Capitulo 11 Encuentro.
Entre abrió los ojos, noto lo oscura de la habitación, debe aun ser de noche fue lo que pensó.
Se giro un poco sobre la cama para pegarse al cuerpo de Mido.
Fue cuando se dio cuenta de que no estaba.
Se esmero por ver la hora en su celular.
- Las diez de la mañana?
- Esta muy oscuro para ser las diez de la mañana! Se dijo a si mismo, fue cuando se percato que las cortinas estaban completamente corridas, para impedir que la luz de la mañana se filtrara en la habitación.
Prendió la lámpara de la mesa de noche, y se levanto recargando su cuerpo sobre la cabecera, se llevo la mano a la cara, pasando sus dedos en abanico sobre el rostro.
Se sentía tan cansado y además, tenía un dolor que le oprimía en la cabeza.
Donde esta Ban? Se pregunto a si mismo y recorrió perezosamente la mirada por la habitación. Y fue cuando noto debajo de su celular una nota con la letra de Mido.
"Tenia algo que hacer, nos vemos en la noche.
Tienes el día libre puedes hacer lo que gustes.
No olvides comer."
Ban.
El rubio leyó la nota, le hubiera gustado leer al final de la misiva un beso te amo, o te quiero, pero bueno era Ban. Que más se podía pedir.
- Ah! Suspiro, tenia el día libre, podía dormir todo el día, y en realidad no se el antojaba nada mas que dormir.
Y se dejo caer sobre la almohada, abrazándola. Y en menos de dos minutos estaba profundamente dormido.
A unas dos horas y media de viaje Mido descendía del transbordador en el puerto de Okayama. Este puerto al igual que Osaka se encontraba en la bahía Osaka. Era afortunado de que la dirección que había buscado estaba a menos de tres horas, de donde estaban viviendo.
Una vez en el puerto la ciudad era más pequeña y mas rustica contrastaba con Osaka, la cual era cosmopolita y moderna, esta era una ciudad pesquera, las calles eran más sencillas y el olor a sal y a pescado inundaba el lugar.
Pregunto a dos que tres nativos del lugar, sobre la dirección que llevaba escrita en el pedazo de papel y con sus indicaciones logro llegar mas que bien.
Llego era una típica casa japonesa de provincia, tenia un portón de madera y un l enrejado que le permitía ver el amplio jardín con el césped perfectamente cortado y un riachuelo y sobre el una fuente con una rueda y un sube y baja para descender agua, al fondo la casa con techo en dos aguas de tipo sencilla con enormes ventanales, decorada con cortinas rusticas de alguna fibra vegetal.
La casa estaba en alto y un piso de madera lo rodeaba. Mido se imagino que el dueño del lugar acostumbraba caminar sobre aquella superficie.
Mido llamo a la casa jalando una cuerda y un grupo de campanas toco un melodía, una mujer de cabello blanco amarrado casualmente pero que le daba un toque de elegancia llego al porto. Se presento como el ama de llaves la mujer vestía un kimono sencillo de algodón y sandalias y calcetas blancas, un típico traje de la región, en esta época no era muy común el que las personas vistieran de tipo regional, pero quizás por la zona era normal.
Mido pensó que había coexistido demasiado en la capital y se le hacia raro ver personas vestidas así.
La mujer amablemente le llevo a una sala en donde le pidió que esperara. Al encontrarse en la habitación no le sorprendió, todo estaba decorado al estilo de un Japón antiguo pero a la vez elegante, amplios cojines y una mesa de para te de baja altura de madera muy fina. Que resaltaba con el grabado y el barniz. En el centro un decorado de tsurus y riscos, Pintados en acuarela Cuadros hermosos en la pared, algunos muebles haciendo juego y un arreglo en una esquina con un hermoso jardín japonés.
-Vaya, vaya al tipo le gusta lo tradicional pero muy fino. Dijo para si en voz baja mientras recorría la habitación con la mirada.
-Veo que sabes apreciar la decoración Ban Mido. Dijo una voz tras de El con un tono de orgullo.
Mido giro hacia atrás en busca de la fuente del sonido.
-Takeru Teshimine, supongo.
- En efecto Ban Mido. El hombre se aproximo y se acomodo en uno de los amplios cojines.
Mido observo que vestía un kimono para hombre de seda de tono marrón decorado con paisajes en color oro.
La mujer llego con un servicio de sake. Teshimine le pidió lo dejara en la mesa que El lo serviría y con una señal con la mano derecha, la mujer se retiro. Después tomo la botella y sirvió un poco de sake en un vaso de cristal esmerilado.
