Capitulo 10 Un dia de campo
La mañana le parecía más brillante, que otras, quizás era por que la noche anterior había sido lluviosa y el cielo ahora despejado de nubes, dejaba un cielo más intenso.
Ginji recargado sobre el barandal de la pequeña terraza, aspiro con toda la capacidad que le permitían sus pulmones para dejar que ese aire fresco y con aroma a barro y a sal le invadiera.
-Es una linda mañana pequeño idiota, externo su amado Mido aproximándose a El con solo una toalla amarrada a la cintura.
-Ban quieres que me de un infarto. Externo el rubio sorprendido.
- Por distraerte cuando te llenabas de aire? Pregunto el castaño con un tono pícaro.
- O por traer solo una toalla encima?
El rubio se sonrojo, le había cachado.
- No eres tan inocente como pareces Ginji. Externo mientras le pasaba el brazo por el cuello ahorcándole y con la otra mano le hacia un tornillo sobre la sien derecha del rubio. El juego que siempre jugaban someter y ser sometido, lo que era siempre una constante Amano siempre era el sometido.
- Eres malo Ban. Lloriqueo el joven que empezaba a rendirse del castigo.
- Ginji te llevo años luz, es difícil que no sepa lo que piensas eres tan predecible.
El rubio se derramo sobre el barandal, era cierto, el siempre era un libro abierto ante Mido. Eso algunas veces le hacia sentir abochornado.
- Deja de pensar Ginji, alístate ya nos vamos haz un par de emparedados que nos vamos de día de campo a la playa. Grito Mido desde la recamara mientras se vestía.
El rubio abandono su meditación para lanzarse a la cocina a preparar la comida, adoraba los días de campo.
Una hora mas tarde armados de una hielera donde llevaban la comida y un par de latas de soda, y con pantalones cortos, una playera y gorra y una toalla cada uno buscaban cual era el mejor lugar para acomodarse en la playa.
Como era un día entre semana, no había mucha gente y los que había eran adolescentes y jóvenes universitarios como ellos en grupo de amigos, después de todo eran las afamadas vacaciones de verano.
Por fin encontraron algo a su gusto en un sitio apartado de la mayoría al pie de un risco que les servia de sombra, el mar en ese sitio era un poco mas salvaje, después de todo era mar abierto. Pero Mido era un experto en natación. Así que valía la pena el riesgo por la privacidad.
-Crees que este bien este sitio Ban?. Pregunto el rubio mientras el aire arremolinaba su cabello.
- El viento es muy fuerte aquí Ban?.
- Bah no te preocupes, además aquí no hay gente es como un club privado. Relájate y disfruta.
-Relajarme? Pensó Ginji, el mar le ponía nervioso y más si era salvaje, no se metería y el aire era fuerte y empezaba a sentir frío.
Una vez instalado. E instalados quería decir que una toalla en la arena servia de mantel y de cama.
El castaño se despojo de su playera y se la lanzo jugando al rubio, a este no le hizo mucha gracia. Eso significaba que lo abandonaría por ira nadar.
En realidad Ginji detestaba que su Mido se arriesgara inútilmente, pero no le dijo nada lo conocía demasiado bien, no le haría caso y lo que es peor se terminaría burlando de El por cobarde.
Así que lo vio marchar corriendo hacia la playa y saltando sobre la ola para meterse en el agua.
El rubio mientras utilizo la toalla que el llevaba para que le sirviera de tienda de campaña y así exponerse menos al fuerte viento, al quemante sol y al calor.
Ginji sentía que la personalidad entre Ban y El eran como el blanco y el negro Ban era metódico, disciplinado, orgulloso e inflexible, además de sarcástico y muchas veces bastante hiriente el era todo lo contrario era relajado, impredecible se dejaba guiar por sus sentimientos y emociones, por lo que llegaba a cometer tonterías, era muy flexible y sencillo, amable y muy calido, el parecía un niño al lado de un adulto y eso le hacia admirar muchísimo a Ban, pero en ocasiones como esta Ban además de valiente disfrutaba retar a las olas en cambio el era un cobarde y le hacia sentir viejo al lado de Mido.
