El sol apenas entraba por la pequeña ventana del a habitación, el calor se hacía sentir en las pequeñas cobijas, pero al santo de Acuario no le importo en lo absoluto, ahora que sabía que tenía un hijo dentro suyo lo mínimo que tenía que hacer era esperar a su nacimiento con muchas ansias, pero sin hacerlo notar a su alumno, quien todos los días venia para platicar con él. Milo se lo había dicho, guardar el secreto hasta que sea oportuno, pero Camus no lo guardo por mucho, su emoción lo traiciono y se lo conto a Saga, quien sabía leer los labios, a su vez este lo dijo a Kanon y este se encargo de decir la noticia entre los dorados, los de bronce por el momento estaban desinformados acerca de la situación, hasta Shura, quien resulto el mas dañificado por solo poseer el habla, vino un día con los hermanos Aioria y Aioros para felicitarlo por la noticia.
Lo bueno de la situación es que los refuerzos habían llegado, Seiya había viajado al norte de Europa y trajo consigo ocho caballeros nórdicos, quienes al escuchar la noticia de los caballeros de oro no se negaron a suplantar sus lugares hasta que estos regresaran de hacerse los análisis pertinentes, además según alguno de ellos, vivir en Asgard es aburrido debido a que nadie conoce ese lugar, se aseguraron de dejar a Hilda con un numero casi infinito de guardias, así que si alguien atacaba se iba a cansar de hacerlo.
Milo termino de prepara las maletas de Camus, si bien tenía que prepararlo bien para la estadía en un país tan distinto de Grecia, horas antes guardo cuidadosamente las armaduras doradas en el santuario de Athena, cosa para que nadie osara ponérselas de Escorpio y Acuario en la ausencia de los dos santos, en especial alguien de quien ya desconfiaba de nombre Hyoga. Una vez todo listo se disponía a irse, en la puerta estaba Hyoga junto a otro chico, un nórdico que lo acompañaba.
-No se preocupen por sus templos Hagen y yo los protegeremos con nuestras vidas- dijo Hyoga con superioridad que a Milo no le gustaba.
-Permítanme que les ayude con las maletas- dijo Hagen tomándolas- ¿Qué clase de caballero seria si no les ayudara?
-Hyoga no hagas destrozos mientras no estemos- ordeno Milo mientras agarraba con fuerza la mano de Camus- tienes prohibido traer gente aquí, se cuantos vinos hay y si falta uno ya sabes que yo me ocupare de ti sin piedad.
-Si Milo, por favor cuida de mi maestro.
-Lo haré, vamos Camus
Ya en la primera casa estaban todos reunidos, la verdad Milo veía en muchos de esos caballeros nórdicos un aire muy tranquilo, no se creían superiores salvo el que llevaba la armadura de dragón y se veían como gente de confianza, estaban mas menos en la edad de los caballeros de oro así que esperaba que ninguno cometiera el acto de hacer cosas indebidas en su ausencia en los templos.
Subieron a una limosina negra la cual los llevo hasta la residencia de la señorita Kido en Grecia, donde desempacaron sus cosas, el mayordomo de estas y los cinco caballeros de bronce de menor nivel se ofrecieron a hacer lo posible para que su estadía fuera placentera y así lo fue. Al día siguiente todos fueron a la clínica que estaba apartada para los caballeros de Athena desde las batallas del torneo galáctico y comenzaron los análisis, la mayoría más de una sorpresa se dio cuando los resultados estuvieron listos, y fue Kanon, en representación de Saga quien leyó.
-Embarazados, Afrodita, Camus, Mu y Shura- dijo con enfado, Saga le hizo unas señas y luego continuo- deja de burlarte, sigamos con esto Aioros estas sano, Aioria tiene una arritmia cardiaca, Milo afección respiratoria menor, alérgico al polen, Aldebarán tiene una afección menor en la piel, Deatmask salvo por una bacteria en la nariz está bien, existe cuerpo extraño con forma de útero en Shaka, el santurrón quedara embarazado en cualquier momento.
