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Dones por maxi anime

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Notas del capitulo:

Hola a todos, tal como prometi en 5 dias tuve el cap, mi gran alegria me hizo escribir y escribir.

Guillian pediste un Lemon mas largo que el primero, espero este cumpla con sus gustos.

 

-Milo- volvió a escribir en el traductor- solo las armas de libra pueden romper ese bloque.

-Voy a pedirle a Dohko las armas- exclamo molesto- quédate aquí.

-O yo puedo aceleras el movimiento de los átomos, haciendo que se derrita- escribió y luego coloco su mano frente al hielo, el cual comenzó a derretirse.

-¿Cómo haces eso?

-Es el proceso a la inversa, yo detengo el movimiento de los átomos y puedo hacer lo contrario.

El hielo poco a poco empezó a derretirse y desaparecer, dejando libre el acceso a la puerta, pero grande fue la sorpresa de Milo cuando noto que el cuarto ya no tenía los viejos estantes repletos de libros o los mapas colgados en las paredes, e incluso el color del cuarto había cambiado a un suave color blanco y celeste. Las paredes ahora ya no eran de aquel rojo oscuro, sino que ahora estaban pintadas de un  celeste con nubes blancas, el piso ya no era de fría madera sino una alfombra muy colorida que parecía tener forma de rompecabezas de diferentes colores.

-Milo, siempre hay que escuchar antes que actuar- dijo Camus a través de su aparato y le tomo la mano para poder ver la Azaña de su alumno a través de los ojos del de escorpio- ¿lo ves?

-Es muy lindo Hyoga… ¿en el techo estas pintando las constelaciones de escorpio Y Acuario?- pregunto mirando al techo del cuarto.

-Se me vino la idea cuando vi la habitación de mi maestro en casa de sus padres- se excusó sonrojado- quería hacer algo para ustedes.

-No debiste molestarte Cisne- recalco Milo y fue abrazarlo.

-Ustedes son lo más cercano a una familia que tengo, siempre están conmigo en todo momento, quería hacer un detalle para ustedes.

-Es muy noble de tu parte, veo que Camus no se equivoca contigo, la nobleza de tu espíritu puede verse no solo en tu mirada  o en tus acciones, nosotros sabemos lo nobles, valeroso e inteligente que eres, no hace falta que lo demuestres, te repito, también eres parte de nuestra creciente familia Hyoga, que no se te olvide Ruso cara de pato- exclamo Milo y le revolvió los cabellos.

-Milo no le digas Pato, es cisne- le reclamo el de Acuario con su aparato.

-Bien, Hyoga, el gran caballero de Cisne, perdóname por pensar mal de ti, debí escucharte y escuchar a Camus, no debí precipitarme al creer que habías destruido la habitación en nuestra ausencia, tenía una buena razón.

-Milo, mi maestro ha sido como un padre para mí, y tu igual, jamás haría algo malo a aquello que ustedes aman, el templo de escorpio y el de acuario han sido sus hogares, ser santos su mayor honor, portar las armaduras su orgullo, nunca pensaría en dañar aquello que para ustedes es importante- explico el Ruso- quería que fuera sorpresa…

-Es una muy agradable sorpresa- expreso Camus a través de su aparato y luego abrazo al caballero de cisne.

-Mañana por la mañana los tres trabajaremos en terminar este cuarto, lo terminaremos muy rápido- ordeno Milo- ahora vamos a descansar, ha sido un día agotador.

-Sí, tengo talco de bebé hasta por las orejas- sonrío Hyoga- voy a ducharme.

Hyoga corrió al baño del templo para poder ducharse, Milo en cambio llevo a Camus a su habitación, abrió la cama delicadamente y ayudo al santo de Acuario a recostarse en la cama. Camus se sintió feliz de volver allí, a su cuarto, podía sentir una sensación de paz y calma, de calor y confort que no había sentido desde que salió del templo meses atrás. El santo de escorpio se encargó de preparar la cena, nada muy elaborado, solo pastas que acompañarían con pescado,  y de postre fruta, después se encargaría de limpiar la losa y arreglar todo. 

Después de cenar, Hyoga fue a su habitación y Milo a donde se encontraba Camus, listo para tirarse en la cama a dormir. Camus se encontraba sentado, con una sonrisa muy amplia en su rostro y su aparto para comunicarse en su regazo. Milo se sentó en la cama para poder contemplar aquella belleza única que tenía Camus, no eran sus ojos, sus labios o alguna facción específica, sino todo lo que a sus ojos llegaba a ver, sonrío tomándole la mano y luego lo beso dulcemente en los labios.

-Milo- exclamo la voz robótica, el santo de escorpio noto cierto temor en las manos del de acuario.

