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EL SOL, LA LUNA Y UN ECLIPSE II por minamoto

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Notas del capitulo:

Espero que el Chap les guste y para arrojar un poco mas de luz, aun planeo hacer sufrir mas a Kyo le falta un poquillo mas  ya veran lo que le sigue

Capitulo 25 Diferentes clases de amor

 

Esa misma noche en el internado Ukyo leía con ansiedad una carta que su adorado Yuki le había enviado, Ginevra la encontró cuando Apriori estaba a punto de destruirla y se la entrego disimuladamente antes de que se fuera, estaba un poco arrugada y algo rota debido a estar guardada en la bolsa de Ginevra, pero aun se podía leer

 

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            Mi adorado y querido Ukyo

 

Espero que no te hayas olvidado de mí, yo aquí te extraño mucho, los días pasan muy lentos desde que te fuiste, te fuiste hace ya casi medio año y si, recibí tu postal desde Ámsterdam, ¿cómo es haya? ¿Es bonito? ¿Hace frio? Me hubiera gustado mucho ir contigo y pasear o comer un helado, ya supe que volviste  a Osaka recibí tu carta pero no estoy tan seguro de que hayas recibido la mía, porque te mande a preguntar si tú me extrañabas tanto como yo a ti y no me respondiste, estos días se me hacen eternos sin ti, te extraño mucho, te tengo una buena noticia, mi mama está a punto de ser transferida a Osaka y pronto podre ir a verte

 

Atte. Tu Yuki

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Ese Yuki, siempre tan corto, bueno al menos eran cartas más largas que un dibujo y un te extraño, sin duda su rubito estaba aprendiendo a escribir más y mejor, no sabía cómo explicar que extrañaba cada cabello de esa angelical cabecita, cada sonrisa de esa bella boquita y lo peor era que no sabía como de decírselo Yuki le inspiraba muchas cosas, todas confusas y difíciles, a veces anhelaba volver a ver a Yuki y perderse en el aroma de su piel, entonces recordaba que Yuki era muy inocente y que tal vez ni siquiera sabía la clase de pecaminosos pensamientos que provocaba en su interior, y su dulce niño no merecía ser pervertido, había visto a su abuelo besar la frente de su abuelita de la forma en que él lo hacía con Yuki cuando se había quedado a dormir en su casa, no entendía muy bien solo sabía que deseaba a Yuki como su abuelo a su abuela o como su Okaasan a su Okaachan, eso no podía ser tan malo, lo amaba... sus ojos se ampliaron y se dejo caer en su cama del internado sintiéndose mareado y feliz, Yuki era su primer amor y esperaba verlo pronto, y sin darle más tiempo a nada inmediatamente procedió a escribirle la respuesta, explicándole que debería escribirle al colegio hasta que el propio Ukyo supiera cómo deshacerse de esa tonta de Apriori

 

 

Kyo despertó solo en la casa, ni su pelirrojo mayor ni el menor estaban, era mejor así tendría tiempo para pensar en cómo darle a Iori la “dulce” noticia, aunque primero lo primero, un baño, mientras estaba en la regadera y se tocaba se dio cuenta, pero claro, estaba más sensible, físicamente y sentimentalmente también, aunque no había sentido los ascos tan marcados quizás con el tiempo se sentían menos agresivos. En eso un mareo muy fuerte lo llevo a sujetarse de la cortina de baño arrancándola de tajo y lo único que le dio tiempo fue a incorporarse medio adolorido y llegar a la taza para vomitar hasta que sintió lo último de los calamares de anoche abandonar su cuerpo – pues, no- los mareos se sentían igual de malos que cuando esperaba a Ukyo, gimió adolorido -auch- mientras se sobaba el codo y parte de la cadera, se dio el baño lo tan rápido como pudo y se vistió, sabia de sobra que Tiger debía que llevarlo porque estaba fuera de discusión usar el adorable beetle que tanto le gustaba, peligro y terminaba estampado en algún árbol igualito que Iori y sin alcohol de por medio.

 

No quiso comer nada, eso reducía el riesgo de que vomitar u obligar a los demás a parar a media carretera a vaciar el estomago, en cuanto llego al consultorio del doctor, supo que estaba en problemas, en la puerta del consultorio, se encontró con que el doc ya no trabajaba ahí, y cuando llamo al número que le dieron ahí, se encontró con una voz latina que le decía que volvería en un par de meses, mirando al cielo, Kyo suspiro esperaba que volviera pronto, mientras tanto tendría que convencer a Iori con muy pocas evidencias, se dijo esto mientras caminaba a una farmacia y compraba tres cajas de pruebas para embarazo, las pagaba cuando se dio cuenta que alguien le tomaba fotografías aunque no le dio importancia y siguió su camino, volvió a la mansión con un par de medias de red, le daría una pequeña sorpresita a su Iori, si las cosas salían bien

 

