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EL SOL, LA LUNA Y UN ECLIPSE II por minamoto

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Notas del capitulo:

ok estoy de vuelta, una vez mas ofreciendo disculpas por el retraso, ahora me han regalado una tablet y se me ha dificultado menos contactar a la musa que antes, espero de verdad gusten de este capitulo y tambien poder continuar escribiendo

Gracias

Atte Minamoto

Capítulo 34  De la sartén al fuego

Kyo se quedo lloroso y mortificado, no comprendía el actuar de su padre, si siempre había estado orgulloso de su sucesor, peor aún como podía haber un hijo suyo si nunca había tenido relaciones sexuales con Yuki, a pesar de la inmensa confusión tenía que salir de ese maldito lugar, tratando de derretir con su fuego las cadenas que lo ataban, para descubrir que eran a prueba de fuego, mientras forcejeaba sintió la sangre escurrir de su labio a sus dientes y comenzó a ver puntos negros en sus ojos para terminar perdiendo la conciencia en parte por el golpe y parte por la falta de alimento y descanso adecuado

Instantes después…

En la obscuridad en la que despertó, todo volvió a su cabeza, cada paso dado en estos nueve años, la noche con Iori en la que concibieron a su niño, las ofensas que su padre le había hecho y la forma en que lo habían lanzado a la calle, conocer a Kyle, su pérdida, los bailes en la isla y cada maldita humillación hecha por Yagami, en la obscuridad los dientes de Kyo rechinaron. Ya era hora de poner un alto a cada tarado que le había pasado por encima, al recordar a Ukyo y al darse cuenta que ya no estaba embarazado comenzó a forcejear con más rabia, tratando de romper sus cadenas o arrancar la tubería donde estaba colgado, pero aun estaba algo débil y fuera de práctica. Estaba tan concentrado que no se dio cuenta que no estaba solo, había alguien en la cava hasta que escucho ruido de pasos muy pesados y una risita burlona, que salía de una figura obscura que se fue aclarando poco a poco hasta que apareció un tipo al que jamás había visto, su mirada era bastante perversa y burlona

-¿quién eres y que quieres aquí? Le dijo Kyo ya bastante molesto, mientras que el tipo lo miraba aun burlón, era alto de tez blanca y cabellos negros cortos estilo militar, le recordaba un poco a Riuji Yamazaky o tal vez a Goro Daimon

-no te asustes pequeño gorrión, tu padre me ha traído desde lejos para dejarte preñado, voy a disfrutar de tu dulce culito hasta que tengas varios pares de hijos míos, cualquiera diría que esto sería un trabajo pero viendo toda esa deliciosa piel tuya definitivamente lo voy a disfrutar mucho –después de decirle eso comenzó a  caminar hacia su objetivo, el dulce ángel atado con cadenas a las tuberías, al verlo venir Kyo comenzó a forcejear con más fuerza y rabia.

-como puedes rentarte para trabajos de ese tipo, ¿qué clase de basura eres? Gimió Kyo tratando de llegar a un acuerdo con el enorme gigante, pero este solo sonrió y llego hasta él y comenzó a abrirle el kimono y a bajarle la ropa interior, la rabia inundo a Kyo, todos trataban de controlar su destino, su padre, Iori, Miki y hasta este gigantón abusivo. Bueno, ahora sabrían de lo que era capaz un hombre enojado…

Mientras tanto en la mansión Yagami

El pelirrojo acababa de llegar e instalar a los bebes para ir a ver a Kyo que seguramente ya estaría en la cama, esta noche tenia deseos de dormir entre los brazos de su pareja, para encontrarse con una Ginevra nerviosa que le explicaba la desaparición de Kyo, inmediatamente el pelirrojo desesperado salió a recorrer las calles de Osaka en el auto del propio Kyo, horrorizado buscándolo por cada calle pensando en los posibles escenarios en los que estaría su dulce amor.

La noche había pasado y no lograba encontrarlo, Iori termino rompiéndose estacionado a unas calles de la antigua casa de Kyo, esa casa le traía dulces recuerdos, de aquella noche, las caricias y la suavidad de la piel de Kyo, todo era tan cruel, perderlo después de descubrir cuanto lo amaba. Justo cuando acababa de aceptar a sus hijos y estaba ayudando a criarlos, que sería de su dulce éclair, perdido en las calles envuelto en ese kimono que no le protegía nada, odiaba pensar en que terminase mendigando en las calles; desesperación lo estaba comenzando a invadir, pero no se cansaría de buscarle, así le tomara una vida lo recuperaría.

