Había sobrepasado el limite pactado para reunirse en la torre de acero, Endou practicaba con la rueda de caucho, sin haberse percatado de que su amigo aun no llegaba, se notaba bastante agotado pero su sonrisa optimista no era borrada por nada, recordaba como hace algún tiempo atrás no podía ni parar un solo golpe de esa rueda y ahora le resultaba sencillo y hasta divertido.
El capitán de Raimon no se encontraba solo, dando algunos pasos lentos y silenciosos alguien se colocaba justo detrás de el.
-Sabía que estaría aquí- dijo aquella persona con voz serena. - Pero no crees que es algo tarde para que continúes entretenando.-
Endou giro su cabeza al escucha eso, sin darse cuenta de que la llanta que seguía pendiendo de aquella cuerda se dirigía a toda velocidad hacía el proporcionandole un golpe en la nuca.
-eso dolió- sobaba su cabeza a la vez que una mano se dirigía a el para levantarlo.
-Te encuentras bien- Endou tomo su mano y de un fuerte tirón logro ponerse de pie.
-si gracias, estoy bien, pero dime que haces aquí?.-
El chico de protectores en los ojos, cabello castaño y capa azul, no dijo nada, ambos se dirigieron a una de las bancas del lugar cerca del mirador y tomaron asiento.
-Eso es lo que debería preguntarte yo, ya es algo tarde no crees Endou, aunque debo confesarte que vine aquí esperando encontrarte.-
-Solo pasaba el tiempo mientras esperaba a Kazemaru, dijo que tenia algo importante que decirme, y ¿porque me buscabas tu?-
El chico de nuevo guardo silencio algunos segundos, sujetaba el extremo de su capa, dirigiendo su mirada hacia el frente. - Te lo diré, pero...
-Pero, que?- Preguntaba Endou apresurando a su compañero.
-...Pero solo te pido que me escuches hasta el final.-
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En la enfermería escolar después de un gran descanso Kazemaru comenzó a abrir sus ojos lentamente. Aun se sentía cansado pero no podía quedarse ahí, trato de levantarse pero algo se lo impedía. Abrió los ojos por completo y se percato de que un par de vendas ataban tanto sus piernas como sus brazos, no sabía que pensar de esto, o que decir estaba algo confundido.
-Al fin despertaste mi querido Kazemaru-
Giro su rostro intentando dar con la persona de aquella voz, Kazemaru pero antes de que esto sucediera aquella persona ya se encontraba al lado de el.
No te asustes Kazemaru, solo soy yo- El chico moreno de cabellera dorada que respondía al nombre de Ryou Miyasawa le sonreía de forma inocente. En su mano derecha portaba una tijera y en la izquierda un par de vendas.
-Que crees que haces Miyasawa, desatame, tengo que ir a ver a Endou- Al escuchar el nombre de Endou, Ryou apretó los dientes y cambio su expresión, El pelo azul no parecía tomarle importancia a lo que estaba sucediendo, se retorcía y trataba de quitarse el solo aquello que lo sujetaba. -Ya dejate de juegos Ryou es ya es algo tarde, Endou podría irse si no me apresuro.-
De nuevo ese nombre, retumbaba en los oídos del rubio. - Dime Kazemaru, que tiene de especial ese Endou, por culpa de el dejaste el club de atletismo, por culpa de el has caído tantas veces en depresión por no estar a su altura. Debería dejar el soccer, deberías dejar a Endou.-
-Que es lo que has dicho Ryou- Kazemaru detuvo sus movimientos, no podía creer lo que su amigo le decía, ya habían tenido una charla similar hace mucho tiempo, y Miyazawa había aceptado su integración en el equipo de fútbol pero este cambio tan repentino en sus palabras, no lo comprendía, ademas culpar a Endou de todo eso, no le parecía justo, si en ocasiones se sentía inferior era solo culpa suya y no de su capitán. - Ryou solo dejame ir ahora, hablaremos de eso mañana y…-
Kazemaru fue incapaz de terminar con su oración, Ryou cubrió su boca, el movimiento algo rudo y precipitado del rubio lo había tomado por sorpresa.
