[…]
-Ah, ah…~ - Gemía, solo gemía... –Ah… ¡ah…~!- Y yo lo disfrutaba. –Sa-Sasori…- Esa manera de pronunciar mi nombre… me excitaba. –Sasori…- Y su vos se hacía más ronca. -¡Sasori!- Y fuerte. -¡Despierta!- ¿Qué? -¡Sasori, despierta!- Sentí que me sacudían, y abrí los ojos topándome con mi tío abuelo, Ebizo [N/A de autora: nombre real según la serie y wikipedia xD].
-¿Eh…? ¿Qué? … Ya… ¡Ya desperté!- Dije desubicado, casi dormido aun, pero haciendo un tremendo esfuerzo por no volver a cerrar los ojos.
-Sasori, tu abuela y yo tenemos que salir enseguida- ¿Qué? ¿Solo para eso me despertaron? ¡Siempre salen de casa temprano y no por eso me despiertan todos los días para decírmelo! -Y tal vez no estemos a la noche que tú llegues-
-Si, si, si. Lo que digas. Adiós- Tomé las sabanas que me habían sacado de encima y me arropé hasta la cabeza.
Solo escuche los pasos de mi abuelo al salir de mi habitación, discutir con mi abuela sobre lo que había pasado y la puerta al ser azotada con fuerza. No es que no quiera a mis familiares como para tratarlos así, es solo que nunca trató bien a nadie si me despiertan tan temprano solo para decirme algo que de igual manera voy a saber después [xD]. Si puedo dormir más, mejor.
Oculté mi rostro del sol contra la almohada, acosándome boca abajo, pero sentí una tremenda incomodidad en mi entrepierna.
-¿Pero qué carajo?- Solté al quitarme nuevamente las sabanas para observar si había algo perturbando mi comodidad… y si; noté un tremendo y vergonzoso bulto entre mis piernas.
Al instante me puse rojo. Había tenido un sueño húmedo y no había acabado en él. No era la primera vez que soñaba algo así, pero si la primera que era “consiente” de mi erección. Y es que yo no soy la clase de adolescente pervertido que se masturba a cada rato, sino que en mi vida lo había hecho –o al menos no conscientemente (?)-; me daba vergüenza si quiera pensarlo. Así que por mi bienestar emocional, dejaré mi rostro escondido en mi almohada hasta que “eso” se haya calmado.
Siento mi rostro arder… Y no solo eso >/////<
[…]
-Tuve un sueño extraño, un…- Soltó Dei una vez estuvimos lejos de su casa.
-¿Ah, si? ¿Qué soñaste?- Curioseé, para no ser descortés con mi “novio”.
-Soñé que nos comía un pez, un-
-¿Qué?- Pregunté. Eso sonaba tan absurdo.
-Seeh… ¡Un pez! Simplemente recuerdo que el pez salió del agua y nos comió, un; luego estábamos en su estomago-
-¿Y donde estábamos antes de que nos comiera?- Lo abracé por detrás, y esperé su respuesta.
-En el agua, un [xD], en un barquito- Solté una risita cerca de su oído. Él se estremeció y escuche algo así como un gemidito. Me sonrojé de golpe al recordar mi sueño.
-¿Y tú, un?-
-¿Yo qué?-
-¿No has tenido sueños raros, un?-
-“Solo que te hacía el amor”- … ¡¿Pero QUÉ?!¿Qué clase de pensamientos tengo ahora? Mi sonrojo aumento y me separé de él. –N-N-No- Tartamudeé en una monosílaba. Sin duda estaba nervioso.
-Vamos, Saso~, todos tienen sueños raros y tú no eres la excepción, ¡un!-
-Bu-Bueno, pe-pero… no lo recuerdo- Mentí, intentando ocultar mi sonrojo agachando la cabeza.