-¿Qué ocurre? ¿Por qué tiemblas?- pregunto alterado al notar las manos inquietas del galo.

-¿Crees que el bebé sabe cuánto nos amamos?- pregunto sonrojándose.

-Él es la prueba más notoria de eso- respondió besándolo en los labios y luego le hablo a su abdomen- Bebé, quiero que sepas que amo mucho a papi Camus… ¿te has sentido mal hoy?

-Solo el dolor de espalda de siempre, pero nada más- respondió con el aparato y luego lo dejo a un lado para buscar los labios de Milo.

-¿Quieres una compresa fría para la espalda?- Le pregunto besándolo en los labios, obteniendo un No como respuesta- entonces un masaje para que puedas dormir.

Milo se levantó de la cama cuando se separó de aquel corto beso y busco en los cajones de la pequeña mesa de luz a su alcance una loción que froto en sus manos, mientras el santo de Acuario se quitaba la camisa del pijama lentamente.

-No te sientes, podría dolerte más la espalda- le recomendó mientras frotaba sus manos enérgicamente con aquella crema, y luego paso sus manos con movimientos circulares por aquella recta espalda.

El santo de Acuario se recostó de costado, tenía miedo de acostarse boca abajo y lastimar a su bebé y quería darle a Milo la mayor comodidad para darle masajes. Milo comenzó el masaje por los hombros y fue bajando poco a poco hasta la cintura, poniendo mayor atención a la región lumbar, aquella donde Camus siempre se quejaba en silencio pero no pasaba desapercibido por él.

A Milo siempre le agrado tocar aquella piel suave de su compañero, había algo en ella que lo atraía a seguir tocando y el gustoso lo hacía, con tal de ver una sonrisa de satisfacción en los labios del santo de la onceava casa. Con el embarazo sus momentos íntimos habían sido muy limitados, casi no podía estar con Camus porque siempre había algo que se le interponía, primero estaban los malestares típicos, luego cuando estuvieron en Francia y el debió frenar sus impulsos para no alterar a los padres de su francés, Hyoga también siempre estaba metido en medio, como el fiel alumno dispuesto a proteger a su maestro.

El pelirrojo, calmo y seguro, comenzó a relajarse al sentir la fría crema contra su piel y las suaves manos de Milo ocupándose de aquel dolor, que si bien era insoportable para el cuándo estaba sentado o parado, era un dolor que prefería ocultar para no molestar a Milo y que este también tuviera tiempo pare el mismo. Dio un largo suspiro sintiendo aquellas manos, expertas en su paso y no pude evitar imaginarse a aquel cuerpo del que era poseedor Milo, un cuerpo muy trabajado por días de intenso calor bajo el fuerte sol de Grecia, los cabellos tan largos que sobresalían de su espalda, las piernas largas y bien formadas de Milo por los entrenamientos corriendo kilómetros y aquellos ojos que lo hipnotizaron cuando lo conocía años atrás, ojos mágicos a su parecer. Tan solo recordar aquel cuerpo musculoso, alto y galante, imaginándose al de escorpio con una sonrisa seductora y solo con un pantalón blanco y sin camisa, dejando ver aquel pecho muy trabajado, salió de sus instintos más bajos y una pequeña erección comenzó a formarse.

 Milo continuo en su trabajo sin prestar real atención  a lo que le pasaba a Camus, con una sonrisa en su rostro al sentir más relajado a su par opto por continuar el masaje para relajarlo, no evito sonreír, amaba ver esas expresiones de calma tan únicas en el galo, que si bien limitaba sus emociones al máximo siempre tenía una forma muy peculiar de mostrarlas.

Con aquella imagen tan nítida en su mente, Milo moviendo sus cabellos por el viento, con un fondo de playa y con gotas cayéndole por su cuerpo, era demasiado para no alterar sus ya muy afectadas hormonas, poco a poco comenzó a sentir su miembro levantándose entre las telas de su pantalón y sonrojado, con su mano izquierda libre, opto por intentar disimularlo.

Pero a los ojos de Milo nada era difícil de no notar, la relajación de Camus, sus largos suspiros, nada había pasado desapercibido por él, dejo de ocuparse de la espalda y luego dirigió su mano a través del pantalón de algodón tomando la mano que intentaba disimular aquella erección.

-¿Crees que no lo note?- le pregunto susurrándole al oído- será mejor que me ocupe de esto ¿no lo crees? No quiero que sientas dolor.

