Capitulo 18 Midiéndole el agua a los camotes
Esa semana corrió con demasiada rapidez, gracias a que se mudaron del penthouse, Ukyo pudo alejarse del trauma no sin antes dar una pequeña explicación de cómo comenzó el accidente y disculparse por haber destruido los trofeos de Iori, cosa que el pelirrojo mayor corrigió; los trofeos y guitarras que estaban en el apartamento solo eran replicas de los originales. Cosa que ayudo al pelirrojito a superar el trauma con más facilidad, respecto al entrenamiento, al principio resulto extenuante, su padre no era como su papi, Kyo le había enseñado a reconocer y no forzar sus limites y al mismo tiempo ir ampliándolos lentamente, pero Iori no lo entrenaba de esa forma Iori buscaba hacerlo llegar a su limite y empujarlo aun mas, cuando por fin se habituó a ese estilo de entrenamiento, pudo mirar la casa a donde Iori le trajo, el vestíbulo resultaba enorme, parecido ala casa de sus abuelitos al centro había una hermosa escalera blanca de mármol de carrara que se dividía en dos escaleras un poco mas pequeñas que subían a los lados y en el centro una enorme fuente de un corazón alado reposaba, tan solo el vestíbulo era enorme, mas lo eran los pasillos, toda la construcción estaba dividida en dos alas y en el centro unida por el vestíbulo que estaba franqueado por un lado por el enorme comedor, cocina y un saloncito aparentemente para tomar té y por el otro por una especie de despacho y un salón para organizar bailes; afuera en la parte trasera un invernadero tan grande que daba miedo y un salón de entrenamiento que desde que llego a esa casa ha aprendido a apreciar, en el entrenaba desde artes marciales mixtas, esgrima, y artes marciales estilo Yagami, esa tarde mientras miraba desde su habitación, noto como llegaban camiones a entregar los arboles que tanto le había pedido a Iori
Su padre no se había despegado de el desde ese incidente en el departamento, lo llevaba a todos lados incluyendo a los conciertos y reuniones creativas, por fin había visto ala tal Miki Takeda y nada mas verla supo que seria una adversaria de cuidado sobre todo después de ver como lo manipulaba para asistir ala apertura de un bar en el que el niño tubo que quedarse con sus abuelos a pesar de todo lo que Ukyo había hecho para que su padre no fuese a dicho evento, mientras reflexionaba sobre ese hecho se subía en una rama que sobresalía bajo el lago, que quedaba cerca de la mansión de sus abuelos. Y así placenteramente se sentó a escribir sus aventuras para el joven rubito, estaba tan entusiasmado que no se dio cuenta que la mochila había quedado atorada provocando que el niño callera al agua helada y que su mochila quedase colgada, con dificultad nado hacia la orilla, el enorme jardín no le ayudo en nada y para cuando entro por la puerta trasera temblaba y tenia algo de fiebre
Yua llego corriendo y sin importar nada lo cargo para llevarlo ala habitación que había sido de Iori y arroparlo ante la mirada casi indiferente de Souta. Mas tarde el niño, a pesar de todos los cuidados ardía en fiebre y no paraba de llamar a su padre y a su Okaachan así que no le quedo más remedio que llamar a Iori….
