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El ascenso por Seiken

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Capitulo 7: Engaño.

Primitivo no podía creer lo que decía Megatron, sacrificaría cualquier victoria decepticon por tener la suya, aunque conociéndolo como lo hacía era obvio que no se había tomado tanto trabajo para organizar una rebelión predacon para simplemente retirarse una vez que había triunfado — no sacrificare mi victoria por la de mi antecesor… no, Primitivo, no…

Megatron observándolo de reojo espero su respuesta sintiendo la mirada de los autobots en ambos, escuchando como Ratchet, un medico autobot al escucharlo hablar pronuncio entre dientes — Ese predacon tiene serios problemas en sus circuitos…

Tal vez estaba loco, probablemente había algo muy grave en sus circuitos que lo hacía actuar de la manera en la que lo hacía, pero no decían también que con la grandeza y el poder llegaba siempre la locura, pues bien, era un precio que estaba dispuesto a pagar.

Optimus Primitivo acepto la propuesta de Megatron para discutir en un campo neutral más por el bien de Dinobot que por pensar remotamente que el tirano predacon compartiría la información que tan celosamente estaba recolectando en el pasado.

Una vez a solas y tras escuchar las rotundas quejas que Dinobot pronuncio al saber que sería abandonado como garantía del momentáneo cese al fuego en la base Autobot, a petición de Prime, Optimus Primitivo decidió saber antes de que Megatron comenzara con sus estratagemas de conquista, porque se negaba a dejarlo ir — ¿Por qué no lo dejas ir?

Megatron al escuchar esa pregunta fingió ignorancia, respondiéndole tratando de que Optimus se explicara mejor, instándolo a continuar con un ademan de su mano derecha — No sé de qué estás hablando… Optimus Primitivo, tal vez debas explicarte mejor… si.

Optimus entrecerrando sus ojos le respondió cruzando sus brazos delante de su pecho con molestia — Sabes exactamente de que estoy hablando… ¿Por qué no permites que Dinobot descanse en paz? Lo que sea que haya existido entre ustedes término hace mucho tiempo Megatron.

Megatron al escuchar esa pregunta de los labios del que sabía era su rival en más de un campo de batalla le respondió molesto, acercándose a Optimus lo suficiente para poder percibir el movimiento de sus censores — No ha terminado y no terminara hasta que yo lo diga, Primitivo… No… él es mío.

Optimus le respondió arqueando una ceja al escuchar esa respuesta, sorprendiéndose al ver que Megatron perdía la paciencia, una reacción poco característica en su némesis — Terminó cuando decidió seguir mi mando Megatron, cuando tu lo asesinaste… dos veces…

Megatron tranquilizándose un poco le respondió minimizando los intentos de Dinobot por alejarse de él, porque no había nada más claro que cambiar de facciones para terminar con un amante o lo que tuvieron, respondiéndole — Esas fueron rupturas momentáneas que no volverán a ocurrir… Dynamo es diferente al traidor… es leal a mi causa Primitivo, si.

Optimus le pregunto ignorando la furia de la bestia que aun formaba parte de sus circuitos, con la que ya había lidiado en Cybertron, ya que Megatron había demostrado en más de una ocasión el nulo interés por sus seguidores como para permitir que un joven confundido dependiera de él para sobrevivir — ¿Piensas que por un momento permitiré que a este también lo asesines?

Megatron al escuchar esa pregunta le dijo con cierta burla, conociendo perfectamente que Optimus había descubierto los candados de seguridad en la memoria del Dynamo, los que una vez activados borrarían su memoria de manera absoluta — Si no quieres que muera, Primitivo… No juegues con su memoria, no… si lo dejas solo vivirá mucho tiempo… hasta reinara a mi lado...

Dynamo era un esclavo, un mero peón en sus juegos enfermos y permitir que aquello ocurriera estaba en contra de todos sus principios, ya fuera Dinobot o no, jamás podría permitir que un Cybertoniano fuera utilizado de esa forma.

Optimus al escuchar esa respuesta no pudo más y sujeto a Megatron de los hombros diciéndole furioso, sorprendiendo al predacon que no esperaba que él de todos los Cybertonianos actuara de esa forma — Si estas tan seguro de eso Megatron ¿Por qué colocaste esa atrocidad en sus procesadores de memoria?

