Tiempos cruzados. por LADY_YAGAMI

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Capítulo 7. El ascenso, la apuesta y la redención de una serpiente.

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Naruto Uzumaki no creía lo que oía, primero que nada ese chico raro que se presentó ante ellos poco antes de llegar con el abuelo Hokage les explicó que formaría equipo con ellos, Sasuke, Neji y Sakura. Neji se incorpora para trabajar juntos porque Gai fue asignado a una misión fuera de la aldea y Tenten se incorporaba al equipo 8 para especializarse, además de sus armas en genjutsu, eso debido a las lesiones de Lee ahora trabajaban separados.

Sai era un refuerzo de los Ambu de raíz enviado por un tal Danzou… aunque todavía no lo era, el tipo le daba escalofríos cada vez que le daba esa sonrisa rara, pero dejaba de comer ramen de por vida si no lograba que el nuevo fuera aceptado por su equipo, si bien la llegada de Neji era muy inesperada ya le conocía y tenía gusto de su compañía pero este pelinegro era flanco de desconfianzas y mal humor, Sakura seguro le odiaba por decirle fea al encontrarla de salida despidiéndose de Kakashi, (y ella tenía un estado de ánimo muy decaído, ni siquiera quiso saludar a su amorcito), a Sasuke por decirle bastardo y a Neji por decirle bastardo segundo…

Bien, si que estaba muy difícil el asunto pero no se rendiría, algo dentro de sí le dijo que el pobre muchacho necesitaba de él y Naruto nunca dejaba a nadie, él protegía a todos los que pudiera, era su camino del ninja no retroceder en sus palabras; aunque reflexionando un poco la aversión a Sai de parte de Sasuke y Neji se presentó en el mismo instante en que apareció.

Debo pensar muy bien eso… después de que el viejo deje de hablar y vaya a comer mi sabroso y delicioso ramen a Ichikaru.

Por pensar en un tazón mega con doble ración de ramen casi pasa por alto la noticia:

-ustedes demostraron valor, inteligencia, liderazgo, determinación y la voluntad de fuego-

Sarotubi pronunció con una sonrisa:

– Aburame Shino, si bien no pude ver tu desempeño en el torneo, si tengo reportes de tu aportación en la invasión, Nara Shikamaru tu batalla demuestra estrategia y un gran ingenio, Hyuuga Neji, el poder y el nivel de tus técnicas te colocan como uno de los más dotados shinobis de tu clan y de la Hoja, Sasuke, digno sucesor de tu clan, la fuerza y destreza mostradas tanto en el torneo como en la invasión gratifica a la aldea y tú Naruto, él genin que más me ha sorprendido, por tu voluntad, tu crecimiento, tu determinación he decidido ascenderlos a chunin sabiendo que estarán a la altura de su nueva promoción-

Y Naruto abrió los ojos al máximo y solo recibió su chaleco de chunin con una reverencia, su voz se atoró dentro de su garganta pero el gran abrazo que le dio al abuelo Hokage lo dijo todo. Se puso a danzar cuando fue reprendido por Sasuke, el viejo aún le hablaba. Tras salir los nuevos promovidos dejando solo al rubio atrás fue informado que debía presentarse ante Jiraya en el campo de entrenamiento doce, seguiría su entrenamiento con el ermitaño del sapo.

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Tsunade salía de ese casino con los bolsillos vacíos, su fiel compañera Shizune le reñía su falta de responsabilidad cuando sin previo aviso se plantó frente a ella un rubio de lo más espectacular, en un principio creyó que veía a un fantasma, Minato, el cuarto Hokage que estaba ante ella pero luego de que detalló bien al hombre descubrió que no y deseo borrar la sonrisita de su rostro con un fuerte golpe, en su cuello colgaba su collar o uno idéntico al suyo, esto era una afrenta y el insulso probaría sus puños.

Sin siquiera medir sus actos se abalanzó contra el sujeto que esquivó con gracia, comenzó con una seguidilla de puños y patadas pero todos eran esquivados, preparó un mega golpe que fue detenido con igual fuerza por el rival y solo así, sujetada que comenzó a escuchar.

-soy un mensajero, Konoha te necesita, has sido nombrada quinta Hokage y tu sensei te está buscando, ve ahora…-

-¿Quién te crees que eres?, apareces de la nada y ni siquiera me dices tu nombre-

- para saber mi nombre tendrás que ir a Konoha… ¿te parece hacer una apuesta?, si tú me ganas en una pelea te dejaré en paz, si pierdes volverás a la aldea a tomar tu lugar como la quinta, ¿te crees capaz de vencerme?-

-¡Ja!, ¡por supuesto que puedo vencerte, Soy Senju Tsunade, una de los tres legendarios sannin, la sannin de la babosa!, ¡y por supuesto que acepto tu reto!-

La lucha de rubios tuvo lugar en esa calle donde se apartaron los transeúntes, cada uno atacaba a una velocidad tremenda y con fuerza demoledora, hicieron grandes hoyos en la calle al estrellar sus puñetazos fallidos, Tsunade aprovechó para dar una más que fuerte patada al contrario que terminó empotrado en la pared…

-¿clones de sombras?- dijo la sannin al desaparecer en una nube de humo que le distrajo un momento, él necesario para que al girarse viera algo impresionante.