 

Después de un arduo forcejeo, varios moretones en el rostro y los muslos. Había logrado arrancar la tubería y mordido la lengua del tipo logrando que se desangrara, lo último que hizo fue incendiar la cava accidentalmente, entre el fuego Kusanagi, el alcohol de las botellas y el gas de la tubería rota, apenas y logro salir de ahí, la explosión hizo que toda la propiedad se cimbrara y alerto a Iori movilizándolo hacia las calle de la casa Kusanagi,

A pocas calles de ahí Kyo estaba saliendo de la cava, estaba sucio y bastante desaliñado, estaba arto de permitir que otros tomasen las decisiones, así que enfrentaría a Iori y le exigiría que le devolviese a sus hijos o se las vería con un ex Kusanagi doncel muy peligroso

 

Iori manejaba tan cuidadosamente como podía, andar entre las zonas residenciales ya era de por si peligroso, no le haría ningún bien atropellar a algún niño o mascota por manejar sin cuidado. En el camino por fin  pudo ver a un Kyo exhausto que caminaba tambaleante, Iori ni siquiera lo pensó, salió del auto y corrió a abrazarle, apretándole contra su cuerpo con ardor y alivio, sintiendo su calor y dulce aroma a canela, aun entre la mugre y el polvo

-Kyo, ¿estás bien? Pregunto Iori mortificado

 

Kyo estaba atónito, hacían unos meses estaba en casa arrumbado, esperando a su bebe, desilusionado, su marido estaba de gira y durmiendo con su asistente, mientras el lloraba todas las noches y se sentía como si estuviera fuera de su cuerpo y ahora su Iori lo abrazaba con amor, escuchaba alivio en sus palabras, entonces en lugar de sentir alivio en lo único que pudo pensar era que estaba rabioso, por meses cumplió las expectativas que Yagami le puso por más dolorosas que fueran, por más cruel que fuese tratado había agachado la cabeza y enfrentado el reto y ahora cuando ya había perdido la fe y lo único que le importaba era recuperar a sus hijos, justo ahora le daba lo que había estado necesitando todo este tiempo, entonces al notar la falta de reacción de Kyo, Iori lo soltó y cuando se miraron a los ojos pudieron ver lo que ninguno había podido ver en estos meses, Iori vio en Kyo sorpresa y perplejidad y Kyo vio en los ojos de Iori lagrimas no derramadas, entonces si vio todo rojo, y la forma en la que pudo demostrarlo fue con un par de puñetazos en el rostro, uno en la mandíbula y el otro en el ojo. La expresión de Iori no tenía límite, pero en lugar de reclamarle, lo volvió a abrazar y a besar a pesar de que Kyo no le correspondió ninguna muestra de amor

-Donde están mis hijos, quiero de regreso a mis hijos- respondió Kyo con tanta frialdad que lo lastimo

- cálmate, ellos están bien, debemos hablar con calma, ven a casa para que los puedas ver

Iori no parecía para nada molesto a pesar de haber recibido dos tortazos bien puestos y jamás soltó la mano de Kyo, este estaba renuente a ir a la casa en la que había sido tan infeliz pero sabía que para recuperar a sus hijos tenía que entrar a la guarida de la bestia, así lo haría.

En cuanto entro se dio cuenta que las cosas habían cambiado de alguna manera, Ginevra le recibió como siempre, amable y muy llorosa pero Miki y Kiel no estaban por ningún lado

-Kyo san, que bueno que se encuentra bien, todos en la casa hemos estado en estado de alerta- le dijo ginevra mientras le abrazaba. A Kyo le pareció extraño que nadie le llamase Kyoko ni señora o algo parecido, pero lo dejo pasar, mientras notaba que Miki no estaba como siempre pegada a los talones de Iori, como si fuese su sombra, aunque no pregunto nada simplemente se dedico a analizar mientras Iori lo llevaba a la habitación  principal, el corazón le dio un vuelco cuando creyó que vería su habitación estilo burdel árabe, pero nada estaba como cuando dormía ahí y no entendía porque, cuando Iori vio su desconcierto, lo llevo al vestidor y comenzó a desnudarlo con delicadeza

-creo que debes tomar un baño, descansar un poco y comer, estas bastante malpasado, nos tenias muy preocupados, no solo a Ginevra también a mí y a mis padres, no pude decirle a Ukyo que estabas perdido, porque no podía hacer nada excepto preocuparlo. ¿Cuánto puedes recordar?

