero las palabras no salían de su boca al notar la mirada asustada que le había dirigido Snape, era como si la ultima broma hubiera causado un resentimiento inexplicable para con su persona, se sintió lo peor.





Severus se había asustado al escuchar el nombre de su némesis de la boca de Nicolas, nunca antes su reacción había sido la de escudarse a la espalda de Tablor ni mucho menos de Lucius cuando estudiaba en Hogwarts pero las escenas de la ultima jugarreta aun estaban frescas en su mente, un extraño sentimiento le invadía y el notar como Black insistentemente lo observaba hizo mayor mella por lo que decidió observarlo detenidamente, tal vez así desapareciera de su vista.





Black dio media vuelta y se regresó hacia la torre de Griffindor donde ingresó a su habitación y de dejó caer sobre la cama fue ahí cuando notó el papel con su declaración de amor hacia Snape, este se encontraba en su mano totalmente arrugado y roto, sin más lo desdoblo leyéndolo atentamente: un disculpa, unas frases de amor y la firma con su nombre, mas la mirada asustada de Snape al verlo y como se colocaba detrás de Tablor buscando protección le hizo darse cuenta que le costaría mucho el ser aceptado y no creer, incluyéndose el mismo, que era una burla.





A Remus Lupin le carcomía la conciencia el hecho de ser el iniciador del último altercado en contra de la integridad de Severus Snape, aunque se había sentido bien encontrar una forma de deshacerse de ese feo sentimiento que se apoderada de él cada vez que veía como Malfoy se acercaba a Snape su conciencia le gritaba un montón de cosas que estaba seguro eran verdad, una verdad que dolía demasiado, mas por el momento hacia oídos sordos a esas palabras, solo trataba de encontrar una forma de calmar esa pulsación en su pecho cada vez que veía como Lucius abrazaba tan cariñosamente a Snape.






Los días pasaron rápido, Sirius no había dejado sus poemas los cuales cada vez eran mucho menos ortodoxos que harían sonrojar hasta el más pervertido del colegio, los escribía inclusive en el desayuno llegando Peter a casi descubrirlo. Aun así no se detenía en el hecho de que el próximo año estaría contento de la mano de Snape, era un juramento propio.





-…Black, Black…-le llamó McGonnegal en clases-…deje de estar distraído en clases…-reprendió-…10 puntos menos a Griffindor…-.





Las risas de Slytherin no se hicieron esperar mientras el escondía su rostro entre los libros, el pensar tanto en Snape le estaba afectando.





El siguiente año llegó y cumplía 15, las cosas estaban muy tirantes en su familia por cuestiones de la sangre, un hombre muy respetado en la sociedad mágica había sacado ideales de limpiar el mundo mágico, ideales que no compartía con sus padres quienes le reprendían por no hacer el mas mínimo caso, Regulus aceptaba cualquier cosa proveniente de ellos quienes estaban orgullosos que su hijo menor fuera así, mas a él lo miraban con mala cara solo por decir abiertamente que no aceptaba en totalidad los ideales de ese loco, es cuando terminó en el colegio peleado con sus padres y su hermano quien ni siquiera le dirigía la palabra por orden de su madre, fue así como ese año había comenzado tirante e irritable, lo peor de todo es que se la había cogido nuevamente con Snape quien no tenía la culpa, pero los celos provocados por Tablor mas la relación con sus padres la cual se había roto en totalidad hacían mella en el, claro, no hasta el punto de hacerle perder la inspiración para sus poemas.





Ahora él se encontraba ahí junto a una chica morena, últimamente así las prefería, morenas y de piel blanca, bajas y delgadas, con pocas curvas recordándole el cuerpo de Snape, justamente se estaba besando apasionadamente con esta chica de quien no sabía cómo se llamaba cuando escuchó el ruido de pasos a un costado, la chica asustada se separo de él y este, molesto, dirigió su mirada irritada a un costado para mandar al diablo a quien quiera que sea el idiota que haya interrumpido su momento de desahogo.





-…el pasillo no es lugar para esos espectáculos Sirius…-reprochó Lilly quien estaba acompañada por Severus el cual observaba atentamente a la chica y luego a Sirius al momento que enarcaba una ceja, de seguro un tic copiado de Malfoy por todo el tiempo que había pasado con el desabrido albino.







-…y ¿qué vas a hacer Lilly?, después de todo aun no es toque de queda…-reprocha el moreno.






-…pero son 20 puntos menos para cada casa…-y dio su veredicto mientras la chica se iba caminando hacia su casa y Sirius se cruzaba de brazos molesto.






Por su parte Severus no había dicho palabra alguna, conocía muy bien la popularidad de Black ya que las chicas, nada discretas, hablaban de Sirius refiriéndose a él como un gigoló –como le decían los muggles- por ser todo un conquistador y estaba seguro de que hace ya mucho había perdido su virginidad.






Pasarían varios meses entre molestias por parte de los Merodeadores y miles de formas y maneras de cómo Lilly y Remus trataban de controlarlos, al menos la chica trataba de forma seria; un día de esos Severus Snape se encontraba en el despacho del director comiendo caramelos de limón mientras se quejaba de los Griffindor, hablaba: ‘los Griffindor esto… los Griffindor aquello… Black, Black, Black… Potter, Potter, Potter…’ Fue cuando un hombre ingresó por la puerta, al parecer tenía un cita ya concretada con Dumblendore porque este no se sorprendió, mas el hombre, uno realmente alto y guapo se sorprendió al ver lo que según él era un niño pequeño, a pesar de que el chico había cumplido los 16 años.






-…Profesor...-saludó el hombre mientras inclinaba su cabeza y sus cabellos graciosamente se movían al compas de esta, hizo el mismo movimiento saludando al jovencito a quien le dirigió una mirada simple con unos increíbles ojos verdes.






Severus simplemente accedió al saludo para levantarse y despedirse educadamente.






-…es mi ahijado…-explicó Dumblendore-…Severus Snape, un Slytherin como tu…-.






-…valla, otro mestizo…-dijo el hombre al caer en cuenta.






Así fue el primer encuentro de Tomas Riddle con Severus Snape, quien sin saberlo se volverían Señor Oscuro y mano derecha en tiempos de guerra por ideales equivocados.