El pelirrojo leía contratos en su oficina, en una enorme pantalla tenía en silencio, dividido un canal con VH1 y en la otra mitad, noticias del mercado de valores y el alza de bonos, cuando recibió la llamada de Miki pidiéndole que subiera el volumen, Iori detuvo todo para ver qué era lo que le perturbaba a su representante

 

En el de VH1 una simpática reportera mostraba imágenes de su Kyoko, una de ellas lo mostraba en su kimono gris comprando lo que al parecer eran pruebas de embarazo caseras y según el titulo del encabezado se leía algo así: ¿nuevo bebe en camino?, Kyoko es sorprendida justo hoy en la mañana, su mujer fue vista comprando pruebas de embarazo, ¿Iori va a ser papa por segunda vez?

 

El pelirrojo casi se ahoga con el café. Al escuchar tales palabras, si se sabía la verdad de el sexo de Kyoko seria todo un escándalo y los medios escarbarían mas en el pasado de su mujer y su hijo y justo ahora que estaba lanzando su nuevo single (single se refiere a la canción con la que lanza un cantante su álbum) –El chistesito de tu esposita florero nos va a costar muy, pero muy caro, habla con ella Iori, no sé en que estaba pensando al ir a esa farmacia y haber a cuantos favores cobro para solucionar esta tontería - le dijo con rabia Miki antes de colgar, Por un lado el pelirrojo se moría de coraje, estaba empezando a promocionar un nuevo tema, encima acababa de pasar el escándalo de Wade, por otro lado Kyoko había pasado dos horribles días esperando a que la hinchazón del golpe bajara, sin poder esperar más, tomo los contratos y la papelería que tenía en el enorme escritorio, por un momento le pareció ver a Kyo tendido en el, con el kimono dejando al descubierto esas largas y esbeltas piernas, con ese suculento pene goteando en su entre pierna, y el kimono abierto dejando al descubierto esos sensuales hombros y rosados pezones que adoraba lamer y torturar hasta obtener la deliciosa rendición, esa que disfrutaba obtener cada vez que veía esos castaños ojos dilatados, al mismo tiempo que respiraba pesadamente y le suplicaba que lo tomase, una y otra vez. Wow Kyo ocupaba todos y cada uno de sus pensamientos, ahora lo único que pensaba era en follar ese dulce culito y castigarlo por cometer esa indiscreción.

 

Justo llego a la casa cuando el aroma de la comida lo golpeo, adoraba Kyoko siempre dulce y solicito, ahora tenía que hablar de lo de la publicación, trataría de hacerlo de la manera más serena dado que estaba bastante alterado y tenso, era hora de buscar un asistente que lo ayudase a coordinar los eventos, Miki estaba absorta en el concurso para buscar al nuevo baterista, el lanzamiento del single “encadenado” y ahora hasta quería una especie de reality show basado en el concurso y lo peor de todo era que dentro de poco haría falta hacer una gira para promocionar el álbum, al menos eso la mantenía lejos de atormentarlo con mas compromisos y estaba la empresa que estaba absorbiendo a otra una pequeña empresa de banquetes y viajes turísticos para la comunidad de lesbianas gays y transexuales, eso estaba generando bastante polémica, contratos, tenía que reorganizar puestos de poder y comenzar a delegar responsabilidades

 

Pronto Miki se encargaría de ver cuál sería el adecuado, Miki sabía muy bien qué clase de trabajador estaba buscando porque en tres días se presento con Kiel D. un agradable hombre joven, egresado de una buena universidad, de ojos verde claro, tez clara y cabello negro azabache, 1.75, esbelto y tonificado, sumamente educado y poliglota

 

 

Iori entro al gym y encontró a Kyoko bailando, la imagen lo hizo olvidarse de respirar, el castaño llevaba un par de tacones enormes, y esas deliciosas piernas estaban enfundadas en unas medias de red y ese bello culito estaba brevemente cubierto por sus inolvidables bikers rojos, el esbelto y sensual pecho estaba cubierto por una justada camiseta de algodón verde que ya había visto mejores días, sin embargo en el cuerpo de Kyo se veía perfecta, su éclair meneaba las caderas de un lado al otro, acariciando su contorno y saltando de forma casi imposible en los tacones mientras delineaba formas caprichosas en su cuerpo, el pelirrojo lo miraba hechizado, agradeciendo al poder superior que lo tenía atado a su cama cada noche, cuando se movió sin darse cuenta hizo un ruido y asusto tanto a Kyo que se resbalo cayendo de sentaderas, Iori se apresuro a ayudarlo a levantarse

 

-Swetie, me has dado un susto de muerte, ¿qué haces en casa tan temprano? – Gimió el castaño con el corazón latiéndole a mil por hora, Iori lo miro ligeramente dolido pero no dijo nada -te extrañaba y decidí venir antes, ¿estuvo mal?-