-Desde que empezaste a llegar a la cama oliendo a tu asistente, unas semanas más adelante todo se pone borroso y de ahí no tengo muchos recuerdos que digamos-

La palidez de la piel de Iori no tenia comparación, mucho menos lo tenía las mejillas enrojecidas que le siguieron después, la vergüenza que vio en el rostro de Kyo lo ayudo a suavizarse pero aun no sentía la suficiente compasión como para apiadarse de avergonzarlo, sin embargo mientras las manos de Iori le quitaban la ropa sucia, no podía evitar sentir deseo, su traicionera polla no dejaba de estremecerse con cada roce, a pesar de que ningún contacto de las manos de Iori era sexual, la ternura estaba implícita en cada contacto, incluso en el baño, Iori le tallo la espalda, le lavo el cabello con un gel de aroma suave y delicado, para cuando termino estaba limpio, humectado y envuelto en una deliciosa bata de baño, delicada y esponjosa, incluso le puso un pijama, para cuando habían terminado, en la terraza estaba puesta una abundante comida, Kyo no podía dejar de mirar a Iori como se mira una serpiente, estaba simplemente atónito, Iori lo trataba con amor y delicadeza, aunque no podía dejar de pensar que todo era una maldita treta para ganarle la partida

En algún lugar de la mente de Kyo estaba esa desconfianza que le decía que en cuanto bajara la guardia Iori le golpearía duro y directo al corazón.

Iori se sentía devastado, había tomado el amor de ese hermoso hombre y lo había tirado por el desagüe, podía ver la mirada de desconfianza en su pareja y sabia que jamás lograría recuperar ni su amor ni su confianza, no sabía qué era lo que haría para no alejarse de sus hijos pero lo más prudente era dejar a Kyo tranquilo de por vida, era hora de darle la paz que necesitaba, pero antes Kyo se merecía una explicación valida y real de por qué todo había acabado tan mal. Iori tomo una gran bocanada de aire y se preparo a desgranar su corazón y si después de eso Kyo no le quería, era hora de renunciar a su familia, le daría la casa y se regresaría a el penthouse de su empresa, que a final de cuentas ya estaba remodelado después del accidente con Ukyo, lo único que sabía era que no renunciaría a ver a sus hijos, ahora que ya se habían metido en su corazón.

-Mira, empezare diciéndote que siempre me sentí muy atraído hacia ti, creía que todo era un simple capricho y cuando te encontré en esa cava no me pude resistir. Tuve que irme del país por una gira que ya estaba acordada. Pero en todo ese tiempo no pude dejar de pensar en ti a pesar de con cuantas  personas salía, siempre estabas ahí, atravesado en mis pensamientos. Cuando regrese y no te encontré, me volví loco investigando pero nadie me sabia dar noticias de tu paradero, finalmente cansado me fui a esa bendita isla a tomar un descanso entre mis compromisos, cuando vi a tu hijo defender a Yuki en su escuela y me sentí muy atraído hacia él, por un momento creí sentir tu poder en el niño.

El rostro de Kyo se transfiguro en uno de desagrado y Iori entendió el doble sentido

-Ugh, no de esa forma, el niño me recordaba a ti y me pareció raro que hubiese un Kusanagi en una isla tan remota, esa misma noche te vi vestido como “el ángel” y me encantaste, te veía cada noche, incluso te vi aquella noche que encendiste ese aro y supe que eras un Kusanagi, nunca creí que fueras tu, eso me tenía muy confundido, te seguí viendo por muchas noches y en el día visitaba a Ukyo, lo acompañaba a su casa cuando tu no podías y me fascine con el niño, hasta que descubrí que eras tú, durante esas noche pasaron un par de cosas raras…

Iori dudo en contarle sobre el fantasma de Kyle, temía que le creyera loco. Pero ya había habido demasiadas mentiras, tomaría el toro por los cuernos y aceptaría que Kyo lo creyera loco.

-Bueno estuve platicando con un pelirrojo que decía cosas que me hacían arder en celos, después descubrí que estaba hablando con el espíritu de Kyle- le dijo Iori sin mirarlo esperando las burlas, sin embargo Kyo lo miraba totalmente distante

- ¿así que fue ese el día en que viste la fotografía de Kyle en el altar?

