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Entre nicotina y Vicodín por Tierna Kikyo

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Notas del capitulo:

Sé que no merezco perdón de dios, quie quizá sea una locura subir el final siglos después y que probablemente muchos lectores se pierdan de esto pero tenía que terminarlo para poder ser feliz y seguir con mi vida jaja, me costó años de reflexión (en serio), llegar a una conclusión y es que caí en un hiatus monumental con House que no me permitía seguir manipulando todo lo demás porque después de todo la historia giraba a su alrededor a estas alturas. 

 

En fin, espero haberle dado un final justo y lamento mucho la tardanza y el sufrimiento provocados. Gracias por leerme y acepto reviews de toda clase. xD ¡Todo mi amor para ustedes! 

Moriarty era un hombre impaciente, se aburría esperando a Holmes, la verdad es que si había viajado desde Inglaterra era sólo para verle retorcerse en su miseria cuando acabara con su felicidad, tenía al doctor, el cual parecía ser una mente magnífica tal y como la de ellos pero centrada en medicina, por lo que sabía mucha gente viajaba kilómetros para verle e intentar convencerle de que su caso valdría la pena y llamaría su atención, eso sonaba divertido. Jugaba a lanzar sus dagas de colección a la pared tranquilamente recitando una canción en alemán, de repente volteó a ver a House que estaba ya muy vestido de frac sentado en esa silla, atado y con una venda en los ojos -¿No estabas tan aburrido como yo antes de que te secuestrara?... Pff debes admitir que Holmes resulta tan adictivo para cualquiera, de repente joderlo termina siendo un arte y una necesidad porque… La vida ya no es igual después de que te lo encuentras ¿No es así?-

-No sé si lo imaginabas pero me duele el trasero como el infierno sentado aquí como para decir algo que satisfaga tus comentarios irónicos, imbécil…- Dijo seriamente afrontando ya su dolor en el brazo lesionado ya muy resignado, aunque debía admitir en su interior que tenía razón, después de Holmes ya nada volvió a ser igual para él… nada tenía sentido.

 

-Esos grandes ojos castaños que lo observan todo… esa voz grave que sólo se limita a usar para lo que es importante y esas arrugas en su entrecejo cuando se concentra… Es un cuadro digno de ver, sobre todo cuando logro mancharlo de sangre para darle dramatismo y lo que él quiere, jamás debe aburrirse alguien como él, no lo merece- El hombre enfocó sus ojos negros en el centro de la tercera foto de Holmes en la pared y le dio justo en la frente.

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Adler llamó al teléfono de Holmes sentada tranquilamente jugando con un cuchillo de cocina ensangrentado en su mano, mascaba un chicle y enredaba el cable del teléfono en su tacón.

 

-¿Sí?-

-Hola, hola señor Holmes- Le saludó la chica que pintó una grande sonrisa de esas preciosas que iluminaban su rostro -¿Cómo está?...-

 

-No estoy para juegos, Adler ¿Qué carajos quieres?-

 

-Uhh qué humor, sólo quería informarle una que otra cosita del paradero de su hermano Mycroft aquí en Londres, pero supongo que no le interesará oír ni una palabra al respecto…- Comentó rodando los ojos llevándose el meñique entre los dientes haciendo una mueca con sus labios carmín mientras escuchaba, sus uñas eran largas y del tono de sus labios, un color maravilloso para el tono níveo de su piel.

 

-…¿¡Qué?!... ¿De qué hablas Irene?- Preguntó alterándose, Watson le miraba con atención y cierto suspenso.

 

-Él está herido, pero está bien, lamentablemente… de Mary no puedo decir lo mismo, entraron a casa de Mycroft y la mataron a quemarropa, unos amiguitos de Moriarty al parecer, no estoy segura de todos los detalles, lo único que sé es lo que vi, porque yo venía a visitarles y me encontré con el cadáver de Mary y a un par de idiotas golpeando a tu hermano, me deshice de ellos con métodos poco propicios de una dama y salvé a tu hermano, se lo han llevado al hospital, está golpeado, tiene una bala en la pierna y una en el abdomen pero no hubo daño de órganos internos, estará bien. De nada-

 

-Por dios… G-Gracias…-

 

-¿Te está causando más problemas allá, cierto? ¿Quieres una pista?-

 

-Mjm…- Alcanzó a asentir aún preocupado por Mycroft. Y más por la noticia de Mary, le dolió el estómago ¿Cómo iba a decirle algo así a John? -¡Habla!- Puso el altavoz entonces y Watson puso atención.