Tsunade abría cada vez más los ojos a medida que su oponente ejecutaba esa técnica, lo primero que formo fue el Rasengan, que solo Jiraya y Kakashi podrían saberla, luego la esfera de luz creció de nuevo hasta que el destello azulado comenzó a sacar puntas formando un shurinken, ella se paralizó estupefacta y no se movió cuando la técnica fue arrojada hacia su dirección.

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Shizune creyó que sería el fin para su maestra, ella misma se paralizó al sentir el potente chakra concentrado en ese ataque, aunque intentara ayudarla sería demasiado tarde…

-¡TSUNADE-SAMA!-gritó desesperada solo para darse cuenta que la técnica se desvió a escasos centímetros de la sannin y se dirigiera a desintegrarse en el cielo.

Luego de esto, el extraño les dio la espalda diciendo que cumpliera su promesa mientras desaparecía en un flash de luz.

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¿Qué era lo que había pasado?, ¿Quién o qué era ese sujeto?, casi muere con ese ataque, estaba segura que lo que usó en contra de ella y al retirarse eran técnicas del cuarto Hokage, sabía que perdió y ahora cumpliría la apuesta.

-¡nos vamos a Konoha Shizune, prepara todo!- ordenó a su compañera de viaje esperando que su maestro le diera respuestas.

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Orochimaru recostado en su cama maldecía por enésima vez a los malditos chiquillos entrometidos que no solo evitaron que asesinara a su sensei sino que se atrevieron a herirle.

-¡Kabuto!-

Rugió enojado cuando el dolor regresaba, tenía que salir a buscar a Tsunade, era la única oportunidad que tenía, ese cuerpo no lo soportaría más y tendría que buscar uno nuevo, Sasuke todavía debía de crecer y entrenarse… ¿Qué tanto hacía Kabuto que no venía?, su respuesta llegó con un rubio hermoso sosteniendo al peli blanco como saco de patatas con un clon detrás trayendo consigo un cuerpo momificado cargado con un brazo y con el otro sostenía un antebrazo unido a una mano en igual estado. Parpadeó en shock.

¡Ese cuerpo es el mío! ¿Cómo demonios lo encontró? ¿Quién es ese?

Antes que pudiera siquiera moverse el hombre idéntico al cuarto soltó a su sirviente e hizo sellos a velocidad inhumana creando una barrera que le inmovilizó completamente, ni siquiera podía hablar cuando sintió que era arrastrado de regreso a su antiguo cuerpo demacrado.

Ahora que dejaba el plano mortal, separado del cuerpo que habitaba regresó en sus recuerdos hasta su juventud, recién graduado como jounin celebraba con sus compañeros que también habían aprobado el examen, Jiraya estaba de impertinente y ruidoso como siempre y como siempre era aplacado con un golpe de Tsunade, tomó su recipiente con sake para esconder una sonrisa, en esos momentos se sentía en casa con su equipo que era como una familia que le llenaba por completo y tenía ese bonito latido del corazón cuando veía a su compañero hacer pucheritos infantiles, no sabía cómo, pero de un tiempo a la fecha que se sentía dichoso solo con tener cerca al patoso peli blanco, si no se equivocaba, según lo dicho por su sensei eso era amor, amor que no se atrevía a declarar al objeto de su afecto por miedo al rechazo, sí, el más frío de los tres sannin temía y sufría mal de amores…

Entonces una presencia maligna los tomó por sorpresa en esa caballa en medio del bosque donde acostumbraban reunirse, un hombre con máscara en espiral se presentó, era muy rápido, los hirió a los tres mientras sus acciones lo delataban, él iba por Tsunade, Jiraya en un desesperado intento logró herirlo pero le costó que fuera lanzado contra un muro de roca sólida que formaba un risco cercano, la sangre tras la cabeza de su compañero le asustó porque este se quedó inmóvil.

