Capitulo 6 Un lunes bastante confuso
El lunes narrado por Ukyo
El lunes empezó muy bien papi se levanto temprano y me hizo un omelet con jamón y queso me plancho mi uniforme y me despertó con muchos mimos, lo note algo desganado aunque no supe porqué, afuera el día estaba muy soleado así que no hubo necesidad de usar mucho abrigo
Mientras caminaban rumbo al kínder Ukyo le comentaba a Kyo –papi pronto conocerás a mi amigo que por cierto es pelirrojo igual que yo y le gusta el helado de guanábana igualito que yo
Papá se quedo un minuto pálido y callado pero casi inmediatamente recupero el color y me respondió con calma –que curioso, no a todos les gusta ese sabor
En ese instante llegamos al kínder y no hubo tiempo pará mas por lo cual mi papa puso una rodilla en el suelo acaricio mi rostro, reacomodo mi cabello y por ultimo sacudió las motas imaginarias de mi ropa y me abrazo con una mezcla de nervios y miedo que me dejo un gustillo amargo en la garganta
-Ukyo, te amo pórtate bien y aprende mucho –me dijo-
-yo le sonreí y correspondí a su abrazo, y me encamine a mi salón
La maestra me llama, me dice que recorte cosas, que dibuje, recorte, que participe, que pinte y lo hago todo pero por más que trato de concentrarme, en lo único que puedo pensar es mi papi
-la gente dice que papi es tonto y olvidadizo pero es bueno, jamás olvida mi cumpleaños, mis juguetes o libros favoritos ni me grita por mas enojado que esté, pero nuestra vida es nuestra solo nuestra solo el y yo; antes de que papa Kyle faltara las cosas eran diferentes. Papa Kyle trabajaba en casa y Papi Kyo nunca olvidaba nada ni se dormía en las tardes o en lugares menos indicados, mi vida siempre fue buena. La gente siempre me pregunta por mama y yo solo puedo recordar que Papi Kyo y papá Kyle llenaron mi vida de mimos y cariños que nunca me falto nada, papa Kyle me contaba historias, me hacía dulces irlandeses y siempre me estaba consintiendo. Papi era feliz, sonreía todo el tiempo. Papa decía que al mal tiempo buena cara; aunque sintiera ascos y mareos por su enfermedad siempre estaba contento decía que nosotros éramos su bendición y salvación.la verdad mi mundo era perfecto; mas un día, mi Papi Kyo me explico que papa Kyle estaba muy enfermo y me explico lo de la muerte, Papa Kyle me lo dijo después que ya tenia que irse que ya no podría verlo pero que siempre estaría conmigo, Papa veía la muerte como un viaje así que siempre lo he visto de esa forma, como un viaje; el viaje de un guerrero
Desde el día en que Papa Kyle falto, los ojos de mi Papi dejaron de brillar, solo se mostraba alegre cuando me miraba o cuando sabia que le estaba viendo
Después de eso nuestra alacena se fue vaciando y no pude estudiar desde el primer año del kínder por falta de dinero, papi no puede con todo y se niega a dejarme solo o a conseguir otro trabajo menos matado que este que lo tiene durmiendo en la mañana, olvidando recogerme y durmiendo en los lugares mas raros o ayudarme con las tareas
Quiero que mi Papi sea feliz, devolverle la luz a su mirada que vuelva a sonreír, la vida de Papi es solitaria, para el solo existo yo y es lo que muchos de mis compañeritos quisieran ser los únicos en la vida de sus padres o hermanos, pero yo… solo quiero ver a mi papi feliz y si para eso tengo que buscarle una pareja así será, mi amigo el pelirrojo parece ser el adecuado algo me lo dice en el fondo de mi corazón, me agrada mucho y lo le caigo bien, es algo serio pero divertido, paciente y cariñoso, me recuerda un poquito a mi Papa Kyle
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El timbre de salida sonó la maestra les puso a cantar una tonadilla de salida de clases y les conmino a tomar sus objetos personales como chamarras, gorros o alguna cosa que hubieran llevado y entonces Ukyo miro a Yuki Tsukishiro su mejor amigo desde que entraron al kínder y despertó de su letargo tomo sus cosas y a su amigo de la mano y salieron rumbo ala puerta
Ya en la puerta Iori estaba aguardando, las maestras no habían puesto muchas pegas en entregar a Ukyo al pelirrojo mayor dado que habían notado el enorme parecido que les unía, Iori le miro con amor aunque no pudo evitar una mirada de curiosidad hacia Yuki y no era para menos el pequeño lucia bastante exótico: rubio de cabello liso y largo sujeto en una coleta baja, piel blanca, ojos grises, labios rosados y como cinco centímetros mas bajo que Ukyo, por cierto también noto el cariño y suavidad con la que se trataban aunque eso lo dejaría para otra ocasión, mientras tanto al ver a su amiguito pelirrojo decidió omitir lo de el regalo que llevaba para mas tarde, sus pensamientos fueron interrumpidos cuando el pequeño corrió a recibirlo; Iori instintivamente le abrió los brazos y estrecho con mucho gusto, en su alma pudo nuevamente pudo sentir como si fuese una pieza de su rompecabezas que encajaba y ni siquiera sabia que existía, Yuki miraba como ambos se complementaban y lucían sospechosamente parecidos aunque no quiso hacer ningún comentario ya después le preguntaría a Ukyo que estaba pasando
