Capítulo 2: Adaptación I
―Apúrate a llevar eso, el tiempo es dinero y entre más tardes con la leña más van a querer usar la madera especial que se usa para la cocinar y esa si cuesta dinero- decía Kakuzu delante de Naruto ambos llevaban trozos de tronco que habían cortado pero solo el rubio parecía sufrir con la pila de leños que cargaba con los brazos extendidos, a pesar de ser menor cantidad de la que llevaba el tesorero de la organización. El fin que le daban a esa leña era para usar como antorchas que iluminaran la guarida y para alimentar las chimeneas que mantenían cálidas las habitaciones en las noches.
Hacía más de dos meses que el rubio se había integrado a Akatsuki este ya vestía la capa negra con nubes rojas y por debajo llevaba ropa parecida a la de Itachi solo que la parte de arriba era de color naranja. Después de su llegada los equipos de trabajo se habían reacomodado o más bien lo habían asignado a trabajar con Itachi y a Kisame lo habían reasignado con Zetsu.
Naruto desconocía aún si eso había hecho que el de piel azul le tuviera algún tipo de rencor, pero en si todos lo habían recibido bien, la mayor parte del tiempo la pasaba con Itachi y la otra mitad del tiempo dependía de las tareas que se le encomendaran para realizarlas con algún otro miembro de la organización, así como en ese día donde desde temprano había salido a trabajar con el hombre de ojos extraños que le perturbaban por tener la esclerótica negra e iris verde además de tener tantas suturas en el cuerpo.
Al llegar a la guarida el Uchiha ya lo esperaba en la entrada con el mismo semblante serio de siempre ―Que lento eres - le dijo cuando estuvo lo suficientemente cerca para que le escuchara y notando la cara de sufrimiento que tenía le ayudo a cargar los troncos.
Naruto sonrió agradecido de sentir menos peso en sus brazos ―No entiendo porque siguen usando fuego de esta manera tebayo - se quejó mirando de reojo a su compañero.
―Es lo más económico- le respondió Kakuzu como si fuera obvio al pasar a lado de ellos para adentrarse a la guarida primero, esta era una construcción subterránea con varios túneles que todavía para el rubio eran un reto, no podía andar aun por ellos sin perderse, también esa era una las razones por las que no se separaba de Itachi.
Después de acomodar la leña en lo que era el cuarto principal que a fácil deducción de Naruto le llamaba sala de estar o comedor, puesto que ahí había una larga mesa donde todos se sentaban a comer o cuando Pain los llamaba para una nueva reunión las cuales eran prácticamente cada tercer día, ¿y de que hablaban en esas reuniones? Lo cierto era que el rubio apenas y podía poner atención puesto que pasaban 5 minutos de iniciar una y él ya estaba divagando en algún pensamiento que se le cruzaba por la mente después de haber escuchado alguna palabra en específico y si no era eso, se distraía cuando Zetsu o Kisame se sentaban delante de él, no podía evitar los pensamientos de que alguno de ellos dos, si no es que ambos, podían estarlo odiando o peor aún buscado una oportunidad para vengarse ya que por su culpa ahora eran compañeros.
Y tal como si lo hubiera invocado, Pain apareció en la habitación con Konan detrás informando que justo en ese momento se llevaría a cabo una reunión y como si fuera en automático el rubio se desconectó de la realidad a la primera palabra que capto su cerebro hasta que el líder de ellos dio por terminada la sesión y así como entro a la habitación salió acompañado de la única mujer del grupo.
Dando un largo y gran bostezo el rubio se estiro en su silla para apoyar la mejilla contra la mesa cuando ya solo quedaban el resto de Akatsuki en la mesa ― Ah ya me canse de estas reuniones- se quejó en un murmullo sin desear del todo ser escuchado por Itachi que no se había movido en todo el rato y apenas miraba al menor de reojo ―No hablan más que de sus metas, ninjas y dinero- continuo quejándose para sobresaltarse después con el grito de Deidara: ―¡Nadie se levante!, ya serviré la comida. -Dijo para desaparecer por la puerta de la cocina.