Megatron no respondió a su pregunta, únicamente el odio que reflejaban sus ojos se incremento al mismo tiempo que sujetaba las muñecas del maximal que osaba tocarlo — Si en serio crees que permanecerá contigo por su propia voluntad…

Megatron se soltó de las manos de su némesis diciéndole con lo que pensaba era obvio, tan cierto como el día y la noche, porque Dynamo era un guerrero predacon y lo que le ofrecía era la gloria que siempre había deseado — El permanecerá conmigo Primitivo, esta vez no permitiré que lo confundas con tus estúpidas ideas maximales… No… Dynamo no será engatusado por una sonrisa amable o un falso interés por sus opiniones…

Optimus le respondió aun completamente furioso, ignorando los deseos incontrolables de comenzar una batalla allí mismo, eso lo único que causaría sería que Dynamo desconfiara aun más de él y necesitaba ganarse su amistad de alguna manera — Dinobot te abandono mucho antes de volverse un Maximal…

Megatron en ese momento sonrió de manera benevolente al mismo tiempo que sus ojos reflejaban un odio inimaginable, casi como si estuviera observando con sus propios censores ópticos lo que pronunciaba con furia controlada — Sólo estaba confundido, pensó que los había llevado a la ruina en un planeta equivocado pero la historia demostró que yo estaba en lo correcto, sí… y si hubiera permanecido conmigo algunos ciclos más el lo habría descubierto con sus propios censores ópticos… pero no… tu lo engatusaste… Primitivo.

Optimus había escuchado esas mismas palabras de Dinobot por lo cual no pudo contradecir a Megatron cuando las pronuncio con los dientes apretados, solo escuchar el discurso delirante de su némesis, el que se imaginaba se había repetido tantas veces que ya parecía creerlo — pero tú lo aprovechaste Optimus Primitivo… si… Tú le utilizaste para tus propios fines… el ímpetu, sus errores, su inocencia, su cuerpo, su chispa… ¿O me equivoco?

Megatron podía ver a su némesis utilizando las mismas palabras que él uso cuando Dinobot era joven, cuando lo sedujo para seguirlo en su campaña por restaurar el poder predacon, sus manos sobre su cuerpo diseñado para el combate, sus chispas uniéndose obscenamente a sus espaldas, esas imágenes lo enloquecían provocando que su odio fuera mayor, un odio que en ciertas ocasiones no podía controlar — No… sé que no lo hago y es por eso Primitivo que disfrutare cada segundo de tu sufrimiento… Si… porque su imagen te lo recordara todos los días que dure esta misión y al finalizarla te darás cuenta que me prefiere a mí sobre cualquier Maximal… especialmente tú…

Optimus le respondió sintiéndose enfermo, Megatron estaba torciendo lo que compartieron y no lo permitiría, no al escuchar esas mentiras, no cuando su recelo se convirtió en confianza y después en amistad, no cuando esa amistad se convirtió en afecto, una diminuta llama que ardió dentro de su pecho transformándose en amor, en una sola noche perfecta — Dinobot…

Megatron lo interrumpió antes de que pudiera defender su amor por el guerrero indomable, pronunciando recuperándose de su pérdida momentánea de control — Su nombre es Dynamo… y sabe todo sobre ti… por lo menos lo importante… si.

Al escuchar esa respuesta Optimus le pregunto con enojo, era obvio que había torcido su relación, podría aventurarse a decir que hasta cambiando lugares e historias, de ser así el afecto que aun existía por él estaba siendo utilizado por Megatron — ¿Qué le has dicho?

Megatron respondió recordándole el motivo de su momentáneo cese al fuego — Todo lo que debe saber sobre ti, Primitivo… si, pero no estamos aquí para hablar de los viejos, no… estamos aquí para compartir información…

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Dynamo estaba nervioso, caminaba de un lado a otro de su celda sin escuchar las palabras del médico autobot, él deseaba hacer algunos análisis en sus bancos de memoria para saber cómo reparar un supuesto daño en sus procesadores.

No lo permitiría, ningún autobot jugaría con sus recuerdos y sin Megatron presente no escucharía ninguna de sus palabras mentirosas, los archivos de historia que había leído, las memorias de su maestro eran claras, no podía confiar en ellos.

Megatron no lo había dicho en voz alta, pero cuando le ordeno permanecer en esa base como un rehén de los autobots, supo que no debía escucharlos, él debía ser fuerte por la gloria predacon en manos de su maestro.

