CAPITULO 7: REVIVIENDO LA PASIÓN
Llegué al Instituto más temprano de lo usual y primero que todos. Una breve nostalgia me invadió cuando crucé el portal del establecimiento y ver que ningún alumno me daba la bienvenida. Por lo general siempre encontraba a alguno que me deseaba los “buenos días” con una sonrisa, y eso me animaba para comenzar mi jornada.
Camine lentamente por los desiertos pasillos escuchando el eco de mis pasos. El silencio y la tranquilidad resultaban extraños al estar acostumbrado a las voces de los alumnos que cada día inundaban las salas de clases.
Me dirigí directamente a mi lugar preferido dentro del instituto. El que le daba a mi vida un momento mágico y era un refugio para mi alma, sobretodo en los momentos en que me sentía triste o confundido.
Y en este instante sentía una profunda mezcla de sentimientos que me eran inexplicables. El hijo de Sasuke significaba un enigma que quería descifrar, pero algo incomprensible en mi interior impedía que lo hiciera.
Suspiré cansado ante tales confusiones mientras abría la puerta del salón de música. Era un cuarto situado en el primer piso del establecimiento, espacioso y bien iluminado por las grandes ventanas de vidrio. El piano se encontraba majestuoso en medio del amplio salón, y enfrente de él se ubicaban los asientos de madera que ocupaban los estudiantes en forma creciente, como si fuera un teatro en miniatura.
Los demás instrumentos de viento, cuerda, percusión, etc. se guardaban al fondo del salón en grandes estantes bajo llave para que no se dañaran, y fueran utilizados sólo durante las horas de clases de música o por los alumnos autorizados por mí.
Pasé mi mano por la cubierta suave del piano negro antes de sentarme en el pequeño piso giratorio. Me quede un momento con las manos en alto sobre las teclas antes de comenzar a tocarlo.
De a poco los sentimientos que habían en mi interior comenzaron a inundarme de tal modo que terminaron desbordándose en una de las piezas musicales con mayor importancia para mí: Claire de Lune, Debussy.
(http://www.youtube.com/watch?v=LlvUepMa31o)
Era la composición favorita de Sasuke. Cada vez que se sentía melancólico me pedía que tocara esa melodía para él. ¿Hace cuanto tiempo que no tocaba esta canción?... No lo recordaba… Pero sí recordaba lo que significaba para él…
Me dejé invadir por la nostálgica melodía llena de memorias cuando sus notas comenzaron a inundarme del pasado.
FLASH BACK
- ¿Sabes por qué me encanta esta melodía?- me preguntó Sasuke una tarde en que me encontraba practicando en la sala de música del Instituto para la competencia nacional de piano, y él me hacia compañía como siempre sentado en la tercera fila de los asientos.
Lo miré durante un momento mientras tocaba el piano, y curioso porque no lo sabía negué con la cabeza hacia donde se encontraba sentado.
Se puso de pié desde la tercera fila y comenzó a bajar por las escaleras sonriendo dulcemente, y mirándome fijamente desde la distancia me respondió:
- Porque fue la primera pieza que te oí tocar.
Dejé de tocar al instante. Quedé sorprendido por lo que había dicho porque no esperaba una confesión de ese tipo y tan de repente. Caminó hasta sentarse a mi lado en la pequeña banca que había frente al piano, y mirando hacia la ventana continuó diciendo:
- Ese día estabas tan triste… como si anhelaras algo que sabías que no podías alcanzar, pero aún así lo añorabas. Y aunque tus ojos no derramaban lágrimas cada nota en el piano era como si lo hicieras llorar por ti- suspiró- Fue la melodía más triste que había escuchado nunca y aún así la más bella de todas por la fuerza de los sentimientos.
Quitó su vista de la ventana y me miró directamente a los ojos de una forma que no supe interpretar completamente, pero si pude sentir la fuerza de lo que sentía en ese momento.
- No sabes lo importante que eres para mí- dijo antes de desarmarme con un cálido y tierno beso.
Era precisamente esa calidez la que me impedía negarle algo. Me dejaba llevar por él, por sus sentimientos, sus emociones y por esa fragilidad de la sólo yo tenia conocimiento.
Se separó un poco de mis labios y dijo en un susurro sobre ellos antes de volver a atraparlos:
- Te amo Naruto.
Después de unos segundos dejó de besarme y me dijo con una sonrisa:
- Cuando termines de ensayar te acompañaré a casa.
Solo asentí con la cabeza al saber lo que eso significaba. Y con una mirada tierna que parecía un dulce ruego añadió:
- ¿Tocarías Claire de Lune una vez más para mí?
Volví a asentir pero esta vez devolviéndole la sonrisa, antes de comenzar a tocar nuevamente esa sonata.
Sasuke se dirigió hacia la ventana, mirando el patio desde el segundo piso en donde nos encontrábamos y se ubicaba la sala de música. Se cruzó de brazos apoyándolos en el marco y poso su cabeza en ella con los ojos cerrados, deleitándose con el sonido del piano.