Terminaría el sexto año escolar cuando a Severus Snape le darían la peor noticia, saldría del expreso esperando ver a su madre sonriéndole mas no encontró a nadie, se había extrañado, fue cuando Lilly y su padre decidieron darle un aventón hacia su casa, después de todo eran vecinos, es cuando al llegar a casa se encontró con todo sombrío y su gata salió a recibirle mientras se pegaba a sus pies y maullaba de forma triste, entonces la madre de Lilly corrió al encuentro de Severus y lo abrazó, nunca entendió lo que decían, ni siquiera comprendió el idioma, era como si de pronto fuera un desconocido que hablara una lengua extranjera y tratara de comunicarse, en cinco minutos se encontró en el auto del señor Evans y en diez ingresaba en San Mungo cuando notó que sus tíos llegaban al mismo tiempo, también estaba Lucius que se notaba había aparecido, estuvo media hora llorando en las faldas de su tía Rose cuando llegó Dumblendore y por ultimo su prima Priscilla, quien se había aparecido desde Berlín.






A pesar de todo nada se pudo hacer, un día después les dieron la noticia, Severus había quedado huérfano; Lilly abrazó fuertemente a su amigo pero este no reaccionó, simplemente se quedó viendo al vacío, dos días después sus abuelos estaban presentes lanzando improperios en contra de su padre muggle–quien había muerto hace 7 años, pero ya no importaba-.






Entonces pasó una semana y se encontró junto con su prima cubriendo con sabanas todos los muebles y objetos que quedaban en su casa, inclusive había dejado las fotos de pequeño. Priscilla regresaría a su casa a avisar a varios de sus tíos mientras se llevaba a cabo el funeral, por su parte Severus iría a vivir a la antigua mansión Prince con sus abuelos, la despedida con Lilly fue muy emotiva y se prometieron verse en el colegio y tratar de que todo sea igual… aunque ya nada fuera lo mismo.






El día en que llegó a la casa de sus abuelos estos le dieron una habitación muy grande y elegante, Tattoo había desaparecido para investigar la casa mientras él se disponía a sacar sus pocas pertenencias y ordenarlas en los estantes llenos de libros, al parecer sus abuelos desde siempre habían querido que él fuera a vivir con ellos porque ese cuarto despedía su personalidad por todas partes, inclusive habían preparado un laboratorio de pociones con todo lo necesario, de seguro idea de su abuelo, un Sanador muy reconocido en el mundo mágico.






Entonces tomo su libro de sexto y miró todas sus anotaciones por lo que en la primera página firmó: El Príncipe Mestizo.






El ultimo año comenzaba en ese día, es cuando se extrañaron el que Lilly no les reprendieran ni bien se instalaban en el vagón por lo que supusieron que debía de estar reunida con los prefectos al igual que Remus, fue cuando este regresó y James lo atacó con preguntas referentes a la pelirroja entendieron que Lilly no se encontraba en el expreso, al parecer había pedido un permiso especial para llegar al colegio aparte.






A Sirius no le preocupaba, de seguro tenia cosas muy importantes que hacer o algún problema familiar ya que conocía que su hermana menor no se llevaba tan bien con la chica, entonces supuso que se trataba de eso por lo que decidió pasear por todo el expreso en busca de Snape para así poder tratar de entablar una conversación con el chico y tener un acercamiento que lo llevaría a tenerlo como pareja una vez estuviera fuera de Hogwarts, por fin su vida se había arreglado cuando decidió salir de casa y los Potter le recibieron con los brazos abiertos, viviría con ellos hasta cumplir los 17 que sería pronto y entonces buscaría casa propia, si todo iba bien y Snape aceptaba sus sentimientos ellos vivirían juntos por siempre y para siempre, se escuchaba cursi… igual le gustaba la idea.






Cuando daba por segunda vez vuelta a todo el expreso y se tomaba la molestia de abrir cada vagón y compartimiento se dio cuenta de que Severus tampoco se encontraba en el expreso entonces supuso que algo verdaderamente malo había ocurrido sabiendo que Lilly y el chico flacucho eran buenos amigos, sin más y derrotado regresó con sus amigos dispuesto a dormir al igual que Lupin.






Al llegar al colegio e ingresar al Gran Comedor se encontró con la grata sorpresa de ver a Lilly y Severus conversando animadamente, iba a acercárseles cuando James se le adelantó y corriendo fue a abrazar a la pelirroja que rodó los ojos por esa muestra desmedida de cariño de quien en unos meses más se convertiría por fin en su novio.






-…Snivellus…-James entrecerró los ojos-… ¿Qué haces arrastrándote entre los pies de Lilly?, te recuerdo que tu mesa esta por allá…-señaló dando a entender que no lo quería ver.






-…buenas noches Potter, se ve que no tienes modales…-saludó Lucius quien no había sido tomado en cuenta, Severus no había respondido, no tenía ganas de pelear, por el momento estaba muy contento con la noticia de que su primo se iba a casar.






La presencia de Lucius irritó de sobremanera a Sirius quien sin decir una palabra tomó asiento en la mesa.






Remus había ingresado al comedor después de algunas indicaciones de la jefa de casa cuando se encontró de frente con la mirada de Lucius Malfoy, este solo le observó y saludó con un cabeceo el cual fue respondido por Remus quien sonreía amablemente, esa muestra de cordialidad era demasiado para él, que se sentía volar de lo feliz que estaba, fue cuando notó como el rubio tomaba a Severus de la cintura y le llevaba a la mesa de los Slytherin, a un lugar apartado para conversar animadamente, cuchicheaban y se decían cosas al oído, una familiaridad que le molestaba mucho y nuevamente gruñó.






Dumblendore se subió a la tarima y les dio la bienvenida a todos para luego McGonnegal ponerse a hacer la elección de casa con el sombrero, como siempre, pocos quedaron en Slytherin. Severus Snape era un prefecto por lo que se disponía junto a otra chica de Slytherin a hacer su labor, explicar lo básico a los 10 niños que esta vez conformaban el primer curso de Slytherin y luego que ellos se designaran su propia habitación.






Comenzó el último año, solo un poco mas soportando a los merodeadores y saldría de Hogwarts para dedicarse a sus estudios de Sanador.






Sirius Black y James Potter son los mejores amigos en todo Hogwarts por lo que habían decido por la misma carrera: Auror, mientras Remus Lupin se fijaba en una licenciatura de maestro, tal vez particular aunque no faltaban las insistencias de los dos chicos en que su amigo, siendo hombre lobo, pudiera servir mejor al ministerio, mientras Peter Pettigrew a pesar de haber seguido a sus amigos en el camino del Auror cualificado no había logrado obtener en totalidad los TIMOS necesarios por lo que se dedicaba de igual forma que Remus a una licenciatura.






