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Bride por Kiharu

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Notas del capitulo:

Ahm... regrese.

 

Bueno, pedí al menos cinco reviews, y recibí los justos, me desanimó un poco que no me hayan leído mucho, pero en fin, lo que tenía que recibir no?

 

Bueno, ya actualize mi otro fic, espero que les guste el capitulo.

 

 

 

Capitulo dos: La graduación

~·~·~·~·~·~·~·

Prologo:

Todas las mañanas despiertas ¿no es así? Y usualmente no agradeces por volver a un nuevo día. Yo comencé a hacerlo cuando sentí que no despertaría jamás, en el momento en que mi vida dependía de alguien, porque literalmente para mí, yo no era nadie, no lo recuerdo, ni creo recordarlo, “accidente”, fue lo que explicaron.

Sinceramente ¿Valoras lo que eres? ¿Sabes lo que eres? Porque si no lo sabes, está mal. Técnicamente no tienes algo porque vivir. Vives inertemente. ¿Eso hice yo? Si, hasta que conocí a ciertas personas que le dieron un rumbo a mi vida, fueron mi soporte.

Yo te contaré lo que sé. No lo sé todo. Ni de mi lo sé todo, no conozco toda mi vida, y creo que nadie lo hace, pero intentare recordar, algún día podre, y seré de nuevo un humano con recuerdos, porque hasta ahora solo soy un simple humano con tres años de vida.

¿Me entenderás? Eso quizá pase. Si no lo haces, estas tan loco como yo, porque bueno, si leíste esto y entendiste, todos estamos locos. Teorías.

~·~·~·~·~·~·~·

5 de diciembre 2008

-¿Qué día es hoy? ¿Sí es el día?

-Sí, Taka-chan, llego el momento.

Soy un genio. No lo presumo, es que simplemente lo soy. Takanori Matsumoto, el genio que curso la carrera de psicología en solo dos años. Eso salió en el encabezado del periódico la semana pasada. Siempre eh sido un genio (como Reita me lo ha explicado) siempre eh estado en niveles superiores para mi edad, tengo 18 años.

Me levante de la cama con algo de pesadez. Me sentía muy orgulloso de mí y de Reita. ¡Hoy al fin nos graduaríamos como psicólogos! Me senté en la cama mientras veía a mí alrededor, le daba la espalda a mi acompañante.

Reita… ¿No les eh dicho quien es verdad? Un chico más grande que yo, bueno, solo por meses, pero es más grande ¿no? Se tiñe el cabello de rubio, sabe tocar bajo, es alto, es guapo, según el muy macho, pero aun así es demasiado tierno, es amable, cariñoso, muy buen psicólogo, y sabe ayudar a los demás, la persona más buena que eh conocido. Lo quiero mucho.

Incluso creo que lo amo, es un gran amigo para mí.

 Quizá más que un amigo, claro solo para mí, yo a él no le gusto.

El es heterosexual, Saki, su linda novia, siempre está con él, de cualquier forma, el siempre, desde que desperté, ha estado conmigo, claro, el también me hizo crecer, y progresar del estado en el que yo me encontraba, la persona más maravillosa de mi vida.

-Reita – miré al otro lado de la cama y lo vi a él, cerrando los ojos, sus cabellos rubios caían sin cuidado por su blanca piel, estaba semidesnudo, solo ropa interior le cubría, y era raro porque hace mucho frio, es diciembre – Bésame –  Mi amigo ya estaba despierto, pero supongo que estaba esperándome para levantarnos.

Abrió los ojos rápidamente, y me miró. ¿Estaba mal pedírselo? Ya lo había hecho antes, y más que por amor, quería sentir un poco de apoyo, me sentía un poco nervioso por la ceremonia de hoy.

-Por favor – insistí.

