Todos lo sabían, por supuesto que todo el mundo lo tenía en conocimiento ¿Quién en este mundo lo desconocía? Aunque claro, una cosa era desconocerlo y otra cosa ignorarlo.
Esa parte de los niños que a nadie le gustaba.
-Neville…-
Y es que detrás de la tierna personita de Neville Longbottom, estaba una parte muy, pero muy oculta.
-No quiero…-
No es que se quejara…no mucho, pero no sabía cómo lidiar con ella.
Esa parte en donde los niños, inclusive los más lindos y obedientes, mutaban a criaturas berreonas y obstinadas, estallando en una tormenta de mocos y gemidos patéticamente dolientes y agudos. Si los padres, o tutores en este caso, no atajaban apropiadamente la avalancha todo terminaba en desastre y tímpanos reventados, esa cosa llamada berrinche.
-Es por tu bien-
-No quiero, no me gusta- Neville puso su mirada suplicante para evitar a toda costa lo desagradable.
-Neville…- tragó duro, no, no podía caer ante esa mirada. Cerró los ojos y respiró profundamente, sabía que si no se imponía ahora, el niño-Bueno, no es un niño propiamente dicho- lo mangonearía a su antojo por todo el tiempo en que durara en esa condición. Buscó dentro de sí la determinación y sangre fría con la que siempre manejaba los asuntos serios –Tsk, ahora resulta que la cena de un crío es cosa de vida o muerte- Sus ojos se convirtieron en dos témpanos de hielo bermellón, sentenciando rotundamente con voz fría y clara- Neville, o te comes toda tu cena o no te levantarás de la mesa-
Misión: Convencer a Theo de dejarlo pasar por alto esa parte de su cena. Estatus: Failed.
El castaño de un manotazo aparto el plato que tenía enfrente, cruzó los brazos y le lanzó una mirada de puro odio al viejo enemigo que una vez más le fastidiaba: las habas. Estaba perdido, Theo no cejaría en hacerle comer esa, esa “cosa”. Lo podía sentir, el enfado que despedía el pelinegro era evidente -Pero…pero…yo no quiero comerlo - Sus hombros cayeron en derrota, sus intentonas nunca funcionaban, con reticencia estiró de nuevo el plato delante suyo, tomó sin más la cuchara, hundiéndola en la humeante sopa y sacando una ración de la asquerosa mezcla, tragó duro, cerró los ojos y la comió de un solo bocado, la pasó sin siquiera paladearla pero no pudo evitar una mueca de asco.
Theodore suspiró satisfecho después de aguantar la respiración durante el proceso de aceptación del castaño, había determinado que era él quien mandaba y Neville debía obedecer sus indicaciones o atenerse a las consecuencias, aunque desconocía cuales eran estas. Llegado el momento ¿Lo castigaría? Le desagradaba pensar en ello, los castigos a su punto de vista eran la muestra que no habías educado bien a tu mascota, así que esta confundía quien era el amo y trataba de posicionarse como el alfa, lo mismo aplicaba en los humanos.
Amo y mascota, su mente giró de la imagen de Neville comiendo reticente su sopa, a una del castaño con un elegante collar negro sentado en mullidos cojines, esperando obedientemente por sus indicaciones. Abrió muy grandes sus ojos ante la imagen –Amo ¿Se supone que yo soy el amo?-Ajustó sus lentes para distraerse, dándose un ligero golpe en la frente de castigo al pensar en semejante imagen- Estúpida analogía antropológica - El sonido de una copa chocando contra la mesa de manera estrepitosa le trajo de nuevo a la realidad, había sido el Gryffindor quien al borrar el asqueroso sabor de su boca, había bebido como condenado un jugo, aunque no entendía el porqué azotaba en la mesa la copa, que falta de finura, ya se encargaría de enseñarle modales.
Theodore asintió aprobador al ver el plato sin rastros de comida, para después pasarle a su protegido un plato con una ración de jugosa carne asada acompañada de puré de papas, rezando por no tener que pasar por el mismo show para hacerle comer, alegrándose al ver que este platillo era bien recibido por Neville que comenzó a comer con alegría, ahora podía alimentarse. Se sirvió su cena sin poner realmente mucha atención a lo que ponía en su plato, nunca se había encontrado tan hambriento en toda su vida, aunque se lo atribuía al desgaste mental más que el físico, bueno esto también era, prácticamente todo el día se la había pasado corriendo de un lado al otro, primero buscando a Neville y luego tratando de no llegar tarde a sus clases al ir remolcándolo (¿Qué tenían de interesantes los cuadros móviles?)Aparte de tener que soportar a Pansy y Granger, que Merlín lo perdonara pero como eran pesadas ambas chicas. Nunca pensó que estas se pusieran de acuerdo y se autoproclamaran niñeras auxiliares alegando que el solo no lo podría cuidar -Claro, según me ayudarán, como no – ¿Qué ayuda ofrecía su amiga quien le había servido ese potaje a Neville, alegando que era sano y luego se desentendió, dejándolo a él con la parte más difícil, hacerlo comer eso?