-Aww, Sasori~, no te avergüences por no recordarlo, un- Me tomó por la espalda y besó mi mejilla, desconcertándome un poco aunque ya existiera esa confianza entre nosotros. –Oye…- Susurró muy cerda de mi oído. -¿Y si faltamos a la escuela hoy?-
-¿QUÉ? ¿Estás insinuando que YO, el alumno casi perfecto, NO entre a clases HOY?-
-No, un. Estoy diciendo que TÚ, MI novio, pase un buen rato conmigo, un-
-Ahh… ¿A qué te refieres con “un buen rato”?-
-Umm… no lo sé… ¿Qué quieres hacer?- Se abrazo aun más a mi, y me hizo sentir como si yo fuese el sumiso, así que decidí tomar riendas en el asunto.
-…Se me ocurren varias cosas…- Sonreí de lado y me acerqué a su rostro para morderle sutilmente la mejilla. Él se alejó sonrojado.
-Ahh… no… digo…- Se veía tan tierno intentando evadir el tema que él mismo creó. -¡Oh, mira! Ya llegamos a la escuela y creo que se me hace tarde para llegar a clases, así que ¡adiós, un!- Y sin más, salió corriendo hacía algún lugar.
[…]
-Ah… ah~…- No podía sacarme ese recuerdo de la cabeza. Era en lo único en lo que había estado pensando las primeras 3 horas de clase.
-Sasori, tienes el mismo color que tu cabello, ¿estás enfermo o piensas cosas pervertidas con Deidara?- Hidan llegó, me descubrió y se rió de mi vergüenza.
-¡¿Ah?!... Yo… ahh… N-No…- Susurré, sintiendo mis mejillas ARDER.
-Owww… El “mini Saso” ya esta creciendo *w*- Todos rieron ante el comentario de Konan. Yo me sentía desfallecer ahí mismo…
Por suerte para mi, el timbre sonó, yo tomé mis cosas y fui el primero en salir corriendo. Caminé rápido por los pasillos que pronto se llenaron de alumnos entrando y saliendo de sus salones; y me perdí entre ellos.
Me escabullí de mis propios pensamientos pervertidos al caminar un rato por la escuela sin rumbo alguno, antes de si quiera pensar en ir a mi clase correspondiente. El fresco aire que me soplaba en ese lugar tan apartado del resto del mundo, me relajaba a sobremanera.
Recosté mi cuerpo contra una pared y cerré los ojos para disfrutar de la paz y el viento que me revolvía aun más el cabello. Un dulce olor a vainilla invadió mi espacio personal, y enseguida abrí los ojos, encontrándome con Deidara junto en frente de mí; por instinto intenté retroceder, inútilmente.
-Un… no te asustes- Rió y yo suspiré.
-No me asuste… solo me sorprendiste- Sonreí para después besarlo. Él se alejó de mí y volvió a besarme. Esta clase de besos que nos damos, son para niños de 12 años [¿?], peor, me gustan.
-Claaaro, un- Besó la comisura de mis labios, y se sentó en la barda frente a mi. Me miró, lo miré; nos miramos… Palmeó un lugar a su lado, dándome a entender un “ven”. -El día ha estado muy aburrido, un…- Echó su cabeza hacía atrás, mirando el cielo; yo hice lo mismo. –He tenido las primeras horas libres, y eso hace que me quiera ir a mi casa más rápido de lo normal, ¡uuunnnnn!- Simplemente me digne a mirar con los brazos cruzados, como hacía su berrinche.
-¿Y qué quieres que haga? ¿Voy con la directora y le exijo que a tu salón les manden un maestro sustituto para el resto del día porque los alumnos se aburren y se quieren ir a sus casas?- Dije con sarcasmo, sonriendo de lado. Él solo me miró.
-Ja, ja. Gracioso-
-Vamos, Dei. Sabes que solo juego- Lo abracé. No me importó si nos veía alguien, solo lo hice. Él me correspondió.
-Lo sé. Pero estoy molesto contigo- Y enseguida se libró de mi agarre.
-¿Por qué?- Me tenía confundido.
