Tiempos cruzados. por LADY_YAGAMI

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Notas del capitulo:

Capítulo 3. Entre tanto.

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Neji estaba molesto, ya no tenía heridas graves, solo uno que otro rasguño de su pelea con Naruto, el deseaba incorporarse con los demás ninjas para restablecer Konoha de la invasión, ahora en vez de eso se encontraba en una habitación de hospital que compartía con el Uchiha y el rubio, el primero recién despertó hacía unos momentos y se enfurruñaba en su cama, daba miradas de enfado a su compañero de equipo que parecía momia de tanto vendaje, de lo poco que se había enterado es que estaba en ese lugar por órdenes directas del Hokage en persona.

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Frunció el seño molesto, recordaba la batalla con Gaara, recordaba que fue sobrepasado por el poder del demonio que poseía y también recordaba que aún con todo el esfuerzo que hizo Naruto le había superado, Naruto derrotó a Gaara mostrando un poder extraordinario, convocó un enorme sapo y peleó de igual a igual con la bestia…

Naruto, Naruto, Naruto… ¿Cómo demonios había pasado eso?, ¿cómo ese tonto y mediocre desde la academia, el último de su clase, pasó de remedo de ninja a ese poderoso guerrero?, ¡inaceptable!, él era un Uchiha, el que tenía el deber de matar a su hermano, el que todo mundo decía era un genio… un genio tal como lo era el Hyuuga que ahora que ponía atención estaba en su habitación junto con el rubio, el chico castaño con mirada perla, el chico que decía que quien nacía perdedor, seguía siendo un perdedor y destinado a caer frente a personas como él, un genio, ¡genio!, ¿Qué significaba esa palabra?, se suponía que Naruto era un estúpido, un inútil que debió haber perdido en la primera batalla, pero no fue así…

Recordó cuando le preguntó a la enfermera sobre los resultados de los exámenes chunin y esta le contestara que fueron suspendidos pero habría nuevas promociones, el Hokage después de haber repelido al líder de la invasión, envió inmediatamente por el Hyuuga, ese chico y él para ser vigilados de cerca y no tenían permitido ninguna visita.

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Sus ojos claros eran símbolo de su clan y signo de que era portador de una poderosa línea sucesoria, imposible que para su vista pasara desapercibido todas las emociones que se notaban en el rostro del Uchiha, enojo y frustración fue lo que predominó, miraba con evidente desdén a su propio compañero de equipo: Naruto.

Naruto.

El motivo del caos de sus pensamientos, el que logró abrirle los ojos respecto a su filosofía de la vida, ese era Naruto.

-¡juro que te venceré!-

-¡yo no voy detrás de mis palabras, ese mi camino del ninja!-

-¡tú eres verdaderamente un genio!-

Las frases que le dijera estaban en su cabeza repitiéndose una y otra vez, preguntándose por qué no podía sacarle de sus pensamientos. Ahora mismo le miraba dormir envuelto en vendas, respirando acompasadamente mientras se encontraba sumergido en el mundo de los sueños, su rostro aniñado, sus rasgos hermosos como si hubiesen sido trazados con maestría por un talentoso pintor, piel bronceada y deseable, marcas en sus mejillas adorables, unos ojos precisos azul zafiro que, lamentaba de corazón, no poder verlos en ese momento y unos labios carnosos, sonrosados, apetecibles que invitaban a probarlos y…

¡Que el cielo se rompa y le caiga encima!, ¡por la memoria de su padre!, NO podía estar pensando en lo que está pensando, no, No y NO. ¿Rasgos hermosos, mejillas adorables, ojos preciosos y labios apetecibles?, ¿de verdad que él tenía esos pensamientos?, ¿de verdad, en un momento, había deseado besar a Naruto?

