Capitulo 28. Miko
Seguía en aquella posición, Saga arriba de Shinji, sentado en sus piernas, chocando sus intimidades sobre la ropa, Saga se movía tratando de despertar al más alto, Tora, en cada beso que recibía, movía sus caderas imitando envestidas.
-Hazme Tuyo… - mordía el lóbulo de su oreja. – Ahh Shinji, por favor… -
- Ahh!… Takashi… no hagas eso. -Saga había deslizado su mano, bajando a la intimidad del otro para apretarla fuertemente.
Tora colaba sus manos bajo la camisa de Saga, aquella piel tan suave y tersa, aquellos besos y caricias que le propinaba el otro, lo estaba descontrolando.
-Tú lo pediste… - Tora había girado a Saga dejándolo acostado sobre el fresco césped, Saga sonreía triunfante mientras recibía aquellos labios que lo volvían loco.
-Pero aquí no, es incómodo… - se quejó, no lo harían en el jardín de la casa, o si?
- Cumpliré con tu petición… - exclamo despacio, serio, levantándose mientras dejaba con una cara de completa confusión a Saga.
Quería tenerlo siempre, no dejaría que se fuera nunca, a si eso significara “amarrarlo” a su estilo de vida, lo había pensado muy bien, cumpliría con aquella petición de su novio “Conviérteme”… lo aria.
Saga estuvo a punto de hablar, pero fue muy tarde, aquellos ojos color negro de Tora habían cambiado a un rojo carmesí ardiente, los cuales lo miraban con excitación y deseo, se había arrodillado justo frente de Saga, levantándolo y guiándolo a sus brazos.
Estaba cerca de su cuello, primero inhalando su aroma, tomando valor para lo que aria a continuación, Saga había ahogado un gemido, cuando Tora lo besaba y comenzaba a tocar, mordió con su colmillo el labio inferior de Saga haciéndole sangrar, deleitándose de ese sabor metálico.
Saga sentía que moría, aquellos filosos colmillos traspasaban su yugular, alcanzo a percibir como aquel liquido rojo se deslizaba por su clavícula, sentía como la sangre era succionada y terminaba en los labios de su pareja, sus unas se enterraban a su espalda, provocándole sentir un dolor más inmenso.
-De… Detente… - susurro, se comenzaba a marear por aquella pérdida de sangre, un zumbido perforaba su cerebro, sentía su cuerpo pesado, pero ya no sentía dolor.
Tora se había apartado al sentir el cuerpo frio de su novio, se había asustado, asustado de pensar que se había pasado de la raya al probar ese exquisito sabor, miraba como una hemorragia provocaba que la sangre corriera por su cuello, escuchaba como sus latidos se hacían más rápidos.
-Aguanta! – ordeno Tora al ver como Saga no se movía, mordió la vena de su propio brazo, provocando que se derramase su sangre, le dio a probar y el otro confiando en su pareja bebió lo mejor posible.
Experimentaba sensaciones, ansias, ansias de seguir bebiendo, se saborear ese sabor a hierro proveniente de Tora, pero este último se separó rápidamente, ahora Saga seria víctima de aquella metamorfosis, su cuerpo no se movía, estaba petrificado, con aquella sensación de muerte a cada momento, su cuerpo comenzó a realizar pequeños espasmos, provocándole quejidos.
-Shinji… - un susurro se escapó de los labios de Saga, Tora lo levantaba acomodándolo en su pecho, esto era poco, ahora se venía lo más difícil, aquel dolor insoportable...
Sintió su corazón contraerse, al mismo tiempo que comenzaba a detener la aceleración de su ritmo cardiaco, no supo nada más, sentía su cuerpo arder, Quería gritar, pero Tora lo callaba poniendo sus labios sobre los suyos, sellándolos con un beso.