 

-Oookey… Bueno pues yo creo que la más indicada para un crimen como el que investigas está dentro de los trabajadores del mismo House, recuerdo haberle visto perfectamente, deberías investigarla porque ¿En dónde podría estar ella ahora?...- Dijo sin más colgando el teléfono.

 

-Uff esa mujer y su costumbre de meterse a los archivos del FBI…- Suspiró Watson rodando los ojos -¿De quién crees que esté hablando?-

 

-Para estar seguros hay que ir repasando a las candidatas-

 

-Tenemos a Lisa Cuddy- Dijo rápido Watson –Directora de Princeton Plainsboro, ah estaba enamorada de Wilson, más tarde de House, tiene motivos a su favor-

 

-No sabe mentir ¿Recuerda las observaciones que hice cuando ella nos recibió aquella vez que usted estaba enfermo?...-

 

-Bueno, está Remy Hadley o como ellos llaman “Trece”-

 

-No lo creo, sus lazos con House son mínimos ¿Qué me dices de Allison Cameron?- Entonces ambos se miraron uno al otro.

 

-Holmes…-

 

-Lo sé, tenemos un tema horrible entre los dedos…- Dijo Holmes bajando la mirada, ahora todo tenía sentido para ambos en su cabeza, Adler, “La mujer” también cobró forma en todo aquello y supusieron siempre que se le daba hacerse de una rápida confianza de otras mujeres. El otro par de perfiles eran mujeres que siempre quisieron estar con House y al no hacerles caso ellas se dedicaron a rondar a House aquí y allá dentro del hospital en un intermitente acecho, núcleo de sospechosos y el secreto momento de la tarascada de un depredador más grande que pudiera con la presa. Gente que se le daba mentir porque House les había enseñado sin quererlo y sobre todo, lo hacían muy bien con esa fingida humanidad, tanta “bondad” no era normal y eso tanto House como él lo tenían muy en claro.

 

Caminó al sillón y se sentó juntando las manos y pegando sus dedos índices a la punta de su nariz en una expresión de concentración, suspiró –Tengo que decirte algo más…-

 

El rubio le miró rondar la sala y bajó una ceja ladeando la cabeza -¿De qué hablas?...- Le preguntó comenzando a temer al ver su expresión.

Holmes suspiró de nuevo sintiendo un nudo en la garganta, generalmente no era sentimental, las cosas no le afectaban a nivel emocional, pero justo ahora se sentía culpable de lo que había pasado, sus orbes cafés le enfocaron llenas de preocupación y finalmente se decidió a hablar frunciendo el ceño para tratar de tener la concentración necesaria para mantenerse frío y neutral en ese asunto, quizá la chica no le agradaba pero tampoco era que le diera gusto que hubiera muerto, eso era espantoso.

 

-Mary… está muerta, acaba de comunicármelo Adler-

 

-¿¡Qué?!- Abrió grandes los ojos por un momento y le miró fijo para asegurarse de que aquello era verdad, se precipitó a levantarse e hizo un puchero caminando hasta la chimenea y se abrazó a sí mismo mientras sus ojos de perdían en el fuego que observaba. –Pero… ¿Qué… pasó?- Preguntó aún sin poder hilar bien sus ideas.

 

El silencio se hizo presente entre ambos…

 

-¡¿Qué es lo que pasó?!- Gritó Watson al fin golpeando la pared y haciendo dar un brinco a Sherlock que apretó los ojos en reflejo y tensar la mandíbula.

 

-Yo… discúlpeme por favor… pensé que al enviarla con mi hermano ella estaría a salvo, en cuanto usted enfermó yo sabía que algo estaba mal, sé que también pareció una táctica de mi parte para separarla  de usted y quizá lo fue… estaba celoso y…- Intentó explicarse pero sus palabras se agotaron en su cabeza al ver su expresión.

