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EL SOL, LA LUNA Y UN ECLIPSE II por minamoto

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Notas del capitulo:

Aqui comienza el calvario de Kyo, me habia tardado por la condenada gripa y por los reviews acerca de las comas mal aplicadas, eh de reconocer que si es un error que cometo diario y la verdad eso me desanima bastante, eh tratado de "tomar un curso" de ortografia y espero que mis estudios rindan frutos, de todas maneras volvere a leerlo para ver si ya lo trabajo mejor. sin mas por ahora se despide Minamoto esperando que les guste este nuevo capitulo, aunque creo que quedo algo corto

Capitulo 15 Vas a volver porque yo lo deseo

 

 

 

Hola Kyo ¿no me esperabas? – pregunto Yagami inexpresivo mientras disfrutaba viendo como el color huía del rostro de su castaño preferido. La piel ya estaba pálida, pero cuando en cuanto lo vio, este se convirtió a un tono ceniciento carente de brillo

 

-         ¿Me invitas a pasar? Pregunto Iori con cinismo. En cuanto avanzo por la puerta el pelirrojo se adueño de cada espacio libre en esa habitación. Kyo totalmente mudo, se hizo a un lado, para dejar pasar a un arrogante Iori, que por cierto llevaba un traje de Armani gris, cortado a medida, tan diferente del Yagami que había estado con ellos, en la isla. El castaño se encontraba sobrecogido y tembloroso, ¿a donde había ido ese orgullo Kusanagi del que tanto se jactaba?, se dijo a si mismo mientras que endurecía sus facciones y cuadraba la espalda, para enfrentarse al padre de su hijo.

 

-Hola Yagami –contesto con seriedad, el castaño – ¿ya te dejo salir tu novia?

-Pequeño… no tengo ni la mas mínima idea de que estas hablando, mi NOVIO,,, se fugo de la casa, y se llevo a mi heredero –repuso Yagami con una frialdad espantosa mientras lo congelaba con su mirada -tu simpático plan no funciono, Kyo, pero no hablare con el estomago vacio, me apetece un café, ¿donde tienes las tazas y el café?

 

Kyo inmediatamente le mostro donde había los objetos que precisaba, pero al ponerle el recipiente donde guardaba el café instantáneo, las manos de los dos se rozaron, ocasionándoles, un escalofrío placentero, el castaño, se maldijo por su debilidad, por sentir la urgencia de tenerlo nuevamente a su lado, y dio gracias a que el pelirrojo no lo abrazara, este rechazo, lo estaba ayudando a no arrojarse a sus brazos, de repente la voz de Iori lo sobresalto, sacándolo de sus pensamientos.

-No se, en que estabas pensando, cuando, jugaste de la manera en que lo has hecho conmigo, he deseado estar con ustedes de la forma correcta, pero  tu no lo quisiste, ahora todo será bajo mis términos…

-¡Que, te estas creyendo!, no te voy a permitir  tales acusaciones, nos fuimos porque tu novia vino al departamento –replico el castaño ángel muy molesto manoteando- vino al departamento, a decirme que tu ya no ibas a tomar a Ukyo como tu heredero porque ella podría darte hijos, que mi hijo, que Ukyo seria solo un arrimado, acaso crees que permitiría tal cosa.

-No tengo ni la mas remota idea de que estas hablando, una fulana cualquiera viene y habla de ser mi pareja ¿y tu te la crees así de fácil?, pues esta vez no será así –agrego Iori totalmente enojado – prepararas el equipaje de Ukyo… - Iori lanzo un suspiro tratando de contenerse- mis padres quieren conocer al que será mi heredero, dentro de dos días volveré por ti; así que si aun quieres estar con tu hijo y conmigo, dejaras todos los asuntos que tengas aquí pendientes; arreglados, si no quieres o no te importa estar con nosotros,  solo déjale una carta a Ukyo despidiéndote. -Finalizo Iori tajante- y disculpa que no me quede pero tengo que hacer los últimos arreglos antes de volver por mi hijo -agrego Iori mientras salía de la casa- ahhh y no intentes bajo ninguna circunstancia salir del país tengo mucho dinero y moveré cielo mar y tierra para dar contigo y cuando te encuentre sabrás quien es Iori Yagami… ahhh y también tendrás que casarte conmigo -agrego de forma fría mientras dejaba en la mesa una cajita azul turquesa como si dejase cualquier cosa-