-¡Porque tú fuiste el amargado que quería entrar a la escuela! Yo claramente te dije que faltáramos-
-Vámonos- Solté de golpe. –Saltemos la barda y vámonos a tu casa-
-¡Oh! ¿Con que ahora eres el chico malo y no el nerd? Eso me gusta- Fruncí el seño ante su comentario.
-Si tienes miedo de hacerlo, lo entiendo. No te obligaré- Mi intención era provocarlo. Él sonrió de una manera diferente a la habitual.
-Hagámoslo, un-
[…]
-¿Estás completamente seguro de que tu madre no esta en casa?- Interrogué una vez que llegamos a su hogar.
-Segurísimo. Entramos, vamos a mi habitación, platicamos, nos vamos 15 minutos antes de la supuesta hora de salida, mi madre llega, y cada quien a su casa, un- Ese era su brillante plan de lo que haríamos. Aun desconfiado de su idea, accedí.
Fuimos directo a su habitación, la cual era muy grande, limpia y bonita. Me senté en su cama, y el se recostó boca abajo.
Platicamos como nunca, mucha más que otras veces. Podría decirse que fueron horas de conversación sin fin. Tanto, que ya me dolía la mandíbula por hablar, pero ahora el quien seguía con la plática.
-¿Y ya le has dado tu primer beso a un hombre?- Cuestionó. Yo lo mire.
-Te he besado a ti, ¿no? Aunque si tu prefieres que te llame “señorita” por mi no hay problema xD- Me burlé.
-No así. Me refiero a un beso… “bien”, un-
-¿”Bien”?- Enmarqué una ceja.
-Si… Tú sabes… Algo bien- Silencio de mi parte. –Olvídalo. Fue algo estúpido preguntar eso, un- Giró su rostro intentando ocultar su sonrojo, pero yo pude notarlo perfectamente.
Me acerqué a él, hice que volteara a verme y lo besé, buscando así nuestro primer beso “bien”...
-Ah…- Dei jadeaba por aire después de unos minutos, pero yo no lo iba a dejar respirar. Él quería jugar, y yo le iba a dar “guerra”. Intentó separase de mi varias veces, pero no se lo permití. Me arriesgué al rechazo, al aferrarme a su cintura con los brazos.
-Ja, ja, ja- Solté una leve risa al lograr sonrojarlo por completo. Dejé de besarlo para abrazarlo con fuerza y hundir mi rostro entre su cuello y hombro.
-Ah… idiota, un- Se quejó, y de repente sentí su mano en mi cabeza, despeinándome.
-¡Oye!- Sonreí y le mordí el hombro por sobre el uniforme.
-¡Hey! ¡unnn!- Reímos, jugamos, nos besamos, nos abrazamos, y desordenamos la cama hasta caernos de ella y terminar en el piso, sin para de reír. -¡Mi cama, un! Después de una semana que al fin la arreglo xD-
-Ya la arreglaremos de nuevo. Ahora hay que desordenarla más-
-¿Cómo?-
-¿Cómo crees?- Mi tono de vos fue sugerente.
-Tal vez… un…- Se acercó a mí, y se relamió los labios. No pude evitar tomar detalle de ello. –Así…- Y ante mi sorpresa, una almohada impactó contra mi cara,
-No es justo, solo tienes una almohada xD- No recuerdo haber reído así desde hace mucho; ni siquiera con mis “amigos”.
Sentía mi rostro entumido de tanto sonreír, el abdomen me dolía y la respiración hasta se me dificultaba. Deidara no paraba de mirarme y eso me provocaba aun más risa, peor a la vez me avergonzaba un poco.
-…Te ves tan lindo así, un- Me besó en los labios y yo le correspondí. –No entiendo porqué no sonríes así más seguido, un-
-Porque no tenía razones para hacerlo. Pero contigo simplemente me nace sonreír- Volvimos a besarnos, y él se sentó sobre mis piernas. Mis mejillas ardieron cuando sentí sus rodillas a cada lado de mi cadera, mientras buscaba acomodarse mejor en mi regazo.