Saga se detuvo dejando caer su mano…
Tora lo tomo en brazo, cargándolo, Saga se había desplomado por completo, que es lo que le había pasado? Se preguntaba, o era que acaso el sufría una peor transformación, o solo la pérdida de sangre lo había desmayado.
-Aguanta Takashi, quédate conmigo… -
La piel de Saga se ponía cada vez más pálida, su cuerpo estaba helado, tenía que hacer algo ya!... entro a la casa desapercibido, burlando a todos aquellos que estaban en casa, había llegado a la habitación, recostaba a aquel cuerpo que traía en brazos.
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-No le hicieron nada a tu cara verdad?... – no se le quitaba de encima
Lo había empujado a la cama, subiéndose arriba de él, Uruha no se movía solo sentía el cuerpo de Aoi encima, insistente.
-Estoy bien, no lo paso nada a MI cara!... – contesto de mala gana, Aoi solo se importaba de su rostro?
- No quiero que le pase nada a tu carita. – ahora jugaba, sabía muy bien en lo que pesaba Uruha. – que aria sin esta belleza?...-
- QUITATE!!... – grito, su paciencia se había esfumado, no entendía a Aoi, acaso lo quería hacer enojar?
- Ya, ya…. Sabes que estoy jugando… - sonrió. – no seas berrinchudo amor. – besos sus labios fugazmente.
- Eres un tarado… -
- El tarado que más te quiere… -
Uruha sonrió ante esto, Aoi en cualquier momento mostraba su afecto hacia él, lo besaba en el lugar que fuera, lo mimaba, lo sobreprotegía, cumplía sus capricho, todo, todo lo que el castaño quisiera le era dado.
Aoi se levantaba lentamente de su cuerpo, parándose y dirigiéndose hacia aquel silloncito que adornaba su recamara, se sentó haciéndole una seña a Uruha con el dedo para que se acercara.
-No are nada, ven aquí!... – ordeno.
Uruha se levantó de la cama y se acercó hacia Aoi, siendo rápidamente tomado por las caderas, y jalado hacia el cuerpo del pelinegro sentándolo sobre sus piernas, de frente, mirándose a los ojos.
-Que me has hecho?... – pregunto el castaño abrazándose al cuello de su pareja.
- Eso lo debo preguntar yo, Uru… -
Sus voces eran cada vez más bajas, acercándose cada vez más al otro, rosando sus labios y sintiendo el calor del otro.
-Yuu… no sabes cuánto había esperado por estar a diario contigo, cuando me fui, te extrañe tanto… -
- Yo también te extrañe, no sabes cuánto te busque, cuanto llore, pero ya paso… - acaricio su mejilla.
- Yuu-chan lloro?... – pregunto en tono infantil
- Mucho cariño…. Mucho… - sonrió. – pero ya no más, Ahora te amarrare para que no te vayas… -
Uruha lo miro divertido, aun seguía abrazado a él, antes de que lo dejara, siempre era lo mismo, a Aoi le encantaba tener sentado en sus piernas al castaño, mirándose de frente.
-Me amas, Yuu?… - Poso sus labios sobre los del otro.
- Locamente... – contesto al instante. – Andas muy meloso Uru… - apago más su cuerpo al suyo.
- crees que podamos salir de esta?... – cambio el tema drásticamente, Aoi entendía a que se refería.
- Claro que sí, nos protegeremos ambos, protegeremos a todos, no dejare que les pase nada a nadie, mucho menos a ti… -
Uruha solo escuchaba atentamente lo que Aoi le decía, mientras se entretenía jugando con el cabello negro del moreno, siempre hacia esto.
-Vayamos con los demás, si?... – Uruha recibió un último beso, apasionado.
- Vamos patito… -
Ambos salieron de su recamara, si se pudiera decir que si en verdad se amaban, no habría dudas, Aoi estaba contento y más que contento Feliz, siempre había sido de esa manera hasta que Uruha lo dejo, pero ahora era diferente, Aoi había cambiado mucho, ya no era el mismo y eso lo podía notar Uruha, muchas cualidades de él habían cambiado, pero no su amor por el castaño, al contrario, su amor había aumentado, ahora sería difícil escaparse de él.
