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EL SOL, LA LUNA Y UN ECLIPSE II por minamoto

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Notas del capitulo:

releyendo los capitulos he encontrado algunos cabos sueltos que sin querer he estado dejando, asi que planeo checar el fic para ver como cerrar al gunos o saber si se les puede dar continuidad quizas me tarde un poco espero que no demaciado, gracias por su amabilidad y espero mejorar mas para que disfruten de la historia, sin mas por el momento los dejo con mi creacion

Capitulo 23  No me dejes ir

 

NO ME DEJES IR -LUCERO

Me Sacaste De Mi Eje Seguro, Derribaste Con Tus Besos Mis muros.Ya conoces todas mis esquinas. Tu amor Sorpresa Repentina..   Pescando Sueños Pasas Cada Mañana Me Los Cuelgas Cerca De Mi Ventana Insuperable Como Tu No Existe Nadie Para Amaaar... (Coro) Me Lanzo en tus Brazos sin Paracaídas, Se Que En Tu corazón Yo Voy a Reposar, Enamorada Sigo Mis Instintos Nada Que Pensar. Contigo Hago Círculos de los Cuadrados Lo Que Nunca hice Yo Lo Hare Por Ti Solo Te Pido Que No Mientas Nunca No Me Dejes Ir. (Será Mucho Pedir) Oh oh ah ahh. Radical Voy Sin Frenos Al Viento a Mi Lado Siempre tendrás Tu Asiento, Invencible Un Querer tan Profundo Que Se Come De Un Bocado Este Mundo. Pescando Sueños Pasas Cada Mañana Me Los Cuelgas Cerca De Mi Ventana Insuperable Como Tu No Existe Nadie Para Amaaar... (Coro). (Eres Tan Distinto a Los Demaaas.Tu Eres Tan Distinto a Los Demaaas, Me Siento Tan Protegida Si Tu Estaaas .ah ah ah ah oh oh ah ah ah ah ah ) (Coro)

 

Las siguientes semanas fueron dulces, tanto que al principio Kyo despertaba atemorizado esperando que el sueño se terminara. Por la mañana Iori amanecía acunándolo en un apretado abrazo para después hacerle el amor hasta muy entrada la mañana, Ukyo estaba tomando clases con sus abuelos solo una parte del día, lo que les dejaba las tardes para hacer actividades familiares entre las que incluían ir a parques de diversiones, entrenar en el dojo entre otras cosas, Iori había dejado de trabajar hasta muy tarde a veces incluso no iba a trabajar, llevaba a Kyo a sus ensayos con la banda, los fans y la prensa ya se había acostumbrado a ver al pelirrojo casi siempre acompañado de su guapa mujer y Kyo estaba menos nervioso, Miki no había vuelto a aparecer excepto cuando se encontraban en los estudios de grabación y la peli plateada solo lo había mirado con una expresión sarcástica bastante macabra

 

 

Lo único que ensombrecía la dicha de Kyo era el secreto que aun guardaba, esa mañana había tenido un inexplicable deseo de carne y eso le trajo inevitables recuerdos, quizás estaba nuevamente embarazado, todos estos meses habían estado teniendo relaciones sin protección y si eso pasaba Iori tenía que saberlo, el doctor Yusei debía llevar su embarazo si quería salir con vida de este alumbramiento, Iori tenía que saber que Ukyo era su hijo de verdad, así que preparo una comida sencilla y se puso el kimono favorito de Iori y se sereno para hablar con el pelirrojo.

 

 

Iori entro a la casa y siguió el dulce aroma a canela que flotaba por todos lados, y lo encontró en la cocina, sacando una hornada de galletas de canela, sus favoritas

 

