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EL SOL, LA LUNA Y UN ECLIPSE II por minamoto

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Notas del capitulo:

bueno, una vez mas pido disculpas por la tardanza pero pasaron mil cosas en mi vida, yo nunca me aburro, mis papas se divorciaron, mi papa decidio mandar a demandarme por segun el maltrato a mi hijo por lo cual mi noviembre y diciembre completos se fueron al caño, la ultima fue que me he peleado con mi unica y muy estimada amiga y parece definitivo, cuando tengo broncas las tengo de verdad, en fin espero que este chap les guste y si tienen alguna dudilla o algo que no les guste pues me  lo hagan saber, sin mas que hablar arrancamos!

Capitulo 31– ¡Por fin te encontré!

Kyo caminaba en una bruma, no podía ver a donde iba, solo podía tropezar, lo atormentaban las conversaciones que su enfermera compartía con alguien cuando creía que no escuchaba, según ella Iori estaba mejor que nunca y la relación entre Kiel y su pareja era sana y equilibrada, la ultima era la que le desgarraba de verdad, la enfermera le había dicho a la otra persona que Iori solo estaba con el por lastima y que eso estaba hiriendo a Kiel, noticias de última hora había pensado Kyo, el nunca jamás seria el juguete de nadie, en cuanto pudiera levantarse tomaría a su hijo y buscaría al doctor Yusei y se iría lo más lejos posible.

El tormento de saberse indeseado lo llevaba por caminos llenos de espinas y otras veces entre espejos, por ultimo termino perdido caminando entre arboles que formaban un laberinto, cuando se canso de caminar, se acurruco en una esquina y se puso a llorar, las palabras de cada persona a la que había amado lo acuchillaban, sus padres rechazándolo y retirándole los privilegios, sus amigos dejándolo solo después de todo lo que habían vivido juntos, Iori abandonándolo primero y después apoderándose de su vida como si fuera un perrito perdido y finalmente Ukyo enfurecido por no saber la verdad sobre su origen, ya no podía parar de llorar, una vez que se hubo levantado siguió caminando hasta encontrarse en una especie de claro en donde encontró una cama enorme y cómoda, el sitio era un jardín enorme franqueado por arboles que formaban muros, una especie de habitación con todo lo necesario pero sin techo, los primeros días se paso todo el tiempo en la obscuridad de la noche metido en la cama, sin deseos de salir a ningún lado al cabo de unos días se dio cuenta que llevaba puesta una pijama y comenzó a salir de la cama, hasta que sintió la necesidad de caminar mas allá de la cama y vestirse aunque lo curioso era la ropa que encontró en el armario, una curiosa y loca versión de Alicia en el país de las maravillas. Unos pequeños shorts cacheteros azul cielo y un corsette también azul del que salía un polizón blanco largo de la parte trasera que topaba un poco mas debajo de las corvas, con unas lindas mangas abombadas, en los pies llevaba botas altas negras y unas medias blancas que le llegaban hasta arriba del muslo, el castaño cabello lo llevaba suelto con rizos enormes y sujeto solo por una especie de diadema negra que llevaba un simpático moño. Encontraba el atuendo sumamente molesto, él no era ninguna mujer pero al mismo tiempo admitía que no le incomodaba de ninguna forma utilizarlo, este sitio le daba calma, le aclaraba la mente, al paso de los días la rutina lo envolvió; se levantaba, se daba un baño y pasaba el resto del día leyendo o tomando té, otras veces regaba las plantas, pronto olvido la razón por la que estaba en ese lugar.

Mientras tanto Iori recibía los embates de la prensa después del escándalo que se creó con la enfermera que había tratado de matar a su pareja. Todo el mundo estaba tratando de obtener una entrevista o el vistazo de la elusiva pareja del afamado cantante  y músico Iori Yagami, quien por cierto a esa maldita hora de la madrugada no podía dormir, cada vez que cerraba los ojos lo asaltaban visiones acerca de cómo esa infernal enfermera le había estado suministrando narcóticos a su embarazada pareja y al mismo tiempo escuchaba en su cabeza la voz del médico diciéndole que el cuerpo de Kyo había absorbido cada gota del sedante y de alguna manera había logrado mantenerlo lejos de su hijo, las lagrimas se agolpaban en sus ojos por momentos, se sentía sobrepasado, exhausto y arrepentido si tan solo se hubiera hecho cargo de Kyo y no de cazar sensuales asistentes, entonces recordó la mirada que Kyo de daba cada noche que se bañaba y vestía para ver a Kiel,  las últimas palabras que le dio antes de la supuesta crisis, el enorme desamparo con el que lo miraba cada vez que Iori salía de su despacho con el aroma de Kiel por todo su cuerpo, cada acto desgarrador que había intentado su hermosa pareja, para hacerle ver lo cruel que estaba siendo se le vino a la cabeza, después estaba el problema del bebe que estaban esperando, los intentos desesperados de Kyo para hacerle ver que estaba esperando otro hijo, el temor a morir a causa del parto y en medio de todo esto estaba su otro hijo; Ukyo quien aun estaba en el internado esperando noticias, aun no sabía cómo iba a  abordar la situación, en ese mismo momento llamo al internado de Ukyo para ordenar que Tiger y Bunny lo trajeran, el temor a perder a Kyo no le permitía separarse de su indefensa pareja, el pondría todo en su lugar ya se había escapado de sus responsabilidades como cabeza de los Yagami más de lo necesario, esa mañana a pesar de no haber dormido casi nada, Iori se levanto más dispuesto que nunca, se dio una larga y confortante ducha y ayudo a Ginebra a levantar a Kyo, que parecía totalmente funcional pero que no hacía nada más que mirar y respirar.