-Guarda silencio, querido Kazemaru, te haré entender que ese Endou no es algo buena para ti.- Ryou retiro su mano de la boca del peliazul, para comenzar a colocar una venda sobre esta. - Esto servirá mejor, tengo que saber tomar ventaja de esta citación, no se si algún día se podrá repetir de nuevo.-
El corazón de Kazemaru latía atropelladamente, no daba crédito a lo escuchado, comenzaba a asustarse un poco, pero trataba de mantener la calma, calma que se vio interrumpida al sentir el frió metal de las tijeras rozar su piel, su uniforme estaba siendo destrozado por estas, y su camisa había sido reducida a finas tiras, las cuales Ryou levantaba y le mostraba en señal de burla.
- Comenzaré deshaciendome de este asqueroso uniforme, pronto no lo necesitaras mas.-
-"Que es lo que intenta hacer" - pensó Kazemaru, esto ya estaba yendo demasiado lejos, tanto era el odio que sentía Ryou por su equipo, por su capitán, porque nunca se lo había dicho antes.
Un segundo toque metálico lo alarmo, esta vez era en la parte inferior, sin pensarlo comenzó a retorcerse y resistirse a este acto, parecía que su objetivo era dejarlo completamente desnudo.
-Deja de hacer eso Kazemaru, no quiero hacerlo por las malas. - Terminando de decir aquellas palabras le proporciono un certero golpe en el estomago. Continuando con su labor, retiro por completo el uniforme destrozado y lo tiro a piso.
Su mirada lujuriosa se centraba en el miembro aun dormido del peliazul, quién se notaba aterrado y avergonzado.
-Te ves hermoso desde aquí, querido Kazemaru.-
Sus piernas aun se sentían débiles y ese golpe lo había dejado un tanto dolorido. Ademas atado de esa manera no le daba esperanzas de salir de aquella situación. Su amigo, no, su antiguo compañero del club de atletismo le estaba haciendo esto, la cabeza de Kazemaru daba vueltas a tantos pensamientos, se encontraba por completo confundido.
-Haremos algo interesante, haré que olvides por ahora a Endou, ya me encargue de cerrar la puerta y todo el alumnado se ha retirado a sus hogares, nadie nos interrumpirá.- dicho esto se coloco sobre kazemaru, bajando su rostro hasta los pequeños y rosados pezones del chico, quien solo observaba con horror la escena, comenzó a pellizcarlos y a besarlos, pequeños quejidos débiles se notaban a pesar de la mordaza colocada en la boca del peliazul, los besos de Ryou y toqueteos fueron descendiendo hasta llegar a el miembro de kazemaru, con una de sus manos comenzó el frote sobre este, deslizando y sobando de manera continua. El cuerpo de Kazemaru comenzó a tensarse, bajo el vendaje de su rostro, mordía sus labios. La mano libre de Ryou se dirigió a aquel vendaje y lo retiro de manera diestra, Kazemaru tomo aire, la mano del moreno acaricio su rostro y de nuevo bajo a el miembro de su compañero.
-¡Porque haces esto!-
Ryou volteo su rostro y con una sonrisa lasciva dijo: - Quiero escuchar tu voz de placer una vez comencemos-
-¡Sueltame, alejare de mi! ¡ Estas equivocado si yo…-
La masturbación al miembro de Kazemaru iba en aumento, en cuestión de segundos ya se había puesto erecto y Ryou parecía disfrutar de este acontecimiento.
-Ahh… - Kazemaru mordió sus labios, intento a resistirse a lo que estaba comenzando a sentir, su cuerpo empezaba a subir de temperatura.