 

-¿Qui…zá?...- Preguntó mirando a un punto inexistente de la habitación  mientras sus pensamientos corrían por su mente tan acelerados como desesperados, incrédulos de lo sucedido pero finalmente lo que logró escupir dentro del nudo mental fue coherente -N-no es tu culpa, Holmes- Dijo notándose devastado -Fue mía, yo puse en peligro a esta chica al no ser honesto con ella, sabía que estaba enamorada de mí y yo... pensé que si estar con usted era una "perversión" de mi parte conseguiría estar con una chica que de verdad me amara, que cuidara de mí y tal vez de la costumbre y la rutina de verla siempre surgiría el cariño o por lo menos el compañerismo...- Sus lágrimas humedecieron sus ojos, pero eran por la que sentía rabia al no haber podido ayudarla, por haberla implicado él mismo en todo aquello, se las quitó de forma orgullosa del rostro, odiaba llorar y más frente a Holmes, no podía romperse, quería que Holmes se sintiera protegido, que supiera que tenía bien cubiertas las espaldas.

 

-No debemos permitir que esto tenga el efecto que él desea...- Intervino Holmes aproximándose a él y sentándose en sus piernas, tomó su mentón e hizo que lo mirara –Estoy muy apenado por no haber calculado correctamente sus alcances, me disculpo por eso y por no haberle dicho lo que diré a continuación, pido que lo tome con calma: Mientras usted estaba en el hospital yo me acosté con House y por eso es que le he metido en problemas. Supe que Adler trabajaba para Moriarty… justo cuando usted se estaba curando. Ella también corre peligro ahora…-

 

Watson escuchaba todo eso intentando pensar pero en vez de eso una punzada de ira le provocó un espasmo que dio el silbatazo para que esa sensación recorriera todo su cuerpo haciendo hervir su cabeza y enfurecido preguntó con parsimonia atemorizante -¿Qué?...- Su expresión era un claro signo de molestia, ladeó la cabeza y apretó los ojos suspirando para mirarle de nuevo -¿¡Qué está diciendo?! ¡¿Acaso está escuchándose?!- Gritó callándolo de una buena vez y quitándoselo de encima -¡Reverendo hijo de puta! ¡No me jodas Holmes!- Se levantó violentamente y le tomó de las solapas -¡¿Lo amas?! ¡¿Amas a ese hombre?!- Le gritó a la cara, celoso, sintió que el coraje se agalopaba por su cuerpo, se enojó tanto que le miró como si quisiera asesinarlo por un segundo que pareció eterno y le soltó lanzándolo lejos de él dándole la espalda y bufando –Eres un maldito…- Dijo con una sonrisa amarga y volteó violentamente hacia él señalándolo -¡Sólo te aprovechas de las situaciones! ¡Y encima la loca que se encargó de casi matarme es tu gran amiga...!- Gruñó y golpeó la pared con el puño cerrado -¡La alejaste de mí porque no soportabas la puta idea de que yo fuera feliz mientras tú te pudrías en tu mierda de siempre y ahora casualmente está muerta!- Volvió a darle la espalda para sujetarse los cabellos intentando no cometer una locura peor.

 

-¡No digas eso!- Se precipitó a voltearle violentamente -¡Te suplico que no te atrevas a injuriarme!- Le miró fijamente, con sus enormes y expresivos ojos avellana, en ese momento se notaba gravemente herido por lo que sucedía -…yo hubiera hecho cualquier cosa por verte feliz, ¡Incluso ahora! Aún lidiando con mi carácter de mierda, con mi… aparente problema de “psicopatía crónica”, como ya has gustado llamarla, aún con todo eso…- Se envalentonó y le miró con el ceño fruncido levantando el mentón con orgullo -… yo hubiera hecho lo mejor para usted ignorando mis propias necesidades, estaba dispuesto a largarme cuando usted enfermó y no me fui porque… usted me lo pidió, sin mencionar que así ha sido siempre los últimos años, no debí seguir a su lado sin ser correspondido, haciéndome daño con verle con otras mujeres pero ¿Me quejé? ¿Alguna vez no lo ayudé? ¡Usted es egoísta cuando se trata de su felicidad porque ahora sí, cuando no está a gusto me lo hace saber de inmediato!-

 

-NO… me llames egoísta cuando eres el origen etimológico de esa palabra Holmes…- Le advirtió con peligrosidad en la mirada verde y una sonrisa amarga.