Ratchet estaba cansado de intentar hacer entrar en razón al joven Predacon, era inútil, había intentado iniciar una conversación con él una docena de veces, tratar de explicarle la clase de peligro en la que estaba, sin embargo, parecía estar hablando con una pared.

Cuando por fin detuvo su incesante caminar en el interior de la celda no fue por que decidiera escuchar sus palabras, sino todo lo contrario, al entrar Mikaela sus censores parecían perdidos en alguna clase de niebla, probablemente sus recuerdos que se negaban a permanecer dormidos.

Mikaela se acerco a la celda con lentitud observando a Dynamo perpleja, cuando este por fin despertó de su ensoñación le dio la espalda como si tratara de ignorarla, sin embargo, ella no permitiría que el Cybertoniano que la salvo de las esquirlas se fuera sin ser agradecido por eso — Hola…

Dynamo le observo de reojo con los brazos cruzados tratando de ignorar las imágenes que titilaban en su memoria, todas ellas de criaturas completamente diferentes a esta pero por alguna razón pensaba que eran parecidas — Quería agradecerte lo que hiciste por mi…

Estaba solo en medio de una selva, el fuego cubría las hojas de lo que antiguamente era una aldea de criaturas indefensas al inimaginable poder de sus atacantes entre ellos un Cybertoniano de fuselaje morado, esa masacre había sido su culpa o eso pensaba, él le había entregado un disco dorado que los llevaría a la destrucción aunque ellos le llamaban victoria, su honor debía ser limpiado y lo hizo.

Dynamo comenzó a sentir algo de dolor conforme las imágenes tomaban alguna clase de secuencia, con un final que no podía ser posible, porque alguien que se parecía a él yacía muerto en esa misma selva en donde limpio su honor.

Repentinamente un dolor agudo, una descarga eléctrica lo derribo al suelo cuando sus rodillas no pudieron sostenerlo, al mismo tiempo esas extrañas imágenes desaparecían una por una, como si fueran borradas de sus bancos de datos.

Dynamo al sentir las manos de la humana sobre sus hombros se petrifico, quien la había dejado entrar — ¿Estás bien?

Dynamo sacudió su cabeza como si tratara de hacer lo mismo con sus recuerdos y el pasajero dolor que desaparecía junto con ellos respondiéndole — Si… y no tienes porque agradecerme, hice lo que mi honor me exigía…

Mikaela colocándose enfrente del predacon le respondió colocando una mano en su mentón intentando que le mirara directamente a los ojos, — Nunca he conocido a un Decepticon que se preocupe por una humana… o que tenga honor.

Dynamo volteo repentinamente respondiéndole acercándose un poco más a ella, de tal forma que sus rostros estaban a meros centímetros de distancia — No soy un Decepticon… soy un… Predacon y… yo tengo mi honor.

Mikaela le sonrió entonces respondiéndole ignorando el enojo del predacon, no sabía porque no lo encontraba amenazante, probablemente estaba arriesgándose demasiado al estar en la misma celda que él — ¿Tu nombre es Dynamo verdad?

Dynamo asintió encontrando inquietante la satisfacción que sentía con solo observar a la mujer humana, no sentía ninguna clase de atracción por ella y sin embargo, al verla sentía como una especie de triunfo personal se apoderaba de su chispa, debía estar volviéndose loco — ¿Qué es lo que deseas?

Mikaela había escuchado lo que Optimus y Ratchet habían conversado acerca del peligro en el cual se encontraba el predacon, así que intentaría brindarle la ayuda que él sin conocerla siquiera le brindo, poniéndose en peligro, rindiéndose cuando fácilmente pudo haber escapado si no se hubiera preocupado por su seguridad — Me gustaría ser tu amiga.

Dynamo entrecerró los ojos comentándole con desconfianza, alejándose varios pasos de la mujer, tratando de mantener cierta distancia entre ellos — Eres una de las mascotas de los Autobots…

Al escuchar su respuesta Mikaela le corrigió colocando sus manos en su cintura — Soy su amiga, no una mascota, Dynamo…

Dynamo le espeto entonces — ¿Por qué debería confiar en ti?

Ella se había dado cuenta que el honor era sumamente importante en la vida del predacon y creyendo que esa era la mejor manera de ganarse su amistad, decidió utilizarla para ganarse su confianza, así que le respondió — Tu salvaste mi vida, mi honor me exige devolverte el favor.

