Capítulo 8. Reencuentros.
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Jiraya dejó el campo número doce para dirigirse a las afueras del muro de la aldea para llevar a Naruto de entrenamiento a un río cercano, creyó que tal vez era el sol o los golpes que recibió cuando hacía sus investigaciones y su alumno lo descubrió gritándole a todo pulmón le afectaron pero la que se acercaba a las puertas de la villa era sin duda su antigua compañera Tsunade acompañada de otra mujer de cabello obscuro.
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Tsunade se acercaba más a su aldea y quiso el destino que se encontrase con Jiraya, el hombre la miró como si viese un espejismo pero eso no le preocupó lo que si le llamó la atención fue el pequeño shinobi que le acompañaba, esos rasgos tenían que concordar con el que la retó en el festival, no sabía cómo pero esas marcas en sus mejillas tenían mucho que ver.
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Naruto dejó de andar en el instante que ero-sennin se detuvo, frunció el ceño en confusión cuando su sensei veía a la mujer rubia aproximarse a ellos, no sabía porqué pero la atención de ella se concentraba en él y eso le ponía nervioso.
De improvisto, varios ninjas desconocidos aparecieron y cargaron en contra suya, la consternación creció y se defendió como mejor pudo pero eran demasiados, las alertas sonaron y ninjas de la aldea se concentraron para comenzar una batalla pero no pudieron acercarse, una barrera invisible los retenía a distancia sin que pudieran ayudarles, tal vez ero-sennin era un muy buen shinobi pero ellos tenían la ventaja numérica.
Un enemigo iba a cortarle la cabeza con una katana cuando la rubia que recién llegaba le dio un gran golpe que lo hizo chocar contra la barrera dejándolo carbonizado en el acto.
Suspiró aliviado y su vista se fijó en las puertas de la aldea, muchos ninjas intentaban pasar, incluso el tercer Hokage ya estaba ahí con su uniforme de batalla y un bastón negro y grande con que golpeaba desesperadamente la pared invisible. Hubo unas explosiones y aparecieron dos grandes criaturas, una era Gamabunta, el jefe sapo y la otra era una babosa de voz suave, ambas tenían en su cabeza a sus invocadores.
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Sarotubi recorría las calles de Konoha supervisando la reconstrucción de la villa cuando escuchó la alarma, sin pensarlo convocó a Enma el Rey mono y lo convirtió en su bastón de batalla, se ajustó su uniforme y corrió a la entrada principal, descubrió con asombro que muchos combatían con Jiraya y Tsunade, la desaparecida kunoichi, otra mujer también peleaba lanzando sembones con ayuda de un disparador pero se dio cuenta que los enemigos iban contra Naruto.
El se horrorizó, No Podía permitir que eso pasara o no tendrían ningún futuro, el hijo de Minato era Muy importante, comenzó a aporrear el muro invisible con urgencia, Naruto debía recibir ayuda pronto.
Apareció Gamabunta y Katsuya, invocaciones de sus antiguos alumnos y eliminaron a varios, casi podía respirar tranquilo hasta que tres monstruosas invocaciones parecidas a insectos rugieron, cada una se fue contra el sapo y la babosa que tenían la desventaja, el tercer monstruo se acercaba peligrosamente al jefe sapo amenazándolo con sus extremidades que recordaban a la mantis.
Inesperadamente la invocación fue detenida por la envestida de una enorme serpiente. Sarotubi quiso patear de frustración, Mandra había surgido con su maestro en su cabeza.
¡Orochimaru no!
- ¡Ni se te ocurra!- dijo el sannin de la serpiente alejando del peligro a su compañero y les sonrió sin malicia – aunque no lo crean vengo en son de paz-
El tercero creyó que no debía dejarse llevar por las palabras de su más decepcionante alumno pero sonó muy sincero, como antaño cuando su equipo era el más efectivo de la aldea.
Mandra, Katsuya y Gamabunta se miraron de frente confrontándose como sus amos, ignorando momentáneamente el peligro, las miradas que cruzaron lo dijo todo, Sarotubi no tenía duda, iba a presenciar una vez más una batalla librada por los tres sannin como equipo.
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Las criaturas se esforzaban en proteger a Naruto, Orochimaru utilizaba su invocación para defender al rubio, quizá era muy joven ahora pero le debía mucho y era el futuro de Konoha, si quería redimirse por sus errores tenía que empezar ahora.
Sus compañeros se unieron en una lucha formidable como hacía mucho no hacían, la meta en común era proteger al nuevo alumno de Jiraya. Sus esfuerzos se vieron gratificados cuando las invocaciones atacantes se desvanecieron en una nube de humo al ser mortalmente heridas, los ninjas restantes se concentraron dispuestos a seguir con su objetivo hasta que una presencia se hizo notar.
Orochimaru no tenía duda de quién se trataba, tenía la seguridad que no había intervenido porque quería que se reencontrara con sus antiguos compañeros de equipo pero ya era suficiente de problemas.