-Sí, y realmente me asuste pero tú y tu hijo ya me tenían locamente enamorado, ni siquiera me importaba de donde había salido Ukyo, estaba dispuesto a adoptarlo. Inclusive había hablado con Miki para que cancelara compromisos y poder pasar mas tiempo con ustedes, estaba cerca de proponerte matrimonio y adopción para Ukyo, nada ni nadie me impediría estar con ustedes, ni siquiera mis padres a quienes ya les había hablado de Ukyo y de ti, cuando estuve fuera antes de que se fueran a Ámsterdam, había comprado y mandado a remodelar y amueblar una propiedad para proponerte matrimonio y también mande a hacer los anillos con los que te pedí que te casaras conmigo, cuando volví y no te encontré, al principio me asuste y creí que algo malo te había pasado, cuando supe que habías huido, me moría de coraje, creí que me habías abandonado y sé que no tengo excusa pero me embriague en el apartamento, Miki me encontró en muy mal estado, muriendo de rabia y de quien sabe cuántas cosas más.

Cuando te sentí perdido, me volví loco y creí que me habías visto la cara, estaba tan enojado que pague por qué un detective te encontrara y lo hizo en Ámsterdam; el día que te seguí descubrí que ibas a bailar, te vi elegir los conjuntos y ensayar las coreografías, eso termino por enardecerme, ¿para eso me habías abandonado y arrastrado a Ukyo a un mundo lleno de perversión? A mis ojos tú eras el único culpable y tenía que salvar a Ukyo, de ese maldito ambiente

El rostro de Kyo estaba tan pálido que ni siquiera sabía si estaba respirando

-¿siquiera se te ocurrió preguntar?, era un maldito y simple mesero, conseguí un acuerdo con mi jefe en la isla para que me sacara de ahí sin necesidad de volver a bailar, esa noche fue la primera y última, en mi vida iba a querer volver a bailar, un par de noches después de que te habías ido, volvía al apartamento cuando una mujer de pelo plateado, muy guapa me estaba esperando, me dijo que era tu prometida y me amenazo con quitarme a mi hijo y meterme en un manicomio si no me alejaba de ti, en ese entonces no sabía que esa zorra era tu representante y le creí, perdón, nunca pude decírtelo, las cosas se pusieron muy locas y termine pidiendo auxilio a mi jefe para que me ayudara a escapar, Miki me ofreció dinero pero lo rechace y debido a eso fue que no disponía de ninguna forma de pagar los boletos. En Ámsterdam, era un maldito mesero cuando uno de los bailarines fue arrestado y como mi jefe Pavel sabía que había sido bailarín me pidió ayuda, incluso tuvo que ofrecerme más dinero, hasta me triplico el pago para que accediera.

-nunca supe nada de esto, estaba tan cegado por la ira, que creía que eras un simple estafador, perdóname porque en mi rabia lo único que quería era herirte- le dijo el pelirrojo arrepentido mientras le besaba las manos al castaño

-Lo único que quiero es ver a mis hijos, a Ukyo y a mi bebe, ¿está sano? Cuestiono Kyo temeroso

-Oh cariño, te espera una enorme sorpresa, pero es algo pronto para que la veas, come algo y descansa en una media hora le voy a dar de comer, mientras tanto debes saber que Miki se ha ido, Kiel y Apriori descubrieron que  mi ex representante te estaba drogando, para hacerte pasar por loco, Apriori cometió un error y accidentalmente  bebió una botella de las que estabas tomando tu, termino drogada y con la persona equivocada, aquí las cosas también se pusieron locas, creí que mis malas maneras de tratarte te habían llevado a la locura y me sentía culpable, Miki me puso esa trampa con Kiel, trajo al doctor que te estaba drogando y a la maldita enfermera. Y yo como un tonto caí en sus trampas, sé que no merezco tu perdón pero…

Justo cuando Iori iba a terminar la oración, un llanto interrumpió la calma, el rostro de Kyo se ilumino con esperanza. Iori sonrió al ver la dulzura en los rasgos de su éclair, si tan solo no lo hubiera lastimado tanto, merecía sentir el desprecio de ese dulce hombre

-Ven, es hora de que los conozcas, te han estado esperando. Le dijo Iori mientras extendía la mano hacia Kyo, el moreno no lo toco pero si lo siguió, hacia la habitación que con tanto amor había decorado.