Después de las debidas presentaciones ambos pelirrojos caminaban nerviosos uno porque pronto vería a su ángel; después de largos seis años y el otro esperando que su papi no notase la treta ala que le había sometido y que si lo notase no le castigara por un año entero
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De regreso en Triple K
Por su parte Kyo no había dormido casi nada, desde que salió del club con Ukyo en brazos se había sentido observado incluso había roto la regla de no hacer pausas al salir del club, para no dar oportunidad a que alguien le abordase, por un momento le había parecido sentir el ki de Iori pero así como lo sintió desapareció, este solo pudo proseguir mas rápidamente, si llegase a encontrase a Iori no sabría que hacer, de ninguna forma podría esconder a Ukyo el parecido con Yagami era innegable, quizás si hubiera nacido con el cabello castaño como el suyo, pero no; el pequeño en su hermosa cabecita llevaba una sedosa pelusita rojiza que al pasar el tiempo se había convertido en una radiante cabellera pelirroja y para rematar en cuanto sus ojos se definieron resultaron ser violetas, cuanto amaba a su hijo y mataría por el si fuese necesario aunque su hijo llevase en la cabeza una especie de letrero implícito que rezaba hijo de Iori Yagami, no creía que fuese necesario
Lo único que le dejaba tranquilo era que esta isla es bastante insignificante para llamar la atención de el salvaje pelirrojo –suspiro- que estará ¿haciendo Iori? Esa noche fue la mejor y la única, quien lo iba a imaginar que en el fondo siempre había estado enamorado de el, que su deseo mas grande era pertenecer a su mayor enemigo, esa noche la llevaba grabada en el alma, rememoraba con todo el corazón la calidez de los brazos de su amado enemigo, el ardor con el que se besaban, la urgencia de cada caricia; por el se hubiese quedado de por vida entre los brazos de Iori. Ala mañana siguiente se había encontrado desnudo, adolorido y lo peor bien solo; encima había tenido que soportar la mirada de desaprobación de Benimaru y la puñalada de su padre y eso que nunca supo quien lo había dejado en estado
La verdad ya no quería recordar la traición de quienes se decían su familia aunque en el fondo se compadecía de su madre siempre prisionera en esa enorme mansión alas ordenes de Saysu, la gente solía tener la idea de que los Yagami eran salvajes pero si supieran la dureza de los Kusanagi quizás cambiarían de opinión, pero lo que si quería era rememorar esa maravillosa noche; cada vez que su hijito cumplía años esa noche segurito que lo volvía a soñar
Con eso en mente se dirigió ala cocina a sacar todos los ingredientes para la comida, normalmente compraba poco para solo dos personas por lo cual esta vez tuvo que comprar mas de lo normal, saco la carne y la marinó. Una buena carne con verduras, ensalada, crema de chicharos y de postre las paletas que Ukyo había pedido, dejo la carne en el horno sabiendo que tardaría lo suficiente y se fue a arreglar, prendió la ducha y una vez regulada la temperatura del agua se metió a bañar mientras pasaba la esponja por su cuerpo se volvió a fijar en cuanto había cambiado físicamente después de parir a Ukyo , el se sentía igual que siempre pero estaba claro que algo en su cuerpo había cambiado, de hecho nada de su anterior ropa le quedaba bien, la había tenido que ajustar de casi todas partes, estaba terminando de vestirse con una playera sin mangas negra y con capucha en la espalda con un estampado de un corazón sangrante con alas y unos jeans desgastados aun andaba descalzo y con el cabello húmedo cuando timbraron ala puerta, instintivamente miro al reloj y se dio cuenta que su niño ya tenia que estar en casa
Ukyo debió olvidar las llaves- se dijo Kyo a si mismo y sin pensarlo corrió a abrirle
Al abrir una figura obscura apareció en la puerta al reconocer esa figura se quedo pálido totalmente pálido instintivamente cerro la puerta; al notar la ausencia de su pequeño se aterrorizo así que en cámara lenta abrió la puerta de nuevo, tomo a su hijo, y como este tenia tomado de la mano a su amiguito Yuki y no lo soltó simplemente entraron juntos y cerro la puerta suavemente, el corazón estaba latiéndole a mil por hora su amado y salvaje pelirrojo estaba ahí en la puerta ¿Cómo había dado con el? A este shock se sumaba su hijo escandalizado porque le había cerrado a su amigo, lejos de agradecerle por salvarlo
-Papi malo porque le cierras a mi amigo le espetó Ukyo
-Ppero Ukyo –el rostro de Kyo se encendió como adorno navideño blanco, verde, rojo-¿el es tu amigo?