-Ves Kazemaru, ya estas comenzando a cantar para mi, haré que continúes- el moreno comenzó con la felación, introdujo el miembro ya erecto de Kazemaru en su boca, la cual bajaba y subía instintivamente, Kazemaru seguía resistiendose sin mucho éxito, sus dedos se encajaban en las sabanas blancas de aquella cama, y un hilo de sangre se deslizaba por la comisura de su labios.-
El moreno se separo para recobrar el aliento, quería escuchar la voz de su querido compañero pero este no hacia ninguno. Lo miro y noto como este se resistía a emitir sonidos por su boca, furioso por esto continuo con el acto, deslizando su lengua de manera rítmica, y después acelerando para detenerse en seco, era una especie de tortura que quería emplearle al peliazul. Saco su boca del falo de kazemaru y limpiando su boca le sonrío. - Te resistes demasiado, deberías disfrutarlo, pero noto que estamos por terminar "aquí"- dio un pequeño toque a la punta del pene de Kazemaru y apretando esta dio paso a masajearlo de nuevo con su mano libre, quería impedir que este se viniera, y a la vez aceleraba el movimiento de arriba a abajo.
¡Ahhh, ahh! ¡ Detente!.- Al fin había dejado de morderse los labios. - ¡Ahh!! ¡Por favor ya no lo… no lo hagas! .- el brote de una pequeña lagrima invadía el rostro del chico, su cuerpo temblaba de manera constante, y la vergüenza no era escondida ni por los mechones de cabello en su rostro. Era una visión única y encantadora que nunca creyó presenciar Ryou.
-Me detendré, solo por esta vez, ademas veo que lo disfrutaste.- Lentamente suelta la punta del miembro del otro la cual había apretado con fuerza. Kazemaru no puede evitar venirse en ese mismo instante dejando una sustancia pegajosa y lechosa en la mano de Miyasawa. -tenia razón, en verdad lo disfrutaste.-
-¡Bastardo!.- Kazemaru no disimulaba con sus lagrimas, mas de impotencia que de humillación.
-Espera un momento aquí querido Kazemaru, regresare enseguida.- Se mofo al ver atado a kazemaru, que otra opción tenia, no podría ir a ninguna parte ni aunque quisiera.
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Habían hablado por casi media hora, Endou escuchaba atento cada una de las palabras de su compañero de equipo, y tal y como prometio dejaría que este terminara de hablar antes de decir algo, aun así, nunca se había dado cuenta que Kido tuviese ese tipo de sentimientos hacia con el, la forma de hablar del chico sonada sincera y algo ensayada, por lo que no podía evitar sentir que Kido daba un discurso o una indicación de estrategia.
-Endou, quizá esto es algo extraño para ti, todo lo que te dije, pero en verdad eres alguien preciado para mi, veras yo.-
Tomando por sorpresa a Endou lo sujeto del rostro y le proporciono un ligero y suave beso.
-Kido… lo siento pero yo.- El capitán de Raimon estaba sonrojado, desvió la mirada y cruzo sus brazos de manera tímida.
-Me dirás tu respuesta cuando estés preparado, te esperare.- Kido se levanto de la banca y miro el cielo. - Esta oscureciendo, será mejor que regreses a tu casa Endou.-
-¿Pero Kazemaru aun no llega?.-
-Quizá tenia algo mas que hacer, te acompañare a tu casa si estas deacuerdo.-
Endou le brindo una cálida sonrisa a Kido y se dirigió a tomar sus cosas.
-Vayamos entonces.- Ambos bajaron las escaleras juntos, en completo silencio.
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La puerta de la enfermería se abrió repentinamente, Kazemaru se aterro al escuchar como Ryou se aproximaba a el de nueva cuenta.
-Tranquilizate, no te haré nada por ahora.- comienza a desatarle las muñecas y las piernas. - Ten, te traje tu uniforme escolar, me tome la libertad de tomarlo de tu casillero. Puedes irte cuando quieras.- Soltó una fuerte carcajada. Kazemaru tomo sus ropas sin mirarlo, sentía rabia en esos momentos, pero aun se sentía débil como para hacer algo al respecto.
-Te veré mañana- Dicho esto Ryou Miyasawa desapareció del lugar, el peliazul abrazo sus prendas con fuerzas, y el mechón de cabello callo por su sombrío rostro.
Continuara…