Una risita a su lado le crispó los nervios- ¿Qué te parece divertido Blaise?- preguntó mientras cortaba su carne, sin alejar su vista del plato a sabiendas de quien había provenido el sonido.
-Es la primera vez que te veo tan fuera de tus cabales Theo- contestó el moreno agitando su copa.
-¿Y eso te parece divertido?-
-Por supuesto, sobre todo al ver que no has maldecido a nadie aun por ello-
-Blaise, deja de molestar a Theo o serás a ti quien maldiga- regaño Pansy quien estaba sentada a un costado de Neville y enfrente de sus tres amigos. Leía un libro sobre cuidados infantiles que encontró en la biblioteca, debía prepararse.
-Vamos querida, que no lo estoy molestando, solo estoy señalando algo curioso ¿Verdad Draco?- esperaba el apoyo del rubio pero este lo ignoró- ¿Draco?-
-Los leones no dejan de mirar hacia acá- Dijo Malfoy entrecerrando los ojos y levantando la nariz, en clara muestra de desdén por lo que fuera que estuvieran pensando los Gryffindor.
-Es normal, alguien de los suyos está sentado en la mesa Slytherin, además de lo visiblemente obvio-desestimó Blaise.
-Pues no entiendo de que se sorprenden, como sí nunca hubieran visto a alguien bajo los efectos de un hechizo accidental- dijo Nott.
-¿Aun no pueden aceptarlo? Que lentos- farfulló el rubio. Una mirada esmeralda le provocó una descarga de lo que supuso era furia-Imbéciles- masculló enfadado.
-¡Draco!- Pansy chilló el nombre como si hubiera vista una nundu.
-¡¿Qué?!- Preguntó asustado/enfadado el rubio.
-¡No maldigas enfrente de Neville!- Reprendió mientras tapaba los castos oídos del chico.
-No hablas enserio ¿Verdad?-
-Con decirte que si lo vuelves a hacer no me hago responsable de lo que te pase-
-Pansy, eso es demasiado, inclusive para ti que tiendes a exagerar todo-
-¿A quién le llamas exagerada Draco?-
Una explosión de murmullos excitados corto los comentarios ácidos de Malfoy. Al comedor, había entrado un chico nuevo y bastante guapo, haciendo que varias chicas dieran grititos.
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Después de haber dado cientos de vueltas por el colegio Joshua tuvo que admitir que no tenía ni la más remota idea de cómo llegar al despacho de la profesora MacGonagall ¡Pero nunca imagino que las cosas se movieran! Ok, ok, que era una escuela mágica y bla, bla, bla; pero en su antiguo colegio todo estaba en su lugar y debidamente rotulado, no como aquí en donde los cuadros se movían, las escaleras giraba y puertas desaparecían ¡Había terminado en la torre de Adivinación por Dios! Por suerte, el retrato de un caballero loco (bastante simpático por cierto) lo había ayudado a llegar.
No le sorprendió en lo mínimo que la profesora resultara ser una mujer ya entrada en años, mucho menos haber sido reprendido por esta al haberse atrasado (Maldita puntualidad inglesa). Después esta le entregó su horario y dado una y mil recomendaciones, lo había mandado cambiar al baño mientras llamaba a un elfo doméstico. Al regresar portando el soso uniforme del colegio, le informó que sus pertenencias ya estaban en su dormitorio y le di instrucciones de cómo llegar al comedor, en donde encontraría a los prefectos de su casa y estos le llevarían a Slytherin. Ni una deferencia a su persona, ni una muestra de zalamería se le dio. No sabía si sentirse aliviado o irritado por ello.
-Geez, retiro lo dicho – El revuelo que se inicio nada más cruzar la puerta le fastidió, quería irse a dormir, pero el rugir de su estomago clamando alimento, además que no quería volverse a perder ya que no sabía llegar a los dormitorios le impidieron irse.
Un par de orejitas castañas sobresalieron entre tantas cabezas multicolores, así que no dudo en acercarse a la única persona que conocía y le caía bien en aquel lugar.
-Hola Neville ¿Me recuerdas?- saludo mientras se sentaba a un lado del castaño, ignorando olímpicamente las miradas inquisidoras y reprobatorias de los demás ocupantes de la mesa, demasiado inquietos por tener a dos intrusos junto a ellos.