-D-Dei…- Intenté alejarme, pero me tenía técnicamente contra la pared. Tenerlo así conmigo, sumado a los recuerdos del sueño que tuve esta mañana, no me estaba trayendo nada bueno; estaba excitándome. –A-Ah… D-Dei,… Y-Ya es tarde… de-debemos irnos…-
-Aun tenemos tiempo, un…- Él seguía insistiendo en besarme, pero me negaba a aceptarlo.
–T-Tu madre debe estar por llegar, ¿n-no?- Y como por arte de magia, escuchamos la puerta al ser azotada.
-¡Oh my God!- Exclamó la suficientemente alto para hacerme notar su sorpresa, pero no tanto como para que alguien más lo escuchara.
Se quitó de encima de mí, tomó nuestras mochilas, me lanzó la mía pegándome en la ingle antes de poder levantarme del piso, corrió hasta la puerta que daba al balcón, me hizo señas para seguirlo y ambos salimos de su habitación. Dei comenzó a bajar por una serie de grietas, rejas y plantas que estaban pegados a la pared, para terminar lanzándose al piso cuando estuvo a una altura prudente como para hacerlo; yo intente hacer lo mismo torpemente y sin caerme, pero por mi peso resbalé y caí de espalda, “amortiguando” el golpe con mi mochila.
Dei me ayudó a levantarme y comenzamos a correr cuesta abajo [N/A: o sea, en dirección a la casa de Saso xD], cuando dimos vuelta en la esquina hacía mi casa, nos detuvimos.
-¿Estás bien, un?- Jadeó.
-Quizás. Caí sobre mi mochila- Me quejé.
-Oye, tal vez te lastimaste. Déjame revisarte- Hizo ademán de alzarme la camisa. Alejé sus manos de mí.
-¿Qué? ¡No! Estamos en la calle-
-No hay nadie. Y puede ser grave. Después me sentiré muy culpable si te pasó algo, un- Me sacó la mochila y terminó por voltearme y alzarme la camisa.
Por un omento me sentí indignado, acosado, avergonzado y excitado cuando sentí sus manos palpar mi espalda.
-¡Agh!- Me quejé al sentirlo hacer presión en cierto punto.
-¿Te duele, un?-
-Nooo… Esto es muy placentero ¬¬ - Dije con sarcasmo. -¡Agh!- Giré mi rostro hacía el lado izquierdo, encontrándome con una mujer de veintitantos, sonrojada, mirándonos de reojo.
Me puse completamente rojo; y es que estando yo contra la pared, recargado en mis brazos, inconscientemente con la cadera hacía atrás, con la camisa alzada y Dei tocándome la espalda haciéndome gemir de dolor, ¿cómo no avergonzarme?
-Pues, un… según lo que sé del cuerpo humano y medicina- Dijo bajando mi camisa. –Te dolerá por varios días y te quedará un moretón-
-Bakka- Me giré y lo tomé del cabello, atrayéndolo a mi, pero no para besarlo; lo golpeé en la frente con la mía.
-Nee~ , un… aun tenemos media hora antes de “volver” a casa. ¿Qué podemos hacer?-
-Hay un parque cerca de aquí, podemos ir un rato a caminar; no sé, ¿platicar?-
-Un… llévame. Yo me pierdo, un xD-
-¿Nunca has ido?-
-Solo conozco el camino de mi casa a la escuela, o a la tienda, y de regreso, un xDD-
-¿Qué? ¿Acaso nunca sales de tu casa? xD Tienes menos vida social que yo(?)-
-No es eso, un. ¡Yo tengo mucha más vida social que tú!- Me abrazó al caminar, colgándose de mi cuello. Lo tomé por la cintura con un brazo, pegándolo a mí; y caminamos así hasta llegar al parque, a sentarnos en un lugar donde casi no nos viesen.
-¿Acaso no vivías aquí antes?- Cuestioné, pues sigo pensando que conocí a este chico muchos años atrás.
