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Dones por maxi anime

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Notas del capitulo:

Hola a todos de nuevo…XD

Ahora si con el final ¿se preguntaran porque subi un cap más? Bueno, hay cierta cosa inconclusa en lo de Asgard y no me gusto dejarla asi, por lo que hice un especial Asgard, el cap 12, espero les guste y con esto cierra Dones, definitivamente.

 

En asgard una terrible tormenta de nieve se había desatado aislando a cada habitante en sus casas. En aquella pequeña y acogedora cabaña, dos pares de gemelos y los padres de los mayores estaban aislados, esperando que la tormenta se calmara. Los más pequeños estaban más intrigados en conocer a sus abuelos, ya que sus padres jamás les habían comentado sobre ellos, Syd y Bud en cambio intentaban mantener cierta paz en el ambiente, las simples miradas acusadoras de sus progenitores les decían todo.

Lowell estaba recostado en los fuertes y protectores brazos de su padre, cuando se sentía mal ese era su refugio, su lugar seguro, pero había algo en la mirada de su padre que lo perturbaba y no entendía que era, Bud no estaba arrullándolo con cariño como siempre, no le cantaba o lo cobijaba en sus brazos, estaba disperso. Tosió fuertemente, lo que causo que de pronto toda su familia lo rodeara, Syd le puso un pañuelo en su boca, para que si tuviera que escupir algo lo hiciera sobre la tela, Leonel tomo a Copito y miro preocupado a su hermano, mientras Bud lo sentó en su regazo y golpeo suavemente su espalda.

-Solo es saliva- exclamo tranquilo Syd al ver el pañuelo- A ver, hijo de mis ojos, te llevare a mi cama para que descanses.

-No- negó con la cabeza-estoy bien.

-¿Seguro?- pregunto mirándolo dulcemente- No quieres recostarte y ponerte tibio en la cama.

-Lowell, si te sientes enfermo, lo mejor que puedes hacer es recostarte en la cama- acoto Bud- no debes enfriarte.

-No quiero- reclamo pasando sus manitas por sus ojos- no tengo sueño…quiero…quiero…

-¿Qué quieres campeón?- preguntaron al mismo tiempo los dos hermanos gemelos.

-¿Para qué quieren a copito?- pregunto mirando a sus abuelos.

Los dos mayores, que habían permanecido en silencio desde que habían entrado a aquel hogar, se miraron mutuamente, algo acongojados y a la vez buscando en sus miradas las palabras correctas que decir.

-No venimos a hacerle daño a Copito- explico el mayor- estábamos de paseo en el bosque y vi a tu hermano…cazándolo…pensé que quería lastimarlo y por ello quería cambiar monedas por el conejo.

-Curioso- exclamo Syd casi en susurro- ya sabes Lowell que no le van a hacer nada a Copito, te llevare a dormir.

-No…no quiero- bufo molesto y volvió a preguntar- ¿para qué quieren a copito?

-Hace mucho tiempo- interrumpió la rubia a su esposo- Syd, nuestro hijo, hizo lo mismo, salvándole la vida a un conejo, tendría tu edad cuando eso pasó…

-Yo tengo- interrumpió y comenzó a contar con sus dedos- cuatro añitos… ¿salvaste a un conejito papi?

-Sí, pero yo era más grande- explico Mizar- tendría unos ocho años en aquel entonces, Lowell, insisto, vamos a la cama.

-No, quiero saber, ¿van a hacerle daño a copito?

-No- respondió rápidamente- claro que no, eso ni pensarlo.

-Pensamos que tu hermano quería cazarlo para comerlo luego- le interrumpió su esposo- Syd había salvado a una liebre de una situación así muchos años atrás, en recuerdo de aquello, de nuestro hijo, quisimos hacer lo mismo, salvar a la liebre.

-¿Qué le diste papi al cazador por la liebre?- pregunto Leonel intrigado-

-El cazador, era yo y Syd me dio su daga- confeso Bud mirando tristemente a su hijo en brazos, el cual miro sorprendido y a la vez asustado ante lo que estaba escuchando, un porque fue la pregunta que en ambos niños surgió.