―Quisiste unirte ¿no? -fue lo único que escucho como respuesta del azabache que cerró los ojos por un instante en lo que eran atendidos por Tobi que colocaba a cada uno de los presentes el platillo de esa tarde.
Naruto ya acostumbrado a la actitud pedante de su compañero desistió en responderle y ante la vista que tenía enfrente de la comida de ese día no pudo evitar poner cara de desagrado y no era tan solo por la apariencia, sino que el olor no era precisamente de algo que pudiera ser delicioso ―Lo que daría por un ramen-. Pensó.
― ¡¿Que es esta basura Deidara?!, ¿para eso piden tanto dinero? - se quejó Kakuzu sin atreverse a dar un manotazo al plato, que aunque lo deseaba, era enemigo de desperdiciar comida ya que era tirar dinero a la basura.
El rubio mayor salió de la cocina con el ceño fruncido y agitando la cuchara con la que antes había estado sirviendo su suculenta comida ―Si no te gusta para la otra cocina tú, idiota- le grito mientras Tobi en vano intentaba jalarlo de vuelta a la cocina para evitar que siguieran peleando. ―Deidara-senpai, cálmese por favor -pedía el azabache enmascarado para ser golpeado después con la cuchara del cocinero de ese día.
― ¡¿Siempre tienen que estar gritando?!, carajo – termino gritando también un Hidan molesto mientras se ponía de pie con plato en mano con el propósito de ir a su habitación a terminar de comer ―son tan molestos- fue refunfuñando hasta que se dejó de oír.
En los primeros días que Naruto presencio escenas así miraba incrédulo como es que hombres de rango S fueran capaces de comportarse así, de esa forma tan “divertida” no sabía si así podía denominarlos pero lo cierto es que le entretenían bastante y muchas veces tenía que bajar el rostro para no evidenciar que aquello le causaba gracia hasta el punto de casi hacerlo reír a carcajadas y es que cuando se ponía a pensar por qué hasta ese momento no se sentía incomodo de haberse unido Akatsuki era porque nunca había experimentado lo que era vivir con un grupo de personas, que aunque fueran extrañas y asesinos lo hacían sentirse bien e incluido al menos.
Al término de la hora de comida y esperando a que todos los platos usado se juntaran en la pileta se dedicó a fregar estos dado que esa semana era su turno de hacerlo; así como era el turno de Deidara para cocinar esa semana; al terminar de lavar todos los trastes, salió al comedor esperando encontrarse con el Uchiha pero este no estaba ahí como días anteriores donde si lo esperaba.
Sin tomarle tanta importancia, decidió dirigirse a su habitación, posiblemente el mayor se había adelantado.
La habitación la compartía con el Uchiha, quien antes de que llegara dormía solo ahí, pero al haber desconfianza aun por si se quedara o no, metieron una cama extra a la recamara solo para estar siendo vigilado 24/7. Y aunque al principio le daba un poco de miedo dormir a su lado, con los días se fue acostumbrando, dormir con Itachi le recordaba a menudo a los días de misiones donde le tocaba dormir a lado de Sasuke, ellos dos eran del tipo de personas que posición en la que se dormían era la misma que tenían al despertar.
Al entrar a su habitación había esperado encontrarse al azabache, pero al estar solo en ella suspiro un tanto aliviado y se fue directamente a recostarse a su cama, ese día como lo habían hecho levantarse temprano quería aprovechar para dormir, aunque fuera una pequeña siesta.
― ¡Maldita sea!, ¡despierta! -escucho de repente el rubio mientras era sacudido ya de una forma casi violenta por Deidara.
― ¿Qué pasa? -Pregunto preocupado y soñoliento, apenas poniéndole atención al ceño fruncido del mayor que ya llevaba tiempo tratando de despertarlo apenas lo había escuchado.
―Toma tu capa, nos vamos -respondió tratando de contener su ira. ― ¿Qué?, ¿Por qué? -seguía con gesto preocupando mientras le hacía caso y se colocaba la capa, Tobi quien desde antes de que Deidara perdiera la cordura se había sentado en la orilla de su cama le respondió.
