Me dolía la cabeza. Escuchaba un tipo de máquina hacer piiip-piiip a cada rato. No entendía de donde provenía ese sonido. Mi mente ya estaba despierta, pero mi cuerpo no reaccionaba.
Me mentalizaba para levantarme, al parecer estaba acostado en algo blando, pero mi cuerpo no respondía. Esto me asustó bastante, e inmediatamente abrí mis ojos.
Mi cuerpo aún no hacía nada. Lo único que tenía consciente eran mis ojos y mi mente, lo demás no lo sentía. Miraba el techo, totalmente blanco, las murallas, igual. Era todo absolutamente blanco.
Traté de dar vuelta mi cabeza hacía un lado, aguantando el dolor que sentía en la nuca. La máquina seguía haciendo piiip-piip.. junto con otras máquinas que no sonaban, pero que tenían unas líneas raras que se encorvaban de vez en cuando.
Seguía sin entender en donde me encontraba..En el cielo? Pero el cielo no tiene maquinas! O en el infierno..Pero no creo que las habitaciones sean blancas! O tal vez no estoy muerto?!
No..Imposible que esté muerto, pues no sentiría el dolor en mi cabeza, que palpitaba sin cesar.
Cerré mis ojos, para concentrarme en mover mi cuerpo. Primero, alcé el brazo izquierdo, que estaba conectado con unos tubos y cables extraños. Tras moverlo un buen rato junto con mi mano, supe que estaba bien. Hice lo mismo con el otro brazo, recibiendo la misma respuesta.
Ahora me dispuse a hacer lo mismo, pero con mis pies. Nuevamente cerré mis ojos.
Mis piernas se movieron automáticamente, sin drama alguno. Me senté, en lo que ahora me di cuenta, en la cama y estuve un tiempo pensando en cómo pararme. De aseguro mis piernas estarían débiles, pero quería saber que sucedió, por qué terminé en este estado..
Por suerte, cerca mío había una mesa. Me apoyé en ella y logré levantarme por unos segundos, luego me vine al suelo
- AHH!!.- grité de dolor. Caí encima de una de mis piernas
- Que sucede?!?!.- dijo un señor que entró rápidamente. Se veía mayor que yo, y vestía una bata blanca.- Que sucedió L? Estas bien?
L? Se dirige a mi?. Me quedé observándolo un buen rato. No le dije nada, se veía que era buena persona, y que me podría ayudar.
Se agachó cerca de mí y tomó mi brazo disponible. Quedé parado, pero recargándome en él.
Acercó la camilla a nosotros y me senté.
Al pensarlo mejor, deduje que era un doctor. Recordaba que ellos usaban batas blancas para distinguirse.
El doctor fue donde estaban las máquinas chillando y saltando. Las revisó un poco, y me dijo que estaba todo bien, solamente se alteraron cuando me levanté.
- Que bueno que reaccionaste..Ya estabas 3 días sin despertar
- 3 días?!.- dije
- Si..teníamos miedo de que quedaras en algún coma o algo parecido
- Coma?!.- no entendía. Tan grave fue lo que me sucedió? Y lo peor de todo es que no lo recuerdo.
Traté de recordar el ¿accidente?, pero lo único que logré fue otro gran dolor de cabeza.
- Ahh..Mi cabeza..- dije, llevando mis manos a mi nuca, sintiendo una especie de venda
- Es normal. Pronto se te pasará.- dijo el doctor
- A sí? No sabía que era normal que te explote la cabeza!
- Ya..tranquilizate, L..Mejor vuelve a descansar
Descansar? No volveré a descansar! Quiero saber quien me dejó o cómo quedé en este estado! Esto no se quedará así, y además creo que podré resistir este dolor.
La puerta volvió a abrirse. Apareció un joven, mas o menos de 24 años, con el cabello oscuro, vestido de traje. En la cara se le notaba un poco de cansancio, pero tenía mucha energía.
- Perdone..Doctor, L se encuentra bien?
- Si joven. Acaba de despertar de una forma un poco..brusca, pero se encuentra bien
- Uff..Que bien.- suspiraba.- El sustito que nos mandaste L
Susto? Y quién era él? Creo que me conoce, sino no me llamaría L así como así.
- Chicos! L está bien!
Seguido de la noticia, otras dos personas aparecieron. Uno, ya adulto, con gafas y bigote, y el otro era más joven que el primero, y tenía una gran cabellera. Iban igual de vestidos que el primero que entró, y tenían el mismo aspecto de agotamiento.