Se retiro la toalla y se puso de pie, tenia que ser hombre, un simple mar no le iba a humillar más de lo que el mismo se sentía. Se quito la blanca playera y se lanzo a su reto personal.
Entro poco a poco, el sabia nadar no tenia nada que temer si Ban podía el por que no?.
Las olas le golpeaban el cuerpo y la cara y mas adelante se veían, digamos impresionantes. Eso le hizo sudar frío, pero era cuestión de saltarla no era todo? Al menos Ban mencionaba algo así.
Alcanzo a ver a su compañero unos cincuenta metros nadando como la fresca mañana. No era difícil verdad?
Ban estaba a punto de regresar a la orilla cuando se percato de su compañero.
- Que esta haciendo ese idiota? se dijo y empezó a nadar a toda velocidad hacia El.
Ginji lo tomo como una bienvenida y en un abrir y cerrar de ojos la arena y roca que pisaba bajo la planta de sus pies desaprecio y se sintió en un torbellino que le revolcaba e imposibilitaba salir a la superficie.
- En que me metí?. En lo que veía como el agua, cada vez le imposibilitaba más la salida.
Ban le alcanzo a tomar por la muñeca derecha y lo arrastro hacia fuera.
-Que intentabas hacer? Regaño mientras el otro no dejaba de toser como loco por el agua que había tragado involuntariamente.
-Ginji si te querías meter lo hubieras hecho conmigo, no sabes como hacerlo.
- Lo siento Ban.... Y Chibi Ginji se derramo sobre la arena.
- Idiota estas lleno de raspones. Tú te lo buscaste.
Una hora después todo era historia y anécdotas y Mido disfruto gran parte de la tarde de burlarse del joven.
-Anda pequeño idiota quita esa cara, vamos a dar una vuelta al acuario, te va a gustar.
- Esta lleno d agua, pero no te puede hacer daño, el último comentario sarcástico de la tarde.
Camino al acuario les cayó un terrible aguacero, y como estaban tan lejos de la civilización no les quedo otra más que caminar los cinco kilómetros que tenían enfrente.
- Ginji anímate al menos te quitaras la arena y la sal. Deja de quejarte.
El rubio solo gruño, pero continúo caminando.
Cuando por fin llegaron al acuario ambos, se habían secado, el lugar tenía inmensos estanques artificiales emulando diferentes tipos de hábitat el rubio olvido su enfado y empezó a divertirse como enano.
Parte del atractivo del acuario era el túnel por donde pasaban ya que estaba completamente rodeado de agua y podían ver los tiburones pasando por arriba o a los lados.
Al final había incluido un espectáculo con delfines, leones y lobos marinos.
Eran cerca de las seis de la tarde pero el sol brillaba, después de la tormenta el sol brillaba con más esplendor.
Se sentaron en la segunda fila de las gradas del el centro para disfrutar del espectáculo. Los delfines fueron los primeros saltaban, se cruzaban, hacían cada vez ejercicios mas complicados y llamativos. Y de vez en vez les salpicaban empapándolos. Mido observaba el número, pero mas que nada miraba de reojo, el rostro divertido del chico.
Se sintió complacido el verle tan alegre.
-Ban tengo que ir al baño y de pronto en medio espectáculo desapareció dejando al castaño desconcertado.
- En este momento? Pensó pero le dejo ir.
El rubio abandono el lugar tranquilamente en apariencia, pero al salir empezó a correr necesitaba, llegar. Sintió como la sangre empezaba a emerger de su nariz y no deseaba que Mido le viera, todo menos eso.
Logro llegar abrió la llave del agua y se lavo la cara mientras la sangre se diluía desapareciendo.
Echo la cabeza hacia atrás, mientras se apretaba las fosas nasales, en una lucha por frenar el sangrado.
- Toma. Le dijo un joven atractivo de rostro amable y tranquilo extendiéndole la mano y dándole su pañuelo.
-Gracias....Pero lo voy a manchar.
- No importa respondió el joven con una sonrisa.
- Si necesitas ayuda mi novio es medico.
-Novio? Perdón Señorita, pero es un baño de hombres, por si no se a dado cuenta...
