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Lágrimas De Jade por Darko Princess

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Notas del capitulo:

Bueno, se me atravesaron un par de cosas pequeñas, entre ellas unos asuntos con el piano, al parecer el director de mi academia de Música quiere que toque en los próximos conciertos y estoy algo nerviosa porque tengo pánico escénico, por otro lado, me fue muy difícil realizar la parte final del capítulo puesto que no me sentía con fuerzas para ello pero, tuve apoyo en el asunto y por fin terminé.

 

Así que acá esta el capítulo II

 

I

El Tiempo En Que Takato Vivió (Parte 2)

Jessen suspiró de nuevo, estaba realmente nervioso y estresado, no se arrepentía en lo absoluto de lo que había hecho, en realidad, estaba seguro de que no se arrepentiría nunca, el problema era claro está, que las cosas serían cada vez más difíciles, a sus dieciocho años de vida tendría que cargar con la responsabilidad de sacar adelante a la parte de su familia que se había quedado con él, la parte de su familia que venía con novia incluida.

En esos momentos, en el piso de abajo del Castillo la figura de su primo, Trent, se dejó ver, venía caminando silenciosamente, comiendo lo que parecía una lollipop y con el ceño fruncido, probablemente también estaba pensando en la que podría venírseles encima, aunque Trent no debía de preocuparse tanto, después de todo, si los descubrían toda la carga se la llevaría Jessen pero…

-“No estarás pensando en echarte para atrás ¿verdad?”-

Jessen dio un pequeño bote en su lugar, un tanto sobresaltado por la repentina aparición de Isuzu, ella igual se notaba preocupada, preocupada y muy cansada, al igual que todos en ese castillo.

-“Claro que no, es solo que… de ahora en adelante la tendremos muy difícil y necesito pensar”- contestó, esbozando un amago de sonrisa, forzándose a ello, sabiendo que tendría que mostrarse fuerte de ahora en adelante.

-“Sobre eso… tenías razón… y…”-

-“¡No! No la tenía, si T.K. no hubiera sido tan fuerte, ahora… ahora no estaría vivo”- sus manos se cerraron en puños, seguía sintiéndose egoísta y cruel al haber usado semejantes artimañas para mantener con vida al niño pero, no había tenido más opción.

-“El único motivo por el que se aferró tanto fue porque tu le dijiste que aguardara por Yuury”- le recordó, dolía admitirlo más esa era la verdad, Takato no había luchado por ella o por sus amigos, lo había hecho solo por Yuury.

-“De todas formas ya nada será igual, ya sabes lo que Koe dijo”- recordó con cierto pesar.

-

-

Lentamente abrió los ojos, el cuerpo entero le dolía e incluso respirar era difícil, con la mirada trató de ubicarse, dándose cuenta de que se encontraba en alguna de las habitaciones del viejo Castillo Avalon, tal vez eso significaba que después de todo Yuury si había llegado por él, quería verlo, darle las gracias, decirle cuanto lo quería y pedirle disculpas por las cosas horribles que su padre había hecho.

Con algo de trabajo logró ponerse en pie y casi se le fue el aire al dar los primeros pasos, el dolor era horrible pero aun así se negaba a estar un minuto más sin ver a Yuury, entonces escuchó voces cerca, la voz de su hermana Isuzu y la de Jessy, el hermano mayor de Yuury, llegando hasta la puerta, se detuvo, aguardando por el momento indicado para hacerles saber que estaba ahí.

-“Aun no sé cómo voy a decirle cuando despierte, que perdió su voz, no creo que pueda soportarlo, ni siquiera yo lo aguanto”- su hermana se escuchaba tan desanimada y mientras tanto él no era capaz de entender a qué se refería ella.

-“Tendrás que decírselo de inmediato, no tenemos tiempo, en cualquier momento el Concilio podría descubrirnos y antes de que eso pase T.K. tiene que estar ya muy lejos de aquí”- Jessy por el contrario se oía serio.

Entonces se asustó, sin comprender porque hablaban de enviarlo lejos y sobre todo, a qué se referían con lo de perder su voz, con miedo se llevó la mano izquierda a su cuello, sintiéndolo cubierto por lo que debían de ser vendas, trató de decir algo, de llamar a su hermana, a Jessy, a Yuury sobre todo, pero de su boca no salía sonido alguno. Era verdad: había perdido su voz; la vista se le hizo nublosa y las lágrimas ardieron en sus ojos, no podía hablar, no podía hablar, tenía que ser mentira, tenía que…

-“Pero iré con él, no lo dejaré solo”- Isuzu levantó un poco la voz, ella era tan dichosa, podía decir todo lo que quisiera, podía gritar tal y como parecía que iba a hacer pronto.