-Claro que no- Respondió Kyo sonriendo y se acerco a abrazarlo, dándole la oportunidad al pelirrojo de posar sus manos en ese dulce culito que tanto idolatraba, curioso metió las manos dentro de los biker y casi se traga la lengua cuando descubrió en el área de la entre pierna, una especie de abertura que dejaba directamente la roseta de su compañero libre para tocar a su antojo, Iori gimió con placer al comenzar a tocar y darse cuenta que encima de todo Kyo estaba lubricado y listo con un tapón anal, los dedos del pelirrojo rozaron  el juguete sacándolo y volviendo a meterlo provocándole a Kyo un delicioso y suave suspiro que pudo escuchar gracias a que lo tenía a la altura de su oído, nunca se cansaría de escucharlo, no importaba donde acabaran después de esto, siempre estaría caliente con solo ver a su compañero

 

 

-estabas listo para mi, éclair- le dije al castaño mientras susurraba en su oído, acariciando con la lengua el borde de su oído, me ponía a mil saber que mi adorado éclair se preparaba para recibirme cada día, después de ese horrible comenzar, las cosas se estaban arreglando. Lo agarre ayudándolo a escalar por mi cuerpo sorprendiéndome de lo pequeño que parecía últimamente, siempre había creído que mediamos lo mismo pero ahora me parecía que siempre había medido alrededor de 15 centímetros menos que yo y eso nos favorecía porque lo podía cargar mejor, Kyo envolvió su piernas alrededor de mi cadera dándome un mejor acceso a su preciado agujero mientras con una mano lo sostenía, con la otra jugaba con el tapón, mientras Kyo metía su lengua en mi boca dándome un beso ardiente, yo lo llevaba hacia la cama por las escaleras, los sirvientes ya ni se sorprendían de vernos por todos lados follando como conejos.

 

 

Más tarde Kyo estaba ligeramente desvanecido, entre las negras sabanas de seda, mientras lo admiraba dormitar entre mis brazos, repentinamente lo sentí crisparse suavemente y dudoso pregunte – ¿sucede algo éclair? -

 -Si Swetie, necesito que nos vistamos porque hay algo muy importante que tienes que saber…

 

Kyo me miro con una dulce y triste sonrisa, mientras se vestía con unos pantalones capri y una blusa con cuello mao. Era lo más cerca que había logrado que pudiera vestir sin que vistiera pantalones y camisas, si por mi fuera siempre usaría un fondo de kimono y estaría accesible a mis deseos carnales, sin embargo ese no era el momento para dejarme llevar por la lujuria, Kyo quería hablar conmigo y no parecía ser muy bueno que digamos, quizás quería que le diera su libertad, una parte de mi estaba volando hacia pensamientos sombríos, muy sombríos y la otra se  sentía curiosa y estaba enfocada a vestirme, no podía tener una conversación seria con mi pareja estando desnudo y vulnerable, una vez vestidos nos acercamos al balcón a la mesita donde acostumbrábamos desayunar en privado, Kyo no me miraba a los ojos y eso me estaba empezando a poner muy nervioso

 

-Vamos, dulzura me estas poniendo muy nervioso- lo urgí a comenzar a hablar, Kyo se mordía esos suaves y dulces labios

 

-Lo que tengo que decirte es muy serio, después de la noche que tú y yo tuvimos relaciones sexuales…

-hicimos el amor- lo corregí, si lo decía así, el acto parecía tan mecánico y frio- Kyo no me miro pero corrigió lo dicho

-okay, okay, Hicimos el amor, tres meses después, yo comencé a sentirme muy extraño, mareado, asqueado, deseoso de comer carne casi cruda a pesar de que la detesto y también note una especie de bulto en mi vientre que comenzó a crecer…-en este punto hice una pausa para ver el rostro de mi Swetie, este parecía de piedra pero a pesar del miedo que comenzó a bajar por mi espina dorsal y de las ganas de vomitar que me invadían, me obligue a continuar- bueno creí que estaba enfermo de alguna cosa mala como cáncer y me dirigí a una clínica donde mientras me hacían todos los análisis me canalizaron a una unidad de terapia, todo esto mientras descubrí que mis grandes amigos de toda la vida me ponían mil excusas para no verme, estaba muy asustado, tanto que incluso te busque tratando de obtener un poco de apoyo, imagina mi sorpresa cuando me encontré con que te habías ido a una maldita gira de quien sabe cuántos años, alrededor del jodido planeta, el doctor Yusei Taka me comenzó a atender a la par que conocí a un buen amigo, Kyle Mitsunori, cuando recibí los análisis y el doctor me los explico, no me lo podía creer, por favor no me rechaces cuando te lo cuente… me dijo que estaba embarazado… -Iori no decía nada solo seguía escuchándome y con el corazón en la mano y el puñal en la otra, listo para morir, me obligue a continuar- ¿pero no le creíste tal cosa? –me interrumpió mi no tan dulce pelirrojo, en este punto sentía que las lagrimas me ahogaban, atropellándome, aun así respire profundamente y proseguí- al principio yo tampoco lo creí pero el doctor siguió insistiéndome que podía abortarlo ya que según lo que el hombre había escuchado, los hombres embarazados no solían lograr el parto con vida y le creí, sin embargo me aconsejo no decirlo a mis padres debido a varias razones, yo decidí llevar a término el embarazo y contárselo a mi familia, que me hecho a la calle sin el apellido y sin un peso partido por la mitad