 

-¡Usted lo es tanto como yo, caballero! ¡No repara en nada cuando se trata de su propia felicidad, no voltea nunca a su lado para saber si lo que hace no me hace daño!-

 

-¿Y qué le hizo daño recientemente, eh? ¿¡Mi doctor lo cogió muy duro, Holmes?! ¡¡VÁYASE A LA MIERDA!!- Ese “usted” despectivo con el que a veces gustaban de agredirse había aflorado en ambos de repente pero la ira hacía que fuera difícil controlar tal tono.

 

-¡TÚ… vete a la mierda, Watson! ¡Maldigo el día en el que me enamoré de ti, de tu maldita sonrisa, de tu sarcasmo desmedido, de tus vicios y nuestras afinidades!- Sus lágrimas corrieron por sus mejillas pero su expresión enfurecida y sus palabras no vacilaron ni un poco, apenas si sollozó para continuar -¡Te odio por esto que me has hecho! Porque ¿sabes qué? ¡Yo estaba bien! ¡Yo iba perfecto y sin complicaciones! Tú averiaste mi cerebro y mi vida, te metiste en mis entrañas y me has arruinado, me arruinaste tal vez para siempre…-

 

Watson se quedó atónito con esas palabras y su furia fue bajando a medida que digirió que el brillante detective estaba llorando, se acercó serió, aún algo reacio por la pelea y tenso como un hielo pero incluso en ese estado tomó su nuca y lo pegó contra su torso poniendo su cabeza sobre la ajena, Holmes estaba cubriéndose los ojos mientras sollozaba con ganas, y Watson temblaba de coraje aún pero comenzaba a sentirse mal por ello, quizá el pelinegro también lloraba de coraje o sólo en parte. –Ya…- Se atrevió a decir –No soporto verte llorar, fui un estúpido…- Aceptó, Holmes tenía razón no podía culparlo por haberle hecho aquello siendo como era con él desde hace tiempo incluso ahora que estaban en una especie de relación que no habían formalizado del todo, pero no podía evitar morirse de celos, era un hombre celosísimo cuando se trataba de ese pequeño y extraño hombre apuesto e inteligente, sentía que no lo merecía, que en cualquier momento podía irse con cualquier otra persona, porque cualquier otro valía más que él, sólo un simple doctor con derecho de antigüedad sobre la vida de él. Enloquecería de pensar que ese otro doctor con ese mismo brillo de astucia que tenía Holmes en su faz le haya robado el corazón que anhelaba, el corazón que al fin hubiera podido ser suyo ahora que estaban animándose a probar estar juntos en serio. -… ¿Lo amas?...-

 

-No…- Musitó tosiendo un poco después, ya se había calmado, suspiró, descubrió su cara lentamente dejando ver sus húmedas mejillas y metiendo sus manos en los bolsillos ajenos –Te amo a ti, siempre has sido tú…- Admitió sin poder mirarle al decir eso, le daba vergüenza admitirlo.

 

-Entonces…-

 

-Sólo me atrajo en ese momento… yo estaba destrozado y él… yo jamás había conocido a alguien ni remotamente parecido a House, tú sabes, que fuera tan… yo-

 

-¿“tan yo”?- Le citó sin poder evitar una sonrisa que le relajó un poco y quizá le puso de buenas –No eres tan agrio como él, pero debo admitir que tienen, ahh, algo, tú y ese hijo de… Mira Sherlock ¿Sabes qué? Olvidemos el tema, no quiero saber más, creo que me lo merecía por… por todo… sin embargo me muero de celos de pensar…-

 

-Pues no lo hagas… porque yo ni siquiera sé…-

 

-…si somos algo…- Completó el rubio y se alejó de él con una expresión de dolor que le tensó de nuevo mirando con amargura a un punto fijo en la habitación.

