Dos hombres se encontraban en medio del bosque, tenían cosas en común:
1. los dos parecían capaces de matar con la mirada
2. daban miedo con solo verlos
3. eran en pocas palabras…atractivos o sexys, ¿Cuál de esas dos palabras los definía mejor?
4. no te convenía hacerlos enojar… pues lo pagarías muy caro
5, 6, 7, 8,9… eran un sin fin de cosas en la que se parecían, pero la mas importante de ellas era que…
Ambos sentían algo por el otro, podía ser odio, podía ser amor…
Pero también tenían bastantes diferencias
1. Su color de cabello, uno negro como el cielo negro durante la noche oscura, el del otro plateado como la luna
2. sus edades, uno de unos 27 años y el otro de 25
3. su lealtad por su familia, uno ni siquiera se aparecía a menos que la situación lo requiera, el otro siempre estaba junto a su familia y al lado del jefe
4 .los ojos de uno eran azules, mientras que del otro verdes
5, 6, 7, 8,9 eran también bastantes sus diferencias, y entre ellas podría estar su manera de odiar, de matar o inclusive de…amar
-hasta que vuelves Hayato- dijo el pelinegro rompiendo el silencio que había entre ambos.
-hmp, yo volver, solo vine a arreglar unos asuntos sobre la familia- dijo mientras lo veía con algo de rencor, odio, tristeza, alegría ¿amor?
Sin duda este comentario no le agrado en lo absoluto al japonés, que estaba insinuando ese herbívoro, que no vino para verlo, que solo vino por asuntos de la mafia, que el ya no le importaba en lo absoluto ni en lo mas mínimo, no definitivamente no, de seguro ese herbívoro estaba mintiendo, simplemente no era posible, no era posible que para aquel albino de ojos verdes lo que había pasado entre ellos hubiera quedado olvidado, pues para el nada estaba en el olvido, lo tenia muy presente, cada día de su vida, cada mañana al despertar y cada día al caer dormido, en cada hora estaba el guardián de la tormenta, en su pensamiento, en su corazón.
-no intentes mentir Hayato, no a mi,- hiso una pequeña pausa, no dejaba de mirar las orbes verdes del otro-ahora contéstame algo ¿Por qué te fuiste?- el albino quiso marcharse en ese mismo instante, no quería contestar, no quería recordar el motivo de su partida, no era que no quería a Hibari, lo amaba ,lo amaba a un después de lo que este le había hecho, quería correr hacia el ,abrazarlo besarlo, ser de nuevo uno mismo con Hibari, pero le era difícil, le era difícil recordar lo que este le había echo, pero tampoco podía olvidarlo ese recuerdo esta grabado en su memoria.
-eres un maldito imbécil Hibari, todavía tienes el descaro de preguntar por el motivo de mi partida- dijo con una mirada llena de dolor, en sus ojos una batalla se libraba, las lagrimas querían salir, su corazón quería liberar todo el dolor que llevaba dentro, pero su orgullo lo evitaba, diciéndole que no llorara mas por el, no tenia caso derramar mas lagrimas por el, no mas…no después de lo que le había echo.
-de que hablas, el que debería estar molesto en estos momento soy yo, y no tu, después de todo te fuiste sin siquiera despedirte, un día llegue al departamento y no te encontré, para ser sinceros no le tome mucha importancia, pero al día siguiente cuando desperté y no te vi, supuse que algo había pasado, fue entonces que me dijeron que te habías marchado, ¿sabes quien me lo dijo?, la vecina, ni siquiera te dignaste a avisarme.- todo era silencio.
-no te hagas el inocente Hibari, tu fuiste el causante de que yo me fuera- contesto el italiano
-¿yo?, no crees que si yo hubiera sido el causante sabría el por que- contesto el japonés defendiéndose de tal acusación, por favor, el amaba demasiado a Hayato como para separarse de el, tienen idea de cuanto sufrió al enterarse por la vecina de que lo había abandonado, lo había dejado sin siquiera una explicación, sin siquiera un adiós…