-le creíste tal mentira, los hombres embarazados no existen, de donde sacaste a Ukyo, ¿dime la verdad quien es la verdadera madre de Ukyo? –Me dijo mi adorable pareja, tomándome por los hombros, el rostro de Iori era una máscara de piedra pálida pero a fin de cuentas piedra, mi corazón se quebró en ese momento, Iori no me creía nada, pensaba que había sido un maldito secuestrador- bruscamente Iori se volvió y lo miro de forma glacial para después agregar con un tono suave que contradecía su expresión:

-Ya amor cálmate, has estado bajo mucha presión y no he tenido muchas oportunidades de estar contigo, eres muy importante para mí ya verás que tendremos más tiempo para estar juntos en cuanto pase esta maraña de trabajo y que se nos viene encima te llevare a unas vacaciones con Ukyo - Iori me beso en la frente y acaricio mi espalda de forma condescendiente y salió dejándome con los ojos llenos de lagrimas, trate de detenerlo –Iori por favor, necesito que me creas, escúchame –Kyo si no me vas a decir de donde salió el niño de verdad, me quieras contar cuentos chinos, tú me gustas mucho y no tengo la intención de dejarte ir, comprendo que la tensión te empuja a decir cosas sin sentido pero no trates de verme la cara y ya no quiero hablar más de esas incoherencias si ya no quieres seguir conmigo será mejor que me lo digas y te olvides de esta charada- y ahora si salió dejándome más solo que nunca, hundido por mi propia pareja

 

Iori estaba muy molesto, había estado notando a Kyo muy nervioso, tenso, más delgado y pálido, el colmo era la ilusa reacción de Kyo, mira que decir que estaba embarazado y que Ukyo era hijo de los dos.

Y ahora porque quería darle a conocer todas esas tonterías, cual era la relación que había entre la repentina confesión y la falta de atención de Iori a su pareja o las tensiones  a las que estaba siendo sometido por Wade y esas estúpidas revistas del corazón. Quizás esa era la razón del primer estallido emocional y de esa fantasía, tendría que pedirle a Miki ayuda para conseguir un psiquiatra, amaba a Kyo, temía por su salud mental y tenía que ayudarlo

 

 

Más tarde vio llegar a su futuro asistente, Kiel se movía con la seguridad y la gracia de una pantera llevaba en la mano la table que compraron y en la mirada pudo ver un destello de interés cuando le tomo la mano para saludar

 

-Yagami san es un honor, trabajar para usted –hablo con suavidad el joven- a Iori le pareció escuchar un tono demasiado sugerente pero lo desecho debido a que ahora tenía otras cosas de que preocuparse

-Bienvenido, a la compañía, espero que podamos trabaja con armonía- dijo Iori básicamente sin mirarlo - por el momento es todo, lo espero el lunes que viene- Iori se dio media vuelta y dejo a Kiel sonriendo suavemente mientras murmuraba –nos acoplaremos adecuadamente, ya lo veras-

 

De regreso a Ámsterdam

Evan miraba sus análisis, estaba bañado y recién comido solo porque Kelly e Eve no habían dejado de visitarlo, pero eso no evitaba que quisiera morir, Hennigan no volvió a buscarlo, justo ahora se sentía aliviado no sabía todavía cuál era su enfermedad y no quería arrastrarlo a cuidar de algún enfermo terminal ni mucho menos contagiarlo pero si tenía algo debería hablar con Jho para que se hiciera los análisis, era lo único que lo obligaba a leer el sobre su salud

Con los dedos temblorosos rasgo el sobre, para comenzar a leer las líneas

Paciente: Evan Mateo Bourne K.