-“No puedes, sería sospechoso, nosotros no podemos hacer ningún movimiento o todo el teatro se va a caer, es la única oportunidad que tenemos para darle una nueva vida, será difícil, será horrible y sufrirá, pero estará vivo, entonces no será en vano”- no, tenía que estar mal, tenía que estar alucinando, ellos no iban a enviarlo lejos, debía de ser una pesadilla, solo tenía que despertar y todo estaría bien.

-“¿Cómo se supone que lo sacaremos de aquí entonces? Es más que seguro que nos estarán vigilando”- de repente su hermana había aceptado tan fácil la posibilidad de estar alejados, tal vez ella ya no lo quería, por las cosas que había permitido que su padre hiciera.

-“A nosotros sí, pero, al servicio no, el ama de llaves dijo que estaría encantada de ayudarnos en esto, ya sabes, todo mundo adora a T.K. y ella no es la excepción”-

-“Estando lejos podrá volver a la escuela, tendrá una nueva familia y amigos, con el tiempo estará bien, pero lo extrañaré mucho”- ahora Isuzu se oía triste, más triste estaba él ¿Cómo su hermana podía pensar en echarlo lejos? No quería una nueva familia, ni nuevos amigos, la quería a ella y a Jessy, a Trent, a Koe y también, no concebía vivir sin Yuury.

-“¡He vuelto!”- la voz de Koe, la novia de Jessen, y sus pasos apresurados se dejaron oír, pero no iba sola, alguien también venía con ella, la tentación de abrir la puerta era ya mucha pero rehusó de hacerlo.

-“¿Qué haces aquí? Te advertí que no volvieras a buscarme”- de pronto la siempre calmada voz de Jessy se había tornado en una expresión de furia contenida.

-“Esta también es mi casa”- ¡Yuury! ¡Yuury estaba ahí! Su mano se cerró sobre el pomo de la puerta, a ya nada de abrirla.

-“¡No lo es! ¡Dejó de serlo cuando me diste la espalda, cuando traicionaste mi confianza, tú eras el único además de nosotros que sabía que T.K. estaba aquí! ¡Tú se lo dijiste al Concilio! ¡Tu permitiste que se lo llevaran!”- la voz de Jessy se había alzado un par de tonos y aunque aun contenía del todo su furia se notaba que realmente estaba molesto.

Takato soltó el pomo de la puerta y retrocedió un par de pasos sintiendo las lágrimas correr más aprisa, no era cierto, mentira, Yuury jamás le haría eso, Yuury lo quería, Yuury le había prometido estar a su lado para siempre, Yuury…

-“El y su padre destruyeron nuestra familia, y los odio, odio a ambos, pero más a él, porque lo quería y se aprovechó de eso”- quiso decirle que se equivocaba, nunca se habría aprovechado de él, porque lo quería demasiado, tan solo no había hecho nada por estar asustado.

-“¡T.K. no movió ni un solo dedo, todo lo hice yo junto con su padre, te lo dije, yo fui quien mató a todos, lo hice porque no sabía ni quien era en esos momentos, aun así, aun cuando fuera un asesino desalmado T.K. no se apartó de mi lado, entonces cuando recuperé la memoria juré que lo protegería de todo, pensé que como lo querías  ibas a ayudar, pero tú solo te limitaste a verlo morir!”- ahora por fin estaba gritando, la furia era palpable, llenaba el ambiente de tensión y lo asustaba más.

-“¡Y lo disfruté mucho! ¡Lo merecía, se merecía todo lo que pasó! ¡Cada grito que daba era igual que música!”- esta vez fue Yuury quien gritó, luego se escuchó un ruido fuerte y por instinto cerró los ojos y tembló.

-“¡Sal de mi casa! ¡Fuera! ¡Vete! ¡No vuelvas nunca más! ¡Padre me dejó este Castillo a mí y yo te digo que no puedes poner un pie aquí o te mataré!”- los gritos de Jessy se hacían cada vez más fuertes, asustándolo cada vez más y más.