- Una gran noticia.- dijo el mayor.- Ahora podremos seguir con la investigación
- Nada de eso.- advirtió el doctor.- Sigue en un estado débil, y no debe ejercer mucho su mente. Podría causar otro desmayo, o algo peor
- L no puede hacer eso..Debe ayudarnos en el caso!.- exclamaba
- Lo siento señores, pero necesita descansar
- Yo me siento muy bien.- interrumpí.- Me siento de maravilla
- Enserio L? .- dijo el más joven.- Entonces podremos sacarlo de acá?
El doctor estaba por responder, pero volví a hablar
- Antes de que me den el alta, o que me dejen internado de por vida, quisiera saber por qué me llaman L, y no por mi nombre
Los tres quedaron boquiabiertos. No esperaban esa pregunta. Uno caminaba de un lado a otro, pensativo, llevándose la mano a la barbilla.
El silencio entre nosotros se apoderó del lugar por unos instantes..
- Entonces..- decía el mayor.- No sabes por qué te llamamos L verdad?
- Ehh..creo que no.- inseguro
- Y recuerdas algo del caso Kira?
- Kira? Caso? Que nombre más raro
Mis respuestas empeoraban sus caras. Ahora estaban más preocupadas que antes
- Una última pregunta.., Sabes quienes somos nosotros?
Medité un momento. Vi las caras de cada uno, tratando de identificarlos con algo. Sentía que los conocía, pero en verdad no recordaba nada de ellos. No sabía mi relación con ellos. No sabía si eran amigos, vecinos, hermanos? No hermanos está descartado..No recuerdo tener familiares. Vecinos? Tendría que ser muy buen vecino para que se preocupasen así de mi. Amigos..Lo dudo, no me hablarían sobre un caso, supongo que de investigación.
Lo único que quedaba eran de ser compañeros de trabajo..Pero qué trabajo? Yo trabajo? De que?!
Sólo finalicé respondiendo “No..No recuerdo nada sobre ustedes”
Esto les llegó como balde de agua fría. No lo creían. El caballero con el cabello tipo afro empezó a discutir con el mayor, mientras que el joven los veía y trataba de tranquilizarlos
El doctor quedó junto a mi, observando el espectáculo de dudas y culpas que se echaban el uno al otro..
El joven pudo separarlos, y se tranquilizaron
- Y..y que haremos ahora?!.- replicaba el del cabello raro
- No se Aizawa, tendríamos que dejar a L un tiempo más acá, para que lo revisen bien y saber que cosas recuerda
- Pero no puede estar mucho tiempo! Ya corren rumores de que está aquí, y de aseguro vendrá toda la prensa a acosarlo
Prensa? Acosarme?! Seré alguien famoso, como un cantante o modelo..Lo dudo. No tengo buena voz, y menos pinta de modelo..Que seré?
Seguía con mis dudas de quien era, quienes eran esas personas, por qué estoy en este estado, prensa? Por qué vienen periodistas a verme? Necesitaba saber por qué
Personas extrañas hablan de quien fui
Pretenden darme valor sin que sepa nada
No hay necesidad, ni siquiera de llorar
Por estar así
- Doctor..Que debemos hacer?
- Reitero que lo dejen un tiempo aquí, para hacerle unos exámenes.
- E..está bien.- aceptó el mayor, que aún no tenía idea de su nombre.- Pero será mucho tiempo?
- No lo sabemos..Todo eso dependerá exclusivamente del paciente
- Ok..entonces nos vamos.- dijo el más joven.- Adiós L!.- cerrando la puerta
Mi mente seguía y seguía dando vueltas..Realmente no entendía nada. Pensaba y pensaba que cosas recordaba..Pero había una duda mayor que resolver
- Doctor, qué me sucedió?
- Tuviste un fuerte golpe en la cabeza y quedaste sangrando. Los caballeros que acabas de ver son los que te encontraron y te llevaron al hospital.- decía mientras revisaba unos informes médicos
- Hmm.- acercando mi dedo pulgar a mis labios.- Y me puede explicar quienes eran?
- Bueno..Cuando llegaron contigo sangrando, dijeron que eran compañeros de trabajo
- Interesante..- contesté.- Y por casualidad, sabe en qué trabajo?
Esa pregunta lo tomó por sorpresa.
- Pues..aunque no lo recuerdes..eres unos de los detectives más famosos de Japón
- Enserio?!.- mis ojos se abrieron.- Y qué casos he resuelto?
- Bueno..yo solo soy el doctor, no se mucho de ti..jeje, pero en estos meses estabas resolviendo el caso Kira
- Hm..Kira...- pausa .- Bueno..Gracias doctor, si no le es molestia, voy a descansar
- Ok..- fue lo último que dijo antes de salir
Quedé solo con mis pensamientos. Con que detective eh? Que bien! Supongo que he resuelto muchos casos, sino no sería el más famoso..
Volvía el dolor. Ahora si que iba a descansar