Conforme seguía leyendo, las líneas se iban haciendo más borrosas hasta que finalmente el pelinegro lanzo una especie de grito y se desmayo

Hennigan sabía perfectamente que Evan ya había recogido los análisis y solo esperaba hacerse el aparecido por la casa de su bomboncito para darle su apoyo, había sido muy difícil mantenerse alejado del amor de su vida, espero 15 minutos y entro con las llaves que había olvidado devolverle y lo encontró desmayado cerca del sofá de la entrada con los análisis entre las manos, lo levanto cuidadosamente y lo llevo a la habitación donde lo recostó con ternura, que delgado y frágil estaba, los círculos debajo de los ojos atestiguaban la falta de descanso, incluso el cabello se veía pajizo y descolorido, el corazón de Hennigan se apretaba dolorosamente mientras le llevaba un vaso de agua y trataba de reanimarlo, los enormes ojos azules de Evan lo deslumbraron

-Bomboncito, ¿estás bien?, ¿qué te paso? –Pregunto con ternura el castaño-

-¿qué estás haciendo aquí? – Respondió el pelinegro, dolido pero el castaño solo lo miraba y le ofrecía un vaso de agua- Vine a buscarte, Eve me dijo que ibas a recibir los resultados de tus pruebas y quería estar contigo- Evan lo vio con esos enormes ojos azules llenos de lagrimas. Nuevamente sorprendido, su Jho no lo había abandonado incluso a pesar de haber sido cruel para alejarlo, con las manos temblorosas le extendió las hojas de sus análisis, el rostro de Hennigan se lleno de dudas, pero tomo las hojas y las leyó con cuidado, una y otra vez

 

-¿Que quiere decir esto?- le pregunto el castaño prácticamente sin aliento – ¿eres un doncel?-

El pelinegro tenía los ojos anegados de llanto -eso creo, estoy embarazado-

- ¿voy a ser papá?, ¡voy a ser papá! –Hennigan brincaba abrazando a Evan, bailando, moviendo las caderas, con el balanceo del colchón, Evan se mareo y lo primero que hizo fue a vomitar al baño, Hennigan lo siguió y ayudo a secarse la frente y a beber agua después de lavarse los dientes, con muchos mimos y besitos lo ayudo a volver a la cama. Una vez que lo arropo en la cama salió a la cocina, a chequear que había en el refrigerador para hacerle una substanciosa comida para cuando Evan despertara quedara alimentado, ahora que sabía que estaba embarazado tenía que cuidarlo, tendrían que matarlo para que lograran alejarlo de su bomboncito.

Que sorpresa se llevo al ver el refrigerador vacio, solo había una cajita de comida china, inmediatamente salió a comprar todo lo necesario para que Evan comiera adecuadamente.

 

Un par de horas más tarde Evan despertó muriéndose de hambre, justo ahora iría a la cocina a comer lo que había quedado de la cena de ayer en la noche, en la cocina  estaba su Jho cocinando feliz mientras cantaba y bailaba de forma descoordinada, adoraba verlo moverse con ese desparpajo y vitalidad, esa era una de las razones por las que se había enamorado de ese hombre fuerte y viril otra era la forma en que enfrentaba las tempestades, con una hermosa sonrisa, Evan lo amaba tanto que estaba dispuesto a dar la vida por él.

 -Hola- saludo tímido mientras lo miraba sin saber que mas decir, al hombre que amaba con todo el corazón, al que había alejado tratando de que no dejara su alma defendiendo a un pequeño puto, al que se negó a volver a ver para no darle ninguna esperanza y que a pesar de todo lo seguía buscando y preocupándose por su salud, estaba en su cocina preparándole una substanciosa comida.  Jho lo miro embelesado, dejo todo para sujetarlo entre sus brazos con una enorme sonrisa

-como está el futuro papa, me has hecho el hombre más feliz del planeta, ¿te casaras conmigo bomboncito? Le pregunto mientras lo besaba repetidamente en los labios y lo levantaba más para besarle el vientre-

-si si siiiii – repetía Evan lleno de dicha, estaba exultante de felicidad cuando algo se asentó en su alma, un presagio perverso y doloroso, Hennigan se dio cuenta de el momento en que Evan dejo de ser feliz, Evan sintió al mismo tiempo como Jho lo bajaba y seguía mirándolo con severidad.

-Ahora mismo me vas a decir, porque me dejaste y quiero que me digas realmente porque me dejaste y no toda esa basura de que debamos ir por caminos diferentes y que ya no me quieres-

Evan cerró los ojos, lanzo un suspiro y se dirigió a la cocina para sacar una barrita de arcilla, la mirada de Jho  era una interrogante total, mientras que Evan solo le agrego antes de morderla y lanzar un suspiro –no preguntes, es un nuevo vicio, escucha la verdadera razón por la que te libere de tu relación conmigo, es la siguiente… a lo largo de mi vida siempre creí que solo servía para dar placer, supongo que eso se lo debo a mi primer novio que me lo repetía cada vez que teníamos una pelea, como sea, esa idea se arraigo en mi, al principio mi familia me detenía de hacer locuras, pero cuando mis padres y hermano murieron en un accidente de carro una noche que regresaban de una cena a la que me negué a ir, la creencia se arraigo con más fuerza. Las cosas cambiaron para mal. Me vi en la calle, despojado por el banco, lo mejor y único que tenia era mi cuerpo y termine en la calle prostituyéndome, después entre al “Expiación y pecado” y combine las profesiones entre meserear y dormir con todo aquel que se me antojara, uno de esos días conocí a un hombre maravilloso que no me vio como un pedazo de carne y termine enamorado, no sabía cómo acercarme ya que mis habilidades para relacionarme fuera del sexo eran nulas, sin embargo ese hombre jamás me abordo, simplemente me trato como una persona, después conocí a Kyo quien me impulso a volver a la escuela y me ayudo a ver que no solo era un pedazo de culo al cual follar sino un ser humano, eso me dio el valor para intentar acercarme a ese hermoso ser humano que hoy es mi pareja. Pero el pasado me persigue y temo que mi impresionante y valeroso novio salga lastimado más de la cuenta por defender lo indefendible-