Pero además de eso, había comprendido que Yuury nunca tuvo intención de salvarlo, que miró cada segundo de su sufrimiento y que ahora lo odiaba, tanto que seguramente si se daba cuenta de que estaba ahí le haría más daño. Y también, Jessy lo estaba ocultando, Jessy pensaba ocultarlo, era arriesgarse demasiado, si el Concilio se enteraba, seguramente lo castigarían, no podía permitirlo, ellos tenían razón en algo, en que tenía que irse muy lejos.

Escuchó cuando se alejaban de ahí y entonces buscó por algo de ropa; al poco rato había encontrado un gorro y un largo abrigo al igual que sus pertenencias más valiosas, poniéndose el gorro y el abrigo y guardando los únicos recuerdos de su vida en los bolsillos de este, lentamente salió al pasillo, ya nadie estaba ahí, se movió lo más aprisa que su adolorido y herido cuerpo le permitía y en lo que le pareció una eternidad, logró alcanzar la puerta de salida, mirando hacia atrás una última vez antes de salir a la noche fría.

-

-

Un par de días después se encontró a sí mismo en una tienda de empeños vendiendo el diamante insignia de su familia, necesitaba dinero, no para pasajes, solo para comprar algo de comer, sabía que si usaba cualquier transporte convencional sería más fácil que lo encontraran, por eso en los días anteriores se las había arreglado como polizonte y pensaba continuar con aquello hasta estar lo más lejos posible.

El dueño de la tienda no le había dado mucho dinero pero incluso eso estaba bien, tan solo quería irse, aunque estaba cansado, adolorido y se sentía cada vez más enfermo era bastante capaz de percibir que sus poderes estaban volviendo, eso igual sería un problema, decidió que iba a sellarlos, para siempre, a sabiendas de lo que eso causaría, pero no iba a permitir que nadie lo encontrara, y si para eso tenía que renunciar por completo a ser quien era, pues entonces que así fuera.

Ocultándose en un frío y angosto callejón se dispuso a hacerlo, la mano izquierda le temblaba, aun así apretó el agarre sobre la empuñadura de la daga de su padre, uno de sus más grandes tesoros; cerró los ojos, tomó aire y lo hizo, sintiendo su palma derecha arder, aun no se recuperaba de la fractura, al igual que su brazo pero, era necesario hacer aquello.

-“Yo, Takato Shang, renunció a mi nombre, a mi magia, al legado de mi familia y a todo lo que eso implica”- sus labios articularon las palabras mientras con los ojos entrecerrados miraba la sangre caer sobre el objeto más valioso que le quedaba: el relicario que su madre le había dado antes de morir.

Sintió como si lo atravesaran y estrujaran su corazón, se mordió los labios y de nuevo cerró los ojos, la mitad de su energía vital se iría con su magia y con el tiempo sus sentidos comenzarían a irse también, hasta que finalmente, en poco tiempo moriría, esas eran las consecuencias de renunciar a lo que era, las aceptaba si de ese modo conseguía desaparecer del radar para siempre.

-

-

Apenas un mes más tarde estaba ya en otro continente, muy lejos de su hogar, mirando su reflejo en el aparador de un local, su cabello había dejado de ser una mata verdosa y brillante, ahora era de un opaco color platinado al igual que sus ojos, seguían siendo verdes, de ese bonito verde jade que a todos parecía gustar tanto pero, ahora lucían sin vida alguna, reflejando como se sentía, extrañaba su hogar, extrañaba a su hermana, a Jessy, a Trent a Koe y más que nada, a Yuury, cada noche lloraba porque ya nunca podría estar a su lado, Yuury lo odiaba y eso no iba a cambiar, del mismo modo en que no cambiaría el hecho de que ahora era humano.

Un humano que se estaba congelando de frío y muriendo de hambre, se encogió buscando el calor de su abrigo mientras trataba de hallar un lugar en el cual refugiarse y fue estando en esas que los vio: gente del Concilio. Por un momento se sintió dejar de respirar, luego trató de calmarse, era humano, ellos no se meterían con un humano ¿verdad? Desde luego que no, iba contra las reglas, era así como funcionaban las cosas, los humanos tenían sus cortes, códigos de todo tipo, juicios y todo eso y los no humanos tenían al Concilio, aunque obviamente a los ojos del mundo, ahí todos eran normales, todos eran humanos.

De todas maneras estaba bastante intranquilo con su presencia, recordando cómo habían ido las cosas, ellos seguro se atreverían a ir contra las reglas con tal de deshacerse de él por completo. Metiéndose más en su abrigo y bajando su gorro emprendió la marcha, perdiéndose entre el gentío de la calle, tal vez tendría que irse de nuevo, tal vez aquel no era el lugar indicado para empezar otra vez.