-¿Cazabas por diversión?- pregunto llorando Lowell.

-No hijo, cazaba por lo mismo que pesco, para poder comer- explico- en aquel tiempo era un niño…

-No entiendo…si salieron a pasear… ¿Por qué tu cazabas?- esta vez fue Leonel quien interrogo a su padre.

-Bueno…yo- intento explicar, no quería lastimar a sus hijos, nunca les había comentado de que fue separado de Syd al nacer, que fue criado de forma diferente, alejado de su familia de verdad y lo que para él era más importante nunca decirles, acerca de las creencias de los gemelos.

-¿Ustedes nacieron aquí?- pregunto el padre de los gemelos Z, los cuatro asintieron con la mirada- Tener gemelos es malo.

-¿Malo?- preguntaron los dos pequeños.

-Verán, pequeños, hace muchos siglos atrás, un hombre dio muerte a su hermano gemelo- explico.

-Pero fue accidente- interrumpió Lowell- Loki lo engaño para que matara a Balder…  lo sé, ese cuento lo se…Hoor era ciego, no podía ver lo que hacía, él pensaba que lo que disparara no dañaría a su hermano, no sabía que estaba disparando una flecha con el único objeto que dañaría a su hermano.

-¿saben eso siendo tan pequeños?- preguntaron los dos ancianos al mismo tiempo.

-Sí, Papi me la cuenta siempre, dice que los hermanos deben apoyarse unos en otros, siempre quererse y jamás hacerse daño- explico Leonel- Los hermanos sean unidos, que sea ley primera, que tengan unión verdadera, porque si no los lastimaran los de afuera.

-Les repito eso todos los días- acoto Syd llevando a Leonel a sus brazos y lo abrazo posesivamente- ellos no…no son un mal presagio, este hogar está rodeado de amor, felicidad y dicha.

-¿Por qué está mal tener gemelos?- interrogo Leonel a su abuelo-Nosotros somos niños buenos, santa nos trae muchos regalos para navidad y nosotros obedecemos a nuestros papis siempre, y también…

-¿Ustedes dos se quieren mucho?- les pregunto a los dos pequeños, los cuales asintieron- Verán, aquí en Asgard se dice que si se tiene gemelos, estos se sacaran los ojos por la herencia familia.

-Ellos no se han sacado los ojos- señalaron a sus padres.

-Nos sacamos los ojos por ustedes- bromeo Bud- siempre Syd me reprocha de que yo los malcrió y yo a él le reprendo  que hace lo mismo…como lo de la nariz roja de hoy, Syd, estoy en total desacuerdo que les des de comer a Leonel ese postre de cerezas que haces.

-Y Yo me opongo con el capricho de Lowell de solo comer pescado.

- Pero aún tienen los dos ojos papi- señalo Lowell- uno, dos…si los tienes a los dos.

-Es que no soy pirata- le ido cosquillas- con Syd nos queremos mucho, no somos capaces de lastimarnos, a lo que se refiere el abuelo campeón es que, por los bienes familiares los hermanos se pelean.

-Pero Leonel y yo no nos peleamos- señalo a su hermano, el cual estaba haciendo caras graciosas para hacerlo reír- otra, otra.

-Porque ustedes son buenos hermanos - acoto Syd abrazando a Leonel, el cual se sonrojo

-¿Ustedes no eran buenos hermanos?- pregunto sonriendo Leonel.

-Por ley en Asgard- interrumpió el padre de los gemelos mayores- Cuando nacen dos niño, dos hermanos, gemelos, uno debe morir, porque el más joven en nacer será el que traerá la desgracia a la familia, yo, no tuve el valor para acabar con la vida de Bud y por ello lo abandone…

-¿Entonces no se criaron juntos?- pregunto Lowell mirando tristemente y luego abrazo a Bud- Papi.

-Nosotros no creemos en eso- replico Bud- ustedes dos son lo mejor que nos ha pasado a nosotros dos, que llegaran a este hogar,  mi vida se ha llenado de dicha y felicidad.