Dynamo asintió, el honor era una palabra que comprendía, un sentimiento que lo hacía sentirse grande, poderoso a pesar de no saber cuál era su camino, el motivo de su existencia — Sólo quería que supieras que si necesitas ayuda puedes contar conmigo…

Dynamo le pregunto arqueando una ceja confundido, preguntándose porque todos pensaban que necesitaba ayuda, era como si temieran lo que Megatron haría con él una vez que ya no le fuera útil, un sentimiento que a veces lo atormentaba — ¿Para qué necesitaría tu ayuda?

Mikaela le respondió entregándole un dispositivo autobot, un comunicador que Ironhide le había entregado para que se comunicara con ellos si alguna vez estaba en peligro, el cual generaba una llamada de auxilio que podía ser escuchada en todo el planeta y a la cual respondería cualquiera de los suyos — Mi nombre es Mikaela… no humana, y sobre la ayuda no se… cualquier cosa que necesites.

Dynamo guardo el dispositivo con precaución, temiendo que fuera una trampa, ella lo confundía, era como una versión actualizada de las criaturas de sus sueños, se preguntaba si era miembro de la especie que evoluciono de las de sus sueños.

Mikaela retrocedió solo un paso cuando el predacon toco con las puntas de sus dedos su mejilla pronunciando — Eres tan diferente y al mismo tiempo…

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Optimus y Ratchet observaban el intercambio entre el predacon y Mikaela sorprendidos, sin entender porque no había escapado o intentado lastimarla, sin embargo, tras protegerla en esa base algunas horas antes era obvio que no la dañaría, por eso se arriesgaron a dejarla conversar con él.

Los resultados de los análisis de Ratchet eran significativos, cada vez que parecía recordar una parte de su procesador era atacada por el virus infiltrado en sus sistemas, era como un gusano que se iba comiendo sus recuerdos con forme emergían de su chispa.

Megatron era un genio al reconstruir el cuerpo de un guerrero caído en acción reviviendo su chispa y era un monstruo al crear los candados que le evitarían recordar la esencia misma de su ser.

Prime se aventuraba a decir que era peor que su propio enemigo, porque donde Megatron primero se preocupaba relativamente por sus soldados, por el bienestar de los decepticon, este predacon no lo hacía.

El daño en los procesadores de Dynamo podría ser mortal y permanente, como si hubiera freído sus sistemas, aun así no le importaba.

Sin embargo a pesar de los candados su chispa se negaba a permanecer dormida, de lo contrario su comportamiento con Mikaela no sería el mismo, parecía querer protegerla, cuidar de ella solo por ser un ser humano, como lo haría un guardián.

Prime esperaba que su homónimo pudiera salvar a este joven de la destrucción, de lo contrario sería un final realmente triste.

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Si querían alcanzar a las semillas de Unicron como Megatron así les llamaba debían partir enseguida, eso significaba dejar atrás a sus antepasados en otra de las históricas batallas del pasado, no podía decirles los planes de los decepticons ni las bajas que habría aunque pudieran evitarse, porque de esa forma el futuro de su planeta estaba en juego.

Megatron lo sabía, ese miedo era la mayor carta del triunfo que guardaba en su mazo, porque si cambiaba el futuro significaría que los decepticons podían tener posibilidades de ganar la guerra facilitando su victoria o en todo caso dándole armas con las cuales no contaba en su época.

Podrían perder la guerra y aun así el futuro seguiría siendo el mismo, la misma rebelión, la misma traición que los llevo a la guerra de bestias, realmente no le importaba, aunque el aseguraba lo contrario, con Megatron era imposible saberlo.

Solamente el destino les daría la respuesta a sus preguntas, le daría la victoria a Megatron o se la arrebataría de las manos como siempre ocurría, le devolvería a Dinobot o lo entregaría a los brazos del tiránico predacon para que posteriormente fuera destruido.

Lo único que importaba en ese momento era no permitir que el futuro cambiara y aun así seguía preocupándose por el destino de Dinobot, temiendo que fuera destruido, deseando poder saber qué decisión debía tomar.

Al regresar a la base del sector siete sus ojos fueron saludados por una imagen que no creyó posible, allí estaba él en compañía de Mikaela, la que fuera por un tiempo la pareja humana de Sam Witwicky.