 

Después de que Yagami se hubiera ido, Kyo por fin pudo dejarse caer en medio de la cocina con un rictus de dolor en su rostro, sin aviso las lágrimas fluyeron por su rostro acompañadas de sentidos suspiros y sollozos; así estuvo un rato mientras guardaba la prendas de su niño, por un momento pensó en negarse, en alejar a su hijo de Iori, el mayor problema residía en que con lo famoso que resultaba el pelirrojo ya encontraría quien le voltease la cuchara y terminaría por perder definitivamente a su pequeño, otro era que cuando Ukyo creciera podría reprocharle haberlo alejado de su verdadero padre y más después de verlos interactuar, se dijo a si mismo, que no tendría el corazón de separarlos, después de todo, si lo de la novia había sido una treta de alguna fanática enloquecida, Iori cuidaría de su niño. Por un momento pensó en dejarlos solos, quitarse del camino, pero la opción de abandonar a su niño era realmente insoportable, quizás se debía a que desde el momento en que se dio cuenta que estaba embarazado, un lazo indestructible se había forjado y renunciar a Ukyo seria como renunciar ala vida; esa no era ninguna opción –se dijo a si mismo mientras abría la flamante cajita con el logo de Cartier, en ella estaba dos anillos, de oro blanco, uno tenia diamantes pequeños incrustados alrededor y el ancho de la pieza era tan fino que pensó que al sacarlo del empaque se quebraría, el otro era también delgado pero con una especie de plaquita con el kanji de los Yagami, dentro había una nota, estos son tus anillos de compromiso y que te van a identificar como un Yagami, si es que has aceptado. Al leer la nota casi que escucho la voz del pelirrojo hablándole de forma socarrona.

 

Al ponérselos en el dedo donde debían ir, sintió unas enormes ganas de llorar, por un lado Iori tenía que ser el que se los pusiera y por otro lado mientras los anillos deslizaban por su piel sentía como si una especie de loza se instalara en su pecho, como si en lugar de anillos le estuvieran poniendo grilletes. A final de cuentas esto solo era una especie de contrato –se dijo a si mismo- mientras terminaba de guardar la chamarra que llevaría Ukyo para el viaje, escucho la puerta de la entrada abrirse, seguramente eran Evan y Ukyo, como en otras ocasiones el pelinegro se había ofrecido a recoger a Ukyo, normalmente Evan se quedaba a comer. Pero esta vez aduciendo que había quedado en acompañar a Jeff con Matt a hacer algunas compras para decorar la casa donde vivirían, Jeff y su novio, ahora que pensaban formalizar así que el pelinegro salió rápidamente, no sin antes preguntarle si había algo mal, a lo que Kyo respondió que algunas cosas pero que hablarían después, afortunadamente Iori aun no llegaba, así tendría tiempo de hablar un poco con su hijo y de prepararlo

 

-Ukyo, ¿puedes venir un momento? Pregunto Kyo algo mortificado

-Si papi, aquí estoy, ¿estas bien? -Pregunto Ukyo al ver tan nervioso y pálido al castaño-

-Si, hijito, estoy bien es solo que… Iori ha venido por nosotros y pues quiere que vayas a Osaka a conocer a sus padres

 

El pelirrojito salto de su asiento, como impulsado por un resorte y rugió – ¡ese, esta aquí!

-Calma hijo -agrego Kyo de forma que aparentaba serenidad- debes saber que Iori ya hablo conmigo y aclaramos todo, resulto ser un malentendido, una loca fanática y hay algo mas de lo que debemos hablar, siéntate hijo –le dijo, mientras palmeaba el sillón a su lado, Ukyo le miro de forma dudosa pero hizo lo que su papi le pedía, una vez que Kyo lo vio sentado comenzó, no sin antes suspirar-

-Bien como tú sabes, Iori llego a nuestra vida, hacen ya seis meses y  también sabes que tengo una relación con él, me ha pedido matrimonio y quiere que tú seas su sucesor

-¿Su que?, Pregunto Ukyo totalmente descolocado.

-Antes de que tu nacieras fuimos peleadores en un… concurso... Si concurso, para saber quien era el mejor peleador, viene de una larga dinastía de peleadores, también tiene muchos negocios muy grandes, él, quiere que tu seas el dueño de sus cosas cuando crezcas para eso, te dará su apellido.