Kyo estaba frente al horno inclinado sacando una charola del horno dándome una hermosa vista de su redondo y delicioso trasero que sobresalía aun a pesar del kimono, lo único que pude hacer fue tomarlo por las caderas y abrazarlo por la espalda, eso me provoco una erección de campeonato, me sentí culpable por pasar más del 90 por ciento del tiempo que pasaba con Kyo, más caliente que una hornilla aunque la culpa no me hizo menguar el deseo y seguí restregando mi pelvis contra su delicioso trasero, Kyo se tenso al principio  hasta que me reconoció y me dijo cariñosamente –Hon, me vas a hacer tirar las galletas - en respuesta solo lo apreté mas y goce de ese dulce cuerpo hasta que escuche un gemido de sorpresa, al voltear a buscar de donde salía el ruido, pude ver a las cocineras sorprendidas, desde que tengo memoria ninguna Yagami se había metido a la cocina excepto para dar órdenes, pero Kyoko mi dulce Kyoko no es para nada una Yagami ordinaria y eso lejos de incomodarme por el contrario es refrescante, verlo poner el empeño en hacerme sentir especial, lo solté para permitirle poner las galletas a buen resguardo, despedí a las cocineras para estar a solas.

 

Mi objetividad a veces se tambaleaba y la ficción se estaba mezclando con la realidad de forma convenientemente, de día era mi dulce Kyoko la mujer más bella que yo había visto y de la que la prensa rosa no se cansaba de hablar, alabando cada mirada, gesto o su delicado talle y de noche era mi ardiente y sensual ex rival, Kyo Kusanagi, el que me tentaba con su piel y con esa ternura tan suya, a veces lo olvidaba y me refería a él como ella o viceversa, al principio podía ver una chispa de desagrado en sus ojos, con el tiempo esa chispa se fue apagando. En estos momentos mientras lo apretaba más contra mi cuerpo y aspiraba ese dulce olor a canela, simplemente era mi Kyo.

 

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Más tarde después de la comida, mientras comían las deliciosas galletas, Iori lo miro fijamente y le provoco un escalofrío que bajo por la columna vertebral del castaño, Kyo trago saliva nervioso y con el corazón en un puño comenzó a hablar

 

  • Ø Iori, necesito hablar contigo de Ukyo de algo muy importante… es referente a el origen de Ukyo, hay cosas que tienes que saber.

 

 

El corazón de Kyo latía como una especie de tambor, temía mirarlo a los ojos y ver el asco a causa de ser una especie de fenómeno en estos momentos se estaba jugando su estancia en la mansión, al lado de el único hombre al que había amado y peor aun el temor a que rechazara a Ukyo por provenir de otro hombre era muy grande, pero si estaba nuevamente embarazado la vida de el nuevo bebe estaba en riesgo y por esa razón tenía que jugarse el todo por el todo, sin embargo Iori quería que esperara

 

  • Ø Yo también tengo que hablar contigo porque esto es más importante, solo dame unos minutos y después hablamos de lo tuyo, esto también es referente a Ukyo y es muy importante… -Kyo lo miro con recelo y después de unos segundos asintió y guardo silencio- mira, cada Yagami ha ido a una escuela especial desde la primaria, primero comienza con la educación especial en el kínder y al entrar a la primaria lo hace en una escuela muy importante donde aprenderá a manejar empresas a dar conferencias entre otras materias
  • Ø Ahhh que bueno ¿donde está la escuela?, ¿cuando comienzan las clases?, hay que ir a comprar los materiales y los uniformes faltan tantas cosas, quiero ir a inscribirlo no importa que tenga que vestir de mujer nuevamente. El rostro de Kyo estaba resplandeciendo-

 

Kyo hablaba casi sin parar excitado y emocionado, Iori trago saliva al ver  que las cosas serian más difíciles de lo que imagino, su castaña estaba muy involucrada en la crianza del Ukyo y sería muy complicado decírselo, así que antes de que Kyo siguiera hablando como poseído tuvo que interrumpirlo

 

-Kyo… Ukyo ya está inscrito, Apriori se encargo de comprar los uniformes y los libros y no te he dicho otra cosa, la escuela es un internado, en la que va a aprender muchísimas cosas provechosas para ser un digno heredero Yagami

 

-Pe- pe- pero dijiste que si lo entrenaba tu padre estaría listo, incluso ha tenido que dormir en casa de sus abuelos, acortando el tiempo que pasamos juntos, cómo pudiste hacernos esto, lo alejaras ¿por cuánto tiempo de mi lado?, es mi hijo también porque tomaste la decisión sin preguntarme–Kyo estaba  fuera de si, Iori por primera vez en meses sintió pena por el desgarrado llanto que profería el castaño-  escucha Kyoko, Ukyo se irá por espacio de cuatro años… Iori ya lo veía venir, lo que parecía ser una comida adorable resulto ser una batalla campal, Kyo acabo entrenando en el dojo quemando cosas  y Iori tuvo que regresar al trabajo sintiéndose peor