Ella parecía haber entablado alguna clase de relación con Dynamo, quien le miraba perplejo, respondiendo con tranquilidad a sus preguntas, su aprecio por la raza humana era visible en aquella reunión.

Por el rabillo del ojo pudo ver la furia en el rostro de Megatron, parecía que no había tomado en cuenta el motivo por el cual había sido destruido las dos primeras veces, el factor humano en su destino.

Pero aquí estaba Dinobot hablando con una humana, confiando en ella si su postura descansada significaba algo, bien, parecía que Megatron desestimo la fuerza de su chispa que sin recuerdos aun seguía protegiendo a la raza de Sam Witwicky, ignorando las historias de su amo.

Mikaela era una mujer hermosa, inteligente y muy valiente, una de las piezas clave en la gran guerra, la clase de mujer que podía llamar la atención de cualquier humano o Cybertoniano, una joven que a juzgar por la mirada de furia de Megatron ya se había ganado su odio.

Dynamo al escuchar el sonido de sus pasos les observo fijamente y sonriendo se acerco a Megatron preguntándole — ¿Todo está bien, Megatron?

Optimus estaba preparado para detener a Megatron si acaso decidía actuar conforme al enojo que se veía grabado en sus facciones, que aparentemente solo él podía ver, aunque tal vez Mikaela lo hacía, sin embargo, ella no retrocedió sino por el contrario permaneció derecha esperando cualquier clase de amenaza del Predacon.

Megatron escondió nuevamente sus sentimientos respondiéndole a Dynamo con calma y dedicación — Si… Dynamo si…

Dynamo asintió sin explicarle que estaba haciendo en compañía de la mujer humana, en vez de eso observo con suspicacia a Optimus, quien parecía tranquilo — pero vamos Dynamo… tengo que conseguirte ropa decente, esos trapos verdes no son agradables, no…

Dynamo al sentir el brazo de Megatron rodear su cintura dejo escapar un ligero suspiro a causa de la sorpresa, a los ojos de Optimus parecía preguntarse la causa de ese comportamiento posesivo y parecía que no le agradaba del todo.

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Megatron tras su pequeña discusión con Optimus Primitivo compartió algo de la información que había obtenido en el arca sólo para asegurarse de recibir su ayuda, la cual por mucho que le doliera admitirlo era necesaria si sus planes iban a realizarse.

No le servía de nada que sus viejas diferencias se interpusieran en su camino hacia la conquista de Cybertron, mucho menos cuando tenía en sus manos un dulce consorte con quien compartir la gloria.

Ese simple hecho era una victoria en sí mismo, Optimus deseaba a Dynamo y lo había obtenido en la tierra con sus discursos honorables, con esa falla que compartían sus tres creaciones, la palabra H era un insulto para sus sistemas, un error en la programación de un guerrero que de otra forma sería invencible.

Una carta que si lograba jugarla con éxito podría conducirlo un paso en dirección de su conquista, sin embargo, para que todas las piezas de su tablero se colocaran en su casilla debía tener paciencia, tenerlo vigilado de cerca, no deseaba que Dynamo sufriera por la necedad de Optimus Primitivo, quien no abandonaría su absurda idea de hacerlo recordar.

Al regresar a la base no pudo ignorar la cercanía que existía entre su pupilo y la mujer de nombre Mikaela, parecía que nuevamente la raza humana se interpondría en sus destinos y no lo permitiría esta vez.

Primero fue en esa selva inmunda, después cuando estuvo a punto de desvanecerla de la historia, que si bien podrían ser mascotas llamativas si se dejaba llevar por la atractiva apariencia de su pupilo no podía considerarles como sus iguales, ni permitir que Dynamo fuera contaminado por ellos.

Su honor le exigiría protegerles, sus recuerdos comenzarían a emerger y sus candados indudablemente se activarían destruyéndolo antes de que intentara traicionarlo.

Ella era uno de los humanos que sirvieron en la gran guerra como aliado de Optimus Prime, era una amenaza a la seguridad de su pupilo y sus planes de conquista, lamentablemente para que la historia se desarrollara como debía ser no podía ser destruida, sólo tal vez apartada de su futuro consorte.

Sin embargo, cuando su pupilo se acerco a él con una sonrisa aliviada en su rostro preguntando inocentemente — ¿Todo está bien, Megatron?