-¿Aunque siempre este enfermito?- pregunto con los ojos iluminados.

-Oh, eso es un bono, porque gracias a que siempre estas enfermo te tengo en mis brazos, duermo abrazado contigo, te ayudo a comer…todas esas cosas que me gusta hacer contigo y las hago es porque estas enfermito, sino, serias como Leonel que no le gusta que lo abrace, que le de besos, abrazos y mucho cariño.

-Son diferentes- sonrió Syd- a Leonel le encanta que yo lo abrace, lo lleve de la mano de paseo… ¿Cuántas cosas hacemos juntos?

-Yo soy grande para que me abracen como osito de peluche, soy niño grande.

-Yo soy chiquito- sonrió Lowell abrazándose a su padre.

Lowell y Leonel eran tan diferentes como iguales y con ese sensillo gesto lo hicieron notar, Leonel nunca querria que lo ayuden en algo, el siempre querria hacer las cosas solo y en cambio su hermano gemelo era todo lo contrario, normalmente siempre estaba bajo el brazo de sus padres.

Afuera la tormenta parecía haber incrementado su fuerza, por lo que nadie podía salir de sus casas, Syd decidió comenzar a hacer la cena, ayudado de su madre, mientras Leonel jugaba en un rincón no muy lejos con uno de sus juguetes de madera. Bud no podía lograr que Lowell durmiera, por lo que opto por mantenerlo ocupado entre sus brazos, sentado frente al sillón, contándole sus aventuras de niño, corriendo por la nieve.

En la cocina, Syd estaba ocupándose de preparar el pescado y su madre le ayudaba lavando las verduras, le parecía extraño hacer eso, sus sirvientes se encargaban de todo lo que respectaba a cocina o mantener limpia la casa, pero al parecer Syd era el único que lo hacía, era autosuficiente, quizás más que eso.

-¿Cómo aprendiste a cocinar?- pregunto incrédula mientras lavaba una zanahoria.

-Desde que llegaron los gemelos…mucho antes- respondió- Después de la guerra Bud me trajo aquí, el curo mis heridas, se encargaba de todo, cazar, cocinar, mantener el ambiente limpio…el construyo cada pared con sus propias manos, antes solo eran cuatro paredes,  solo el living, donde está la chimenea, solo había una cama, una silla y una mesa…

-Syd…hijo.

-Fue difícil al principio, le roge a Bud que acabara con mi vida, estaba débil, no quería que el la pasara mal, más de lo que yo provoque…luego cuando me recupere llegaron ellos, Bud seguía haciendo todo, yo los cuidaba…era gracioso, Leonel siempre pateaba, decidi un dia ayudar a Bud, comencé con poner leña en la chimenea, prepararles la leche a los gemelos…cambiarlos, bañarlos, el hecho que estuviera débil no me hacia intuil, con los años yo solo me ocupe del hogar y Bud de conseguir agua y alimento.

-Syd ¿de dónde salieron ellos?

Mizar pensó un momento, no podia decirle a su madre que llevo nueve meses dentro a los dos gemelos, mas que paso por el parto y lloro con desesperación por Lowell cuando Bud y el desaparecieron, por lo que opto que lo mejor que podia decir era la misma historia que por años contaba.

-Dormía un día, Bud salió a cazar, escuche la puerta- miro a Leonel, el cual se habia alejado al salón con su camión de madera- me levante, camine lentamente a la puerta, que estaba cerca de la cama donde dormía en aquel entonces, donde está ahora ese gran librero, cuando abrí la puerta, ahí estaban los dos, envueltos en mantas y una nota, la nota decía que ambos eran hijos de Bud, de una mujer que tuvo antes de la guerra, estaba dirigida al padre adoptivo de Bud, en ella decía que, como Bud murió en la guerra o eso se contaba, lo mejor que podía hacerse era enterrar a los niños con él, cuando Bud llego y los vio, yo ya estaba en cama, durmiendo con ambos, me pareció hermoso…fue un bello momento.

