Capitulo 17 Educando a Iori o era a Ukyo?
!Fuego!, el olor a quemado inundaba la casa, el calor creciente consumía el poco aire que había, en cuestión de segundos el fuego que al principio no se veía ahora estaba frente a él, enardecido tratando de consumir todo cuanto encontraba a su paso, ¿de donde había salido ese fuego?, quizás de la conexión que estaba en la sala, a veces echaba chispas, quizás Ukyo había terminado por tirar el florero cercano, la angustia lo atenazo, su hijo estaba dormido en el cuarto contiguo eso había terminado por despertarlo y entre el humo se arrastraba hacia el pasillo, mientras caminaba se dio cuenta que por mas que caminase, no conseguía llegar a la habitación de Ukyo, quien a juzgar el escándalo y los gritos desesperados ya estaba despierto. La desesperación del castaño lo estaba llevando a un sitio desconocido, jamás en toda su vida había sentido tanto miedo, trato de gritar a su hijo pero el humo no se lo permitió entró en su garganta asfixiándolo. Repentinamente al fin un grito pudo salir de su garganta y se dio cuenta que estaba en su cama, bueno en la cama que Evan le había facilitado, nunca se imagino que en cuanto le dijo al dueño de la casita en la que vivían que la iba a entregar, este la aceptara tan rápido y en un instante se vio despojado y sin a donde ir
Suerte que su buen amigo se ofreció a alojarlo en su casa, y era lo mejor puesto que seguir en la casita donde había sido tan feliz con su hijito resultaba demasiado doloroso volviendo al sueño, tuvo que tomarse un respiro para darse cuenta que su hijo estaba con en Osaka con Iori. El grito debió ser tan fuerte que Evan lo miraba divertido desde el marco de la habitación
-¿Estas bien? –pregunto Evan ahogando un bostezo mientras se frotaba la nuca para desperezarse-
-No, me he llevado un susto de muerte, acabo de tener una pesadilla, he soñado que estaba dormido y que el fuego consumía el lugar que Ukyo estaba ahí y que no lograba encontrarlo
-Que horror, lo bueno es que estas bien y que tal fuego no existe- agrego Evan sonriendo
-¿Te desperté? –pregunto Kyo totalmente apenado
-No, vengo llegando del trabajo, ha sido una buena noche de propinas, con esto compraremos Pizzas y cerveza
- Evan, tu siempre pensando en cerveza –
-No es lo único en lo que pienso –la sonrisa tímida de Evan apareció- Acabo de ver a Hennigan-
-la sonrisa de Kyo era amplia y divertida -¿ya te decidiste a decirle lo que sientes?
-Aun no se que hacer exactamente, por un lado siempre soñé que Hennigan me notara, pero al mismo tiempo tenia tanto temor de que me rechazara, creo que ya es hora de hacerme notar
-ya era hora que te decidieras, si Hennigan no se daba cuenta del buen hombre que eres, además de guapo… yo mismo hubiese ido decírselo
Carro de Iori
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Esa mañana Iori se había levantado bastante tarde y totalmente adolorido, quien hubiese creído que el carísimo sofá de la sala no valdría cada yen gastado. Lo que tenia de bonito lo tenia de incomodo, de ninguna manera su hijo dormiría en un sitio tan incomodo, inmediatamente cedería una parte de su closet para mandar a hacerle una habitación a su niño, por lo pronto ya se le estaba haciendo tarde para llegar a la oficina a ponerse de acuerdo con Miki acerca dela rueda de prensa.
