Esa mujer le había dejado como un imbécil una vez más... y ni siquiera había analizado la magnitud de su estupidez hasta que llegó al cuarto donde Watson se encontraba esperándole impaciente al no poder dormir más, sintiéndose bien del todo por algún extraño milagro.
La conciencia de Holmes le molestaba a gritos en su mente pero logró callarla antes de mirarle a los ojos para que no le detectara extraño -Buenas noches querido colega- Le dijo ampliándole una amable sonrisa para después sentarse en la cama del rubio mirándose de frente -¿Se siente mejor?- Le preguntó manteniendo aquella sonrisa.
-Buenas noches... si creo que aunque parezca increíble me siento mucho mejor que hace un par de horas...-
-¡Oh ya veo! Eso me tranquiliza... Ah que no sabe a quién me encontré en el camino- Le comentó con normalidad rodando los ojos al techo y volviendo a mirarle.
-¿A House?-
-¡Uff! Aparte...a Irene-
-¿La señorita Adler?-
-Si, bueno, usted sabe que yo no platico estupideces, es decir, esto a usted no le importaría si solo nos hubiéramos saludado. Se lo cuento porque me enteré de un par de cosas cuando le di encuentro el día de hoy, ya la había visto misteriosamente varias veces por aquí pero jamás me imagine que fuera por los fines que me reveló después...-
-¿A qué se refiere Holmes? Me está matando la impaciencia, dígame de una vez ¿Qué pasó?- Le preguntó intentando mirarle a los ojos pero esta vez su héroe intelectual evitaba mirarle desviando la mirada aquí y allá para no volver a enfrentar esa clara mirada de justicia, incorrupta, tan pura... todo lo contrario a lo que era Holmes y en lo que se estaba convirtiendo sin siquiera darse cuenta.
-...Pues que todo armó en mi cabeza al fin, era claro que usted nunca se hubiera enfermado de este modo siguiendo sus escrupulosas reglas para analizar un cadáver, victima del crimen. Así que eso era lo que me había estado teniendo en duda y resulta que esta mujer astuta como un zorro metió su cuchara en la situación para que usted enfermara. Me lo reveló hace un rato por lo que ya no tiene porqué preocuparse, House encontró su cura y después de varias malas bromas sobre si nos íbamos o no... mañana al amanecer al fin nos vamos, si a usted le parece bien- Le comentó con normalidad al fin mirándole de nueva cuenta y entonces notó que el rostro inmutable de Watson comenzaba a cambiar conforme analizaba bien la situación.
-¿¡QUÉ?!- Preguntó alterado Holmes retrocedió un poco en su lugar tratando de ocultar su trauma también y llevándose una mano a cubrir su boca para no decir nada que alterara más al rubio. Watson al ver a Holmes suspiró forzado para tranquilizarse un poco y se revolvió el cabello con una mano con algo de fuerza exclamando por último -...¡Agh maldita mujer!- El pelinegro no pudo evitar de repente soltar una carcajada, el verle tan "animoso" no hacía más que alegrarle, esas energías para enojarse no las tendría ayer por ejemplo, era una gran mejora además de que aunque sonara algo enfermo de su parte el ver molesto a Watson era uno de sus pasatiempos favoritos (De ahí que se la pasara haciendo de las suyas para provocarle aunque sea un poco).
-Disculpe, pero es que no sabe lo feliz que eso me hace...-
-¿Qué? ¿El que esa maldita casi me mate? ¡Dígale de una buena vez que corra por su vida!- Le comentó de malas mirándole como una madre dando un sermón y cruzándose de brazos recargándose en el montón de almohadas a sus espaldas.
-Venga ya Watson, a eso no me refería, me hace feliz el que al fin tenga energías para enojarse de este modo...- Le comentó aún entre risitas de niño travieso para acercarse a abrazarle contra él con algo de fuerza -Por favor perdóneme por todo...solo diga que sí...he sido un incompetente...- Le comentó cerrando los ojos con fuerza, susurrando aquellas palabras con cuidado muy cerca de su oído -Pero ¿sabe? si usted nunca hubiera enfermado yo nunca me hubiera dado cuenta de lo mucho que le quiero en realidad...-
-No sea tonto yo a usted no tengo que perdonarle nada...- Le musitó el rubio abrazándole de la cintura acercándole más a él, le gustaba como se aniñaba tanto en su presencia -Usted ya sabía todo eso, se trata de Sherlock Holmes, no de un simple individuo...sólo que no se había detenido a analizarlo ¿Aunque sabe qué? Yo creo que tarde o temprano nos daríamos cuenta...-
Aquella noche estuvieron más cerca que nunca hablando y divagando en un montón de cosas, pero aún así había cosas que Watson no podía saber de él, de su héroe...de Sherlock Holmes; porque si las supiera terminaría quizá por ya no quererle tanto, el era oscuro desde siempre pero al encontrar a alguien como Watson empezó a arrepentirse al menos un poco de todas las locuras que hacía al verle vivir en esa su amada rectitud... Recargado en el hombro de Watson mirando al techo entonces se le ocurrió algo entretenido.