Y entonces escuchó a la enfermera referirse al de ojos azules como ‘ese chico’, el tono en que fue pronunciado, el marcado odio en esas simples palabras le detuvieron de la proverbial tanda de cachetadas mentales que se estaba dando, volviendo atrás, los médicos que le atendieron en el recinto de su torneo hablaban con la misma saña, decían que no se preocupara, que no debía de deprimirse tras su derrota, no por perder con ese monstruo. En su pecho algo se removió con dolor, sentía la ira crecer, sentía que en ese instante podría matar a la enfermera por hablar así de alguien como el ojiazul radiante y de cálida sonrisa.

Volvió a detener su tren de pensamiento, ¿realmente se había enojado en nombre de ese rubio ruidoso?, Sí, se contestó a sí mismo, y como siempre hacía analizó la situación desde un punto de vista lógico, sin dejarse llevar por sus emociones, los signos que encontró de su comportamiento encajaban bien en un diagnóstico.

Le gustaba.

Su carácter alegre, su forma de ser le cautivó desde el principio y lo que le llenaba de furia en su pelea con Hinata no fue que ella le recordara la tragedia de su padre, no era así, le molestó el hecho que él la prefiriera a ella, que la alentara a ella y aún más al percatarse que su prima hacía lo que hacía por a ella le gustaba él, eso era innegable.

Pero, había un pero, no solo le gustaba, eso que sentía en su interior, el estómago revuelto con cosquillas, la sensación de nerviosismo (no que se le notara) al estar junto a él no era solo gustar de alguien, el sentimiento se fortalecía a cada momento, se volvía más y más violento y hacía palpitar fuerte su corazón y un caos su mente. No podía negarlo más:

Me he enamorado.

Naruto Uzumaki, ¿Qué me has hecho?

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Sintió que alguien le acariciaba el rostro, abrió los ojos y lo primero con lo que se encontró fue con la imagen de su mejor amigo sentado junto a su cama y este fulminaba con la mirada al castaño que también se estaba sentado cerca suyo.

Lo último que recordaba era que se acercó a Gaara en el bosque tratando de hablar con él y luego nada.

-¿qué les pasa a ustedes?, ¿Dónde estamos?-

Bien, nunca fue muy listo pero si muy intuitivo en cuanto estados de ánimo se refiere, y si se percató del tenso ambiente cuando decidió hablar. Sasuke dejó de mirar a Neji y se volvió hacia él.

-hasta que despiertas- dijo secamente pero tomándole la mano, algo que realmente le desconcertó.

-¿te sientes bien?- ahora preguntó el castaño extrañamente sonando preocupado y acercándose a su lado para tomarle la otra mano.

-¡Muy Bien!, ¡de veras!- la sonrisa zurrona se presentó como usualmente lo hacía pero, no sabía que, algo había cambiado, la mirada de ambos se volvió cálida al encontrarse con la propia.

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Sasuke también había notado el tono con el que la enfermera le hablase a Naruto pero ella era una imbécil como las que siempre lo seguían a él y en esto estaba hasta que un instinto asesino explotó justo del otro lado de la habitación, Neji era el causante y mientras este pensaba en una forma dolorosa de matar a enfermeras molestas se dio cuenta de la sucesión de sentimientos que apenas mostraba el castaño, el moreno sabía que buscar en los ligeros gestos pues él mismo era un experto usando máscaras de frialdad; la mujer inconsciente de casi ser asesinada ahí mismo se fue del lugar pero su atención estaba fija en el de ojos claros.

En su rostro se instaló algo que no tenía antes: decisión. Sus ojos estaban fijos en el rubio y aunque no fuera experto en eso de los sentimientos supo que el Hyuuga iba por todo con Naruto, su actitud era como la de un cazador e inesperadamente, en algún punto de todo esto, algo le molestó.

Neji se levantó de su cama e ignorando olímpicamente al moreno comenzó a acariciar la mejilla de su ángel rubio con cariño y este en ese mismo instante, como impulsado por un resorte se erguió de su lecho y sujetó la mano de Naruto para enseguida querer asesinar con la mirada al otro.