-¿Sabes quién nació primero?

-Según la carta, Lowell nació primero y Leonel  después- recapacito recordando cuando nacieron- ¿Sabes? Yo estaba muy feliz de tenerlos ambos, eran hermosos y estaba feliz, feliz que fueran hijos de mi hermano.

-Pero he notado que a ambos les dicen papás.

-Sí, es que… su madre se casó con otro hombre…con otro según vimos mas grande y fuerte que Bud,  por ley, los hijos que nacieron antes del matrimonio deben morir, Lowell y Leonel por tanto debían morir antes de que ella se casara, con Bud optamos ambos ser sus padres, criarlos y amarlos por igual, ellos saben quién es su papá, pero como somos gemelos a los dos nos dicen Papá, Lowell suele llamar papi a Bud y a mi papá, y Leonel es al revés, soy feliz de tenerlos a los dos, de verlos despertar cada día.

-Syd ¿Por qué no cumplieron la ley?

-Ese día cuando desperté, llore amargamente, me había hecho a la idea de criar a los dos por igual junto a Bud, Leonel seria mi consentido y Lowell el de Bud o al menos eso me había imaginado, pero al despertar, Lowell no estaba, llore desesperado, pensando que Bud había cumplido con la ley- confeso  partiendo en llanto, recordando aquel día.

-Oh Syd- lo abrazo dulcemente.

-Fueron horas terribles, madre,  pensé que sufriste lo mismo, pero era la Ley…afuera corría una fuerte ventisca, pensé que no volvería a ver a Lowell y que sufriría igual que mi padre…igual que tú…pero luego, llore de felicidad, Bud regreso con Lowell, lo puso en mis brazos…dijo que vio a un curandero, por lo que sintió respirar mal, que temía, el curandero no ayudo mucho, le dijo que Lowell no llegaría a cumplir el año de vida.

-Y por eso los conservaron a ambos- recapacito- Lowell iba a morir y  de abandonar a su suerte a Leonel no tendrían a ninguno.

-No íbamos a cumplir la ley de todas formas, un año después Lowell despertó como todos los días y cada día siguió despertando, hoy tiene cuatro añitos, siempre esta enfermo pero tiene mucha vida por delante y eso nos importa- sonrio- Leonel deja la zanahoria ahí, ya te vi.

Leonel habia aprovechado el momento en que su padre estaba cocinando y su abuela había dejado las verduras solas, y opto por robar una, para jugar como siempre hacia, no espero que lo notaran, mucho menos antes de acabar con su travesura. De todas formas tomo la zanahoria y salió corriendo, lo que causo una gran sonrisa en los que estaban en la cocina.

Bud en cambio intentaba hacer dormir a Lowell, pero este era más terco que un caballo, mantenía sus ojos abiertos de par en par, a pesar de estar cobijado en los brazos de su padre y siendo observado por su abuelo.

-Lowell…por favor, duerme un poco.

-No, no tengo sueño- sonrió contento.

-¿Por qué tiene que dormir?- pregunto el mayor sin entender.

-Lowell siempre está enfermo y prefiero que este en su cama tibio, a que pase frio jugando fuera de la cama, mas con estos días fríos- contesto sonriendo- vamos Lowell, duerme hasta que esté la cena.

-No, no tengo sueño.

-Que niño más despierto me ha salido- sonrió sentándolo en su regazo- muy bien, juguemos un rato…creo que aquí está la caja de figuras.

-¿Caja de figuras?- pregunto su progenitor.

-Sí, aquella que tienes bajo tus pies- señalo- en realidad es un juguete para bebé  pero  a Lowell le encanta, yo la hice, es una caja con huevos en formas y las piezas sueltas debe ponerlas donde entrar- explico.

-Yo creo que esto es para niños más grandes- acoto acercándole la caja- a ver Lowell, muéstrame.

-Estrellita- sonrió tomando una estrella de madera y la puso donde estaba la figura en la caja de madera, hundiendo dentro y luego tomo otra- esta es una pelotita, circulo.