-así que el hombre maravilloso y excelente ser humano ¿soy yo?, y donde quedas tu, que te escondes de todos con esa mascara de superficial y fácil, cuando eres el hombre más dulce y tierno del planeta, te amo por tantas cualidades que tienes y que no ves, que se me dificulta nombrarte todas  y cada una de ellas, pero una de las que más amo es esa dulzura con la que ayudas cuando piensas que nadie te mira, te amo tanto que después de ti no creo que pudiera volver a amar, eres mi corazón, mi alma y peleare con quien se atreva a herirte sin miedo a nada.

-Eso es lo que no quiero, que pelees con todos aquellos que hablan mal de mí, no podría vivir mientras tu peleas con mis demonios – murmuro avergonzado sin siquiera mirarlo a los ojos

-okay , llegaremos a un entendimiento, tratare de que lo que digan de ti no me moleste pero si alguno de tus ex se pasa de listo, créeme le voy a partir la mandarina en gajos, -Evan lo miro con una expresión indescifrable y después rompió a reír en carcajadas para después agregar risueño –por un momento no te entendí, pero por lo que veo Oscar te ha influenciado bastante con sus modismos… ¿no tienes duda en cuanto al bebe?-

-no amor si fuese de otro, lo amaría solo por ser una pequeña parte tuya- le dijo Jho mientras pasaba los dedos con delicadeza por el vientre, rozando suavemente el ombligo y si es mío será doble gusto –Una pequeña parte tuya y mía, por otro lado siempre podremos tener otro bebe y formaremos una familia, se acabaron las salidas de antro, recuerda que debes cuidarte, no deseo que te pase lo que le paso a Jeff, amo a Jeff por ser uno de mis mejores amigos pero debemos tomar en cuenta que lo que paso fue un accidente terrible, causado por qué Jeff no sabía que era un doncel y que esperaba un hijo de Paul, ahora que se que estas embarazado no te dejare ir, te he amado desde que te mire en el antro y jamás te dejare ir, ven amor vamos a la habitación, sellemos el trato- le dijo el castaño al pelinegro mientras lo tomaba de las manos y lo arrastraba a la habitación, Evan estaba sonriendo sabia de sobra que nunca estaría libre de su amado Jho, lo había amado tanto que en cuanto Hennigan lo buscara, caería, había sufrido tanto por el alejamiento forzado que en algún momento había deseado morir.

Ya en la habitación Hennigan tomo la iniciativa, desnudando con suavidad, la dulce piel de leche fresca. Evan se dejaba amar, pero al mismo tiempo desprendía con suavidad los botones de la camisa disfrutando de cada musculo y pedazo de piel libre, su Jho adoraba hacer ejercicio de forma obsesiva, pasaba horas perfeccionando ese bello cuerpo que ahora iba a disfrutar.

 

Osaka Japón

Kyo se quedo muy triste y no supo nada de Iori en toda la tarde, ni a la hora de la cena, no sabía que mas hacer en esa enorme casa, su mayor temor se estaba haciendo realidad, estaba solo en esa jaula de oro. Deambulo una parte de la tarde por el jardín  y la otra cuando intento ir al garaje, tuvo nervios de salir porque afuera de la residencia ya habían muchos periodistas tratando de obtener una respuesta suya y que les diría, que estaba embarazado, que era un maldito fenómeno al que toda su familia repudiaba incluido su propia pareja, hasta Ukyo había estado raro después de la penúltima fiesta justo después de que le volviera a preguntar acerca de su madre, el asunto le traería mas desgracias que alegrías y ahora que por fin se abría a su pareja, este lo miraba como si estuviera loco ¿que esperanza podía tener de su hijo?, esto era el colmo. Las cosas no tenían buena pinta

Y con esos pensamientos tristes se acostó a dormir, esperar un bebe, lo cansaba así que no tuvo que rogar mucho al sueño para que  la inconsciencia lo reclamara, mas tarde tuvo la sensación de que un cuerpo cálido se abrazaba y reconoció ese rico aroma a madera, entre sueños gimió suavemente y se acurruco mientras Iori acunaba suavemente el pequeño cuerpo

-Iori, por favor es cierto no me dejes ir- susurro entre sueños Kyo y rápidamente se arrepintió al sentir el cuerpo de Iori tensarse y dejarlo en la cama sin decir una sola palabra

-Te dije que no quería volver a hablar de esto, los hombres no pueden tener hijos, de la manera en que dices, quiero estar contigo y ver a donde nos lleva esto, estoy satisfecho con Ukyo como mi sucesor. Ya no quiero seguir hablando de esta obsesión tuya- dicho esto Iori lo soltó y se dio media vuelta y fingió dormir.