Sasuke no tenía idea que estaba haciendo pero sí que lo tenía claro, Naruto era Suyo y de nadie más, mientras el mencionado eligió ese momento para despertar.

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Por fin le dejarían ver a Sasuke-kun, hoy después de tanto esperar, a pesar de haber sido capturada por la arena de Gaara ya estaba repuesta y dada de alta desde hacía un par de días. No perdía oportunidad de tratar de visitarle, apenas y recordaba que también Naruto estaba recluido ahí, pero ella solo quería agradecer a Sasuke por salvarla, llevaba una flor en la mano y en la otra una canasta llena de dango, abrió la puerta sin tocar pues tenía mucha impaciencia y ese fue su error, su querido pelinegro estaba en una situación que le rompió el corazón.

Sakura no podía hablar, frente a ella Neji y Sasuke están sobre una cama, el primero debajo del segundo besándose furiosamente, tratando de ganar la batalla de lenguas mientras Naruto en un rincón a medio vestir veía todo estupefacto.

-Sasuke-kun…- fue un susurro que nadie escuchó, cerró la puerta y tirando su flor y su canasta salió corriendo del hospital en un mar de lágrimas.

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Nagato estaba perdido en su mundo, las palabras del extraño rubio le impactaron, ¿Qué había querido decir con ‘yo tengo tu respuesta Nagato’?, y lo más importante, ¿cómo supo lo de su verdadero nombre?, frente a todos él solo dejaba ver a Pein, para colmo, secuestraron a Itachi con facilidad frente a sus narices.

Entonces una Khonan presurosa le avisó de la llegada de Itachi. Pues bien, tal vez obtenga algunas respuestas. Lo que no esperaba era ver al prodigio Uchiha vestido con una pijama azul intenso, descalzo y con el pelo suelto y enmarañado con hojas y ramitas atoradas en él, unos cuantos rasguños y lo más impactante que pudo pasarle era que se encontraba sonrojado y sus ojos negros aún manifestaban incredulidad. Después del repaso visual cayó en cuenta que el moreno llevaba agarrado furiosamente un guante en su mano derecha.

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Itachi no sabía que había pasado, despertó en un futón muy cómodo, no llevaba su ropa, en su lugar un holgado pijama de algodón, arropado tal como si lo hubiese hecho una madre amorosa, sus ojos estaban molestos, sus músculos entumidos y lo que más le preocupó fue que no podía usar su chakra de ninguna forma.

Se levantó torpemente mientras su cuerpo comenzó a reaccionar del letargo, el lugar era una habitación cálida y reconfortante, salió percatándose que no había nadie que le vigilara, toda el lugar era bañado de un poderoso chakra que impedía que cualquiera usara el suyo. Llegó a lo que parecía una salita y encontró una gabardina negra con flamas, parecida a la del cuarto Hokage tirada en el suelo junto con varias prendas que seguían un camino hacia otra habitación.

Perfecto.

Podría escapar, siendo sinceros estaba muy curioso y preocupado de lo que sucedía y quería saber acerca de su hermanito adulto pero era inteligente y sabía que en su situación actual no podría con tres ninjas que si bien no había probado su poder, sus presencias eran poderosas y más aún la del rubio que lo redujo sin problemas, además que su chakra era nulo, apenas tenía control de sus movimientos y enfrentarse en busca de respuestas era suicidio.

No que le importase mucho su vida pero tenía un objetivo que cumplir y si se arriesgaba Sasuke estaría expuesto, no era una opción dejar desprotegido a su pequeño hermano, después de todo el era la única razón por lo que vivía, lo que más amaba en este podrido mundo y que era más valioso que Konoha misma. Y pensando en su antigua aldea, según supo Orochimaru la atacó durante los exámenes chunin, debía volver para saber que pasó ahí y tal vez encontrar la solución a todo esto.