- Como esta mi sobrino Ban? Pregunto al momento que le acercaba un vaso.
- Tu has contratado investigadores, sabes perfectamente como esta y en donde esta. Respondió el ojiazul en una forma cortante y fría. Tomando el vaso y observando discretamente lo fino del recipiente y la bebida era de una marca de las más caras.
-Es verdad, había olvidado que te lo había comentado en tu llamada telefónica.
-Que es lo que quieres de mi, Ban?
-Quiero que vayas a ver a Ginji, y que le hagas sentir que lo quieres.
-Crees que no quiero a mi sobrino?
-Lo abandonaste, y nunca volviste a abrazarlo, lo hiciste sentir que ya no lo querías, se sintió despreciado y lo peor que lo castigabas.
- Ginji llego a sentir que merecía lo que pasaba.
Aquellos comentarios captaron la atención de Takeru. El mayor guardo silencio, su mirada cambio de arrogancia a melancólica, como si de pronto se perdiera en el tiempo. Y al mismo tiempo como si las palabras le corroyeran las entrañas.
-Me aleje de El, por que de haberme quedado lo hubiera manipulado. Externo en un tono bajo, como si se justificara mas para si que para Mido.
-Yo lo adopte cuando mi hermana murió, era mi orgullo, amo y amaba a ese chico....
-Pero...lo abandonaste eso no es amor Teshimine. El te amaba, te idolatraba...
-No lo abandone me aleje de El.
-Ginji tiene mi dirección y hay una cuenta de banco a su nombre, que nunca ha querido disponer del dinero es asunto suyo.
- No lo sabias verdad, por la cara de sorpresa que pusiste.
- Te lo repito una vez mas, me aleje que es diferente. Externo con una mirada que mostraba dolor.
- Al final de cuentas es lo mismo El te quería y necesitaba a ti, no al dinero. Comento Mido sin compasión. Y después tomo un trago de aquella bebida.
-Yo en un momento perdí la relación padre e hijo y me empecé a enamorar de El. Externo el mayor con un tono que expresaba cuanto le dolía reconocer la situación y aun mas compartirla al extraño que lo confrontaba.
- Por eso deje de abrazarlo.
- Y por eso lo golpe cuando lo sorprendí besando a aquel mocoso, me dio tanta rabia y celos, lo que yo evitaba, el jovenzuelo aquel con que derecho lo besaba, Ginji era Mio y lo respetaba. El tono de la voz de Takeru se elevo y denotaba claramente cuanto le irritaba recordar lo sucedido.
- Ah comprendo aunque no te justifico. Ginji te necesita, tú lo puedes animar.
-Además te advierto una cosa tu serás su tío y te quiere mucho, pero actualmente Ginji es Mio, es mi pareja y mi esposo, y de ninguna manera te permitiré que te propases con El.
Esta vez fue Takeru el que mostró una expresión de sorpresa. Y se sintió desarmado ante la reacción de Mido.
Mido paso cerca de unas cuatro horas en la casa de playa de Teshimine, comió con El y terminaron teniendo una relación bastante aceptable como la de un suegro y un yerno.
Antes de despedirse Teshimine dio su palabra de que iría a visitar en menos de una semana a su sobrino.
Le agradeció a Mido por la forma como apoyaba y por todo lo que amaba al chico.
Y pidió que no dejara de cuidar de El.
- Yo siempre lo protegeré y lo cuidare después de todo es mi Ginji y es mi vida.
Teshimine acompaño a Mido a tomar el transbordador que le llevaría de regreso a Osaka.
Le vio partir y mientras caminaba de regreso a su casa de playa, sonrío Mido era el hombre idóneo para Ginji.
Iban a dar las siete de la noche cuando Ban se sentó en la cama y acaricio aquellos mechones rubios.
- Hola Ban, respondió con una voz adormilada. Despertando y sonriendo al ver a su amado frente a El.
-Anda dormilón ya despierta, traje sushi para cenar.
- Ah perdí la noción del tiempo Ban, comento el rubio estirándose como un gato.
- Ah además me muero de hambre Ban.
- Anda ya esta la mesa puesta, si te quieres seguir muriendo de hambre es tu problema.
El rubio dio un salto de la cama y se lanzo a la cocina en donde comerían en la barra.
La comida fue amena como siempre una pelea campal por ver quien se llevaba el último trozo, pero entre ellos era lo más común.
El rubio saboreando el ultimo pastelillo de postre - Que hiciste hoy Ban? Pregunto mientras se chupaba los dedos.
-Ah nada importante fui al museo, necesitaba una información...
-Ah.