Kyo se quedo mirando al techo mas confundido que nunca. Iori era un amor siempre y cuando no se hablara de el bebe y necesitaba comunicarse con su doctor, quizás el podría hacerle entrar en razón pero tenía que esperar a que regresara y para eso faltaban alrededor de dos meses, por desgracia ese era el tiempo que le quedaba para convencer a Iori de que lo que le estaba diciendo era verdad

El tiempo siguió pasando y las cosas se fueron enfriando, ese mes Ukyo no quiso salir del internado el fin de semana aunque lo que no les dijo fue que Yuki vendría a Osaka y aprovecharían a verse, Kyo notaba como su vientre iba distendiéndose suavemente, todas las veces que había tratado de acercarse a su pelirroja pareja, había fracasado miserablemente y este estaba alejándose lentamente, cada vez iba menos a comer y en el desayuno ya no se quedaba tan tarde, ni le pedía a Kyo que lo acompañara a los ensayos

En lugar de eso Iori empezó a salir en las revistas con Miki nuevamente o con Kiel , el chico había resultado muy buen elemento, siempre eficiente, incluso había memorizado que tipo de café tomaba, por las mañanas lo esperaba en la oficina con un café y algo de desayunar ligero, se cronometro incluso para llevarle una ensalada a media mañana y en la tarde le ofrecía un masaje relajante, a la hora de la comida solicitaba la comida de un quisquilloso cantante y magnate sin embargo Kiel no fallaba, siempre sabía lo que el pelirrojo necesitaba.

En la mansión Kyoko languidecía, cada vez más lejos de quienes amaba, Ukyo cada vez más frio, Iori seguía sin creerlo y en los pocos acercamientos que habían tenido resultaban apasionados al principio pero no había muestras de afecto, Iori temía tocar el vientre y que Kyo volviera a empezar con su cuento de siempre.

Kiel con frecuencia dormía en la mansión, ya tenía una habitación  asignada, una tarde mientras Kyo caminaba por el pasillo se topo con ese elegante joven que seguía a todas partes a Iori y eso lo hizo enfurecer, así que irrumpió en la oficina de Iori que se reacomodaba el pantalón y la camisa, todo el despacho olía a la colonia que acababa de oler en el pasillo que reconoció como la que llevaba ese joven y encaro al pelirrojo, sin mediar nada le dio un puñetazo en el rostro

-Eres un descarado, duermes con ese tipo y encima lo traes a la casa- rugió Kyo colérico mientras seguía tratando de golpear a Iori, el pelirrojo le torció un brazo poniéndolo de espaldas sobre el sillón mientras rodaban por la alfombra tirando todo lo que estaba a su paso.

De alguna manera, la pareja término la discusión en un candente beso mientras Iori le arrancaba la ropa le besaba el cuello, los gemidos de Kyo se podían escuchar por todo el salón, la lengua del pelirrojo recorría la concha de la oreja pasando suavemente a mejilla arrancándole suspiros de gozo, por un momento los dedos de Kyo se curvaron hacia abajo pero volvió a la carga pellizcando suavemente los pezones hasta arrebatarle un gemido, los dedos  de Iori vagaban por la piel dejando rojas marcas parecidas a rasguños que recorrían la piel de Kyo haciéndolo arder en deseo, el aire estaba cargado de pasión y de el roce de sus pieles mientras los labios de Kyo estaban abiertos en un grito mudo de placer, los labios del pelirrojo estaban ocupados en circular suavemente la cadera mientras los dedos se deslizaban hacia el ano del castaño hasta penetrarlo suavemente

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Kyo al sentir el lubricante ligeramente frio entrar en su cuerpo, no sabía cómo pero Iori siempre lograba encenderlo –ahhh, tu cuerpo es sumamente dócil en mis manos, se derrite cada vez que lo toco, es un verdadero placer tenerte- le dijo con voz grave y seductora mientras asaltaba nuevamente sus labios, Kyo abrió la suya dejando que la lengua de su pelirrojo explorase con suavidad y lujuria hasta que termino con tres dedos en su interior, ya no podía mas estaba a punto de venirse cuando Iori lo hizo girar y le puso un cojín bajo las caderas dejándolo aun más expuesto con tres dedos entrando y saliendo  hasta volverle loco y rogar que lo follase lo mas rudamente que se pudiera.