Sin su aparato para comunicarse Camus estaba imposibilitado de responder y Milo no tardó en darle un significado a la falta de respuesta, un sí rotundo para que lo hiciera. Guio entre besos al santo de largos cabellos rojizos boca arriba en la cama, para que estuviera más cómodo y el ocuparse de aquel pequeño, casual y oportuno inconveniente. Se ocupó de quitarle el grueso pantalón de algodón y bajarlo hasta las rodillas junto a la ropa interior del de acuario, el cual seguía intentando ocultar su excitación. Milo sabía que no era fácil hacer que Camus se soltara, se dejara llevar, pero la visión de su amado aguador en aquella cama, excitado, con su respiración alterada, sumado a eso a la falta de sentidos de este, lo hacía irresistible a su mirar.

-Ya me enoje- dijo en un tono casi infantil y beso aquellos labios que tanto amaba dulcemente.

Comenzó el largo y lento camino desde  aquel primero beso en los labios pasando por el pecho, su objetivo era claro y no se detendría por nada. Continuo besando y lamiendo, ocupándose de cada parte, cada centímetro de piel, dando más atención al vientre bien notado, donde un pequeño posiblemente estaba esperando sentir el cariñó de su padre. Las manos del santo de rojos cabellos se pusieron contra la cama, aferrándose contra las sabanas con fuerza, y el santo de rubios cabellos continuaba ocupándose. Cuando al fin llego a su objetivo, beso, lamio y succionando, estimulando aquel trozo palpitante, si bien los jadeos y gemidos no eran audibles, no podían serlo, pero al sentir los movimientos del galo era su satisfacción mayor, y más cuando sintió la semilla derramarse en su boca, bebiéndola toda sin despreciar una gota.

Cuando termino de ocuparse del santo de acuario noto su ya muy vistosa erección, se sonrojo de sobremanera, estaba por levantarse para buscar alivio en el baño privado cuando las manos del dueño de la onceava casa lo detuvieron.

-Regreso en un momento- le susurró al oído- no me tardo, bebé te dejo a cargo.

Camus negó con su cabeza y luego lo beso, aunque su beso fue directo al ojo derecho del de escorpio, una risita logro sentirse, luego ambos sabios se encontraron como tantas otras veces. Milo estaba indeciso de seguir y aliviarse, la última vez se había dejado llevar y ese niño que esperaban había sido el resultado de aquello, su temor ahora era lastimar a su amado y al pequeño.

-¿Tienes deseos?, déjame satisfacer ese antojo- dijo finalmente no muy seguro.

Camus sonrío al escuchar aquello, Milo sin siquiera verle a los ojos o escucharlo escribir en su aparato sabía lo que quería, las dudas que tenía sobre hacerlo o no, y al escuchar la vos de Milo, tranquila era un sí rotundo. Camus dejo caer al suelo aquel aparato con el que se comunicaba, la tapa que oprimía donde iban las baterías se abrió, y las cuatro baterías doble A se esparcieron por el suelo de la habitación, mientras Milo continuaba besándolo apasionadamente en los labios. Un beso demandante se posesiono de los labios del galo, quien manteniendo sus ojos cerrados permitió que Milo manejara la situación, tal como había hecho la primera vez.

Cuando se les acabo el aire, Milo miro a Camus, sus ojos cerrados, la excitación en su rostro y el vientre muy notable, el griego tenía un temor latente, el miedo a lastimar al pequeño bebé que crecía lentamente dentro del santo de acuario, a pesar que había leído sobre que no pasaría nada si tenían una relación sexual, que el segundo trimestre del embarazo era el mejor momento para hacerlo y no había nada que temer, pero su miedo era muy real, si actuaba mal podría no solo lastimar a Camus sino también perder a ese niño que ambos esperaban con tanto deseo,  aquel pequeño que había quitado en partes las grandes depresiones que sufría el francés, no se podía permitir lastimar a su amado, mucho menos perder al bebé que tanto anhelaban conocer, aquel que se encargaba de la depresión del santo del onceavo templo.

Milo se quitó la ropa lentamente mientras continuaba besando los labios del francés. Dejándose llevar por el momento y las hormonas alborotadas.  Las piernas del aguador rodearon la cintura de escorpión, impulsadas por el deseo de seguir y por una extraña sensación que pronto lo invadió. Ambos santos querían sentirse de aquella manera que solo una vez lo había hecho, aquel amor que tanto se profesaban  y que meses atrás había engendrado al pequeño que ambos con una sonrisa anhelaban conocer.

Los segundos se convirtieron en minutos, los minutos en horas o eso les pareció a los dos mientras se unían en besos, caricias y los jadeos del de escorpio.  El rubio preparo la entrada del galo con cuidado, utilizando sus dedos humedecidos en saliva, pero como eso no fue suficiente utilizo una crema que reposaba en la mesita de luz.