 

Holmes le tomó de la mano precipitándose a buscar su mirada, fue una reacción callada pero llena de significado en la que se miraron, ambos heridos pero con ese sentimiento latente en sus corazones que les impedía separarse ahora, el pelinegro se paró de puntas y rozó su nariz con la suya, pedirle permiso para besarlo, Watson no se movió primero pero después del segundo roce que le pareció tan adorable e irresistible se precipitó a adherir sus labios a los ajenos, ambos cerraron los ojos en el breve contacto y sus corazones se aceleraron quedándose prendidos así por mera inercia del fuerte sentimiento que los ataba, el pelinegro tomó su mejilla acariciándola con el pulgar y correspondiendo al contacto moviendo sus labios contra los ajenos en una reacción en cadena que fue recíproca e hizo que ese contacto al fin impulsara a abrir la boca al detective para que Watson pudiera meter la lengua en busca de la que ya le esperaba ansiosa, se enredaron en ese contacto que les advirtió que estaban irremediablemente enamorados y unidos como para tener el valor de separarse, John sabía perfectamente que el otro necesitaba de su protección, que no podría vivir sin él un día y el doctor aunque no lo admitiera probablemente le pasaría igual y con el paso del tiempo el dolor sería insoportable. Detuvo el contacto y suspiró.

 

-Maldita sea… quiero mandarte a la mierda en serio pero no puedo, Holmes…- Le musitó con la frente pegada a la ajena y manteniendo los ojos cerrados aferró sus cabellos.

 

-No me importa… lo merecía, yo… lo siento…- Su voz se difuminó con otro beso más apasionado y violento que interrumpió sus disculpas. –Mmmmh-

 

-¿Qué me impide decirte que no te ayudaré a salvar a ese hijo de puta?...-

 

-Que seguiríamos nosotros en la lista, Watson- Argumentó práctico. –Descuida, ya tengo un plan-

 

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House le había dado vueltas y vueltas al asunto, los sospechosos, los que querían hacerle daño, los que lograron hacerlo y los que no lograba leer, lamentablemente en esa lista sólo se encontraba una persona… Wilson. Jamás había podido leer sus pensamientos del todo, detectar cuando le mentía o incluso cuando lo manipulaba, una vez que se lo proponía podía ser muy bueno en ello, mucho mejor que él. Si fuera él rompería completamente su corazón.

 

-¿Eres tú?...- Musitó de repente mientras esperaba con la ropa semi-rota sentado en esa jodida silla, con las manos atadas aunque tenía el brazo fracturado, pero eso era bueno porque así le distraía del dolor en su pierna y en su corazón al pronunciar aquello sin decir su nombre, ese nombre, cuando habló de Wilson con Holmes no fue para “mandarle su amor” sino para darle una pista de lo que sospechaba… Había pensado que Wilson estaba implicado, dando vueltas al asunto no podía engañarse, él estaba allí, él o alguien cercano a eso. –Siempre fuiste tú…- Continuó en tono débil, no tuvo respuesta pero sabía que aquella persona estaba observándole, que le escuchaba, ¿Cómo pudo haber cooperado para tenerle allí? ¿Había logrado enloquecerlo al fin? A menos que… Entonces su expresión cambió –Por esta clase de cosas ya no funcionamos…-

 

Al fin contestó pero no era la voz de Wilson sino una femenina lo cual le alivió –Usted lo ha dicho House ¿Ya no suena tan fácil decir que sólo “Es usted contra el mundo”? Idiota- Sus pasos se alejaron, o eso escuchó él.

 

A lo lejos la voz de Moriarty –Cariñoo~ Prepara mis juguetitos médicos- Dijo canturreando lo primero, todo siempre con ese estilo maniático, frenético, obviamente aterrador –Y tú ayúdalo antes de que me hagas enojar en serio y te arrepientas de darme objeciones-

 

No tuvo que escuchar más para saber que alguien más que seguramente él conocía estaba implicado pero no quería atreverse a saber quién, qué imbécil ¿Porqué no lo había notado hasta ahora? Demonios, estaba dejando que le afectara a nivel emocional, tal y como Holmes odiaba que sucediera y ahora entendía porqué. Ya estaba paranoico, no podía más ¿Acaso era lo que Moriarty quería que fuera pasando? Estaba quemando sus neuronas con situaciones elaboradas aunque se sentía halagado de que hubiera tenido que vendarle los ojos para poder montar el show que pretendía el fanático de joder a Sherlock. –Cuddy…- Jadeó ahogado y escuchó su propia sentencia de muerte en el aire… ¿Qué clase de brujería había hecho esa mujer para confundirlos a todos? A él y al mismo Holmes. Estaban jodidos a este paso.

