Capitulo 13 Decisión.
Esa noche el sueño de Amano era inquieto, a cada momento cambiaba de posición, le costaba mantener un sueño continuo, su cuerpo sudaba profusamente.
Mido estaba a su lado y acostumbrado a tener un sueño ligero con cada movimiento se despertaba, el sostener la mano del rubio mientras dormía se tornaba en algo imposible.
El castaño toco la piel de la cara de su compañero y se encontraba fresca.
Mido suspiro, estaba acostumbrado a conocer como se comportaba la enfermedad en su pareja. No era la primera vez ni la ultima en que sudaria en la noche mientras dormía, solo que esta ver era mayor, ni el ultimo dolor de cabeza o nauseas o mareo o el ultimo sangrado, o fiebre o cansancio siempre habrían mas y cada vez serian mas fuertes.
-Ginji...Le despertó.
-Estas sudando demasiado ve y toma un baño, Yo cambiare las sabanas.
-Esta bien respondió con tono adormilado, sin pensar como si de un zombie se tratara fue y se ducho. Cuando regreso el resto de la noche durmió tranquilo.
La mañana del día siguiente Amano despertó al darse cuenta que su amado Mido se había levantado y el ruido que hacia le impedía dormir.
- Ban? Pregunto con voz cargada de sueño.
Cuando se percato que su compañero no le oía, termino levantándose de la cama y dirigirse hacia la fuente del ruido.
Antes de bajar se puso una playera limpia, un pantalón corto, y medias deportivas.
Llego a la cocina a pesar del sueño en sus ojos, se detuvo unos momentos a observar que su pareja estaba empacando lo que quedaba de despensa y algunos enceres.
-Que estas haciendo Ban?. Pregunto a la vez que bostezaba. Y se frotaba el ojo derecho.
- Estoy empacando pequeño idiota. Externo mientras anotaba con un plumón en la tapa del cartón lo que había metido.
-Empacando?
-Para que?
- Hoy en la tarde nos podremos ir, si me apuro. Respondió al momento de empezar a acomodar la siguiente caja.
- De donde salen tantas cosas externo en voz baja para si mismo. Mientras sostenía algunas cucharas en la mano.
-Irnos?.........A donde? Pregunto interesado. Hasta el sueño se le espanto.
- A nuestro departamento en Tokyo a donde mas?
-Por que nos vamos a ir?
-Aun no termina el verano Ban Y quedamos que....
- Ginji, todo fue un error.
- Ayer me di cuenta que te arriesgo, por un tonto sueño.
-Tonto sueño. Repitió para si en voz baja con la cara hacia abajo y la mirada en la nada. Mientras lo hacia sentía que la rabia empezaba a abordarlo y empezó a sacudirse mientras apretaba los puños.
-Estar un verano solo Tu y Yo no, es una tontería, era mi sueño....Era nuestro ultimo momento juntos...Era.
- Olvídalo Ginji, Ya te dije que fue un error....Como pude ser tan idiota de pensar que ibas a estar bien, y no es cierto.
- Ban Yo sabia que todo iba a empezar a empeorar, lo se lo he vivido Ban...Pero aun así.... Las lágrimas empezaban a derramarse por su cara.
Mido dejo de empacar, para concentrarse en la situación y hacer comprender al cabeza hueca de Ginji, que se trataba de su vida. No era un juego.
-Ginji, no tenemos que ir es por tu bien....
-No Ban, no.....No importa no nos vamos... Externo con un tono lleno de rabia.
-Idiota, eres siempre tan inmaduro..... Mido respondió con un tono lleno de irritación.
El rubio le dirigió una mirada llena de dolor y abandono la casa, azoto la puerta y empezó a correr.
Mido le observo, pensó por un momento si su compañero tendría la razón y después continuo su tarea.
- Ah ya regresara, cuando tenga hambre. Dijo para si en un tono de enfado. Dejo de empacar, saco un cigarrillo y empezó a fumar.
Amano corrió sin rumbo fijo, con las lágrimas dejando una visión borrosa.
Desconociendo por completo la ruta.
Había corrido quizás menos de un kilómetro cuando tuvo que detenerse y recargar su cuerpo contra una pared, mientras ponía su mano derecha sobre su pecho. Su corazón estaba desbocado y llegaba a dolerle, su respiración era insuficiente para llenar de aire sus pulmones y sentía que todo le daba vueltas. Tenia unas nauseas horribles, pero como no había cenado y menos desayunado solo alcanzo a escupir saliva.