-¿Qué mas?- pregunto Milo.
-mmm, nada más, los viejos no me quisieron dar sus resultados.
-¿Y tu?- preguntaron Mu y Aldebarán.
-Yo, yo- leyó sus resultados-nada por el momento.
-Bueno, volvamos a casa- dijo Mu.
-¿estas loco? Aprovechemos y tomémonos unas vacaciones-dijo Deatmask tomando de la mano a Afrodita- nos vamos a Italia.
-Oye no, eso no, tenemos que volver- volvió a decir Mu.
-Hemos sido por mas de trece años caballeros de Athena, yo casi no recuerdo a mi familia- dijo Aldebarán haciendo cara de borrego- solo serán unos días Mu, vemos a nuestras familias y nos volvemos.
-Bien, pero mas les vale que volvamos juntos.
Milo no dijo nada, solo se quedo quieto imaginado lo que venia de ahora en mas, conociendo a Camus, el querría ir a su antigua casa a visitar a sus padres. Dando un fuerte suspiró se alejo de la mano de Acuario y camino fuera de la cama para luego ir a un parque para hablar tranquilos, sentó a Camus en la banca y comenzó a hablar.
-¿Quieres ir a Francia?- dijo acariciando su mano, recibiendo la respuesta afirmativa con la cabeza- está bien, ¿Cómo debo presentarme? Como tu novio o tu amigo- le dijo sonriendo, eso sí que sería muy difícil tener que ir a Francia y comunicar esas noticias, el embarazo y el noviazgo. Camus levanto un dedo, haciéndole saber a Milo que quería la primera opción, la alegría dentro de sí por el embarazo lo hacía pensar las cosas de modo diferente, quería a ese hijo y a Milo, esperaba que su familia, la que no veía desde que el tenia tres años, aceptaran la situación y compartieran su felicidad.
Dos días después, Milo y Camus llegaron al país del segundo, la verdad Milo no sabía por dónde moverse así que le pedía ayuda a Camus, quien con su traductor y gracias a las señales para ciegos en toda la ciudad el Acuario podía ubicarse y lo mostro toda la cuidad agregándole también alguna que otra reseña histórica de su orgullo. Se instalaron en un Hotel, el más barato que encontraron, ya que Milo sentía que sacarle más dinero a su diosa para el disfrute y demás seria un total abuso, estaban gastando el dinero que les dio la diosa para sus análisis, solo esperaba el escorpio que la familia de Camus tomara las cosas bien.
Casi dos horas después de haberse instalado en el Hotel, por orden de Camus, los dos salieron directo a la residencia de la familia de este, en su interior el Escorpio esperaba que en verdad la familia de Camus tomara bien toda la cosa. Llegaron media hora después a una casa de dos pisos y totalmente blanca, según Milo parecía la casa de un noble antiguo o algo por el estilo, Camus rápidamente en su traductor le explico sus orígenes en una familia de clase más o menos alta.
Casi de inmediato en la puerta apareció una pareja, que el griego por las facciones reconoció como la familia del Acuario.
-Me llamo Milo de escorpio y el es Camus- se presento rápido pero no pudo terminar porque poco después sus padre estuvieron abrazando a Camus a no más poder.
Entraron a la casa y escorpio se sintió intimidado por tanto lujo de la misma, la verdad era casa de ricos y no le sorprendía que su pequeño Francés fuera tan respetuoso y galante, quizás esa era la razón provenía de una familia de alta estirpe. Se sentaron en la mesa del amplio comedor, por pocos los padres de Acuario no lo soltaban, pero tuvieron que hacerlo para dejarlo dar las explicaciones sobre toda lo que había pasado en sus vidas, pero el que tuvo que darlas fue Milo, quien no se detuvo hasta el final.
-¿Estas ciego?- dijo el padre de Camus muy sorprendido.
-Sí señor, Ciego y mudo- dijo Milo tomándole la mano.