No pudo más que ignorar su pasajera molestia respondiéndole con amabilidad, con el tono de voz que solamente utilizaba con él— Si… Dynamo si…

A veces su pupilo podía ser tan inocente, no comprendía el peligro en el que se encontraba ni las intenciones de Optimus Primitivo detrás de aquella preocupación maximal, pero él sí y lo mantendría a salvo de sus mentiras.

Era tan fácil para él cambiar su estado de ánimo, una simple respuesta suya le traía paz o lo inquietaba, su Dynamo era justo como en los viejos tiempos.

Su mirada desconfiada dedicada a su némesis valía todo el Energon del universo, aunque Optimus parecía tranquilo estaba seguro que los celos, la bestia que aun formaba parte de sus sistemas le exigía alguna clase de venganza, justo como pensó que ocurriría — pero vamos Dynamo… tengo que conseguirte ropa decente, esos trapos verdes no son agradables, no…

Rodeando su cintura decidió que era momento de recuperar su traje rojo y encontrar algunas prendas bonitas para Dynamo, algo que se pegara a su silueta, en el pasado su pupilo jamás lo hubiera permitido, era un guerrero y estos para su concepción de la palabra no se vestían con ropa llamativa ni trataban de utilizar su atractivo a su favor, pero ahora que le obedecía sin hacer preguntas no podía más que presumir su hermoso premio.

Optimus Primitivo realizaría las explicaciones, no había nada que quisiera discutir con los héroes autobots más allá de su desprecio absoluto por ellos, por sus heroicas decisiones y sacrificios.

Como lo supuso Primitivo comenzó con su tedioso discurso acerca “del honor y la justicia” apenas le dieron la espalda, su homónimo confiaría en sus decisiones y esperaría que de alguna forma su misión de la cual no le había dicho demasiado fuera exitosa.

A veces era tan fácil adivinar los movimientos de su némesis, que si fuera otra clase de Predacon pensaría que sus derrotas no eran causadas por sirvientes incompetentes sino por alguna fuerza superior a la que le gustaba hacerlo caer cuando estaba a punto de alcanzar la cima.

Pero no creía en dioses o fuerzas omnipotentes que guiaban los hilos del destino de todos los seres pensantes del universo, no, claro que no, en lo único que creía era en el poder y la ley del más fuerte, ya fuera física o mental, si, en eso si podía confiar.

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Dos jóvenes parecían perdidos en la ciudad que albergaba una de las históricas bases autobots, el primero de cabellera dorada y una serie de tatuajes simulando las manchas de un felino observaba las construcciones humanas con asombro, el segundo de cabellera castaña les observaba con desconfianza, dudando que hubieran llegado a la época en la que estuvieron vivos los grandes Cybertonianos que construyeron la alianza.

Tal vez estaban equivocados y habían marcado una época errónea o Megatron simplemente les había mentido — ¿Estás seguro que esta es la fecha?

La ciudad estaba muerta a esa hora de la noche, solo unos cuantos humanos viajando en sus vehículos se detenían momentáneamente observando a los dos jóvenes desnudos que parecían perdidos.

Cheetor ignoro la pregunta de Nightscream y en vez de eso le pregunto observando la ropa que se veía en el aparador de una famosa marca de ropa — ¿Qué te parece esa ropa?

Nightscream le observo atento diciéndole — ¿Es necesario?

Cheetor que había notado la mirada sorprendida de los humanos le respondió cortando un circulo en el cristal — Cuando vayas a Velocitron…

Nightscream al reconocer ese lema finalizo — ¿Has lo que un Velocitroniano?

Cheetor ignorando las alarmas y tomando la ropa que analizo les quedaría bien le respondió con una enorme sonrisa en el rostro, ya que siempre había querido observar con sus propios ojos la tierra primitiva cuando vivieron en ella sus ancestros — Exacto…

Nightscream siguiendo a Cheetor, quien para ese momento se había transformado en una motocicleta de color amarillo con dos ojos de cheetah en el frente le pregunto transformándose en otra clase de motocicleta, esta vez con un murciélago pintado en la carrocería — ¿Cómo se supone que pagaremos eso?

Cheetor repitiendo algo que Ratatrampa le habían dicho hacía mucho tiempo le respondió — No es robar si lo regresas al terminar de utilizarlo…

Nightscream le espeto — ¿Quién te dijo eso? Ratatrampa…

Cheetor acelerando le respondió — A veces tiene consejos útiles…

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Megatron jamás hubiera pensado que elegir ropa para su pupilo fuera tan difícil y no sólo porque no encontraba alguna prenda que le pareciera adecuada entre todas las que se hallaban en el primer almacén humano que localizaron.

