CAPITULO 12: INEXPLICABLES SUCESOS
Abracé a Sasuke con toda la desesperación de mi deseo. Al no poder disculparme con palabras, quise decírselo con mi abrazo, mis labios y con el amor que siempre sentí por él todo este tiempo y que los años nunca fueron capaces de borrar.
Pero aunque muy en el fondo sabía que era su hijo y que eso no aliviaría mi conciencia, al menos quería un minuto de paz en mi corazón... quería pedirle perdón al rostro que correspondía mi beso.
-
Perdoname Sasuke- dije con lágrimas deslizándose por mi cara.
Sasuke me miró con dolor en sus ojos mientras secaba tiernamente con sus dedos el rastro de mi llanto.
-
No...no hagas eso. No te disculpes- dijo tratando de tranquilizarme.
-
Pero no creí en ti... Sasuke.
Sonrió de forma triste ante mis palabras, y sin responder a ellas levantó mi rostro y volvió a besarme.
Se levantó del piso lentamente mientras tomaba mi mano derecha ayudándome a ponerme de pie y la siguió sosteniendo mientras me conducía a través de su casa hasta llegar a su habitación...
Cuando entramos en su cuarto todo estaba en oscuridad, pero Sasuke no se molestó en encender la luz y yo sólo me deje guiar por su firme mano hasta que me llevó con suavidad hacia su cama.
Me recostó con delicadeza mientras me volvía a besar de una forma delicada y entrelazaba sus manos con las miás. Su beso y su cuerpo eran tan cálidos que no podía resistirme. Era preso de la sensación que me brindaba el suave roce de sus labios.
No quería pensar en nada, sólo quería dejarme llevar por la emoción que me invadía en ese momento... quería que Sasuke me besara como hace tantos años no lo hacía.
Sus dulces labios bajaron por mi cuello hasta llegar a mi pecho, mientras desabrochaba con su mano derecha los botones de mi blanca camisa.
Avanzaba a través de mi torso a medida que me despojaba de mis ropas dejando el calor de sus besos sobre mi cuerpo... Pero las fuerzas me abandonaron de pronto con una suave sensación.
Fui cayendo en una tranquilidad acogedora que me envolvió por completo, dejando que mi conciencia se sumergiera en una neblina de paz, mi cuerpo se hiciera ligero y que perdiera la noción del tiempo...
La palabra “perdón” salió una vez más de mis labios antes de que se deslizara la última lagrima de mis ojos y cayera en un profundo sueño acogedor...
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Desperté a la mañana siguiente. La luz matutina inundó la habitación con su hermoso resplandor olvidando casi por completo en donde me encontraba.
Mi mente quedó en blanco por un instante mientras recordaba todo lo sucedido el día anterior. Me hubiera gustado que todo fuera solo una pesadilla que se esfumaría con despertar. Pero sabía perfectamente que no era una ilusión, y los sucesos contados por Itachi eran la verdad que siempre quise saber.
Pero el rumbo de mis pensamientos se detuvieron al sentir una presencia a mi lado. Un peso en mi mano me devolvió a la realidad y en ese momento creí que era un sueño: Sasuke dormía a mi lado con su mano derecha entrelazada con mi mano izquierda.
La visión de su rostro durmiente me hizo olvidar por un momento mis preocupaciones y contemple con detalle su hermosa cara. Pase mi mano libre por su suave cabello negro y acaricié con mi pulgar su mejilla... sólo para confundirme más aún.
No debía quedarme un minuto más en esa casa, quería irme lejos. Quería pensar con tranquilidad y donde pudiera poner en orden todo lo que había pasado y que aún no era capaz de asimilar.
Desenlace nuestras manos y me levanté para vestirme. Pero cuando desabrochaba la camisa que tenia puesta me di cuenta que no era la misma, era una talla más grande.
Y por un fugaz momento el pensar que Sasuke me había desnudado para colocarme una camisa limpia me sonrojo por un leve instante.
Me sorprendió encontrar que toda mi ropa estaba limpia y doblada sobre un sillón situado al rincón de la habitación, y me vestí con ella en silencio, casi sin hacer ruido.
Cuando ya estuve listo para irme algo me detuvo antes de darle la vuelta a la perilla de la puerta. Me devolví nuevamente hacia la cama, quedando al lado de Sasuke y lo admire por un momento que me pareció irreal.