Estaba pensando en eso cuando sintió a alguien tirar de su brazo, obligándolo a correr, sobraba decir que tropezó varias veces mientras trataba de zafarse, y cuando al fin se detuvieron, apenas levantó la mirada tratando de hallar una explicación, aunque lo único que encontró fue a un hombre con apariencia de vago que lo miraba de forma extraña en tanto lo acorralaba contra la pared del callejón donde lo había forzado a entrar. No sabía que hacer, mucho menos imaginaba lo que podía pasarle, solo sabía que era extraño, muy extraño y…

-“¡Oiga! ¿Qué está haciendo? ¡Aléjese, ese es uno de nuestros empleados!”- el hombre se había vuelto en dirección a la persona que le gritaba y luego simplemente se apartó y echó a correr.

Parpadeó confuso, sin entender del todo lo que sucedía, escuchando pasos acercarse, mirando de reojo halló a un joven alto de cabellos negros y ojos del mismo color, bastante alto, o bueno, al menos comparado con él era bastante alto.

-“¿Estás bien?”- preguntó el desconocido, asintió con la cabeza y apartó la mirada –“No parece, estas casi azul, además tiemblas peor que hoja de papel”- el desconocido soltó una leve risita y se acercó más, inclinándose a su altura –“¿Qué dices si te invito a donde vivo? Solo por esta noche”-

Trató de negarse pero el desconocido ya lo arrastraba por su brazo, murmurando cosas que no alcanzaba a escuchar, en silencio se dejó llevar, tal vez no fuera del todo malo pasar una noche bajo techo, en un lugar caliente.

Se sorprendió bastante cuando se detuvieron frente a un local con el nombre “La Casa De Las Joyas De Madam Sapphire” preguntándose que tipo de tienda era, siguió a su momentáneo salvador hacia el interior, parecía una especie de hotel barato y ya  no le estaba gustando estar ahí.

-“Ónix, te tardaste mucho”- levantó la cabeza al oír la voz de una mujer, aunque luego volvió a encogerse, recordando que no debía de llamar mucho la atención, mientras menos personas lo notaran, mejor estaría.

-“Lo siento Madam Sapphire, tuve un pequeño percance”- esta vez fue su salvador quien habló, aunque ahora sabía que su nombre parecía ser Ónix, pensó que aunque era un nombre inusual, le venía bastante bien, supuso que aquel nombre debía deberse al color de su cabello y sus ojos, negros y brillantes, igual que el Ónix.

-“Ya veo que así es”- los pasos de la mujer se escucharon cada vez más cercanos hasta el punto en que ella estaba frente a él, haciéndolo levantar el rostro y mirándolo fijamente, igual que si estuviese inspeccionándolo –“Vaya, es un “Desertor” hacía mucho tiempo que no veía a uno”- Takato abrió los ojos sorprendido, soltándose del agarre de aquella mujer y retrocediendo un par de pasos.

Ella sabía lo que él era pero, ¿Cómo? Recordó la palabra “Desertor”, así era como llamaban a los que eran como él, a los que renunciaban a todo para volverse simples humanos. Pero ella no tenía porque saberlo, y si lo sabía entonces era peligroso estar cerca, tenía que irse de ahí de inmediato.

-“Sé lo que estas pensando niño, no hay de que preocuparse, yo soy igual a ti, sé como son las cosas”- volvió a mirarla, aun más sorprendido, ella tenía que estar mintiendo, aunque no tenía modo de saberlo, nunca antes había visto o conocido a un “Desertor” o no al menos a uno que no fuera él mismo –“Ellos no te buscarán aquí, casi nunca viene nadie de ese mundo a este lugar, y cuando vienen pues, piensan en todo menos en quien eres”-

Madam Sapphire se sonrió dichosa, sin poder creer lo que tenía ante sus ojos, tal vez era la venganza perfecta contra ese hombre, el que la había abandonado, si, tenía que ser la venganza perfecta, no concebía mejor manera de hacerle mal sino dañando a su querido nieto, y para dañar al nieto de ese hombre, estaba ese pequeño “Desertor”, que no era otro sino quien se suponía, en algún tiempo atrás, se decía se convertiría en el prometido de Yuury Avalon, el futuro líder de aquella familia, era más que perfecto, porque aunque ya sabía en la que estaba metido el niño frente a ella, también sabía que tarde o temprano, Yuury Avalon iría por él.