Como la carrera de Auror lo requería debían ver Pociones donde James era feliz al encontrarse con su querida Lilly y Sirius vivía en su mundo observando detenidamente y estudiando cada movimiento, en verdad Severus ama las pociones, mas por la forma en que tomaba cada ingrediente y como con delicadeza cortaba en partes exactas, mas las sonrisas que le daba a Lilly cuando por fin terminaba la pócima, ahora se preguntaba si cocinaba muy bien, siendo muy bueno en Pociones se le debería dar muy bien en la cocina, con el cabello recogido por que le molesta, justo como ahora que se había formado una coleta para que este no callera sobre su rostro y le dificultara la vista, y con ropa muggle además de un lindo delantal como ese que usaban las amas de casa en los programas de “telebusión” muggle que últimamente había visto con James.






-…Sirius…-llamó James.






Se había olvidado de mezclar la pócima y solo cayó en cuenta cuando notó que su querido mejor amigo se escondió debajo de la mesa, la explosión fue suave pero de igual forma chamuscó sus cabellos y lo dejó lleno de hollín, las risas de todos no se hizo esperar y Slugorn le había quitado 20 puntos a Griffindor por estar distraído mas una tarea extra de 2 metros de pergamino sobre las propiedades de los ingredientes usados en la pócima.






Para Severus había sido el mejor espectáculo de su vida, bueno, no el mejor, pero se llevaba un premio grande así que había reído de buena gana cuando Sirius trataba de regresar su cabello a la normalidad, ¿Qué dirían sus admiradores al ver al sex simbol de Black convertido en un pedazo de carbón?






-…y dime Sirius…-comenzó Lilly-… ¿ya sabes sobre los papeles?...-preguntó.







-… ¿Qué papeles?...-Severus continuaba mezclando la pócima que pronto resultaría.







-…no te hagas el distraído…-reclamó la chica mientras fruncía el ceño para luego disponerse a mezclar su pócima-…yo se que tienes un admirador secreto…-.






Ahí estaba, Severus casi derrama su pócima de la impresión y Lilly simplemente rió divertida mientras continuaba con la mezcla. ¿Es que esa chica no se cansaba de ser metida?, ¿de donde había sacado esa información?, es decir, está bien que sea su mejor amiga y conozca muchas cosas de él, pero esto ya era el colmo, se hubiera esperado eso del admirador pero lo que más le asustó es que ella supiera que era hombre, es decir, cualquiera sabiendo que es un chico se refería a una ‘admiradora’ pero no, ella llegaba y de sopetón le lanzaba lo de ‘admirador’.






-…pues ya no es secreto desde que abriste la boca…-le reprochó el muchacho-… ¿Cómo te enteraste?...-preguntó molesto.







-…de secreto solo el nombre, Nicolas está molesto por eso, dice que es un acosador ya que sus notas no son nada ortodoxas y el director solo ríe y alega sobre burbujas de colores y que el amor esta en el aire, además de que Malfoy por poco y venia a hacer requisa a todo el colegio…-explica Lilly mientras observa detenidamente el caldero, pronto la pócima se tornó transparente como el agua al igual que la de Snape lo que indicaba que estaba bien hecha.





-…si, ya me doy cuenta que de secreto no tiene más que el apelativo…-masculló molesto.






-…muy bien, 25 puntos para Griffindor y 25 para Slytherin…-dijo Slugorn emocionado al ver el buen resultado de sus dos alumnos y continuó con su labor de calificar.







-… ¿te imaginas quien será?...-la pelirroja se veía muy emociona-… ¿no te ha dejado alguna pista?...-.









-…pues no…-se encoje de hombros-…aunque en la última nota dejo escrito que pronto nos conoceríamos…-y sonrió.







Sirius se encontraba apoyado en la mesa mientras James terminaba nuevamente la pócima la cual estaba de un color blanco lechoso, nada que ver con el verdadero resultado final; suspiraba y suspiraba observando detenidamente como Snape sonreía en la parte delantera del aula, a su costado Nicolas Tablor lo miraba atentamente, era molesto el tener que ser testigo del derroche de aire con esos suspiros exagerados, ¿Acaso no sabía lo ridículo que se veía con el cabello chamuscado, la cara manchada y apoyado en una mesa suspirando por alguien?, dirigió su mirada hacia el mismo sitio que llamaba la atención de Sirius encontrándose a Severus arreglándose el cabello con ayuda de Lilly, ahí comenzó a pensar, su mente trabajaba a mil por hora, es decir, no podría ser Evans porque los Griffindor eran tan nobles que respetaban las parejas amorosas de sus amigos y compañeros de casa, por otra parte estaba Severus, el era su némesis así que no creía que fuera él. Estaba confundido.








El fin de semana llegó y con ello la primera salida a Hogsmade donde Severus se encontraría con Lilly, claro que no pensaba en que su queridísima amiga –nótese el sarcasmo en esas palabras- le dejaría totalmente solo y plantado, suspiró frustrado mientras comenzaba a caminar entre las calles, primero iría a HoneyDunkes a comprar algunos dulces, gustaba mucho del chocolate amargo con menta, también el preferido de su abuela por lo que no estaría de mas comprar una caja entera y enviársela a ella, de seguro se pondría muy contenta.






Ahora con la caja envuelta y caminando sin ser visto por nadie entre sus compañeros comenzó a pensar lo que le deparaba el futuro, últimamente escuchaba mucho sobre un hombre, descendiente de Salazar Slytherin –el ultimo que quedaba según su abuelo- que estaba proclamando sus ideales de sangre pura, era cierto que sus abuelos se habían puesto de parte de él desde el inicio, inclusive sabia que su abuelo salía a las reuniones que eran concretadas con ese hombre como anfitrión, solo asistían las familias mas antiguas entre magos y quienes eran sangre pura, se promulgaba siempre la mezcla de sus familias con otras familias puras, aunque ahí estaba él, desde siempre habían ocultado el que su padre fuera un muggle, ni siquiera se relacionaba con la familia de su padre, solo con la de su madre. Y por andar pensando se dio cuenta que había llegado al lado romántico de Hogsmade, bufó fastidiado de ver a todas las parejitas por ahí y por lo pronto quiso salir de ese lugar ya que se podría encontrar con los indeseables del grupito Griffindor que siempre le hacia la vida imposible.