 

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Una hora después Moriarty estaba frenético con su “show”, había preparado todo de manera perfecta para poner al filo de la azotea a House todavía paladeando la mejor manera de hacerle caer desde allí, el tiempo le diría cuál era la manera más divertida pero comenzaba a hacerse una idea… Ya todo estaba listo para “El gran final”

 

-¡Ohh sí! ¡Redoble de tambores porque el espectáculo va a comenzar!- Exclamó abriendo los brazos mientras se acercaba a House y Cuddy le quitaba la venda de los ojos para que al fin lo mirara, el ojiazul lo observó fijamente y entonces lo recordó… Lo había visto varias veces como “paciente”, sentado entre todos los demás en horas de consulta, ni siquiera le dirigió alguna mirada, sólo un ciudadano distraído… o eso parecía, sus grandes ojos azules se llenaron de lágrimas, estaba atónito con toda esa información ¿Moriría así? ¿Por ese montón de sucesos sin sentido? ¿Dos genios no pudieron resolver algo tan estúpido como eso? Tenía tantas cosas en la cabeza… había muchas cosas por las que le gustaría quedarse, a decir verdad su plan nunca fue morir de esa manera y tampoco vivir tal cual, su miseria lo hundía más y más y morir era tan tentador como cualquier otra cosa. Sentimientos encontrados porque en realidad le llenaba de rabia ver ganar a alguien más en su lugar, odiaba que ese imbécil pensara que era mejor que ellos, tenía tanto talento como Holmes y House y se dedicó a utilizarlo en mal… era un imbécil, un imbécil con astucia. Miró a su superior con ese enorme desconcierto y rabia contenida en sus ojos pero no dijo nada, sólo entreabrió la boca sin darse cuenta, le miró como un idiota, y tal vez lo era porque estaba al borde de la muerte a manos de un montón de “inferiores” y no se le ocurría algo genial para decir siendo que se le consideraba el rey de la espontaneidad sarcástica.

-Ok, demasiado por un día ¡Cameron haz que se ponga de pie!- Ordenó tranquilamente el hombre que observaba en el centro de aquella gran azotea, el cielo estaba despejado, un día de nubes grandes aquí y allá, sin estar propiamente nublado pero sin sol para dicha de Moriarty, no quería que nada impidiera la visión de una inminente caída que no significaba menos que la derrota de Holmes. Estaba tan eufórico de alegría que amplió una gran sonrisa maníaca y juntó las manos entrelazando los dedos apretando fuerte el agarre conteniendo el loco impulso de matarlo de una buena vez.

La chica acudió rápidamente al llamado y sacó un arma mientras Cuddy desataba la cuerda en sus piernas con una navaja muy afilada y evitaba la mirada de House con algo que no sabía indagar del todo el nefrólogo ¿Era indiferencia o vergüenza? ¿Quizá confusión? Escuchó el arma cortar cartucho cuando la más jóven apuntó a su sien y el otro de un respingo se levantó en reacción automática, sus piernas temblaron, no tenía su bastón y la tensión había hecho que se tensara y acalambrara. Un frío intenso le recorrió y cerró los ojos con fuerza. –De tres pasos hacia atrás- Ordenó Cameron y Moriarty vio su reloj.

-Tic tac, tic tac- Presionó el hombre de mirada oscura con una psicópata mirada fija en el otro, podía saborearse ese loco deleite ante ese momento, esa escena… su piel estaba erizada y no podía dejar de sonreír de forma incrédula y presuntuosa. –Nuestro amigo siempre es puntual ¿cierto House? ¿Qué pasa? ¿Nada qué decir antes de morir? Anda, tengo ganas de reír- Le “animó” extendiendo los brazos hacia él y después no pudo evitar reírse por al fin ver una mirada completamente derrotada del médico, lo había vencido de tantas maneras que no había forma de justificarlo en su cabeza, errores imperdonables de observación, errores… aquello tal cual era lo más catastrófico.

 

- ¡MORIARTYYY!- Gritó Holmes al llegar corriendo justo frente al edificio de unos tres pisos. -¡AQUÍ ME TIENES!-

 

-Tan dramático- Agregó bajando las cejas con cierta sorna y negando ligeramente mientras miraba a House como platicándole casual. Suspiró y caminó justo a un lado de House haciendo que Cameron se alejara y poniéndole la pistola en la frente a House con brusquedad mientras miraba severo y aterrador hacia abajo sacando el celular para hacer una llamada a su “invitado” principal.