-¿Enserio? – me pregunto mientras se sentaba en la cama dejando ver su pecho desnudo, el cual yo miraba de reojo, me gustaba, me enamore de él,  y él, no lo sabe. Y no quiero que lo sepa. Es bueno que una persona sepa lo que sientas, porque así no lo dejas en ignorancia en cuanto a tu mentalidad, pero, porque habría de hacerlo yo, si yo sé que tiene una novia a la cual afirma que ama, y ella lo ama a él, no viene el caso arruinar o complicar su relación, y tampoco quiero decírselo porque sé que después, ambos nos sentiremos muy incómodos.

-Enserio.

Y si mis mejillas no estaban coloradas para ese momento, acaban de ponerse rosas.

-Lo que quiera mi príncipe. – se acercó a mí y me abrazó por la espalda, giró un poco mi cabeza y presionó mis labios dulcemente, luego lo convirtió en el algo más salvaje, su lengua jugueteaba con la mía, y él se apoderaba de mi cuerpo, yo me giré para quedar frente a él. No sé porque es tan bueno, el siempre ha cuidado de mí y cumple mis caprichos. Simplemente le amo. El siempre me trata como un niño, “Mi príncipe” “Mi Taka” “Mi conejito” siempre me da sobrenombres, estúpidos, debo admitirlo, pero en fin de cuentas, si viene de él, es aceptado por mí.

-¿Feliz? – me preguntó cuando me corto el beso.

-Sí… - le miré bobamente, y es que así me tenía, me tenía estúpido.

-¿Quieres bañarte?

-¿Con-contigo? – me ruboricé aún más, y el solo se paró de la cama y revolvió mis cabellos.

-No era lo que pretendía – agache mi cabeza, me decepcionó un poco la respuesta – pero, ahora que tú dices, sí, sería buena idea… ¿Quieres?

Levante mi mirada y me apenaba mirarlo.

-Su-supongo, pero tú primero, y yo te espero a fuera…

No me dijo nada y solo tomo mi mano. Me llevo hasta donde se supone que es el baño (la casa de Reita, en ella eh vivido por más o menos, toda mi carrera, su baño es limpio y azul, solo hay uno en toda la casa, dos habitaciones, una no está en funcionamiento, una cocina, una sala comedor, es amplio como para dos personas, pero, en fin, Reita era así de pretencioso con las cosas) Abrió la llave de la ducha, esta vez no sería la tina, claro, éramos dos, solo cabríamos en la tina de una forma realmente junta… quedaría trastornado por estar tan cerca de él. Cuando vi que el agua caliente ya salía (Se notaba por el vapor (ninguno de los dos había dicho algo, nos habíamos limitado a ver el agua caer)) pregunté:

-¿Tú primero, o yo primero? – sonrío ante mi pregunta.

-Los dos, ahorraremos tiempo. – tomó el cierre de mi pijama y comenzó a bajarlo. Hace un poco más de dos años que no me baño con él, solo dos días, cuando me enseño como bañarme, después de que aparecí en su casa.

-Pe-pero… - me ponía nervioso la situación.

-Los dos tenemos lo mismo mi príncipe, no pasa nada.

Y a pesar de que tuviera más de dos años  con él, siempre ha sido así de relajado, calmado, y lindo para explicar las cosas, me las dice como son, la verdad, siempre me la dice, siempre, siempre. Y tiene razón, lo mismo, por eso no me “quiere así”, pero… ¿para qué tener problemas existenciales yo mismo si pronto tendré que lidiar con los de mis futuros pacientes? No vale la pena deprimirse, por algo que no pasará, además, ya lo superé. El ama a su novia, yo lo amo a él en secreto, y, todos contentos.

Deje que bajara el cierre del mameluco de conejito que traía puesto. Reita me había comprado esa pijama porque le había gustado para mí, y no me desagradaba, era muy calientita, pero, era algo un tanto vergonzoso, aunque me pregunto porque la vergüenza, si la única persona que me ve con él es Reita…

Me quitó la pijama y me dejó en bóxers, el técnicamente no se quitó nada, porque el simplemente ya estaba en ropa interior desde que ingresamos al baño. Me daba pena que me viera así.

-Taka, bañémonos ya, el agua se desperdicia.

