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EL SOL, LA LUNA Y UN ECLIPSE II por minamoto

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Notas del capitulo:

casualmente una novela de televisa lleva mas o menos un argumento similar, que quede claro que detesto esa maldita novela y que por nsds en el mundo estoy copiandole, fue simplemente una casualidad

atte Minamoto

Capítulo 33.- De vuelta a la vida

Los estímulos fueron llegando a su cuerpo lentamente, todo comenzó a aclararse, al principio todo su cuerpo por lo general se sentía liviano e incorpóreo, un día mientras reposaba en su cama, escucho el llanto de un bebe, quizás era… ¿quién era?. Él solía tener a alguien a su cargo, un pequeño hermoso de enormes ojos violeta que lo miraba con total aceptación y amor, pero no podía recordar quién era realmente, el llanto parecía venir del cielo, y en la obscuridad no podía adivinar donde estaba, una vez que se levanto a buscar, el llanto había desaparecido y Kyo volvió a la cama.

Sin embargo algunas cosas se fueron moviendo de su lugar, una mañana mientras descansaba en la comodidad de su cama una especie de arcoíris apareció en el cielo y una voz desconocida se escucho desde el cielo

-          Mi éclair, cuanto te extraño, si tan solo pudieras ver a nuestros hijos, los tres son felices y sanos, los mellizos fueron a los que menos esperé. Pero son bienvenidos, estoy tan arrepentido de no haberte creído, por favor vuelve a nosotros.

Ukyo se quedo en el internado y cada vez que voy, me pregunta por ti, le explique lo mejor que pude, tu condición. Pero quiero que seas tú quien se lo diga yo te apoyare en todo lo que necesites

Kyo sintió unas ganas inmensas de llorar, pero no podía entender por qué era tal sentimiento, ni siquiera sabía quién le estaba hablando y mucho menos podía entender lo de los mellizos, cuales mellizos si él no tenía ningún hijo.

La voz se apago y no la volvió a oír en días, hasta una tarde que abrió los ojos lentamente, todo era extraño. No entendía donde estaba, la habitación no era la suya, ni sabia donde estaban sus padres, lo último que podía recordar era que Yuki y el, estarían festejando la nueva mansión que sus padres le habían regalado y ahora estaba totalmente solo. Así que lastimosamente se enderezo y salió a buscar a su familia.

En la empresa Yagami estaba con los ejecutivos principales en junta, ya había dado la orden de no recibir llamadas, por lo cual no pudo recibir las llamadas de Ginevra, alertándole que su pareja había despertado y que las cámaras externas lo habían captado al salir solo y muy confundido.

En la calle

Kyo camino por el sector totalmente perdido, el aire le ayudo a aclarar las ideas y dirigirse a la casa que según su padre seria suya para iniciar la nueva sede del clan Kusanagi pero al llegar al lugar, se dio cuenta que estaba vacío y no había nadie ni siquiera el velador, al acercarse pudo ver en el buzón una gran cantidad de papeles amontonados y llenos de polvo, una sensación de haber estado en ese lugar lo invadía pero no podía determinar claramente porque.

Busco la forma de entrar y al hacerlo se llevo una sorpresa, la casa permanecía casi totalmente amueblada pero llena de polvo, como si nadie hubiera estado en años, en la mesa estaba un recibo de pago hecho a nombre de Benimaru y Goro que databa de hacen siete años, ¿ese era el tiempo que había pasado? Algo similar le había pasado cuando fue secuestrado por aquellos tipos que lo clonaron, sin embargo aquella vez despertó en un hospital rodeado de su familia y amigos y hoy parecía no importarle a nadie, una lagrima resbalo por su pálida mejilla, al darse cuenta que no parecía tener familia ni nadie que lo estuviese buscando, caminando por la casa encontró la entrada de la cava y tecleo la contraseña, ahí estaban los restos de botellas, los pétalos marchitos y una manta que al levantar desprendía un aroma masculino de almizcle y tierra que le parecía familiar. Incluso le excitaba, al volver a inhalar le dio un dolor muy fuerte de cabeza, así que decidió seguir buscando las respuestas a su pérdida de memoria

Kyo vago toda la tarde confundido y  tratando de reconocer cada lugar pero nada venia a él, finalmente termino sentado en los escalones de su supuesta mansión, llorando de rabia, era frustrante saber que habían pedazos faltantes en su memoria y no poderlos recuperar, este mundo parecía irreal y no lograba conectar los puntos, como era que siete años de su vida se había esfumado en el aire, inclusive había tratado de entrar a las oficinas del Clan Kusanagi y ni siquiera le reconocieron

La casa estaba cerrada pero la cava no, así Kyo se regreso a la cava y se cobijo con la manta y se quedo dormido. Mañana intentaría volver, quizás ya le hubieran informado a su padre y esta vez lo recibiría, ojala  que así fuera.