El futuro Hokage apareció en toda su gloria aterrizando enfrente de la barrera destrozándola en el instante, su gabardina negra con flamas ondeaba al viento, sus cabellos largos y dorados enmarañados enmarcaban su rostro, las marcas en sus mejillas le daban un toque sexy, su cuerpo bien trabajado saltaba a la vista y su presencia poderosa invitaba a verlo.
Al sannin de la serpiente no le debería de sorprender pero aún así…
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Gamabunta con espada desenvainada esperaba cualquier signo de hostilidad, el recién llegado, tenía un parecido asombroso a Minato como para pasarlo por alto y un chakra enorme, el jadeo sorprendido de Jiraya era una muestra de reconocimiento, sin saber que esperar detuvo su avance apuntándolo con el filo de su espada pero él no hizo ningún movimiento de atacar sino que le lanzó un pergamino a su invocador recibiéndolo automáticamente y que al leerlo hiso que se fuera de rodillas.
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Jiraya no daba crédito a lo que veía en el pergamino, esa era una técnica de sellado muy avanzada y prohibida, en la desaparecida aldea del remolino se condenó pues era empleada en enemigos para convertirlos en marionetas de sus más malvados instintos haciéndolos villanos que podían ser cazados o asesinados más tarde sin ningún tipo de represalia para quitarlos de en medio o también para que efectuara el trabajo sucio de otro.
Más abajo se dibujaba el sello de cancelación para el bloqueador de recuerdos que se activó con un poco de su sangre, era obvio que el Naruto del futuro quería que lo hiciera y después de eso una serie de imágenes de una batalla lo asaltaron, el hombre de la máscara, sus técnicas, Tsunade… todo tenía sentido.
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La sannin de la babosa expectante observaba las acciones de sus antiguos compañeros y el conocido que se presentó como mensajero de Konoha, estaba a punto de estallar para pedir una explicación cuando Jiraya le lanzó el pergamino que hace poco le fue entregado, unos gestos bastaron para que tocara con su dedo herido el sello que antes fue manchado con sangre…
Su mente liberó todo, Uchiha Madara, el asalto en la cabaña, Jiraya protegiéndolos y acabando seriamente herido luego Orochimaru atravesándose para recibir el ataque destinado a ella, ¡oh, por Kami!, si no fuera por su compañero… ella hubiese sido la que traicionara a su aldea… ella debía de estar en el lugar de Orochimaru… ella…
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Iruka era uno de los que habían tratado desesperadamente de desbaratar la barrera, él quería ir a proteger a Naruto, su querido alumno pillastre, para él, el pequeño rubio era todavía un niño, no le interesaba que ahora mismo ya poseyera su mismo rango, casi se calmó cuando se percató de quienes estaban protegiéndolo pero al aparecer Orochimaru las alertas en su mente se encendieron como focos rojos, aunque el sannin renegado parecía ayudar no daba nada por sentado y perseveró en sus intentos hasta que llegó el otro sujeto imponente que dejó a los ninjas que atacaban restantes a la expectativa, como congelados en su sitio, les observó detenidamente, ellos tenían un mono negro, gafas y una especie de mascarilla, no se podía ver ningún lado un Hitai-ite de alguna aldea.
Su frente se arrugó mientras probaba de pensar en frío, el desconocido rubio le dio un pergamino al sannin del sapo y luego a la sannin de la babosa que literalmente los dejó fuera de batalla, ya se preparaba para lanzarse de cabeza al peligro y traer a su ex alumno de ese lugar a la seguridad de la aldea cuando el hombre desapareció ante los ojos de todos para reaparecer sobre Gamabunta y crear una horda de clones que formaban la conocida técnica del cuarto Hokage destrozando por completo a los atacantes sin que tuvieran ninguna oportunidad, lo único que alcanzaron a hacer es a expresar un miedo desmedido hacia el rubio.
El sonrió grandemente a todos y se abrió camino entre la multitud que no dejaban de verlo como un fantasma, fascinados y sorprendidos hasta llegar al tercer Hokage y saludarlo para después revelar una verdad que sacudió a los presentes; que un enemigo desde los tiempos del primer Hokage amenazaba la aldea y pretendía usar a la legendaria médico ninja para sus fines con una técnica prohibida, que Orochimaru la interceptó y por eso sus acciones posteriores, que estaba en su antiguo cuerpo y que venía en paz a confrontar las consecuencias de sus actos.
En resumen, venía a volverse de nuevo un shinobi de la Hoja dispuesto a corregir sus errores y vengarse del maldito que lo usó… su cabeza dolía con tanta información y no quería imaginarse como le estaría yendo a los involucrados directos.
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Itachi corrió al lugar donde encontraría al chiquillo que creía era sobrino suyo, en su premura no se fijó de la otra persona que le seguía y acortó el camino para cerrarle el paso, el resultado, un choque de tres personas, Sasuke, el otro muchacho y él.