Finalmente al sentir un largo suspiro el heleno supo que era momento de consumarlo de todo, como aquella primera vez, se introdujo lentamente sintiéndose culpable por las lágrimas derramadas, lagrimas que pronto cesaron de brotar y le dieron el inicio aquel baile que juntos comenzaban.

El santo de acuario sintió una fuerte picazón en la garganta, comenzó a tener dificultades para respirar, su mente busco que lo provocaba es mal estar y solo pudo pensar que era  el encuentro íntimo, comenzó a tener espasmos, buscando respirar. Milo se alteró al verlo, se separó de él, la respiración del de acuario era entrecortada, su mirada expresaba gran temor. Comenzó a llorar asustado, no entendía que pasaba y comenzó a temer por su bebé más que por él.

-Camus, Camus- dijo asustado levantándose para buscar ayuda, Camus se aferró a él, tenía mucho miedo pero no quería que se alejara- Voy a buscar ayuda…Hyoga, él está en el cuarto de frente, tranquilo- pero por más que se esforzó el de cabellos rojizos no se quiso separar, por lo que comenzó a llorar por desesperación lo abrazo fuertemente- Por favor, dioses, no me separen de ellos, se los suplico, por favor…no volveré a poner sus vidas en riesgo, por favor no me los quiten.

Camus tosió con fuerza, sacando gran saliva, pero no era la toz silenciosa que tenía, era ronca, Milo lo beso en la frente temiendo perderlo, y después de unos momentos la respiración del galo se normalizo. Cuando al fin todo parecía tranquilizarse comenzó a besar dulcemente al pelirrojo,  el cual comenzó a toser de manera repentina.

-Milo- se logró escuchar una voz casi apagada en el pecho del santo de escorpio- Milo.

-Camus…estas…estas….Camus- le robo un beso ante escuchar su nombre, aunque lo dijo casi en susurro, era aquella voz que más de un año atrás no había podido escuchar, por más que quisiera, comenzó a llorar -   no te esfuerces,  si, tranquilo, dioses, como ansiaba escuchar tu voz.

-Terminemos…Milo…terminemos- pidió mientras recuperaba su respiración.

-No, no me  pidas que haga algo que te pueda poner mal, no lo voy a hacer…

-¿Y si al hacerlo recupero la vista? Acabo de recuperar mi voz…mi voz- dijo entre sollozos

- no, no voy a abusar de nuestra buena fortuna…has recuperado la voz…tu hermosa voz, no te expondré a ningún peligro.

-Milo, no me expones a ningún peligro- dijo llorando, sonriendo abiertamente- Milo…mi voz…estoy hablando…Milo.

-Pero Camus…

-Por favor- le interrumpió - por favor.

El santo de escorpio beso los insistentes labios una y otra vez, la felicidad en ambos era indescriptible, tras más de un año, un año de penas, llanto, dolor, Camus había recuperado uno de sus sentidos, el habla ni más ni menos.  Ante los pedidos obedeció, era posible que recuperara el habla, no tenía nada que perder, más que la posibilidad que Camus no pudiera respirar, pero lo intento ante aquellas suplicas.

   Volvieron a unirse, a consumar su unión como aquella primera vez, moviéndose en un principio lentamente y acelerando al paso de los jadeos y gemidos que pedían más, ambos tenían las mismas esperanzas pero solo uno un gran temor. Se unieron nuevamente, continuando con aquel baile propio de ellos, los pies del acuariano alrededor de la cintura del de escorpio, mientras este continuaba en el vaivén con frenesí hasta llegar a aquel momento único, cuando la semilla del heleno invadió el interior del galo y la del francés se expandió por el vientre de ambos.

-Camus- pregunto cansado, recostándose a su lado tras haber llegado al orgasmo, cansado y preocupado.

-Milo…Milo- hablo entrecortado llorando de alegría- mi voz…mi voz…

El heleno supo entonces que la vista no había regresado, los ojos vidriosos se lo decía, pero la felicidad de volver a escuchar su nombre en aquellos labios, la alegría que lo invadía no tenía igual. Beso  Camus una y otra vez, insistentemente. Finalmente entre besos y caricias los dos quedaron profundamente dormidos, abrazodos  y felices, mas no podían pedir, y solo faltaba esperar, esperar que regresara la preciada vista del de acuario.

A la mañana siguiente Hyoga fue a despertar a su maestro, Milo no habia ido a hacer el desayuno y se preocupó, por lo que fue a ver a la habitación principal al par, encontrándose con la puerta cerrada con llave, ni un solo sonido lograba salir.