Es así como Sirius Black lo había notado, con mirada fastidiada tratando de salir de la calle ‘Rosa’ como le llamaban los alumnos, el chico dio vuelta y se regresó por donde había entrado mas lo encontró confuso, se rió por un momento, era graciosa la imagen de Snape ofuscado por tanto rosa.








Sin pensarlo, cuando se dio cuenta ya estaba topando gentilmente el hombro del chico.







Severus se sorprendió al sentir el gentil toque e iba a responder sarcásticamente cuando al girar notó la sonrisa de Black y esos ojos azules que le molestaban con su mirada altanera.








-…Black…-escupió el nombre-…maldita sea si vienes a molestarme…-.







No pudo continuar con sus reproches porque el moreno lo cogió del brazo y comenzó a llevarlo entre las calles hasta que se encontró por fin con veredas y tiendas que conocía y vio a lo lejos la casa de los gritos, suspiró aliviado y un poco agradecido, sí, solo un poco.








-…muy bien, aquí estas…-dijo Sirius mientras giraba para quedar de frente al más bajo a quien observó detenidamente si soltar su brazo.









Por su parte Severus sabía que debía de dar las gracias pero todo lo vivido desde primero mermaban cualquier sentimiento de agradecimiento que tendría para con Black.









-… suéltame Black, ¿quieres?...-Snape movió un poco su brazo para que Sirius entendiera.






-…ah sí…-Sirius estuvo a punto de soltarlo cuando recordó: no le habían dado las gracias-…pero antes, ¿no crees que me debes unas palabras?…-sonrió esperanzado de lograr un acercamiento.





-… ¿yo te debo algo?...-preguntó el chico confuso y luego frunció el ceño de una forma que sus cejas ya se fusionaban en totalidad cosa que le pareció graciosa a Sirius por lo que rió lo cual provocó que Snape arrugara mas las cejas.





-…solo digo que un gracias estaría bien…-trató de arreglar su comportamiento cuando notó que Severus trataba de librarse de su agarre, además de que estaban llamando la atención-…hey, ya, quieto… no te estoy haciendo nada…-dijo soltándolo.






-…aún…-recalcó Snape-…y no voy a esperar a que te idees algo que me pueda perjudicar como la última vez en Hogsmade…-sin más tomó sus chocolates y comenzó el camino de regreso al colegio.







-…oye, oye… espera, vengo en son de paz…-Sirius comenzó a perseguirlo.









-…claro y yo no soy lampiño…-respondió este molesto mientras se sacudía el zapato que había terminado lleno de nieve.









-…ah, claro…-susurró Sirius recordando su encuentro en el baño-… ¡¿eres lampiño?!...-exclamó recordando que el encuentro había sido hacia años ya y era de suponer que como todo muchacho en pleno crecimiento ya haya desarrollado todos los vellos corporales, si incluso hasta Peter tenía que rasurarse.







-… ¡¿Qué?!...-Snape estaba molesto por su bocaza, ahora lo iba a molestar-… ¡cállate idiota!...-era la primera vez que le respondía abiertamente y se dejaba exaltar por las molestias que le causaba Black.






-…pero si tú fuiste quien me dio esa información…-reprochó el moreno.






-...maldita sea…-masculló Severus mientras continuaba su camino de regreso al colegio seguido de Sirius de quien sentía la mirada encima, escudriñándolo-… ¿acaso quieres que me desnude para comprobar que si soy lampiño?...-preguntó mostrando fastidio-…porque estoy seguro que no aguantas la curiosidad y eres capaz de…-.






-…no, no, no… espera…-negó Black-…en ese momento tenía mis razones, pero ahora yo…-.







-… ¡Padfoot!...-James se le había lanzado encima interrumpiendo la conversación y la posible declaración de amor jurado.








La mirada que le había dado Potter fue todo lo que necesitó Severus para retirarse sin decir ni una palabra.







-…espera…-trató de detenerle Sirius pero al darse cuenta que sería en vano decidió girarse a encarar a su amigo-… ¿Qué quieres James?...-preguntó ya molesto, ni siquiera había usado su sobrenombre.








-… ¿pero qué te pasa?...-dijo molesto mientras miraba hastiado por donde había desaparecido Snape-…ese grasiento…-susurró-…bueno, tengo algo importante que decirte…-el rostro del morocho se había iluminado con esas palabras.









-… ¿y?...-Sirius quería terminar rápido para ir de nuevo con Snape y por fin ponerle fin a todos su sufrimiento.








-…Lilly Evans es mi novia…-declaró.







-… ¡¿Qué?!...-había exclamado Severus cuando Lilly le había dado la ultima muy sonrojada, se tenía que disculpar con el chico por haberle dejado plantado en su salida al pueblo; si alguien hace dos años le hubiera dicho que ahora estaría de novia con Potter se hubiera reído.






-…lo siento Sevi…-dijo la chica mientras dirigía la mirada a un costado, no sabía porque se disculpaba pero lo hacía.






-…pero es que… es Potter…-dio como razón.







-…lo sé y ni siquiera sé cuando mismo comenzó o que fue lo que pasó pero ahora soy su novia…-se encogió de hombros.






-…si no fueras mi mejor amiga de la infancia ni siquiera te volvería a dirigir la palabra…-sentenció Snape al momento en que se dirigía a las mazmorras, tenía mucho que pensar, mas ahora que su querida Lilly se encontraba de pareja con ese Potter.






Lilly lanzó un largo suspiro, ya se lo esperaba, Severus no era una persona resentida ni alguien que buscara venganza, pero cuando alguien le causaba el daño que le habían causado James y sus amigos… cualquiera en el lugar de Snape haría lo mismo y se opondría a relacionarse de cualquier forma con sus enemigos declarados, aunque esa forma no sea directa. Ahora ella gustaba de James porque lo había conocido de diferente manera en los pocos meses que llevaban del último año, entonces pasó lo que tenía que pasar y eran novios; solo esperaba que esto no arruinara ni su amistad ni su relación.