Sino porque su pupilo seguía siendo un tonto testarudo que se negaba a vestirse como le ordenaba, estaba agradecido de que Optimus no estuviera observando esa escena ya que de lo contrario a la primera broma o sonrisa que percibiera esa tregua se terminaría.

Tal vez pensaban que era su padre o su hermano mayor, una mujer llego a tener el descaro de aconsejarlo con su problema, este era el séptimo par de pantalones que le alcanzaba en el vestidor, el cual fue recibido por una queja de Dynamo — No me pondré esto…

Megatron cubriendo su rostro con la palma de la mano, apretando los dientes y contando hasta diez le respondió — No puedes caminar desnudo en la calle…

Dynamo salió del vestidor molesto, parecía un niño haciendo una rabieta, alegando una vez que se había colocado la ropa que su maestro le había elegido — Insisto que esto es demasiado… indecoroso… un guerrero no se viste así.

Megatron le observo de pies a cabeza, no entendía cual era el problema realmente, los pantalones negros cubrían lo que debían ajustándose a su delicada figura, los zapatos eran cómodos, creía que le habían dicho que se trataban de unos tenis y la camisa blanca era ligera y apenas marcaba la silueta del torso de su amante, el cual dejo algunos botones desabrochados — Me gusta cómo se te ve, si… mucho mejor que esa ropa con camuflaje…

Dynamo se observo en el espejo cruzando sus brazos delante de su pecho, debía admitir que Megatron tenía un gusto maravilloso en prendas humanas y que estas hacían que se viera tan humano como era posible — ¿Por qué nos dejaron ir tan fácilmente?

Megatron se alejo de su pupilo y tomo un par de lentes negros que coloco sobre sus ojos dorados diciéndole — No lo hicieron Dynamo, no…

Dynamo volteo inmediatamente sorprendido, no los habían seguido ni evitado que abandonaran la base autobot, sin embargo, Megatron debía tener razón, de alguna forma pensaba que había sido demasiado fácil — ¿A qué te refieres?

Megatron acariciando la mejilla de su pupilo pronuncio en su oído, justo en sus censores de sonido provocando que se estremeciera por el contacto — Debieron grabar nuestras firmas tecno-orgánicas en la memoria del arca… si…

Sin contar que Primitivo le había condicionado a portar un dispositivo maximal de localización, el equivalente a un GPS humano, el cual en todo momento les mostraría en donde estaban y con ayuda de las cámaras de seguridad que estaban haciendo, sin embargo, el único que estaba siendo vigilado era él y no su pupilo, dejándole el campo libre para realizar alguna tareas necesarias para sus planes. — ¿Cómo pagaremos todo esto?

Megatron al elegir la ropa de su pupilo pasó a lo que llamaban un cajero automático, eran computadoras sencillas que con un poco de presión y la información necesaria expendio el dinero que necesitarían para esa compra.

La identidad del hombre que Megatron había usurpado era una persona muy poderosa, con cuentas bancarias en cada parte importante del mundo y quien le otorgaría, sin duda alguna, una grata estancia en la tierra poblada por los humanos que veneraban el poder económico más que cualquier otra clase de gracia.

Cryotek, su antiguo maestro, hubiera admirado a esta humanidad de la que jamás se hablo en los discos dorados ni en los archivos de historia, Megatron sólo le encontraba de cierta forma útil — No te preocupes Dynamo, no…

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En la base autobot Optimus Primitivo comenzaba a impacientarse, Megatron había tardado demasiado en regresar de sus supuestas “compras”, sin embargo, su localizador y las cámaras de seguridad no podían estar equivocadas, lo único que había hecho en esas horas había sido elegir ropa para Dynamo, restregarle que Dinobot era su amante, su compañero y dentro de poco su consorte.

No debería comportarse de aquella forma, era cierto que estaba celoso, pero también era cierto que era lo que Megatron esperaba lograr con esas absurdas muestras de poder, obligarlo a cometer algún error que le diera la ventaja.

Fue en ese momento que Ironhide se comunico con él diciéndole — Primitivo tenemos dos Cybertonianos que dicen conocerte…

Optimus abandono su puesto como vigía y le respondió observando a dos jóvenes desconocidos — En seguida voy…

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