-Y tu, eres su mejor amigo- dijo su madre aun sin salir de la sorpresa.
-Si señora.
-No nos has dicho tu nombre- dijo el padre de Camus aun sin salir del asombro.
-Milo, Milo de escorpio.
-¿Cuánto más se va a quedar?- dijo su madre con un pañuelo en sus manos.
-Si quieren que nos vallamos no hay ningún problema- dijo Milo levantándose de la silla- No los vamos a importunar.
-No, no es eso- dijo el padre interfiriendo- No puede Camus ir al santuario, no puede estar haciendo su trabajo en ese estado, por todos los dioses, ciego y sordo- dijo con indignación- Athena debería de haberlo liberado de sus obligaciones.
-Es ciego y mudo, si escucha- intervino Milo- de todas maneras yo cuido con gran dedicaciones de él y no lo dejo hacer nada por sí solo y su alumno Hyoga le ha comprado un aparto para que pueda comunicarse.
-Pero suena raro que hable la maquina y no yo- dijo Camus con el aparato.
-Oh Hijo- dijo su madre abrazándolo con emoción.
-¿Cuánto más se van a quedar?- pregunto el padre de Camus abriendo los brazos de par en par.
-Poco señor- se excuso Milo- Tenemos deberes que cumplir en el santuario, Camus está en la onceava casa y yo en la octava, es deber nuestro protegerlas para salvaguardar la vida de la diosa Athena.
-Podrían quedarse un poco más, Camus- dijo su madre abrazándolo- Tu cama te está esperando hijo.
-No nos gustaría abusar de su hospitalidad- dijo Milo con cierto sonrojo en sus ojos.
Camus con las manos tomo el aparato y escribió rápidamente- anda Milo, no seas malo, quiero estar en casa.
-Nos permiten- dijo Milo levantándose y llevándoselo a la cocina- Camus no.
-Quiero estar con mis padres, un rato, por favor- escribió rápido.
-Camus, amor.
-Por favor Milo- pidió casi llorando escribiendo con lentitud, algunas lágrimas rebosaron sobre sus ojos.
-Está bien, no llores Cami, nos quedaremos algún tiempo más, pero no mucho.
-¿Por qué?- pregunto molesto.
-Nuestro bebe no necesita altibajos- dijo escorpio abrazándolo de la cintura- no nos aprovechemos de la suerte, no podemos decirles de que estas embarazo ¿Qué dirán?
-Quiero decirles- escribo rápido y cruzo los brazos.
-Alguien se está poniendo quisquilloso- dijo Milo besándolo en la mejilla- no les vamos a decir todavía no sabemos cómo lo tomen y no abusemos de nuestra buena fortuna.
-Milo- dijo la voz de la maquina, Camus le abrazo.
El escorpio luego tomo del brazo a Camus y regresaron a la mesa, donde los padres de Camus miraban expectantes a una respuesta, Milo les sonrió y aseguro que solo se quedarían unas cuentas semanas allí, solo hasta que el santuario los necesitase. Los padres de Camus sonrieron con la noticia y abrazaron a su hijo y luego comenzó una plática acerca de las cosas que Camus hacia en el santuario y en todo lo que había participado, Camus con su pequeño aparato no tardo en comentar acerca de sus orgullos Hyoga e Isaac, y las batallas en las que había estado, contando todo desde su perspectiva, evadiendo las ya contadas historias por Milo, sus muertes y sus resurrecciones, cada una con su toque amargo y cada vez era peor para él, hasta la última vez. Sus padres, conmocionados con la noticia, más que cuando el escorpión les había dicho, pero algo no se les paso por algo un “Milo ha estado a mi lado todo un año” sabían a lo que venía esa unión, después de todo en su rápida escritura, quizás por la emoción, cuando comento como se sintió al renacer ciego y mudo puso “Milo fue quien con un beso me hizo recapacitar de suicidarme o quizás fue su amor lo que me hizo no hacerlo, cualquiera de las dos o quizás las dos fueron las razones por las que no lo hago a pesar que lo aparento”. El padre de Camus después de la plática se levanto imprevistamente, dejando a sus dos invitados sorprendidos, pero su esposa se mantuvo calmada ante todo.