-Maestro…Milo- preocupado por la falta de respuesta fue a buscar ayuda en otros templos, siendo el primero en llegar a  su auxilio, Shura, Aioros y Shiryu, quienes terminaban el cuarto del bebé en el décimo templo. Y las los gritos que se sintieron, Afrodita, Death Mask y Shun bajaron de piscis para ver qué pasaba. Al sentir aquella alteración en el aire todos se despertaron y se encaminaron al templo de la vasija para saber que pasaba.

Aioros y Death Mask golpearon con insistencia la puerta, al no recibir respuestas fueron contra ella para  intentar abrirla, una y otra vez, hasta que finalmente la puerta cedió cayendo al piso.  Al entrar los dos santos de oro a la habitación seguido entraron los otros cinco, notando a Camus y Milo durmiendo tranquilamente abrazados.

-Milo- lo reto el de Cáncer despertando a ambos santos- Por Athena, nos dieron un susto de muerte.

-Camus, Camus- lo abrazo Afrodita- ¿estás bien? Pensamos que algo les hubo pasado.

-Algo si paso- sonrió Milo y beso las manos del de acuario- ¿les doy la noticia?                                            

 -Por Athena, casi nos matan del susto los dos- dijo el santo de sagitario aliviado- Milo, no nos vuelvan a asustar así, deja la puerta abierta la próxima vez ¿sí? Nos dieron un susto de muerte.

-Maestro- se subió Hyoga a la cama y lo abrazo.

  - ¿Qué paso Bicho?- pregunto el  italiano mirando con cara de pocos amigos.

-Cuando todos lleguen les daré la noticia- explico sonriendo tomándole la mano a su amado- una hermosa noticia.

-¿saben ya el sexo del bebé? – pregunto Shun sonriente.

-No, queremos que sea sorpresa ¿verdad Cami?

- Decidieron tener aquí al peque- dijo Shura sonriendo a lo que el de acuario negó- Camus es lo mejor, en Siberia podría pasarte algo, aquí tienes médicos…                     

Como estampida comenzaron a entrar todos los santos y dioses guerreros, el último en llegar había sido Mu, quien junto a Kiki traían una botella de agua milagrosa por si era necesario. Athena, Shion y Dohko entraron  tranquilos al no escuchar ruidos y ver a todos alrededor de la cama.

-Ya están todos- anuncio el de escorpio.

-¿Qué noticia? Vamos Milo, dilo- dijo impaciente Aioria, ya que desde que había llegado no obtuvo respuesta de lo que paso.

- Se las dará Camus- exclamo sonriente.

-Pero, el aparato está en el piso destruido, yo lo arreglo maestro- sonrió Hyoga a punto de ir a buscarlo.

-Hola- exclamo emocionado y con su voz algo apagada- hola.

- Por todos los dioses, Camus está hablando- fue el grito de gozo de Afrodita- Recupero la voz.

-¿Cuándo paso?- pregunto la diosa sentándose al borde de la cama mientras le tomaba la mano.

-Anoche, comenzó a toser y tenía convulsiones, le costaba respirar y fue cuando hablo- respondió Milo besándolo- Jure a los dioses cuidarlo mucho sino me lo quitaban, aquí lo tienen.

-Athena, puedo hablar- exclamo en medio del llanto.

-Eso veo, eso veo, pero no te esfuerces aun, apenas has recuperado la voz, no te esfuerces en hablar ¿Saga y Shura siguen igual?- pregunto mirándolos.

-No pasó nada anoche- respondió Aioros- pero estaré atento.

Dohko se quedó mirando extrañado, le pareció bastante llamativo que justo ese día, en el que se cumplían supuestamente cinco meses del comienzo del embarazo del de acuario, este recuperara la voz.

-Milo aprendió a escuchar- interrumpió Shaka- hay alguien más, cercano a Camus que debe aprender a escuchar, y el recuperara la vista, es lo que dijo Buda, en el caso de Saga los dos más cercano a él deben aprender a ver más allá de lo que alcanza su vista y los cercanos a Shura a hablar lo justo y necesario.

-No lo creo- susurro Dohko.

-Lo más conveniente, hasta saber más de lo que ocurre, es que Acuario permanezca en calma, tranquilo, sin presiones, por su bien y el del bebé que espera- dijo casi en orden el patriarca-ante cualquiera cosa que pase debo ser el primero en enterarme.

-Si patriarca- dijeron todos a la vez.

-Descansa Camus, háblale a tu bebé, debe estar deseoso de escuchar tu voz- le dijo Saori con una grata sonrisa en los labios.