―Vamos a un bar, pero si nos vamos nosotros tú te quedarías solo, así que te vamos a llevar~ -canturreo poniéndose de pie.
―Pero… ¿E Itachi? -pregunto el Uzumaki mirando al rubio quien soltó una carcajada ―Ese ya se te adelanto desde hace unas horas.
― ¿No importa que sea menor de edad? -pregunto mientras caminaba atrás de sus compañeros.
―Eso no importa Naruto-chan, en el bar hay solo ninjas malos y rudos -hablo Tobi mientras mirada de reojo al rubio.
Los tres llegaron pronto al lugar, Naruto se impresiono al ver que todo estaba muy bien para ser un lugar de ninjas renegados, mientras se adentraba en el local pudo ver a Hidan y Kakuzu sentados en una mesa, los dos parecían discutir con un mesero mientras Hidan alzaba una botella.
―Seguro el tacaño de Kakuzu no quiere pagarlo -pensó con una queda sonrisa, de todo el grupo ese par era el que más gracia le hacía.
―Bien Naruto, aquí está tu niñera- le dijo Deidara al detenerse en la barra donde solo estaba Itachi bebiendo.
El azabache ya siendo víctima de los efectos del alcohol miro a Naruto de arriba abajo como comprobando que estuviera entero después se dirigió al otro par ―Bien, ahora desaparezcan de mi vista.
Tras el grito de reproche del rubio mayor y retirarse con el enmascarado, el menor se sentó a un lado del Uchiha observando que sobre la barra ya había un par de botellas de sake vacías, sonrió nostálgico al recordar un poco de los días con Ero-senin, cuando regreso en si se dio cuenta de que el azabache lo seguía mirando fijamente ― ¿Beberás o no? -le pregunto acercándole un vasito lleno del licor de arroz.
Encogiéndose de hombros asintió ―Claro. -dijo pensando en que no podía perder nada con un solo vasito.
Un rato después….
― Y luego le dije: no Ero-senin eso es un muñeco de paja, pero me dijo: yo sé reconocer cuando una mujer es real o no, así que déjanos solos y vete a dormir. -le contaba Naruto riendo a carcajadas a un Itachi que le escuchaba pero que apenas y le mostraba una sonrisa.
―Neh, Itachi que aburrido eres-teba -hizo puchero ya con las mejillas sonrojadas debido al alcohol de más de un vasito ― ¿Esa es una regla para ser hermanos Uchiha? -pregunto.
Itachi lo miro y amplio su sonrisa ―Sasuke siempre fue muy serio, porque quería ser aceptado por mi padre y como yo era serio, me imitaba.
― ¿Tu porque eres serio? -pregunto curioso de que mencionara a su padre.
―Supongo que soy así porque tuve que crecer antes de tiempo.
Naruto lo miro curioso, sintiendo su pecho contraerse ante el hipo ― ¿Tu padre era estricto?
El azabache solo asintió levantando el rostro para observarle ―Se lo que puedas pensar, pero no por eso lo mate. -se adelanto a decir ―Es solo que…Yo quería proteger a Sasuke. -intento decir, pero se contuvo antes de continuar y se colocó la capa, ya había pagado la cuenta por lo que se puso de pie con la intención de irse.
Sin entender que pasaba con el mayor lo siguió de cerca mientras se colocaba su propia capa, el Uchiha al parecer se había pasado de copas e iba tambaleándose mientras caminaba a la salida del bar.
―Espérame. -chillo el rubio mientras se ponía a cómo podía la capa y andaba detrás del mayor para sostenerlo por la cintura y dejaba que con un brazo de este le rodeara el cuello. Escucho un sonido que parecía una risa por parte del Uchiha y lo miro reojo para cerciorarse de que no se equivocaba ―Gracias Naruto. -fue lo que escucho por parte del otro mientras le sonreía, juntos caminaban a la par para volver a la guarida.
Naruto que había pensado estar en mejor condición que el mayor creía que sería una tarea fácil pero no conto con el efecto retardado del ultimo vaso que se atrevió a tomarlo de un trago antes de irse.
Continuara...