 

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Iori meditaba en su oficina buscando una forma en que Kyo no sufriera la separación, Ukyo también estaba triste aunque Miki había hablado con él y eso lo había dejado más tranquilo (¬_¬ mmmm) justo en ese momento la peli plateada venia entrando, llevaba un vestido blanco que le quedaba maravillosamente y el cabello recogido en una coleta baja con un maquillaje sobrio y delicado, al notar al pelirrojo tan sombrío supo que la propuesta no había salido tan bien y sonrió con satisfacción

 

-vamos Iori no te pudo ir tan mal… comento con simpatía mientras se dejaba caer graciosamente en el sillón, Iori la miro de una forma tan grave pero no dijo nada al menos por unos segundos en los que lanzo un suspiro cansado

 

-las cosas se pusieron muy feas, aparentemente Kyoko quería decirme algo que según dijo era muy importante, supongo que, si es importante porque lo encontré guapísimo, con mi comida favorita y mis galletas favoritas, aun así lo hice esperar, tenía que decirle lo del internado, y cuando lo supo ardió Troya, lo hubieras visto, perdió los estribos y me acuso de separarlos, realmente me lastimo porque si por mi fuera Ukyo se estaría criando en casa, amo a ese niño y yo sufrí mucho con la educación que me impartieron para ser el Yagami perfecto, me alejaron de casa hasta que eliminaron cualquier contacto y suavidad que hubiera podido obtener de mi madre, Kyo no reconoce mis intentos por no alejar al niño pero si permito que Ukyo no vaya al internado ningún Yagami lo respetara y si posición se verá afectada.

 

El pelirrojo se paro del escritorio y camino a un mueble que tenia al costado, extrajo un vaso bellamente tallado y se sirvió algo de sake, el liquido se deslizo por su garganta ocasionándole una quemadura agradable que mitigaba el dolor que sentía en el corazón, la botella le trajo recuerdos de aquella primera noche que paso con Kyo, el inicio de esta aventura, Miki lo miro divertida y satisfecha y decidió salir dejando a Iori hundido en su caos, tres botellas más tarde, Iori había resuelto el conflicto y ligeramente mareado camino por los pasillos desiertos, hacia un buen rato que los empleados habían salido y todo estaba vacío y obscuro, sus pasos eran errantes y pesados una voz en su conciencia le decía que debía quedarse en el penthouse de la empresa pero el deseo le gritaba que tenia que llegar a su refugio y ese era su castaño, las barreras habían caído y estaba admitiendo que estaba totalmente loco por Kyo o Kyoko, como fuera que se llamase; que amaba cada gesto y cada partícula de su cuerpo, aun a pesar de saber que su niño era un jugador y un estafador, no podía evitar desearlo llenarlo con su esencia y marcarlo hasta que nadie pudiese intentar quitárselo, hasta que Kyo Mitsunori por fin supiera a quien pertenecía.

 

Kyo se moría de rabia, mira que tomar una decisión tan importante, sin su consentimiento y él que había preparado con tanto esmero y amor la comida, si, amor porque era justamente lo que estaba  sintiendo por ese miserable y perro egoísta, lo amaba más que a su propia vida, lo supo justo en el momento en que Iori lo había tomado; aun a la fuerza su cuerpo no podía evitar reaccionar, cada célula le pertenecía a Iori hasta el último aliento de su vida era suyo, lástima que Iori no le perteneciera de ninguna forma aunque estos últimos días casi le había creído, las muestras de amor, cada caricia, cada abrazo y beso, al principio había querido matarse con solo sentir la falsedad con la que lo tocaba pero finalmente se había rendido al explosivo amor de su ex rival, eso era lo que lo tenía más enojado que a pesar de toda la desdicha y humillación a la que el pelirrojo lo estaba sometiendo, su corazón se había rendido y encima esa estúpida niñera había hecho el trabajo de comprar los útiles y el uniforme. Ya era bastante tarde y Iori ni siquiera había vuelto, seguramente se había marchado con alguna mujerzuela o algún joven atractivo que no tuviera obligación alguna que darle gusto y abrirse de piernas para él, mientras miraba a Ukyo dormirse tuvo que ahogar un sollozo, su niño tendría que irse pronto y no lo vería en mucho tiempo y encima se quedaría solo con un hombre que lo utilizaba como esposa florero o como su cobija según fuese su deseo.