-“Piensa en este lugar como un refugio ¿Sí?”- asintió lentamente, aun no muy seguro, pero aun así quería creer en esa mujer, Madam Sapphire, porque ella se veía amable y además, tal vez estando ahí sería más fácil enfrentar las cosas que vendrían en el futuro –“Pero bueno, aunque sea un refugio tienes que saber que debes ayudar para poder quedarte aquí, ¿Trabajarías para mí?”- Takato no había trabajado nunca en su vida, igual, no era como si hubiese vivido mucho, apenas tenía 11 años y en lo único que recordaba haberse esforzado era en sus entrenamientos. De nuevo asintió con la cabeza, aquella señora en efecto parecía ser muy buena, le sonreía y hacía mimos en el cabello mientras continuaba mirándolo.

-“Pero Madam Sapphire”- replicó Ónix casi de inmediato. A diferencia del niño, él sabía perfectamente a qué se refería la mujer con trabajar y no le parecía correcto meter a un niño como aquel en semejante mundo, menos cuando se notaba a leguas cuan frágil era el pequeño y sobre todo, lo mal que la estaba pasando.

-“No hay pero que valga”- contradijo, en un tono cantarín –“Anda, ayúdalo a que se asee, dale algo más caliente para vestir y luego vayan a cenar”- agregó, los ojos de Takato por primera vez desde que había huido, mostraron algo de brillo, con la esperanza de que ahora todo estuviera mejor, Ónix por su parte, suspiró desanimado, lamentando el momento en que decidió llevarse a ese niño consigo, más aun así obedeció.

-

-

Una semana más tarde Takato se sentía y veía notablemente mejor, tenía un cuarto propio, que si bien no tenía muchas cosas lindas, como su antiguo cuarto, si contaba con una cama caliente y suave, además, cada día comía en compañía de Ónix, quien era muy agradable y amable, tanto que en cierto modo le recordaba a Jessy, pero cuando se encontraba pensando en ello, de inmediato apartaba esas ideas, no había caso en recordar.

Esa mañana Madam Sapphire le había dicho que por fin empezaría con su trabajo, aunque aun no sabía de que se trataba, le emocionaba la idea de comenzar a valerse por sí mismo, y más el saber que ni siquiera tendría que salir de la tienda de Madam, de ese modo sería más difícil que alguien lo encontrara, todo parecía marchar demasiado bien.

-“Oye, Madam me dijo que tenía que ayudar a prepararte”- la voz de Ónix lo sacó de sus cavilaciones y tan solo se giró hacia él, asintiendo enérgicamente con la cabeza.

Poniéndose de pie se acercó al joven de cabellos negros, esbozando una leve sonrisa y luego le siguió por los amplios y largos pasillos de la tienda.

Apenas dos horas más tarde, volvió a tener la sensación de que aquel lugar ya no le gustaba, Ónix lo había ayudado a ducharse y vestirse, además de entregarle un extraño collar, le recordaba al collar de un perro pero, aun así se lo puso, con eso las marcas en su cuello parecían no notarse en lo absoluto.

Después, el lugar comenzó a gustarle menos, y es que Ónix lo había dejado solo en una habitación de una parte de la tienda en la que jamás había estado. Aquel cuarto solo contaba con una amplia cama, un sillón, un par de sillas y las mesas de noche. Sin saber muy bien qué hacer, tomó asiento en la cama, era algo alta, y tomando en cuenta lo pequeño que Takato era, sus pies no alcanzaban a tocar el suelo, por lo que tan solo se ocupó de balancearlos distraídamente, con los ojos clavados en ellos.

Entonces escuchó el abrir y cerrar de la puerta, levantó de inmediato la cabeza, solo lo suficiente para mirar a quien había entrado, se trataba de un hombre de cabellos cobrizos y ojos azules, era enorme y sus ojos al igual que su cabello por un momento le recordaron a Yuury, pero lo desechó al instante siguiente, los ojos de Yuury eran de un electrizante color azul cobalto y su cabello era rojo, intensamente rojo.