Maldijo entre dientes y se arrojó en un ataque rabioso, Nadie lastimaba a sus amigos, mucho menos a Jiraya, el resultado fue igual al otro solo que un árbol resultaba menos duro, su visión se volvió doble, ese tipo sí que era duro, su compañera atacaba sin éxito y solo ocasionaba los comentarios burlones, el desconocido preparó un ataque extraño, en el suelo se veía kanjis rojos sangre y se concentraban en contra de la rubia, antes de que tuviera conciencia de lo que hacía se atravesó en la trayectoria de esa técnica que le impactó fuertemente y de pronto su ser se sacudió con dolor y un irrefrenable temor, temor a que su misma alma se doblegara a la oscuridad que lo absorbía…

-No era lo que tenía pensado… pero sin duda servirá, creí que la miserable aldea de la Hoja siendo destruida por la misma nieta de quien la fundó sería una agradable ironía pero tú igualmente me sirves para ese fin… aún así no puedo permitir que me recuerden, no Orochimaru, tú no puedes decir que Uchiha Madara aún vive…-

Se retorció en agonía, ese tipo los acabó con un jutsu que poco a poco encerraba esos recuerdos en su mente para jamás salir, una lágrima solitaria por fin era derramada en su mejilla, era la última que tendría, su alma se envolvió en la maldad lanzada en ese ataque para Tsunade que atajó, él ya no volvería a ser el mismo mientras caía en una espiral de sentimientos y pensamientos negativos que le llevaron a ser el hombre maligno traidor de su antes amada aldea, el temible sannin de la serpiente Orochimaru.

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Patrullaba la cueva que era su guarida, ahí tenían los experimentos más prometedores, pero su maestro no podría hacer nada, los chiquillos que aparecieron de improvisto desbarataron su plan y de paso sus brazos incapacitándolo de hacer cualquier jutsu.

Oyó un ruido de pasos acercándose y justo antes de que se diera cuenta la oscuridad le abrazó y no supo más hasta hace un momento, la imagen ante sí era tan bizarra que dudó que ya estuviera despierto, un hombre de cabellos dorados, de cuerpo y rostro bellamente esculpidos tenía a Orochimaru-sama como alma traslúcida flotando ante un cuerpo momificado que lentamente comenzaba a regenerarse, la piel dejó de parecer seca para ir tomando un tono blanco marfilado, los cabellos regresaron a un negro sedoso y saludable, de un brazo surgían venas y tendones para unirse al antebrazo con la mano faltante hasta que por fin el cuerpo totalmente sano comenzaba a absorber el alma de su maestro y finalmente tener un brusco despertar anunciado con un jadeo desesperado.

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Orochimaru se había resignado a su destino, esperaba la aparición del Shinigami para llevarlo y ser juzgado en el otro mundo, la sensación de sopor le daba tranquilidad, solo hubiese deseado que tras liberarse de ese jutsu de Madara y su verdadero yo regresara, tuviera la oportunidad de ver de nuevo al idiota ruidoso y desastroso que le robó el corazón hace ya tantos años…

Jiraya, no tienes idea de cómo te añoro.

- ¡Orochimaru!, regresa a aquí, aun no debes morir-

Una voz insistente le llamaba, entonces se sintió como si estuviera dentro de un torbellino que lo arrastraba hasta que sintió dolor de nuevo, eso le dijo que estaba con vida todavía, sus pulmones sin aire jalaron oxígeno desesperadamente mientras sus ojos se abrieron de par en par.

El sannin de la serpiente se incorporó con dificultad, debía de re-acostumbrarse a su antiguo cuerpo, unos brazos le sostuvieron y el mismo hombre que le sorprendió con la guardia baja le ayudaba, escaneó el lugar y descubrió que estaba en su propia habitación con un Kabuto anonadado en el rincón.

- Orochimaru, ¿ya puedes sostenerte solo?-

-¿Qué…? , ¿Quién eres…qué me hiciste?- su cabeza era atormentada por un caos y dolor punzante.

-te he devuelto a tu cuerpo regenerándolo, espero y no te moleste tener veinticinco de nuevo…-el rubio desconocido le dio una sonrisa zurrona que le dejó con más preguntas.

-…-

-mira, para que no te confundas, te diré la verdad, se lo que te ha sucedido, y sé que es difícil de creer pero yo no pertenezco a este tiempo, he usado un jutsu que me ha devuelto al pasado para corregir cosas que considero nunca debieron suceder, y he decidido darte otra oportunidad para que vuelvas a Konoha, tengo las pruebas para alegar que tus acciones fueron producto de ese ataque que interceptaste para salvar a Tsunade, de hecho tengo curiosidad de cómo sería el reencuentro de los Densetsu no Sannin y …-

-No sé quién eres tú, pero ¿te escuchaste?, ¿crees que podré volver así como así?- el otro volvió a sonreír y asintió.

-deja a tus experimentos libres, solo quiero que traigas contigo a Kabuto, ese chico Kimimaro, a una niña llamada Karin, al muchacho de agua Suigetsu y el joven Yuugo…-

Orochimaru abrió los ojos en señal de incredulidad, quizá si venía del futuro, quizá él tendría otra oportunidad.