El doctor les había dicho que Kyo dormiría mientras lograba eliminar el sedante tan fuerte pero después de un mes simplemente despertó y siguió ausente, es decir la casa con las luces prendidas pero sin nadie dentro, debido a eso Iori tuvo que aplazar el regreso de Ukyo un par de meses más, a estas alturas. Iori sabía perfectamente lo que tenía que hacer y lo hizo, convoco una rueda de prensa de emergencia, con todos los medios de comunicación incluida Miki quien había estado fuera resolviendo algunos problemas de un nuevo grupo para lanzar.

Ayudo a Ginevra a levantarle. Le baño y peino e incluso lo vistió, la delicada rutina le obligo a enfocarse y a deleitarse con cada toque sobre esa dulce y cremosa piel. Pasar sus dedos por el cabello húmedo y sedoso, era todo un deleite, cepillarle hasta dejarlo seco y suave, entonces pudo apreciarle, el castaño cabello cayendo desparramado por las sabanas, las hermosas caderas contorneadas y suaves, los pezones listos para amamantar, Kyo era una hermosa mezcla entre hombre y mujer, y ese abdomen distendido y redondo, justo al máximo, pequeñas estrías se estaban formando en ese hermoso vientre en el que reposaba su nuevo hijo y sobre el muslo la mayor prueba de que Kyo era un hombre hecho y derecho, un hermoso pene con una pequeña mata de cabello castaño claro, esos hombros delicadamente cuadrados, todo dulzura y delicadeza y al mismo tiempo pasión y fortaleza.

De lo que se estaba perdiendo al negar un hecho tan importante, y con ello vinieron los remordimientos una vez más, haberse perdido las etapas del desarrollo de su Ukyo, un pequeño pedacito de ambos, su niño era igualito a él, en casi todos los aspectos quien sabe cómo era que no se había dado cuenta, en cada gesto y movimiento, ese niño no podría negarse ni aunque quisiera y ahora se preguntaba si seria idéntico con el siguiente, si seria caso una copia de su castaño amor u otro pelirrojito, la sonrisa apareció en su rostro, mientras terminaba de calzarle los zapatos bajos y lo dejaba en compañía de Ginevra, para alistarse para la conferencia de prensa, beso la frente y los labios de un Kyo totalmente ausente, para rematar con una caricia en el vientre y salió a asearse y vestirse con un traje Tom Ford negro.

Atrás se quedaba el padre de familia y protector para convertirse en el hombre de negocios y cantante exitoso, amaba el canto y el lugar que había logrado forjarse en el medio del espectáculo pero amaba aun mas a su familia y consciente de ello camino hasta la mesa de conferencias ante la mirada atónita de Miki que acababa de volver de una audición a una pequeña banda neozelandesa y le había resultado bastante buena, quizás debía deshacerse de el baterista pero eso ya lo haría en otra ocasión, mientras tanto tenía que ver qué era lo que quería decir a la prensa este estúpido pelirrojo y de qué forma lo contrarrestaría si es que no iba con sus intereses.

-         Buenas noches a los medios de comunicación que están aquí reunidos, antes que nada agradezco el interés que muestran en mi familia y su asistencia. Este año ha sido sumamente difícil para mí. Todos saben ya los problemas por los que mi pareja ha estado pasando, incluida la agresión perpetrada por esa horrible mujer, que se hacía pasar por su enfermera, debido a ello Kyoko ha estado delicada de salud, aunado con algunas dificultades en mis empresas, todo esto me ha llevado a tomar una decisión muy seria, he decidido tomarme un receso en mi carrera

La expresión de sorpresa fue colectiva, todos tenían  dudas, que necesitaban ser aclaradas pero Yagami no fue otra cosa sino conciso, dejaba el medio del espectáculo por un tiempo en lo que lograba poner en orden sus problemas en las empresas familiares y para dedicarle tiempo a su familia. El celular de Miki no paraba de sonar, todos los que habían pre contratado a Iori estaban rescindiendo sus contratos y reclamando, la frente de la peli plateada se lleno de un sudor frio y sus ojos se endurecieron, quebrando por primera vez la pulida imagen de la mujer mientras una vena en su sien temblaba.

Iori siguió hablando pero Miki ya no escuchaba, todo lo que podía ver eran puntos negros en su visión y se sentía caer en un agujero negro, todo se obscureció y lo último que escucho fue el grito de una reportera de primera fila.

 

Iori vio desplomarse con una inmensa satisfacción a su ambiciosa manager –Opss, Eso debió ser doloroso-


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