Así que fue a ala cocina garabateo una nota, en la que avisaba a Ukyo que volvería mas tarde, preparo un sándwich de atún y un vaso de leche de soya y sin más dilación salió corriendo
Habitación de Iori
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Horas más tarde en el apartamento, Ukyo despertó arropado, y curioso comenzó a recorrer el sitio. Ala luz todo era diferente, las habitaciones; antes siniestras, ahora resultaban serias simplemente, el sitio estaba lleno de reconocimientos y premios, algunas fotografías de Iori saludando a gente desconocida y guitarras en vitrinas, paredes blancas, y muebles cromados la sala era blanca con cojines negros, algunos cuadros que parecían hechos por un niño de kínder, bueno uno de primero porque lo que es e, ya podía hacer reproducciones de cuadros sencillos, su papi le había enseñado a pintar desde pequeño, y Yuki su Yuki le había enseñado a pintar con sal, hablando de su Yuki, cada vez estaba mas seguro de que ese niño realmente le importaba, siempre llevaba el peluche le había regalado con su dirección, y precisamente después de comer algo le escribiría una carta
En la cocina, estaba un sándwich de atún –yuck- gimió el pequeño Ukyo al ver el atún, si no fuese porque tenia hambre, de otra forma no se lo comería, tomo la mitad y siguió caminando cuando llego a ala habitación donde estaba la pantalla mas grande que había visto en su vida, el rostro de Ukyo se mostraba gratamente sorprendido, así que se llevaría su comida y su bebida, para ver sus caricaturas favoritas
Cuando fue por lo que quedaba de sándwich y el enorme vaso de leche de soya, la leche de soya no era de sus preferidas pero su papi lo hacia tomarla en la noche alegando que le hacia bien de esa forma ya estaba acostumbrado a tomarla, el conflicto vino cuando quiso tomar el vaso de la mesa y bajar con el, resulto difícil para sus pequeñas manitas pero lo logro
Sala de Iori
Ya llevaba como media hora feliz viendo la televisión, cuando alargo la mano para tomar el vaso y por milímetros se equivoco volcando el contenido del vaso, tan entretenido estaba que no se dio cuenta que el vaso caía justo sobre la conexión que estaba detrás de la mesilla y esta empezaba a echar chispas
Por su parte Iori llegaba alas oficinas de Miki Takeda, sabia perfectamente que tendría problemas y lo supo en el momento en que Miki entro cual tromba en el despacho
-Iori, que bueno que te veo tenemos la rueda de prensa en tres horas, ¿que es lo que piensas decir acerca de tu desaparición?
-No seas curiosa, ya lo veras, ahora debo buscar una forma de explicar a Ukyo…
-¡Iori! serás irresponsable, has traído a ese niño a Osaka ¿y el padre también esta aquí?
-no, el se quedo en Ámsterdam finiquitando sus asuntos para instalarse definitivamente aquí en Osaka, así que te agradecería que no me saturases de trabajos, mi hijo necesita tiempo
Miki le lanzo una mirada llena de ira contenida, y se abstuvo de responderle lo que de verdad deseaba decir, inesperadamente una idea cruzo por su peli plateada cabecita al mismo tiempo que una perversa sonrisa aparecía en su rostro, la sonrisa duro solo un minuto antes de que la camuflara con una mirada de pura inocencia
-Iori se me ocurre una idea… talvez deberíamos hacer pasar a Kyo por mujer, ya que tu mismo me contaste que su complexión es muy delicada
Iori le volteo a ver dudoso- ¿yo te dije que Kyo tiene complexión delicada?
La cara de Miki se petrifico luchando para que Iori no descubriera que ella misma había visto a Kyo en fotografías y después en persona, sabia perfectamente que el castaño tenia una figura delicada y esbelta –claro que me lo contaste, justo ese día que me comentaste el enorme parecido de su hijo, contigo- dijo ella sonriente, restándole importancia al momento - hablando de eso quizás quieras hacerlo pasar por mujer y a el niño por hijo de ambos-
-no es mala idea aunque no se, tendría que meditarlo- dijo el pelirrojo frotándose la barba lentamente, ya se me ocurrirá…
-por lo pronto haremos pasar a Kyo como mujer ¿ya pensaste el nombre? –Pregunto maliciosa Miki-
Iori la miró impasible, sin desvelar la verdadera naturaleza de su pregunta, así que respondió sin malicia: me gusta Kyoko…
El destino de Kyo Mitsunori estaba sellado, la rueda de prensa resulto un éxito y Iori adujo que su desaparición se debía a su nueva familia, una chica con la que había mantenido una fugaz relación que había dejado como fruto a su hijo y que ahora que los había vuelto a encontrar, reconocería al niño como su hijo y se casaría, mientras respondía algunas preguntas el teléfono sonó, Iori no contesto hasta que termino de responder preguntas
-¿diga?