 

 

 

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Iori iba a todo lo que daba en su carro, detestaba tener un chofer por lo cual generalmente manejaba en persona, a tres distritos de su casa, su mente voló  hacia Kyo, a su dulce y delicada piel, esa ausencia de músculos gruesos, esas caderas a las que estaba atado permanentemente y con gusto porque después de haber tenido entre sus brazos a Kyo jamás querría tener a otro, repentinamente algo cruzo frente a él y se vio obligado a virar bruscamente, estampando su carro contra un enorme y grueso árbol, todo su cuerpo se sacudió con violencia y su cabeza reboto de forma ruda contra el volante, por alguna razón la bolsa de aire no se abrió, suerte que no había olvidado ponerse el cinturón de seguridad, se toco con cuidado la cabeza y se dio cuenta que de su frente manaba una gran cantidad de sangre, todo el cuerpo le dolía, pero sentía más dolor cuando trataba de respirar profundamente, quizás tenía una o dos costillas rotas, su vista se llenaba de puntos que como luciérnagas multicolores flotaban, insistentemente sintió la necesidad de descansar sus ojos lo que ocasiono que los cerrara un segundo, en cuanto los abrió se encontró a Kyle sentado en el destruido lugar del copiloto, el pelirrojo le miro, con una media sonrisa confiado y resplandeciente como siempre, Kyle se inclino sobre él y susurro con ternura en su oído –descansa – y aun a pesar de no quererlo lentamente se deslizo a la inconsciencia mientras escuchaba a lo lejos sirenas que se acercaban.

 

 

Toc toc toc, los toquidos eran tan insistentes y obligaron a Kyo a abrir los ojos, se había quedado dormido mientras lloraba su desdicha, se seco las lagrimas y se enderezo para ponerse una bata, solía dormir con solo unos bikers, un habito  que le había dejado ser desnudista en el “Tentaciones”  se puso la bata y fue a la puerta que frenéticamente aporreaban, al abrir se encontró con el rostro asustado de Ginevra, la chica lo miro y susurro  un – afuera está un enfermero, parece que Yagami san tuvo un accidente, Kyo rápidamente y se vistió con unos pantalones capri y una blusa china, se trenzo el cabello lo suficiente para que no le molestara y lo anudo en la punta con una liga gris, unos zapatos de piso y salió

 

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Abajo un enfermero pelirrojo lo esperaba pacientemente, en un principio el tipo le pareció conocido pero en su angustia no se paró a verlo bien, simplemente lo siguió, Iori le había pedido que siempre que saliera tomara la limousine pero en ese momento en lo único que pensó era en Iori tendido en una camilla y eso le puso la mente en blanco, ya eran las tres de la madrugada así que preferiría ir en el carro que Iori le compro, un beetle muy simpático, azul turquesa en el que Ukyo adoraba viajar a pesar de que casi nunca lo usaban, el enfermero no le permitió manejar aduciendo que no estaba en condiciones de manejar, mientras el enfermero manejaba le estaba poniendo al corriente de lo que había pasado, Iori había estado manejando en estado de ebriedad y había tenido un accidente bastante grave, como a dos distritos de la casa, un escalofrío corrió por su espalda cuando vio el árbol derribado y el elegante carro que usaba Iori estampado en él, la policía estaba desprendiendo lo que quedaba del vehículo provocándole unas enormes ganas de vomitar sin embargo el enfermero pelirrojo hablaba con una voz llena de paz que poco a poco lo adormecía, aparentemente las lesiones eran de consideración, una conmoción cerebral, tres costillas rotas y un brazo roto, Iori iba a estar un buen rato fuera de servicio, cuando Kyo abrió los ojos se encontró en el lugar del conductor y el enfermero se había ido, por un momento con la cabeza despejada le pareció que el tipo se parecía a Kyle pero rápidamente lo desestimo, Kyle no tenia mas, familia mitad irlandesa y mitad japonesa, él era único, en su originalidad.

