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When you were here, I have no idea… por maiikaulitz

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Notas del capitulo:

Bueno, como verán, ya aparecio Claude en este capitulo, en el prox aparecerá alois Probablemente,

espero qe les guste

A leer!

Capítulo 2: ¿Segunda oportunidad?

 

 

 

Abrió los ojos, atónito por el estruendo que acababa de oír, seguido de un inconfundible grito de Ciel. Se levantó del espacioso sofá de la sala, algo adolorido, al lugar de donde había salido el sonido. Encontrándose con el menor en el suelo junto a la cama, siendo aplastado por un enorme acolchado, que parecía acababa de caer de un estante alto.

 Sacó rápidamente el “pesado” acolchado, haciéndolo a un lado, para ayudar al menor a incorporarse, le extendió su brazo. Este lo aceptó, mientras sobaba con su mano, la zona de impacto, en su nuca.

-¿Estas bien?-Peguntó el de ojos rojos, mientras ayudaba a “su pareja” a sentarse en la cama.

 

-Si, sí estoy bien, gracias…-Susurró-Es un acolchado asesino…-Agregó mientras volvía a incorporarse, notando así Sebastian las valijas medio llenas que había alrededor de la cama. Las valijas siempre eran mala señal, eso le había enseñado su primo cuando era más pequeño.

 

-¿Por qué empacas tus cosas?-Preguntó en un tono serio el mayor, mientras se acercaba a el aludido.

 

-Me voy Sebastian, es lo que acordamos ayer. Me voy a tomar un tiempo para pensar.-Finalizó acomodando un par de jeans dentro de una maleta.

 

-Ciel, yo…-Comenzó, mientras tomaba de las manos a Ciel, colocándose junto a él, en cuclillas sobre el suelo.-No quiero que todo termine así…-Susurró suavemente mientras acariciaba la mejilla del contrario. El de ojos azules sólo atinó a moverse, para evitar la caricia, frunciendo el seño de inmediato.

 

-Sebastian…-Lo interrumpió-Ambos sabemos que esto no te interesa, te conozco hace varios años, y temo decir que veo el “final” grabado en tus ojos…-Acarició suavemente los párpados de su adjunto.-Te amo con todo lo que este pequeño corazón podría amarte, pero aún así, si tu no me correspondes, no es suficiente…-Comenzó a sentir cómo sus ojos comenzaban a humedecerse lentamente, haciendo su vista más borrosa.

-Lo siento, pero no esta en mis manos perdonarte, tu tienes que cambiar.-Terminó, mientras cerraba una de las cuantas valijas que al parecer utilizaría para mudarse.

 

-Ciel…-Volvió a formular el mayor con voz suavizada.-Si me das una segunda oportunidad, voy a demostrarte todo el amor que siento.-El menor lo miró esperanzado, pero a la vez dudoso.-Además, lamento mucho la discusión que tuvimos ayer, nunca pensé que ibas a malinterpretar las cosas…-Hizo una leve pausa, mientras le acomodaba un mechón de cabello detrás de la oreja.-Nunca te tomé como un juguete, sabes bien cuanto te aprecio, nos conocemos hace 6 años, y hace 6 años que somos novios.-Terminó de explicar, mientras una gran sonrisa se formaba en su maduro rostro.

 

-¿Recuerdas, cuando éramos alumno y profesor?, era un amor prohibido…-El menor asintió, mientras sentía el calor en sus mejillas.-Incluso dejé de trabajar de profesor de química, para poder estar juntos…-Depositó un suave beso en su pálida frente.-Sacrifiqué muchísimas cosas por ti, y sinceramente volvería a hacerlo mil veces más, sólo necesito otra oportunidad, para demostrarte que puedo ser un buen novio ¿Si?-El menor asintió anonadado por las palabras de Sebastian, siempre lograba que lo perdonara.

 

-También siento mucho lo de anoche, no debí gritarte, y mucho menos golpearte…-Se disculpó el universitario, mientras volvía a tomar su lugar en la cama.-Estaba muy estresado, ayer fue un día muy difícil para mi, realmente lo siento.-El mayor asintió, mientras alborotaba sus suaves cabellos.-Por ahora no voy a irme, lo pensare con más claridad. No puedo tomar una decisión si no tengo la cabeza fresca.-El mayor se sorprendió por la madurez que manejaba quien había sido su pareja por seis años.

 

-Gracias-Le agradeció el mayor, mientras se retiraba de la habitación. Al menos, por ahora estaba seguro de que Ciel no se iría a ningún lado.

 Tomó su teléfono móvil de la mesada de la cocina y marcó un número en la lista de contactos. El sonido de espera sonó unas 3 veces hasta que por fin alguien lo atendió.

 

-¿Claude?-Preguntó mientras se dirigía lentamente a la salida del apartamento. El hombre detrás de la línea contestó con una voz seria y monótona.-…Entonces, ¿Nos podemos encontrar en el café de siempre dentro de media hora?-Preguntó, mientras recibía de inmediato una respuesta afirmativa por parte de su receptor.-Gracias, nos vemos…-Colgó el teléfono, mientras se acomodaba el abrigo para salir.