-Bueno, ha sido una muy provechosa plática, me alegro por ti hijo, vallan a descansar.
-Si padre- contento Camus rápidamente con su pequeño aparejo.
-Ahora el hombre de la casa se va a trabajar, papá va a traer la comida a la mesa.
-Eso suena a ofensa- dijo Milo recapacitando.
-No es ofensa, en esta casa soy el único hombre, Camus aun no es hombre, le faltan veinte años para ser uno.
-¿Por qué tanto?- pregunto sin entender.
El padre de Camus se acerco y le revolvió los cabellos- aun eres un muchacho, estas mas en edad de destrozar que de trabajar, ve a descansar hijo.
-No tengo sueño-Reprocho sonriendo.
-Ah, ahora el padre sabe menos que el hijo, a la cama y no te lo estoy pidiendo te lo estoy ordenando.
-Si padre- sonrió enfadado.
-Vamos Camus, te guiare a tu cuarto hijo- dijo la madre levantándose lentamente de la mesa, se acerco a su hijo con sutileza y lo tamo suavemente del brazo para encaminarlo hasta la habitación.
-Mucha suerte señor padre de Camus- le dijo Milo casi con cinismo.
- Puedes decirme Arthur.
El padre de Camus tomo un portafolios café que estaba junto a la puerta y salió a toda prisa de la residencia, Milo fue tras Camus y su madre, quien le hacía tocar cada parte de la casa a su hijo para que este la fuera reconociendo, finalmente llegaron a la habitación de Camus, el cual sonreía abiertamente, su madre lo dejo en la cama sentado y luego se fue a traer algunas cosas más para que Camus tocara.
-Camus, tu cama es un auto de carreras y en la ventana hay un telescopio- le dijo Milo.
-Si lo estoy tocando- escribió rápidamente, sonriendo entusiasmado.
-Hay un par de frases, quieres escucharlas.
-Si, por favor.
-Adquirimos la costumbre de vivir antes que la de pensar, Algún día habrá de caer la estúpida frontera que separa nuestros dos territorios (Francia e Italia) que, junto con España, forman una nación de Albert Camus, hey se llama igual que tu- dijo Milo sentándose a su lado.
-Albert Camus, si, es un pensador francés, mis padres me pusieron mi nombre en referencia a él, pero como mi padre se llama Albert, a mi me llamaron por su apellido, Camus- explico sonriendo.
-No sabía que Italia, España y Francia se llevaran mal.
-Es por política, siempre ha habido pelea, pero como ves, yo me llevo bien con Shura.
-¿Con Death? – pregunto casi revolviéndole el pelo, pero se contuvo.
-Eso es otra historia.
-Ya veo, por la referencia de Albert Camus, la mayor pelea es contra Italia.
-¿Hay alguna otra?- pregunto inquieto con el aparato en las manos, algo nervioso.
-Sí, El Acto más importante que realizamos cada día es tomar la decisión de no suicidarnos; El buen gusto consiste en no insistir, todo el mundo lo sabe; El deber es lo que esperas de los demás; El éxito es fácil de obtener. Lo difícil es merecerlo; El hombre tiene dos caras: no puede amar sin amarse, esa es Para Saga- sonrió el griego y prosiguió- Está la belleza y están los humillados. Por difícil que sea la empresa quisiera no ser nunca infiel ni a los segundos ni a la primera, esa es para Afro; Inocente es quien no necesita explicarse; Intelectual: alguien cuya mente se vigila a sí misma; La capacidad de atención del hombre es limitada y debe ser constantemente espoleada por la provocación; La estupidez insiste siempre; La libertad no es nada más que una oportunidad para ser mejor; No ser amados es una simple desventura; la verdadera desgracia es no amar, este tipo sí que es profundo.