 

Para esa parte del relato, en el rostro de Ukyo había una mueca de sorpresa, Kyo sabia que Ukyo era un niño muy maduro para su edad y que actuaría de forma correcta, sabia que le iba a costar por ser tan pequeño, pero que al final todo saldría bien

-Pero eso no es todo, amor, Iori ha venido por ti para llevarte a conocer a sus papas, ellos serán tus abuelos

-¿En serio?... -pregunto Ukyo lleno de sorpresa, por fin ¡tendré abuelos!-

 

La expresión de Ukyo, lo único que termino por hacer, fue confirmar, que su niño siempre había necesitado, mas que un solo un padre y también termino por confirmar que estaba haciendo lo correcto

-¿Tú, papi?, ¿no vendrás? –preguntó Ukyo cuando vio que solo sus cosas estaban empacadas-

-Si cariño pero primero iras tu primero. Yo los alcanzare cuando arregle lo de tu escuela y lo de mi trabajo, ahora ven, para que comas algo antes de que llegue Iori.

 

Justo en ese momento se escucho el timbre de la casa, seguramente seria Iori, así que se levanto a abrirle.

 

En la entrada

Iori sentí bastante nervio, no sabia como Ukyo iba recibirlo, sin mas decidió entrar camuflando ese nerviosismo con un aire de indiferencia que pudo sostener mientras miraba a Kyo pero no así con solo ver a su principito mimado, el pequeño al ver a su adorado padre entrando por la puerta, corrió con tanta felicidad a abrazarlo, que rompió esa mascara de frialdad

 

-Papá, al fin viniste por nosotros –le dijo al oído a Iori, el pequeño sintiéndose dichoso de tener a sus dos padres por fin juntos y de saber que el malentendido se había arreglado-

 

Esas palabras lograron ablandar el corazón endurecido del pelirrojo mayor, que correspondió el abrazo con la misma intensidad

-Ya estamos juntos y nadie nos va a separar hijo- lo último, lo dijo mirando muy fijamente a Kyo, que los miraba con lágrimas en los ojos, el pelirrojo supuso que eran las lágrimas de un embustero que había sido atrapado en su propio juego- ¿listo para irnos?

-Si, Iori ya mi papi me empaco mi ropa –respondió Ukyo feliz-

 

Por fin se despidieron, no sin antes que Iori se diese cuenta que su ángel llevaba los anillos que le había dejado, hecho que lo hizo sonreír de forma maquiavélica, finalmente lograría tenerlos a los dos.

 

Una vez que se fueron, Kyo se quedo solo con sus demonios… y con Evan que lo esperaba en la cocina comiéndose lo que quedaba del almuerzo

 

-no se donde  te cabe todo lo que comes, ¿que no venias de comer con Jeff y Matt?, Pregunto Kyo mas desganado que antes.

Evan solo sonrió mientras terminaba de tomarse el jugo que Kyo no se había bebido 

 

-¿Ahora si me vas a contar lo que te pasa?, pregunto el pelinegro ya sentado en la cocina

-Suspiro- el padre de Ukyo vino por el,

-¿Cómo que el padre? ¿Que tu no eres el padre?

-No… ¿te puedo contar un secreto?… ¿pero no me vas a juzgar?

Si, claro que puedes confiar en mí, por algo somos amigos –respondió el pelinegro con ternura-

Hacen ya seis años… tuve por primera vez una relación con una persona muy conflictiva de mi pasado, un hombre, tres meses después un afamado doctor me reviso por unos extraños mareos y ascos

-¡¿Eres un doncel?!

-soy un fenómeno que puede dar la vida –gruesos lagrimones, escurrieron por las mejillas de Kyo impidiéndole hablar, dándole la oportunidad a Evan a abrazarlo

-Cuando mi familia supo lo que me estaba pasando, me echaron ala calle

-Bastardos, malnacidos –escupió Evan, con un odio que pocas veces empañaba esa hermosa sonrisa que siempre llevaba-

-Que puedo decirte, estaba solo y no tenía a quien recurrir. Hasta que conocía un ángel, un buen amigo que ya no esta con nosotros, ahora es un ángel. Él cuido de nosotros hasta hacen dos años, nos dio su apellido porque mi familia nos repudio y me retiro el apellido, esos malestares me dieron a mi dulce hijo, mi Ukyo, todo este tiempo he vivido atemorizado de que se sepa que quien lo gesto fui yo y no una mujer, ¡soy un fenómeno!