Nicolas tuvo practica de Quidditch, era el capitán del equipo de Slytherin por lo que el próximo partido comenzaría el campeonato de las casas donde se participaría por la copa de Quidditch y sumarian puntos para la copa de la casa, regresaba a las habitaciones con su ropa sucia y su equipo de Quidditch en su bolso sobre su hombro, además de la escoba en una mano, al ingresar a la sala común se encontró con Severus quien estaba leyendo el libro de pociones mientras comía unos chocolates mentolados, sin más se acercó a él y se sentó a su lado a observarlo.






-…apestas…-fue el saludo de Snape junto a una mueca de asco.






-…al menos estoy en forma…-respondió Nicolas mientras se acomodaba mejor en el asiento.






-…si oler mal es estar en forma, no te envidio…-recalcó el más delgado mientras se acomodaba mejor en el respaldo de su silla.






-… ¿y qué novedad hay con Black?...-preguntó el castaño mientras miraba atentamente la reacción de Snape la cual era una de completo desprecio.






-…ese maldito idiota bueno para nada…-comenzó a insultarle con palabras que en su vida había escuchado, en parte era divertido ya que así conocía el amplio vocabulario que tiene su amigo-…perro sarnoso…-.






-…no estoy hablando del Griffindor…-negó el chico mientras internamente se burlaba de la reacción de Severus.





-… ¿ah?... ah sí…-suspiró con cansancio-…bien…-.






-… ¿eso es todo?...-.






-… ¿Qué más quieres saber?... son cosas de familia…-sin mas Snape cerró fuertemente el libro y se dispuso a ir a su habitación a darse un baño y dormir.






Una semana había pasado mientras Snape y Lilly ahora solo se reunían en la biblioteca, era como si el lugar tuviera un encantamiento especial anti-Potter, con solo decir la palabra Lilly se deshacía de su novio instantáneamente, aparte de que la bibliotecaria tenía prohibido el ingreso del grupo Merodeador si es que estos venían juntos, mas aun a Potter, Lupin se salvaba ya que él en verdad iba a estudiar y devorar –literalmente- los libros.







Con el simple acercamiento que habían tenido tanto Snape como Black la cosas habían cambiado tanto para bien como para mal, ahora Severus se sentía acosado ya que se encontraba con Black en cada esquina, no era el destino como siempre había gritado Potter cuando veía a Lilly, sino más bien un acto acosador que le estaba agobiando, en cada lugar sentía su azul miraba pendiente de lo que hacía lo cual le provocaba el erizo de sus vellos en la nuca. Por el momento todo estaba tranquilo y quería que siguiera de esa forma mientras planeaba alguna defensa en contra de Black, ese acoso solo significaba una cosa: broma.







Por otra parte Sirius Black estaba en su cielo, era consciente que se estaba convirtiendo en una especie de James en sus épocas de acoso total hacia Lilly, pero es que no podía evitarlo, necesitaba volver a hablar de forma civilizada con Severus, Sevi como le decía Lilly. Estaba tan feliz en su mundo que ni siquiera les prestaba la debida atención a las chicas que le rodeaban solo para dar la imagen de un muchacho serio ante Snape, estaba tan emocionado con el hecho de que a fin de año llegaría a ser pareja de ese chico el cual había aceptado que molestaba porque le gustaba.







Clases de Transformaciones y Severus tenía mala cara, parecía como si algo le apestara y no era de menos, lo que le apestaba era su compañero, Lilly le había rogado y pedido de favor que intercambiara compañero con Potter, así ella estaba en clases con su novio mientras él iba con Black a quien odiaba y cualquiera que viera su rostro notaria que no trataba de ocultar ese bello sentimiento que sentía hacia su ahora compañero que desde hacía cinco minutos se pasaba sonriéndole como un idiota, podría decir que el chico había madurado desde su ultima broma, desde hacia tiempo que no le gastaba ninguna broma y aunque parecía difícil de imaginar se encontraba bajando la guardia ante la compañía del chico.






-…hola…-dijo por fin Sirius mientras agrandaba mas su sonrisa –si eso era posible-, Severus juraba que había visto unos filudos caninos, en serio el chico parecía un perro.






Snape arrugó la cejas mientras se disponía a escribir en un pergamino, suspiro, ¿Por qué, justamente hoy, Slugorn mandaba a preparar una poción por cada dos alumnos?, ¿acaso le había cogido tema y quería bajarle puntos porque Sirius era muy malo en la materia?, sinceramente aun no entendía como había pasado los TIMOS; cuando terminó de escribir le dio el pedazo de pergamino y le ordenó:





-…tráeme todo esto…-.






Sirius cogió el pergamino y sujetándolo bien fuerte en su mano derecha decidió caminar contento hacia el estante en busca de los ingredientes, que suerte que Severus sabia los ingredientes de todas las pociones de memoria o si no, si aun tuviera a James de compañero, estuviera perdido y no quería perder un fin de semana en Hogsmade por culpa de una larga tarea. Llegó al estante y comenzó a revisar, primero leyó la primera línea, una letra muy elegante era la perteneciente a su chico, decía: Acónito; ¿Qué demonios era eso?, lo había escuchado de algún lado, pero no recordaba y ya le estaba doliendo la cabeza de ponerse a pensar, miró de nuevo el papel a ver si alguno de los otros ingredientes eran encontrados fácilmente cuando notó una pequeña línea al lado de “acónito”, esta decía: ‘Luparia y si no sabes que es, porque de eso estoy seguro, es color amarillo con escamosidades verdes.’; rió por la nota, al parecer Snape lo conocía muy bien, siguió observando a la final sacando cada uno de os ingredientes y cuando terminó observó el pergamino haber si no se olvidaba algo cuando notó que a la final aparecía una palabra: ‘idiota’. En verdad, Severus Snape, no perdía oportunidad recordándole lo que en verdad era, un idiota.





Cuando regresó a su lugar a un lado de Snape este simplemente sonrió.





-…al menos sabes leer…-alagó mientras se disponía a comenzar la pócima.





-…oye…-y quiso reclamar pero Snape le cayó con la mirada.





-…cállate, que tengo que concentrarme…-reprendió este.





Y así esa hora pasó rápido, entre Sirius mirando atentamente a Severus quien se veía muy concentrado preparando el brebaje, a él apenas y le dejaba pasarle los ingredientes con la excusa que si él intervenía la pócima iba a salir muy mal y no quiere una mala nota por su culpa. Ahora se encontraban saliendo del aula a un lado de Severus mientras frente a ellos estaban muy encariñados James y Lilly; Sirius veía un poco hastiado por el derroche de miel, no era un fanático romanticón, aunque si a Severus le gustaba eso podría cambiar… de idea, se dio cuenta por el rostro de Snape que odiaba más que el mismo la atmosfera empalagosa que se situaba frente a él.





