CAPITULO 3: DESENTERRANDO RECUERDOS
FLASH BACK
Estaba de bruces sobre la cama, incapaz de moverme por la falta de fuerzas. Estaba agotado, con la respiración entrecortada y con el corazón acelerado.
La sabana blanca de mi cama solo cubría una porción de mi cuerpo, dejando al descubierto mi torso y mis piernas.
Las lágrimas me resbalaban por los ojos sin poder detenerlas, deslizándose lentamente sobre la curva de mi nariz hasta caer en la almohada.
Con la mirada fija observaba el reloj que contaba los segundos en un tic-tac que retumbada en mi interior…era el único sonido en la habitación.
Sasuke estaba sentado en una orilla a los pies de la cama, podía sentir su peso al lado de mi pierna izquierda. A pesar de que hacía frío no me arropaba, la debilidad de mi cuerpo incluso no me dejaba hacer ni el más mínimo movimiento.
Nos encontrábamos en un silencio sagrado que ninguno rompía. Solo el tiempo se hacía presente con el sonido de las manecillas del reloj, y nuestra respiración nos decía que todavía estábamos en la misma habitación.
De pronto Sasuke suspiró hondamente y con su mano deslizó todo su pelo hacía atrás. Me miró fijamente y con la mirada perdida durante un momento, se inclinó a mi lado, sentí el ruido de algo que dejó en el velador y depositó un suave beso sobre mis ojos y dijo en un susurro:
- Perdóname Naruto…Te amo.
Al no escuchar una respuesta de mi parte, suspiró con una nostálgica sonrisa. Se puso de pie y se vistió. Antes de salir por la puerta giró su rostro diciéndome:
- ¿Sabes las veces que te he dicho que “te amo” sin recibir una respuesta?- suspiró pesadamente- Y ahora me das tu respuesta de la forma más cruel posible…
No podía responder, estaba como un muñeco sin vida sobre la cama. Incapaz de moverme o de decir una palabra. Quería pararme, abrazarlo, besarlo, olvidar su traición, pero no podía. El dolor, la humillación y la tristeza estaban apoderados de mi alma, incapaces de dejarme ir, hundiéndome en la más completa oscuridad y soledad.
- Pero aún así, quiero que estas palabras nunca las olvides… Te amo- dijo antes de cerrar la puerta tras de sí.
Las lágrimas acumuladas en mis ojos me nublaban la vista y solo pude ver de manera borrosa su espalda mientras se alejaba de mi vida…
Esa fue la última vez que vi a Sasuke
FIN FLASH BACK
- Sasuke dije antes de despertar con una pesadez en mi cabeza. Abrí los ojos lentamente y solo entonces me percaté de que estaba soñando con el pasado. Mientras parpadeaba para que la visión se me hiciera cada vez más clara me preguntaba “¿Por qué después de tanto tiempo volvía a recordar eso? “
Me senté en la cama para aclarar mis ideas y una fuerte punzada en mi cabeza hizo que me llevara la mano hasta ella, en ese momento me di cuenta de que estaba vendada, pero ¿Por qué?
Había ido a mi oficina para conocer a mi nuevo alumno y entonces… Se me vino la imagen de un adolescente igual a Sasuke con los ojos color verde.
Ahí recién caí en la cuenta. Cuando vi la carpeta había una fotografía y el nombre de Uchiha Sasuke. Pero ¿Cómo era posible?... No lo entendía. ¿Cómo se puede parecer tanto a Sasuke si…? Las lágrimas comenzaron a brotar sin darme cuenta, hasta que una voz me sacó de mis pensamientos.
- ¿Te encuentras mejor Naruto?- dijo Gaara entrando por la puerta de la enfermería- ¿Por qué lloras?- añadió con cara de preocupación.
- ¡Ah! Gaara, no es nada – dije secándomelas con las manos.
- Tomé tu clase mientras estabas inconciente, así que no te preocupes- dijo de forma natural. Siempre nos ayudábamos mutuamente.
- Gracias… El nuevo alumno…- no pude terminar la frase, se me hizo un nudo en la garganta.
- Ya lo presenté a los demás alumnos, no te preocupes- dijo dándome una palmada en el hombro- Sigue descansando.
- No - dije consultando mi reloj y poniéndome de pie- Ya me siento mejor. Quiero presentarme en la siguiente clase.
- ¿Estas seguro? Creo que deberías descansar un poco más.
- Si… te preocupas demasiado- le dije con una sonrisa.
- Esta bien… entonces vamos por un café para reanimarte- dijo dándome ánimos.