Con dificultad salió por la ventana y saltó hacia el otro balcón, estaba en un segundo piso aferrándose al barandal.

Parezco niño de academia.

Su entumido cuerpo le dificultaba las cosas, la idea era pasar de la ventana al balcón y de ahí a un árbol cercano pero la puerta que daba hacia adentro estaba abierta, podía ver lo que pasaba en el interior, aún sostenido comenzó a deslizarse poco a poco por el extenso barandal, si tenía suerte no le descubrirían porque al menos el que hacía de vigía se ocupaba… en otros asuntos más importantes y no se encontraba nadie en otro lado de esa hermosa casa de madera.

-sí, así… más, haaa, ¡no pares!-

-ya casi, siiií-

- ¡acabaré pronto!, haa, uhmmm -

Unos voces cargadas de lujuria le distrajeron, puso atención a la escena, el hombre que creía era Sasuke crecido estaba acomodado entre la piernas del castaño machacándolo sin piedad en una enorme cama, sobre el moreno, el rubio más hermoso que hubiese visto envestía con furia, casi como un animal, los cabellos largos de su hermano pequeño eran sujetados por el que le poseía mientras seguía con un vaivén entrando y saliendo del Neji adulto.

El rubio gruñía como una bestia acelerando el ritmo e imponiéndose a los dos que tenía debajo de él, tomaba el pelo suelto de su amante para poder ver su expresión de placer y una mejor visión de su otro amante castaño. Su propio cabello caía cual melena de león, salvaje y abundante entornando ese cuerpo grande, musculoso propio de un semental.

Esto descolocó al pobre Itachi que no se fijó que en el borde colgaba un guante, seguramente una pieza de ropa arrojada durante la pasión pues como en la sala, el piso tenía prendas de vestir, y también la lámpara y un buró e incluso una yukata tirada en el suelo exterior, que sin duda fue arrojada con fuerza y salió dispara por la puerta abierta que daba al balcón.

Sus mejilla se tiñeron de carmín y trató de saltar pero su mano aferrada a la baranda con el guante le hizo resbalar aterrizando muy poco decoroso sobre unos arbustos, afortunadamente para él y su orgullo el trío ni en cuenta pues en ese instante se escuchó unos gritos que anunciaban un intenso orgasmo. Todo lleno de raspones, quitándose las ramas de encima comenzó a correr rumbo al bosque sosteniendo la dichosa prenda con rabia, ¡ese miserable trozo de tela era el culpable de su desgracia! … y de su trasero adolorido pues cayó sobre sus posaderas.

Cuando ya hubiese recorrido un buen tramo se dirigió a la cueva de Akatsuki, tenía que ver a su líder, solo entonces puso atención a lo que llevaba, todo el camino había ido maldiciendo estar en esa situación, en ropa de dormir, descalzo, despeinado y nada, pero nada presentable, adolorido y taimado sin chakra e indefenso como cualquier civil.

Maldición, maldición, mil veces maldición.

El diseño dibujado en el dorso del guante era muy llamativo, una espirar que conforme giraba hacia el centro tenía los kanjis que representaban desde el Ichibi (una cola) hasta terminar con el más grande que era Kyuubi (nueve colas). Esto le alarmó.

Tengo que volver a Konoha urgentemente.

Continúa….

N/A: Este capítulo está dedicado a comenzar el romance sobre el trío Naruto-Sasuke-Neji, si algunos les parece repentino, todo tiene una razón de ser que se irá desvelando poco a poco, además quise poner en aprietos a Itachi (mi favorito). Otra cosa, Odio a Sakura por ser como es con mi Naru-chan además de una arrastrada sin dignidad tras Sasuke, ¿es que no entiende que con él jamás podrá tener nada?, en fin U.U , a pesar de eso no la haré malvada sino que la pondré en su lugar, nada más, después de todo es un personaje principal y es necesaria para desquitarme.

Saludos y espero sus comentarios.

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