- Ya lo se. Externo riendo con una risa clara y cristalina. Era un joven increíblemente guapo de piel blanca sonrosada, ojos marrón y cabello color castaño claro largo hasta la cintura o mas, acomodado en coletas. Cualquiera hubiera dicho que era una chica y además muy hermosa.
-Que sucede Kazuki? Pregunto otro joven de cerca de un metro noventa robusto también, muy atractivo. Al rubio le pareció un jugador de FUT bol americano que andaba con una porrista.
El segundo joven de cabello marrón, traía lentes para el sol no dejaba ver el color de sus ojos.
- Jubei mi novio, dijo con una linda sonrisa. Con una rápida presentación mientras recargaba su rostro en el atlético tórax del joven. Quien le correspondió con una tierna sonrisa.
- Jubei el joven tiene una hemorragia nasal. Comento apenado por olvidar el incidente.
El segundo joven le observo por algunos momentos observo la piel bronceada y los raspones.
- Puede ser que estuvieras mucho tiempo al sol. Y acto seguido le retiro la mano y el apretó el vértice nariz del rubio para detener la hemorragia.
Después de unos cinco minutos lo logro.
- Había la posibilidad de ponerte un tapón nasal si no cedía. El hospital esta a qui a tres cuadras. Externo Jubei.
- Gracias pero...
- Por cierto perdón no me presente soy Amano Ginji.
-Nosotros somos Kazuki y Jubei ambos somos médicos en residencia, cuando se te ofrezca algo aquí estaremos para ayudarte.
- Mil gracias chicos. Y se despidió para reunirse con Mido.
- Espera Ginji. Aquí tienes nuestra tarjeta. Kazuki le dio una tarjeta donde venia su dirección y teléfonos celulares de ambos.
-Wow viven juntos! Externo el rubio emocionado.
- Ginji, te comente Jubei y Yo somos pareja. Externo el joven tomando la mano de su amado.
Este le sonrío y llevo la mano de su pareja para darle un beso.
- Que tierno pensó el rubio como desearía que su Ban fuera así Pero no el nunca haría algo así y menos enfrente de otros. Además Ban era todo menos tierno y romántico.
Cuando el rubio regreso el espectáculo estaba por terminar. Se sentó al lado de Mido, sin darle importancia el por que había salido.
-Te perdiste a los lobos marinos, ese de allá. Señalando uno que estaba en el extremo.
- Es muy inteligente, creo que mas que tu. Y después río.
El rubio solo le lanzo una mirada de reproche, pensó por un instante en la amabilidad con la que el joven que parecía jugador de futbol trataba a Kazuki, mientras su Ban era siempre sarcástico y mandón.
El espectáculo termino Mido saco uno de sus acostumbrados cigarrillos y empezó a fumar mientras caminaban de regreso a casa.
El sol empezaba a ponerse, el rubio dirigió una mirada hacia el malecón y observo como el mar se teñía de naranja y dorado.
Después de comer pizza, en un puesto ambulante continuaron su camino, Mido criticaba descaradamente a una pareja que se besuqueaba sin pudor. El rubio no le escuchaba en realidad se sentía cansado, había sido un día agitado y para colmo el tacaño de su pareja se lo llevo caminando, con el pretexto de que es saludable caminar, después de una buena comida.
Al llegar a la casa, el rubio se derrumbo sobre la cama y de inmediato se quedo dormido.
Ban lo observo, le retiro el calzado, y lo arropo, paso su mano por la frente, estaba un poco mas caliente de lo normal y estaba sudando.
Se quedo sentado frente a El mientra pasaba un pañuelo para secar las gotas que se perlaban en la frente de su chico.
Ban sabia lo que pasaba no en balde había pasado cerca de tres años a su lado, sin embargo no diría nada, no le regañaría por no comentarle lo que había ido a hacer al baño.
Mido era el tipo de hombre que tenia mucha dificultad para mostrar sus sentimientos y actuaba rudo e indiferente, pero en verdad no sabia actuar de otra forma.
Les quedaba mas o menos un mes, mañana no diría nada solo le dejaría descansar, inventaría algún pretexto.
Y lo animaría con la visita al parque de diversiones de Estudios Universal.
Eso le tenía que animar, tenia que hacerlo.