-Tú primero. – dije con la mirada baja. Mis mejillas estaban teñidas de un rosa claro.

-Si lo hacemos así, nos tardaremos más, vamos, no te voy a morder, además ya nos hemos bañado antes.

-Sigo pensando que es conveniente que te bañes tú primero.

-Ya te dije que tú primero.

-Takanori, nos vamos a bañar ya, es tarde, falta media hora para la ceremonia ¬¬

Y ya no pude decir más, Akira me cargo sobre su espalda y jaló mis bóxers, el también se terminó de desvestir, patalee para que me bajara, pero no conseguí nada más de que pellizcara mi muslo derecho y que “eso” despertara.

Nos metió debajo de la regadera y pude sentir el agua caliente corriendo por mi espalda. Deje de moverme, ya me había excitado, no quería que lo notara. TT_TT ¿Por qué ahora? Solo soy un simple humano, claro, qué más puedo pedir…

-¿Taka? – me bajó de sus espalda y yo solo me escurrí como un fideo, y me senté de una forma que no se notara, baje mi mirada, y sentí como el agua corría por todo mi cuerpo. - ¿Qué pasó?

-Nada. – comencé a llorar. Me desesperaba todo lo que Reita me hacía sentir, y yo, como idiota, sin poderle decir nada. Me frustraba mi cuerpo, que hacia lo que se le diera su puta gana. Me estresaban todos mis sentimientos y sensaciones, y claro, soy de esas personas que creen que llorar se arreglará todo, yo sé que no, pero es inevitable.

-Conejito, pero ¿Qué tienes? – habló infantilmente Suzuki, esa era la forma de sacarme siempre las cosas, soy como un niño, así de simple. – Hace un momento estabas bien, ¿Te eh hecho algo? – Negué con la cabeza – ¿ha sido porque te eh metido a  bañar? – negué con mí cabeza otra vez. - ¿Entonces?

Resulta tan difícil mentirle a Reita…

No me moví. Pero el me levanto y me vio así. Sonrío de medio lado.

-¿Por eso? Pequeño ingenuo, sabes que eso es normal. – al parecer no se había dado cuenta de que estaba llorando, puesto que no se había preocupado mucho. – además tiene un remedio, el cual es muy fácil.

Me giró y mi espalda quedo justo en su pecho. Paseo su mano por mi entrepierna y luego sobre mi miembro. Movió su mano arriba abajo.

-Ah…- suspiré. Reita rió.

En cierta forma me gustaba, me gustaba que Reita me tocara, me encantaba, me excitaba, era lo que quería. Por otro lado, mi depresión salía a la luz, al saber que él no me tocaba porque me amara, más bien, solo quería callarme, me sentía impotente, al no poder separarme de él y decirle que no quería ser como un juguete para él, o su simple diversión, pero no podía, mi cuerpo lo quería, no podía moverme, era un desastre, si jamás tendré el valor para decirle lo que siento no puedo ser un buen psicólogo, ¿Entonces porque me eh graduado? Me detesto. Seguí llorando, en parte me sentía violado, no quería que las cosas fuesen así. Y fue en cierto punto en que me corrí en su mano.

-Ves, todo arreglado.

Me giró y besó mi frente. Me estremecí por eso.

Me baño completamente, como la primera vez que lo hizo. Cuando terminamos, nos colocamos el traje que había escogido para tal ocasión de la graduación. Ambos ya con aquel traje negro con corbata color vino, desayunamos cereal, y luego nos marchamos a donde sería la ceremonia.

Me sentía estúpido por lo recién ocurrido. Pero ahora lo más importante era esa ceremonia. Yo tenía que decir algunas palabras.

Nos sentamos en la primera fila y escuchamos como hablaban todos los profesores. Todos en la sala mostraban una cara sonriente, todos. Era probable que todos estuvieran eufóricos porque ya terminarían sus estudios, no más escuela, ahora vendría más diversión.

Akira se había esforzado muchísimo en salir junto conmigo de la carrera, tuvo que estudiar extra para poder alcanzarme, y realmente aprecio todo lo que hizo, para solo estar conmigo.

