Capitulo 12 Encuentro parte 2
El olor de mantequilla derretida y miel sobre hot cakes inundaba la casa. Había pasado cerca de media semana que había perdido el apetito, y el recuperarlo le hacia sentir algo similar a la sensación de mariposas en el estomago.
- Ginji no comas tan rápido. Externo Mido con una venita apareciendo en su sien derecha.
-Pero....Ban....Respondió en forma de queja con medio hot cake en la boca.
-Ginji te vas a terminar ahogando. Le recrimino su compañero retirando violentamente el plato donde se encontraba el desayuno.
- Pero tengo hambre...Externo llorando Chibi Ginji con tal cantidad de lágrimas que podía crear un charco.
- Eres malo Ban Chan.......
-Pero que fastidioso eres pequeño idiota! Entre reclamos Mido regreso el plato a la mesa y fue testigo como esos ojos que segundos antes se desbordaban, brillaron de emoción.
- Rayos Ginji, siempre te sales con la tuya. Externo Mido levantándose de la mesa.
- Pero Ban!
Después de devorar veinte hot cakes y cuatro vasos de leche, el rubio se sentía más que satisfecho y demostró su gentileza dejando la última pieza para su amado Ban. Al cual no le hizo ninguna gracia.
Una hora más tarde ambos estaban más que listos para salir de paseo. Cuando sonó el timbre de la puerta en forma insistente.
Ambos por unos momentos se vieron a los ojos y se preguntaron sin palabras quien seria.
El rubio se desplazo y abrió la puerta, con fastidio pero sonriente, después de todo la persona del otro lado de la puerta no tenia ninguna obligación de saber que iban a salir.
- Saludos Ginji.
El rubio, se quedo sin habla por unos segundos.
-Te-shi-mine....Que haces aquí? Balbuceo.
Mientras el menor permanecía inmóvil como una estatua por la sorpresa. El mayor paso a su lado, con la actitud fresca como si nunca se hubiera alejado y entro en la casa.
- Que no puedo venir a saludar a mi sobrino o hijo como quieras. Solo para saber como esta. Externo mientras cruzaba la puerta.
- Saludar? El tono de la voz del rubio denoto irritación.
- Hace cerca de tres años que no se nada de ti. Solo cartas breves y ya.
- Eso no creo que simbolice lo mucho que te importo.
- Siempre me has importado Ginji.
- Siempre he estado al tanto de ti.
- Y realmente no me has necesitado llevas al lado de Ban Mido cerca de tres años, El ha sido mas que suficiente para llenar tu mundo Ginji y lo sabes.
-Tú también eras importante y me abandonaste...
- Ginji hay una razón, para ello, pero eso no significa que no te amara.
- Ginji voy a salir interrumpió Mido. El cual antes de salir le dirigió una mirada de agradecimiento al visitante. Y de paso obvio la mirada de indignación del rubio.
Ban salio y cerro la puerta tras de si.
Después de todo la respuesta de su compañero era lógica. Había amado e idolatrado al hombre que era su tío, y que además le había adoptado, era su tutor legal o al menos lo había sido, después de casarse con Mido, era Ban.
Mido saco un cigarrillo con los labios de la cajetilla, lo encendió, inhalo el humo en toda su capacidad.
Como disfrutaba de fumar!.
Lamentablemente lo había tenido que restringir, pues no era muy saludable para su compañero.
Mido camino sin rumbo por una hora, después de detuvo en un pequeño café y leyó un diario. Tenia que darles tiempo a ese par para que arreglaran sus asuntos.
El sabia la pieza importante que representaba Teshimine y aunque eso le hiciera sentir celoso e inseguro, entre ambos podrían convencer al cabeza hueca de Ginji de no dejarse morir y aun luchar por la ultima esperanza. Aunque eso significara dolor y mucho trabajo para los tres.
Cerca de la una de la tarde por fin su celular timbro, sabia que era Ginji buscándole.
Mido respondió escucho el tono de voz, de su pequeño idiota se escuchaba animado, feliz y excitado por salir a dar un paseo.
Por la hora el mejor lugar era el zoológico, caminar y respirar aire fresco y sol. Un buen lugar para el convaleciente de su rubio.
Mido tomo un taxi para no caminar otra hora de regreso y en breve tomo el auto y fueron al zoológico.
Ginji era físicamente un hombre de veintiún años, pero mentalmente en un zoológico corriendo y emocionándose como enano, Mido llegaba a la conclusión que se había casado con un niño de seis años.
Recorrieron en un par de horas las diferentes zonas del zoológico, la estepa, la sabana, la jungla, etc.
Los animales cambiaban según la zona al igual que la ambientación.
Ginji no podía dejar de emocionarse y divertirse cuando llego a la zona de los grandes gatos, el asombro por ver a los tigres era impresionante.
Mido le observaba como el rubio ponía esa cara de impresión que le hacia ver bobo y le pareció a los ojos del castaño adorable.
Mientras Amano no quería perder ni un solo movimiento del enorme gato. Mido no quería perder un solo movimiento de su adorable rubio, con toda su idiotez de por medio, Ginji era increíblemente encantador.