-¿Verdad que si? Mis padres me compraron todos sus libros y me los enviaban a Siberia, yo los leí a cada uno, sabes, es la primera vez que estoy en mi cuarto y a pesar que no puedo verlo lo siento.
Milo instintivamente los abrazo intentando reconfortarlo- seguramente hay una cura Camus, yo la buscare y la encontrare para que puedas volver a ver y a hablarme.
-No es necesario, con nuestro hijo al porvenir no puedo estar más feliz, no necesito hablar y ver, con esta maquinita me puedo valer y sabes que, me gusta.
-Se que no te gusta, has intentado suicidarte muchas veces- le dijo llevando su cabeza a su pecho- Camus, no me mientas.
-Creo que eso era una etapa, ya la supere Milo, ya lo supere.
-Escribes más rápido en ese aparataje y eso que hablas mas- dijo mirándolo con cierto sarcasmo.
-Milo- escribió rápidamente y luego lo abrazo.
Milo correspondió el gesto y le beso ente los cabellos, una pequeña risita de Camus se sintió. Ambos permanecieron así y luego se recostaron sobre la cama, Camus bostezo y se recostó a dormir, Milo, haciendo uso de su fuerza física, logro abrir la cama y las coloco sobre ambos, tapando en especial el cuerpo de Camus, el cual ya se había dormido rápidamente. Milo dio un fuerte suspiro y luego miro la habitación, estaba toda pintada de azul con las frases de Albert Camus escritas en la pared, todas con la misma letra, quizás de la madre o el padre de Camus, el techo era negro con puntos negros, formando la constelación de Acuario y todo lo que hay en ella, desde cúmulos, nebulosas y galaxias, había pequeñas líneas puteadas que unían estrellas con otras formando al Aguador pero casi a tras luz estaba la imagen mítica de Acuario.
Aburrido, debido al permanente silencio, saco de la mesa de luz el control del pequeño televisor de la habitación y lo prendió para distraerse, no se sorprendió al ver que el canal que estaba puesto era uno donde estaban dando caricaturas, bajo el volumen casi a mínimo y luego comenzó a cambiar de canal hasta encontrar un documental o algo interesante que no estuviera en francés, para su suerte solo había un documental que estaba subtitulado al francés pero estaba en ingles, así que decidió verlo, era un documental sobre asesinos seriales de Francia.
-Milo, ¿vamos a caminar?- pidió el francés tranquilo.
-¿estás despierto?, debí quitarte el traductor.
-¿quieres ir a caminar?- volvió a preguntar.
-Está bien- dijo abriendo la cama- vamos a caminar.
Milo de mala gana se levanto de la cama y ayudo a Camus a levantarse, lo tomo del brazo y salieron caminando tranquilamente hasta la puerta de casa, donde la madre de Camus les vio.
-¿Adonde van?- pregunto amablemente.
-A caminar- contesto secamente Milo.
-¿quieres venir?- le pregunto Camus con su traductor.
-No hijo, no lleguen tarde, a tu padre no le gustara que anden de noche caminando.
-¿Qué? Nos agarrara Jack el destripador- bromeo Milo.
-Uno nunca sabe qué clase de pervertido puede haber por ahí, y Camus está indefenso.
-No se preocupe, yo protegeré a Camus, después de todo soy más fuerte que el.
-Milo, yo soy más fuerte que tu- escribió Camus molesto.
-Calla, que quiero quedar bien con tu madre- le dijo pícaramente.
-Lo que él dice- dijo molesto.
-Diviértanse y Cam, si no quieres problemas con tu padre no llegues tarde, Milo te lo encargo mucho.
-No se preocupe señor madre de Camus, yo cuidare a su hijo con mi vida…
-Otra cosa, Camus acércate, quiero decirte algo-
Camus sumiso se acerco hasta su progenitora, hasta que esta le dijo algo al oído, el Acuario quedo sorprendido por el pedido y asintió con la mirada, luego salió a toda prisa, golpeándose con la reja de enfrente, Milo lo tomo del brazo y salieron tranquilamente a caminar.