- Maldita anemia! Se dijo así mismo con rabia mientras nuevas lágrimas, de ira corrían por su cara.
Después de unos minutos enderezo su cuerpo y respiro con un poco más de calma.
Las nauseas habían cedido.
Aun en su corazón había demasiado enojo, tenia que continuar, solo que ya no correría.
-Entupida anemia!. Estrello los puños en la pared y continúo su camino. Hacia ningún lado, solo caminar por caminar, necesitaba estar solo, necesitaba estar con el mismo.
Donde no causara lastima a nadie.
Las horas pasaron y una lluvia de verano, de tipo tormenta cayó.
Mido observo hacia la ventana, sus pensamientos solo iban en una dirección.- Ginji donde estas?
Tomo su celular y marco el teléfono del rubio, conocía demasiado bien a Amano no respondería, cuando estaba tan enojado como ahora, en su mirada solo había el deseo de fulminar a Mido.
Pero necesitaba que el rubio supiera que pensaba en El, que se preocupaba y quizás eso apaciguaría la tormenta en el corazón de su pareja.
Marco y espero el tono de llamada, para su suerte el timbre del celular de Amano estaba a un par de metros de El sobre una pequeña mesa en la sala.
La ansiedad hizo presa de Mido.
Tomo su impermeable, una sombrilla y una frazada para cubrir al idiota de Ginji. Debía de estar empapado hasta los huesos. Y abandono la casa bajo la furia de la tormenta.
Mido camino y camino y pese al paraguas y el impermeable aun así llego a mojarse. Los zapatos sentían que rechinaban por el agua.
Ban odiaba mojarse, pero no le dio importancia, estaba demasiado preocupado por el cabeza hueca de su pareja.
- Espero que no le de una neumonía....Tengo que encontrarlo.
Pero fue inútil pese a sus esfuerzos, todo fue en vano. Después de un par de horas tomo el camino de regreso.
Entro a la casa y llamo a la policía necesitaba que buscaran al rubio.
Por su lado Ginji completamente empapado continuaba su camino, bordeaba la parte alta de la playa. Observo desde su sitio el bramar de las olas. El aire revolvía los cabellos que no se le habían pegado al rostro.
Estaba tan dolido que no sentía el frío, en otro ocasión su cuerpo no hubiera dejado de temblar.
Continúo caminando, a pesar de todo había un sentimiento de libertad que le daba fuerzas para continuar.
En un momento quizás por la lluvia que nublaba su visión, quizás por lo reblandecido de la tierra. Se desgajo la parte que pisaba y fue arrastrado a orillas de la playa no había sido una altura muy significativa solo unos cuatro o cinco metros y la misma superficie que lo había arrastrado había amortiguado el golpe. Pero había sido suficiente para lastimarse el tobillo derecho.
Una vez en el suelo el rubio aúllo de dolor cuando recibió el golpe directo sobre el pie.
Y cuando se intento incorporar ya no pudo hacerlo.
Sobre el suelo lloro una vez más una mezcla de dolor e impotencia. Estrello ambos puños sobre la arena.
- No, no, no.
Después de un rato de permanecer en un charco de agua y lodo. Su mente se empezó a enfriar y la rabia desapareció, en ese momento empezó a sentir verdadera pena por el.
El rostro de Ban le vino a la mente, fue cuando se dio cuenta como por su estupidez de hacer las cosas sin pensar le estaba ocasionando dolor a su amado.
- Perdóname Ban.
El frío empezó a apoderarse de su cuerpo, el no haber tomado alimento por cerca de veinticuatro horas lo llevo a una hipoglicemia y el sueño le empezó a vencer.
Eran mas de las siete de la noche empezaba a oscurecer Mido estaba muy preocupado, su compañero no regresaba, su estado físico sabia era débil. Y su labilidad para enfermarse aumentaba la probabilidad.
Mido llamo a la policía en busca de ayuda, pero le dijeron que era una regla no buscar a nadie antes de veinticuatro horas de desaparecido.
Un resoplido sobre su cara le hizo abrir los ojos, una enorme nariz rodeada de una mata espesa de pelo le inspeccionaba.
Y después unos ladridos taladraron sus oídos.
-Gold que tienes allí?
Esa voz le dio calor a su corazón.
Un joven de aspecto salvaje lo levanto y lo saco de entre el lodo y agua. De inmediato le saco la playera empapada. Se retiro su saco y se lo puso y le corrió el cierre cubriendo parte de la cara del rubio y le subió el buzo.