 

Holmes estaba anonadado con aquella imagen -¡Noh!- Jadeó agitado y un nudo se formó en su garganta al ver la espalda del médico vestido de gala para su muerte. No podía dejar de observar… Watson no estaba con él, venía solo. Su celular comenzó a sonar y contestó con las manos temblorosas, no dijo nada sólo escuchó con sus enormes ojos castaños visiblemente afectados por toda la información que repentinamente llegó a su cabeza, de repente todo tuvo sentido, todo se rebeló en lentas escenas en su cabeza que re repente pasaron como en cámara rápida al escuchar ese tono.

 

-¿Qué tal la vista allá abajo? Espero que la encuentres sublime porque… de esta manera celebro mi victoria…-

 

-…¿Porqué?...- Escupió aquella pregunta el otro sin poder quitar la mirada de aquello.

 

-¿Porqué? ¡NO! ¡No puedes preguntar esa mierda ahora! ¿Eres un imbécil ordinario? ¿¡Es lo que quieres decir con esa estupidez!? ¡¡No me jodas Holmes!! ¡¡En serio!! ¿¡Quieres hacerme enojar sabiendo que tengo el dominio de esta puta situación?!-

Holmes dio un brinquito y cerró los ojos mientras escuchaba esas cosas suspirando audiblemente de manera temblorosa -¡No hagas esto!...- suplicó en un hilo de voz, casi un gemido de plegaria. –Ven, lo arreglaremos de otra forma, ajusta las cuentas con el verdadero perdedor, te lo suplico- Su tono tembló en lo último de forma casi deprimente.

 

-No puedes negociar ahora, es absurdo ¡Tú-me-debes! ¡Me debes esta diversión! ¡Me lo debes todo! ¡Tu fama! ¡Tu entretención todos estos años! ¡Tu maldito progreso! ¿No vas a agradecerme antes de que te pateé en donde más te duele?-

 

-¿Cómo quieres que te agradezca?- Cuestionó rápidamente escuchándose un poco más repuesto.

-Tal vez mirando justo hacia la esquina del edificio-

 

Holmes lanzó una mirada periférica casi robotizada hacia ese punto y casi pierde el corazón al ver a Irene Adler aferrando a Watson del cuello pegándolo a su espalda con violencia y apuntándole a la sien, forzándolo a caminar hablándole al oído -¡Dile hola a Holmes!- Una mirada psicópata y sangre seca aquí y allá en ese aspecto arrolladoramente único aterró al detective ¡Esa mujer era un monstruo también!

 

Adler sonrió y lamió el oído de Watson con burla en sus ojos claros.

-¿Te gusta la sorpresa?- Preguntó Moriarty sin poder evitar reírse a carcajadas.

Holmes bajó la cabeza luciendo desesperado y entonces una luz roja se posó discretamente en la cabeza de Adler.

 

El “Napoleón del crímen” dejó de apuntar a un tembloroso House y sencillamente le susurró al oído –Salta y ahórrame el trabajo sucio- Dejó la bocina en su oído para que Holmes escuchara, se le erizó la piel a ambos genios ante esas palabras. Retrocedió lentamente mientras seguía atento al teléfono y no dejaba de apuntarle y fue entonces cuando el nefrólogo no pudo evitar lanzar una mirada llena de ese aire intimidante -¡Jódete!- Entonces miró una luz roja aparecer en el pecho de su verdugo ¡Algo en su cabeza había girado un engrane de comprensión! De repente las cosas tenían sentido, saltar por su cuenta no era una opción para él.

-Por favor…- Gimió Holmes “suplicando” de nuevo y de repente una sonrisa se pintó en su rostro levantando lentamente la cabeza -Sugiero que… todavía no destapes la champaña- Dijo finalmente con un tono firme y Moriarty sintiéndose retado y enfurecido con la mirada azul y el tono de ese detective maldito gruñó enfureciéndose y jalando el gatillo. ¡BANG!

 

.

.

.

 

Todo había ocurrido tan rápido, Moriarty disparó a quemarropa a House, lleno de rabia al captar la trampa en Holmes, Cuddy que estaba ampliamente arrepentida de todo aquello corrió hacia House en cuanto vio la luz escarlata en el pecho de Moriarty sólo para ser blanco de la bala que era para House, el disparo fue inminente, directo al corazón pero abriéndose paso por la espalda. El doctor pudo detectar en sus ojos cómo se le escapaba la vida, ella lo miró con adoración, con arrepentimiento, pidiéndole un silencioso perdón mientras se desplomaba de rodillas frente a él y una bala casi inmediata a esa perforaba una pierna de Moriarty, Cameron había girado el ángulo de su arma de House a éste en cuanto notó a Cuddy impulsarse hacia House.