Ban tuvo que tomar por el cuello de la playera a su compañero para obligarlo a cambiar de felino. Por que empezaba a temer que el rubio se quería quedar a vivir allí.
Así pasaron otro par de horas.
Iban a dar las cinco de la tarde Mido sentía que le dolían los pies y el estomago.
- Ginji voy por una pizza y un café. Te apetece algo más?
- Un helado Ban....!
-Ah suspiro....Después de todo para que preguntarle se trataba de Ginji que podía esperar.
- Esta bien, pero después de comer.
El chico mostró cierta desilusión.
-Anda ve a refrescarte un poco, lávate la cara y las manos, estas todo sucio y sudado.
El rubio como era su costumbre, acato la orden y corrió hacia los baños. Mientras Mido se hacia cargo de la comida.
Mido se acomodo en una pequeña mesa, mientras esperaba la llegada del rubio.
- Ese idiota ya se tardo, que tanto era lavarse la cara y manos. Comento para si con disgusto mientras veía la hora de su celular.
Una mujer acarreando a un niño de unos cinco años paso cerca del castaño.
Ban pensó que los niños siempre eran tan fastidiosos.
- Mamá, mamá, mamá.....
- Que quieres respondió fastidiada la madre.
-El señor estaba muerto mamá?
-No, ya te dije que no, solo se desmayo.
Mido alcanzo a escuchar la conversación entre madre e hijo y se puso en estado de alerta.
-Ginji, se repitió para si, de inmediato marco de su celular el número de Amano, pero por más que timbro no respondió.
Sin mas abandono todo y salio corriendo hacia los baños.
Se encontró una bifurcación en el camino y para colmo en ambas había flechas señalando baños.
Lo tuvo que dejar a la suerte, llego a la primera, entro irrumpiendo la paz de las personas que ocupaban el lugar. Llamando al rubio a gritos y además abriendo las puertas.
- Rayos no esta aquí, Se dijo abandono el lugar y se lanzo a toda prisa al camino y de allí, tomar la vereda hacia la izquierda.
En su loca carrera alcanzo a ver la ambulancia alejarse, pero no fue capaz de alcanzarla.
Así que tuvo que correr de nuevo hasta el estacionamiento y de allí abordar su auto, al estar frente al volante se tuvo que tomar un par de minutos, su corazón por la incertidumbre y la carrera estaba mas que desbocado y frenarlo de pronto para manejar no era lo mas recomendable que digamos.
- Ginji te voy a matar ahora que te encuentre. Se comento mientras sostenía su mano en su pecho como si de esa forma detuviera la taquicardia que no cedía.
Por fin bajo un poco el ritmo y se estabilizo su respiración y arranco hacia los posibles hospitales de la zona, hasta encontrarlo.
En la sala de urgencias el joven había recuperado el estado de conciencia.
- Hola Ginji!
- Kazuki?
- Si Ginji soy Yo. Me da gusto ya reaccionaste.
-Que ...Paso?
-Te desmayaste, pero rápidamente lo notificaron y había una ambulancia cerca, te recogieron y aquí estamos platicando.
El joven hizo el intento por levantarse.
- No Ginji, te puedes caer, es una camilla.
- Déjame revisarte para saber que estas bien. Externo el joven medico mientras pasaba el estetoscopio por el pecho del rubio.
Ginji vio aproximarse al joven que parecía jugador de futbol americano y le sonrío. El joven le vio y le saludo con un movimiento de cabeza y de allí se fue a hablar con su apuesto novio.
Traía en la mano, algo parecido a una tarjeta de crédito. El rubio sabía que le pertenecía y contaba todo su historial clínico.
-Ginji.... La voz de Kazuki mostró un tono de preocupación, se había enterado de todo.
- Kazuki....Yo..
- Ahora comprendo muchas cosas Ginji.....
Mientras hablaban se escucho los gritos de furia de una persona que no le permitían pasar a ver a su compañero.
El rubio sabía que no podía ser otro más que Ban.
-Kazuki necesito hablar contigo, por favor. Externo mientras tomaba la mano del joven.
-Los gritos que se escuchan son de Ban, ni esposo, necesito tu ayuda para algo que planeo hacer por favor. No quiero que El lo sepa.
El joven medico, le miro poniendo toda su atención para escuchar lo que el rubio, necesitaba compartirle.
Unos veinte minutos después, el residente salio a hablar con Mido, como lo calmo y una hora mas tarde. La pareja abandono el hospital.
Durante el viaje en auto a su casa, cada uno iba sumergido en sus propios pensamientos.
Ban meditaba para si, lo inútil que se sentía no podía, proteger al joven que amaba con todo su corazón, no podía hacer nada y lo terminaría perdiendo. Eso le dolía y le hacia caer en frustración.
Ginji por su lado mientras manejaba y observaba el mutismo de su compañero, pensaba cuanto lo amaba y no importaba los sacrificios que tuviera que vivir. Ban merecía tener una vida normal plena, llena de éxito y El no era lo mejor.
Al llegar a casa, se abrazaron dieron un beso y actuaron como, solo pensando en el otro sin compartir lo que había en el corazón de cada uno.
Continuara...