En las oficinas del Clan Kusanagi, Saysu rechinaba los dientes mientras recibía los reportes oficiales de la compañía, una loca se había presentado diciendo que era su ex hijo Kyo, si esa tipa lo fuera no se acercaría bajo el riesgo de que terminara matándolo

Maldita la hora en la que había engendrado a ese marica –chillo con rabia- si tan solo pudiera ponerle las manos encima al bastardo que Kyo engendró debí quitárselo en lugar de obligarle a abortarlo, -de esta manera su rama familiar no se perdería, ya había tratado de embarazar a Shizu, de las dos formas natural y por inseminación, incluso tenía una amante y no desperdiciaba la oportunidad de tomar a cuanta mujer se le ofreciera pero por mas intento que hacia, le habían explicado que a causa de un golpe durante el último torneo en el que participo, pues nada de nada, aun tenia la libido para querer sexo pero pues sus nadadores habían reducido su productividad a casi cero.-

-Si por algún motivo vuelve a venir esa persona, hágala pasar a la recepción de mi despacho privado, nadie debe saber que está aquí- dijo mientras apretaba el vaso de whisky hasta romperlo y cortarse la palma de la mano

En las empresas Yagami, Iori se dejo caer en su silla completamente exhausto, entre sus brazos estaba Luca terminando de beber su botella de leche y en el bambineto ya dormía a pierna suelta Sayuri, su madre había insistido en ayudarle a criarlos pero él se negó terminantemente, dispuesto a demostrarle a Kyo cuando despertara de su siesta; cuanto amaba a su familia y como le estaba ayudando a criarles por sí mismo, si solo no hubiera sido tan necio con su éclair; los estarían criando juntos. Las negociaciones se habían completado exitosamente hacían ya media hora pero los niños debían dormir antes de que los llevase a casa, eran tan pequeñitos que casi le cabían uno en cada mano y los amaba tanto que no renunciaría a ellos bajo ningún motivo.

-Por fin este pequeñito se ha dormido- se dijo a si mismo orgulloso y satisfecho de estar colaborando como padre, Sayuri y Luca estaban creciendo admirablemente rápido y ya lo reconocían al escucharlo entrar y sonreían al escuchar su voz, inmediatamente lo deposito junto a su hermanita que al sentir el cuerpo calientito de su gemelo se acurruco rápidamente, los niños suspiraron satisfechos y se quedaron quietecitos en el bambineto, mientras su padre ajustaba las ruedas y los llevaba por la empresa para volver a casa, donde una Ginevra aterrorizada y llorosa esperaba para contarle a Iori que Kyo había desaparecido y nadie sabía dónde podían encontrarle

A la mañana siguiente Kyo esperaba a Saysu en su oficina privada, tratando de llenar los espacios  le acepto un té a la secretaria y lo bebió tranquilamente, cuando un sopor lo comenzó a invadir, se recostó en el sillón y se quedo profundamente dormido.

En la oficina de al lado Saysu estaba esperando a que se quedara dormido, el engendro tenía que entregarle a ese maldito niño, el seria una segunda oportunidad para recuperar el poder a través de su nieto, el mocos no significaba absolutamente nada para un hombre como Saysu, pero para Shizu sí.

Su ingenua mujercita languidecía desde aquel día en que se le había ocurrido echarlo a la calle y si se llegaba a enterar que Kyo estaba en la ciudad podría intentar ayudarle y entonces si se armaría la gorda, nunca supo exactamente que paso con ese tonto de Kyo pero finalmente le serviría para algo -se dijo con resolución mientras lo miraba dormir esposado a la tubería de esa estúpida cava que había mandado a hacer con tanto orgullo y amor para un hijo que finalmente había elegido un camino torcido, pronto despertaría y entonces comenzaría la función, tomo un vaso de vino y se lo arrojo al rostro, con inmensa satisfacción además de una terrible y perversa sonrisa.

 

 

El liquido choco contra el rostro de Kyo ocasionándole un ligero ardor, y lo volvió a la tierra de los vivos para encontrarse con su padre mas cabreado de lo que nunca lo había visto.

-Hasta que despiertas, engendro del demonio, aun no puedo creer que seas mi hijo, ¿dónde está el bebe que estabas esperando?

-Papa, cual bebe, si nunca he tenido ningún hijo, ni siquiera sé porque estas tan enojado, ¿qué hice? –gimió Kyo tan confuso mientras trataba de apartarse con la mano el liquido de la cara, para darse cuenta que estaba atado a la tubería que estaba suspendida en el techo-

-no mientas, tú mismo nos lo dijiste a tu madre y a mi esa maldita tarde y terminamos aborreciéndote y echándote a la calle, ahora sé que tienes que entregarme a tu hijo, se que no tienes un peso partido por la mitad y que ese maricon amigo tuyo, el pelirrojo canceroso esta muerto y que no hay quien te mantenga, si me lo das yo lo mantendré y podrá acceder a la fortuna Kusanagi, tu podrás comprar una casita en alguna provincia y no pasaras privaciones

Kyo estaba horrorizado, el padre que recordaba había sido duro y cruel pero no hasta ese extremo, comprar un hijo como si fuese un vil perro

-no sé de qué pelirrojo estás hablando, al único que conozco es a Yagami y aun si tuviese un hijo, no permitiría que le pusieras las garras encima, ve y consíguete unas viagra o alguna amante para que tengas tu propio hijo- escupió con rencor un atónito Kyo, mientras la respuesta de su padre era un duro revez que lo dejo mas mareado que al principio, Kyo sintió el golpe hasta la última de sus muelas y aun así tuvo tiempo para mirarle rabioso mientas le gritaba que no tenía ningún hijo y que no lo entregaría por ninguna circunstancia

La sonrisa tenebrosa de Saysu le dijo que no cedería tan pronto – aquí te vas a quedar hasta que me digas donde dejaste al bastardillo ese o hasta que se me ocurra otra forma de obtener lo que quiero.


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