-…que asco…-le escuchó mascullar, así que nuevamente dirigió su mirada hacia su amigo que se encontraba besando de forma romántica a Lilly.





-…ya empieza el intercambio de babas…-comentó Black y por primera vez escuchó la risa de Snape solo dirigida a él-…ven, dejémoslos solos…-su emoción era palpable así que sin permiso ni aviso cogió la mano de Snape y se lo llevó corriendo hasta el patio donde buscó un lugar romántico y apartado como el árbol que se encontraba ahí al fondo, casi entrando al bosque.





Ni siquiera escuchó los reclamos de Snape para cuando ya se encontraban ahí, se sentó y esperó que el otro le siguiera mas fue su sorpresa al notarlo parado y observándolo detenidamente, como si lo analizara.





-… ¿quieres una invitación por escrito?...-le preguntó Black.






-… ¿Qué planeas?...-dijo molesto, aun no se confiaba del perro.






-…eh… ¿conversar?...-respondió no muy seguro el chico.






Sin más Severus dio media vuelta y regresó otra vez al castillo, sinceramente, no podía confiar aun en Sirius Black. Ahora el moreno se golpeaba mentalmente ya que al parecer había cometido una gran equivocación con el chico, se sentía triste y al mismo tiempo ofuscado y furioso, todo lo que hacía simplemente le separaba de él. ¿Acaso no se daba cuenta de que quería con él?... aunque eso sonara feo, mejor habría que cambiarlo a que ‘coqueteaba con él’, no vaya a ser que pensara cosas que no son, ¡maldita sea!, ya se estaba saliendo del tema. Se propone que en una semana será novio de Severus Snape. Si, mejor eso.






Ese día en Slytherin todo era normal, como debía ser hasta que un nota cayó entre las hojas que estaba leyendo Snape, su mirada de asombro recalcó mas el hecho de la diferencia en el color de sus ojos, fue así como la abrió con un poco de miedo ya que quien se las escribía era el rey de los pervertidos. Dio un suspiro cuando se dio cuenta que era una simple línea: “muy pronto me conocerás” citaba esta. Enarcó una ceja al leerla llamando la atención de Nicolas quien sigiloso se acercó por la espalda de Severus y desde ahí leyó la nota.






-…al parecer por fin el acosador va a dar la cara…-comentó.






-... ¿acaso no te enseñaron modales?, esto es privado…-le recalcó Snape mientras se levantaba, cogía sus cosas y se iba a su habitación.






No podía decir que estaba tranquilado al recibir esas notas todas… censurables, pero, de cierta forma era re confortable el saber que alguien lo miraba de esa forma, alguien que esperaba algo con él, una relación amorosa… a pesar de su odio desmedido hacia Potter y que le desea la peor muerte habida entre las maldiciones –no la Avada, es muy rápida, prefiere una lenta y dolorosa, por algo creo el Sectusempra- tenia envidia de Lilly y del loco desquiciado que se pasaba mofándose de el… una envidia que no sabía si era sana o no, tal vez Lucius tenga razón y deba conseguirse alguna pareja, aunque sea para pasar el tiempo.






Y así pasó la semana más tranquila que jamás habría tenido en su vida, al parecer el noviazgo tenia a Potter ocupado porque no había recibido ninguna broma pesada en todo el tiempo. Un día llegó la nota esperada donde su admirador secreto le citaba en la torre de astronomía, fue así como se dispuso, ya que era el mismo día en que le tocaba hacer su recorrido como prefecto, el ir al encuentro de ese ser misterioso, se imaginaba que debía de ser algún prefecto de una de las casas restantes para que pudiera estar fuera tan entrada la noche.






Cuando llegó encontró la torre vacía y simplemente se dispuso a esperar, rogaba porque no le hayan dejado plantado, no podría soportar el que le dejaran abandonado en su primera ‘cita’, es cuando escuchó un ruido y algunas cosas que caían al piso, se giró tratando de encontrar al causante pero no encontró a nadie por lo que supuso que debió de tratarse de algún animal, mascota de algún alumno que estaba curioseando y había causando algún desastre, es cuando sintió unos brazos que los aprisionaron, se asustó de sobremanera lo cual demostró brincando bruscamente en su lugar.





-…sh…-chistó en su oído-…lamento llegar tarde…-dijo mientras su aliento rozaba la oreja de Snape, un escalofrió recorrió la espalda del chico y al recordar los mensajes no ortodoxos que tenían sus ‘cartas de amor’ se asustó al pensar que de seguro quería “eso”.





-… ¿Qué… que quieres?...-decidió enfrentarlo mientras controlaba su voz.





-…solo que esperes, ahora que te vi no me siento preparado para que me reconozcas…-susurró y era cierto, Sirius tenía un gran miedo, había visto a Severus observando por la ventana de la torre y de pronto, recordando lo sucedido esa vez que lo llevó bajo el árbol tuvo miedo de que al verlo se fuera.





-… ¿Por qué?...-preguntó Snape.





-…yo… primero déjame decir unas palabras…-suspiró-…disculparme por cualquier cosa, perdóname por todo… yo… no sé cómo decirlo, no soy bueno en esto…-siguió hablando sobre su oído; la pose era muy intima, Snape era sujeto por esas manos sobre sus hombros, rodeándolo en un abrazo amoroso, el rostro de su admirador esta sobre su hombro, apoyando la barbilla en el, mientras sus labios hablaban suavemente sobre su oído. Se sentía tan bien estar así.





-… ¿Por qué te debería perdonar?, ¿Qué has hecho?...-cuestionó Severus.





-…muchas cosas…-contestó el más alto-…solo, prométemele, júrame que cuando me veas solo escucharas…-rogó.





-…te lo prometo, mas no te lo juro…-dijo Severus, nuevamente un suspiro en su oído, luego un ligero beso en la mejilla que le hizo sonrojar para cuando sintió que los brazos en sus hombros desaparecían.





No quiso girar por miedo a lo que descubriría, desde su lugar escuchó unos pasos y luego como alguien se acomodaba sobre el escritorio del profesor; cerró los ojos y cogió el valor para girarse y ver a ese chico que le había hecho llevadera su vida en el colegio.