-¿el señor Iori Yagami?
Si. El habla ¿que se le ofrece?
-Estamos hablando desde el edificio donde vive…
-¿Paso algo? Pregunto Iori temeroso
- si, pero le pido que venga primero, ya le he mandado un vehículo oficial para traerlo para acá
-no se moleste yo mismo iré al edificio inmediatamente.
-aquí lo espero…
Iori llego curioso, se imaginaba que el niño había hecho alguna travesura, quizás llamar a alguna casa o inundar el fregadero de la cocina y se amonesto pensando en que jamás debió dejarle solo, pero lo que vio en cuanto fijo sus ojos en la fachada de su lujoso penthouse lo dejo helado, en donde deberían estar las enormes ventanas de la recamara ondeaban las cortinas envueltas en llamas, todo el piso estaba envuelto en un aterrador resplandor dorado y en lo único que pudo pensar fue en su dulce hijo, aterrado entre las llamas mientras echaba a correr como un poseso, evadió a los policías de la puerta y subió desesperado por las escaleras no por nada se hacia llamar Iori Yagami, ex peleador del torneo mas famoso de Japón, cantante y magnate empresarial llego justo cuando sacaban a un inconsciente Ukyo envuelto en una frazada, entre sus manitas llenas de hollín llevaba una maleta de la cual no quería separarse desde que llego, su corazón se paralizo en cuanto lo vio y en lo único que pudo pensar fue en arrebatárselo a ese bombero que lo llevaba y así lo hizo, el niño al sentir el cambio de brazos abrió sus ojos con dificultad y le regalo una dulce sonrisa para luego murmurar en su vocecita débil –papi, viniste por mi- y quedarse dormido
Y a Iori al verlo sano y salvo dejo salir el aire que no sabia que contenía, prácticamente aliviado y con la mano le brindo una caricia, los bomberos lo alcanzaron para interrogarlo, en cuanto a la posesión del penthouse y explicarle el origen del incendio, aparentemente el fuego había derivado de un vaso de liquido derramado en la sala junto ala televisión. Iori recibió una reprimenda muy fuerte de parte de los policías y los bomberos por haber dejado solo a un niño de seis años, tendrían que dormir en la mansión nueva porque todas sus cosas se habían quemado, excepto esa mochila
Aunque primero tendrían que pasar la noche en observación, debido al aire lleno de hollin que el niño había respirado, al principio Iori había tratado de relajarlo pero al ver el temor en sus ojos y el hecho de que despertase gritando cada media hora tuvo que permitir que le dieran un sedante suave para obligarlo a descansar, eso si, no sin tomar de la mano a su padre.
Una vez que estuvo dormido, Iori pudo curiosear un poco en esa mochila, en ella estaba la libretita verde con la foto de Kyle; debió encontrarla en su escritorio mientras buscaba el teléfono, una mantita azul turquesa, que a juzgar por las puntadas, ha sido hecha a mano y por ultimo un peluche, un conejito rosado muy simple con una dirección bordada en una de las plantas del pie que reza así: Yukishiro Sakuragi, Privet Drive No 4 Isla Saki Japón
Iori reconoce la dirección pero sabe que no es la de Kyo y se da cuenta que por la desesperación del niño de proteger la maleta, en ella están las cosas mas preciadas para su hijo, una sonrisa pasa por el pálido rostro del pelirrojo, así que Ukyo tiene un amiguito
Una llamada interfiere con sus pensamientos. Es su padre que esta preocupado, el incidente ha salido en las noticias y una vez mas Iori tuvo que ofrecer disculpas por cometer tamaña estupidez…