Poco después todos felicitaron a Camus por el regreso de su voz, se volverlo a escuchar y esperaron, esperaron que algo así les pasara a Shura  y Saga, algunos más ansiosos que otros. El único que se quedó en la onceava casa fue Hyoga, quien lloraba de felicidad por su maestro, de volver a escucharlo

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Pasaron dos meses sin cambios en el santuario, nada nuevo, no se volvió a vivir otro gozo como la recuperación del habla del santo de Acuario, pero todos estaban deseando que pasara pronto.  En géminis todos esperaban ansiosos el nacimiento de los hijos de Kanon, incluso las mismas marinas habían llegado ante la noticia de que uno de sus compañeros iba  a tener hijos.  Afrodita, Shura y Camus ya no salían de sus templos, no porque no quisieran salir, sino más bien por sobreprotección de sus parejas para por temor a las escaleras, a las rosas, y hasta al sol.

En los dioses guerreros se vivía una gran incertidumbre, todos ya sabían que Lowell había nacido con problemas para respirar y que según un curandero moriría al cumplir al año, por ello, según Sigfried, lo más lógico había sido que si el gemelo mayor moriría al cabo de un año tendrían que conservar a ambos. Syd y Bud lloraban durante las noches por su pequeño, el cual no cambiaba en nada su aspecto pero al acercarse la fecha del cumpleaños y la predicción de aquel curandero, no podían evitar estar consternados. Esa semana Hilda y Fleur habían llegado por la noticia del posible fallecimiento del menor, aunque la mandataria no creía eso, su visita había sido para ver pasar aquel cumpleaños, que sería el primer año de vida de los dos pequeños y llevarse a sus dioses guerreros de vuelta a Asgard.

Las dos mandatarias estaban tomando té en el gran balcón del templo de Athena, donde podía verse cada templo con lujo de detalles, en el templo de géminis claramente se podía ver como adoraban este para el cumpleaños de los pequeños gemelos.

-Me agrada tener compañía- dijo Saori en la sala mientras bebía su taza de té- hoy es el cumpleaños de esos niños, pero no veo una sonrisa en sus padres.

-Están asustados Athena, les dijeron un año atrás que uno moriría, yo no creí en las palabras del curandero, aunque este sea el más reconocido de Asgard, les dije a Syd y Bud que amaran a ese niño, que Odín no se los quitaría- acoto tomando un sorbo de su taza- hoy, a la noche, cuando se acabe el día del cumpleaños, verán que Lowell está vivo y feliz, volverán a Asgard y todo será un mal recuerdo.

-¿Por qué estás tan segura?

-La ley de Asgard dice que el segundo en nacer debe desaparecer, pero en el caso de ellos, el mayor nació enfermo, no podían abandonar a Leonel si Lowell moría un año después,  no puede llevarse a cabo la regla, como representante de mi dios en la tierra esos hechos me dicen que Odín quiere que los dos niños vivan- respondió sonriendo- pero sus padres son tan tercos.

-Supongo que debe ser difícil aceptar lo que paso, que dos hermanos tuvieran hijos, gemelos ni más ni menos.

-Es la voluntad de Odín, mi deber es hacerla respetar, es por eso que le pedí a Phenril que no dijera nada sobre los gemelos, Sigfried y Hagen seguirían las reglas contra lo que Odín quiere, son ciegos en ese sentido.

-Son buenos muchachos- acoto mirando a todos bajar al tercer templo- Están comenzando a bajar todos, ¿quieres ir a ver que tanto arman en la casa de géminis?

En el tercer templo la música infantil se sentía a todo volumen, contentos los tres pequeños se divertían con juguetes, Lowell y Leonel tenían unos sombreritos de cumpleaños puestos y no paraban de caminar y correr por todo el templo viendo la decoración y jugando con quienes se le acercaban. Shoryu en cambio daba vueltas contento por todo el templo, llamando la atención de todos quienes pasaban.

Bud termino de llevar  a la gran mesa un plato de comida que había preparado Saga y fue a ver a su pequeño sentado en el piso, el cual comenzó a toser-Lowell- exclamo tomándolo en brazos tristemente, abrazándolo contra su pecho ante el temor de perderlo.

Saga lo interrumpió, cubriendo al menor con aquella pequeña manta con la cual ya dormía hace meses,  dejo que Alcor abrazara a su hijo cubriéndolo con aquella mantita y este comenzó a arrullarlo.

-Bud, es su cumpleaños, animo- interfirió Thor intentando animarlo- cumple un año de vida, debe ser un momento muy feliz.

-Es su ultimo día Thor- explico tristemente- hoy se dormirá y no volverá a despertar.

-No lo sabes, a pesar de la tos, yo lo veo con mucha vida por delante- acoto Hagen.

-Confiemos en que Odín sabe lo que hace- continuo Sigfried- Si el niño debe morir, es lo que Odin dijo.

-Lowell, toma- interrumpió Phenril junto a Shiryu, el cual traía un osito en forma de lobo en sus manos- feliz cumpleaños.