Kyo ya no se reconocía, desde que inicio su aventura con su pelirrojo swetie, había comenzado, virgen, casi totalmente inocente en cuanto al sexo gay hasta ahora con un hijo, otro en camino y con un lascivo cuerpo que rogaba por una penetración más profunda, había aprendido a tener a Iori atado a sus caderas, pero era lo único que había aprendido a hacer, a controlarlo con lujuria, era lo único a lo que respondía su pelirroja pareja.

Finalmente Iori lo levanto para estrellarlo contra la pared logrando cuartear el espejo que se encontraba cerca, mientras Kyo lo apretaba con sus poderosas piernas contra su cuerpo y frotaba su necesitada erección contra el delicioso abdomen de lavadero de Iori y este lo penetraba rudamente haciéndole sentir la deliciosa quemadura por la invasión tan brusca pero necesaria. Finalmente Kyo aflojo los brazos y en la agonía del placer manoteo junto a una lámpara que quedo medio chamuscada y esparcida por el piso mientras lo cubría con su cuerpo se mostraba deslumbrante con el castaño cabello desparramado por el suelo, el pelirrojo lo penetraba con rudeza sintiendo la deliciosa estrechez de su cuerpo, saber que cada parte del cuerpo de Kyo le pertenecía, grabándose a fuego, marcándolo para que nadie llenara ese cachondo cuerpecito para futuras comparaciones, Iori le daría todo lo que pidiera y necesitara, el golpeteo subió de tono hasta que el propio castaño se vino sobre su vientre salpicando al pelirrojo, las paredes del recto de Kyo se estrecharon llevando a Iori al éxtasis total Inundando con su preciada carga el conducto de Kyo hasta rebosar.

Un poco de tiempo más tarde, mientras los dos reposaban entre los restos del despacho Iori acariciaba el abdomen de Kyo, el castaño dormitaba, el pequeño bulto en el cuerpo del castaño lo alarmo, ¿podía Kyoko estar generando un embarazo imaginario solo con el poder de su mente? Mañana mismo buscaría un psicólogo para ayudar a Kyo y también quien remodele el lugar.

 

Los meses pasaron con una rapidez brumosa, Kyoko espero un poco a que las aguas se calmaran, en cuanto a la prensa rosa; ahora el nuevo tema era la posible infidelidad de el cantante con ese joven que lo seguía a todas parte cual cachorrito enamorado y en cuanto al bebe, el castaño termino por hacer las compras a nombre de Kyle Mitsunori por internet para no levantar sospechas y un par de veces trato de decirle a Iori que fuese a buscar a Evan o al doctor Yusei Taka pero su swetie ni siquiera lo dejo empezar a hablar y con la amenaza de llevarle a un psiquiatra Kyo tuvo que callarse.

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Pensamientos de Kyo

En el fondo de mi corazón sabia que esto pasaría, las dos veces que trate de decirle a Iori lo del bebe, simplemente me ignoro, mi sueño de tener una familia a su lado se estaba esfumando lentamente, con la indiferencia de mi pareja y la lejanía de mi hijo –un sollozo escapo de los labios del castaño, ardientes lagrimas mojaron sus mejillas que caían en la cubeta de pintura con la que pintaba las paredes de la habitación que estaba preparando para su bebe, la recamara que estaba decorando era una que estaba frente a la de Ukyo, era lo único que lo hacía feliz- Otro bebe, un hijo mas de Iori quien iba a decir que volvería a Osaka, haciéndome pasar por una mujer, las circunstancias bajo las que mi sueño se había cumplido resultaron difíciles, obligado para que Ukyo pudiera tener a la familia que necesitaba, chantajeado por Iori para que no le quitara a su hijo y profundamente enamorado de un hombre que no me creía ni una palabra de la que decía –las lagrimas siguieron resbalando por su rostro mientras seguía pintando un muro que por más que pintaba no terminaba de quedar listo.

Estaba caminando sobre una nube sumamente delgada, tanto que no sabía a qué hora se desvanecería y terminaría por romperse la cabeza y el corazón.

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Iori estaba en la oficina trabajando sobre los contratos, Kiel había resultado un infierno de trabajador siempre útil, rápido y muy inteligente, había algo en su tono a la hora de hablar, un tanto sugerente y ronca lo hacía sentir cosas raras y para empeorar el periodo de sequia entre Kyo y él se estaba alargando, amplificados por esas misteriosos ascos matutinos, mareos y urgencias de Kyoko de comer calamares hasta hartarse. Estaba llegando el momento más difícil y no ayudaba para nada ver a su dulce éclair empeñado en decorar y pintar una habitación de las muchas que estaban vacías como si de verdad fuesen a tener un bebe,  un bebe que nunca llegaría, el corazón se le rompía y por consiguiente había tratado de hablar con calma con el castaño para hacerle entender que tal hecho no era posible, Kyo había llegado hasta las lagrimas, la conversación se había reproducido varias veces con los mismos resultados; lo cual había hecho prácticamente imposible que ellos pasaran más tiempo juntos.


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