El tipo cayó de costado al piso tirando el arma pero en un movimiento de volver a tomarla para repetir su intento de tiro el francotirador le apuntó a la cabeza y una bocina con la voz de Lestrade se hizo presente.

 

-¡DETÉNGASE LO TENEMOS RODEADO!- Varios francotiradores se dejaron ver en las azoteas aledañas y otro par de luces rojas enfocaron a un Moriarty que se retorció hasta sentarse y alcanzó el arma valiéndole un carajo, todos cortaron cartucho pero justo cuando pensaron que seguiría con su locura en un rápido movimiento dirigió el arma a su boca y presionó un botón en su celular antes de dispararse y morir por propia mano.

El premio de consolación fue que el celular era el detonador de su guarida que estaba a unas cuadras de allí, toda evidencia de su locura voló en mil pedazos al tiempo que el hombre se desplomaba al suelo haciendo un charco de sangre…

 

Adler al escuchar los disparos y ver tantos hombres armados levantó las manos en el aire soltando a Watson y se giró con amplia satisfacción a arrebatarle el arma mientras tosía y retrocedió un paso mientras el jefe de la policía daba la orden a un par de agentes para esposarla. House había quedado anonadado… Estaba herido y muy adolorido, apaleado psicológicamente también pero estaba vivo…

 

-El doctor House está en shock, déjenlo respirar por favor- Dijo Holmes que se aproximó a la ambulancia a la que habían conducido un par de policías al doctor al subir hasta el techo del edificio, habían arrestado a Cameron también que se había dado por vencida en el acto, el ojiazul seguía con los ojos muy abiertos mirando al suelo, Wilson al mirarlo corrió a abrazarse a su cuello con fuerza.

 

-¡House! ¡Grandísimo idiota!- Exclamó aferrándolo con fuerza mientras temblaba completo contra él. El corazón del nefrólogo dio un respingo que no supo descifrar por el momento pero era de infinito amor hacia ese castaño de cejas gruesas contra él, precisamente había sido todo ese tiempo un “Grandísimo idiota”.

 

Holmes suspiró al verle bien, puso una mano en el hombro bueno del doctor, ya le habían puesto un cabestrillo en el brazo lastimado para inmovilizar el daño y una que otra curación en su rostro. –Lo logramos- Le dijo mientras sonreía y se alejó no sin antes lanzarle una mirada más. –Tú en tu área y yo en la mía, pero lo hicimos- Agregó antes de darse la media vuelta y perderse entre el bullicio que se había armado en esa calle. House se quedó aferrando la cintura de Wilson contra él mientras miraba a un punto fijo entre la gente repensando las palabras de Holmes… Seguramente que no volvería a verlo en un tiempo, esperaba en serio que así fuera, demasiados problemas para un rato con ese malnacido, seguro que ahora su ego no tendría límites.

 

Holmes se aproximó a Watson y le lanzó una sonrisa cómplice mientras discretamente caminaban a una esquina de aquel lugar, Watson abrió la puerta del auto que habían rentado y estacionado allí, ambos subieron y se lanzaron otra mirada cómplice.

 

-Tu plan después de todo no era una locura como dictaminé, funcionó…- Suspiró incrédulo.

 

-Como es natural, no lo habría logrado sin tu valiosa ayuda- Contestó alzándose de hombros y dedicándole una pronunciada sonrisa mientras remarcaba aquello último con algo de sorna. El doctor forense negó ligeramente siguiéndole el juego y rodando los ojos.

 

-¿Nos vamos?- Holmes asintió mientras pintaba una sonrisa y miraba su celular, un mensaje de su hermano, el detective levantó las cejas. –Pff… más trabajo, ¡Que dios me asista!- Watson soltó una sincera carcajada mientras arrancaba el auto.

 

-FIN-

Notas finales:

¡Gracias una y mil veces más! ¡Espero que se hayan divertido tanto como yo con este raro crossover! ;D


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