-Unn… algo así… Nací aquí y aquí viví mis primeros 5 años, luego mi madre tuvo la loca idea de irnos a otra ciudad, muy lejos de aquí. Y debo admitir, que extrañaba este lugar-
-¿Y por qué volvieron? Digo, no me quejo, es muy agradable tenerte a mi lado de nuevo- Lo tomé otra vez por la cintura y besé su mejilla.
-Dijiste “de nuevo”- No supe si eso fue afirmación o pregunta, pero me dejó desconcertado.
-Ah… ¿si? Lo siento(?), no…-
-Sasori, ¿tú y yo nos conocemos de antes, verdad?- Lo miré por varios segundos, aun más desconcertado. –Yo recuerdo a un pequeño niño pelirrojo de ojos color miel, que era mi amigo en el kínder; pero dejé de verlo y ya no supe nada más de él; hasta que te vi, tú me recueras mucho a él-
-Deidara…- Acaricié su mejilla con mi mano libre. Sus ojos me cautivaron en ese momento, y me dieron unas inmensas ganas de besarlo, pero me contuve para hablar. –Yo era amigo de un niño de ojos azules- Mis ojos se humedecieron y no sabía como continuar la oración. …muy hiperactivo y agradable… no lo recuerdo muy bien, porque en ese entonces tenía el cabello corto, pero creo que era rubio- Pude notar como sus ojos dse ponían cada vez más vidriosos. –Después del kínder nunca volví a verlo… pero, ahora que lo pienso bien, te pareces mucho a él- Mi vos se deformaba con cada palabra por culpa de las lágrimas que contenía. No quería ser el primero en llorar, así que parpadeé para que las lagrimes resbalaran solas por mis mejillas solo después de que él lo hiciera.
Me abrazó con fuerza, aferrándose a mi camisa y escondiendo el rostro en mi hombro. Le correspondí igual, pegándolo lo más posible a mi pecho. Acaricié su cabello, tan suave y sedoso; acerqué mi rostro más a él y enseguida me embriagó su dulce olor. Comencé a besarle el contorno del rostro, muy cerca del cuello y de la oreja; era muy lento y tierno –según yo- en lo que le hacía. Quería demostrarle “amor” en ese momento.
Nos alejamos lo suficiente como para mirarnos a los ojos, y me sentí muy bien; quizás “feliz”.
-´Te amo´- Susurró y no supe que decir. Teniendo 24 horas de novios y apenas un mes de conocernos después de 10 años de sin vernos, era un sentimiento complicado; una mezcla de felicidad y mucha, mucha confusión e incredulidad. Yo siempre creí que las personas que dicen “te amo” tras la primera cita eran ignorantes, pero, Deidara lo ha dicho, así que… ¿Eso lo convierte en ignorante? -¿Sasori, un?- Su vos me trajo de vuelta a la realidad.
Me había quedado callado por unos segundos. Parpadeé un par de veces, y sonreí.
-Me alegra mucho escucharte decir eso- Lo abracé de nuevo para que no notara la duda en mi rostro. -¿Sabes? Ya debemos irnos. Alguien podría vernos- Sonreí antes de ponerme de pie y ayudarle a hacer lo mismo, aunque aun me dolía la espalda por el golpe de hace rato.
Caminamos por el parque lentamente, no abrazados por temor a que alguien más nos viera, pero si muy juntos.
-Oye, ¿ese de allá no es Itachi?- Preguntó señalando hacía un lado. Yo volteé y en definitiva era Itachi, que a mi juicio nos miraba fijamente y hasta podría decir “con odio”. -¿Qué crees que este pensando, un?-
“Asesinaré a Sasori” fácilmente. –No lo sé- Simple y sencillamente, no estoy dispuesto a decirle “¿Sabes algo? Le gustas a Itachi; pero descuida, ya lo supero”, ni a dar un montón de explicaciones más.
~ Hoy sin duda, fue un día interesante.