Cerré los ojos y deposite un sutil beso sobre su labios pidiéndole perdón una vez más.
Caminé hacia la puerta creyendo que mis palabras no tendrían respuesta pero una voz firme y cargada de tristeza me detuvo al decir:
-
No necesitas pedir perdón.
Quedé congelado enfrente de la puerta. Me di vuelta, apoyando mi espalda a poca distancia del pomo de la puerta y encontré a Sasuke sentado en la cama mirándome fijamente con tristeza. Le devolví su directa mirada y le dije con mi más sinceras palabras:
-
Pero no creí en ti... ni en tus palabras. Solo pude pensar que me habías traicionado, buscando en Sakura lo que yo nunca hubiera podido darte...
Una familia.
Sasuke se puso de pie y camino hasta quedar a pocos centímetros frente a mí. Vestía unos pantalones negros y su torso estaba desnudo. Con su mano izquierda levantó mi barbilla y mirándome directamente dijo:
-
Soy yo quien necesita tu perdón... nunca quise que esto llegara tan lejos.
-
¿A qué te refieres?- dije al no entender su expresión.
-
Pronto vas a entenderlo Naruto...
Deposito un fugaz beso sobre mis labios, abrió la puerta que estaba a mi lado y se alejó de mi vista, dejando en mi memoria su delgada y hermosa espalda..
Quede inmovilizado junto a la puerta que dejó abierta. Ahora su forma de comportarse me parecía más extraña y más confusa, mientras nuevas dudas surgían en mí...
“ ¿Hasta cuando jugaría con mi conciencia empujándola al borde de un abismo?”
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Deambulé durante todo el día por las calles y llegue a mi departamento al caer la noche. Mientras subía las escaleras pesadamente pude notar el cansancio que sentía, y en el estado en que se encontraba mi cuerpo. Busque las llaves distraídamente y las saque de mi bolsillo derecho con pereza. Pero al encontrarme a tan solo unos pasos de la entrada de mi solitario hogar supe que algo no estaba bien, quedando asombrado por el extraño suceso: la puerta se encontraba entreabierta.
¿Cómo es posible?- pensé - Estoy seguro que la dejé cerrada al salir.
Me precipité a llegar a ella y la abrí de un golpe seco hasta atrás, pero la casa estaba completamente a oscuras.
Encendí las luces del departamento para poder ver mejor y solo para encontrar que todas las cosas estaban en orden y en el mismo lugar en que las había dejado.
Con la leve sospecha de que alguien pudiera estar en el interior además de mí, comencé a registrarlo de manera cautelosa y con la guardia en alto para defenderme en caso de que alguien extraño hubiera entrado.
Al llegar a mi habitación una sensación extraña de apoderó de mí al encontrar la cerradura del cajón de mi velador hecho pedazos y con marcas de haber sido forzado. Apresuradamente avancé hacia el mueble, pero mis músculos se paralizaron cuando el miedo se apoderó de mí al sospechar lo que había ocurrido. Alargue mi brazo hacia el cajón para abrirlo, pero contraje mi mano incapaz de tocarlo, mientras me invadía el presentimiento de lo que había pasado y el miedo de que fuera cierto se apoderaba lentamente de mí.
Estiré el brazo una vez más para abrir el cajón. Mis movimientos eran lentos, hasta que con la punta de mis dedos deslice suavemente el compartimiento que contenía el mayor tesoro que poseía y que en ese momento no estaba… el diario de Sasuke.
Una fuerte sensación de tristeza, miedo y vacío me invadió por completo mientras unas silenciosas lagrimas caían sobre mi rostro. La desolación que sentía en ese momento solo se podía comparar al día que perdí al amor de mi vida, y ahora también perdía el único recuerdo que me había dejado.
Mi mente se puso completamente en blanco y casi incapaz de reaccionar ante lo que acababa de suceder pero…aun así solo una pregunta rondaba en mi cabeza ¿Quién robo el diario de Sasuke?
Mientras mi cuerpo comenzó a temblar por la conmoción que se apoderaba de mí, casi como un rayo y por un fugaz instante apareció una única respuesta que resonaba en el interior de mi mente como un eco… y que se resumía en una sola palabra
Uchiha…