-Si papi ábrele
-No hijo, el esta aquí porque me conoce
-papi el no… nunca te ha visto, el es mi amigo
El corazón de Kyo parecía maromero, mientras hacia respiraciones para abrir con serenidad se acordó que la carne se quemaría –hijo por favor ábrele tu mientras voy a ver la comida ala cocina-
Iori por su parte vio el rostro de su bello ángel castaño segundos antes de que le cerrara la puerta en sus narices eso lo deja perplejo y después de la sorpresa pasa al enojo al notar que su pequeño amiguito ha entrado y le han dejado afuera como un tonto, ya esta a punto de estallar la puerta en un ataque de ira purpura cuando escucha un casi imperceptible click de la perilla y no es Kyo sino Ukyo quien le abre
-Pasa Iori mi papa fue a ver la comida ala cocina, siéntate iré a ver que hace, ¿quieren agua?
-no gracias -contestaron ambas visitas iori y Yuki-
A Iori le causo gracia la forma en que el pequeño era dueño y señor en esa casa
Que clase de padre será Kyo para que el niño tome las riendas- pensó Iori mientras tanto se dedico a mirar a sus alrededores, la sala estaba pintada en un tono beige los muebles en un estampado café con negro y beige, algo sencillos en toda la sala solo habían dos o tres fotografías, una en una repisa con un rostro que le pareció familiar aunque no lo pudo reconocer con unas veladoras pequeñas y unas flores y otras dos de el pequeño Ukyo en diferentes momentos de su vida escolar, y por ultimo una pequeña fotografías algo maltratada de una mujer embarazada, la “mujer” tenia el cabello, largo y lacio recogido en una diadema y lucia un bonito vestido que resaltaba su figura de embarazada, aunque no se veía muy clara lo primero que pensó Iori era que esa era la mama de Ukyo aunque no se acerco a verlo por no parecer muy metiche. Mientras inspeccionaba con la mirada noto un pasillo angosto y obscuro a pesar de estar pintado en blanco en el que se veían tres habitaciones, la primer puerta estaba pintada de verde con algunos tréboles como adorno la segunda estaba pintada de azul rey con un letrero que rezaba Ukyo`s Room con globos y un carrito rojo y la ultima estaba pintada de verde agua la cual aparentemente es el baño y no pudo seguir con la inspección puesto que el rubio amiguito de Ukyo le miraba atentamente entonces volvió Ukyo con un platito de botanas que Kyo le había hecho con tiempo para los invitados
-mi papi hizo esta botana para ustedes-les dijo Ukyo haciendo un mohín muy simpático-
Kyo entro por la puerta de la cocina aun con el cabello casi escurriendo y pálido como la cera aunque sin que en su rostro se notase más que eso incluso sonreía suavemente
-disculpen mi falta de hospitalidad pero me ha tomado por sorpresa Iori san- mientras les ofrecía un vaso de agua sin mirar directamente a Iori
- no me llames Iori san llámame solo Iori- le respondió suavemente mostrándole que atrás se habían quedado esas respuestas irónicas y agresivas
-Esta bien- le miro con simpatía Kyo- bienvenidos Iori y Yuki la comida ya casi esta lista si gustan lavarse las manos o quieren algo de beber
-gracias Mitsunori san me lavare las manos –respondió Yuki, Iori solo asintió con un movimiento casi imperceptible de cabeza
Kyo y Ukyo pusieron la mesa y Iori se acerco a entregarles algunos presentes por su hospitalidad
-Les traje algo para… bueno les traje algo -titubeo Iori poniéndose mas nervioso que en toda su vida-
-gracias –le respondieron los dos ligeramente sorprendidos