Dos corazones latían desbocados mientras caminaban por el pasillo, Iori ante el inmenso dolor que le daba la fría forma con la que se refería Kyo a él y Kyo al saber que por primera vez vería a su bebe, ese pequeño por el que había dado la vida

La puerta estaba entreabierta y había una luz nocturna azul que daba un suave resplandor, Iori se acerco a la cunita y tomo un pequeño bultito rosado, le hizo unas carantoñas y mimos y le dio el biberón para después pasárselo a Kyo que lo tomo con una delicadeza reverencial, en sus manos tenia a una preciosa bebita envuelta en un mameluco de conejito rosa, mientras la miraba con dulzura no se le paso que Iori se dio la vuelta y de la misma cuna saco otro bultito azul pastel, al que le dio el mismo tratamiento y se lo paso mientras se sentaba en un sillón color durazno que estaba en una esquina… la mente de Kyo estaba fracturada, ¿había dado a luz a dos hermosos bebes que lo miraban atentamente?

Las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas de forma incontrolablemente mientras que el nudo que sentía en su garganta lo apresaba hasta dejarle sin habla, Yagami al ver su reacción para darle tiempo a recuperarse tomo la palabra.

-La nena se llama Sayuri y el pequeño se llama Luca nacieron mientras estabas en una especie de coma que el doctor Yusei nunca se pudo explicar, creían que habías perdido las ganas de vivir, pero yo sabía que volverías, eres demasiado terco para perder. Replico Iori con un brillo de orgullo - debimos elegirles un nombre porque cuando nacieron eran muy pequeños incluso para su edad y creímos que no lo lograrían. Tras decir esto último, la voz del orgulloso Yagami se quebró mientras se inclinaba y depositaba un suave beso en ambas cabecitas.

A todo esto Kyo no podía dejar de mirar a sus hijos, tan pequeñitos y dulces, ahora ya estaban en sus manos, la resolución se asentó en su pecho ya sabía que tenía que hacer…

-Mañana mismo me los llevo de aquí, mis hijos no crecerán en una casa donde hasta miedo de respirar se tiene, Miki podría volver y ellos estarían en peligro… murmuro con resolución el castaño

-N -no por favor mis hijos merecen vivir en esta casa que compre para ellos, también son míos, Kyo te lo ruego, no los alejes de mi, les amo más que a nada en esta vida, los he estado cuidando desde que nacieron, quería que vieras que yo también puedo y quiero cuidar de ellos y amarles, proveerles, no los alejes de mi por lo que más quieras, además Miki ya no está trabajando para mi, cuando Kiel y Apriori decidieron hablar conmigo acerca del complot, me di cuenta de lo tonto que había sido y puse en orden mi vida, despedí a Miki y me di un tiempo fuera para hacerme cargo de mi familia y de las empresas, Miki tuvo un derrame cerebral creo o algo así y quedo mal, como si tuviera quince años creo, Kiel me ayudo mucho pero eso se termino, como Apriori y Kiel se casaron y esperan un hijo, no los corrí inmediatamente. Ella está de baja maternal pero no volverá y a él lo recomendé para trabajar con mi vicepresidente, la relación extra matrimonial que sostuve con Kiel fue de lo mas inapropiada y tonta, nunca le quise, no de la forma en que te amo, simplemente me refugie en el, me sentía solo y no podía manejar lo que te estaba pasando, estaba aterrorizado de haberte roto, de saber que yo te había llevado a la locura. Pero no tuve el valor para desecharle pensé en ti y en la forma en que quedaste desprotegido cuando esperabas a Ukyo

-Pero no estaba loco, estaba muerto de miedo de que no me creyeras que estaba embarazado y de que mis bebes se murieran conmigo, de tener que explicarle a Ukyo de donde había salido, siempre creí que era un maldito fenómeno y me aterrorizo la forma en la que mis padres se deshicieron de mi, creí que tu y Ukyo me odiarían y no ayudo que no me creyeras, y esas bebidas adulteradas que me bebía, no ayudaban tampoco nada, ahora me doy cuenta que me ponían a volar y ya me imagino cómo me veía cuando trataba de hablar contigo. La última vez que lo intente Miki me dijo que ya era hora de enfrentar mi realidad y que desapareciera de la vida de ambos, me dio un abrecartas y yo en mi desesperación me ofrecí ti, creí que si solo servía para que tuvieras sexo conmigo y tú ya no me querías, tenía que desaparecer… Kyo sintió como las lágrimas corrían por su rostro mojando a Luca y a Sayuri, Iori los seco con suavidad y procedió a secarle con los labios las lágrimas del rostro de Kyo