-Bebe, donde has estado todo este tiempo, a los hombres como tu se les llama donceles, ¿tienes alguna idea de lo que vale ser doncel? –Kyo no contesto solo negó con la cabeza, aunque no paro de llorar cosa que permitió a Evan continuar- ser doncel es la mayor suerte que puede llegar a tener una persona como nosotros, aunque no hay muchos datos sobre ser doncel aun no se sabe exactamente de donde han salido o como se determina el que sean donceles, lo único que se sabe es que una vez que han tenido un hijo su cuerpo cambia radicalmente y es cuando se pueden identificar…

-si, es totalmente cierto, mis caderas se ensancharon y perdí musculatura, hasta mis rasgos se modificaron y mi cabello  se hizo mas suave y brillante, la verdad fácilmente puedo pasar por una mujer

-entonces si ya sabes que ser doncel no es precisamente malo, ¿que es lo que te esta molestando?

-Él no sabe que Ukyo es su hijo, se ha encariñado con el con solo conocerlo y le quiere dar su apellido y hacerlo su heredero, me ha propuesto una solución, casarme con el y darle el apellido a Ukyo pero sé perfectamente que no me quiere, tengo miedo que una vez que este ahí y sepa lo de el niño y termine por repudiarme

-ok cariño, entonces si el padre de Ukyo maneja todo de forma tan pragmática estaría bien hacerlo tu también ¿no?

-No se si pueda, me duele mucho y mas amándolo como lo hago, temo perecer envuelto entre los lazos de este amor envenenado

-No, bebé eres un hombre fuerte a pesar de esa carita de muñeca que te cargas, el ser un doncel, no te hace el segundo sexo débil y si lo estuvieras pasando mal ten por seguro que donde me necesites yo estaré.

-Gracias Evan, eres el mejor amigo que he tenido. Ya me siento mas tranquilo, tienes razón, si el juega de esa forma yo también debo hacerlo, seré fuerte y justo desde ahora, iré contigo para avisarle a Pavel san que ya no puedo trabajar mas, el padre de     Ukyo se lo ha llevado y en un par de días volverá por mi, si por algún motivo no estoy listo, podría tomarlo como que no quiero estar con ellos y se lo va a llevar

-Se que eres un chico fuerte y que Ukyo es tu vida y como dice Oscar Rubio, no hay mal que dure cien años, se que saldrás adelante

-¿Me acompañas a ver a Pavel san?

-Si, ya sabes que te acompaño hasta donde me dejen pasar

-Gracias Evan, sin ti, no se que hubiese hecho has sido un gran amigo

-No es ningún sacrificio, desde el día en que nos toco en el mismo turno y te entrene te has convertido en mi mejor amigo y si no estuviéramos enamorados los dos de personas diferentes yo me hubiese hecho cargo de los dos, siempre los he visto como mi familia, cuando mis padres y mis dos hermanos murieron en un accidente, me quede solo en el mundo y lo único que se me pudo ocurrir fue vender mi cuerpo para sobrevivir, gracias a ti cambie de opinión y he estado estudiando, espero seguir yendo a las discotecas pero esta vez solo como un visitante y no como un trabajador. – el castaño sonrió débilmente pero extendió los brazos para que el pelinegro y él se diesen un enorme abrazo, confortándose por las desventuras en las que habían estado sumidos y por los cielos mas claros que se avecinaban.

 

 

A Kyo le costo mucho que Pavel le aceptase la renuncia. El rubio con todo su pesar tuvo que dejarlo ir, no sin antes abrazarlo y besarlo efusivamente y de hacerle prometer aunque si volvía a ir a Europa vendría a hacerle una visita, una vez que Kyo se había ido aprovecho para marcarle a Yoshi para agradecerle por haberle recomendado a Kyo Mitsunori. Una vez que colgó, se permitió que la sonrisa y el color se le escurrieran de la cara mientras que con su habitual parsimonia se sirvió un “Orange tradi” y lo que terminaba de delatar su tristeza fue una solitaria lagrima que resbalo de su mejilla para caer en la bebida.

 

Notas finales:

El calvario de Kyo apenas comienza, talvez por eso no habia podido escribir, espero poder plazmar todo cuanto me imagino gracias por sus reviews y espero satisfacerles con este capitulo


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