Los anfitriones recibieron los paquetes y los abrieron, uno era el refugio para animales de Ukyo y el otro resulto ser una botella de vino de la reserva especial de aquella cava en la que se encontraron amorosamente esa madrugada, Kyo volvió a palidecer y casi sele cae la botella de las manos, el mensaje estaba bastante claro; Iori no había olvidado ese incidente, el mayor temor de Kyo era que Iori descubriera el parentesco que le une a su hijo y el otro resultaba ser que Iori solo lo quisiera para pasar el tiempo, pero mientras tanto ese detalle le hizo temblar y en sus mejillas apareció un suave rubor que Ukyo y Iori miraban complacidos
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Pensamientos de Ukyo
-aparentemente a papi Kyo le gusta Iori y eso le hacia sentirse satisfecho, por un momento Kyo se notaba nuevamente alegre aunque también nervioso -
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La comida comenzó mientras los pequeños hacían ligeros y simpáticos comentarios aunque cada mirada decía diferentes cosas, la de Ukyo era de satisfacción al ver a los dos juntos, la de Yuki de afecto al ver a su amiguito feliz, la de Iori era de total seriedad aunque lo único que quería era tomar a su castaño y besarlo y abrazarlo con alivio y amor y la de Kyo era de sumisión y nerviosismo, sin embargo se desempeñaba bastante bien como dueño de la casa, Iori lo miraba desenvolverse, sacar la vajilla, traer el agua los vasos y darle instrucciones al niño de sacar los manteles y las servilletas ahora veía de donde había salido el porte y el señorío de Ukyo
La carne estaba deliciosa y lo pudo constatar Kyo cuando se llevo ala boca un trozo aunque no quiso alardear a pesar de estar orgulloso de sus dotes de cocinero así que saboreo, paso el bocado y hablo:
-y dime Iori, que te trae por estos lugares, según se eres una estrella internacional
A Iori no le paso desapercibido el sarcasmo y amargura con el que pronuncio la palabra internacional
-bueno –respondió Iori después de pasar el bocado- estoy de vacaciones y aproveche para buscar a alguien muy importante para mí, dicho esto recalco esa ultima frase y le miro muy fijamente, los niños no estaban poniendo atención a la conversación simplemente miraban ese intercambio de miradas cargadas de sentimientos
- ¿Ukyo como te fue en la escuela?- le dijo Kyo tratando de romper el ambiente tan pesado que se había puesto de golpe
- Bien papi, hicimos dibujos de animales y copiamos palabras del pizarrón y en el recreo jugué con Yuki a atrápame si puedes, ahh y la maestra me dijo que voy a ser el protagonista de la obra y que te mandaba conmigo que vestuario voy a usar, mira –le dice mientras busca en sus bolsillos una hoja a medio doblar- responde Ukyo de forma alegre y le extiende la hoja que llevaba en el bolsillo, Kyo la toma de la manita de su niño y la extiende para mirarla atentamente
- Ahh es sencillo yo lo hare, solo habrá que ir a traer la tela –le resuelve Kyo-
- ¿Tú le haces los disfraces? Pregunta iori sorprendido de ver a su ángel convertido en todo un amo de casa, jamás creyo que veria a Kyo haciendo comida, atendiendo invitados y afirmando que el le hacia los disfraces s u hijo
- Si así no nos complicamos tanto –contesto Kyo orgulloso, jamás le diría a Iori que por falta de dinero había tenido que aprender acortar y coser-
Ukyo se mostraba orgulloso de que su papi le hiciera los disfraces y con una sonrisa muy amplia y resuelta finiquito el asunto
- Papi es el mejor me hace todos los disfraces que quiero y eso es muy divertido ya tengo muchos, al terminar podemos ir a mi cuarto a jugar con ellos, ¿si Yuki?