- Rayos estas helado!
Mas que ayudar a caminar, casi lo cargo, los sentidos del rubio estaban bastante adormilados.
- Que rayos estabas haciendo tirando allí? Cuestiono con molestia.
- Si te querías suicidar, te hubieras ahorcado o cortado las venas, entupido.
-Yo no me quiero morir. Respondió en voz baja.
-Pues parece todo lo contrario.
-En verdad no me quiero morir. Externo una vez más en un tono más alto.
- Bah esta bien. Fue lo único que respondió el extraño.
-Por cierto mi nombre es Shido Fujuki. Y el es mi perro Gold. Le debes la vida.
-Gracias soy Ginji Amano....
-En verdad que eres un tonto....Tu novia debe de estar preocupada por ti. Te voy a llevar a tu casa.
-Gracias...Externo el rubio en un tono bajo y apenado.
- No tengo novia, soy casado.
- Como sea, tu esposa debe de estar que se muerde las uñas por ti.
El rubio ya no quiso dar una mas amplia explicación sobre su relación matrimonial, después de todo al hombre del enorme perro, le tenía sin preocupación la preferencia sexual del joven.
El camino en el auto fue en silencio en parte por que Fujuki era un hombre de pocas palabras. Y además, la raza humana no era algo que lo hiciera sentir muy cómodo que digamos a diferencia de los animales.
Shido le dejo en su casa, solo espero a que el rubio le entregara su chamarra y se fue.
Mido observo el estado de su compañero lleno de lodo, pero aun se notaba el resentimiento en su mirada. Le había dolido el que su compañero no deseara compartir el verano.
-Ginji...
- Si?
- Vamos a ir al parque que quieres.
El rubio no esperaba esa respuesta, su mirada se ilumino y sonrío.- En serio?
- Si, solo con una condición...
- Cual?
- Tomaras las medicinas, descansaras mas horas y si te empiezas a poner peor no te haré caso y te llevare a rastras a casa si es necesario.
- Lo tomas o lo dejas?
- Lo tomo...El rubio se lanzo abrazando a su compañero y lo lleno de lodo.
- Idiota ahora ambos nos vamos a tener que bañar.
En la ducha el castaño lavo el cabello y el cuerpo de su compañero, haciéndole sentir cuanto lo amaba.
Al llegar a la cama el rubio atrajo a su compañero hacia El. Mientras lo besaba.
- Ginji...
- Mmm...... Respondió mientras besaba los pectorales de Mido.
-Ginji creo que debes descansar...
- No Ban, por favor, te quiero hacer el amor.
- Pequeño Idiota. Le tomo por el mentón y le miro a los ojos.
-Por favor no te exijas demasiado Ginji. Debes estar muy cansado...
- Por favor Ban, quiero amarte, y que me ames, te necesito mucho, te Amo demasiado....
- Esta bien con una condición Ginji.
- Cual?
-Hoy solo quiero que me hagas sexo oral.
El rubio le sonrío y empezó a besar el cuerpo de Mido hasta concentrase en la entre pierna.
Al principio acaricio y luego lamió, despertando cosquillas en la ingle del castaño.
Le lanzo una mirada de lujuria a su pareja y después lamió el pené, para después engullirlo y mientras le succionaba jugueteaba con la lengua para ocasionar un mayor placer.
Mientras le daba el mayor peso de la relación al jugueteo de la boca y la lengua con su manos acariciaba toda la espalda y nalgas de Mido.
Por su parte Mido besaba el cuello y nuca del rubio mientras hundía sus dedos en el cabello del rubio o recorría la espalda.
Los sonidos de placer que salían de la garganta de Ban, servían para aumentar la excitación en el rubio.
Amano hizo que Mido al correrse arqueo su espalda y un ronco sonido emergiera de su garganta.
-Te amo Ginji....Te amo...
- Yo te amo demasiado Ban. Y después le beso compartiendo la semilla de Mido en el beso.
El resto de la noche fueron caricias sencillas y algunos besos no apasionados sino tiernos.
El rubio se quedo dormido.
Mido le observo descansar, luego bajo la mirada hacia el tobillo del joven se veía negro violáceo edematizado
- Eres tan inocente Ginji le dijo en voz alta.
- Tenía miedo de hacerte sangrar al hacer el amor. Tu piel y mucosas empiezan a ser demasiado frágiles.
- Que voy a hacer contigo pequeño idiota.
De apoco el joven empezó a quedarse dormido, después de todo mañana seria otro día.