 

 

Desde que era pequeño, Sebastian nunca había tenido una figura paterna. Su progenitor trabajaba en una oficina las 24 horas del día, y las pocas veces que lo veía, los fines de semana, no pasaba tiempo con él. No tenían una muy buena relación, pero el reemplazo de un padre, o un hermano mayor, para él, siempre había sido su querido primo Claude Faustus. De la familia de su madre, mayor que el por 2 años. Siempre estaban juntos, Claude lo protegía y consolaba en su niñez, y en la actualidad también.

 Por esas causas, era que iba a encontrarse con el susodicho esta tarde. Para que lo aconsejara con el tema Ciel

 Sabía perfectamente que su primo sentía una gran cantidad de celos hacia su pareja, pero de todas formas, quería conocer su opinión. Justamente por esa causa, es por la que estaba entrando en aquel café, en el que almorzaría con su primo.

 

Apenas entró, divisó al de lentes, sentado en una mesa algo apartada, hablando por su móvil, pero al divisarlo, cortó la comunicación rápidamente, importándole poco la urgencia de los negocios. El menor se sentó enfrentado, dirigiéndole una sonrisa como saludo. El mayor la correspondió, y le hizo un gesto al mozo, para que los atendiese.

 

-Sebastian, tiempo sin verte…-Comentó en forma de burla el mayor, mientras acomodaba sus rebeldes cabellos negros, o al menos lo intentaba.

 

-Lo mismo digo primito-Contestó, mientras recibía el menú del lugar, comenzando a buscar el plato que degustaría.- ¿Cómo has estado?-Preguntó cordialmente, mientras le dirigía una profunda mirada al de cabello lustroso.

 

-No muy bien…-Esbozó una mueca de disgusto, mientras masticaba una tostada que acababa de sacar de la panera en el centro de la mesa.

 

-Me dijiste que querías verme porque habías tenido una discusión con Ciel ¿No?-Pronunció el nombre del joven en un tono notablemente despreciativo, lo que pareció no importarle en lo más mínimo al ojirojo.- ¿Qué sucedió?-Cuestionó finalmente, mientras probaba el trago exótico que acababan de traerle, decidiendo que no sabía tan mal.

 

-Tuvimos una discusión antes de ayer, una bastante subida de tono…-Suspiró profundamente, evidenciando su fatiga mental.-La verdad es que me tomó por sorpresa, dijo que se sentía solo, y que sólo lo usaba para el sexo, y no se que otra cosa. No quiero ni acordarme.-Remató con una sonrisa irónica, mientras el mayor asentía, sin entender del todo la situación.

 

-¿Qué tan subida de tono?-Lo miró seriamente, al parecer, preocupado por su primo. El de ojos rojos movió su cabeza a ambos lados, indicando el balance de la situación.

 

-Mmm... más o menos, lo único malo es que me golpeó, e incluso insinuó que quería tomarse un tiempo.-Admitió cabizbajo. No le gustaba tratar ese tipo de temas, y mucho menos cuando la herida todavía estaba abierta. Sin dudas, si no se tratara de Claude, no hubiera entrado tanto en detalles.

 

-Y ¿Se fue?-Preguntó, intentando poco ocultar ese deje de esperanza en su voz. El menor negó rotundamente.

 

-Por Dios, claro que no se fue…-Casi gritó, mientras acomodaba algunos cabellos de su flequillo detrás de su oreja, jalándolos hacia atrás en un acto de nerviosismo.-Pero estuvo a punto. Incluso cuando me desperté, ya tenía algunas valijas armadas.-El de lentes esbozó una risilla.

 

-Pensé que te había advertido que las valijas siempre son mala señal.-El menor lo acompañó en la risa.

 

-Lo sé, pero cuando Ciel se propone algo, la verdad es que la mayoría de las veces no puedo pararlo.-Admitió, mientras se empinaba de nueva cuenta la copa de vino.-La verdad, es que me hirió en el orgullo el hecho de que me haya manejado de esa manera. Casi tuve que rogarle de rodillas esta mañana para que no se valla-Admitió, mientras tomaba con un escarbadientes un elemento de la suculenta picada que segundos antes les habían traído.

 

-Eso puede arreglarse…-Propuso el mayor con mirada desafiante, atacando a su primo a través del cristal de sus lentes.

 

-¿Tienes ideas?-Preguntó interesado el de ojos rojos, mientras se recostaba en el sofá en el que descansaba, incitando a Claude.

 

-¡Ja! Claro que tengo ideas, Sebastian, me subestimas…-Declaró, mientras tomaba entre sus finos dedos la larga copa de vidrio, esbozando una macabra risilla.- ¡Es más! Se cómo hacer para que caiga a tus pies. Va a rogarte que no lo dejes…-Concluyó, mientras incitaba con sus palabras la “inocente” mente de Sebastian.

 

El menor curvó una agradable sonrisa, ignorando las consecuencias que sus actos traerían…

Notas finales:

Reviews??? SIIIIIIIIIIIIIIIIIIII :D


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