-Hola Joshua- saludo Neville que comía con gusto su carne, sobre todo después que Pansy le prometiera darle postre.
-¿Esta buena?- Le preguntó.
-Ajá-
-Entonces comeré lo mismo- Joshua se sirvió exactamente la misma comida del plato de Neville.
-Disculpa ¿Qué haces aquí? Preguntó desconcertada Pansy.
-Como ves estoy comiendo- respondió como si nada- Mmm, no está mal, pero creo que le falta algo a esta carne-
-No se refiere a eso. Esta mesa solo es para miembros de la casa de Slytherin- dijo Draco esperando que con esto el chico se levantara y se fuera.
-Perfecto, entonces este será mi lugar de ahora en adelante-
-Tengo un mal presentimiento de esto- Nott se mordió el labio por dentro para evitar decir lo que rondaba en su cabeza.
-Significa que…- adelantó Pansy
-Soy un Slytherin- completo la frase- Soy Joshua Bradbury-se presentó- Gracias por la calurosa bienvenida, son tan alegres, me sentí tan aceptado nada más sentarme-
-A mí sí me da gusto verte- Dijo Neville de manera inocente.
-¡Oh! La excepción – el norteamericano dejó de comer para acariciar el cabello castaño a la par de atrapar al Gry por la cintura- No sabes cómo me alegra el corazón saberlo, Bunny- acercó sus labios a la mejilla del castaño depositando un efímero beso y luego se dedicó a pasar sus dedos a través de las suaves hebras cafés.
-Ejem… no mencionaste nada de ser nuevo cuando nos conocimos Bradbury- Theodore cortó aquella escena por la seguridad de Neville.
Joshua se molestó por aquella innecesaria interrupción –Nott ¿Verdad? – El pelinegro asintió- Pues no voy por la vida proclamando lo que soy o voy a hacer para que todo el mundo se entere. Aparte de innecesario no me gusta que me tachen de presuntuoso-
-Por supuesto que no me refiero a eso Bradbury- contraatacó Theo –de haberlo sabido te hubiéramos ofrecido ayuda-
-No la necesito- Le lanzó una mirada orgullosa -Muchas gracias de todos modos por tu ofrecimiento…aunque si hay algo que podrías hacer por mi ¿Quiénes son los prefectos?-
-Somos nosotros-intervino Pansy- Soy Pansy Parkinson y aquel rubio-señalo a su amigo-Es Draco Malfoy, un placer en conocerte-
-Eso explica tal recibimiento, solo estaban cuidando a sus intereses, solo por eso les perdono-
-¿Qué rayos se está creyendo este tipo?- fue el pensamiento de más de uno.
Despues de las presentaciones de rigor con los demás comensales, una tensa calma se instaló durante toda la cena.
-Theo…- susurró Blaise.
-Luego…-
Blaise asintió imperceptiblemente, ya encontrarían el momento adecuado para hablar.
-Creo que es el momento propicio para enseñarle a Bradbury el camino para llegar a las mazmorras ¿No lo creen?-Pansy se sentía incomoda y no hallaba la forma de romper la tensión.
-Oye Theo, tengo sueño- Dijo Neville frotando sus ojos con los nudillos.
-Entonces vámonos Bunny, tal vez podemos compartir habitación- Joshua se levantó y tomó del codo a Neville para que se levantara y se fuera con él.
-Lo lamento, pero debemos ir a otro lugar primero-En un ágil movimiento Theodore se coló entre esos dos, impidiéndole al rubio cenizo que se tomara más libertades.
Joshua solo puso mala cara pero no replicó, ya tendría más oportunidades. Se despidió del castaño y fue escoltado por los prefectos, Pansy explicándole como llegar a su casa y Draco vigilándolo en respuesta al mudo y discreto pedido de Theo a través de miradas.
-- Por cierto ¿Dónde dormirá el gatito, Theo?-preguntó Blaise que se quedó rezagado a propósito.
-Conmigo, son órdenes de McGonagall- explicó.
-¿A dónde vamos Theo?-preguntó Nev.
-Iremos a que recojas algunas cosas con tus amigos-
-¿Mione, Harry y Ron?-
-Sí-
-¿Qué cosas?-
-Tu pijama y objetos de limpieza-
-¿Por qué los tienen ellos?-
-Porque tu abuela no alcanzó a dármelos-
-O…entonces voy con ellos para que me los den-
-Dile a Hermione que necesito hablar con ella y que nos encontramos en el pasillo que lleva a las mazmorras cuando vengan de regreso ¿Sí?-
-Claro- Neville corrió a la mesa donde se encontraba Mione para pedirle sus cosas, desapareciendo poco después con el trío de oro.
-Blaise, este no es el lugar, vámonos-
Zabini asintió, había mucho de qué hablar.