Mientras volvía a tocar nuevamente lo miraba de vez en cuando, apreciando su bello rostro y de cómo alguien como él era mi amante y a veces mi inspiración…
Caminamos en silencio hacia mi casa, tomados de la mano aprovechando la oscuridad que se estaba formando por el término del día.
Llegamos a mi departamento al caer la noche, y apenas cerré la puerta de entrada Sasuke me envolvió con sus cálidos brazos desde mi espalda depositando un breve beso en mi cuello antes de girarme y besarme apasionadamente.
- Eres tan hermoso- dijo desabotonándome la camisa que tenía puesta botón por botón.
Me hizo caminar hacia atrás, empujándome suavemente, guiándome con su cuerpo, mientras me devoraba con sus labios hambrientos. No me dí cuenta cuándo entramos a mi habitación, pero lo supe cuando se separó de mis labios y caí de espaldas sobre la cama, ya con la camisa abierta, mostrando mi tostada piel.
- Sasuke- dije en casi un susurro.
Puso su rodilla entre mis piernas y sus manos a los costados de mi cabeza, con su rostro inclinado y a pocos centímetros del mío.
- No sabes lo difícil que es para mí contenerme cuando te veo tocando con los ojos cerrados en la sala de música…me hace querer hacerte el amor sobre el piano.
Me asusté y abrí los ojos de la sorpresa ante esa confesión. Mi corazón comenzó a latir de forma descontrolada mientras mi respiración se volvía cada vez más acelerada.
- Me prometiste que no harías nada mientras ensayo…- puso su dedo índice contra mis labios impidiéndome terminar la frase.
- Lo sé…y solo por esa razón cumplo mi palabra. Fue una promesa que te hice- dijo mirándome directamente a los ojos.
Su mirada me derretía cuando me veía con tal pasión… hacia que mi corazón se llenara con sus sentimientos y me olvidara del tiempo y del lugar donde me encontraba.
Me volvió a besar desenfrenadamente y me dejé llevar por la corriente de calor que me brindaba su cuerpo y sus emociones.
Me quitó por completo la camisa, tirándola a un costado de la cama, dejando mi delgado y blanco torso al descubierto. Besaba mis labios al tiempo que acariciaba mis pezones con sus dedos pulgares, estimulándolos y endureciéndolos de manera lenta y plácida, haciendo que ardiera en deseo inevitablemente.
Deslizó su lengua por mi cuello hasta llegar a mis pezones para jugar con ellos, lamerlos y morderlos haciéndome gemir por la maravillosa sensación que me daba. Mis pequeños botones se volvieron duros al paso de sus labios, dejando a mi cuerpo deseoso de entregarse por completo a él.
Con su lengua viajó por mi pecho y a lo largo de mi vientre, hasta que mi pantalón detuvo su labor. Subió a besar mis labios nuevamente mientras con su mano izquierda comenzó a acariciar mi miembro por encima de la tela, haciendo que me excitara cada vez más.
Desbrochó mi cinturón, y con cuidado me quitó los pantalones del uniforme escolar y mi ropa interior, dejándome completamente desnudo.
Viajó con su lengua desde mi cuello, pasando por mi pecho y mi vientre hasta llegar a mi erección que pedía a gritos ser acariciado. Lo tomó entre sus manos depositando un breve beso en la punta, para luego introducirlo por completo en su boca.
La sensación que me brindaba era tan exquisita que me hacía jadear inevitablemente, provocando una ola de calor en mi interior junto con un escalofrío para luego culminar en un éxtasis de placer concluido. Bebió mi semilla por completo inclinado su cabeza hacia atrás y sus ojos cerrados.
Se arrodilló sobre mí, y comenzó a desabrochar su camisa con una sola mano mientras me miraba con una ansiedad que se delataba en su rápida respiración y su mirada felina.
Cuando se desvistió totalmente inició su tarea de prepararme. Introducía sus dedos dentro de mí, dilatando mi pequeña y estrecha entrada. Sus dedos entraban y salían provocando que me excitara nuevamente y que jadeara cada vez más por el inmenso placer.
- ¿Estas listo?- me preguntó cuando ni él ni yo podíamos contenernos más… nos deseábamos y eso podíamos saberlo sin la necesidad de palabras.
Asentí casi con lágrimas en los ojos por el enorme fuego que habitaba en mi cuerpo. Sasuke se introdujo en mi interior de una sola vez provocándome un dolor agudo combinado con delicioso júbilo.
Era un exquisito vaivén que llegaba a lo más profundo de mí ser. Con una torturante lentitud, me hacía disfrutar de cada embestida en donde me hacía suyo y que me hacía tocar el cielo. Sus movimientos comenzaron a ir cada vez más rápido, haciéndome gritar por el placer que me brindaba, para terminar en una celestial satisfacción mutua al sentir en mi interior al recibir su cálida semilla.