 

Salió del carro e ingreso al hospital para enterarse que nadie con la descripción del enfermero pelirrojo estaba trabajando en ese hospital, seguramente Kyle había estado envuelto en todo esto, aun después de tantos años Kyle los seguía cuidando, sonrió con melancolía, el doctor le explico cuidadosamente la gravedad de las lesiones, y se dio cuenta cuan efímera era la vida, de mañana había estado envuelto en los preparativos para enterar a Iori de su fertilidad, por la tarde habían reñido por la toma de decisiones sobre el hijo de ambos y ahora se enteraba que pudo haber perdido a su pareja por una mala idea. Por el momento se sentó a esperar a que le permitieran pasar a verlo lleno de temor y miedo, encogido en la incómoda silla del hospital, una de las enfermeras le ofreció un café que cortésmente rechazo, en ese momento no podía tragar nada aunque quisiera. El temor a perderlo lo embargaba, justo en ese momento Iori estaba en cirugía y no había nadie más que estuviera con él.

 

El costoso hospital lo resguardaba de los reporteros pero afuera había un maremágnum de medios, ni siquiera Miki estaba ahí, una media hora más tarde llegaron Yua y Souta pero tuvieron que admitir que no podían hacer nada excepto darle su apoyo a Kyoko, fue entonces que Yua la pudo ver con más atención, era realmente hermosa, esa piel tan blanca, los ojos enormes y castaños, aun a pesar de estar irritados y desorientados lanzaban destellos dorados, los labios carnosos y suaves, el superior ligeramente más lleno y levantado suavemente en un mohín delicado, el cabello tan largo hasta debajo de las caderas; recogido en una trenza, todo en ella era realmente hechizante aunque Kyoko tenía unas bellas y redondas caderas, había algo que no le cuadraba, el rostro no era un ovalo sino que tenia la mandíbula muy cuadrada y en el cuello parecía insinuarse una nuez de Adán muy pequeña, tenía que hablar con ella lo más pronto posible, mientras la mirada bajaba por las caderas también pudo notar un bulto no muy marcado en la entre pierna, quizás debía hablar primero con Iori, aunque realmente tendría que esperar hasta saber realmente si su único hijo estaría bien y con ese último pensamiento se hundió en la melancolía y el dolor

 

Una hora más tarde los Yagami más grandes se habían retirado, ya no eran tan jóvenes para estar levantados a esas horas, Kyo se quedo solo, esperando a que Iori saliera de la segunda operación a la que el pelirrojo había sido sometido, la primera para reparar las costillas rotas y la segunda para corregir el brazo roto. En ese momento el doctor salía del quirófano, desaliñado y con el cansancio en sus ojos, se acerco a darle las noticias, Kyo lo único que acertó fue a asentir y rogar que le permitieran pasar la noche en la habitación de Iori, el galeno al ver su mirada esperanzada accedió y Kyo por fin pudo ver a su pareja dormir aunque fuese bajo la anestesia

 

Iori dormía profundamente cuando sintió que alguien hablaba bajito en la habitación, con cautela abrió un ojo y lo que vio lo dejo totalmente sorprendido, ahí estaban dos niños uno parecía ser Ukyo mas grande y una niñita de pelo castaño y ojos violetas que se secreteaban, en cuanto  se acercaron los niños gritaron ¡Sorpresa Papa! Y saltaron a la cama, Iori pensó que le dolería pero no sintió nada, detrás de ellos estaba Kyo mas mayor llevando una charola con su desayuno favorito –Hola amor… Niños dejen que su papa desayune tranquilo- Kyo me dio un beso en la mejilla y los niños se sentaron junto a mí en la cama platicando de el día que pasarían para festejarme el día del padre.