A mí no me da mucha alegría terminar mi carrera. No quiero dejar mi preciosa universidad, todos los buenos momentos que eh pasado aquí, claro también los malos, y aunque sé que podré venir a visitar la escuela, ya no será lo mismo, me gustaba ser estudiante. Extrañaré mucho eso, y, mi error, siempre ha sido el mismo, nunca quiero que algo termine, me pone muy triste.

Mi turno había llegado.

Subí las escaleras hacia el escenario, lo hacía con nerviosismo. Me coloque frente al micrófono. Todos me miraban expectantes.

-Es para mí un gran honor, graduarme de esta institución a mis escasos 18 años, agradezco la oportunidad de existir, y de poder haber estudiado aquí. Quizá nuestros cuerpos vuelen lejos para hacer nuestras propias vidas, dejaremos amigos, profesores, nuestros recuerdos, pero, cada vez que nosotros regresemos a esta escuela, recordaremos, recordaremos todo lo bueno que nos paso aquí, amigos, parejas, estudios, bromas, exámenes, serán recuerdos muy gratos, recuerdos que podremos contar y hacer disfrutar e imaginar a una persona, disfruten pues, lo que les queda de vida, y aunque todo este inconcluso, ¡Disfruten!

Bajé del escenario tambaleándome, el discurso estaba preparado desde hace ya varios días pero fue muy difícil decírselos.

-Bien hecho – me dijo Reita.

Después siguieron los reconocimientos, los abrazos, el baile, la cena, el alcohol. La fiesta.

Akira y yo nos habíamos sentado en un sofá, habíamos bebido poco, y nos sentimos muy nostálgicos, ahora tocaba trabajar, y aunque ya teníamos un lugar para trabajar, era difícil despedirse de tan maravillosa etapa.

Pronto llego la mujer a la que menos quería ver.

Saki.

Ella está estudiando para ser diseñadora de ropa, acaba de empezar, pero tiene nuestra  edad. Es una chiquilla muy simpática, bonita, amable, en una palabra encantadora, pero la detesto, claro, nadie sabía eso. Aunque tampoco nadie sabía que ella si sabía que me gusta Akira, incluso me ha amenazado para que no me acerque a él. ¿Pero qué hago yo? Si desde que me acuerdo vivo con él.

-Hola mi vida – sonrió amablemente y Reita le indicó que se sentara. Saki se sentó.

-Hola – saludamos Akira y yo.

-Rei-chan, tengo un amigo que necesita tú ayuda, ¿Te acuerdas de Takashima?

Reita asintió.

-Bueno, es que su amigo Shiroyama, está muy triste, y como se que tu comienzas a trabajar próximamente, bueno, me pregunto Uruha que si podía llevártelo.

-Claro. – respondió rápidamente Reita, la próxima semana comenzábamos a trabajar, quizá lo iba a tratar la semana antes.

Solo miraba atento todo lo que ellos decían.

Saki salió brincando y regreso con un castaño y con un pelinegro, el ultimo tenia la mirada baja.

-¿Qué le sucede? – pregunto Reita como antecedente de Shiroyama.

-No lo sabemos no nos quiere decir. – dijo el castaño, que según presentía, era Uruha, o Takashima…

Sentaron a Yuu con nosotros y no dijo nada. Parecía un muñequito. Que triste.

Pero Reita ya tenía a su primer paciente. Que afortunado.

La fiesta transcurrió muy tranquilamente. Conversamos toda la fiesta con los amigos de Saki, o más bien con el amigo de Saki, ya que Yuu jamás habló, bueno, ni siquiera nos miró.

Qué raro. Pero pronto me asignarán a mi primer paciente, espero que su cabeza no esté tan rara como la mía.

Notas finales:

Espero que les haya gustado.

Está aqui el prologo porque tecnicamente este es el principio, el primer cap es la mitad de la historia XD... así que bueno...  aclaro eso... y me voy... bye bye!

Kiharu~


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