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A paso lento se acercaba a aquella casa, la luz del día comenzaba a caer, llevaba una larga gabardina color negro, su cabeza era cubierta con el gorro de aquella gabardina, aquel largo cubría sus botas.
Toco a la puerta para poco después escuchar como el rechinido le indicaba que habría.
-Quiero hablar con Gackt… - ordeno.
- Disculpe, en un momento… -
Sono fue hecho a un lado, casi empujando, había entrado de la peor manera, quería hablar lo antes posible con Gackt, y tal fue su sorpresa al encontrarse con todos reunidos en la sala.
-Hola a todos… - su voz sonaba amenazadora, con tanta potencia que cualquiera seria intimidado.
- Mi… Miko-sama… - susurro con algo de miedo Kai.
- Que haces aquí… - hablo Reita enojado, el solo hecho de verla era repugnante.
- Porque le hablas asi a tu tía?... – se burlaba, le encantaba hacerlos enojar, provocar odiarle.
Reita se levantó, haciendo a un lado a Ruki, y ahí fue el momento donde lo vio, vio a su pequeño hijo, no pudo evitar sonreírle, se trató de acercar pero fue detenida.
-A donde crees que vas… - hablaron desde las escaleras.
- cuanto sin verte… - le sonrió con malicia. – Acaso Satoshi sabe que estas aquí?...-
- Acaso vas a ir a decírselo?... – bajo lentamente las escaleras a un lado de su pareja
- Mira Uruha!!… - fue callada.
- Mira nada!... – Aoi ya estaba atrás de ella, asustándola.
- Yuu-chan~ - dijo feliz girando para darle un beso en la mejilla. – Cuanto tiempo sin verte cariño… - hablo melosa, lo abrazo.
Uruha odiaba esto, sabía muy bien que Miko lo hacía para enojarlo, para que sus celos lo mataran, y hoy no sería la acepción.
-Acaso no te puedes quitar… - su vos sonaba enojada, y más que enojado, estaba furico. – Yuu… - hizo un puchero, extendiendo su mano hacia Aoi.
Miko sonrió con malicia, odiaba a Uruha por haber llamado la atención de Satoshi, ahora ella aria lo mismo, llamaría la atención de Aoi, y era obvio que le tenía que hacer caso, aun asi ella era mujer, y un hombre le hace caso a una mujer… no?
Todos los demás solo miraban, no se meterían para nada, Kai seguía sorprendido por ver a Miko, Nao solo miraba divertido los celos de Uruha, y Reita abrazaba protectoramente a Ruki, su mirada seguía clavada en ella.
-Nao… - susurro Kai.
- Si?... pasa algo?... – Kai negó con la cabeza.
- Amor puedes ir a buscar a Gackt, y decirle que venga inmediatamente!... –
- Claro… ahora vuelvo. – Nao se levantó del sillón no sin antes robarle un fugaz beso a su novio, se retiró de la sala en busca de Gackt.
Kai tenía una extraña sensación…
Miko seguía con su juego, se abrazaba a Aoi por el cuello, no lo dejaba moverse, al igual que Aoi era obvio que tenían las mismas fuerzas, Aoi no decía nada, en si no hacía nada por quitársela, la dejaría, solo para ver las reacciones de su castaño, a Aoi le encantaba verlo celoso.
-Maldita… - susurro por lo bajo, acercándose a ellos. – no sabes que es, déjalo?!... – apretaba los puños con fuerza.
- acaso tu obedecías cuando te decía que no te acercaras a Satoshi?!... -
- Yo nunca me acerque a el… - sus ojos comenzaban a cambiar. – SUELTALO!...- grito furioso dejando ver aquellos ojos color carmesí.