Entonces lo vio, a pesar de la oscuridad lo vio, era Black. Su primera reacción fue golpearlo fuertemente y luego comenzar a caminar lo más rápido que podía con dirección a las mazmorras.






-…es…espera…-dijo Sirius tratando de detenerlo, pero el dolor en su rostro era demasiado.





Severus no se detuvo.





Sirius lo persiguió hablándole de vez en cuando, pidiéndole que se detuviera y que le escuchara mas Snape hacia como si no lo escuchara y caminaba tranquilamente; una actitud muy infantil según caía encuentra Severus pero que mas podía hacer su acosador resultaba ser ni más ni menos que Sirius Black, el chico que lo molestó desde su ingreso en Hogwarts y eso no dictaminaba nada bueno.





-…por favor…-pidió Black por duodécima vez mientras seguía a paso lento-…por favorcito…-ese maldito diminuto y solo Severus sabía cuando odiaba los diminutos.





-… ¡¿Qué?!...-estalló mientras le encaraba.






-…solo escúchame…-Sirius Black observaba directamente los ojos de Snape quien sin mas frunció el ceño tratando de encontrarle sentido a esa mirada de cachorro perdido, de seguro ponía la misma a cada chica que conquistaba, era la mirada con la cual muchas caían en la redes de Black, el Casanova de Hogwarts mas, sin embargo, extrañamente estaba resultando embriagante para él, un Slytherin que debería ser reservado y maduro, no dejarse llevar por la estúpida miradita, debía ser frio… si Lucius le viera se le burlaría.






Snape le volvió a dar la espalda mientras se sonrojaba, por su pálida piel se podía notar el cándido y fuerte color en sus mejillas, maldito era Black por lo que le provocaba.






-…habla rápido que debo regresar a estudiar…-dijo mientras seguía mirando hacia enfrente aun dándole la espalda a Sirius.






Por su parte, Sirius se encontraba emocionado no queriendo esconder esa emoción sonrió abiertamente mientras daba los pasos restantes para abrazar a Severus quien se sorprendió por ese repentino movimiento y movió bruscamente las piernas para soltarse, mas Black no lo hizo, solo suspiró y pego su nariz a su cabello, el graso cabello por el cual siempre se burlaban; Black comprobó una cosa: el cabello no era graso, era lacio, muy lacio, tanto que se notaba pegado al cráneo de su dueño y sobretodo olía muy bien.






-…yo…-comenzó nuevamente susurrando en el oído de Severus.







Snape no hizo nada, simplemente dejó de luchar y esperó a que dijera lo que tuviera que decir, en su mente rogaba porque dejara de invadir su espacio personal, que lo soltara porque lo que notaba en su piel era extraño, muy extraño, una reacción que parecía comezón pero agradable y no molesta, la quería seguir sintiendo y al mismo tiempo la detestaba. Quería que Black dijera que era una broma y lo soltara, tal vez si hubiese sido alguien más se lo tomaría mas enserio pero era Black, ni siquiera sus exámenes se tomaba enserio.






-…me he enamorado de ti…-.






-… ¿Cómo te atreves?...-fue lo primero que dijo Snape, mas esas palabras estaban cargadas de resentimiento-… muy buena tu broma Black, ya te divertiste, déjame en paz…-su reacción fue reacia mas no salvaje ni brusca como se hubiese esperado Sirius, simplemente se soltó de sus brazos y lo miró fijamente-… ¿no crees que esto va ya muy lejos?, no entiendo tu odio hacia mí y nunca lo entenderé…-y terminó, fue el rechazo más duro que ha tenido Black, el más duro y el primero.






Snape, sin mas comenzó a caminar de regreso hacia las mazmorras, estaba molesto pero sobretodo dolido, se había ilusionado inútilmente con su admirador pero resultaba ser una burla de Black, era un idiota, estaba comenzando a detestarlo.






-…es enserio…-dijo Sirius sin ni siquiera inmutarse, hace dos horas creía que lloraría si Severus lo rechazaba pero en cambio ahora, más bien se sentía lleno de una decisión y predisposición a conseguir lo que quería sin importar como, Griffindor era después de todo.






Snape enarcó una ceja de forma elegante mientras le regresaba la mirada sorprendida, nunca había visto de esa forma a Black, siempre eran risotadas y bromas, nunca tan serias.






-…te amo…-y le sonrió.





Una sonrisa galante fue lo que apareció en el rostro de Sirius mientras observaba a Snape quien aún seguía en el mismo sitio observándolo atentamente, esas eran palabras muy fuertes que no deben decir a la ligera lo cual le molestó.





-…idiota…-susurró mientras continuaba su camino.





-… te lo digo enserio: TE AMO…-repitió Sirius sin saber cómo detenerle hasta que pensó:-… ¡yo se que también te gusto!...-gritó.






Severus se detuvo en su sitio para luego ver de forma sorprendida a Sirius, ¿Cómo se atrevía a decirle… esa… barbaridad?






-… ¡cállate!...-le ordenó de manera molesta mientras sus mejillas se sonrojaban un poco.






-…claro que es cierto…-se acercó el moreno mientras Snape retrocedió un poco-…nunca no le ha gustado a alguien…-y sonrió otra vez mientras una manos la pasaba entre sus cabellos despeinándolos coquetamente; en verdad Black era muy guapo y lo sabía.






Severus mordió ligeramente sus labios resistiéndose a decirle unas cuantas verdades al engreído que tenía en frente, tal vez le podía quitar unos puntos a su casa aunque de nada valía la excusa de decir: Black se me declaró y por eso le quite puntos; que tonto se escuchaba.






-… ¿no me digas que no te soy apetecible?...-suavemente y de forma confiada pasó un dedo entre su colgada corbata mientras se la desataba en totalidad, se la quitó y la colocó en el cuello de Snape-…este es un recuerdo…-dijo.






-…pues terminará en la basura…-respondió el chico de forma confiada.







-…no ese, este…-rió Sirius.







La sorpresa de Severus no se hizo esperar, Sirius Black le había besado, algo suave, un simple roce eléctrico. La sensación en sus labios no desaparecía y su sonrojo se acentuó aun más en su pálida piel. Sus manos llegaron a sus labios cuando Black se separó de él y le sonreía de forma triunfante.