Iori al ver la determinación en el rostro del moreno le abrazo fuertemente –vive en esta casa, los niños ya tienen su lugar, yo jamás volveré a tocarte ni a acosarte, Kiel ya no es ni mi asistente ni vive conmigo, yo termine con él desde que me di cuenta de el maldito complot de Miki y despedí a la enfermera quien por cierto ya está en la cárcel junto con el médico que te recetaba los sedantes, no habrán mas riesgos para mi familia, Ukyo vendrá del internado este fin de semana a pasar tiempo con nosotros, afortunadamente has despertado y por fin podremos estar todos juntos. Podremos hablar juntos con el o podrás explicárselo solo según lo desees

Yo te sigo amando, aun más que antes pero si tú no me puedes perdonar, te pido que no te alejes, ni alejes a mis hijos, no te los quitare. Solo no te vayas

Kyo estaba perplejo, si solo hubiesen hablado de esta forma antes, estaba enojado por ser víctima de las circunstancias, sorprendido de saber que era nuevamente padre dos hermosos niños y no cabía en sí de admiración al saber que Iori había dejado todo para velar por ellos, incluyendo renunciar a su carrera musical y adaptar la oficina de las empresas principales para que los niños estuvieran seguros ahí, lo pensó seriamente y decidió ver como se desenvolvían las cosas, después de todo aun tenía que alertar a Yagami acerca de el Kusanagi mas viejo y sus intenciones perversas, por lo pronto juntos atendieron a los bebes, mientras los alimentaban; Kyo miraba de reojo a un irreconocible Iori, dulce y paciente con los niños. Besaba los pies de Sayuri mientras permitía que Luca le tirara de los cabellos

Iori lanzo un suspiro y hablo con calma – se que quieres pasar tiempo con los niños la habitación más adecuada es la principal, duerme con ellos en la cama y yo dormiré en la recamara contigua para ayudarte si lo necesitas, después de todo tengo el sueño bastante ligero desde que nacieron los niños, te ayudare a hacerles una especie de barricada con las almohadas y podrán dormir todos juntos.

- No quiero causarte ningún problema, esta es tu casa y tu recamara y yo puedo dormir en la nursery, ahí hay un sillón bastante cómodo que mande a traer para cuando les diese de comer

- Oh no, esta también es tu casa y me imagino que querrás pasar tiempo reconectándote con ellos, yo ya los he tenido por diez meses para mí solo, escucha estoy muy arrepentido del mal que te cause y entiendo que no quieras tener nada que ver conmigo, disfruta de los niños mientras mando a Ginevra a acondicionar la habitación y termino de revisar algunos papeles de las empresas- le dijo Iori sin darle tiempo a hablar al castaño con una sonrisa y salió apresurado.

Una vez que estuvo afuera, lejos de la mirada atenta de Kyo, lanzo un sollozo y se seco una lagrima rebelde que había escapado sin darle tiempo a nada, estaba aliviado, agradecido de que su familia estaría reunida una vez más, sanos y salvos, Ukyo en el internado y próximo a venir, los gemelos cada vez más grandes y recuperados y el amor de su vida por fin consiente y despierto, se lamentaba el desinterés con el que Kyo lo miraba pero estaba encantado de saberlo despierto y a salvo. Lo único que deseaba era poder acurrucarse junto a su familia y dormir profundamente sin embargo ahora era el momento de Kyo, se lo debía por no haber visto las señales de la demencia de Miki y faltarle al respeto a la santidad de su hogar al llevar a su amante a vivir  junto a su familia, era lo menos que podía hacer y si eso lo alejaba de Kyo, ya no importaba que tanto le doliera el sacrificio, lo haría.

Kyo suspiro cuando lo vio salir, Iori se veía realmente arrepentido pero Kyo no podía evitar tener miedo, quizás solo lo tenía cerca a causa de los niños, había sido sumamente ingenuo al creer que podría manejar a un hombre como Iori Yagami, primero casarse con él y mantenerlo a raya en forma sexual, cuando no había podido hacerlo en la isla, después creer que podría entenderlo y protegerlo, había llorado muchas noches en su cama y encerrado en el baño para creer en los finales felices de cuento de hadas, seguramente Iori estaba intentando una treta nueva para poder quedarse con todo.

 

 

La noche paso lenta para Iori, acostumbrado a despertar cada vez que tenía que alimentar a los niños y ahora no tenía nada que hacer y peor ahora que no podía dormir acunando entre sus brazos a su dulce éclair, era tan doloroso saber que no podría acudir a ellos a menos que Kyo lo pidiera y Kyo no lo había pedido, el amanecer le sorprendió despierto, y las horas siguieron corriendo una tras otra llenándolo de tortura.