-¿Dónde va esta?- pregunto el mayor tomando un cuadrado.

-Cubo, aquí- señalo el hueco y luego tomo otra Figuera- Ovalo, huevito, va aquí.

-¿Quién le enseño eso?

-El único instruido de la casa, Syd- señalo con la mirada a su hermano, el cual cocinaba- Él se encarga de malcriarlos con comida, también es su maestro, él cuenta cuentos, yo soy un poco más duro, los amo mucho, consigo sus caprichitos, sus juguetes los armo yo…aun no termino el auto de madera.

-Triangulo, pirámide- marco tomando la figura-

-Muy bien- Abrió Bud un compartimiento de la caja dejando salir a una pequeño hueco- ¿Otra vez?

-Si…ahora comenzare con el rectángulo- tomo la pieza- va…aquí.

-Lowell, tu mamadera, toma pequeño- interrumpió Syd dándole la mamila.

-Gracias- la tomo con ambos brazos.

-¿Todavía toma leche? ¿No cena?

-Es para que duerma temprano, la leche lo hace caer como tronco- sonrió Syd- Leonel, la leche.

-No quiero- bufo molesto jugando con su camión de madera- después.

-Nada de después, ahora.

Leonel tomo de mala gana su mamila y se sentó en uno de los sillones individuales, a la mirada de todos. Después de terminar su biberón volvió a su juego hasta que callo dormido en el suelo y su hermano gemelo en brazos de su padre. Bud los recostó a ambos en la cama más amplia, la cama del cuarto donde dormía con Syd y aunque a sus padres les pareció extraño que solo había tres camas para cuarto integrantes, recordar lo mañoso que era Syd les parecía más que evidente la razón por la que tenían una cama de dos plazas.

Cenaron después de que los dos pequeños estuvieron en dormidos, pescados y una verduras, después de eso  Bud y Syd acomodaron las camas de los gemelos para que sus padres se acomodaran y luego se acostaron en su cama de dos plazas, abrazando a aquellos pequeños que tanto amaban.

- ¿Crees que se dieron cuenta?- pregunto Syd abrazando a Leonel.

-Mamá no parece ser crédula, papá si- respondió Bud abrazando a Lowell- Buenas noches Syd.

-Buenas noches Bud.

Los dos hermanos gemelos sonrieron, abrazando a aquellos niños por lo que se desvelaban noches enteras, el pequeño que siempre estaba enfermo pero una sonrisa a ambos les sacaba siempre, y el otro, el niño inquieto, juguetón, siempre con una sonrisa divertida en su rostro, aun mientras dormía. Mizard y Alcor se durmieron, esperando que al día siguiente la ventisca terminara, pero al parecer sería una larga temporada en casa, con sus padres comenzando con lo típico que hacían los abuelos, malcriando a los más pequeños, como los abuelos que eran.

*Fin*

Notas finales:

Adelantos del fic que Subo mañana

¿Creyeron que no iba a subir pronto un fic? Den por terminado el fic Despertando de la oscuridad, a ese ya le doy su fin porque no tengo cabeza en estos momentos para los Lemons y el final del fic era cuando todos los dorados despertaran, así que oficialmente ese fic a la fecha está terminado.

Nombre: La lucha por tu amor (Se aceptan sugerencias)

Un guerrero de la orden de un dios logra robar el cuerpo de un santo dorado del cementerio, no explica sus motivos ni sus razones solo quiere llevarse el cuerpo con de aquel, Athena le prohíbe que se lo lleve acusándolo de profanar su tumba pero este no se detiene hasta obtener lo que desea y no es el único, algunos de sus camaradas aprovechan para hacer lo mismo. El santo dorado se verá atado de pies y manos al despertar por aquel que lo tiene a su deseo y no podrá negarle nada aquel porque sabe perfectamente como manipularlo.

¿Para que tiene este guerrero tanto interés en el cuerpo del santo dorado que ha robado? ¿Lograran encontrar los santos de bronce los cuerpos que han sido profanados de sus tumbas? ¿y Que aran cuando los encuentren?


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