Su mayor error fue distraerse, tal vez de no estar distraído habría notado al hombre acercarse, porque cuando fue consciente de ese hecho, fue solo porque sintió que lo empujaban sobre la cama, por reflejo abrió la boca para soltar un chillido, pero no hubo sonido alguno, y además, al instante siguiente, la boca del hombre se había puesto sobre la suya, besándolo casi con furia. Takato trató de empujarlo pero no pudo conseguir nada, comenzó a dar de patadas y en una de esas consiguió que el hombre lo soltara; saltó de la cama y corrió directo a la puerta tratando de abrirla, notando que estaba cerrada con llave, comenzó a golpearla con los puños cerrados, alguien tenía que oírlo, alguien tenía que estar cerca, alguien tenía que…

-“¡NO!”- gritó, otra vez no se escuchó nada de su boca, las lágrimas ya ardían en sus ojos e hizo intento de gritar más cuando sintió al hombre alzarlo por detrás.

Pataleó de nuevo pero esta vez el desconocido no lo soltó, lo arrojó a la cama boca abajo y antes de darle tiempo de nada se puso encima, sujetando sus muñecas sobre su cabeza con fuerza y haciéndolo soltar silenciosos chillidos, tenía miedo y ese miedo se convirtió en terror cuando una de las manos del hombre comenzó a tocarlo por debajo de la ropa.

Estaba aterrorizado y no dejaba de llorar y luchar por conseguir zafarse, pero mientras más luchaba, con más fuerza lo tocaba el hombre, haciéndole daño, en silencio gritó de nuevo cuando su camisa fue arrancada bruscamente mientras que sus pantalones eran bajados a la fuerza; sentía la mirada del hombre recorrerlo por completo al igual que sus manos, al desconocido parecía no importarle en lo absoluto sus intentos de lucha, pataleó más fuerte cuando las manos de hombre tocaron su trasero mientras que este lo aplastaba contra la cama con el resto de su peso.

Abrió la boca de golpe, presa del dolor al sentir como algo era metido violentamente en el pequeño agujero entre sus nalgas, las lágrimas corrieron con más fuerza y se quedó paralizado por el punzante dolor, aquello, fuera lo que fuera, entraba y salía de su cuerpo, rasgando su interior y llevándose lejos su cordura, todo lo que quedaba eran el dolor y las lágrimas además del profundo deseo de que todo fuera una pesadilla. Apenas era capaz de percibir al hombre haciendo sonidos extraños, lo sintió morderle un hombro y acercarlo más mientras seguía torturándolo, había dejado de luchar y ahora solo se dedicaba a gritar y sollozar en silencio, aferrándose a las sábanas de la cama.

Estuvo así por lo que le pareció una eternidad, sintiendo dolor, escuchando los sonidos que hacía el hombre sobre él, hasta que lo escuchó gruñir; Takato boqueó y lloró más, sintiendo un líquido caliente entrar en su interior, quemando todo, haciéndolo sentir más dolor, ardor y terror. Luego el hombre por fin lo soltó, dejándolo caer sin más, igual que si fuera un objeto desechable; se acurrucó y lloró con más ganas, temblando, sufriendo, preguntándose por qué aquellas cosas tenían que pasarle a él. Escuchó cuando el hombre se iba pero no se movió de su lugar.

Deseo morir con todas sus fuerzas, su espíritu estaba ya roto al completo y en ese momento supo jamás volvería a ser el mismo, Takato Shang se había ido para siempre esta vez y solo quedaban sus despojos.

-“Bienvenido Jade”-

Escuchó a Madam Sapphire decir, las palabras que lo marcarían por el tiempo que quedara de su ya rota existencia, en ese momento fue que Takato Shang murió del todo, dejando en su lugar a Jade…^

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Notas finales:

Creo que ahora comprenden la razón de que me costara tanto terminar el capítulo, primero pensé hacerlo total y completamente descriptivo pero al final decidí que aunque sería una narración en tercera persona, lo ideal sin duda alguna sería narrarlo desde la perspectiva de nuestro protagonista.

 

Comencé a arrepentirme de mi escrito pero bueno, mi querido hermano mayor fue quien me dio la motivación que me faltaba, así que le mando un saludo y un gracias, por de nuevo ser tan perseverante conmigo.

 

Muchas gracias por leer, y de verdad, espero sus reviews, en el capítulo anterior solo tuve uno y aunque me encantó, me hubiera gustado conocer las opiniones de más personas, así que ya saben, dejen reviews.

 

El capítulo III ya esta listo y sale el próximo domingo sino pasa algo que lo impida.

 

Así pues, nos leemos a la próxima y que tengan un buen día y una linda semana ^^


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