- y que cumplas mucho más peque- acoto el caballero de Dragón.

-Bobo- exclamo el menor tomando el pequeño animal de peluche y luego lo abrazo.

Leonel se acercó a ellos al ver que le dieron un nuevo juguete a su hermano, miro incrédulo y fue cuando Shiryu se puso a su altura dándole un animal de felpa tan grande como el de Lowell pero con forma de León. El menor sonrió con picardía tomando al animal y luego corrió a mostrárselo a todos en el templo.

-Ese niño será terrible cuando sea mayor- sonrió Shiryu- vas a tener que perseguirlo todo el tiempo para que no se lastime.

-SAGA- se escuchó un grito que provenía de la habitación mayor, era uno de los Marinos, Bian de Hipocampo, quien buscaba con urgencia al santo- Es Kanon.

-¿Qué le pasa a Kanon?- pregunto con su aparato- Bian.

-Siente mucho dolor…están por nacer, sus hijos están por nacer.

Todos miraron con sorpresa, Bud dejo a Lowell en brazos de Syd y junto a  Saga y los Marinos se quedó en la habitación de los gemelos. Alcor ya tenía experiencia por el parto de Syd y esperaba ser de ayuda en aquel momento.

Cuando Athena e Hilda llegaron al templo, todos estaban aglomerados esperando fuera del cuarto, menos los bebés, ya que Shoryu estaba jugando con una pelota de futbol, que le habían regalado a  Lowell y Leonel, y Leonel buscaba la manera de llegar al pastel. Mientras Lowell estaba en brazos de Syd mirando asustado.

Cuando la noche llego finalmente salió Bud limpiándose las manos con una toalla de color blanco, cerró la puerta tras de sí y miro sonriente- fueron varones- se limpió cuanto pudo y luego tomo a Lowell en brazos- tienes nuevos amiguitos.

-¿Y porque no lloran?- pregunto Isaac mirando intrigado.

-Si lloraron, muy fuerte, creo que los doce templos tienen paredes contra ruido, no es la primera vez que no se escucha nada- explico.

-Papi- interrumpió Leonel con la cara empapada de merengue sonriendo con picardía.

-Niño travieso- Syd lo llevo a sus brazos y comenzó a limpiarle la cara.

-Syd ¿dejaste a Leonel solo?- pregunto indignada Hilda.

-No, Phenril dijo que lo vigilaría, yo estaba aquí por si me necesitaban- se excusó, todos buscaron con la mirada al lobo del norte, el cual venia limpiándose la cara embarrada con la cobertura azul de la torta.

-Bueno, aun no es media noche, será mejor que soplen las velitas los cumpleañeros y cada quien a la cama- acoto Hilda mirando a Lowell bostezar.

Camus, Shura, Aioros y Milo entraron a  la habitación mientras los demás daban media vuelta, querían felicitar a la feliz pareja que acababa de ver nacer a los dos primeros bebes del santuario, los dos primeros de muchos, eso creían.  Dentro, Saga arrullaba en sus brazos a un envuelto en una mantita celeste, mientras Kanon en la cama recostado tenia al otro con una mantita igual en sus brazos.

-Felicidades- dijo casi en susurro el santo de sagitario al ver a los pequeños dormir.

Ante los ojos de todos los presentes los ojos de Saga cambiaron a una expresión de dolor, Camus tomo al pequeño recién nacido en sus brazos al ver como el santo de géminis caía al suelo tapándose los oídos,  Aioros corrió a pedir ayuda mientras Milo intentaba auxiliar al mayor. Kanon estaba aterrado de ver a su hermano caer al suelo y tener sacudidas muy violentas, abrazo posesivamente a su hijo temiendo lo peor.

Athena y Shion sacaron a todos del cuarto al, incluyendo a Kanon y los recién nacidos, quedándose los dos a solas con Saga para auxiliar en lo que fuera necesario. La espera por noticias se hizo larga, los más pequeños se durmieron en brazos de sus padres por el cansancio mientras esperaban más noticias.  

Eran como las dos de la madrugada cuando la puerta de la habitación mayor se abrió, ninguno se había ido en esperar de saber algo, Dohko y Aioros entraron en busca de respuestas, todos temían lo peor, salieron poco después junto a la diosa y el mandatario.

-Saga esta descansado, es mejor dejarlo dormir hasta mañana- exclamo la diosa sonriendo- Camus ¿Cuándo te regreso el habla sentiste dolor?

-Sí, mucho…no podía respirar- respondió sorprendido- tuve miedo.

-Su habla y oído parecen haber regresado, por eso convulsiono- explico Shion- mañana estaremos seguro, por el momento todos a  descansar, Kanon duerme en una habitación anexa, para no alterar a Saga hasta mañana, Mu quédate a ayudar.