La mañana irrumpió de forma deliciosa para Kyo acurrucado junto a sus hijos, al principio los niños no le reconocían sus caricias pero pronto ya estaban respondiendo y disfrutando de sus afectos, se sentía dichoso de saber que sus pequeños lo habían logrado y todo gracias a Iori,  una vez más suspiro y se arrebujo entre las sabanas

Yagami durmió poco, la culpa le ahogaba; la tristeza le consumía y el arrepentimiento lo inundaba. Sabía que si Kyo no lo perdonaba le esperaba toda una vida de soledad sin embargo sabia de sobra que sería muy difícil recuperarlo, tenía que tenerle paciencia y demostrarle cuanto había cambiado y que no volvería a forzarlo a tener relaciones sexuales, que a pesar de morirse de ganas por quitarle con los dientes la ropa y recorrerlo con la lengua por cada rincón de su dulce y acanelada piel, de penetrarlo hasta quedar saciado y llenarlo de su semen hasta que sea lo único que todos puedan oler en su piel, de sentir ese suave cabello recorriendo por su cuerpo mientras lo hace suyo, a veces creía que moriría de mal de las bolas azules pero estaba dispuesto a morir si Kyo lo perdonaba. Cualquier sacrificio para conservar a su familia

Mientras desayunaban, Ukyo llego a la casa, al principio el aplomo con el que trato de manejarse era admirable, digno de un Yagami pero no le duro más de unos minutos, para romper a llorar en los brazos de Kyo.

Ukyo Mitsunori heredero del clan Yagami, frente a el se encontraba su familia; Kyo, el hombre al que siempre había conocido como su papi, a Iori el hombre que quería ser su padre y sus hermanitos, esos lindos bebes que aun no sabia de donde habían salido, quizás era hora de poner las cartas sobre la mesa y pedir explicaciones acerca del origen de su familia, entonces vio a Kyo y volvio a tener tres años y lo único que quería era que su papi lo abrazara y consolara hasta que las lagrimas se le terminaran, su papi lo acuno como cuando era pequeño y una vez  que las lagrimas cedieron y que su pequeño cuerpo paro de sacudirse con los gimoteos, su papi empezó a hablar.

Ukyo necesito que me escuches atentamente, siempre has querido saber de donde has nacido y quien es tu madre, había estado guardándome la verdad porque tenia miedo de tu reacción.

-¿Pero cómo pensaste que yo te iba a rechazar?, si te amo y eres mi papi- interrumpió Ukyo, a lo que Kyo le hizo callar suavemente.

-Escúchame atentamente mi niño, tu madre soy yo, no se de donde exactamente vino esta modificación en mi cuerpo, ya que es casi imposible que un hombre de a luz, según el medico que monitoreo mi embarazo y me atendió cuando naciste, esto no es nuevo, pero ha estado oculto por creerse una maldición de la naturaleza y mis padres hicieron lo imposible para deshacerse de mi y de ti también, incluso trataron de destruir al medico que me atendió y me desheredaron.

-¿Desheredaron? que es eso papi?- pregunto inocentemente el pelirrojito.

-me quitaron todo lo que me habían dicho que tendría, me quitaron la casa que me habían dado, mis motocicletas, el dinero y mi apellido, quede totalmente indefenso, si no hubiera sido por Kyle, la verdad no se que hubiéramos hecho, el nos dio su apellido y cuido de nosotros, fue una pequeño intercambio porque nosotros cuidamos de Kyle hasta el ultimo momento.

sufrí mucho porque todos aquellos que se decían mis amigos me dieron la espalda, era el heredero de una familia muy importante de aquí, de Osaka, lo tenia todo, fama, gloria,una novia, supuestos amigos y todos excepto Kyle me abandonaron, entonces naciste tu, bajo la supervision del doctor Yusuke y me hiciste tan feliz, no lo había pensado pero entonces me dio tanto miedo el que tu heredaras la misma condición que yo, al mismo tiempo temía tanto que me rechazaras por ser un fenómeno. Perdóname mi vida, debí decírtelo antes pero nunca pensé que volvería a tener otro bebe y así es, a tus hermanitos los lleve en el vientre yo, esto no estaba programado y ahora lo único que tienes que saber es quien es tu padre y el de tus hermanos. ¿Podemos hablar de ello?

-Si papi, creo que es mejor que me o digas, aunque en mi corazón, Iori es y siempre será mi papá. -el orgullo de Iori se disparo por las nubes, su hijito lo amaba sin condición y descubrir ese hecho lo llenaba de orgullo y emoción, motivandolo a convencer a Kyo que no se fuera y lo alejara de su familia.