- Ya ves por eso no te lleve, no te llamaba la atención Ginji.
- Olvidaba decirte traje dos películas pase a alquilar dos cintas que te van a gustar.
El rubio las sostuvo entre las manos las observo y luego abrazo a su pareja. Siempre le hacia sentir tan especial.
- Anda Gin, vamos a verlas en la cama.
El rubio se sentía emocionado el ver una cinta en la comodidad de su cama, recargado su cabeza en la almohada y esta a la vez en el regazo de Mido. Mientras este jugueteaba con su cabello.
Avatar es una excelente y llamativa cinta, pero cuando Ban se percato su chico se había quedado dormido.
Apago el DVD y acomodo mejor al chico para que descansara mejor.
El rubio abrió los ojos y observo a su amado Ban.
-Perdón Ban me quede dormido, lo siento....
- Ginji, no es la primera vez que pasamos por esto, te comprendo.
- Ban...expreso bajando la mirada.- Estoy entorpeciendo los planes que teníamos......Te prometo que mañana haremos algo...
-Ginji ya te lo dije, no pasa nada....
-Nuestros planes era pasar juntos y lo estamos haciendo, mañana te sentirás mejor, no te preocupes.
- En verdad Ban lo lamento, por no ser la que esperabas. Externo el rubio en este momento las lagrimas empezaban a brotar de sus ojos.
- Ginji....Te amo.... No termino la frase. Beso los labios del rubio en un beso tierno que termino recorriendo el labio inferior del menor con su lengua.
-Ban...Yo...
El mayor le puso el dedo índice en los labios del menor para que ya no expresara una palabra más y empezó a besar el cuello del joven, recorriendo cada hueco, cada curva, como si quisiera hacer un camino memorizándolo. Cada beso le hacia sentir que su corazón se aceleraba mas y mas que llego a temer que se saldría de su pecho. Al mismo tiempo su respiración se agitaba y de sus labios fueron brotando pequeños gemidos.
Mido besaba el borde del maxilar, y se sintió muy complacido de la respuesta involuntaria de su pareja.
Deslizo sus manos del cuello por las clavículas y por los hombros delineándolos, besándolos, lamiendo y dando pequeños mordiscos, La respuesta de su pareja la misma una total excitación.
Después sus manos recrearon la misma magia en el pecho acariciando los pectorales y jugueteando las areolas y tetillas.
Para después morder y lamer el abdomen.
Por fin el tan preciado tesoro para uno, premio para otro. Ban empieza a deslizar el boxer por el resorte poco a poco ante la mirada de deseo mezclada con ansiedad.
Dejando al descubierto aquella zona que responde sin importar el cansancio de su dueño, firme palpitante y goteante que pide a gritos mudos que lo toquen, que lo acaricien que lo aprieten que lo sacudan, que lo torturen con caricias que lo hagan explotar.
Mido observa con una mirada divertida a su compañero. Y juguetea con la yema de su dedo índice sobre el glande, lo hace gemir más fuerte.
Después ante la mirada suplicante del poseedor de la virilidad. El otro aprovecha para torturar lo lleva a su boca y empieza a lamerlo de la base a la punta ante la mirada de su compañero.
Después lo engulle por completo y continua su juego de excitación hasta llevarlo a la locura.
Lo hace explotar como si miles de fuegos pirotécnicos, se liberaran. El rubio arquea su espalda, su cuerpo habla por si solo, y solo pide que no se detenga que lo posea.
Los sonidos roncos y sin sentido es un lenguaje que Mido conoce e interpreta a la perfección.
Observa fugazmente los entre cerrados ojos del rubio, el rubor de sus mejillas, el carmín de esos labios entre abiertos, el latido acelerado de la arteria de su cuello y como sube y baja ese tórax agitado y su virilidad aun goteando, perdiendo su firmeza pero aun suplicante por mas.
Ban como todo hombre se guía por la vista y la hermosa imagen de excitación lo enloquece, por unos momentos solo desea su propia satisfacción y lo embiste y ataca. Aumentando la fuerza y frecuencia de los gemidos de su pareja.
Y ambos terminan corriéndose.
Al terminar el mayor cae sobre el tórax del menor, el cual desliza su mano sobre su cabellera para trasmitirle su amor.
- Ban te amo, gracias.....
-Aunque Yo no participe mucho...
- Ginji. Respondió mirando directamente a los ojos del rubio.
- Tu solo respuesta ante mis caricias, te excita de tal manera que Yo termino excitado.
- Con eso por hoy fue suficiente pequeño idiota.
Esa noche ambos durmieron enamorados, como si fueran un par de adolescentes en su primera vez.