- Calma amor… - Ya era suficiente, Aoi en un muy fugaz movimiento se zafo de Miko, corrió hacia Uruha y lo abrazo, un fuerte abrazo mientras acariciaba su cabello para tranquilizarle. – tranquilo… -
- Eres un estúpido!... – dijo Miko sonriendo, y girando al instante hacia Reita. – vaya, parece que mi niños ya tienen quien los protejan, no es asi Aki-kun?... – Su mirada y vos habían cambiado, sonaba serena, con calma, con ternura, su cambio tan repentino de actitud le daba miedo a cualquiera. – Tu eres Takanori verdad?... – pregunto acariciando el cabello de Ruki, y este había asentido con nerviosismo.
- No lo toques… - su voz sonaba seria, enojada, Ruki se había asustado ante aquel tono de voz de Reita, haciéndolo separase un poco.
- Aki… - susurro nervioso, la mirada intensa de Reita se posaba el rostro burlón de Miko.
– Taka-chan vámonos de aquí… - se giró y le sonrió con ternura. – vayamos a otro lugar, si?... – ladeo su cabeza mientras tomaba su mano.
-Porque te lo llevas?... acaso no puedo estar con mi hijo?... –
Esas palabras le habían declarado la guerra a Reita, provocándole acercarse amenazadoramente ante ella, intimidándola con esa mirada asesina que le dedicaba, Kai se levantó rápidamente y se sentó junto al pequeño, Reita había gruñido, estaba muerta.
-Akira detente… - una mano le detuvo abrazándolo por el cuello, aquella fuerza sobre humana le detenía casi ahorcándolo.
-Su… suéltame padre… LA MATARE!... –
La mirada de Miko se desplomo, nunca se había imaginado que se lo encontraría ahí, miraba expectante a los ojos de Hyde, y este de la misma manera, trato de acercarse, su mirada reflejaba bastante tristeza, le hubiera gustado pedir perdón, decirle que la perdonara por haberlo dejado asi como a sí, pero no se le permitía.
-NO TE ACERQUES! – Grito Hyde deteniéndolas en seco. – Gackt… que no se acerque. –
Gackt había hecho una seña a Aoi para que detuviera a Reita, ya que este seguía con la misma actitud, Gackt se había acercado a Hyde poniéndose delante de él, Aoi no quería tampoco soltar a Uruha, asi que le dejo el trabajo a Kai.
-Aki-chan… - susurro con miedo Ruki, Reita agacho su cabeza. – Aki-chan… detente… -
Reita se acercó a el abrazándolo, sentándose mientras Ruki hundía su rostro en su pecho – Taka… - susurro abrazándolo fuertemente.
-No are nada!... solo quiero hablar contigo, Gackt!... – dijo nerviosa.
- Este no es lugar… - hablo enojado. – sígueme. – tomo la mano de Hyde llevándolo también al mismo lugar. Miko caminaba con la cabeza gacha de alguna manera el rostro de enfado que Hyde le dedicaba la intimidaba.
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Habían regresado a casa, miraban a todos lados y no había rastro de vida humana en el lugar, solo aquel automóvil en el que había llegado, fruncía el ceño, a donde habían ido los demás.
-Vaya parece que se fueron… - hablo el más bajo.
- Espero y hayan arreglado todo… - contesto el otro.
Giraba la perilla de la puerta, corroborando que estuviera cerrada, pero no había sido asi, estaba abierta, acaso sus amigos no pudieron haberle puesto seguro?
-Estos maldito!... – dijo enojado.
- Vaya, pero que son estúpidos o que… - contestaba de la misma manera. – solo a ellos se les ocurre dejar una puerta abierta.
-Estoy seguro que fue Takanori… Maldito enano!... – se quejó.
- Ya Hiro, mejor vayamos a mi casa, que será tu casa. – sonrió seductoramente.
Hiroto rodo los ojos, pero por dentro se sentía feliz.