-El hombre con el que mantuve relaciones y me dejo embarazado es Iori Yagami, a quien ya consideras tu padre, Iori nunca supo de ti porque al día siguiente se fue a una larga gira por América, dando conciertos asi que cuando quedamos desamparados, no pudo hacer nada, hasta que nos encontró en la isla, pero yo tenia miedo de volver a Osaka, no quería tener nada que ver con nadie de mi pasado, principalmente porque tenia miedo de mi familia. ¿Estás molesto? pregunto temeroso Kyo

-No, Papi, estoy feliz, siempre quise tener una familia y desde que vi a Iori en la isla algo me empujaba a confiar en él, espero que podamos ser felices como familia, ahora me siento aliviado porque tenia dudas acerca de no parecerme en nada a mi papi y si totalmente a Papa, habían empezado a llenar mi cabeza cosas extrañas, estoy orgulloso de que hayamos salido adelante, juntos y de que te negaras a renunciar a mi

 -Ahora hay algo mas que tienen que saber, cuando salí de la casa y me perdí, regrese a la que era mi antigua casa y Saysu me atrapo, quiso obligarme a entregar a Ukyo u obligarme a engendrar otro hijo, alega que ya no puede tener familia y quiere a mi hijo para ser su descendiente, Iori, tengo miedo

Los pelirrojos al ver al castaño ponerse nervioso acudieron a consolarle y tratar de relajarlo

-Papi, debemos disfrutar del día, estoy feliz de estar contigo, de saber que estas bien y contento, de saber mis orígenes y de saber que todo esta bien, fuera de ese demente de Saysu, todo estará bien, el abuelo Souta me esta entrenando por las tardes y estoy tomando clases de otras artes marciales durante otras horas, fue bueno estar en el internado y después de que Yuki entro fue a un mejor, siéntete tranquilo por mi que yo estoy bien. Disfrutemos de estos momentos juntos, quiero jugar con mis hermanitos, abrazar a mis papis y desayunar- gimió Ukyo para rematar, cosa que los hizo reír a carcajadas y romper la tensión

-Oh hijo, me moría por decírtelo pero quería que tu papi lo hiciera, desde el día en que te vi te quise, nunca  creí que tendría un hijo con el amor de mi vida, porque amo a tu padre y pensé que si nunca lo tendría entonces tendría lo mas cercano a ese sueño y tu querido mio es exactamente lo que quiero.

Cuando Kyo escucho que Iori lo amaba sintió un vuelco en el corazón pero no pudo evitar sentir esperanza, quizás su familia podía ser salvada, los niños merecian tener una familia feliz, a tan solo un día de haber vuelto estaban probando que como amigos podían seguir juntos al igual que lo había hecho con Kyle pero no sabia cuanto tiempo mas aguantaría sin seducir a Iori, la química sexual entre ellos aun estaba viva, se moría por lamer cada pedacito de piel disponible en el cuerpo del pelirrojo mayor, por volver a hacerle una mamada y sentir su semen escurrir de su cuerpo, al principio Iori lo había obligado a sentir el semen escurrir de su trasero o a frotarlo en su piel hasta quedar cubierto de pies a cabeza pero había descubierto cuan erótico era oler en su piel el aroma personal de su pareja y lo extrañaba. Había usado cada onza de su voluntad para no arrastrar a Iori a algún armario o robarle un beso cada vez que Ukyo se descuidaba y mas ahora que Iori estaba tan solicito con sus hijos, debía reconocer que había habido un gran cambio en su esposo, aun era su esposo, estaban casados y tenían una gran familia, sin embargo no podía evitar sentir miedo al pensar en que Iori podría cambiar de opinión y tirar por la borda la seguridad de su familia.

Mientras Ukyo y Iori desayunaban felices, Iori por segunda vez, Kyo se debatía, sorpresivamente Kyo sintió unos brazos que lo estrechaban con dulzura y una voz que lo hizo estremecerse

-Vamos “eclair”, disfrutemos de nuestra familia, siéntete tranquilo por que no los voy a dejar solos.

Y así sin más Iori se alejó para seguir llenando con singular alegría el plato de la mesa estilo bufett que les habían preparado, al lado los gemelos estaban sentados en sus respectivos porta bebes sobre la mesa justo al lado de el asiento de Iori quien los atendía sin miedo y satisfecho, entonces decidió disfrutar de su familia.


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