-aaaaaaah- gritó el moreno con marquitas. La voz hizo que pusieran atención los demás al chico que se sobaba su cabeza, en verdad que en ese momento se parecía a su padre rubio – duele… ¡fíjate por dónde vas!- y cuando se percató con quienes tropezó se quedó sin habla.
Sasuke saliendo de su estupor lo atacó, empezó a gritarle cosas como que él tenía la culpa y que no debía de usar trucos como ese clon para atormentarlo.
-¡NO PELEES PAPÁ!, ¡DEJA AL TÍO ITACHI QUE ES INOCENTE!- el chico usó sus manos para cubrirse la boca, pero esas palabras confirmaron sus sospechas. Su hermano se paralizó y su cara formó un rictus de odio, se giró para cargar con furia a su parecido solo para que el otro le respondiera activando su sharingan también pero este destacaba porque sus ojos emitían un fulgor como si de repente las pupilas que aparecían en sus ojos fueran hechas de material fluorescente.
Sasuke se enfadó más y utilizó un jutsu de fuego para ser imitado al instante por su contrincante, Kisame harto de todo y de no comprender sacó su espada y atacó sin él poder hacer nada de la sorpresa, el hombre azul los iba a matar…
Un sonido metálico resonó en el lugar, otro hombre moreno, de rasgos bellos y mirada de hielo portando una gabardina negra con el símbolo Namikaze en rojo detuvo el golpe con su propia katana. Después los ojos del tipo se hicieron rojos con la activación de un sharingan más avanzado, al instante Kisame se derrumbó en el suelo inconsciente.
-¡Namikaze Itachi, estás castigado!- fue lo primero que dijo y el mencionado dejó caer los hombros, bajó la cabeza y emitió un quejido que daría un condenado a muerte.
- Pe-pero papá, puedo explicarlo…- una simple mirada le silenció para que de nuevo contemplara el piso y pateara una piedra imaginaria.
- Itachi, vamos a aclarar esto de una vez- el moreno se tensó al oír la voz aterciopelada del Sasuke mayor, su hermanito del futuro, esta vez sabía que no podía escapar.
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Sasuke atacó al otro parecido a él creyendo que era un truco de su hermano, la aparición de otro sharingan le molestó, estaba llegando muy lejos…
El tipo azul se lanzó contra ellos y no podrían esquivar al ataque pues se enfrascaban en una cerrada contienda de taijutsu cuando fueron rescatados por otro sujeto que también usó un sharingan diferente y dejó en el piso al hombre azul, este encaró a su hermano mayor y si no se equivocaba había dicho Namikaze Itachi cuando reprendió al otro.
No debía de haber mirado de frente a esos ojos.
Ahora se encontraba en un campo de batalla donde se veía a sí mismo mayor que ahora, un joven de tal vez quince o dicaseis años, su cuerpo herido apenas se sostenía, su hermano se acercaba y con él acrecentaba el miedo, cuando creyó que le serían arrancados los ojos, Itachi solo le golpeó la frente con su dedo índice, de la misma forma en que lo hacía cuando niños.
‘¡en esta ocasión, no habrá próxima vez!’
La voz casi apagada de su hermano se esfumó por completo y seguidamente se desplomó para caer muerto con una sonrisa…
El lugar se distorsionó para situarse en una cueva oscura donde un hombre con máscara se revelaba como Uchiha Madara, le decía la verdad de su clan y comenzó a gritar como su homólogo mayor desesperadamente negando los hechos pero las pruebas estaban ahí.
Itachi era inocente.
Fue usado por los viejos de la aldea.
Venganza.
Toda Konoha tenía que pagar por la vida de Itachi.
Luego Sakura queriendo asesinarlo después de derrotar a ese viejo despreciable que se implantó ojos Uchihas y la llegada de Naruto evitando la muerte de la peli rosada.
‘No seré el héroe que te mate Sasuke’
‘cuando llegue el momento, moriré contigo’
Sasuke no reconocía al serio y muy determinado rubio que se plantaba enfrente, Konoha parecía estar en reconstrucción como si hubiese sido arrasado por un tornado pero eso le era indiferente, su objetivo era no dejar ni el recuerdo de esa aldea.
La batalla fue brutal pero Naruto le superó, usó un mega ataque chidori combinando sus ojos, un guerrero esqueleto le protegía mientras llamas negras parecían devorar todo a su paso y su espada a punto de incrustar el cuerpo de su amigo que no solo la esquivó sino que el fuego se arremolinó en torno al rubio que sacaba nueve colas de chakra rojizo y que hizo suyo en un ataque que desbarató su barrera esquelética, luego un shurinken de viento devastador le golpeó para dejarlo moribundo.
Naruto lo alzó en brazos y usó su chakra para salvarlo no solo de las garras de la muerte, su sonrisa le devolvió la luz y lo salvó de sí mismo.
Descubrió su amor por su amigo, descubrió su amor por Naruto.
Y entonces regresó a su presente con su rostro bañado en lágrimas incrédulo y dolido, ¿Qué fue todo eso?
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Continúa…