-solo quiero que me digas quien eres- su ahora salvador mostró un rostro serio que cambió drásticamente sus rasgos, su aura era poderosa y te imponía respeto.

-Yo soy el sexto Hokage, tú me conoces como Uzumaki Naruto, el jinchiriki del kyuubi- y ahora sí que el sannin se quedó sin palabras.

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Neji corría al lado de Sasuke, su querido esposo tras una sesión de muy buen sexo les ordenó partir rumbo a Konoha mientras se encargaba de unos asuntitos.

Maldito Naruto y maldita su costumbre de no decirnos que va hacer.

El amargo pensamiento era del moreno que miró de reojo a su otro esposo que justamente fruncía el seño.

Definitivamente ese Naruto se ha ganado abstinencia hasta tiempo indefinido.

Sasuke tenía el presentimiento que Neji pensaba lo mismo, no en balde llevaban años de casados y hasta podría asegurar que se leían los pensamientos.

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Itachi entró al restaurante y ordenó una taza de té al igual que su compañero Kisame, la capa con nubes y los sombreros de paja les daba buena cobertura y eso se aunaba a un rostro sereno, sin emociones aunque internamente era todo un caos.

- ¡Hola!, ¿puedo sentarme?- tanto el hombre pez como el Uchiha se voltearon en dirección al que cometió la imprudencia de hablarles y eso mismo hizo que Itachi se congelara momentáneamente.

Frete a sí un chico idéntico a su hermano pero sus ojos no tenían pupilas, sus mejillas tenían tres marquitas cada una y una sonrisa zurrona adornaba su cara. Sin siquiera esperar la respuesta se sentó frente a ambos y sacó un libro ante la alerta de sus acompañantes.

-espero no ser una molestia pero mis hermanos y yo tenemos un pasatiempo, en este libro registramos firmas de famosos criminales del mundo shinobi, ¿serían tan amables de darme su autógrafo?- y amplió más su sonrisa mientras sacaba con que escribir y tendía su libro a ambos akatsukis.

Decir que se quedaron colgados más que un jamón era decir poco, Kisame frunció el seño a la par de Itachi. Pero algo dentro del Uchiha le decía que debía darle gusto al chiquillo así que tomó el libro y lo firmó para después tendérselo al hombre azul que ante las acciones de su compañero hizo lo mismo. Al terminar lo arrojó sobre la mesa en dirección al extraño muchacho.

-gracias- respondió e hizo amago de levantarse pero la voz calmada del Uchiha lo detuvo.

-te he dado lo que querías, ahora responde a mi pregunta, ¿cómo te llamas?-

- Namikaze Itachi- dijo con chulería para desaparecer en un flash.

El pelinegro Akatsuki parpadeó en shock, hizo una rápida conexión con los hechos anteriores y llegó a una conclusión.

¡Ese era mi sobrino!, estoy seguro que es hijo del Sasuke adulto que me cayó encima…

A diferencia del rubio que utilizó esa técnica, el menor de los Itachi dejaba un casi imperceptible rastro de chakra que solo un muy experto shinobi podría seguir y el Uchiha se aprovechó de eso, dejó dinero en la mesa y salió con Kisame detrás preguntando qué había pasado sin importarle en lo más mínimo que fue detectado por Kakashi, Asuma y Kurenai.

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Sasuke ya había terminado con su misión del día, ahora que era un chunin tenía más responsabilidades y también era asignado a deberes que podría completar solo como era hoy, se sentía contrariado, ya había asumido sus sentimientos por Neji Hyuuga y Naruto Uzumaki y se podría decir que el castaño sentía lo mismo que él, el único problema era ¿cómo lograr que el rubio se le uniera?

Sus manos en los bolsillos con los hombros ligeramente encorvados en una mala imitación de Shikamaru, sentía que cargaba al mundo encima, tenía enredos amorosos que entorpecían su venganza, ¿Quién sino él podría matar a su hermano mayor?, Itachi no moriría por obra y gracia de Kami- sama…

Volvió a fijar la vista en el puente que cruzaba el canal, tal vez su mente le estaba jugando malas pasadas y alucinaba pero ese que iba ahí era el motivo de sus pensamientos.

¡Itachi!

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CONTINÚA…

Notas finales:

aqui empieza a tomar forma de lo que quiero decir, tal vez algunas les gustaria mas del trio y ahi voya allegar, (tengo una mente pervertida), pero necesito explicar algunos sucesos antes, creo que me saldré de lo típico que es esconder que vienbe del futuro y en proximo capitulo un encuentro de los sannin y los uchiha.

espero les guste.

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