-¿Qué te dijo tu madre?- pregunto Milo curioso.
-Nada de que nos andemos besuqueando en público, uno por qué queda mal y dos en Francia a pesar que la unión civil es legar son algo intolerantes.
-¿Qué? ¿Cómo?- dijo sorprendido el escorpión- Tu madre es…
-Inteligente- dijo sarcásticamente.
Milo refunfuño algo molesto, por un lado le gustaba la idea de la suegra que lo quería, por otro no estaba seguro de la situación ya que si el padre de Camus se enteraba las cosas podrían irse de mal a peor, decidió por lo sano, por el momento olvidar aquella situación incómoda y comenzaron a caminar.
-Cam ¿Cuál es la moneda francesa?
-Euro.
-La de Grecia también es el Euro, un Euro griego vale lo mismo que un Euro francés.
-Supongo.
-¿estás enojado?
-No.
-Lo sé por la rapidez en la que escribes ¿Qué pasa? ¿Dije algo malo?
-No.
-Veo que esto no se solucionara fácil- dijo pensante, luego miro hacia adelante topándose con la imagen sobresaliente sobre las casas bajas de la torre más famosa de Francia la torre Eiffel- ya se, vamos a cenar, yo invito.
-¿vas a comer comida francesa? Milo aquí se come Gourmet, no la comida a la que estás acostumbrado- le reprocho el francés.
Milo lo abrazo posesivamente y luego lo llevo hasta un callejón donde le beso en los labios- Dime ¿crees que no puedo soportar caracol? Pues por amor toda barrera puede ser sobrepasada.
-Está bien- dijo ya sin más remedio- tú vas a pagar escorpión.
-Camus, Camus, Camus, mi amado cubito, ¿crees tú que te are pagar a ti? Claro que no, te contare una anécdota mientras vamos a un restaurante- dijo tranquilo, tomo del brazo a Camus y comenzaron a caminar hacia el centro- Había una vez.
-No soy niño.
-Ya se, déjame contarte, había una vez un muchacho revoltoso, rebelde, tumultuoso y todo lo que termine en oso.
-¿Valeroso? ¿Buenmozo? ¿Orgulloso? ¿Poderoso?- sugirió.
-Puede ser, la cosa es que este chico era odiado por el santuario, ya sabrás las cosas en las que se metió, el patriarca lo enviaba a misiones tras misiones y el cómo burro, obedecía, el tenia una hermana, a la que quiere mucho y ambos junto a un…sirviente medio tuerto, iban a algunas de las misiones, resulta, el santuario siempre le dio dinero para sus misiones y el dinero que le sobraba dinero que lo ahorraba, hoy por hoy…
-¿Quién es? Me suena familiar la situación- acoto.
-Déjame terminar, resulta que este muchacho…colmilludo, suertudo y todo lo que termine con Udo, siempre le sobraba dinero de las misiones y mucho, tanto que podía tomarse algo de ese dinero y tener lujos, Aioria tenía que ser, puesto que ese dinero lo robaba de la horna del santuario para sí pero nunca lo devolvía y como poco nadie se daba cuenta…salvo yo que le saque la verdad a la mentira cuando interrogue a Lithos.
-Aioria robaba dinero- dijo sorprendido.
-Sí y como nadie se da cuenta, toca- dijo metiendo su mano al bolsillo-Milo lo piensa todo.
-¿Qué no querías que gastáramos más dinero porque te sentías mal con la diosa?
-Es dinero del patriarca nada que ver con Athena, el más debo ir a retirar la reservación de hotel, salvo que quieras acción a la noche.
-No- respondió secamente.
-¿Por qué?
-Le prometiste a mi madre que volveríamos temprano- reprocho.
-¿Y la reservación de Hotel?
-Milo.
Continuara