 

Iori pensamientos

Que era lo que estaba pasando, primero me accidento y después despierto en mi casa con dos niños que se dicen mis hijos y viviendo una vida idílica, ni siquiera sé de donde salió Ukyo y ahora esta adorable y dulce nenita, también decía que era mi hija, supongo que nuestra niña venia de una madre substituta, pero ¿ahora? Que las cosas estaban tan mal, de donde venia especie de ilusión, quizás era lo que más deseaba y por eso me lo estaba proyectando mi mente quizás en estos momentos estaba en coma y estaba viviendo en una realidad alterna, el día paso muy alegre, disfrute a mi familia como nunca lo había hecho, tuve el privilegio de ver a Kyo despreocupado y a mis hijos más grandes, en ese momento supe que haría lo que fuera para que Kyo y Ukyo no lloraran y me enamore de Sayuri que era tan tierna como divertida, lleve a la cama a Ukyo y a Sayuri, les conté un cuento y les arrope, mientras Kyo se recomponía, mi “éclair”  estaba muy sensible y había vomitado mucho en el día, así que más tarde nos metimos a la cama y nos acurrucamos muy juntos para disfrutar de una noche tranquila…

Fin de los pensamientos de Iori

 

Kyo estaba en la habitación de Iori caminando nervioso, por un lado su amor convaleciente y por otro lado Ukyo solo en la casa con Ginevra así que tomo el celular y le llamo al niño, para ver como estaba, el niño estaba preocupado pero al mismo tiempo sereno, le explico que su papa había estado en un accidente y que tenía que quedarse a cuidarlo un par de días, el niño le mando muchos saludos y bendiciones y se quedo bastante tranquilo.

 

Mientras dormía pudo ver los múltiples moretones y heridas, un sentimiento de desesperanza lo asalto, su “hon” pudo morir y dejarlo solo, no sabía realmente como viviría sin Iori, quizás debía tomar lo que Iori le ofrecía, las excelentes noches de amor, esos largos baños de tina y los juegos en el jardín y aunque Iori no lo quería, de alguna forma había logrado tratarlo con más respeto y cuidarlo más que antes, ahora lo único que tenía que hacer era explicarle la extraña anomalía genética que poseía y saber si Iori realmente podía aceptarlo y vivir con él

 

Esperaba que sí, porque si no era así tendría que de no ser así, tendría que aceptar vivir en alguna finca solitaria o abandonar el sitio con o sin su hijo, Kyo tenia tanto miedo de no ser suficiente para Iori y por otro lado estaba ese maldito contrato, que indicaba que si Iori no estaba satisfecho con la familia o el desempeño de Kyo, podía quitarle al niño y dejarla en la calle, que clase de hombre hacia algo así, la respuesta era lo que más le aterraba.

 

Y con esa pregunta en el corazón acerco la silla hacia la cama, tomo las manos de su pelirrojo y se quedo dormido

 

Iori abrió los ojos por segunda vez y se encontró en el hospital, sintiéndose una piltrafa humana, cuando trato de enderezarse sintió como sus costillas se resentían y que entre sus manos tenía las manos de alguien más, en cuanto pudo enderezarse penosamente descubrió el rostro de un cansado Kyo, semi relajado, con lagrimas secas en los ojos y aun así sumamente bello, quiso rosarlo con amor pero el vendaje tan firme no le permitía moverse con libertad, pero el movimiento alerto al castaño, que se desperezo con suavidad para mirarlo con los ojos llenos de lagrimas contenidas.

 

-Hey- gimió Iori con la voz tan ronca por la falta de liquido, Kyo se dio cuenta e inmediatamente le consiguió un vaso con unos pocos hielos para que su pelirrojo pudiese refrescar su garganta, una vez saciada la sed, Iori lo miro con amor –lo siento- dijo con la voz menos rasposa, Kyo lo miro atónito – perdón amor, no debí salir a esas horas y mucho menos salir bebido.

-No “hon” yo debí ser mas paciente, aunque aun estoy enojado contigo por haber matriculado a Ukyo chan sin consultármelo

-Es cierto, debí decírtelo, pero se abrió una plaza para estudiante y aproveche porque en esa escuela es muy difícil que puedan entrar, además de que en esa escuela han estudiado todos los lideres Yagami, así debe de ser, mira si te parece, deja que estudie seis meses ahí y dependiendo de cómo se sientan los dos, veremos si se queda más tiempo, incluso podemos arreglar que los fines de semana los pase en la casa con nosotros

 

El rostro de Kyo resplandeció de alegría y asintió con gusto –es buena idea y eso me gusta, por lo pronto ya no quiero pelear “hon”-

 

-Así será “éclair”  Así será amor- sentencio el pelirrojo

Notas finales:

pd elegi esta cancion por que me parecio adecuada, espero que les guste


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