-Watson...-
-¿Qué? ¿Sigue con eso de los condimentos innecesarios en la comida de hospital?- Le comentó divertido.
-No...estaba pensando algo muy interesante...- "Yo me voy de viaje a mi querida Inglaterra un tiempo" Resonó aquel tonito femenino en su cabeza -¿Y si fuéramos a Inglaterra?-
-¿Cómo? ¿De viaje?-
-¡Claro Watson!, a intentar olvidarnos de todo esto ¡Ah que suena bien! ¿No?- Le comentó intentando sonsacarlo.
-Pero Holmes yo tengo trabajo y usted no puede sencillamente pasar de su trabajo así como así y además...-
-No, no, no. No quiero pretextos, nos vamos en cuanto usted diga que sí. Lo bueno de tener cerebro es que te retribuye mucho dinero- Le comentó con una miradita incitadora y una sonrisa insinuante -Ande dígalo...-
-Ohh...bueno podríamos decir que sigo enfermo y... bien, agh diablos ¡De acuerdo!, es una maldita locura pero ya debería de estar acostumbrado- Le dijo finalmente rodando los ojos y volviendo a mirarle -¿Seguro que ni siquiera haremos una maleta?-
-Da igual todo lo tenía previsto para un viaje, aún no sabía exactamente a donde pero...ya tenía listas algunas cosas en su auto desde hace tiempo...- Le dio divertido levantándose de junto a Watson y ofreciéndole la mano.
-¿Le ayudo?-
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Caso #505 FBI: Sospechosa desaparición en Princeton Plainsboro.
Evidencia 14
-Fragmento de las memorias ocultas de John H. Watson, doctor en medicina y oficial retirado del Cuerpo de Sanidad-
(...) tuvimos un viaje de muerte... pero a decir verdad sería vergonzoso entrar en detalles puesto que ya he narrado algunas otras anécdotas en capítulos pasados, pero en fin, lo importante es que ya estamos en casa y a decir verdad tiene más de un año que no escribo nada serio por aquí así que es mejor comenzar. Ya casi hemos olvidado ese amargo recuerdo en el hospital Princeton Plainsboro, no me quejo de que haya sucedido en fin, aquel encuentro nos hizo a mí y a Holmes reconsiderar cosas muy importantes que habíamos pasado por algo...sin embargo me parece que el único que se estaba olvidando de tal situación era yo puesto que Sherlock de vez en cuando (y sólo para molestar) llama a House y se lanzan sarcasmos, tal vez un par de comentarios ingeniosos por teléfono y lo dejan un rato.
Es algo muy extraño, Holmes no suele relacionarse con facilidad con la gente y House era la última persona en el mundo con la que pensé que concordaría de algún modo, pero la extraña relación que mantiene después de todo no es para alarmarse, ni siquiera llegan a ser amigos, Holmes le dice lo idiota que es y viceversa.
El caso es que este día algo muy terrible ha sucedido y por eso recapitulo lo anterior (...)
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Holmes estaba leyendo el periódico en una mañana común en la que Watson se desplazaba con crema para afeitar en el rostro por la cocina cuando el teléfono sonó, ninguno quiso contestar por lo que la contestadora sonó:
-Por el momento no nos encontramos, deje sus datos y nos comunicaremos con usted a la brevedad posible *piiip*-
-¡Sherlock contesta el maldito teléfono!- La voz del jefe de departamento de Sherlock, G. Lestrade, se oía algo alterada -Seguro que este caso lo investigarás gustoso, se trata de su doctorsito, del que me contaste hace unos meses...- Holmes al comenzar a escuchar aquellas referencias y seguro para que Lestrade no siguiera soltando más la sopa de lo que este le había dicho tomó el teléfono inalámbrico y contestó con cierta brusquedad en sus movimientos.
-¿Qué sucedió?- Preguntó violentamente como si ya de antemano sospechara algo malo respecto a ello, un silencio sepulcral inundó la habitación mientras le platicaban el caso.
-Vamos para allá- Dijo finalmente escuchando apenas si un momento y colgando -¡Rápido Watson! ¡Al hospital Princeton Plainsboro!- Me anunció poniéndose su gabardina negra tan elegante con la que se presentaba sólo a los casos que más le interesaban y trastabillando entre el desorden que tenía en el departamento llegó a la puerta apresurado -¡Corre Watson que sospecho lo peor de todo esto!-
{Continuará...}