Nos entregamos recíprocamente en una pasión que duró hasta que acabamos agotados de tanto placer.
Terminamos exhaustos y satisfechos de nuestra mutua entrega. Dormimos únicamente tapados con una blanca sábana, y al día siguiente… abrazados nos encontró el amanecer.
FIN FLASH BACK
Cada nota que tocaba de la sonata “Claire de Lune” me hacia recordar a Sasuke. Los mejores momentos los viví a su lado, pero también los más dolorosos. Durante años me había preguntado por qué había decidido irse de este mundo sin una palabra más que el diario que había dejado en mi velador la noche en que me hizo el amor por última vez.
Ese día me hubiera gustado saber que iba a ser la última vez que lo vería, y así poder haberle dicho lo mucho que significaba para mí. Sus besos y sus palabras eran especiales cada vez que me las ofrecía cuando las necesitaba, y las extrañaba más de lo que podía expresar. Pensé y rogué muchas veces poder retroceder el tiempo o que pudiera tener una segunda oportunidad de volver a estar junto a él pudiendo ver una vez más su bello rostro y ahora… esa posibilidad llegaba de la forma más inusual.
Estaba tan absorto en la música y en mis recuerdos que no me percaté de que no estaba solo en la sala.
- Me alegra que aún toques mi melodía favorita- dijo repentinamente una voz a mi espalda que reconocí al instante, pero que me sorprendió de sobremanera que estuviera en ese lugar.
- ¿Qué haces aquí?- le pregunté al momento que me giraba para verlo y dominado al máximo mi nerviosismo.
El hijo de Sasuke se encontraba de pie, apoyando levemente la espalda en la puerta de la sala, con las manos en los bolsillos de sus pantalones, mirándome fijamente y con una sonrisa ladeada.
- Quería verte- respondió con una expresión seria.
Me desconcertaba totalmente. Sus palabras y su actitud… esa forma de ser tan segura que tenía me descolocaba y me confundía.
- ¿Por qué?- le pregunté dominándome al máximo para que la desconcierto que había en m interior en ese momento no fuera notado por él.
- Porque te quiero- fue toda su respuesta.
- ¡Para tu juego!- grité enfadado parándome del pequeño piso, con el corazón latiéndome a mil.
- No es un juego- dijo caminado tranquilamente hacía mí. Cuando estuvo a unos centímetros estiró sus brazos hacia el piano dejándome acorralado entre las teclas y su cuerpo.
Mi cuerpo temblaba levemente, pero trataba de controlarlo lo máximo posible. Su rostro estaba a escasos centímetros del mío. No apartaba su mirada de la mía y sus ojos verdes podía verlos perfectamente, tan profundos y fríos… pero tan bellos como su rostro.
- No tengas miedo- dijo en casi un susurro.
- No tengo miedo – respondí con un débil temblor en la voz.
- Entonces ¿por qué tiemblas?- dijo seriamente.
No pude responderle, mi respiración era cada vez más rápida y mis latidos más desbocados… Mi interior era una total confusión porque no comprendía mi reacción ante él.
Desvié la mirada para tratar de poner orden dentro del enredo de pensamientos que tenía. Sabía a la perfección que el no era mi amado Sasuke, pero algo en mí quería desesperadamente que así fuera…
- Sasuke- murmure al evocar su recuerdo.
- Mírame solo a mi Naruto… yo soy Sasuke- dijo colocando su mano sobre mi mejilla para que volviera a mirarlo, y con sus ojos llenos de determinación. Estaba tan cerca de mí que su respiración golpeaban mis labios.
- Déjame amarte como nunca antes pude hacerlo- dijo antes que nuestros labios se unieran en un suave beso.
Estaba muy confundido, con una mezcla de sentimientos inexplicables. El pasado y el presente se mostraban en una mezcla de sensaciones olvidadas en mí. Pero que revivían al más leve contacto de este joven… tan apuesto y tan igual a Sasuke. Mis pensamientos eran un remolino de indecisiones, pero solo una cosa sabía con certeza y era que no podía resistirme a él… como si fuera victima de la gravedad de su cuerpo.
Me besaba de una forma suave pero firme, incapaz de escaparme de esos labios y prisionero de la sensación que me provocaba su contacto. No quería separarme de él y eso me confundía aún más al no saber porqué no lo detenía.
El aroma de su perfume llegó sorpresivamente hasta mí como el más potente afrodisíaco, e inevitablemente caí en la peligrosidad de su cuerpo. Me entregué a una nube de confusiones y comencé a corresponder a su toque.
Cerré los ojos y mis brazos de deslizaron lentamente hasta aferrarse a su cuello y atraerlo más cerca de mí… no podía luchar contra lo que más anhelaba…
Y lo que más amaba se llamaba Uchiha Sasuke.