Yuki le miro con una sonrisa muy amplia y asintió, tras la respuesta de Yuki, Iori agrego -Yuki es un interesante y bonito nombre según se significa nieve – dijo Iori analizando el vuelco curioso del destino, como Kyo había tenido por novia a Yuki y el pelirrojito parecía tener mucha afinidad con este rubiecito.
- Si – respondió Yuki con timidez y calma
La comida transcurrió con calma y cuando estaban comiendo el postre, las paletas de guanábana, Iori y Ukyo estaban disfrutando mientras, Kyo no podía dejar de mirar al pelirrojo, la forma en que lamia la paleta, la expresión al saborear, la concentración y el enorme parecido que había entre ambos pelirrojos ante esto Kyo y Yuki solo sonríen, entonces el castaño le dice al rubito
-¿Yuki quieres pastel con piña?
-mmm si, gracias
-ven acompáñame ala cocina he preparado un pastel muy rico, veo con agrado que no nada mas a mi no me gusta la guanábana y precisamente por eso no hago postres para mi porque solo soy yo, pero eso si las paletas de guanábana nunca faltan
Yuki le correspondió con una sonrisa tímida y le siguió hacia la cocina mientras ambos pelirrojos disfrutaban de sus amadas paletas
Una vez terminado el postre los niños ya habían desaparecido tras la puerta azul a jugar con los múltiples disfraces y ahí Iori y Kyo se quedaron solos, el pelirrojo mayor le miraba fijamente, disfrutando de los suaves rasgos del castaños esa tez clarita, esos labios apetecibles, ahí fue cuando reparo en la ojeras ligeramente pronunciadas que empañaban ese rostro de ángel y en el gesto de temor, ¿temor? A que podría temer el gran Kyo si se había enfrentado a Orochi y a otros grandes enemigos, pues si en el semblante de Kyo había miedo sin embargo con miedo y todo Kyo se atrevió a preguntar
-¿y como conociste a mi hijo?
-lo conocí un día que salía del kínder solito y me agrado mucho ver un niño al que mi presencia le es indiferente y que se considera lo suficientemente fuerte para defenderse de cualquier amenaza con eso fue suficiente para ganarse mi simpatía –le repuso Iori-
-QUEE, ESPERA UN MOMENTO dices que tu eres el que lo ha estado trayendo, ¿entonces Yuki no es tu sobrino? Se asusto Kyo
-pues no, de hecho no tengo más hermanos, aunque me hubiese gustado tener más hermanos mi padre y mi madre no me tomaron en cuenta en ese sentido –contesto Iori con sarcasmo, la respuesta de Iori provoco una sonrisa a su castaño sin embargo Iori no sonreía y terminado esto comenzó el verdadero tormento de Kyo –
-Kyo ¿que paso? Kyo le miro triste
-pasaron muchas cosas muy dolorosas, de las que no quiero hablar-
-esta bien Kyo no hablaremos ahora pero déjame decirte que tu hijo me ha cautivado, y me gustaría que se convierta en mi heredero, dado que yo no tendré hijos, además tu sabes lo que siento por ti, lo que ha habido entre nosotros y quiero seguir tratándote, ¿que es lo que opinas?