Lejos de ahí en Ámsterdam Kyo leía una y otra vez cada articulo que salía de Iori y Ukyo en las revistas del corazón, grande fue su desilusión cuando supo (por medio de las revistas, porque Iori en ningún momento le volvió a llamar) que Iori hacia pasar a Ukyo como hijo suyo y de una mujer una tal Kyoko, eso termino por hacerlo sentir peor
Ya era demasiado tarde para echarse para atrás si tan solo con haber huido de la isla lo había trastornado ya no quería saber como respondería al saber de donde había nacido su hijo entonces lo odiaría, así que lo único que le quedaba era “portarse bien” para volver a ver a su niño, mas tarde Kyo se despertó envuelto en una fina capa de sudor, sintiéndose afiebrado y mareado llamando a Ukyo desesperado, Hennigan lo encontró y le ayudo a refrescarse
Mientras Iori recibía la noticia de que Ukyo se encontraba enfermo y no paraba de llamarlo salió intempestivamente del bar dejando a una Miki sumamente enojada, pensando que ese niño era un manipulador antes de salir corriendo tras de su cantante
En cuanto entro Iori ala habitación, se encontró con su hijo con los ojos brillantes por la fiebre y se sintió aliviado al ver que el niño le extendía los brazos, mientras el pelirrojo abrazaba con alivio a su niño el pequeño volteo a mirar a Miki, quien a su vez estaba sumamente confusa, Yua estaba pendiente de todo el intercambio de miradas y se dio cuenta el momento en que en la mirada afiebrada surgió una chispa de triunfo que se apago con rapidez, consumida por la fiebre ante la mirada de odio de Miki
-No cabe duda que este niño es de cuidado. ya veremos quien puede mas… se dijo a si misma Miki Takeda mientras salía de la mansión Yagami, la noche se había estropeado, mientras Yua los miraba sonrientes, ella no había estado de acuerdo con la vida que su hijo estaba eligiendo y esperaba que la familia que estaba apunto de formar lo alejara del mal camino y de esa ambiciosa mujer, Iori se quedo a dormir en la habitación para asegurarse de que su niño estaba recuperado y sano y mientras lo miraba dormir, se preguntaba, ¿que haría con el padre de Ukyo? sin duda le gustaba mucho, disfrutaba de su compañía añoraba acariciar esa suave piel acanelada, quería volver a aspirar el dulce y acanelado aroma que todo su cuerpo desprendía, mirar esa sonrisa, acariciar ese cuerpo al que con gusto viviría anclado de por vida, sin embargo no podía olvidar la traición, la forma en que la ultima vez que escapó sumiéndolo en la obscuridad y desesperanza alejando a ese niño que hasta hacían unos meses no tenia idea que existía y que ahora que lo tenia no se imaginaba de que forma viviría sin él, sin su sonrisa cálida que todo ilumina, sin esos maravillosos dibujos que comenzaba a poner por todos lados antes de que el departamento se quemara; por esos motivos y muchos mas, esos dos no irían a ningún lado
Quizás era muy egoísta, pero Iori solía ser así, años de ser el hijo único, heredero de un imperio enorme y destinado a acabar con los Kusanagi; lo respaldaban y de ninguna forma perdería a quienes le hacían tan feliz.
Corregido por Renji Akira
Por su parte, Ukyo se sentía dudoso. Siempre había estado con su Okâ-chan, Kyle y jamás había necesitado de nadie más. ¿Por qué justo ahora, Iori resultaba ser tan importante?
Kyle había sido un buen padre pero, Yagami despertaba en su interior sentimientos confusos; por un lado, ganas de mostrarle qué tan poderoso podría llegar a ser para ganarse su aprecio, por otro lado, ganas de mostrarle quién es el macho alfa; y a esto se sumaban sus abuelos. Alguna vez Kyle le había hablado de sus padres y supuso que ellos debían ser sus abuelos, sin embargo, no los había conocido.
Kyle estaba demasiado enfermo para jugar con él para cuando el menor aprendió a caminar, ahora, aparecía un Iori Yagami; alto, fuerte, imponente y poderoso dispuesto a aguantarle el paso. Una abuelita con la que siempre había soñado; tierna, cariñosa, cálida, dispuesta para mimarle y enseñarle con paciencia. Además, también estaba ese abuelo que no parecía sentir ningún aprecio por su recién adquirido nieto, pero que no parecía ser del todo malo puesto que en sus ojos, se asomaba la bondad que poseía.
Una nueva familia había llegado a la vida del pequeño Ukyo, quien se encuentra abrumado y un poco confundido ante esos nuevos sentimientos que se arremolinan en su pequeño corazón.