- Eso suena bien- dije aceptando su invitación.
Salimos de la enfermería con dirección hacia la sala de profesores. Mientras caminábamos me acordé del momento en el que me había desmayado y le pregunté:
- A todo esto Gaara. ¿Como llegué a la enfermería?
- Tu nuevo alumno fue quien te llevo. ¡Ah! Acuérdate que tienes que firmar su formulario, no lo hiciste.
- Dónde…- trague saliva al enterarme de eso- ¿Dónde quedaron los papeles?
- En tu oficina.
- Discúlpame Gaara, creo que debo arreglar este asunto primero.
- Está bien- dijo un poco confundido.
Salí con paso apresurado hacia mi oficina. Tenia que comprobar si lo estaba sucediendo no era una alucinación producto de mi imaginación o de un sueño.
Abrí la puerta de manera fuerte y la cerré rápidamente con seguro, no quería ser molestado bajo ninguna circunstancia.
Encima de mi escritorio estaba la misma carpeta que se me había caído de las manos en cuanto vi el rostro de mi nuevo alumno.
Me senté en la silla y quede mirando el sobre color café de manera fija. ¿Y si todo había sido un sueño? Respiré hondo y abrí el contenido. Era la misma hoja que había visto hace unas horas atrás. No podía creerlo.
Mi nuevo alumno tenía el mismo rostro y el mismo nombre que mi antiguo amante. Según el expediente se había trasladado a esta cuidad por el trabajo de la persona que era su tutor; su tío Uchicha Itachi.
Quedé sorprendido, Itachi era el presidente de la Corporación Uchiha y también era el hermano de Sasuke, eso significaba… que mi nuevo alumno era el hijo de la persona que amaba.
- No puede ser- dije en un susurro mientras las lagrimas otra vez se hacían presentes en mí.
Me recline en el respaldo de la silla con la cabeza hacia atrás y los ojos cerrados. ¿Cómo puede ser el hijo de Sasuke tan igual a él, y con el mismo nombre? ¡Maldición! Lo que menos quería era desenterrar el pasado y con ese niño cerca era lo que seguramente iba a ocurrir.
Mis pensamientos fueron interrumpidos porque alguien llamaba a mi puerta. Abrí los ojos de golpe y me puse de pie pensadamente para abrir la puerta.
- ¿Se encuentra mejor sensei?- me preguntó la persona en quien estaba pensando.
- Si…- dije un poco confundido, y tratando de recobrar la compostura añadí- Gracias por llevarme a la enfermería.
- De nada. ¿Puedo pasar?- dijo con un tono seguro.
- Claro- dije con un tono que disimulara mi nerviosismo.
Se sentó en uno de los dos sillones que tenía. En medio de ellos se encontraba una pequeña mesa de centro.
Lo miré durante unos momentos. Su voz, su rostro, su cuerpo…era estar viendo a la persona que amaba. Quité ese pensamiento rápidamente de mi mente y le dije:
- ¿Quieres un café?
Antes de recibirr una respuesta me acerque a la maquina de café para encenderla. Pero sin haberme percatado unos brazos se posaron a mi lado, afirmando sus manos sobre el mueble y una voz susurró en mi oído:
- Te quiero a ti Naruto sensei.
Gire mi cuerpo y me di cuenta de que Sasuke estaba frente a mi acorralándome entre el mueble y sus brazos.
- ¿Qué…?
No alcance a terminar la frase. Alzó mi rostro con dos de sus dedos y me dio un beso, suave en un principio mientras estaba sorprendido. Pero poco a poco fui cayendo en la profundidad de sus ojos verdes y en los recuerdos de ese rostro. La sensación me envolvió junto con las memorias del pasado mientras nuestro contacto se hacia más profundo y lleno de pasión.
- Sasu… - dije casi sin aliento, separando un poco el contacto de nuestros labios.
El sonrió de medio lado y me dijo:
- ¿Mis besos son mejores que los de mi padre?
Lo empuje, distanciándolo de mi, y quedé mirándolo confundido “el no era mi antiguo amante... ¿que me pasaba?
- ¡No me toques! – le dije entre asustado y confundido.
- Eso va a ser imposible- me dijo con una total seguridad y una sonrisa irónica en sus labios.
- ¿Por qué dices eso?
- Porque tú eres mío Naruto… siempre lo has sido- dijo acercándose a mí depositando un ligero beso sobre mis labios.
Dio medio vuelta y se dirigió hacia la puerta y antes de salir añadió:
- Siempre serás únicamente mío.