-Si maestro- exclamo el santo de Aries tomando al niño que Camus tenia aun en brazos.

A la mañana siguiente, cerca del mediodía los dioses guerreros no esperaron ni pidieron permiso en ninguna casa, corrieron a la tercera casa para ver cómo estaban los pequeños asgardianos. Hilda esperaba también, quería decirles con una sonrisa de oreja a oreja, se los dije. Al entrar al cuarto donde estaban Syd y Bud, Leonel estaba tomando su mamadera en una de las camas, y en la otra, en medio de un mar de lágrimas, los gemelos Z lloraban mirando al pequeño que yacía en la otra cama, quien no se movía,   tenía un chupete en su boca y sobre el descansaba el lobo de peluche que le habían regalado el día anterior.

-No despertó- dijo Phenril mirando acongojado- yo…lo siento…- comenzó a llorar, tenía esperanzas de que el pequeño despertara como siempre.

-Es la decisión de Odín, no podemos hacer nada- exclamo Sigfried mirando con enojo- Dioses, era un bebé, ¿Qué culpa tuvo de tener un gemelo? Tenía toda la vida por delante.

Hilda se acercó lentamente, no creía lo que veía, hasta que noto que el pecho del menor no estaba quieto, se movía con lentitud, la sacerdotisa acerco su mano al pecho del niño y presiono lentamente, Lowell comenzó a toser, escupiendo su chupete y comenzó a llorar.

-Lowell- dijeron a la vez los gemelos Z, Syd lo tomo en brazos y Bud los abrazo a ambos.

-Solo estaba profundamente dormido, tiene un año y un día de vida ¿Qué les dije?- sonrió la representante de Odín- Vivirá muchos años más junto a su hermano.

-Leonel ven- llamo Syd al pequeño, el cual se bajó de la cama y se trepo en la que estaban sus padres- dile buenos días a Lowell.

Leonel miro su mamadera y luego a Syd, dejo de beber su leche y no dudo en oprimirla direccionando la tetina hacia el rostro de su hermano, el cual despertó molesto al sentir el tibio liquido contra su rostro.

-Leonel- exclamaron todos a la vez, pero el menor sonrió contento de lo que hizo.

Mientras tanto, en la habitación de Saga, Milo, Camus, Aioros  y Shura habían entrado para saludarlo, el cual no había dicho una palabra desde que entraron. Temiendo que este no hubiese recuperado sus sentidos, miraron desconsolados.

-Tengo una gran picazón en la garganta- exclamo molesto con la voz apagada- ¿así sentiste Camus?

-Si- respondió sonriendo- Me alegra que ya hables.

-Solo falta mi oído, mi vista, la vista de Camus y todo será como antes- exclamo Shura sonriendo- aunque yo no sé cómo sabré, con este aparato que me implantaron, es posible que ya allá recuperado el oído y ni cuenta me allá dado.

-Quiero ver a mis hijos- pidió Saga- quiero tenerlos a ambos en mis brazos un momento.

-Vamos a traerte a Kanon, no te muevas- sonrió Aioros.

-Valla, hay doble fiesta el año que viene,  dos pares de gemelos cumplen el mismo día, hay que armar una gran fiesta- sonrió Milo.

Continuara…

Notas finales:

Gracias por leer, este cap está dedicado a quienes me dejaron reviws y me animan a seguir la historia, de no ser por ustedes este fic estaría abandonado aun, sin poder seguir actualizándose, gracias a todos quienes dejaron comentarios en las últimas semanas.

Se aceptan sugerencias para los nombres de los peques, no se me ocurre ninguno para los hijos de Saga y Kanon :'( así que espero sus sugerencias, esta oferta caduca en 120 horas.

Peque adelanto del prox cap: Los dioses guerreros, salvo Phenril regresaron a Asgard, Isaac es el único Marina que se quedó para ayudar a su maestro, Afrodita y Shura (y probablemente Camus si me emociono de nuevo) tienen a sus bebés y lo inesperado sucede. Dohko cree saber que paso pero al no estar seguro no dice nada, Phenril y Shiryu andan muy juntos?

Esperare sus comentarios, de no ser por los ánimos que me dan este fic  no se actualizaría tan pronto y estaría abandonado otro año más, sus comentarios, sugerencias, todo es bien recibido, me ayudan a mejorar, a seguir haciendo lo que me gusta y se los agradezco mucho.

El 30 de marzo es mi cumpleaños, así que si quieren un oneshot de cualquier pareja, pueden pedirlo, ahora, pidan con anticipación para que pueda tener tiempo de escribir, esta es mi semana más feliz, así que aprovechen.

Nos leemos pronto


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