Snape no supo en qué momento sus pies comenzaron a moverse solos y cuando se dio cuenta llegaba a la última aula del pasillo antes de ingresar a las mazmorras cuando escuchó:






-…tus labios son bien dulces…-Sirius Black hablaba demasiado alto.







Fue cuando Severus se perdió en el pasillo, caminaba muy rápido según Black.







-…haré que te enamores de mi…-dijo tranquilo una vez solo-…me amaras…-.






Sin más se retiró hacia la torre de astronomía a recoger la capa de James y el mapa antes de dirigirse hacia la torre Griffindor para dormir. Tarareaba una canción, en verdad se encontraba muy feliz, estaba seguro que había tomado el primer beso de su amor.






Snape ingresó en la sala común de forma estrepitosa, muy poco digna de el por suerte no había nadie en la sala común así que se dirigió hacia de forma rápida hacia su habitación encerrándose en esta esperando que a Nicolas no se le ocurriera ir a verle, siempre le andaba fastidiando con sus preguntas sobre cómo se encontraba y eso le ofuscaba.






Decidió ir a dormir por lo que al quitarse la túnica se dio cuenta de la corbata, aun la llevaba con lo chillones colores de Griffindor, la tomó y se la quitó bruscamente del cuello para tirarla al piso, sin mas pasó por encima de ella pisándola, se cambió de ropa a su camisón de dormir para luego acostarse en su mullida cama y cerrar los ojos, no quería pensar.






Para los merodeadores era extraño el ver como Sirius se encontraba concentrado, por la forma en que fruncía las cejas y las caras que ponía se daban cuenta de que en verdad ponía todo su empeño en esos pensamientos, nunca lo habían visto así de concentrado, era tan raro.





-… ya escúpelo…-exigió James mientras se sentó a un lado de Sirius en clases de Transformación.





-… ¿ah?...-.





-…no te hagas, estas más serio de lo común, inclusive Lilly está preocupada…-dijo a lo que notó la mirada extrañada-…bueno, no preocupada… pero si te nota extraño…-.





-…no es nada…-dice mientras suspira.





-...y yo soy el rey de Roma…-reprochó James.





-…James, solo es algo que me ocurre a mí, ¿Si?...-sin decir más se levantó del lugar, ese día no asistiría a clases, quería ver a Snape.





Severus se encontraba en la biblioteca arreglando unos libros, se había ofrecido amablemente en el trabajo ya que de esa forma sacaba provecho y le prestaba libros de la sección prohibida, aunque solo lo hicieran dentro de la misma biblioteca con tal de solo leer se sentía alagado. Se había prometido a sí mismo un día conseguir copia de cada uno de los libros y tener una biblioteca más grande que la del colegio. Escuchó unos pasos a su espalda por lo que supuso que algún estudiante debía haber terminado en ese pasillo buscando algún libro que necesitaba, lo sintió a su espalda por lo que reunió toda la amabilidad que le quedaba dentro de su ser para tender al perdido que de seguro buscaba su ayuda.






-… ¿buscas algún libro?...-preguntó mientras su mente llamaba al chico de formas poco educadas.






-…no, ya encontré lo que buscaba…-la voz de Black llegó a sus oídos muy tarde, cuando se dio cuenta este le tenía acorralado contra la escalera no dejándole bajar; desde esa altura, apenas unos 10 centímetros mas arriba que Black le lanzó la mirada más hiriente que pudo, se sentía extraño estar frente al chico que te había besado el día anterior por lo que no le quedaba más que ser lo más hiriente posible –típico de él-.






-…Black…-masculló mientras descendía un peldaño quedando aun sobre el moreno.






-… ¿y sabes?...-sonrió el chico-…voy a darle un buen uso…-dijo mientras estiraba la mano y sin previo aviso jalaba a Snape sobre si.





Severus se había asustado y no era para mas ya que estaba sobre la escalera y el estúpido Black lo había jalado haciéndole caer sobre él; cuando se dio cuenta estaba siendo nuevamente besado por el chico, lo miraba fijamente sin hacer nada, sus brazos flácidos a los lados mientras sentía estar atrapado entre los brazos del Griffindor, se dio cuenta que este movía gentilmente sus labios y sus ojos cerrados le indicaban que esperaba una respuesta y daba todo de sí; no supo como sus ojos se fueron cerrando y sus labios se movieron lentamente, fue cuando sintió algo suave y mojado tocando sus labios. Se había dejado llevar.






Sirius sabía que Severus estaba asustado, claro, después de hacerle caer desde la escalera, sabía que él no se encontraba muy alto por lo que estaba confiado de que no se heriría y caería justamente encima de su pecho listo para abrazarlo fuertemente como lo hizo y sin más lo había besado, cerró los ojos poniendo todo su empeño en que el chico le besara, le respondiera como debía ser mas pasaban los segundo y nada ocurría; sintió la respiración de Severus contra su cara y el ligero movimientos de unos labios contra los suyos, era tímido y tenía su razón al no tener experiencia en besos, lo sabía y le gustaba eso, el le enseñaría y lo pervertiría. Pronto sintió sobre sus hombre el peso de unas manos y sonrió en el beso al saber que Snape estaba en sus manos, se había entregado a ese beso y no estaba nada mal, poco a poco lo amaría de igual forma como él lo ama.






-…eres delicioso…-susurró contra los labios de su chico.





-…a~…-el menor apenas y podía pronunciar una palabra.





-…me encantas…-dijo mientras volvía a besarle esta vez con mayor intensidad; aun se conservaba los besos tiernos y no provocativos, besos de amor de esos que solo te inspiran y te embriagan, que te apasionan y te hacen pensar en esa persona que te los da.





Un simple jugueteo de labios que se juntaban traviesos en un pasillo de la biblioteca, Severus no decía nada más se dejaba hacer de Sirius quien aun lo mantenía prisionero entre sus brazos. Ahí se dieron cuenta que se querían más de lo que Snape aceptaría –pero estaba enamorado del chico de las notas y ese resultaba ser Sirius- y mucho mas de los Black creía –algo que le obligará a tomar las más duras decisiones sin saberlo-.





En verdad… se gustaban.
Notas finales:



Bueno, aqui esta... espero y les guste...



Como siempre quiero saber que opinan y que tal se va encaminando mi querido monstruo porque presiento que este fic sera muy grande.



Un saludo.

Shiko-sama


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).