El castaño se quedo mirando asustado sin responder, Iori al ver el mutismo de su ángel, prosiguió
-se que es muy pronto para que me digas todo lo que ha pasado contigo, pero ten por seguro que quiero saberlo pero por que tu quieras decírmelo, y créeme me voy a ganar tu confianza – el pelirrojo se paro, para volver a sentarse junto a su ángel, Kyo se sobresalto un poco pero no hizo nada por alejarse; al ver que con ese movimiento Kyo lo aceptaba hizo el siguiente movimiento paso un brazo por la cintura del amo máximo del fuego dorado y le beso suavemente en la mejilla, después rozando suavemente en la comisura de los labios y cuando estaba a punto de besarle los labios, sonó el timbre
Kyo se notaba totalmente tenso aunque disfrutaba del contacto y muy a su pesar se levanto a ver quien era y ahí en la puerta estaba una mujer muy bella, alta delgada, piel blanca como la leche muy rubia casi albina con una media cola, de rasgos suaves y ojos azul gris, Kyo se quedo sorprendido desde que el pequeño había nacido la única persona que les veía era Kyle la mujer se le quedo mirando fijamente y sonrió
-¿Aquí vive Ukyo Mitsunori? – Preguntó la mujer-
-si aquí vive yo soy su papa -respondió Kyo-
-vengo a recoger a Yuki, es mi hijo, mi nombre es Edurne Tsukishiro
-Edurne san mucho gusto, pase gusta tomar algo mientras le hablo a Yuki, el esta jugando en la recamara con Ukyo -dicho esto el castaño fue a hablarles a los niños-
La señora paso y tomo asiento ignorando olímpicamente la mirada de odio que le mandaba el pelirrojo que se moria de coraje; un poco más y le hubiese besado, pudo sentir el calor y la suavidad de su piel esos ingredientes viniendo de su mimado castaño la verdad le ponían a tope, pero tuvo que aguantarse las ganas de cerrarle la puerta en la cara a esa tipa y encima disimular su odio y saludar mientras el castaño traía a los dos niños, en eso la rubia voltea a verle mas detenidamente y su gesto de desinterés cambia por uno de emoción
-¿es usted el gran cantante Iori Yagami? -Pregunto la rubia-
-bueno la verdad no, solo soy un tipo que tuvo suerte y se le parece, incluso me llamo Iori
-que curioso ¿verdad? –Comento la rubia-
-Pues si son hechos de la vida -agrego Iori-
En eso entraron los tres y el rubito se abrazo a su madre, se despidieron no sin antes llevarse trozo de pastel finalmente Iori, Kyo y Ukyo se quedaron solos, la tarde había avanzado bastante y ya se acercaba la noche bueno mas bien eran ya las ocho y ellos tenían que salir como alas 10.
-Iori discúlpame que te corra pero la verdad en un rato tenemos que salir
-ahh si… ¿y se puede saber a donde? –pregunto Iori curioso-
-bueno trabajo de noche en un bar como mesero, la verdad es el único trabajo que me deja todo el día para estar con mi hijo –respondió Kyo algo nervioso y tenso-
-¿Y tienes quien lo cuide? ¿O como le haces en la noche? –Pregunto Iori tratando de sonar inocente-
-bueno, lo llevo conmigo y duerme en una habitación que me prestan para eso, mi jefe es bueno y me ayuda, la verdad nunca puedo conseguir una nanny para Ukyo porque le gusta asustarlas hasta el paro cardiaco es un buen niño pero es muy bromista
-ok si algún día necesitas quien te cuide a Ukyo yo puedo hacerlo mientras este de vacaciones estaré aquí para ustedes repuso Iori-
-gracias- dijo Kyo con afecto
Iori sonrió aunque no quiso imaginar que clase de bromillas usaba su amiguito pero lo que mas le dolió fue la mentira; Kyo no le había dicho la verdad sobre su trabajo así que con eso en mente se levanto y comenzó a despedirse, se acerco a Ukyo se hincó ala altura del pequeño y le abrazo con mucha ternura, aquí si podría abrazarle a su gusto y le beso el corazón de Iori dio un brinco y se le salieron las lagrimas aunque se cubrió con el cuerpo de Ukyo, el niño se sintió soñado, después de abrazar a Ukyo aprovecho para acercar una de sus enormes manos ala cintura de Kyo y se dio cuenta que con ella abarcaba casi toda la circunferencia del bello castaño y le acerco suavemente hacia su cuerpo para besarle en la comisura de los labios, todo hecho ante la mirada satisfecha y atenta de Ukyo, el plan le había salido mejor de lo que creyó
Iori se retiro satisfecho, Kyo se había mostrado sumiso, dulce ante el y eso no tenia precio y por fin podría ver a Ukyo las veces que quisiera y le había dicho a Kyo que lucharía por el, aunque aun se debatía entre las mentiras de Kyo, el hecho de que aun estuviese casado con Kyle y el trabajo ese de stripper en el fondo estaba tan enamorado de Kyo que no le importaba que bailara en ese sitio, pero que estuviese casado… era otra cosa y encima el mutismo, el negarse a decirle ¿que le había pasado?, ¿porque su familia le había dado a espalda? y por la otra parte el pequeño Ukyo llamándolo le asustaba la forma tan intensa en que ese niño se había hecho indispensable en su corazón y si para eso tenia que mantener a toda la familia así lo haría, por lo pronto ahora esperaría a que su ángel saliera al escenario y debía cuidarse mucho de que Kyo no se diera cuenta que ya conocía su secreto.